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- Lingüística
CORTESÍA: EL MODELO DE BROWN Y LEVINSON
Alicia Carrizo
Analía Kevorkian
Adriana Lorusso

0. Palabras preliminares
El siguiente texto es una versión traducida y resumida del original inglés escrito por Penélope Brown y Stephen
Levinson en su edición de 1987: Politeness. Some Universal en Language Usage. (Cambridge: Cambridge
University Press) y está destinada a los alumnos de la cátedra de Lingüística General de la Facultad de Filosofía y
Letras de la UBA.

1.00 Introducción
1.1 Prólogo
El principal objetivo de este trabajo es describir y dar cuenta de lo que, a la luz de las teorías lingüísticas actuales,
surge como un fenómeno notable. Se trata del extraordinario paralelismo observable en ciertos detalles lingüísticos
contenidos en las emisiones con las cuales las personas eligen expresarse a sí mismas en culturas y lenguajes poco
relacionados entre sí. Esta convergencia es notable porque, en apariencia, sus usos son irracionales, ya que divergen
de lo que puede considerarse un modo de comunicación altamente racional y de máxima eficiencia (Grice 1967,
1975).
En este trabajo se determina un motivo para esta divergencia - la cortesía - proponiendo que el único esquema
satisfactorio de explicación para este fenómeno debe incluir una dosis importante de racionalismo. La mayor parte
de este estudio proporciona evidencia de la existencia de tal paralelismo y demuestra sus bases racionales.
Pero, ¿por qué causa debe un lingüista preocuparse por este tipo de problemas? ¿No se trata de una cuestión que
pertenece al campo de etología o la psicología? Creemos que las pautas para construir un mensaje, o “el modo de
decir las cosas”, o simplemente, el uso del lenguaje, son parte de la materia de la cual están hechas las relaciones
sociales (o, como algunos preferirían, partes cruciales de las expresiones de las relaciones sociales). Descubrir los
principios del uso del lenguaje puede ser coincidente con el descubrimiento de los principios constructivos de las
relaciones sociales en su aspecto interaccional: dimensiones por las cuales los individuos controlan su relación con
los otros en modos particulares.
Pero lo que presentamos aquí es la herramienta más que su aplicación sociológica. Esta herramienta es capaz de
describir de una manera precisa, pero no simplista, un fenómeno que ha tenido un interés persistente para los
antropólogos: la calidad de las relaciones sociales. Y, desde el momento en que la herramienta es presentada junto a
un modelo explicatorio, esperamos que su aplicabilidad intercultural tenga un status mayor que el puramente
descriptivo.
Otros objetivos subsidiarios de este trabajo son:
(i) Identificar algunos principios de tipo “universal” y al hacerlo, destacar un posible origen social para la profunda
presión funcional de que es objeto la forma de las gramáticas en general.
(ii) Proporcionar un antídoto para la baja valoración que las ciencias sociales tienen de la complejidad del
planeamiento humano. Ciertas cuestiones investigadas por la psicología cognitiva, la lingüística o los estudios sobre
inteligencia artificial no tienen contraparte en la teoría social. En este trabajo simplemente se roza la superficie de
un área de la interacción, esperando llamar la atención de las ciencias sociales sobre la riqueza y complejidad de los
presupuestos e inferencias sobre la base de los cuales los seres humanos se entienden y cooperan los unos con los
otros. Consecuentemente, se espera demostrar el rol de la racionalidad y su mutua presunción por parte de los
participantes, observando la derivación de inferencias a partir del significado inicial de las palabras, el tono y los
gestos; ya que sólo un empleo racional o lógico de estrategias puede proveer una explicación unitaria para tan
diversos usos lingüísticos, kinésicos y prosódicos.
(iii) Identificar la construcción del mensaje como dato apropiado para el análisis del uso estratégico del lenguaje.
Considerando a la interacción como (a) la expresión de relaciones sociales que (b) se construyen a partir de un uso
estratégico del lenguaje, se identifica a la construcción estratégica del mensaje como el punto de entrecruzamiento de
lenguaje y sociedad.

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(iv) El último objetivo, tal vez innecesario en estos días, es rebatir la doctrina (alguna vez de moda) del relativismo
cultural en el terreno de la interacción. Se espera demostrar que las diversidades superficiales pueden surgir de
principios universales subyacentes.

1.2. El problema
Nuestro problema inicial deriva de la observación de que, en todas las culturas, la naturaleza de la transacción que se
lleva a cabo dentro del intercambio verbal se hace más evidente por la manera en que se desarrolla que por la obser-
vación de algún acto performativo concreto. En otras palabras, uno puede reconocer mejor lo que la gente está
haciendo dentro de un intercambio verbal (por ejemplo, pedir, ofrecer, criticar, quejarse, sugerir) a partir de la
observación de ciertos detalles lingüísticos de sus emisiones (y sus correlatos kinéticos) que en base a lo que
demuestran hacer abiertamente. Por ejemplo, es muy raro que una persona diga algo como: “Yo, a través de este
acto, estoy haciendo un pedido...”, sin embargo, tan pronto como uno escucha una frase como la siguiente: “Siento
muchísimo tener que molestarte pero, ¿habría algún inconveniente si...?” sabe perfectamente bien en qué clase de
“aprieto” interaccional va a verse involucrado. Y, aún cuando no conozcamos el idioma, si vemos que una persona
se acerca a otra con movimientos que revelan una deferencia inusual (no esperable a partir del status de los
participantes en la interacción) y le habla entrecortadamente, llenando su emisión de “umm..”, “ah..” y otras expre-
siones por el estilo, tendremos una pista certera de que esa persona está realizando un pedido o haciendo algo que
considera (o cree que el otro va a considerar) una imposición.
Sobre la base de este breve esbozo de nuestro problema inicial, podemos advertir una solución para otras cuestiones
más complejas. Por ejemplo, es posible observar que en muchos lenguajes (en circunstancias en las cuales las es-
tructuras sociales permiten tales distinciones), cuando se formula un pequeño pedido, el hablante tiende a usar
formas lingüísticas que acentúan la idea de ser miembro de un grupo y de tener similaridad social (como cuando se
usa “nosotros” con carácter inclusivo). Pero si el pedido es algo mayor, éste recurrirá al lenguaje de la cortesía
formal (actos de habla indirectos convencionalizados, disculpas por la intrusión, etc.). Finalmente, si decide
formular el tipo de pedidos que sería mejor no hacer, tenderá a usar expresiones indirectas (implicaturas). Esto
mismo vale, mutatis mutandis, para las críticas, los ofrecimientos, las quejas y muchos otros actos verbales. Lo que
estos problemas relacionados parecen compartir es una orientación estratégica hacia la “imagen” (face) de los
participantes; elemento básico (kernel) de las nociones populares de cortesía.
Nuestro problema general, entonces, es el siguiente: ¿Qué clase de presunciones y qué tipo de razonamientos utilizan
los hablantes para producir estas estrategias universales de la interacción verbal? Nuestra intención es dar cuenta de
las similaridades interculturales en los principios abstractos que subyacen al uso de la cortesía, a través de un modelo
formal que sirva también como modelo de referencia para usos culturalmente específicos, como la investigación de
la calidad de las relaciones sociales en una sociedad.

1.3 . El método
Nuestra intención es dar cuenta de algunos aspectos sistemáticos del uso del lenguaje a través de la construcción de
una Persona Modelo -en adelante, PM- (model person). Nuestra PM es un hablante intencionado de un lenguaje
natural, dotada de dos propiedades especiales: racionalidad e imagen (face). Por “racionalidad” entendemos algo
muy específico: la posibilidad de nuestra PM de utilizar una forma definible y precisa para razonar cuáles son los
medios que le permitirán alcanzar determinados fines. Por “imagen” entendemos también algo muy específico:
nuestra PM está dotada de dos deseos particulares: el deseo de no ser impedida en su acción y el deseo de ser
aprobada en ciertos aspectos.
A partir de esta figura esquemática comenzamos a especular: ¿De qué modo este ser va a usar el lenguaje? Atrapado
entre el intento de satisfacer los deseos de la imagen de otras PM y la necesidad de decir cosas que atacan esos
deseos, ¿qué puede hacer este ser racional dotado de imagen?
Por una extraña coincidencia observamos que un modelo diádico de dos PMs cooperando entre sí (potencialmente,
con una audiencia) puede dar cuenta de esas regularidades interculturales en el uso del lenguaje de las que hemos ha-
blado antes. Podemos desarrollar este modelo considerando a las estrategias lingüísticas como medios que
satisfacen fines comunicativos y orientados a la imagen (face-oriented) dentro de un estricto sistema formal de
“razonamiento práctico” racional.
Nuestro modelo predictivo está construido esencialmente sobre la presunción de la existencia de agentes racionales
con ciertas propiedades. Sin embargo, esto no implica pretender que los seres humanos sean realmente, todos y
siempre, “agentes racionales orientados a la imagen”. Estas son simplemente presunciones que le dan mayor sentido
a los datos. Otro punto importante es el siguiente: puede demostrarse que para realizar la clase de inferencias a
partir de lo que se dice que los hablantes realizan deben presuponerse tales hipótesis. Este es un punto técnico que
señaló Grice (1967, 1975) a propósito de las implicaturas conversacionales y que fue sustentado desde entonces por
el trabajo lingüístico. Si A dice: ¿Qué hora es? y B le contesta: Ya llegó el cartero, luego A asume que lo que dijo B
estuvo racionalmente orientado a lo dicho por A y, a partir de esto, A deriva de la emisión de B la inferencia de que,
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por ejemplo, son más de las 11 a.m. Esta clase de inferencias constituyen las llamadas “implicaturas
conversacionales”. La totalidad del intercambio de A y B puede considerarse coherente sólo sobre la presunción de
que B está intentando cooperar y que, por lo tanto, ha elegido racionalmente un medio para alcanzar su finalidad
cooperativa. En el uso del lenguaje, se puede demostrar que tales presunciones racionales, de hecho, se realizan.

2. Resumen de los argumentos


Nos referiremos de aquí en adelante a hablante y destinatario u oyente como H y O, considerando que tanto uno
como el otro son PMs. Por otra parte, todas las PMs. conocen los siguientes puntos:
(i) Todas las PMs tienen imagen positiva (positive face) e imagen negativa (negative face) y todas son agentes
racionales (es decir, pueden elegir los medios con los que alcanzarán determinados fines).
(ii) Dado que la imagen consiste en un conjunto de deseos que sólo pueden ser satisfechos por acciones de otros,
será en general de mutuo interés para dos PMs mantener sus respectivas imágenes. Es decir H deseará mantener la
imagen de O, a menos que consiga que O mantenga la imagen de H sin recompensa, por coerción, engaño, etc.
(iii)Algunos actos intrínsecamente amenazan la imagen; se trata de los actos de amenaza a la imagen (de aquí en
adelante, AAI).
(iv) A menos que el deseo de H de hacer un AAI con máxima eficiencia (definido como directo - bald on record -)
sea mayor que su deseo de preservar la imagen de O ( o la propia) en algún grado, H intentará minimizar la amenaza
a la imagen del AAI.
(v) Dado el siguiente conjunto de estrategias, cuanto mayor sea la amenaza de un acto para la imagen de H o de O,
mayor será el intento de H de elegir una estrategia del grupo que tiene el número más alto (según el cuadro que
aparece en esta página). La razón es que dichas estrategias son capaces de ofrecer una compensación para los
riesgos que se derivan de un acto de amenaza.

Circunstancias determinantes para la elección de una estrategia:

Menor 1. directamente
(sin acción repa-
abiertamente radora)
Estimación del (on record) 2. cortesía
riesgo de pér- Haga el AAI indirectamente (con positiva
dida de imagen acción reparadora)
3. cortesía
4.encubierta- negativa
5.No haga el mente (off
AAI record)

Mayor

[Cuadro 1]

(vi) Como los puntos (i) - (v) son conocidos por todas las PMs, nuestra PM no elegirá una estrategia menos
arriesgada que lo necesario, ya que esto puede ser interpretado como una indicación de que el AAI es más
amenazante de lo que realmente es.

3. Bases intuitivas y definiciones derivadas

3.1. Propiedades de los interactuantes


Haremos las siguientes afirmaciones: que todos los miembros adultos competentes de una sociedad tienen ( y saben
que los demás tienen):

(i) “imagen” (face), la propia imagen pública que cada miembro reclama para sí mismo y que consiste en dos
aspectos relacionados:
(a) imagen negativa: el derecho básico a un territorio, a la preservación personal, a la no distracción; es
decir, a la libertad de acción sin imposiciones.
(b) imagen positiva: la propia imagen positiva o “personalidad” ( que incluye el deseo de que esa imagen
sea apreciada y aprobada por los demás) reivindicada por los interactuantes.

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(ii) ciertas capacidades racionales, en particular, modos consistentes de razonar los medios para alcanzar un fin.

3.1.1. Imagen (face)


Nuestra noción de imagen se deriva de la de Goffman (1967) y del término popular inglés, que liga la palabra face
(“cara”) con la noción de vergüenza o humillación en la expresión losing face ( „imagen o cara perdida‟) . La
imagen aparece entonces, como un objeto investido emocionalmente que puede ser perdido, mantenido o realzado y
que debe ser constantemente cuidado durante la interacción. En general, la gente coopera (y asume que los otros
también cooperan) en mantener la imagen. Esta cooperación está basada en la vulnerabilidad de las mutuas
imágenes. Además, normalmente, la imagen de cualquiera depende del mantenimiento de la de todos; y desde el
momento en que se espera que la gente defienda su propia imagen si es amenazada y que al defenderla pueda
amenazar la imagen de otros, existe el mayor interés por parte de los participantes en una interacción en mantener la
imagen mutua, esto implica actuar de manera tal de asegurar a los otros participantes que el agente es cuidadoso de
las asunciones concernientes a la imagen consignadas más arriba bajo el punto (i). (Este trabajo consiste justamente
en la explicación de ese cuidado).
Incluso, mientras el contenido de la imagen puede ser distinto en las diferentes culturas (en especial, respecto del
límite de los propios territorios y del contenido público relevante de la personalidad), se asume que el conocimiento
mutuo de la propia imagen pública de los miembros de toda comunidad y la necesidad social de orientarse hacia ella
en una interacción son universales.

3.1.2. Imagen como deseos.


Sería posible pensar que el respeto por la imagen consiste en una serie de normas o valores suscriptos por los
miembros de una sociedad. Sin embargo, preferimos considerar que la imagen consiste en ciertos deseos básicos
que cada miembro de la sociedad sabe que los otros tienen, y que en general está en el interés de cada uno satisfacer.
Por eso redefiniremos imagen negativa y positiva como:
Imagen negativa: el deseo de cada “miembro adulto competente” de que sus acciones no sean impedidas por los
otros.
Imagen positiva: la pretensión de cada miembro de que sus deseos sean deseados al menos por algunos otros.

La noción de imagen negativa, y la de cortesía de no-imposición que se deriva de ella, es tan familiar; que para la
mayoría funciona como un sinómino de la cortesía en general. En cambio, la imagen positiva y sus formas derivadas
de cortesía, son menos obvias. La reducción de la imagen o personalidad de un sujeto al deseo de que sus anhelos
sean queridos, al menos, por algunos otros puede ser justificada de este modo. El aspecto de la personalidad de un
sujeto que más sobresale durante una interacción es lo que esa personalidad requiere de los otros interactuantes (en
particular, el deseo de ser ratificado, entendido, aprobado o admirado). El próximo paso es representar ese deseo
como la necesidad de que los propios objetivos sean considerados deseables. Para comprender mejor esta noción
veamos un ejemplo. La señora B es una apasionada jardinera que dedica todo su tiempo y esfuerzo al cuidado de sus
rosas, de las cuales se siente orgullosa. Por lo tanto, le encanta que la gente las admire y se siente gratificada cuando
sus visitantes le dicen: “¡Qué maravillosas rosas!¡Quisiera que mi jardín se viera como el tuyo! ¿Cómo lo hacés?”;
con lo cual sus visitantes implican que desean exactamente lo que la señora B deseó y consiguió.
Nuestra definición de imagen positiva es adecuada sólo si tenemos en claro ciertas interpretaciones . Primero, los
deseos que un miembro de la sociedad quiere que los otros consideren deseables pueden haber sido ya satisfechos;
esto significa, que puede tratarse de deseos pasados que en la actualidad están representados por logros o posesiones.
Por otra parte, esos deseos tienen como finalidad tanto cosas materiales como no materiales: valores (amor, libertad,
piedad) o acciones (como ir a la ópera, o a las carreras o jugar al tenis).
Además, en vista de que los objetos de deseo son proposiciones como “Tengo hermosas rosas”, las expresiones de
deseo del lenguaje natural suelen dejar inespecificados el sujeto y el predicado, como en “Querer un helado”. Esto
arroja ambigüedad a la fórmula con la que explicáramos el deseo de la imagen de algún agente A: A quiere que algún
B desee sus deseos, pero ¿lo que se desea que B quiera es “B tiene un helado” o “A tiene un helado” o “Todos toman
helados”? La respuesta parece ser que en diferentes circunstancias cada una de las distintas interpretaciones puede
ser razonable. Por ejemplo, si un hombre admira el vestido de una mujer es natural interpretar que él quiere ese
vestido para ella y no para sí mismo.
Un tercer punto es que, en general, las personas no desean que sus objetivos, posesiones y logros sean considerados
deseables por cualquiera, sino por determinadas personas especialmente relevantes para ciertos objetivos
particulares. (Por ejemplo, yo puedo desear que mi estilo literario sea admirado por escritores, mis rosas por
jardineros y la ropa que uso por mis amigos).
Los otros constituyen, así, una colección de conjuntos (definidos extensional o intensionalmente) ligados, cada uno,
a un grupo de objetivos.
Por eso, nuestra fórmula debe ser interpretada a la luz de este ejemplo:
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D quiere que algunas personas (llamémoslas a1, a2, a3....) quieran el correspondiente conjunto de deseos de D
(w1,w2,w3,...).
Considerando a
a1= el conjunto de todas las personas de cualquier clase en el mundo social de D.
a2= el conjunto de todas las personas en el estrato social de D.
a3= la esposa de D.
Y considerando a
w1= D tiene un hermoso jardín; D es responsable y observador de la ley.
w2= D tiene una poderosa motocicleta y una chaqueta de cuero.
w3= D es feliz, sano, rico y juicioso.

Estos hechos particulares son, como es obvio, específicos culturalmente, grupalmente y, en definitiva,
idiosincráticos. Sin embargo, existen, en general, áreas bien definidas de bases compartidas (common ground) entre
dos personas de una sociedad. Si se trata de extranjeros, esto puede reducirse a la presunción de un interés común en
el buen tiempo u otros tópicos seguros por el estilo; si se trata de íntimos amigos puede extenderse a una identidad
completa de intereses y deseos. Pero, no importa cuán bien definidas estén estas áreas, presumir que yo estoy en el
conjunto de personas que van a complacer a otra comentando algo acerca de su ropa, implica asumir un presupuesto
extremadamente vulnerable que puedo tener que afrontar posteriormente. Esta es una de las causas por las cuales la
atención a la imagen positiva en una sociedad es a menudo muy restringida.

3.1.3. Racionalidad
Definimos aquí “racionalidad” como la aplicación de un modo específico de razonar -lo que Aristóteles llamó
“razonamiento práctico”- que garantiza las inferencias desde los fines u objetivos a los medios que permitirán
alzanzar dichos objetivos. Del mismo modo que la lógica standard posee una relación de consecuencia que nos lleva
de una proposición a la otra preservando al mismo tiempo la verdad, un sistema de razonamiento práctico debe
permitirnos pasar del fin a los medios preservando al mismo tiempo la satisfactoriedad de esos medios (Kenny
1966).
Es importante destacar que, un aspecto de la conducta racional parece ser la habilidad para sopesar los diferentes
medios que conducen a un fin y la elección de aquel que mejor satisfaga los objetivos perseguidos.
Por eso, mientras que un sistema formal daría cuenta en gran medida del contenido de la noción intuitiva de
racionalidad, un sistema de razonamiento práctico incluiría nociones como las de maximización o asignación del
mínimo costo en la elección de los medios para alcanzar un fin. Por ejemplo, si quiero tomar un poco de agua y
puedo usar la canilla de este cuarto, la del baño o la del jardín; resultaría “irracional” ir al jardín innecesariamente (a
menos que tenga un especial deseo de estar en el jardín). Si esto es así, podemos considerar como un deseo constante
de cualquier PM, el hecho de no malgastar esfuerzos inútilmente.

3.2. Actos de amenaza a la imagen (AAI) intrínsecos


Asumiendo la universalidad de las nociones de “imagen” y “racionalidad”, intuitivamente podemos afirmar que
cierta clase de actos intrínsecamente amenazan la imagen. Se trata de actos que por su naturaleza se oponen a los
deseos de la imagen del hablante y/o el destinatario. Por acto entendemos lo que se intenta hacer por medio de una
comunicación verbal o no verbal, tal como uno o más actos de habla pueden ser asignados a una emisión

3.2.1. Primera distinción: Clases de actos de amenaza a la imagen


Podemos distinguir, en primer lugar, los actos que amenazan la imagen positiva de aquellos que amenazan la imagen
negativa.
Aquellos actos que primariamente amenazan el deseo de la imagen negativa del destinatario (O), indicando
(potencialmente) que el hablante (H) no tiene la intención de evitar una imposición sobre la libertad de acción de O,
incluyen:
(i) Actos que predican algún futuro acto A de O y al hacerlo presionan a O para hacer (o abstenerse de hacer) el acto
A:
(a) órdenes y pedidos (H indica que quiere que O haga, o se abstenga de hacer, algún acto A).
(b) sugerencias, consejos (H indica que piensa que O tiene la obligación de (quizás) hacer algún acto A)
(c) recordatorios ( H indica que O debería recordar hacer algún A)
(d) amenazas, amonestaciones, desafíos (H indica que él - o alguien o alguna cosa - instrumentará sanciones
contra O a menos que O haga A)

(ii) Aquellos actos que predican algún acto futuro positivo de H hacia O, y al hacerlo presionan a O para aceptarlos o
rechazarlos, y, posiblemente, contraer una deuda:
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(a) ofertas (H indica que desea que O se comprometa a aceptar, quiera o no, que H haga algún acto para O,
con lo que O queda en la posición de contraer una deuda)
(b) promesas (H se compromete a realizar algún acto futuro en beneficio de O)

(iii) Actos que predican algún deseo de H hacia O o hacia las cosas de O, dando a O razón para pensar que puede
tener que realizar alguna acción con el fin de proteger el objeto de deseo de H o dar ese objeto a H:
(a) cumplidos, expresiones de envidia o admiración (H indica que le gusta o que le gustaría algo de O)
(b) expresión de fuertes (negativas) emociones hacia O-por ej. odio, ira, lujuria (H indica posibles
motivaciones para perjudicar a O o a las cosas de O).

Los actos que amenazan el deseo de la imagen positiva, indicando (potencialmente) que al hablante no le importan
los sentimientos, anhelos, etc. del destinatario -esto es, que él no desea los deseos de O- incluyen:
(i) Actos que muestran que H valora negativamente algún aspecto de la imagen positiva de O:
(a) expresiones de desaprobación, críticas, desdén o ridiculización, quejas o reprimendas, acusaciones,
insultos (H indica que no quiere o no le gustan uno o más deseos, actos, características personales, cosas,
creencias o valores de O)
(b) desacuerdos, desafíos (H indica que piensa que O está equivocado o desorientado o es poco razonable
respecto de alguna cosa, esta equivocación se señala desaprobatoriamente)

(ii) Actos que muestran que a H no le importa (o le resulta indiferente) la imagen positiva de O:
(a) expresión de emociones violentas (H da motivos a O para temerle o sentirse molesto)
(b) impertinencias, mención de tópicos tabú o inapropiados respecto del contexto (H indica que no da valor
a los valores de O y que no tiene los mismos temores que O)
(c) transmisión de malas noticias para O o buenas noticias (ostentación ) para H (H indica que desea causar
pena y/o que no le importan los sentimientos de O)
(d) tocar tópicos conflictivos o peligrosos emocionalmente, por ej.: política, raza, religión, liberación
femenina (H abre la posibilidad de que se produzcan actos de amenaza a la imagen <como los mencionados
anteriormente>; es decir, H crea un atmósfera peligrosa para la imagen)
(e) falta de cooperación escandalosa en una actividad - por ej. interrumpir agresivamente el habla de O, no
prestar atención ostensivamente (H indica que no le importan los deseos de la imagen positiva o negativa de
O)
(f) usar apelativos u otras formas de identificación que remarquen el status de los hablantes en primeros
encuentros (H puede identificar erróneamente a O de un modo ofensivo o molesto, intencional o
accidentalmente)

Podemos observar que existe una superposición en esta clasificación, porque algunos AAI amenazan intrínsecamente
tanto la imagen positiva como la negativa (por ej, las quejas, las interrupciones, las amenazas, la expresión de
emociones fuertes, los pedidos de información personal)

3.2.2. Segunda distinción: Amenazas para la imagen de O versus amenazas para la imagen de H.
En segundo lugar, podemos distinguir entre los actos que primariamente amenazan la imagen de O y los que
amenazan, primariamente, la imagen de H. Pero, desde el momento en que H y O están cooperando para mantener su
mutua imagen, estos últimos AAI, potencialmente, amenazan también la imagen de O.
Los AAI que son amenazantes para H incluyen:
(i) Actos que ofenden la imagen negativa de H:
(a) expresiones de agradecimiento (H acepta una deuda, humilla su propia imagen)
(b) aceptación de los agradecimientos o las disculpas de O (H puede sentirse obligado a minimizar la deuda
o transgresión de O, como cuando se usa la frase: “No fue nada, ni lo mencione”)
(c) excusas (H indica que piensa que tiene una buena razón para hacer, o fallar al hacer, un acto que O ha
criticado; esto puede constituirse, por otra parte, en una crítica de O o al menos causar una confrontación
entre el punto de vista de O y el de H)
(d) aceptación de ofertas (H es obligado a aceptar una deuda y a avanzar sobre la imagen negativa de O).
(e) respuesta a un “paso en falso” de O ( Si H ha notado visiblemente un “paso en falso” de O, puede causar
una molestia a O; pero si pretende no haberlo notado, el que sufrirá la molestia será él mismo).
(f) promesas y ofertas renuentes (H se compromete a realizar alguna acción futura que no desea llevar a
cabo; luego, si hace visible su renuencia, puede ofender también la imagen positiva de O).

(ii) Actos que dañan directamente la imagen positiva de H:


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(a) disculpas (H indica que lamenta haber hecho un AAI anterior, perjudicando así, en cierto grado, su
propia imagen - especialmente si la disculpa es al mismo tiempo una confesión a través de la cual O entra en
conocimiento de la transgresión y el AAI se convierte, así, en expresión de malas noticias).
(b) aceptación de un cumplido (H puede sentirse obligado a denigrar el objeto del cumplido de O, dañando
así su propia imagen; o puede sentirse obligado a hacer un cumplido a O como devolución)
(c) falta de control sobre el cuerpo, caídas, etc.
(d)auto-humillación, actuación estúpida, auto-contradicción.
(e) confesiones, admisiones de culpa o responsabilidad -por ej. por haber hecho o no un acto; o por
ignorancia de algo que se esperaba que H supiera.
(f) desborde emocional, falta de control sobre la risa o las lágrimas.

3.3. Estrategias para hacer AAIs


En el contexto de la mutua vulnerabilidad de la imagen, cualquier agente racional tratará de evitar estos AAI o
empleará ciertas estrategias para minimizar la amenaza. En otras palabras, tomará en consideración el peso relativo
de, al menos, tres deseos: (a) el deseo de comunicar el contenido del AAI x , (b) el deseo de ser eficiente y (c) el
deseo de mantener la imagen de O en algún grado. A menos que (b) sea mayor que (c), H intentará minimizar la
amenaza de ese AAI.
El posible conjunto de estrategias puede ser esquematizado como en el cuadro siguiente:

1. directamente
(sin acción repa-
abiertamente radora)
(on record) 2. cortesía
Haga el AAI indirectamente positiva
(con acción repa-
radora) 3. cortesía
4.encubiertamente negativa
5.No haga el (off record)
AAI

[Cuadro 2]

En este esquema, nos basamos en las siguientes definiciones.


Un actor hace abiertamente el acto A si es claro para los participantes la intención comunicativa que guía al actor al
hacer A (es decir, existe solamente una intención no ambigua atribuible al acto con la cual los testigos concuerdan).
Por ejemplo, si digo “Yo (por este acto) prometo venir mañana” y los participantes pueden concordar en que,
diciendo esto, yo he expresado sin ambigüedades la intención de comprometerme para un acto futuro; luego, yo he
realizado, abiertamente, una promesa.
En contraste, si un actor hace encubiertamente un acto A , habrá más de una intención no ambigua atribuible al
acto, por lo que no puede interpretarse que el actor se haya comprometido en una intención particular. Por ejemplo,
si digo: “¡Pero...!, me quedé sin dinero, olvidé ir al banco esta mañana”, puedo estar intentando lograr que alguien
me preste dinero, pero nadie puede interpretar certeramente que yo me he comprometido con tal intención. La
realización lingüística de las estrategias encubiertas incluye metáforas e ironías, preguntas retóricas,
sobreentendidos, tautologías y toda clase de sugestiones; por lo que el significado de lo que el actor quiere
comunicar se vuelve, de algún modo, negociable.
Hacer un acto abiertamente sin acciones reparadoras implica realizarlo del modo más directo, claro y conciso
posible (por ej., hacer un pedido diciendo: “Hacé x”). Normalmente, un AAI será hecho de este modo sólo si el
hablante no teme una retribución por parte del destinatario; por ejemplo, en circunstancias en las que (a) H y O
tácitamente acuerdan que la relevancia de las demandas de la imagen puede ser suspendida en beneficio de la
urgencia o la eficiencia; (b) cuando el peligro para la imagen de O es muy pequeño, como en las ofertas, pedidos y
sugestiones que claramente benefician a O y no requieren un gran sacrificio por parte de H (por ejemplo: “Entrá” o
“Sentate”); y (c) cuando H es notablemente superior en términos de poder a O o puede lograr que la audiencia
permita la destrucción de la imagen de O sin daño para la suya propia.
Por acción reparadora entendemos aquella acción que “da imagen” al destinatario, esto es, que intenta neutralizar
el daño potencial a la imagen del AAI; y lo hace de tal modo, o con tales modificaciones o adiciones; que indica
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claramente que no intenta ni desea una amenaza para la imagen de O y que en general reconoce los deseos de la
imagen de O y los suyos propios. Esta acción reparadora tendrá una, entre dos formas posibles, de acuerdo al tipo
de imagen (positiva o negativa) de que se trate.
La cortesía positiva está orientada hacia la imagen positiva de O. De algún modo, halaga la imagen del destinatario
indicando que H desea los deseos de O (por ej., tratándolo como miembro del grupo, como amigo, como una
persona atractiva). La potencial amenaza a la imagen es, así, minimizada.
La cortesía negativa, por otra parte, está orientada fundamentalmente a satisfacer (reparar) la imagen negativa de O,
su derecho a un territorio y a la auto-determinación. Basada esencialmente en la evitación; sus realizaciones dan
garantía de que el hablante reconoce y respeta los deseos de la imagen negativa del destinatario y de que no intenta
interferir con su libertad de acción.

3.4. Factores que determinan la elección de las estrategias


Cualquier agente racional tenderá a elegir el mismo tipo de estrategia bajo las mismas condiciones -esto quiere decir,
que hará los mismos movimientos que cualquier otro haría bajo esas mismas circunstancias. Esto sucede porque cada
estrategia particular intrínsecamente produce determinados beneficios. Por otra parte, existen circunstancias
relevantes en las que uno de esos beneficios puede ser más ventajoso que otro.
Consideraremos, primero, los beneficios intrínsecos y, luego, las circunstancias; para después relacionar los dos
ítems.

3.4.1. Los beneficios (the payoffs): consideraciones a priori.


Aquí se presenta una lista de los beneficios asociados con cada estrategia.
Actuando abiertamente, un hablante puede, potencialmente, obtener alguna de las siguientes ventajas: inducir a la
opinión pública en contra del destinatario y a su propio favor; obtener réditos por su honestidad indicando que confía
en el destinatario; obtener réditos por hablar claro evitando el peligro de ser considerado un manipulador; escapar al
riesgo de ser malinterpretado; y tener la oportunidad de devolver en “imagen” aquello que potencialmente quitó con
el AAI.
Actuando encubiertamente un actor puede obtener las siguientes ventajas: obtener réditos por actuar con tacto, en
forma no coercitiva; correr menos riesgos de que su acto entre en la “biografía chismosa” que los demás conservan
de él; y evitar la responsabilidad por la interpretación potencial de su acto como dañino para la imagen. Además,
puede dar (no abiertamente) al destinatario la oportunidad de que se lo considere cuidadoso con H (y así, estará en
condiciones de probar los sentimientos de O hacia él). En este último caso, si O elige responder a la potencialmente
amenazante interpretación del acto, otorga un “regalo” a H. Por ejemplo, si digo: “Hace calor aquí” y mi
interlocutor responde: “Voy a abrir la ventana”, obtendrá el rédito de haber actuado generosa y cooperativamente y
yo evitaré la potencial amenaza de dar una orden.
Actuando abiertamente con cortesía positiva, un hablante puede minimizar los aspectos amenzantes de un acto
asegurando al destinatario que lo considera “de la misma clase” y que desea sus deseos. Así, por ejemplo, si una
crítica es acompañada por una afirmación de amistad mutua, puede perder mucho de su carácter agresivo. Otro
beneficio posible es que H puede evitar o minimizar las implicancias de AAIs tales como pedidos u ofertas, tanto
refiriéndose (indirectamente) a la reciprocidad y continuidad de la relación entre O y él; o por la inclusión de O y H
como participantes o beneficiarios, en igualdad de condiciones, del pedido o la oferta (por ejemplo, usando un
“nosotros” inclusivo como en “Vámos a cenar”).
Actuando abiertamente con cortesía negativa, un hablante puede beneficiarse de los siguientes modos: puede
mostrar respeto y deferencia por O en pago por un AAI, evitando así incurrir en una deuda futura (o reducirla);
puede mantener la distancia social y evitar la amenaza que implicaría una demostración de familiaridad hacia O;
puede dar una verdadera “salida” a O (por ejemplo, en el caso de un pedido o de una oferta, dejando en claro que
realmente no espera que O diga: “Sí”, a menos que lo desee, con lo cual minimiza la pérdida de imagen mutua que se
produciría si O dijera: “No”); puede dar “salidas” convencionales a O (opuestas a las “salidas” verdaderas); esto
quiere decir que puede simular el ofrecimiento de una ruta de escape sin realmente hacerlo, indicando que es
consciente de los deseos de la imagen del otro.
Finalmente, el beneficio de la elección de la quinta estrategia : „No haga el AAI‟, es el de evitar, en forma absoluta,
ofender a O con un particular AAI. Por supuesto, esto implica que H no alcance la comunicación deseada. Por lo
tanto, como no existe una realización lingüística, ignoraremos de aquí en más la elección de esta estrategia.
Los beneficios descriptos pueden resumidos de la siguiente manera:

Beneficios por actuar abiertamente:


(a) claridad
(b) demostración de una conducta no manipuladora

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Beneficios de un actuación abierta sin acción reparadora:
eficiencia (H puede alegar que hay cosas más importantes que la imagen o que el acto no constituye de
ningún modo un AAI)

Beneficios de una actuación abierta con acción reparadora: H tiene la oportunidad de cuidar la imagen
(a) cortesía positiva - satisfacer, de algún modo, la imagen positiva de O.
(b) cortesía negativa - satisfacer, en cierto grado, la imagen negativa de O.

Beneficios de una actuación encubierta:


(a) H puede satisfacer la imagen negativa en una grado mayor que utilizando un estrategia de cortesía
negativa.
(b) H puede evitar responsabilizarse por su acción.

Debemos notar que cuanto más peligroso considera el hablante a un AAI más alto será el número de la estrategia
elegida (la estrategia 4 por sobre la 3, la 2 o la 1, por ejemplo).
Por otra parte, es importante observar que la cortesía positiva precede a la negativa sobre un hipotético continuum de
riesgo de un AAI. Esto sucede porque la cortesía positiva repara satisfaciendo la necesidad de O de que los otros
deseen algún deseo particular propio. Y, para llevar adelante esta estrategia, H debe asumir que forma parte del
conjunto de esos “otros”. Por lo tanto, la eficacia de su reparación dependerá de que O coincida con ese
presupuesto. La cortesía negativa, en cambio, está dirigida a satisfacer el deseo generalizado de libertad de acción.
Al satisfacer a O en este sentido, H no parte de presupuestos vulnerables ya que, en este caso, cualquier acción
reparadora es absolutamente relevante.
Cabe ahora preguntarse por qué, dado el peligro asociado a los AAI, los actores no toman siempre los máximos
recaudos optando por estrategias encubiertas. Una de las razones es que las estrategias encubiertas producen
ambigüedad y falta de claridad. Otra de las razones parece ser la tensión inherente entre los deseos de la imagen
negativa de un actor y los de su imagen positiva; ya que alguien puede desear, simultáneamente, no ser molestado y
ser halagado con frases de admiración. De todos modos, en general, es más seguro asumir que O prefiere el respeto
a su autodeterminación por sobre las expresiones de consideración; a menos que uno esté convencido de lo
contrario.
Pero lo más importante es que, desde el momento en que los participantes saben (mutuamente) cuál es la naturaleza
de la imagen, cuáles son las estrategias a las que pueden recurrir y cuál es el tipo de razonamiento práctico necesario
para hacer uso de ellas; pueden estimar el nivel de riesgo que corre la imagen bajo ciertas circunstancias y frente a
determinados AAI. Si un actor, frente a un AAI de bajo riesgo, usa una estrategia apropiada para un AAI de alto
riesgo; sus interlocutores presumirán que el AAI es más amenazante de lo que realmente es (cuando generalmente la
intención de H es minimizar más que sobreestimar la amenaza a la imagen de O). Por lo que, habitualmente, ningún
actor hará uso de una estrategia que proporcione mayor oportunidad de minimización del riesgo que la que es
requerida para mantener la cooperación de O.

3.4.2. Las circunstancias: variables sociológicas


La asignación del grado de seriedad que tiene un AAI, es calculada por los miembros de la sociedad sobre la base de
tres factores:
(i) La distancia social (D) de H y O (una relación simétrica)
(ii) El poder relativo (P) de H y O ( una relación asimétrica).
(iii) El grado de imposición (G) que representa determinado acto en una cultura particular.
Estas variables nos interesan sólo por el hecho de que los actores piensan que tienen algún valor. No representan
evaluaciones sociológicas de un poder o una distancia social reales, sino simplemente evaluaciones presupuestas por
los actores.

3.4.2.1. Cálculo del peso de un AAI


La seriedad o el peso de un AAI pueden calcularse de este modo:
Rx = D(H,O) + P(O,H) + Gx
donde Rx es el valor numérico que mide el peso de un AAI x ; D (H,O) es el valor que mide la distancia social entre
H y O; P(O,H) es el cálculo del poder que O tiene sobre H; y Gx es el valor que mide el grado de imposición que
representa un AAI x en una cultura determinada. Proponemos que cada uno de esos valores sea medido sobre la
base de una escala de 1 a n, donde n es algún número pequeño. Ahora, nos dedicaremos a describir estas variables.
D es una dimensión social simétrica de similaridad/diferencia dentro de la cual se situan el hablante y el destinatario
para afrontar determinado acto. La medición de esta variable se basa en atributos sociales estables y se refleja,
generalmente, en el recíproco dar y recibir de la imagen negativa.

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P es una dimensión social asimétrica de poder relativo. Esto quiere decir que P(O,H) representa el grado hasta el
cual O puede imponer sus propios planes y su propia autoevaluación a expensas de los planes y la autoevaluación de
H. En general, las dos fuentes de P (cada una de las cuales puede estar autorizada o no) son:
-control material (sobre la distribución económica y la fuerza física)
-control metafísico (sobre la acciones de otros, por virtud de fuerzas metafísicas consensuadas por esos otros).
En la mayoría de los casos el poder individual tiene elementos de ambas fuentes.
G es el grado de imposición que representa un acto, grado que se define cultural y situacionalmente por el modo en
que ese acto interfiere con los deseos de autodeterminación y aprobación de un agente. En general, existen dos
escalas de imposiciones identificables para los AAI a la imagen negativa:
(a) una escala de imposiciones relacionada con la prestación de servicios (incluyendo el tiempo)
(b) una escala de imposiciones relacionada con mercancías (incluyendo mercancía inmaterial como información o
expresiones amistosas).
Para un AAI a la imagen positiva, el grado de imposición implica la asignación de un “monto” de molestia para la
imagen de O, calculado sobre la base de la discrepancia entre la imagen deseada para sí por O y aquella que supone
tácitamente el AAI.
Anteriormente dijimos que cada una de estas variables (P, D y G) tenía asociado un valor de 1 a n asignado por un
actor en circunstancias particulares. Esta valuación indica simplemente que (por ejemplo) al crecer el poder de H
sobre O, el peso del AAI disminuye. Un efecto lateral de esta representación numérica es que nos da la posibilidad
de describir hechos como estos: el valor de riesgo que impulsa a la elección de otra estrategia es una costante,
independientemente del modo en que se componga ese valor o de la forma en que sea asignado . Esto quiere decir
que una persona puede actuar encubiertamente tanto en el caso en que la imposición es pequeña pero la distancia y la
diferencia de poder a favor de O son muy grandes; como cuando O es un igual pero la imposición tiene mucho peso.

3.4.2.2. Dependencia contextual de P, D y G


P, D y G, como dimensiones sociales, pueden ser consideradas de diversos modos. Si tomamos P como ejemplo,
podemos argumentar que los individuos tienen asignado un valor absoluto dentro de esta dimensión que mide el
poder que cada uno tiene en relación a los otros. De este modo, a un gerente de banco se le otorgaría un rango alto y
a un obrero, uno bajo. Pero si el obrero estuviera empuñando un revólver o fuera miembro de un jurado o
representara a su sindicato, la relación de poder se invertiría. Por eso, para sostener la idea de que las asignaciones
de P son absolutas (libres respecto del contexto) tendremos que realizar una reclasificación contextual que ajuste
esas asignciones a circunstancias determinadas.
Una posición posible sería la que propone que P es un valor vinculado, más que a individuos, a roles o esquemas de
roles. Así, en el esquema de roles gerente/empleado o padre/niño se da una relación asimétrica de poder. Por otra
parte, deberíamos considerar la existencia de esquemas de roles como delincuente/víctima para explicar por qué los
individuos pueden descubrir que el valor relativo de P que esperan normalmente se ha invertido a causa de
determinadas circunstancias. Pero, ¿podemos postular que todo tipo de “poder” está ligado a un esquema de roles?
Si es así, la noción de rol social dejaría de tener sentido. Además, existe otro problema respecto de este punto de
vista. Los individuos interactúan dentro de diferentes esquemas de roles, por lo que un valor alto de P en el rol de un
esquema afectará la conducta en el rol de otro esquema. Por ejemplo, cuando un nuevo presidente es elegido, sus
viejos amigos seguirán siéndo amigos pero les resultará difícil manejarse dentro del plano de igualdad que tenían
anteriormente.
Un tercer punto de vista sería el que propone que las evaluaciones sociales estables, sean de individuos o de roles,
son sólo uno de los elementos que cuentan para asignar valor a P y que otras fuentes de poder situacionales pueden
ajustar o cambiar por completo estas evaluaciones sociales estables. Una debilidad momentánea en la negociación
del poder, por ejemplo, o la fuerza de carácter o las alianzas pueden jugar un rol crucial en la asignación de valor a P.
Este último punto de vista es el que nos parece más adecuado. A partir de él asumiremos que los factores
situacionales afectan los valores de P, D y G y que los valores asignados cuentan sólo para H y O en un contexto
particular y para un particular AAI. Permítasenos ilustrar ahora, el modo en que cada una de estas dimensiones
sociales está relacionada con el contexto.
Observemos en primer lugar el funcionamiento de la variable D. Por ejemplo, si dos norteamericanos desconocidos
se encuentran casualmente en las calles de New York, se tratarán con gran respeto y seriedad; pero si ese encuentro
se produce en un lugar remoto de la India, es probable que se abracen e intercambien abundantes muestras de
cortesía positiva. Una posible explicación de este familiar fenómeno es que, donde sea que uno esté, todos los
miembros del universo social local deben tener lugares asignados a lo largo de la escala de distancia social. En New
York, los extraños tienen asignados valores altos de D; pero en la India los extraños nativos desplazan a los visitantes
norteamericanos hacia posiciones más cercanas entre sí en la dimensión de distancia social.
Es posible demostrar la relación contextual de la variable P a través del siguiente ejemplo. Cuando en el Sur de la
India un hombre proveniente de una casta inferior se acerca a un Brahman, debe realizar una serie de rituales como
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muestra de deferencia. Pero, si el Brahman, como agente del gobierno, tiene que realizar una visita a un hombre de
casta inferior, será él quien deberá adoptar una actitud servil o deferente. Comparable con este ejemplo es el cambio
en la relación de deferencia que se opera en Europa cuando un hablante pasa, en una conversación, del campo en el
que es experto, al campo que domina otro hablante. En estos casos, los valores de P parecen cambiar cuando los
roles de experto/aprendiz se invierten.
Aunque el grado de imposición con respecto a la escala general habitualmente se mantiene, las imposiciones pueden
variar su valor de acuerdo a la situación. Pedir un dolar, generalmente, tiene un peso más grande que pedir un
centavo. Pero, por otra parte, pedir un centavo al lado de una cabina telefónica tiene un peso menor que pedir un
centavo, sin ninguna razón aparente, en el medio de la calle. La razonabilidad situacional del pedido cuenta para la
asignación de un valor a G.

3.4.2.3. P, D, y G como variables independientes


P, D y G no son los únicos factores relevantes usados por los actores para determinar el peligro de un AAI, pero
subsumen a todos aquellos (status, autoridad, ocupación, identidad étnica, amistad, factores situacionales, etc.) que
tienen un efecto sobre tales determinaciones. Podemos ilustrar su independencia y relevancia a través de los
siguientes ejemplos, refiriéndonos a nuestra fórmula y a la afirmación de que Rx da al hablante la causa de mayor
peso para elegir dentro de los cinco conjuntos posibles de estrategias de cortesía.
Consideremos primero la variable D. Veamos dos casos en los que, según la estimación de H, P y G son constantes y
tienen valores pequeños (en otras palabras, donde el poder relativo de H y O es más o menos igual y la imposición
no es muy grande). Tales imposiciones pequeñas pueden encontrarse, por ejemplo, en los pedidos de “mercancía
gratuita”, aquellas cosas y servicios (un fósforo, decir la hora, indicar una dirección) que todas las personas
encuentran razonable demandar a otros. En las siguientes dos oraciones, mientras P y G se mantienen constantes y
con un bajo valor, únicamente D varía:
(1) Perdóneme, ¿podría usted por casualidad decirme la hora?
(2) Decime la hora, hermano.
Nuestra intuición es que (1) debería ser usada cuando (según la percepción de H) H y O son distantes (completos
extraños), y (2) cuando H y O están muy cerca (se conocen el uno al otro, o se perciben como “similares”en términos
sociales). D, entonces, es la única variable de nuestra fórmula que cambia de (1) a (2) y al hacerlo disminuye el
valor de Rx, lo cual proporciona el motivo para la elección lingüística particular con que se realiza el AAI.
Veamos ahora la variable P. Consideremos las siguientes oraciones, suponiendo que D y G se mantienen constantes
y tienen valores pequeños (por ejemplo, H y O se conocen de vista y la imposición es un pedido de “mercancía
gratuita”):
(3) Discúlpeme señor, ¿le molestaría mucho si fumo?
(4) ¿Molesta si fumo?
Nuestra intuición es que (3) podría ser dicha por un empleado a su jefe y (4) por el jefe a un empleado en la misma
situación. Aquí P es la única variable que cambia ( más exactamente, el poder de O sobre H), disminuyendo el valor
de Rx, lo cual proporciona razones a H para elegir entre (3) y (4) al realizar su emisión.
De manera similar puede demostrarse que G es también un variable independiente. Supongamos que P es pequeño y
D es grande (H y O son extraños, por ejemplo) y se mantienen constantes. Comparemos entonces las siguientes
oraciones:
(5) Me siento terriblemente avergonzada por tener que molestarlo pero ¿sería posible que me prestara algunas
monedas para el colectivo? Acabo de perder mi cartera y no sé qué hacer para volver a mi casa.
(6)¿Tiene cambio de un peso?
Ambas oraciones podrían ser dichas en una estación de colectivo por un pasajero frustrado a un desconocido; pero
nuestra intuición es que H, al decir (5), considera el AAI mucho más serio que en (6). La única dimensión que
cambia es G, que al ser inferior en (6), permite emplear un lenguaje apropiado para un bajo Rx. Nuestra conclusión
es que, en la escala de imposiciones de la cultura Anglo-americana, pedir una cantidad de dinero sin devolución
representa una imposición mayor que solicitar a alguien que busque cambio en sus bolsillos. En los ejemplos
consignados, la primera opción (ejemplos 1,3 y 5) está constituida por realizaciones lingüísticas de estrategias de
cortesía negativa y la segunda (2, 4 y 6) por realizaciones de estrategias de cortesía positiva.

3.4.3. Integración de una evaluación de los beneficios y de los riesgos en la elección de estrategias
Acabamos de explicar por qué, cuando Rx crece, un agente racional tiende a elegir estrategias con un número
superior (según los cuadros reproducidos anteriormente). El motivo es que las estrategias más altas son las que
mejor minimizan el peligro para la imagen.
Cualquier PM (persona modelo) con las propiedades que le hemos atribuido (habilidad para usar un razonamiento
práctico que le permita determinar los medios a partir de los cuales logrará alcanzar ciertos fines y posesión de

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ciertos deseos específicos -lo que llamamos “imagen”-) tenderá a emplear aquellas estrategias cuyos beneficios sean
más apropiados de acuerdo a las circunstancias (las que mejor satisfagan los deseos de su imagen).
Ahora, si el peligro de un AAI se calcula sobre la base de una estimación de los valores de P, D y G; nuestra PM
tratará de correr la menor cantidad de riesgos posibles con desconocidos (valor de D alto), con „miembros
dominantes‟ (valor de P alto) y cuando realiza imposiciones serias (valor de Gx alto).
En resumen, nuestra postulación original que define a PM como un “agente racional con imagen” predice que los
agentes racionales orientados a la imagen optarán por modos particulares de realizar actos amenazantes que
minimicen el grado de amenaza, para ello elegirán estrategias con una numeración cada vez más alta a medida que la
amenaza crece.
Finalmente, ya que algunas generalizaciones sociológicas universales parecen posibles (como que el peligro de un
AAI sea asignado en términos de factores como P, D y G) y dado que nuestra PM es una aproximación razonable a
un presupuesto universal; podemos dar cuenta del hecho de que un espectador, en una cultura extraña, viendo a un
hablante y a un oyente interactuar, estará en condiciones de intuir que H no es un amigo íntimo de O ( o de pensar
que O es más poderoso que H o que x es una gran imposición) solamente observando la realización lingüística de un
AAI de H. Esta observación puede ser hecha en Chiapas, en Tamilnad o en California.

4. Realización de las estrategias de cortesía en el lenguaje


4.1. Introducción
Hemos visto que un individuo racional suele utilizar estrategias para minimizar el riesgo que conlleva hacer un AAI.
Esto sucede porque, en virtud de su racionalidad práctica, infiere el medio más adecuado para satisfacer el fin
establecido. Desde el punto de vista del lenguaje, lo que liga a estas estrategias con las expresiones verbales es
exactamente la misma clase de razonamiento con respecto a medios y fines que realiza el individuo en su vida
práctica. Por ejemplo, supongamos que una PM (Persona Modelo) ha elegido una estrategia de Cortesía Negativa
(recordemos que esta estrategia consiste en hacer un AAI en forma abierta con una acción reparadora orientada al
deseo permanente del destinatario de que no se aprovechen de él), entonces debe expresar de manera no ambigua el
AAI y elegir entre un conjunto de formas, la apropiada para satisfacer parcialmente la imagen negativa del
destinatario, teniendo en cuenta que puede elegir más de un medio para su acción, de modo tal que el esfuerzo que
va a invertir sea proporcional al riesgo del acto.
Esas acciones reparadoras no necesitan, por supuesto, ser exclusivamente verbales. Para satisfacer parcialmente los
deseos puedo dar a entender que los he comprendido regalando una caja de bombones o un ramo de flores. Aún
cuando dentro de este trabajo nos referimos, en general, a "realizaciones lingüísticas", tenemos en mente también un
espectro comunicativo más amplio que incluye detalles paralingüísticos y kinéticos. Dado que el aparato técnico para
describir el lenguaje está más desarrollado, organizaremos nuestra descripción alrededor de categorías lingüísticas.
Sin embargo, es interesante notar que muchos aspectos de la conducta comunicativa no lingüística pueden ser
incorporados al mismo esquema.
A continuación describiremos cuatro superestrategias, a saber, los AAI Abiertos directos (Bald on record), los
indirectos de Cortesía Positiva y de Cortesía Negativa y los AAI Encubiertos (Off record), que expresan deseos y
fines de los H. Cada una de estas superestrategias agrupa un conjunto de estrategias más específicas que incluyen
los medios que permiten ejecutar (al menos parcialmente) los fines respectivos. En muchos casos estos medios no
son más que los deseos específicos y ellos mismos son los que nos van marcando el camino a seguir. Cada instancia
incluye a su vez un conjunto de estrategias que nos conducen finalmente a la realización lingüística propiamente
dicha. Las estrategias forman, entonces, una estructura jerárquica en la que reconocemos distintos niveles que a su
vez, incluyen técnicas y recursos lingüísticos particulares. En general, usaremos el término estrategia en cualquiera
de estos niveles, para hacer referencia al plan diseñado por H.
Aunque se puede seguir más de un camino simultáneamente, existen casos en que más de un deseo puede converger
en un mismo medio. Esto significa que no podemos afirmar que el uso de un recurso o medio lingüístico responde a
una sola motivación. Es más, existen muchas motivaciones sociales que influyen en la elección de las distintas
estrategias de Cortesía Positiva y Cortesía Negativa. En algunos casos puede ocurrir que además de mantener la
imagen, el deseo de ser poético o de evitar responsabilidades, entre otros motivos, estimule la elección de una
estrategia de AAI Encubierto (Off record), por ejemplo.
Antes de entrar de lleno en la descripción de las superestrategias, es necesario destacar que existen dos aspectos que
pueden ser atribuidos a todas las estrategias. En primer lugar, parece que la selección de un conjunto de estrategias
afecta también a la organización y ordenamiento de la expresión de estos deseos, de lo cual surge que decir (1) es
más cortés que decir (2):
(1) ¡Dios mío! ¿No son divinas tus rosas? Estaba justo por pedirte un ramo de flores
(2) Estaba justo por pedirte un ramo de flores. ¡Dios mío! ¿No son divinas tus rosas?
(Presumiblemente el proceso involucrado en este par de oraciones se relacione con la topicalización y el foco, los
cuales no serán tratados en este trabajo)
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La segunda observación es que, en general, cuanto mayor sea el esfuerzo que H realiza por mantener la imagen, más
deja ver su deseo sincero de que los deseos de la imagen de O sean satisfechos. H además puede aunar sus esfuerzos
simplemente mezclando medios correspondientes a distintas estrategias para ejecutar sus deseos. Por ejemplo, para
la Cortesía Negativa puede con enorme complejidad sintáctica, profusión de oraciones compuestas y cláusulas
adverbiales, pedir disculpas, expresar rechazo, dar muestras de deferencia, etc. En general, el despliege de los
recursos está íntimamente ligado a la importancia que la cultura le da a la imagen.
Por último, es necesario aclarar la noción de uso y estructura. Hemos basado nuestra discusión anterior en la noción
de uso racional del lenguaje. Pero las motivaciones que subyacen a ciertos usos concretos suelen ser lo
suficientemente poderosas como para terminar formando parte de la estructura del lenguaje. Más adelante daremos
ejemplos de cómo la codificación de las estrategias de cortesía puede pasar a la gramática, como ocurre con ciertas
lexicalizaciones (Perdón, Sr.), transformaciones (pasivización, elipsis, inflexiones dubitativas, nominalizaciones) y
modificaciones fonéticas (incluyendo prosodia) tono elevado, voz chillona. En otras palabras: la abundancia del
aparato léxico y sintáctico en una gramática parece estar motivada más que por distinciones de carácter sistemático,
cognitivas o factores de proceso psicológico, por su uso particular.
En esta sección nos dedicaremos a cada una de las superestrategias. Para las estrategias de AAI Abiertos directos
(Bald on record) subrayaremos simplemente el tipo de enunciados que las realizan, ya que todos sus resultados
tienen que ver con las Máximas de Grice. Después de una breve descripción de cada superestrategia, le siguen
ejemplos del español.

4.2. AAI Abiertos Directos (Bald on record)


Para nuestros propósitos, vamos a tratar la superestrategia de AAI Abierto directo (Bald on record) como realizada
de conformidad con las Máximas de Grice (1975). Las Máximas son una caracterización intuitiva de principios
conversacionales que constituyen condiciones para realizar un acto comunicativo con máxima eficacia. Se definen
como un conjunto básico de principios implícitos en todo intercambio de habla y brevemente se establecen como:

Máxima de Calidad: No ser falaz (decir la verdad/ser sincero)


Máxima de Cantidad:(a) No decir menos de lo que se requiera
(b) No decir más de lo que se requiera
Máxima de Relevancia: Sea relevante
Máxima de Modo: Sea perspicaz; evite ser ambiguo y oscuro.

Sin embargo, esto no significa que los enunciados respeten con razonable frecuencia estas condiciones como lo
sostienen algunos críticos de Grice. En verdad, la mayoría de los intercambios comunicativos no se llevan a cabo de
acuerdo con ellas. En este trabajo consideramos que un motivo poderoso y persuasivo para no respetar las Máximas
es el deseo de prestar atención a la imagen del Otro. La Cortesía, entonces, se constituye en la fuente principal de
transgresión de esa eficacia racional y se comunica precisamente por ella. Pero, aún en los casos extremos de
violación, las Máximas están presentes a nivel profundo. Esto hace que resulte necesario inferir el mensaje implícito.
La razón principal para usar la superestrategia de AAI abierto directo es la eficacia. Siempre que H quiera realizar un
AAI con máxima eficacia en desmedro de la imagen de O, aún en cualquier grado, elegirá un AAI Abierto directo
(Bald on record). Los imperativos directos se presentan como el recurso lingüístico más común. Existen dos tipos de
estrategias según las circunstancias. Por un lado, las que se realizan cuando la amenaza a la imagen no se minimiza
en absoluto; la imagen del otro resulta irrelevante e incluso es ignorada. Las otras, cuando haciendo un AAI Abierto
directo (Bald on record), H minimiza la amenaza de la imagen implícita.

4.2.1. Casos en que no se minimiza el AAI.


Cuando la máxima eficacia es importante y esto es reconocido tanto por H como por O, se ignora la imagen del otro
y en consecuencia no resulta necesario reparar el acto, como sucede, por ejemplo, en situaciones de urgencia o
desesperación (¡Socorro! o ¡Fuego! ). En otros casos se usa la misma fórmula pero como si fuera un acto metafórico
de urgencia, para dar énfasis a la intervención; por ejemplo, en una conversación uno de los participantes puede
tomar un turno de habla diciendo Escuchen, tengo una idea o Mirá, el punto en cuestión es... Esta urgencia
metafórica explica quizás la razón por la cual las órdenes y pedidos (o súplicas) que invierten de algún modo el
estatus de H y de O, parecen ocurrir en muchos lenguaje con la misma sintaxis de superficie: Perdón, Excúseme,
Acepte mis disculpas; es decir, imperativos usados en fórmulas convencionalizadas. Y esto es también quizás el
origen de ciertos "pedidos" metafóricos: No me olvides, Mandame una postal; donde H "implora" a O y así afianza
su relación con él.
Por otra parte, no se minimiza un AAI cuando la imagen resulta irrelevante. Si hay ruidos en el canal de
comunicación, H se ve presionado a dejar de lado la cortesía y a expresar directamente lo que desea con máxima
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eficacia. Esto se observa, por ejemplo, cuando H grita desde cierta distancia Vení ahora mismo; o hablando por TE
(con líneas en mal estado): Mandame otros mil pesos. Lo mismo ocurre cuando el foco de la comunicación está
subordinado a una labor especial o tarea. Por ejemplo: Pasame la tenaza.
Tampoco se repara el AAI en aquellos casos en que H no desea satisfacer la imagen de O porque se encuentra en una
situación de poder y no tiene miedo de no ser cooperativo con O o de recibir un desagravio. Por ejemplo: En el
futuro debes agregar soda después del whisky o Déme vino, Perkins; o bien debido a que H quiere ser rudo o no
tiene problemas en confrontar. Un buen ejemplo de rudeza social aceptada es tomarle el pelo a alguien o hacerle una
broma.
Un tercer grupo de casos ocurre cuando el AAI se realiza en interés primariamente de O (y en consecuencia de su
imagen positiva), por lo cual no es necesario reparar el acto. Consejos compasivos o advertencias suelen realizarse
en forma abierta: Tené mucho cuidado con Fulano ; al igual que cuando se dan consejos para confortar o ayudar No
te pongás triste; también cuando se da permiso para hacer algo que O ha demandado: Sí, está bien, podés ir.
Estos usos (de imperativos para acciones orientadas en interés de O) dan lugar a un sinnúmero de fórmulas
convencionalizadas (clichés) de despedida; como cuando se dan consejos a quienes se van de viaje: Tengan cuidado
con, Cuidate, Disfruten de (las vacaciones), Vayan con cuidado.

4.2.2. Casos de AAI con minimización implícita


Los casos anteriores eran AAI Abiertos en los que, por diversas razones, se dejaba de lado la imagen del Otro. Por el
contrario, existen actos de este tipo que sí se orientan hacia O. Esto ilustra muy bien la forma en que el respeto por la
imagen es mutuo, de manera tal que cada participante intenta prever lo que el otro participante, a su vez, está
intentando prever. En ciertas circunstancias, es razonable para H suponer que O está especialmente preocupado por
una potencial transgresión o violación de los derechos de H. Entonces, resulta cortés en cierto sentido para H aliviar
la ansiedad de O invitandolo con anticipación a violar sus derechos (a ofenderlo). Existen tres áreas donde
esperaríamos que se produzcan este tipo de actos anticipatorios, a saber: en las bienvenidas (o saludos), en las que H
insiste en que O puede aprovecharse de su imagen negativa; las despedidas, en las que H insiste en que O puede
transgredir su imagen positiva, despidiéndose; y los ofrecimientos, en los que insiste en que O puede aprovecharse
de la imagen negativa de H.
Estas tres categorías funcionales representan AAI potenciales por el riesgo de que O no acepte esas invitaciones.
Cuando el riesgo es grande, esperaríamos que se acompañe con alguna otra estrategia abierta, por ejemplo H no le
diría a un superior jerárquico Entrá a secas, sin caer en una situación equívoca; pero podemos predecir que si ese
riesgo es pequeño, se realizarán siempre este tipo de invitaciones anticipadas. El ejemplo clásico es: Entrá, no te
hagas problema, no estoy ocupado. La razón es clara: si O no quiere molestar, más firme resultará la invitación; de
manera que, a condición de que ningún otro deseo sea infringido, cuanto más fuerte sea la invitación, más cortés se
considerará. Por ejemplo: Tomate un café es más cortés que ¿Querés tomar un café? o Pase, por favor que ¿Quiere
pasar?
Las bienvenidas y despedidas, y en general los rituales de inicio y finalización de encuentros, a menudo presentan
estas invitaciones: Volvé otro día. Otros imperativos de este tipo incluyen ofrecimientos, por ejemplo: Debés querer
más café o No te preocupes que yo limpio mañana.
Por otra parte, existen imperativos que parecen estar orientados al rechazo de O a trasgredir la imagen positiva de H
(como contraste con el anterior, donde tenía como objetivo prevenir o anticiparse al rechazo de O a violar la imagen
negativa de H), por ejemplo cuando dice No te preocupes por mí, H esencialmente comunica: Quedate tranquila,
seguí con tus cosas y no te preocupes por ofenderme, no me dejes que te demore; o bien cuando dice: No te
preocupes por el desorden, está comunicando algo así como: No te preocupes que no me importa que veas este
desorden. A menudo suelen ser enfatizados con expresiones vagas de Cortesía Positiva: Entren, insisto, en verdad ;
Vayan ustedes primero; o bien, la expresión de Cortesía Negativa: Por favor, entre Sr.

4.3.CORTESIA POSITIVA
4.3.1. Reivindicar Convenir en que 1. Prestar atención a O
supuestos "X es admirable (sus intereses,necesidades y
compartidos interesante" objetivos)
(common ground) 2. Exagerar (interés, simpatía
aprobación por O)
3. Intensificar el interés por O

Afirmar la perte- 4. Usar marcas


identificadoras
nencia a un grupo común de grupo

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Afirmar puntos de 5.Buscar acuerdo
vista opiniones 6. Evitar desacuerdos
actitudes, cono- 7. Presuponer, afirmar y
Cortesía Positiva cimientos y simpa reforzar los supuestos
Haga el AAI tías comunes compartidos
abiertamente 8. Chistes
en forma indirecta
(con acción
reparadora) 4.3.2.Convenir en que Indica que H conoce 9. Aseverar o presuponer
H desea los H y O son cooperativos los deseos del O el conocimiento del H de los
deseos de O y los tiene en cuenta deseos de O

Reclama reflexividad 10. Ofrecer, prometer


11. Ser optimista
12. Incluir H y O en la misma
actividad
13. Dar o pedir razones

Afirmar reciprocidad 14. Asumir o afirmar


reciprocidad

4.3.3.Cumplir con 15. Hacer regalos a O


los deseos de O (objetos, simpatía,
acerca de X cooperación)

Cuadro 3.

La Cortesía Positiva está orientada hacia la imagen positiva de O, a su deseo constante de que sus deseos (o
acciones, adquisiciones y valores resultantes de ellos) sean concebidos como deseables. La reparación consiste en
satisfacerlos parcialmente comunicando que los propios deseos son de alguna manera similares a los suyos.
A diferencia de la Cortesía Negativa, la Cortesía Positiva no necesariamente repara la imagen particular o el deseo
amenazado por un AAI. En la Cortesía Positiva la esfera de lo relevante se extiende a la apreciación de los deseos
del otro o bien a la expresión de similitud entre los deseos del Ego y los del Otro. Como se muestra en el esquema
anterior, las realizaciones lingüísticas de la Cortesía Positiva son, en muchos casos, sólo representaciones de la
conducta lingüística normal entre íntimos, donde siempre se intercambian el interés y aprobación de la personalidad
de los otros, presuposiciones que aluden a deseos y conocimientos comunes que implícitamente requieren la
reciprocidad de las obligaciones o la reflexividad de los deseos, etc.
Quizás la única característica que distingue la reparación en la Cortesía Positiva de la conducta lingüística íntima
normal de todos los días es la exageración. Esta actúa como marca de aspectos reparadores de imagen en la
expresión de la Cortesía Positiva, indicando que aun si H no puede decir con total sinceridad: Deseo tus deseos
puede al menos indicar con sinceridad: Deseo que tu imagen positiva se satisfaga. Así, el elemento de insinceridad
en expresiones exageradas de aprobación o interés como en: ¡Es absolutamente maravilloso! Simplemente no me
imagino cómo hace para mantener sus rosas tan exquisitas, Sr.Pérez, se compensan por la implicación de que H en
verdad desea sinceramente que la imagen positiva del Sr. Pérez se vea realzada.
Es precisamente esta asociación con un uso íntimo del lenguaje la que otorga fuerza a la Cortesía Positiva. Los
enunciados de Cortesía Positiva se usan como una clase de extensión metafórica de intimidad, para implicar
supuestos compartidos. Esto da como resultado que extraños se perciban a sí mismos, en virtud de la interacción,
como similares de alguna manera. Por la misma razón, las estrategias de Cortesía Positiva se usan no sólo para
reparar un AAI, sino en general, como una clase de potenciador social por el cual H indica que él quiere o desea
estar cerca de O.

4.3.1. Reivindicar supuestos compartidos


Este primer conjunto incluye las estrategias 1 a 8. Todas en general indican que H y O pertenecen al mismo conjunto
de personas y que comparten deseos específicos (fines y valores). Se distinguen tres grupos: (1) H puede convenir
que algún deseo de O (fin u objetivo deseado) es admirado o le resulta interesante y agrupa las estrategias 1 a 3; (2)
acentúa la pertenencia al grupo de O e incluye la estrategia 4 y (3) finalmente, H puede afirmar una perspectiva
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común con O sin que se refiera necesariamente al hecho de ser miembro del mismo grupo e incluye las estrategias 5
a 8.
Estrategia 1. Prestar atención a O (sus intereses, deseos y necesidades)
En este caso H toma en cuenta aspectos de la condición de O: cambios notables, posesiones destacables, cualquier
cosa que parezca que O desea que H observe y apruebe: Tu blusa es muy linda, ¿dónde la compraste?, o bien: ¿la
hiciste vos misma? También se puede ejecutar cuando O realiza un AAI contra sí mismo por un tropiezo, descontrol
del cuerpo o un paso en falso, H puede "notarlo" y decirle que no se sienta mal (por contraste, en Cortesía Negativa,
H ignoraría el hecho), con un chiste o una burla: Estás un poco pesado esta noche; o incluyéndose a sí mismo en el
acto: Comimos mucho esta noche ¿no? De manera similar si O está resfriado, un acto de Cortesía Positiva de H es
ofrecerle un pañuelo o confortarlo de alguna forma por estar enfermo.
Estrategia 2. Exagerar (interés, aprobación o simpatía por O)
A menudo se ejecuta acompañada de una entonación particular, acento u otros aspectos prosódicos de énfasis, junto
con modificadores de intensidad
¡Qué lindo parque tenés! Es realmente/ maravilloso
/ extraordinario
/ increíble
El uso exagerado o enfático de palabras o partículas es otro resultado de la Cortesía Positiva e incluye expresiones
como: realmente, estoy completamente segura, exactamente, en verdad, además de otras que cumplen idéntica
función (ver Opiniones Indirectas).
Estrategia 3. Intensificar el interés por O
Otra forma para H de comunicar a O que comparte alguno de sus deseos es intensificar el interés de su propia
contribución a la conversación por medio de una buena narración o historia. El uso del "presente histórico" o contar
un evento a partir de su complicación o nudo sirven para dar intensidad a la narrativa: Estaba bajando la escalera y
¿qué creés que veo? El teléfono descolgado, la ropa tirada en el piso...
A veces también se logra dar mayor intensidad al relato intercambiando los tiempos (pasado y presente), usando el
estilo directo más que indirecto en los casos de discurso referido, o bien utilizando expresiones que incluyan a O en
la conversación como: Vos sabes que. Otra técnica es exagerar los hechos como en: Había un millón de personas o
Nunca vi nada igual; o contribuir teatralmente en la conversación imitando voces, estilos, etc.
Estrategia 4. Uso de marcas identificadoras de grupo.
VOCATIVOS: en algunos lenguas, el pronombre de la 2da persona plural se duplica como forma honorífica. Se
denominan sistemas T/V, como ocurre por ejemplo en francés: tu/vous. En esos lenguajes el uso de T (pronombre
singular no honorífico) resulta solidario frente a otro uso no familiar (En español, tu/vos frente a usted).
Otras formas del vocativo incluyen nombres genéricos y términos como: querida, viejo, che, compadre, flaco, loco.
Se usan también con imperativos para reparar una orden dirigida a alguien con el cual no hay muchas diferencias de
poder o estatus. También se usa con niños, Dame tus guantes Querido/Juancito/Cielo.
USO DE LENGUAJE GRUPAL O DIALECTO: el fenómeno de cambio de código (code switching) involucra
cualquier cambio del lenguaje o dialecto, en comunidades donde el repertorio lingüístico incluye dos o más códigos.
En algunos casos, en situaciones de diglosia (Ferguson, 1964), el cambio es entre dos variedades de dialectos, uno
de ellos se considera más prestigioso y el otro más "bajo" o doméstico. Otros casos más simples suceden en los casos
de bilingüismo o multilingüismo.
Las situaciones de cambio de código suelen ocurrir asociadas a valores domésticos grupales como una forma
potencial de Cortesía Positiva codificada (un recurso parecido al T/V del vocativo). Gumperz (1970:135) describe
algunos ejemplos de cambio de código entre los Chicanos de California, donde el paso del inglés al español marca
una complicación personal o confusión mientras que se usa el inglés para hacer afirmaciones generales e imparciales.
Nuestro análisis de este fenómeno sugeriría que en este caso el español se usa para la Cortesía Positiva y el inglés
para la Negativa. Por otra parte, el cambio asociado a una relación externa, entre otras cosas, puede señalar un AAI
acompañado de Cortesía Negativa (como el sistema T/V en el vocativo) o puede simplemente marcar un repliege de
la Cortesía Positiva asociado a un soporte emocional como ocurre en el siguiente ejemplo tomado de la comunidad
de Puerto Rico de New Jersey, donde el H codifica su enojo cambiando del español al inglés (Gumperz 1975; cf.
1970:132).
Primer llamado de la madre: Ven acá, ven acá
Segundo llamado exasperado de la madre: Come here, you
Esto es comparable al cambio dentro de la misma lengua cuando se pasa del apodo al nombre completo (Gumperz
1970:133), Juancito, vení en el primer llamado y Juan Gustavo Smith, vení inmediatamente en el segundo llamado.
Otro tipo de cambio de código se produce cuando se pasa de la lengua estándar a un dialecto particular o a un
dialecto que normalmente no es usado por H y O. Para suavizar un AAI se apela a una broma -por ejemplo, quejarse
con un tono falso o imitando el estilo de algún personaje famoso.

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USO DE JERGA O SLANG: relacionado con el uso de un lenguaje propio de un grupo o dialecto, se halla el uso de
cierta terminología. Refiriéndose a un objeto con un término de la jerga, H puede evocar todas las asociaciones y
actitudes compartidas con O respecto del objeto. Se usa entonces para reparar un acto, por ejemplo, cuando se
invoca el nombre o la marca del producto ¿Me das un Marlboro?
CONTRACCION Y ELIPSIS: hay una inevitable asociación entre el uso de la elipsis y la existencia de
conocimientos o creencias compartidas de grupo (contexto, valor de un término, etc.). La confianza en el
conocimiento mutuo compartido hace comprensible una elipsis. Esta es quizás la razón por la cual el uso de la elipsis
y la contracción se asocia con la Cortesía Positiva. La presencia de elipsis, entonces, puede marcar un enunciado
como de Cortesía Positiva; también las preguntas indirectas convencionalizadas (usualmente, de Cortesía Negativa)
si se realizan con una elipsis pueden resultar de Cortesía Positiva: ¿Importa si fumo? o ¿Qué tal un café?
Estrategia 5. Buscar acuerdo
TÓPICOS SEGUROS: otra forma característica de afirmar los supuestos compartidos con O es buscar formas en las
que es posible acordar con él. Hablar sobre un "tópico seguro" le permite H acentuar su acuerdo con O y satisfacer
así el deseo de O de ser corroborado en su opinión.
El estado del tiempo es un tópico seguro para virtualmente casi todo el mundo, como así también la belleza de los
parques, la incompetencia de la burocracia y la irritación de tener que esperar en la cola del teléfono. Cuanto más
conozca H acerca de O, más seguro estará al invocar un tópico seguro. Por ejemplo, en un mismo grupo de gente, en
general, se suele hablar de temas similares al "iniciar" una conversación con un extraño. En muchas culturas, el AAI
de hacer un pedido, normalmente es precedido por pequeñas charlas sobre tópicos seguros como una manera de
garantizarle a O que no se lo explotará con un pedido, sino que H tiene sincero interés en mantener una relación con
él.
Otro aspecto involucrado en esta estrategia es el hecho de buscar aquellos aspectos de un tópico sobre el cual es
posible acordar y desarrollarlo, por ejemplo si un vecino viene a mostrarnos su auto nuevo, podemos alabarlo,
preguntarle dónde lo compró, etc.
REPETICION: el acuerdo también se logra repitiendo parte o todo lo que H acaba de decir; se demuestra además
que uno ha escuchado correctamente lo que se dijo (satisface también la estrategia 1). La repetición se usa para
acentuar un acuerdo emocional con el enunciado (interés o sorpresa) y puede abarcar más de un turno de habla.
A: Juan se fue a Londres
B: ¿A Londres?
Estrategia 6. Evitar desacuerdos
SEÑAL DE ACUERDO: el deseo de acordar o aparentar acuerdo con O lleva al uso de mecanismos para dar a
entender que se comparten instancias de la conversación. Sacks (1973) ha recolectado muchos ejemplos en inglés en
los cuales se muestra como los H cambian sus enunciados para aparentar que están de acuerdo con O cuando en
realidad no lo están, como sucede por ejemplo cuando se responde a un enunciado anterior con “Sí, pero” en vez de
un llamativo “No”. Tomando los datos de Sacks (1973), hablaremos de "Regla del acuerdo" en los siguientes casos:
(i)A: ¿Puedes escucharme?
B: Poco
(ii)A: Tu odias a tus padres.
B: Oh, a veces.
(iii)A: Entonces, ¿esto es permanente?
B: Sí, es "permanente", permanente hasta que me case de nuevo.
Una estrategia paralela se da en la "Regla de Continuidad" (Sacks 1973) que establece que a veces se desplazan las
respuestas para suavizar un desacuerdo, como por ejemplo en:
A: Uy, ¿vienen temprano?
B: Bueno, tengo muchas cosas para hacer. No lo sé, no quiero estar muy
temprano.
(Nótese que la ironía también puede ser usada como una forma superficial de acuerdo con el enunciado precedente.)
SEUDO ACUERDO: otro ejemplo de aparente o seudo acuerdo se encuentra en el uso de "entonces" como una
marca de conclusión, una indicación de que H articula como conclusión una línea de razonamiento llevada a cabo
cooperativamente con O. Esto puede referir a un acuerdo genuino. Por ejemplo: Bueno, te encuentro frente al teatro
a las 8, entonces, donde entonces marca una conclusión en un acuerdo anterior entre H y O. Además se usan a
menudo cuando de hecho no hay acuerdo previo, puntualizando un falso acuerdo que a pesar de ello, se considera
cooperativo como en Te veré entonces.
MENTIRAS BLANCAS: cuando H, sintiéndose obligado a dar su opinión, prefiere mentir: Sí, me gusta tu nuevo
peinado, en lugar de dañar la imagen positiva de O. A veces ambos saben que no es verdad, pero igual se mantiene a
salvo la imagen de O.
OPINIONES INDIRECTAS (HEDGING): alternativamente, H puede elegir ser vago acerca de sus opiniones para
no estar o parecer estar en desacuerdo. Vimos que la estrategia 2 llevaba a H a exagerar y que esto se manifiestaba
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por la elección de palabras en el extremo de la escala de valores relevante en cada caso. Así, palabras como las
siguientes pueden abundar en una conversación como ejemplo de Cortesía Positiva: divino-ridículo; increíble
(bueno)-increíble (malo); fantástico-espantoso; extraordinario-devastador, al igual que modificadores de intensidad
como absolutamente o completamente. Pero a veces, el uso de tales extremos para expresar la propia opinión (como
en la estrategia 2) resulta riesgoso. Por esta razón, un mecanismo característico en la Cortesía Positiva es minimizar
estas expresiones extremas para darle a la propia opinión una forma vaga. Normalmente las indirectas son una
característica de la Cortesía Negativa, pero algunas veces pueden tener una función en la Cortesía Positiva, por
ejemplo Es lindo, desde cierto punto de vista; No lo sé, pero pienso que quizás la gente tiene derecho a sus propias
opiniones.
También se usan para reparar un AAI de sugerencia o crítica, entorpeciendo con expresiones vagas el intento de H:
A: ¿Cuál es el problema?
B: Bueno,mi mujer /vos sabés que nunca hace demasiado
/como siempre, me parece, vos sabés
La indirecta en este enunciado le evita a H decir en forma precisa lo que piensa. Quizás esto deriva del hecho de que
estas indirectas también funcionan como metáforas, porque obligan a O a interpretarlas de algún modo.
Estrategia 7. Presuponer, afirmar, reforzar los supuestos compartidos
CHISMES, CHARLAS: el tiempo y el esfuerzo que gasta H en remarcar su relación de amistad o camaradería con O
sustenta la estrategia de reparar un AAI charlando acerca de temas sin importancia. Así H puede acentuar su interés
general en O e indicar que no ha venido a ver a O sólo para pedirle algo, aún cuando intente hacerlo de manera
obvia.
OPERACIONES CON PUNTOS DE VISTA: casi todas las oraciones de los lenguajes naturales codifican puntos de
vista por medio de la deixis, entre otros. La deixis tiene que ver con la manera en que las oraciones se anclan a
ciertos aspectos de su contexto de emisión, incluyendo el rol de los participantes en el acto de habla y su locación
espacio-temporal. Por ejemplo el pronombre YO normalmente refiere al participante que tiene el rol de hablante,
mientras que AHORA refiere al tiempo que incluye al tiempo del enunciado y ALLA refiere al lugar más distante
desde el H que el indicado por AQUI, etc.
Fillmore (1976, 1974, 1975) ha desarrollado dos distinciones que caracterizan la manera en que las oraciones se
anclan deícticamente y nosotros lo tomaremos en esta sección. Parece ser una hipótesis segura que el centro deíctico
no marcado normal es el que tiene a H como persona central, el tiempo de habla (o tiempo codificado) como el
tiempo central y el lugar donde H está como el lugar central. Así la oración Juan vino de Londres codifica que Juan
se dirige al lugar adonde está H, como indica el verbo venir y que el evento tuvo lugar en un momento anterior al
tiempo del habla, como indica el tiempo pasado. Esto significa que las descripciones temporales y espaciales son
comprendidas como relativas al tiempo y lugar del habla, punto de referencia central. Esta locación central provee el
punto de anclaje no marcado, desde el cual parten todos los otros usos y significados. Sin embargo, muchas
oraciones tienen deícticos centrales que no son estos. LLamaremos a estas modificaciones operaciones con puntos
de vista, como sucede por ejemplo cuando H habla como si el tiempo codificado (esto es, el tiempo central)
estuviera localizado en un evento pasado; o como si el lugar central fuera el lugar del oyente más que el de H; o
como si la persona central fuera el oyente. Estas operaciones o metáforas sirven a diferentes propósitos, entre ellos:
estilísticos, como el "presente absoluto" y conceptuales.
Estas operaciones con puntos de vista también actúan en las funciones básicas de la cortesía (como Fillmore, 1971b),
especialmente por medio del cambio en el punto de vista para tomar el lugar del destinatario. A continuación se
describen casos en que se abandona el uso normal, para reducir la distancia entre los puntos de vista de los
participantes.
Cambio de la persona. H habla como si O fuera H o el conocimiento de O fuera igual o equivalente al conocimiento
de H. Por ejemplo: Me tomó en verdad mucho tiempo aprender a manejar, ¿no es cierto?; donde O posiblemente
pueda no saberlo con certeza.
Otra forma de cambio ocurre en casos cuando en que por simpatía se defiende lo que sólo e H puede saber:
A: Oh, este cuchillo corta maravillosamente.
B: Sí, querido, corta bárbaro lo sé.
El cambio en este caso puede ser llevado a la prosodia también; más aún se puede unir el YO y el VOS en un
NOSOTROS aunque sólo es a O a quien se refiere: ¿perdimos nuestra pelota verdad, Juancito? o Bueno, ahora
tomamos nuestra medicina.
También se ejecuta en el uso de la expresión Vos sabés cuando en verdad no se quiere implicar que O conozca
detalles de la situación a la que se alude, sino que se reclama el conocimiento de O acerca de hechos similares o de
situaciones en general.
Cambio del tiempo. El uso del presente histórico, un tiempo que nos lleva desde el pasado al presente, parece ser un
mecanismo de Cortesía Positiva: Y Marta le dice a Juan "Oh cielos" y Yo digo..., Juan dice que él en verdad ama tus

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rosas. En realidad es una forma de hacer un acto de habla a través de un mensajero como en Juan dice (si) querés
venir también. Se usa también para incrementar el interés en la historia como ya vimos en la estrategia 3.
Cambio del lugar. Se prefiere un demostrativo de proximidad cuando otra expresión se consideraría más aceptable:
Este tipo se me acerca (versus) Había un tipo que; o En ese tipo se puede confiar (versus) Ése era un tipo confible.
Otro tanto ocurre con los verbos de movimiento, por ejemplo: tomar vs. dar, ir vs. venir (ver Fillmore 1972, 7975).
Venir parece codificar una forma de Cortesía Positiva básica: "tomar el lugar del otro". Esto se torna más complejo
cuando tanto H como O se encuentran lejos del centro espacial que actúa como deíctico, por ejemplo, Vení y
encontrame en el bar. El uso del verbo está autorizado por la asociación de H u O con el lugar y en este caso el uso
del verbo ir podría resultar distante o descortés. Por razones similares, el verbo venir a menudo tiene una
connotación de participación, en lugar de ir que resultaría más distante: ¿Tenés ganas de ir/venir conmigo al cine?
En este caso, cuando la oposición deíctica se neutraliza porque ambos son aceptables, venir indica participación y
cooperación e ir indica distancia y menos participación.
Evitar el estilo indirecto. Cuando H trata de reforzar los supuestos compartidos con O, esperamos que realice un
mínimo ajuste en el punto de vista cuando reproduce el discurso del otro; esto es, se espera que asuma el punto de
vista de O como propio. H prefiere el uso del estilo directo con expresiones referenciales sin modificación alguna,
aún cuando la expresión pueda resultar poco clara.
MANIPULACIONES DE LA PRESUPOSICIÓN: usamos "presuposición" sólo en el siguiente sentido: H presupone
algo cuando presume que está mutuamente aceptado por la mayoría. La manipulación de la presuposición consiste en
utilizarla cuando algo no está presupuesto por todos pero H habla como si lo estuviera. Esto lo convierte en una
reparación de la imagen positiva:
Presuponer conocimiento de los deseos y actitudes de O: preguntas negativas que presumen Sí como respuesta se
usan extensamente para indicar que H conoce los deseos, gustos, hábitos, etc. de O y así reparar parcialmente la
imposición del AAI. Por ejemplo: ¿No quieren un jugo? (ofrecimiento) o ¿No pensas que es bárbaro? (opinión).
Presuponer que los valores de O son los mismos que los de H : El uso de predicados escalares como alto, por
ejemplo, implica que tanto H como O comparten el criterio para ubicar a la gente y a las cosas en esa escala. Como
puntualizó G. Lakoff (1972), un hombre se ubica dentro del conjunto de "hombres altos" de acuerdo a su grado de
altura, que depende de todos los otros hombres con los que se compara. Así cada uno define lo que es "ser alto" para
uno mismo. Esto sucede con los juicios de valor en general como bueno-malo, lindo-feo, que no sólo marcan que el
criterio de predicación es contextualmente relativo sino que los criterios mismos son relativos. La preferencia por los
extremos de la escala de valor (característica de la Cortesía Positiva) deriva en parte de la afirmación de que H y O
tienen los mismos valores para predicar, la misma definición de lo que es la belleza o la bondad.
Presuponer familiaridad en la relación H-O. El uso de formas de vocativo familiares como querida presupone que
O es "familiar". El uso de formas genéricas a extraños (loco, flaco, compañero, etc) puede suavizar o reparar la
amenaza del AAI. Pero en adición, puede también ser explícitamente afirmado como atenuación del AAI.
Presuponer el conocimiento del O. El uso de cualquier término presupone (en algún sentido) que el referente es
conocido por el destinatario. De este modo el uso de códigos de grupo (lenguaje, dialecto, jerga o terminología
local) dan a entender que O comprende y comparte la asociación de ese código. Esta asunción puede ser explotada
como un mecanismo de Cortesía Positiva. En: Estaba viendo Video Match ayer se asume que O conoce el programa
de TV.
También el uso de pronombres con el referente no explícito es típicamente un rasgo de Cortesía Positiva, por
ejemplo: Esto es divino, cuando está entrando a una casa. H puede además afirmar el conocimiento de O, respecto de
sus necesidades, por ejemplo: Sabés que tengo el examen, así que ¿me podés prestar el libro?
Estrategia 8. Chiste
Como los chistes se basan en un conjunto de creencias y valores mutuamente compartidos, explotan esos
conocimientos y valores. El chiste es una estrategia básica de Cortesía Positiva y se usa para distender o aliviar e
incluso minimizar un AAI: ¿Qué tal si me prestás tu cascajo? (en referencia al nuevo auto de O).

4.3.2. Convenir en que H y O son cooperativos


Este segundo grupo de estrategias deriva del deseo de convenir en que H y O se encuentran cooperativamente
involucrados en una actividad. Si son cooperativos, entonces comparten los mismos objetivos en un dominio. Esta
cooperación puede ser acentuada indicando H su conocimiento acerca de los deseos de O, como ocurre en la
estrategia 9; puede afirmar una suerte de reflexividad entre los deseos de H y O, esta manipulación produce las
estrategias 10, 11, 12 y 13. En tercer lugar, H puede convenir su cooperación con O indicando que cree que la
reciprocidad debe prevalecer entre O y él mismo, que ellos se encuentran en un estado de mutua ayuda; la estrategia
14 se deriva de allí.
Estrategia 9. Afirmar o presuponer el conocimiento de H de los deseos de O
Una manera de indicar que H y O son cooperativos y así potencialmente presionar sobre O para cooperar con H es
afirmar o implicitar el conocimiento de los deseos y buena voluntad de O para luego ajustar los propios deseos a
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ellos. Las preguntas negativas o ciertas expresiones funcionan en este sentido: Escuchame, sé que querés el auto a
las 5, entonces, podría ir al Centro ahora mismo, ¿sí? (pedido) o Sé que no te gustan las fiestas, pero esta puede ser
realmente divertida, ¿venís? (invitación, ofrecimiento)
Estrategia 10. Ofrecimientos, promesas
Para reparar la potencial amenaza de algunos AAI, H puede elegir acentuar su cooperación con O de otro modo.
Puede afirmar que (en cierta esfera o circunstancia) cualquier cosa que O quiera o desee, él la deseará también y lo
ayudará a obtenerla. Ofrecimientos y promesas son los resultados naturales de esta estrategia. Aún cuando sean
falsos, ellos demuestran que H tiene intenciones de satisfacer los deseos de la imagen positiva de O.
Estrategia 11. Ser optimista
La otra cara de la moneda, el punto de vista que se asocia con la estrategia de cooperación es para H, asumir que O
desea sus deseos y lo ayudará a obtenerlos. Esto significa, para H ser presuntuoso como para suponer que O
cooperará con él. Esto desencadena un tácito compromiso por parte de H para cooperar con O o al menos una tácita
afirmación de que O cooperará con él porque será de mutuo interés. Expresiones presuntuosas u optimistas de AAI
son una consecuencia de esta estrategia (y constituyen quizás la diferencia más notable entre la Cortesía Positiva y la
Cortesía Negativa al hacer un AAI). Por ejemplo:
- Me vas a prestar el taladro, espero/me imagino.
-Bueno estoy seguro de que no tenés problema si me llevo la máquina.
Estas expresiones parecen trabajar minimizando el peso de la amenaza de la imagen del acto implicando que no es
nada preguntar u ofrecer algo. Esta minimización puede establecerse literalmente con expresiones como un minuto,
pequeño, etc Y las presunciones pueden parcialmente ser suavizadas como en: Me prestas tus cubiertos un segundo,
¿sí?
Estrategia 12. Incluir a H y a O en la misma actividad
Usando una forma inclusiva como NOSOTROS (cuando H en verdad quiere decir VOS o YO) se dan por sentadas
las intenciones cooperativas de los hablantes y puede reparse la potencial amenaza de un AAI. Por ejemplo:
Hacemos un recreo, ¿sí?
Estrategia 13. Dar o pedir razones
Otra forma de incluir a O en la actividad es para H dar razones de por qué quiere lo que quiere. Incluyendo a O y
asumiendo la reflexividad (O desea el deseo de H), O es llevado a ver la razonabilidad del AAI de H. En otras
palabras, dar razones es una manera de implicar: Te puedo ayudar o Me puedes ayudar y asumir la cooperación. Es
una manera de mostrar la ayuda.
Este hecho conduce a realizar el acto como un AAI Encubierto para evaluar a O y ver si es cooperativo. Si O está de
acuerdo, el contexto puede ser suficiente para transformar esas razones en un pedido u ofrecimiento abierto. Así, las
sugerencias indirectas que más que pedir razones demandan una acción están convencionalizadas como formas de
Cortesía Positiva: ¿Por qué no me ayudás con este saco? ¿Por qué no vamos a la playa? Estas expresiones
demandan razones y asumen de modo optimista que si no existen suficientes motivos por los que O no pueda o deba
cooperar entonces, lo hará.
Estrategia 14. Asumir o afirmar reciprocidad
La existencia de cooperación entre H y O puede ser también afirmada dando evidencia de derechos u obligaciones
recíprocas entre H y O. Así, H puede decir, en efecto: Yo haré X para vos, si vos hacés Y para mí; o bien: Yo hice X
para vos la semana pasada, ahora vos tenés que hacer Y para mí esta semana (o viceversa). Puntualizando los
derechos recíprocos (o hábitos) de hacer un AAI entre sí, H puede suavizar su AAI negando el aspecto de la deuda
y/o el aspecto de amenaza con actos de crítica o queja.

4.3.3. Cumplir los deseos de O acerca de X


Nuestra última estrategia de Cortesía Positiva: H decide reparar la imagen de O cumpliendo directamente alguno de
los deseos de O e indicando además que él mismo desea los deseos de O respecto de X en algún aspecto en
particular.
Estrategia 15. Hacer regalos a O (objetos, simpatía, comprensión, cooperación)
Finalmente, H puede satisfacer los deseos de la imagen positiva de O (que desea los deseos de H) realizando alguno
de los deseos de O. Así, tenemos el clásico acto de Cortesía Positiva de dar un obsequio. Ese obsequio no consiste
sólo en objetos o hechos tangibles sino también en deseos vinculados a las relaciones humanas como el deseo de ser
gustado, admirado, comprendido y escuchado.

4. 4. Cortesía Negativa
La cortesía negativa es una acción reparadora dirigida a la imagen negativa: los deseos de tener libertad de acción,
de no ser invadidos territorialmente, etc. Es el meollo del comportamiento respetable, tal como la cortesía positiva
es el núcleo del comportamiento “familiar” o “burlón”. La cortesía negativa corresponde a lo que Durkheim
denominó “rituales negativos” o rituales de fuga.

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A diferencia de la positiva, la cortesía negativa es específica y focal; tiene la función de minimizar la imposición
particular que inevitablemente efectúa el acto que amenaza la imagen (AAI). Cuando pensamos en cortesía
occidental, en realidad estamos pensando en el comportamiento relacionado con la cortesía negativa. En nuestras
culturas, la cortesía negativa es el conjunto de estrategias lingüísticas para atenuar los AAI más elaboradas y
convencionalizadas.
Sus realizaciones lingüísticas (indirectas, pesimismo cortés, énfasis del poder relativo del oyente), nos son muy
familiares.
La figura que sigue a continuación resume un conjunto de estrategias relacionadas con la cortesía negativa, aunque
no las agota:

4.4.1. Sea directo Sea directo 1. Sea


convencionalmente
indirecto
4.4.2. No Haga mínimas 2. Pregunte, use
presuma/asuma asunciones acerca limitadores
de lo que O quiere
o de lo que es
relavante para él
4.4.3.No restrinja a Dé a O la opción
O de no hacer el acto:
-Sea indirecto
-No asuma que O
quiere o es capaz
de hacer A
-Asuma que O no 3. Sea pesimista
quiere hacer A
Cortesía Negativa: Minimice la
a)abiertamente amenaza: 4. Minimice la
b)Indirecta, con -Haga explicitos imposición
acción reparadora los valores G, P y D lingüística
frente al deseo de 5.Sea deferente
O de no ser
avasallado
4.4.4 Comunique el 6.Discúlpese
deseo de no influir
sobre O
Disocie H y O de la 7. Impersonalice a
violación particular O, evite los
pronombre yo y
usted
8. Establezca el
AAI como regla
general
9. Nominalice

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21
4.4.5. Repare otros 10. Actúe
deseos de O abiertamente como
derivados de su si estuviera en
Imagen Negativa. deuda o como si O
no estuviera
endeudado.
Cuadro 4

4.4.1. Sea Directo


La manera más simple y efectiva de construir un mensaje abierto es hacerlo directo. Sin embargo, es evidente que
ello entra en contradicción con la necesidad de atenuar el efecto sobre la IN (imagen negativa) del O (oyente), de
manera tal que generalmente no realizamos AAI negativos completamente directos.
No obstante esto, la intuición nos indica que muchas veces siendo directos minimizamos la imposición por el simple
hecho de que llegamos de manera más rápida al punto en cuestión, evitando así la ambigüedad y la oscuridad en los
mensajes.
La figura 1 muestra el choque entre estos dos deseos, esto es, el deseo de SER DIRECTO derivado de hacer el AAI
ostensiblemente; y el deseo de SER INDIRECTO que deriva de NO RESTRINGIR. A continuación se discutirán
estos aspectos.
Estrategia 1: Sea convencionalmente indirecto:
En esta estrategia el hablante (H) se enfrenta a un conflicto: el deseo de “dejar afuera”a O siendo indirecto, y el
deseo de ser abierto. En este caso, esto se resuelve con el compromiso de ser “convencionalmente” indirecto, usar
frases y oraciones con significados contextualmente ambiguos (por efecto de la convencionalidad) que son distintos
de sus significados literales.
De esta manera, la emisión es abierta y H indica su deseo de haber sido no abierto. Las indirectas convencionales
codifican el choque de los deseos, y así los emparejan parcialmente.
La forma más convencional para ser indirecto es, probablemente, el uso de Actos de Habla Indirectos (AHI, Searle):

(1) ¿Podrías, por favor, pasarme la sal?


(2) ¿Por qué pintás tu casa de color púrpura?
(3) {Dios mío/ Diablos/ En el nombre de Cristo}, ¿por qué estás pintan
do tu casa de color púrpura.
Los H utilizan este tipo de expresiones para comunicar su deseo de ser indirectos, no obstante su convicción de que
la emisión es abierta. Aun cuando no se bloquea de manera alguna la interpretación literal de estas emisiones, tales
expresiones son tan idiomáticas y convencionales que habría que forzar demasiado el contexto para interpretar que
en “¿Podés pasarme la sal?” se está interrogando acerca de la “capacidad” del O.
Cualquier indirecta que no pueda ser interpretada como ambigua en un contexto determinado, puede ser utilizada
con el mismo propósito:
(4) Necesito un peine.
(5) Estoy buscando un peine.
dichas en una perfumería a un vendedor, cuentan como un pedido concreto de un peine.
Para hacer pedidos, sólo las formas representadas por el siguiente esquema son corteses:

pregunta +/- {subjuntivo, condicional} +/- operador de posibili


dad +/- por favor
Condiciones de
felicidad +
(Austin, Searle) aserción + negación +/- {subjuntivo, condicional} +/- operador de posib. +/-
por favor

Esto predice la siguiente distribución entre pedidos corteses y descorteses (donde (d)= descortés, (c)= cortés y (*)=
agramatical):
Preguntas:
(6) (c)¿Podés pasarme la sal?
(7) (c)¿Podría pasarme la sal?
(8) (c)¿Te sería posible pasarme la sal (por favor)?
(9) (d)¿No te sería posible pasarme la sal, no? (esto sería correcto como suge rencia, es decir, si O está
interesado).
Aserciones:
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(10) (d) Podés pasarme la sal.
(11) (¿d?) Podrías pasarme la sal.
(12) (¿?*) No podrías pasarme la sal, por favor.
(13) (c) Podrías {supongo/quizá/probablemente} pasarme la sal (por favor), ¿no? No todos los AAI tienen
el mismo grado de cortesía. Compárense los siguientes ejemplos:
(14) ¿Sería posible pedirte una taza de harina?
(15) Quisiera pedirte una taza de harina, ¿puedo, no?
(14) es más cortés que (15).
Los siguientes ejemplos están ordenados de mayor a menor grado de cortesía:
(16) Supongo que no habrá ninguna chance de que te sea posible prestarme tu auto por unos pocos
minutos, ¿no?
(17) ¿Habría alguna posibilidad de que me prestes tu auto por unos pocos minu tos?
(18) ¿Harías alguna objeción a mi pedido de tu auto por unos minutos?
(19) Quisiera pedirte tu auto, si no te oponés.
(20) ¿Puedo pedirte el auto, por favor?
(21) Prestáme tu auto.
(Nótese que en algunos de estos ejemplos se combinan otras estrategias - por ejemplo, Sea pesimista - para lograr
mayor efectividad.)
Estos ejemplos muestran que cuanto más se esfuerza H en preservar la imagen, más evidente será su intención de
satisfacer los deseos de O respecto de la misma.

4.4.2. No Presuma/ Asuma


Mientras que el deseo de ser directo deriva del aspecto de la cortesía negativa que especifica el desarrollo ostensivo
del AAI, todas las otras estrategias de cortesía negativa derivan de la segunda especificación: debe atenuarse la IN
del O.
Esto nos da la segunda estrategia de CN, que advierte al H acerca de la necesidad de preguntar o restringir al O.
Estrategia 2: Pregunte, Utilice expresiones restrictivas del alcance de la emisión.
Esta estrategia, como se observa en la fig. 1, se deriva del deseo de no presumir y no restringir a O. Ya hemos visto,
en el punto anterior, el funcionamiento de las preguntas. Nos centraremos en el uso de las “expresiones restrictivas”.
En la literatura, una expresión de este tipo es una partícula, palabra o frase que modifica el grado de pertenencia de
un predicado o frase nominal en su conjunto; se dice que su pertenencia es parcial o válida sólo bajo ciertos
aspectos, o que es más verdadera y completa de lo que quizá se supone. Por ejemplo:
(22) La hamaca es una especie de juguete.
(23) Juan es un verdadero amigo.
(24) Estoy casi seguro de que he leído ese libro antes.
(25) Este artículo no es técnicamente científico.

a) expresiones con valor modal:


(26) Esto es así, {en efecto/ en un sentido/ desde todo punto de vista/ según me parece}.
b) cláusulas condicionales:
(27) Cerrá la ventana {si podés/ si cierra/ si no está cerrada/ si querés}.
(28) ¿Podrías cerrar la ventana {si puedo pedírtelo/si querés ayudarme/si no te molesta}?
c) verbos y expresiones asociadas con las Máximas de Grice:
c.1. Calidad:
c.1.1. Sugerir que H no está asumiendo la total responsabilidad acerca de la verdad de su emisión:
{Supongo/Creo/Pienso} que ...
Hay cierta evidencia acerca del hecho de que ...
Honestamente hablando, puedo decir ...
c.1.2. H también puede negar la asunción de que su intención es informar a O:
Como sabés ...
Como bien sabés ...
Como ambos sabemos...

c.2. Cantidad:
c.2.1. Hay expresiones arquetípicas que indican que la información que se brinda no es tanta o tan
precisa como se espera:
más o menos
aproximadamente
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23
algo así
groseramente
en resumen
básicamente
por así decirlo
c.2.2. Otro tipo de expresiones, con funciones claramente corteses:
Bueno, hace mucho que no lo veo.
Digo, si no te molesta.
Es un poco tarde, sabés.

c.3. Relevancia:
c.3.1. Muchas veces, para preservar la imagen de O, es necesario cambiar de tópico de manera no ostensiva:
Esto puede no ser {relevante/apropiado/importante}, pero...
Probablemente éste sea el momento apropiado para decir...
Debo mencionar en este punto que ...
{Perdón/ Eh}, justo estaba pensando en que...
Por ejemplo...
De cualquier manera...
No obstante...
Cuando pienso en eso...
Discúlpeme si menciono esto mientras lo pienso...
Bien, ahora...
c.3.2. El uso de la partícula “ahora” interactúa con la deixis temporal, como “llamando la atención” sobre
un hecho relevante (porque es un marcador deíctico próximo, como “ahora”), de manera tal que puede poner en
foco hechos del pasado:
Ahora, me sorprendió que ...
c.3.3. Algunas expresiones ponen de manifiesto el punto o propósito respecto del cual el AAI es relevante:
(29) Si la puerta está cerrada, yo tengo una llave.
(30) No sé si estás interesado, pero yo lo tengo.
(31) Juan fue al cine, en el caso de que quieras saberlo.
(32) Si me preguntás dónde están tus vendas, están sobre la silla.
(33) Sí, {ya que preguntás/ si te interesa saberlo}.
(34) Juan fue al cine, ¿sabías?
(35) Definitivamente lo haré, si querés.
(36) Lo lamento, si querés conocer mis sentimientos.
(37) Estoy furioso, si te interesa saber cómo me siento al respec
to.
(38) {Si me lo permiten/ Si están de acuerdo, entonces}, declaro
diferida la reunión.
c.3.4. Hay algunas cláusulas que modifican el verbo realizativo dando las razones por las cuales H realizó la
emisión, haciendo así un reclamo explícito de relevancia:
(39) Juan está en casa, ya que su auto está afuera.
(40) ¿Querés llevarte mi paraguas?, está lloviendo.
(41) ¿Tenés fuego?, se me acabaron los fósforos.

c.4. Modo:
c.4.1. Expresiones del tipo:
para ser breve
para hacerlo más simple
Ahora, para ser absolutamente claro, quiero...
más claramente
c.4.2. Expresiones que intentan asegurar que O está siguiendo el discurso de H:
¿sí?
¿me seguís?
¿OK?
¿es claro?
¿ves?

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Todas estas expresiones tienen un uso muy frecuente en el habla cotidiana, en muchos casos como estrategias de
cortesía. Por ejemplo, las relacionadas con la Máxima de Calidad son usadas para evitar sorpresa o críticas (“Creo
que quizás podrías...”); las relacionadas con la de Cantidad atenúan quejas o pedidos (“¿Podrías hacer esta copia
más o menos bien?”); las relacionadas con la de Relevancia, atenúan ofertas o sugerencias (“Esto puede ser
desagradable, pero ¿podrías considerar...?”); y las relacionadas con la Máxima de Modo pueden ser usadas para
atenuar cualquier AAI, por ejemplo, insultos (“No sos exactamente económico, si entendés lo que quiero decir.”).

d) Expresiones modales dirigidas a las estrategias de cortesía: algunas expresiones funcionan directamente como
indicadores de violaciones a los deseos relacionados con la imagen: francamente; para ser honesto; odio decir esto,
pero... . Todas ellas parecen significar que lo que se dice ostensiblemente podría haber sido dicho más
apropiadamente de manera no ostensiva, o directamente podría haber sido omitido.

4.4.3. No Restrinja Al Oyente


Aparece cuando el AAI involucra la predicación de un acto futuro de O (por ejemplo, pedirle ayuda u ofrecerle algo
que deberá aceptar). Para tales AAI, la atenuación de la imagen negativa puede hacerse evitando la restricción sobre
la respuesta de O, lo cual puede llevarse a cabo brindándole explícitamente la opción de no hacer el acto A. La
estrategia de orden superior produce entonces el deseo subordinado de SEA INDIRECTO, que -en choque con SEA
DIRECTO- nos lleva a la Estrategia 1. También produce el deseo subordinado de NO ASUMA QUE EL O
QUIERE/ ES CAPAZ DE HACER A, que motiva la Estrategia 2, como ya hemos visto. Y esto produce una tercera
estrategia que involucra el hecho de que H asume que O no quiere hacer A, y por lo tanto facilitará el hecho de que
O desista: SEA PESIMISTA.
Por otro lado, evitar la coerción sobre el O puede tomar la forma de un intento de minimizar la amenaza de coerción
clarificando el punto de vista del H sobre D, P y los valores G (donde D= distancia social; P= poder del O sobre el H
y G= grado de imposición cultural del AAI). Así, puede sostener que G es pequeño (y por lo tanto también lo es la
coerción), dando lugar a la Estrategia 4. También puede sostener que el P relativo de O es grande (indicando así que
H no tiene poder para restringir al O), dando lugar a la Estrategia 5, SEA DEFERENTE.
Estrategia 3: Sea pesimista
Esta estrategia atenúa la imagen negativa de O por medio de la expresión explícita de la duda acerca de si las
condiciones de obtención del Acto de Habla por parte del H son apropiadas. Esto puede hacerse de varias maneras,
algunas de las cuales ya han sido tratadas: hacer pedidos indirectamente, por medio de aserciones acerca de las
condiciones de felicidad con un operador de probabilidad negado (“Probablemente no puedas ...”). El uso del
subjuntivo o del condicional también parece tener que ver con la satisfacción de ese deseo:
(42) ¿Querrías hacer X ?
en contraste con:
(43) ¿{Podés/ Querés} hacer X?
Otro recurso para el pesimismo cortés se encuentra en expresiones negativas, tales como:
(44) No me imagino que haya alguna posibilidad de que Ud. ...
(45) No tenés sobres manila, ¿no?
y en el uso de marcadores de posibilidad remota:
(46) Quizá te parezca bueno ayudarme.
Estrategia 4: Minimice la imposición, Gx.
La elección de una estrategia codifica el peligro percibido en el AAI, pero no indica por sí misma cuál de los factores
sociales (D, P o G) es más responsable en la determinación del valor Rx. Una forma de disolver el AAI es indicar
que G, la seriedad intrínseca de la imposición, no es en sí misma grande, dejando como posibles factores de peso
sólo a D y P.
(47) Yo sólo quiero preguntarte si {puedo pedirte/ podrías darme} un/a {poquito/ poco/pequeña cantidad}
de papel.
(48) Espéreme un segundito.
Estrategia 5: Sea deferente.
Hay dos maneras de ser deferente: aumentar el prestigio de O o disminuir el del propio H. En ambos casos, se
conviene en que el rol de O es superior al de H. Cuando, como ocasionalmente ocurre, aparece la deferencia
recíproca, se conviene un respeto mutuo basado en un valor alto de D; pero esto parece ser un aspecto “heroico” del
uso de la deferencia para convenir un ranking social asimétrico.
Los fenómenos de deferencia representan quizá la inclusión más conspicua de factores sociales en la estructura del
lenguaje, bajo la forma de honoríficos. Por “honoríficos” entendemos, en sentido general, la codificación gramatical
directa del status social relativo entre los participantes, o entre los participantes y personas o cosas relacionadas con
el hecho comunicativo (ejemplos “Ud./Vos; Sr. Pérez/ Pérez; Caballero/Sr.; Volumen, Ejemplar/ Libro; etc.)

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(49) Al dar un regalo:
No es mucho, es algo pequeño, pero creí que le gustaría.
(50) Al pedir ayuda:
Creo que soy un completo estúpido, pero no puedo entender este mapa.
(51) Al aceptar un elogio:
Dios, ¡creí que no aprobaría ese examen!

4.4.4.Comunique el deseo de H de no influir en O


Una forma de satisfacer parcialmente las demandas de la imagen negativa de O es indicar que H se cuida de ello y lo
toma en cuenta en su decisión de comunicar el AAI. De esta manera, también comunica que cualquier intromisión
en el territorio delO será reconocida como tal y no será tomada a la ligera. Esto puede hacerse de dos maneras:
DISCULPARSE frente a la intromisión (Estrategia 6) y DISOCIAR AL HABLANTE, OYENTE O AMBOS DEL
AAI. De esta manera, H conviene en que no es su deseo imponer nada a O.
Estrategia 6: Discúlpese
Esta estrategia puede llevarse a cabo de varias maneras:
a) Admitir la influencia: H puede simplemente admitir que está influyendo en la imagen de O, con expresiones del
tipo:
(52) Estoy seguro de que debés estar muy cansado, pero...
(53) Sé que esto es fastidioso, pero...
(54) Me gustaría pedirte un gran favor.
(55) Espero que esto no vaya a molestarte demasiado.
b) Indicar su disgusto: H indica su disgusto frente a la intromisión mediante el uso de expresiones tales como:
(56) Normalmente no te pediría esto, pero...
(57) Mirá, probablemente me esté dirigiendo a la persona equivocada, pero...
(58) No quiero interrumpirte, pero...
(59) Odio entrometerme, pero...
(60) Me resulta terriblemente embarazoso tener que admitir...
(61) Dudé antes de preocuparte, pero...
c) Dar razones para “cubrirse”:
(62) No puedo pensar en nadie que pudiera...
(63) Estoy absolutamente perdido...
(64) No puedo entender una sola palabra en este idioma, ¿sabe Ud. dónde queda la oficina de American
Express?
(65) ¿Puede ayudarme con esto?, {porque no puedo manejarlo/ porque no hay nadie a quien recurrir}.
d) Pedir disculpas:
(66) Discúlpeme, pero...
(67) Lamento molestarlo...
(68) Espero que Ud.. me perdone si.../ Podría perdonarme si .../ Por favor, perdóneme si ....
Estrategia 7: Impersonalice al H y al O
Emitir el AAI como si el agente no fuera H, o no sólo él, y el destinatario fuera otro distinto de O.
a) Realizativos: evitar los pronombres “yo” y “vos/Ud.” puede ser un deseo tan básico que ayuda a explicar el
hecho de que muchas veces se “pierde” el referente del sujeto y del objeto del verbo realizativo:
(69) Te digo que es así.
(70) Te pido que lo hagas por mí.
son conversacionalmente inusuales, en contraste con las formas más esperadas:
(71) Es así.
(72) Hacélo por mí.
b) Verbos impersonales:
(73) Es necesario que...
(74) (Me) Parece que ...
(75) Se ve que ...
(76) Sería deseable que ...
c) Voz pasiva y pasiva impersonal:
(77) Sería apreciado el hecho de que ...
(78) Se espera que ...
(79) Esta carta debe ser enviada de inmediato.
(80) Debería agregarse más información a este folleto.
d) Reemplazo de pronombres personales por indefinidos:
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(81) Uno no debería hacer cosas como ésas.
(82) Uno debería pensar...
(83) Alguien (que yo conozco) hará la comida esta noche.
(84) Todos deberían hacerlo.
e) Pluralización de los pronombres “yo” y “vos/ Ud.”:
(85) No podemos {aceptar responsabilidades/ endosar su cheque}.
(86) Lamentamos informarles ...
(87) Nos vemos obligados a advertirles que ...
f) Utilizar términos para evitar el “Ud.”: en muchos contextos, el “Ud.” es descortés:
(88) Hey, {(desc.) Ud./ señor/ amigo}.
(89) Perdóneme, {Sr./ Srta./ (desc.) Ud.}.
g) Utilizar expresiones referenciales para evitar el “yo”: en países gobernados por un rey, éste puede decir:
(90) Su majestad no está de acuerdo ...
o bien, un presidente puede expresar:
(91) El Presidente ha decidido reemplazar al ministro...
h) Distanciar el punto de vista:
h.1. Un recurso consiste en usar el verbo principal en pasado:
(92) {Pensé/Creí/ Supuse} que podría decirte...
h.2. Usar estilo indirecto:
(93) Lamento molestarlo, pero el Canciller me sugirió que viniera a verlo.
Frente a:
(94) Lamento molestarlo, pero el Canciller me dijo: “Sr. Pérez, si yo fuera Ud. iría a ver al Deán.
Estrategia 8: Establezca el AAI como regla general
Una manera de disociar a H y a O de la imposición particular en el AAI, es establecerlo como una instancia de
alguna regla social general:
(95) a) Los pasajeros deben ajustarse el cinturón de seguridad.
b) Ajústese ...
(96) a) Las normas internacionales requieren que los pasajeros sean vacunados.
b) Voy a vacunarlo.
De manera similar, la imposición puede ser presentada como un caso especial de una obligación general:
(97) Nosotros no nos sentamos en la mesa, nos sentamos en las sillas, Juancito.
Estrategia 9: Nominalice
Considérense los siguientes ejemplos:
(98) a) Actuaste bien frente a los examinadores y estamos favorablemente impresionados.
b) Tu buena actuación frente a los examinadores nos impresionó favorablemente.
b) parece ser más formal que a).
No sólo los Sujetos y Predicados, sino también los complementos, presentan distintos grados de formalidad en
relación con la nominalización:
(99) Estoy sorprendido {de que te decidieras a contestar/ de tu decisión ...}.
También aparecen frases con distintos grados de formalidad o familiaridad:
(100) a) Me da placer informarle...
b) Es un placer informarle...
(101) a) Lamentamos no poder...
b) Es lamentable no poder ...
La intuición indica que cuanto más “nominal” es la expresión, más cortés es.

4.4.5. Repare otros deseos del oyente


Consiste en ofrecer una compensación parcial a la amenaza a la imagen negativa efectuada por el AAI, por medio de
atenuar algún otro deseo del O (integridad territorial, autodeterminación, etc.). De aquí se derivan dos estrategias:
a) SEA DEFERENTE CON O, indicando que él es respetado, estimado y considerado superior; b) SEA
OSTENSIVO como si estuviera en deuda con O, o como si O no estuviera endeudado.
Estrategia 10: Sea ostensivo como si estuviera en deuda con el Oyente, o como si éste no estuviera endeudado
H puede atenuar un AAI expresando de manera explícita su endeudamiento frente a O, o evitando la expresión de la
existencia de una deuda por parte de O, utilizando expresiones como las siguientes para hacer pedidos:
(102) Te estaría eternamente agradecido si pudieras ...
(103) Nunca podría agradecerte este favor, pero necesito ...
y para ofrecer:
(104) Yo no tendría ningún inconveniente en hacerlo por vos.

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(105) No es problema para mí, de todos modos voy para ese lado.

4.5. AAI encubiertos


Un acto comunicativo se lleva a cabo encubiertamente si se hace de manera tal que no es posible atribuirle sólo una
intención comunicativa clara. En otras palabras, el actor se deja “afuera”, proveyéndose de una serie de
interpretaciones defensivas. Así, si un H quiere hacer un AAI pero quiere evitar la responsabilidad de hacerlo, puede
actuar no ostensivamente y dejarle al destinatario la responsabilidad de decidir cómo interpretar ese acto.
Tales emisiones encubiertas son esencialmente usos indirectos del lenguaje: para construir una emisión no ostensiva
uno dice algo que es más general o realmente distinto de lo que quiere significar. En cada caso, O debe hacer alguna
inferencia para recuperar lo que de hecho se quiso significar.
Un tipo de indicio muy plausible es la violación de alguna de las Máximas de Grice.

Motivos para
hacer A
1. Sugiera
4.5.1. Produzca una Implicatura Viole la Máxima de Condiciones
Conversacional por medio Relevancia para A
de la violación de una 2. Dé indicios asociados
máxima conversacional 3. Presuponga

Viole la Máxima de 4. Sobreentienda


Cantidad 5. Exagere
6. Use tautologías
Encubiertamente
Haga el AAI, Viole la Máxima de 7. Sea contradictorio
pero Calidad 8. Sea irónico
Sea indirecto 9. Use metáforas
10. Use preguntas
retóricas

4.5.2. Sea vago o ambiguo Viole la Máxima de 11. Sea ambiguo


Modo 12. Sea vago
13. Sobregeneralice
14. Desplace a O
15. Sea incompleto, use
elipsis

Cuadro 5

4.5.1. Produzca una implicatura conversacional


Si un H quiere hacer un AAI y elige hacerlo indirectamente, debe darle a O algunos indicios y esperar que O los
capte y luego interprete lo que H realmente quiere significar. La manera más común de hacer esto es producir una
Implicatura Conversacional por medio de la violación de alguna máxima conversacional. O debe preguntarse: ¿Por
qué él dijo eso de esa manera?
Nótese que las Implicaturas Conversacionales a menudo dependen de aspectos salientes del contexto de situación.
Estrategia 1: Sugiera
Si H dice algo que no es explícitamente relevante, invita a O a buscar una interpretación de su posible relevancia.
(1) Hace frío aquí. (Cerrá la ventana.)
(2) Necesito cigarrillos. (Compráme cuando salgas.)
(3) Esta sopa no tiene gusto a nada. (Pasáme la sal.)
(4) ¡Qué calor hace! (¿Tomamos algo fresco?)
(5) ¡Qué película aburrida! (Cambiá de canal.)
Las sugerencias también pueden hacerse afirmando o cuestionando las condiciones para A (como los pedidos
indirectos):
(6) La ventana no está abierta.
(7) No abriste la ventana cuando entraste.
Estrategia 2: Dé indicios asociados
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El H menciona algo asociado con el acto que se requiere del O:
(8) Dios, otra vez me duele la cabeza.
puede usarse para pedirle a O su traje de baño, si H y O saben mutuamente que ambos hacen una asociación entre el
hecho de que a H le duela la cabeza y el hecho de que si O le presta su traje de baño el H nadará y se le irá el dolor
de cabeza.
Estrategia 3: Presuponga
Si H dice:
(9) Hoy lavé el auto otra vez.
se presupone que ya lo ha hecho antes y por lo tanto implica una crítica. El uso de “otra vez” fuerza a O a buscar la
relevancia del hecho anterior presupuesto. Con el agregado de expresiones del tipo “hasta/ incluso” la implicatura
crítica se refuerza:
(10) Hasta Juan se está bañando.
Otro modo de presuponer es el uso del acento contrastivo:
(11) No fui yo quien lo hizo. (Presupone que otro lo hizo).
Estrategia 4: Sobreentienda
Los sobreentendidos son una manera de generar implicaturas por medio de decir menos de lo que se requiere.
(12) A: ¿Qué pensás acerca de Juan?
B: No hay nada malo con él. (Sobreentendido: No me cae muy bien.)
(13) A: ¿Qué te parece el nuevo corte de pelo de Ana?
B: Bien/ Muy bonito. (No me gusta.)
(14) Esa casa necesita un toque de pintura. (Hay que trabajar mucho para mejo rarla.)
(15) Es un poco tonto. (Es un idiota.)
También puede agregarse algún atributo positivo para implicar (irónicamente) que no se cree que sea bueno:
(16) Esos zapatos son bastante lindos.
(17) Esa es una pintura bastante buena.
(18) Juan es apenas un genio.
(19) Aquel cuadro es apenas un Rembrandt.
O agregar algún atributo (potencialmente malo) para indicar que es muy malo (como en (15)):
(20) Es un poco sorprendente.
Estrategia 5: Exagere
Si H dice más de lo necesario, también puede producir una implicatura:
(21) Había cien mil autos en la calle.
puede ser una excusa frente a una llegada tarde.
(22) Te llamé cien veces, pero me daba siempre ocupado.
puede ser usado para defenderse frente a un posible reproche por no haber llamado.
(23) ¿Por qué estás siempre fumando?
puede entenderse como una crítica.
Estrategia 6: Use tautologías
Puede ser una excusa:
(24) La guerra es la guerra.
(25) Los chicos son chicos.
o una crítica:
(26) Lo tuyo es tuyo, y lo mío es mío.
El mismo efecto se produce cuando se usan expresiones vanalmente obvias y no informativas:
(27) Sos un hombre, ¿por qué no hacés algo al respecto?
dicho a un hombre asumiendo que los hombres son seres que “hacen “ cosas, implicando que el destinatario está en
la obligación de hacer algo para demostrar su masculinidad.
Estrategia 7: Use contradicciones
Violando la Máxima de Calidad (Diga la verdad, Sea sincero), H fuerza a O a hallar alguna implicatura que preserve
la asunción de Calidad, la que quizá sea el principio más elemental del uso del lenguaje.
Las contradicciones, así como la ironía, las metáforas y las preguntas retóricas, involucran violaciones a la Máxima
de Calidad. Diciendo dos cosas que se contradicen entre sí, H muestra que no puede estar diciendo la verdad.
Obliga así a O a buscar una interpretación que reconcilie las dos proposiciones contradictorias:
(28) A: ¿Estás de acuerdo?
B: Bueno, sí y no.
(29) A: ¿Está Juan?
B: Bueno, está pero no está.
Estrategia 8: Sea irónico
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Diciendo lo opuesto a aquello que se quiere significar, H produce una violación a la Máxima de Calidad e invita al
O a recomponer la información:
(30) Juan es realmente un genio. (Dicho después de que Juan ha hecho alguna tontería.)
(31) ¡Qué vecinos amorosos! ¿Eh? (Dicho después de que pasaron a nuestro lado sin saludar.)
La ironía se puede combinar con los sobreentendidos:
(32) Esto no es exactamente mi idea acerca de la felicidad.
Estrategia 9: Use metáforas
Las metáforas son literalmente falsas. Su uso es quizá frecuente cuando se actúa abiertamente, pero existe la
posibilidad de usarlas cuando no se es ostensivo:
(33) Héctor es un verdadero pescado. (Él {nada/toma/tiene la sangre fría} como un pescado.)
Estrategia 10: Use preguntas retóricas
Formular preguntas sin esperar una respuesta es romper la condición de sinceridad de las preguntas (“ H quiere que
O le dé cierta información”) y también viola la Máxima de Calidad (“Sea sincero”). Las preguntas retóricas, que
dejan implícitas las respuestas, pueden usarse para hacer AAI, por ejemplo excusas:
(34) ¿Cómo podía saberlo? (No lo sabía.)
o críticas:
(35) ¿Cuántas veces tengo que decirte...? (Muchas veces.)
(36) ¿Qué puedo decir? (Nada.)

4.5.2. Sea vago o ambiguo: viole la máxima de modo


H puede optar por no ser ostensivo siendo vago o ambiguo.
Estrategia 11: Sea ambiguo
Se puede ser ambiguo usando metáforas:
(37) Juan es un cocinero afilado.
puede ser tanto un cumplido como un insulto, dependiendo de la interpretación que se le dé a “afilado”.
La mayoría de las estrategias encubiertas explotan la ambigüedad en su sentido más amplio.
Estrategia 12: Sea vago
H puede ser no ostensivo con un AAI siendo vago respecto del objeto de tal acto, o respecto de cuál es la ofensa,
como en una crítica:
(38) Quizá alguien dijo algo desagradable.
(39) Parece que alguien ha estado tomando mucho.
o con el uso de algunos eufemismos:
(40) Voy ya sabés a dónde.
Estrategia 13: Sobregeneralice
(41) El que ríe último ríe mejor.
(42) La gente madura ayuda a los necesitados.
Muchas veces, el uso de generalizaciones o proverbios en un contexto determinado, se utiliza como una crítica, pero
con el peso adicional de la tradición.
Estrategia 14: Desplace al Oyente
Consiste en dirigir el acto a un destinatario cercano a O, pero apuntando a O mismo. Por ejemplo, pedirle algo a una
persona que no está tan cerca de ese objeto como nuestro verdadero destinatario, quien probablemente sea un
superior.
Estrategia 15: Sea incompleto, use elipsis
Ésta es más una violación de la Máxima de Cantidad que de la de Calidad:
(43) Bueno, no te vi ...
(44) Bueno, si alguien deja su café sin tomar sobre la mesa...

5. Conclusiones
Resumamos brevemente algunas de las propuestas establecidas en este trabajo.
En primer lugar, quisimos dar cuenta de la interpretabilidad pan-cultural del fenómeno de la cortesía. Para ello,
hemos argumentado que esta interpretabilidad se deriva de las presunciones basadas en el conocimiento mutuo que
universalmente poseen los interactuantes; que los seres humanos son “racionales” y que tienen “imagen”. Sobre
estas ideas construímos una teoría completa de la cortesía integrando las nociones de la cortesía amistosa y la
cortesía formal en un único esquema.
La idea esencial de esta investigación es: el sistema interaccional está basado en gran medida en principios
universales. Pero la aplicación de estos principios difiere sistemáticamente en las diferentes culturas, y aún en

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distintas subculturas y grupos. Desde un punto de vista interaccional, principios como los que hemos descripto son
algunas de las dimensiones sobre las que se construyen diversas relaciones sociales.
Cualquiera sea el valor que se le asigne a nuestra contribución teórica, queremos dejar sentado que el fenómeno que
hemos descripto y el método usado para esta descripción proporciona una herramienta etnográfica útil para un
análisis refinado de la calidad de las relaciones sociales.

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