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Escuela de Letras

Lingüística General II

Encuentro de los Lunes no 6: El Distribucionalismo norteamericano

Marcela Bassano

Ideas directrices de esta presentación:

Los apartados que siguen tienen como objetivo presentar los ejes teóricos fundamentales en
torno a los cuales se constituye el Distribucionalismo. Como hemos señalado en las clases
anteriores el punto de vista estructural se desarrolló tanto en Europa como en Estados Unidos
si bien con teorías emparentadas por el tronco común saussureano, no del todo homogéneas en
cuanto a sus propuestas y preocupaciones. Vayamos ahora a la versión norteamericana
conocida como Descriptivismo norteamericano o Distribucionalismo.

Podríamos pensar en tres nombres principales cuando nos referimos a esta corriente: Leonard
Bloomfield, Zelig Harris y Charles Hockett. Entre ellos prácticamente no existen diferencias
en cuanto a la caracterización que hacen del lenguaje, sí en lo que respecta a algunos ajustes y
expansiones teóricas.

Tanto la obra de Bloomfield como la de Harris, constituyen un punto de inflexión en la


medida en que es a partir de ellas que se organizan los métodos y procedimientos que
caracterizan al distribucionalismo todo.

En este Encuentro desarrollaremos las siguiente Tabla de Contenidos y Palabras Claves:

Tabla de Contenidos y Palabras Claves:

➢ Fundamentos epistemológicos y principios teóricos con énfasis en la concepción del


lenguaje haciendo hincapié en la noción de hábitos lingüísticos y comunidad de habla
y la concepción de sujeto.
➢ Modo de recolección de datos y la constitución de un corpus señalando sus alcances y
limitaciones en cuanto a la validez de las generalizaciones inductivas y la búsqueda de
regularidades.
➢ Criterios para la descripción de la estructura y el modo de distinción de las unidades
gramaticales, haciendo foco en las consecuencias de basarse exclusivamente en
criterios formales con exclusión de los criterios semánticos.
➢ En tal sentido desarrollaremos, en primera instancia, las nociones de forma ligada,
forma libre, forma compleja, y de ahí las de morfema, palabra, frase y oración.
➢ Definiremos las nociones de contexto, distribución y contexto distribucional.
Señalaremos los alcances y limitaciones de definir las clases de palabras por su
entorno o contexto. Trabajaremos las nociones de constituyente, constituyente
inmediato, construcción y su clasificación.
➢ Cierre y conclusiones.

Para comenzar:

I. Fundamentos epistemológicos y principios teóricos: El marco a partir del cual se puede


leer cómo concibe el lenguaje Bloomfield y el resto de los representantes del
distribucionalismo, está constituido en base a la confluencia de las reflexiones y postulados de
la psicología conductista y el empirismo. Allí se encuentran los fundamentos de la teoría.
Desde este punto de vista entonces, para Bloomfield el lenguaje es un conjunto de hábitos que
un hablante adquiere exclusivamente al relacionarse con el medio ambiente sin ningún bagaje
previo de conocimientos, (como una "tabula rasa", como dirían los empiristas) sin poseer su
mente ninguna propiedad ni estructura a partir de la cual adquirir una lengua. Por el contrario,
el medio ambiente, es la causa primera y última de la adquisición del lenguaje. Un hablante
aprende a hablar exclusivamente en contacto con el medio. Así, todos los hábitos lingüísticos
que desarrolla un sujeto constituyen el producto de las reacciones que manifiesta frente a un
estímulo determinado proporcionado por el medio. De esta manera, el objeto de estudio de la
lingüística tal como lo concibe Bloomfield está constituido exclusivamente por la respuesta
de habla y el estímulo del habla.
Bajo este marco y en base a este esquema estímulo - respuesta explica también cómo se
produce la adquisición del lenguaje. Utiliza la noción de comunidad de habla entendida como
un grupo de personas que usan el mismo sistema de signos lingüísticos para comunicarse, y
sostiene que es esa comunidad la que determina el proceso de adquisición de la lengua por
parte del niño. La lengua particular que un niño aprende es un asunto exclusivo del medio
ambiente y por ende, de la comunidad en la que está inmerso. Es por esto que un niño aprende
a hablar por imitación de los adultos que lo rodean en esa comunidad.

Estas explicaciones implican la concepción de un sujeto pasivo, dependiente del medio,


carente de creatividad, o, mejor dicho, reducida ésta a la pobreza de la analogía; sujeto que,
pareciera ser, solo puede producir emisiones nuevas por imitación, por la similitud que
guardan con otras ya escuchadas.

II. Datos y Corpus: Si bien con diferencias, tanto Bloomfield como Harris apelan al método
inductivo en la recolección de datos y la determinación del corpus. Veamos las limitaciones y
obstáculos de este modo de recolección:

Bloomfield quedará atrapado teóricamente, preso de su propia metodología, en las redes de la


inducción. Veamos cómo se produce esto. Plantea claramente que él método lingüístico debe
ser el inductivo (el subrayado persigue señalar la exclusividad que le otorga a la inducción
como único método posible en Lingüística; agregamos que quizás esto se haya constituido en
uno de los lastres más negativos del descriptivismo). Afirma que "las únicas generalizaciones
útiles sobre la lengua son generalizaciones inductivas".1 Ahora bien, para formular estas
generalizaciones, el lingüista observa "ingenuamente" los hechos. No formula hipótesis
generales hasta no haber constituido un corpus lo suficientemente "extenso" y
"representativo". Así, observación y datos corren por una línea y la teoría por otra. Jamás se
encuentran, jamás interactúan. Previo a la observación nada existe. El problema radica no sólo
en el límite de ese corpus en cuanto a su extensión sino también en los criterios para decidir la
representatividad de ese corpus. En la medida en que previo a la observación no existe un
horizonte teórico desde el cual observar, llegado el momento de formular una generalización
Bloomfield cae en el "problema de la inducción". Este problema consiste en la circularidad de
la argumentación, puesto que tanto el tipo de argumentación como la validez de los
1 Cf. Bloomfield, L.(1964). Lenguaje. Perú: Universidad Mayor de San Marcos. p.22.
enunciados que necesitan justificarse son de la misma naturaleza, es decir, inductivos. A modo
de ejemplo, la forma de la argumentación es la siguiente:

El principio inductivo A funcionó en la situación X1


El principio inductivo B funcionó en la situación X2
Etc.

El principio funciona siempre

Como vemos se llega a una generalización que afirma la validez de cierto principio a partir de
cierta cantidad de datos bajo la forma de enunciados singulares.

El mismo problema enfrenta Harris con respecto a la determinación y representatividad del


corpus de datos. Apunta a describir las regularidades en la descripción que hace el lingüista
del corpus. El criterio para describirlas es el de distribución. En la medida en que podamos
exponer las relaciones distribucionales que existen entre las formas lingüísticas, podremos
encontrar esas regularidades. Ahora bien, el modo de recolección o registro de emisiones
como lo llama Harris, es “ingenuo” hasta poder establecer un corpus “real” de expresiones y
derivar de allí las regularidades que generaron esas emisiones producidas y consideradas como
hábitos lingüísticos consolidados a través del esquema estímulo/respuesta. Este criterio, como
señalábamos en el caso de Bloomfield, es también al menos bastante débil para determinar
tanto la extensión como la representatividad de un corpus. En la medida en que la observación
es ingenua el problema de orden epistemológico que se le plantea al distribucionalismo es qué
mirar como pertinente y significativo, qué datos seleccionar y cómo. Esto es, en tanto y en
cuanto los datos tampoco en este caso están constituidos por una teoría como a priori se
concibe al corpus como una colección de datos de la experiencia representativo y
“homogéneo” que luego la teoría observará y describirá. Este modo de determinación hace a la
teoría al menos inestable: ¿cómo fijar la validez del corpus si no hay un modo teórico-
metodológico de limitar su extensión?, esto es, por un lado, cuántos datos es preciso “recoger”
y, por el otro, dado que el procedimiento es inductivo, ¿cómo evitar que la incorporación de
un nuevo dato no provoque el desequilibrio del modelo y la consecuente fragilidad de las
hipótesis planteadas? Estas preguntas no encuentran una respuesta satisfactoria en Harris y es
aquí en donde se encuentra una de sus limitaciones más fuertes

III. Criterios:
Hay una impronta característica del Distribucionalismo que lo aleja definitivamente del
estructuralismo europeo y es la expulsión del significado. El asemantismo de las descripciones
es uno de sus lastres mayores.
Este asemantismo o expulsión del significado se observa tanto a) en la descripción de la
estructura lingüística como b) en el modo de distinguir las unidades gramaticales.

a) Una tarea fundamental del lingüista es estudiar el orden y la formalización del sistema de la
lengua. Para Bloomfield se debe partir de la idea de que las formas significativas de una
lengua están integradas por un pequeño número de elementos significativos. En efecto, como
sabemos, las formas lingüísticas están hechas sobre la base de un pequeño número de
unidades distintivas que no tienen significado en sí mismos pero permiten distinguir
significado. Así, todos aquellos aspectos del significado que no se relacionen directamente con
la forma no serán considerados en la descripción de la estructura gramatical. Concretamente,
Bloomfield deja afuera de su objeto de estudio los aspectos del significado que no se
relacionen directamente con las formas.

Hay emisiones que son parcialmente similares en forma y significado: a esas emisiones se las
denomina "formas lingüísticas". Por ejemplo:

i. La mujer rubia vino temprano.

ii. El novio de la señorita vino temprano.

iii. La mujer rubia está triste.

iv. El novio de la señorita está triste.

En estas oraciones ocurren formas con significado como "la mujer rubia", "el novio de la
señorita", "vino temprano" y "está triste". A partir de estos datos se plantean las siguientes
definiciones:

1. Una forma con significado que no puede ser emitida sola es una forma ligada. Por
ejemplo: mujercita, mujercitas, mujerona, son formas ligadas en tanto ni -ita ni –ona, pueden
aparecer aisladamente de mujer. Así, mujer- es la raíz de la palabra e -ita es el sufijo que
indica "pequeño”.
2. Una forma con significado que puede ser emitida sola es una forma libre. Por ejemplo,
novio, vino, señorita.

3. Una forma lingüística que tiene una semejanza fonético-semántica parcial con alguna
otra forma lingüística es una forma compleja. Por ejemplo: "la mujer rubia vino temprano", "el
novio de la señorita vino temprano".

4. Las partes (cualesquiera de ellas) de una forma compleja es un constituyente de esas


formas complejas. Por ejemplo las palabras la y mujer son constituyentes inmediatos del
sintagma la mujer.

Este enfoque metodológico le permite a Bloomfield establecer postulados. Esos postulados


surgen de enunciados como 1, 2, 3, y 4 que son axiomas, es decir, enunciados cuya verdad no
necesita ser demostrada por la experiencia. Esos postulados son los siguientes:

Postulado de morfema: forma con significado ligada.

Postulado de palabra: forma con significado libre que no está integrada enteramente por
formas libres. Esto es, por ejemplo, mujeres está integrada por mujer y -es. Mujer puede ser
forma libre pero -es constituye una forma ligada, es decir, un morfema.

Postulado de frase: forma con significado libre que está integrada enteramente por formas
libres. Por ejemplo, "vino temprano", "está triste", "la mujer rubia".

Postulado de oración: Forma que no es constituyente de una forma mayor.

Ahora bien, una descripción que atiende solo a la forma sin considerar el significado provoca
que ante emisiones como las siguientes:

i. La estudiante de Lingüística de cabello rizado


ii. La casa de Juan de tejas rojas

El distribucionalismo las describa del mismo modo: construcciones endocéntricas nominales


articuladas con dos complementos subordinante más término iguales tanto en i. como en ii sin
hacer ninguna distinción entre estudiante y casa. Estudiante al tratarse de un nombre deverbal
hereda las propiedades del verbo del que deriva estudiar, razón por la cual, de Lingüística no
tiene el mismo estatuto que de cabello rizado. El primero es el objeto de estudiante y el
segundo un adjunto.

De esta manera, una descripción que no atienda a las propiedades de las palabras en cuanto a
su significado, como vemos, la empobrece en cuanto a su alcance explicativo.

b) La distinción de las unidades gramaticales se lleva a cabo por su entorno, esto es, por su
contexto de distribución. En tal sentido, Harris es uno de los que define la noción de
distribución y contexto del siguiente modo: “La distribución de un elemento será entendida
como la suma de todos sus contextos. El contexto de un elemento A consiste en el orden que
existe en sus co-ocurrencias, i.e: los otros elementos, cada uno en una posición particular,
dentro de los cuales A ocurre para producir una expresión. A las co-ocurrencias de A en una
posición particular se las denomina su selección para esa posición”2 .

Pero Harris, además de interesarse primordialmente por las relaciones de distribución de los
elementos del lenguaje, considera que una lengua en su totalidad tiene una estructura
distribucional, esto es, puede describirse mediante un sistema que exprese la totalidad de las
relaciones de distribución de sus componentes. Las partes de una lengua no ocurren
arbitrariamente en relación unas a otras sino que cada elemento ocurre en ciertas posiciones
relativas a ciertos otros elementos. La teoría aspira a describir cómo se disponen las formas y
para el estudio de esta disposición se tendrá en cuenta la variedad en la combinación o
distribución de elementos de acuerdo a su posición u ocurrencia en la oración. La función de
una forma estará determinada por la posición en la que aparezca. En un sintagma como la casa
de Juan el nombre casa, núcleo de la construcción, aparece siempre detrás de un articulo, la,
luego, La casa de Juan constituye el contexto distribucional.

Así, el Distribucionalismo apela a criterios gramaticales: para reconocer categorías formales


desde el punto de vista gramatical es preciso que se definan con criterios de forma y no por
criterios puramente semánticos.

2 Cf. Harris, Z. (1954). “Distributional Structure”, Word, 10, N o 2-3 (Agosto-Diciembre 1954). P. 1 de la
traducción realizada por Marcela Bassano para uso interno de los estudiantes de la cátedra.
IV. Antes de analizar los alcances y limitaciones de definir a las clases de palabras por su
entorno, creemos necesario, quizá como un gran paréntesis, repasar la importancia de la: a)
segmentación y de la determinación de los b) dominios.

Elegimos la referencia que señala Bosque3 con respecto a a) y b):

a) Segmentación: la oración no consta de una serie de palabras que pertenecen a clases


diferentes y que parecen "flotar" desordenadas. Por el contrario, la disposición interna de las
secuencias que formamos importa para entender las relaciones que las palabras mantienen
entre sí. Por ejemplo, la segmentación es en muchas ocasiones el mejor camino para explicar
las diferencias semánticas que saltan antes a la vista:

i. Juan leía el libro de texto

ii. Juan leía el libro de reojo.

La diferencia de interpretación entre i. y ii. ( que no son sinónimos) justamente radica en que
“libro de texto” es una unidad de segmentación, es decir, un constituyente, mientras que “libro
de reojo” no lo es en este sintagma:

i. [Juan [leía [el libro de texto]]]

ii. [Juan [leía [el libro [de reojo]]]]

En i. “el libro de texto” es complemento del verbo “leía”, mientras que en ii. “leía” tiene dos
complementos, uno, el objeto, “el libro” y otro, “de reojo”, un adjunto.

b) Dominio: "Las unidades no son solo importantes porque se asignan a ellas las funciones
sintácticas ni porque sean "unidades de construcción" con estructura interna. Lo son también
porque definen "ámbitos" o "dominios" a los que se circunscriben muchas propiedades
sintácticas. Si queremos deducir de algún principio gramatical la imposibilidad de que el
antecedente de sí misma sea “Inés” en la secuencia:

i. Inés se refirió a [la obsesiva preocupación de Cristina por sí misma].

3 Cf. Bosque,I.(1990). Las categorías gramaticales. Madrid:Síntesis.


habremos de hacer mención al concepto de construcción. La construcción endocéntrica
nominal encerrada entre corchetes en i. actúa como ámbito o dominio en el que debe figurar el
antecedente de “sí misma”.

IV. ¿Cuáles son las dificultades que se derivan de identificar las unidades por
procedimientos distribucionales, es decir, por su entorno o contexto de distribución.

En líneas generales y simplificando tal vez un poco, el procedimiento distribucional


consiste en partir de huecos a llenar en secuencias como las que siguen. Siguiendo a
Bosque4 , fijémonos en las siguientes estructuras:

1. -------es lindo.
2. Jorge olvidó-----.
3. Ana--------un vestido.
4. Los pájaros vuelan-------.
5. Sus----------pequeños.

Así, en 1 identificaríamos sustantivos, sintagmas nominales y oraciones sustantivas; en 2


las mismas categorías que ocuparían la posición de objeto del verbo olvidar; en 3, encajan
verbos y en 4 adverbios (aunque también complementos predicativos que nos son
categorías léxicas). En 5, sustantivos. La pregunta es entonces, ¿pueden estos entornos por
sí solos identificar alguna categoría? La respuesta es dudosa al menos por las razones
siguientes:

a) En primer lugar, una secuencia de palabras no define por sí misma ninguna estructura
sintáctica. En los esquemas citados solo se tiene en cuenta el orden lineal, pero si no se
parte de una segmentación previa, es decir, si no se establecen las dependencias y las
relaciones entre las categorías y sus complementos, esos entornos no definen ninguna
unidad gramatical. Es decir, el hueco de 3 podría llenarse con lee, no lee, lee siempre que
puede o lee lo que diría que es. En 5, con ojos, ojos verdes. Esto significa que los entornos
no pueden postularse sin una concepción previa de las unidades que deben encajar en ellas,
y esas unidades se determinan a partir de la selección que prescribe de acuerdo a
determinadas propiedades la categoría en cuestión.

4 Cf. Bosque, I. op.cit.


b) En 1 por ejemplo, identificamos todas las unidades que podrían ocupar la posición de
sujeto, pero no obtenemos una categoría gramatical. Asimismo en 4 encajarían tanto
adjetivos como adverbios que no pertenecen a la misma clase gramatical.

c) Los huecos no pueden definirse como espacios vacíos situados linealmente, sino en todo
caso, lo que llevaría a una concepción distinta que veremos en las próximas clases, en
relación a posiciones establecidas en el orden estructural. Por lo dicho en a) parece más
bien que el hueco que esta oración identifica no existe si se define linealmente en lugar de
configuracionalmente (noción que, insisto, verán en los próximos encuentros). Así, en los
casos de 1 a 5 no hemos identificado el paradigma correspondiente a los huecos porque
tales huecos no existen como entornos al que corresponda una unidad gramatical.
d) Aplicadas al español, las pruebas propuestas presentan dificultades particulares. Así, en
1 podemos tener subordinadas sustantivas en subjuntivo, pero no en indicativo. Nada
impide en este análisis la conclusión de que las oraciones con indicativo no son
subordinadas sustantivas.

V. Dicho lo anterior, ahora sí estamos en condiciones de definir las nociones de


constituyente inmediato y construcción.

Constituyente inmediato: Definición de Bloomfield: Las formas más pequeñas en las que
una forma más amplia se puede analizar son sus constituyentes, y la forma más amplia es
una construcción. Por ejemplo, la frase pobre Pablo es una construcción analizable en, o
compuesta de, los constituyentes pobre y Pablo. Dado que no hay unidad intermedia de la
que pobre y Pablo fueran constituyentes y que sea ella misma un constituyente de la
construcción pobre Pablo, las formas pobre y Pablo pueden ser descritas no sólo como
constituyentes sino también como constituyentes inmediatos de pobre Pablo. Similarmente,
la frase perdió su vida está compuesta de tres palabras-forma (perdió, "su" y "vida") de las
cuales todas podrían describirse como constituyentes de la construcción. No todos esos
constituyentes, empero, son sus constituyentes inmediatos. Las formas su y vida se
combinan para hacer la construcción intermedia su vida; es esta unidad intermedia la que se
combina con perdió para formar la frase más amplia perdió su vida. Los constituyentes
inmediatos de perdió su vida son perdió y su vida; los constituyentes inmediatos de su vida
son las formas su y vida. Por estructura constituyente de una frase u oración se entiende la
organización de sus más pequeñas formas de las cuales se compone (sus constituyentes
últimos) en capas de unidades sucesivamente más incluyentes.

Construcción: Por su parte, Hockett caracteriza a una construcción como una pauta para
construir formas de una determinada clase formal a partir de constituyentes inmediatos que
pertenecen a clases formales determinadas. Cita: “Una construcción, por lo tanto, es una
pauta para construir formas compuestas, de una determinada clase formal, a partir de CCII,
que pertenecen a clases formales determinadas (…). El uso lingüístico de la palabra ‘formal’
necesita alguna aclaración (…) Se llama pues ‘clase formal’ en sentido restringido a la clase
de todas las formas que tienen similares privilegios de figuración en la constitución de formas
más complejas. 5

Y clasifica a las construcciones como: endocéntricas cuando su distribución es idéntica a la


de uno o varios de sus constituyentes (por ejemplo, la ocurrencia de perro viejo son las
mismas que las de perro. Por su parte, las construcciones exocéntricas son aquellas que
pertenecen a una clase distinta de la de sus constituyentes. Existen diferentes tipos:
rectivas: con un elemento regente y un regido “en la caja”; conectivas: con un conector y
un atributo predicativo “está cansado” y predicativas: las constituidas por la relación
sujeto y predicado.

VI. En resumen, más allá de las críticas, el Distribucionalismo constituye una descripción de
la estructura del lenguaje en términos estrictamente formales. Por otra parte, la estructuración
de un conjunto de definiciones operativas configura un modelo teórico que, indudablemente
ha favorecido numerosos avances, creemos nosotros, fundamentalmente en el dominio de los
estudios gramaticales en cuanto a sus alcances descriptivos, no así en cuanto a los
explicativos. Precisamente en el espectro de la lingüística norteamericana surgirá un enfoque
claramente opuesto dentro del marco de una teoría explicativa que trabajará bajo otros

5 Cf. Hockett, Ch.(1971). Curso de Lingüística Moderna. Buenos Aires: Eudeba. pp.166-7
presupuestos tanto teóricos como metodológicos. El enfoque al que nos referimos es el del
punto de vista generativo que desarrollaremos en las clases siguientes.

Continuamos con el punto de vista biolingüístico el lunes 1/6, a cargo de Patricia Rogieri

Que tengan buena semana.

Para continuar:

Dado que esta es nuestra última clase de punto de vista estructural, les proponemos a modo de
repaso que realicen las lecturas recomendadas en los encuentros anteriores (nros. 4 y 5) con las
orientaciones de lectura señaladas oportunamente.

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