Está en la página 1de 5

Solucionar los problemas de estrés

Una característica de la vida de las sociedades modernas es la presencia del estrés en nuestro


día a día, el cual podría estar implicado en la aparición y mantenimiento de muchos de
nuestros problemas de salud, afectando a nuestra calidad de vida.
El estrés es una respuesta del ser humano ante situaciones que implican una demanda
excesiva, que excede a los recursos personales. Va acompañado de síntomas físicos como
tensión, cefalea, insomnio, de síntomas emocionales como ansiedad, ira, dificultad para
concentrarse y/o tomar decisiones y de síntomas conductuales como inquietud, consumo de
alcohol o tabaco, etc.
En ocasiones el estrés aparece antes diferentes sucesos de la vida de la persona, como un
cambio de casa, una boda, una separación, etc. Otras veces, son los sucesos cotidianos, la
suma de pequeños problemas diarios, los que tienen mayor efecto sobre la salud de las
personas, cobrando relevancia la capacidad del sujeto para hacerlos frente.
Cuando hay un suceso estresante fácilmente identificable, que genera síntomas emocionales
o conductuales de malestar en los meses siguientes al suceso, podemos estar ante
un Problema Adaptativo, pudiendo ir acompañado de deterioro en la actividad social o
laboral.
¿Cómo afecta el estrés a mi salud?
En cualquier caso el estrés tiene un efecto directo, debilitador, sobre el sistema
inmunitario de las personas, produciendo como consecuencia mayor vulnerabilidad a
sufrir enfermedades, manifestándose a su vez agotamiento, caracterizado por la presencia de
fatiga y pérdida de energía, el aumento de irritabilidad y los sentimientos de
desmoralización.
El estrés mantenido crónicamente suele asociarse a dificultades en los roles sociales
habituales, como las relaciones interpersonales, actividades y responsabilidades laborales o
maritales.
Juega un papel importante en el curso de algunas enfermedades crónicas: como la
enfermedad de Crohn, fibromialgia, el síndrome de intestino irritable, la artritis reumatoide,
migrañas, enfermedades cardivoasculares, problemas dermatológicos, asma, cáncer,
diabetes, esclerosis, etc.
La enfermedad tiende a producir una desestructuración que siempre es global, afectando en
mayor o menor medida a todas las dimensiones de la persona y a la relación con su entorno
familiar y/o social.

La Fibromialgia, merece una mención especial. Es un síndrome caracterizado por dolor


musculoesquelético generalizado asociado frecuentemente con fatiga crónica o cansancio.
Suele ir acompañado de ansiedad, depresión y baja autoestima. En muchas ocasiones
aparece tras un suceso emocional intenso, cursando posteriormente como una enfermedad
crónica.
En Psicoafirma reconocemos su malestar y ayudamos a romper la espiral de incomprensión
que acompaña a la mayoría de estas enfermedades. ¡La recuperación es posible!
Nuestros tratamientos abordan los aspectos psicológicos y emocionales que están afectando
negativamente a su salud.
 Establecer una Relación Terapéutica de Ayuda antiestrés, favoreciendo un clima de
colaboración y de entendimiento, aproximándonos al origen del problema.
 Analizar en profundidad los factores psicosociales que puedan estar influyendo en la
sintomatología.
 Ayudar a establecer un equilibrio entre las demandas psicosociales externas y los
recursos personales, permitiendo así hacer frente a la situación de una manera más
adaptativa.
 Diseñar un Plan de Tratamiento adaptado a las necesidades de cada caso en particular,
comenzando por la resolución de los problemas que generan estrés en el ámbito
familiar y social.
 Facilitar la adaptación al proceso de enfermedad del estrés, adquiriendo estrategias
que permitan la reintegración a la vida normal.
 Mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por una enfermedad crónica.
 Desarrollar estrategias de afrontamiento para manejar el malestar emocional y
psicológico asociado al estrés.
Estrés en la tercera edad: consejos para reducir el estrés

Envejecer no es sólo tranquilidad y disponer de tiempo libre para realizar todo aquello que
no se hizo antes de la jubilación. De hecho, los cambios, el nuevo estilo de vida y el tiempo
libre que hay que ocupar de alguna manera, pueden provocar estrés en personas mayores.
Incluso mucho tiempo después de la jubilación, se dan situaciones estresantes y agotadoras o
situaciones que provocan descontento.

Pero, ¿cómo se produce el estrés en la tercera edad? A menudo, el entorno, la familia e


incluso los médicos, no toman en serio a la persona mayor que dice padecer estrés. Estudios
afirman que, por lo general, las personas mayores saben llevar mejor el estrés que los
jóvenes. Aun así hay personas mayores a las que les cuesta adaptarse al paso de la vida
laboral a la jubilación.

Estrés en la tercera edad: las causas más comunes

 Desaparece la rutina de la actividad profesional, cambian los hábitos y se adquiere un


estilo de vida no estructurado.
 Al final del día no se ha conseguido lo que uno se había propuesto. Las personas
mayores al final se estresan y se sumergen en tareas y proyectos que les desbordan.
Surge frustración y la sensación de no ser capaz ni de llevar a cabo las cosas más
simples.
 Pero también hay influencias externas que pueden provocar estrés en las personas
mayores. Las prisas en la caja del supermercado, el apremio en el semáforo, los
comentarios públicos sobre las imperfecciones de las personas mayores y otras
muchas situaciones cotidianas resultan estresantes.
 El envejecimiento en sí es un factor de estrés. Las personas mayores se van dando
cuenta de que apenas pueden llevar a cabo actividades cotidianas sin dificultad y que
necesitan la ayuda de otros. Es entonces cuando hechos tan simples como tener que
esperar al servicio de asistencia o cometer errores al preparar la comida pueden
provocar estrés.

Se puede diferenciar entre estrés agudo y estrés crónico. El estrés agudo aparece como
reacción a una situación determinada. Este tipo de estrés se desvanece en cuanto desaparece
la situación que lo provoca. El estrés crónico se mantiene de forma prolongada en el tiempo
provocando ansiedad y nerviosismo permanentes.

Consejos para personas mayores para combatir el estrés

Ayuda contra el estrés crónico:

 Las técnicas de relajación pueden ser una gran ayuda. En función de la personalidad
del individuo y de su estado de salud se elegirá el método de relajación adecuado.
Entre otros, encontramos la relajación muscular progresiva, el entrenamiento autógeno
y la meditación. Los ejercicios de relajación, una vez incorporados a la vida diaria,
pueden reducir el nivel de estrés a largo plazo.
 Hacer deporte es una buena forma de combatir el estrés. Asociaciones deportivas
locales ofrecen diversas actividades acordes a las necesidades de las personas
mayores.
 La actividad física al aire libre ayuda a despejar la mente y poder respirar hondo. Está
demostrado que las personas mayores que pasan mucho tiempo al aire libre pueden
afrontar mejor las situaciones de estrés.

Consejos contra el estrés agudo:

 Las técnicas de relajación son también muy recomendables contra el estrés agudo. La
relajación progresiva muscular consiste en ir tensando los músculos de cada parte del
cuerpo para luego relajarlos. Con la práctica, se puede realizar una versión rápida para
hacer más llevaderas situaciones diarias que generen estrés.
 Los ejercicios de respiración ayudan a reducir el estrés. A menudo, basta con
concentrarse un par de minutos en la propia respiración y olvidar todo lo que nos
rodea. Con un poco de entrenamiento conseguiremos realizar esta técnica en la caja
del supermercado, permitiendo a cuerpo y mente enfrentarse a la situación de estrés de
manera más relajada.
 También puede ser útil repasar mentalmente determinadas situaciones de antemano.
De este modo, se pueden considerar las conductas apropiadas que ayuden a que la
situación sea lo menos estresante posible.

Las personas mayores, con sus limitaciones, se enfrentan a menudo en su vida diaria a
situaciones estresantes. Las técnicas para combatir el estrés ayudan a facilitar la vida diaria
en la tercera edad.
Algunas enfermedades causadas por el estrés
Los problemas diarios, la rutina acelerada y el estilo de vida tan ajetreado que llevamos
provocan que vivamos enfermos y bajo una constante tensión emocional.
Aunque es difícil deshacerse por completo del estrés, lo ideal es aprender a controlarlo. Los
problemas diarios, la rutina acelerada y el estilo de vida tan ajetreado que llevamos provocan
que vivamos en una constante tensión emocional que repercute en nuestra salud.
¿Quieres saber cuáles son algunas de las enfermedades más comunes que provoca el estrés?
Dermatitis
La inflamación de la piel es uno de los problemas más comunes ocasionados por el estrés.
También las ronchas, descamación, resequedad, picazón, cambios de color y escozor.
Amenorrea
Los trastornos menstruales también pueden ser consecuencia. En los casos más serios puede
presentarse amenorrea, que es la ausencia total de la menstruación (sin que exista embarazo
o alguna enfermedad previa).
Colitis
Mucho estrés afecta la salud del intestino grueso. Cuando estamos muy ansiosos, tensos y/o
estresados podemos sufrir colitis, que es la inflamación —y en algunos casos hasta
ulceración— de nuestro intestino grueso y colon.
Migraña
Si constantemente sufres de dolores de cabeza, quizá debas revisar qué tan ajetreado vives.
La migraña y la rigidez del cuerpo (que se refleja en dolores de espalda y extremidades) es
una de las consecuencias de permanecer en tensión nerviosa.
Hipertensión arterial
Tener la presión alta puede acarrear otros problemas como enfermedades cardiovasculares,
daños en el sistema nervioso central y en los riñones. El constante estrés, acompañado de
malos hábitos alimenticios y sedentarismo, puede dar lugar a la hipertensión.

También podría gustarte