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TIPOS DE CLIENTES Y SU CLASIFICACIÓN

ÁREA: ADMINISTRACIÓN GRADO: 1004° DOCENTE: ESP. ALEXANDER ORTEGÓN BETANCOURT PERIODO: III

¿Qué tipos de clientes existen y cómo puedes clasificarlos?

A veces es más difícil captar un cliente nuevo que mantener uno actual.
Habitualmente las empresas centran sus esfuerzos en “mimar” a sus clientes
para preservarlo. ¿Cómo lo logran? Pues, teniendo claro qué tipos de clientes
tienes.
Por ello, establecer los tipos de clientes demuestra que aunque se diga que cada
cliente es único, hay similitudes que nos permiten clasificarlos, así podrás armar
estrategias que al final devengarán las ganancias que deseas de tu negocio.

¿No sabes cómo hacerlo? No te desesperes que precisamente en este artículo te


hablaremos de los tipos de clientes y cómo clasificarlos según sus semejanzas.

Además, te mostramos personalidades de los clientes, las fases de compra por


las pasa un cliente y, adicionalmente, mencionaremos una herramienta que te
ayudará a recopilar la información sobre tus clientes, para que puedas identificar
mejor y más rápido los tipos de clientes de tu negocio.

¡Empecemos!

La clave de todo negocio es contar con clientes; por consiguiente, no debes


olvidar que también de tus clientes dependen las ganancias de tu empresa.

El punto inicial lo estipula el Principio de Pareto -conocido como la regla del


80/20- una teoría aplicada a las ventas que dice que el 80% de tus ingresos
provienen del 20% de tus clientes.

Este principio establece que tienes que enfocar mejor tus esfuerzos en lo que
realmente trae dinero a tu negocio. Y eso son precisamente tus clientes.

Así que ¡prepárate! que con la clasificación que te presentamos tendrás las
herramientas para atender a cada uno y cubrir todas sus expectativas.
Tipos de clientes de una empresa

Los clientes pueden ser distintos, pero tienen similitudes que te permiten clasificarlos

Después de haber leído bastante sobre los tipos de clientes que existen, de
haber asistido a charlas y de mi experiencia quise enfocar este artículo en una
clasificación distinta, que te ayudará a conseguir mejores resultados – no con
menos esfuerzo – pero sí con un esfuerzo más inteligente.

No se trata de conseguir mejores resultados con menos


esfuerzo, sino con un esfuerzo inteligente
Es importante que conozcas más y mejor a tus clientes, es decir, tengas claro
sus costumbres, su personalidad y gustos, así podrás adecuar tu oferta a sus
necesidades; para ello, necesitas información más allá de datos demográficos y
socioeconómicos.

Por eso, en principio, te mostramos la clasificación según las distintas


personalidades de los clientes que pueden llegar a tu empresa, para que puedas
ofrecerle una atención personalizada.

Tipos de clientes según su personalidad


Recuerda que un cliente no es un extraterrestre, es una persona normal, de
carne y hueso, que siente y padece, y que tiene una personalidad específica. Lo
importante para ti es definir qué personalidad tiene tu cliente para saber qué
actitud debes tomar y darle la mejor atención.
Así que puedes atender clientes que…

Creen que se las saben todas: seguro a tu empresa llegan personas que llegan
con alguna pregunta y ellos mismos se las responden. Son los que tienen una
actitud de superioridad ante el vendedor, en lugar de dejar que un experto lo
asesore. Lo mejor es dejar que hable y hazle preguntas para que él las responda
y al final haga la compra.

Desconfían de todo lo que le recomiendas: nunca está 100% seguro que lo


que le ofreces satisfaga sus exigencias, por lo que siempre va a pedir una
atención “preferencial”. Otórgale toda la información que requiera, con datos
precisos y confiables.

Y no pueden faltar los que…

Se tardan horas en decidir: o mejor dicho, son los clientes indecisos. Sabemos
que tomar decisiones a veces cuesta un poco, y este tipo de cliente es un
ejemplo de ello. Pueden tardar “horas” en decidir si comprar o no lo que le
ofreces. Así que ¡paciencia! Apóyalo por lo que se incline y no le des demasiadas
alternativas.

Van a directo a lo que buscan: son los clientes minuciosos, que saben
exactamente lo que buscan y sin titubeos lo solicitan; y si no lo consigue,
sencillamente se da la vuelta y sigue buscando. No necesita que lo convenzas, él
ya está convencido y se centrará en la búsqueda de la marca o producto exacto.

La mejor forma de atenderlos es trabajando en base al producto que requieren y


ofreciendo productos similares sin parecer que es una compensación por no
tenerlo en los momentos sino como una innovación del mercado.

También están los que generan incomodidades…

Se comportan de forma grosera: se caracteriza por discutir con facilidad y


perder los estribos, hasta llegar a ofender. Por ello, no debes caer en su mismo
terreno sino mantenerte ecuánime. En caso de que sea intolerable, es mucho
mejor perder una venta que aceptar malos tratos, deja que seguridad se
encargue del asunto.

El casanova: aplicará todas sus estrategias para conseguir el mejor precio a


partir de sus encantos. Buscará la forma de convencerte y conseguir beneficios
extra a partir del coqueteo.
Tipos de clientes según su comportamiento
¿Cuántas veces te ha tocado atender a un cliente inentendible? ¿Cuántas veces
has creado estrategias para mantener a tus clientes y no resultan?

Pues, toma en cuenta que también el conocer a tu cliente según su


comportamiento te dará claves para entenderlo y así aumentar tus ventas.

El comportamiento de un cliente determina qué tipo es

Desde el punto de vista del vendedor, me parece que hay dos tipos de clientes a
los que hay que prestarles atención:

1. El cliente formal
2. El cliente informal

El cliente formal

Esta clasificación está dirigida a identificar oportunidades de negocio


convencionales que, a mi parecer, aporta poca información relevante, a no ser
que tu negocio dependa completamente de ello.
En esta división se suele clasificar a los clientes por:

 Género
 Edad
 Ubicación
 Ingresos económicos
 Profesión

Ciertamente, con esto puedes tener información básica, pero ¿realmente estos
datos serán suficientes para centrar mejores tus esfuerzos en las ventas?

Hay que conocer más a fondo a nuestro cliente. Toma en cuenta aspectos más
de personalidad, de idiosincrasia. Solo clasificar al cliente según esta información
limita la creación de estrategias que puedas crear para mejorar tu negocio.

Por eso sugiero la segunda clasificación:

El cliente informal

Este es el tipo de clasificación de las clases de clientes que debes compartir y


discutir con tus colegas, con el departamento de venta, de marketing, de atención
y con los directivos de la empresa.

No es muy conveniente fiarse de que, por ejemplo, todas las mujeres entre 25 y
34 años, solteras y graduadas se comporten de una cierta forma cuando
interactúan con un vendedor, porque no es así.

Por ello, es mejor concentrarse en qué necesitan cada uno de ellos, en el


momento que lo requieran y hacerles una oferta ajustada a cada personalidad.

¡No te preocupes! Tampoco es que tienes que tener un postgrado en psicología


para determinar los tipos de clientes, si ya has vendido te darás cuenta que son
rasgos que has notado.

Por ejemplo, los clientes informales se subdividen en:

Los clientes activos:

Son los que compran de forma regular o que compraron recientemente. En pocas
palabras, son los que tienen el nombre de “cliente” bien merecido. Además, son
objeto de promociones y seguimiento para que llegue a convertirse en un cliente
cautivo.

No está de más recalcar que una persona que haya hecho una compra alguna
vez no es un cliente, es solo una venta que conseguiste; un cliente es aquel que
es fiel al producto/servicio.
Persona que compra con regularidad = Cliente; Persona que
compra 1 vez = 1 venta
Los clientes inactivos:

En ese caso, son esos clientes que compraron hace un tiempo y a los cuáles hay
que investigar un poco más para saber por qué no han regresado. ¿No les gustó
el producto/servicio?, ¿les pareció muy caro?, ¿están donde la competencia?

Por lo general, son esos tipos de clientes que forman parte del 80% de clientes
que aportan el 20% de tus ingresos (la otra parte del Principio de Pareto), pero
que al conocerlo puedes lograr que aumenten el consumo en tu empresa.

Es importante saber que un cliente puedes ubicarlo en distintas clasificaciones,


todo dependerá de los criterios que estés evaluando, por eso, estos dos tipos de
clientes también pueden ser subdivididos en:

1. Tipos de clientes según la frecuencia de compra


2. Según lo que aportan a tu empresa
3. Tipos de clientes según lo que buscan

Veamos uno por uno:

a. Tipos de clientes según la frecuencia de compra

Según la frecuencia, tienes a los clientes ocasionales, fieles y frecuentes


En esta clasificación incluimos a los clientes que compran siempre y a los que lo
hacen de vez en cuando, aunque también están los que no son fans de lo que
ofreces, pero compran a menudo y demuestran fidelidad.

El cliente ocasional

Suelen ser esos clientes que compran rara vez, lo hacen, pero muy poco. Sin
embargo, si evalúas detenidamente las necesidades de estos clientes te darás
cuenta del por qué lo hacen.

Quizá son clientes tímidos, o están insatisfechos con tu oferta, quizás es la única
que pueden pagar, desconocen todo lo que tu empresa puede hacer por ellos o
haces poco seguimiento y compran en tu negocio cuando se acuerdan que
existes.

El objetivo con este tipo de clientes es hacer que compren más a menudo y para
esto necesitas saber si puedes llenar sus expectativas y mantenerlos
informados en todo momento.

Una anécdota interesante con este tipo de clientes que vi en una charla es que
los empresarios suelen descartarlos de sus listas de contactos cuando hacen una
limpieza en su base de datos. Pero, al parecer, es un gran error.

En una charla a la que acudí hablaron del ejemplo de las compañías de pañales
y de productos para bebés. Estas compañías saben que una persona no va a
tener un bebé cada 9 meses para que sean fieles a sus productos.

Por ello, lo que hacen es estar presente en la mente de esos “futuros clientes”
para que cuando sean padres, ya tengan una referencia de a quién acudir
primero cuando lo necesiten �

El cliente frecuente

Es el cliente que compra a menudo, es el que debes cuidar para mantenerlo


cerca. Parece ser un cliente al que no hay que prestarle atención, pero ¡OJO!
Esto es un ¡ERROR! Más bien trátalo de forma especial y hazle saber las
ventajas de tu negocio.

Lo importante es establecer un vínculo y lo puedes hacer utilizando recursos para


mantener su atención, pero sin hacerlo sentir acosado. Una opción puede ser
mantenerlo informado de lo que ofreces a través de correos electrónicos.

Clientes fieles

Son esos clientes que por lo general es más fácil venderles porque adoran a tu
empresa y lo que haces.
Por lo general, estos tipos de clientes no están allí por el precio sino porque
comparten la visión de lo que haces y les encanta cómo lo haces (un buen
ejemplo son los consumidores de Apple).

No trato de compararte con Apple porque cualquier empresa pequeña o mediana


puede tener clientes fieles; el punto más importante aquí radica en la
personalidad de tu marca, en conectarte con ellos, en saber a quién le vendes y
aprovechar eso al máximo.

b. Los tipos de clientes según lo que aportan a tu empresa


Hay otra forma de clasificar los tipos de clientes, y es según lo que aportan a tu
empresa. Específicamente, al dinero que invierten en cada una de sus compras.

¡Te los mostramos!

De acuerdo al tipo de cliente que tengas serán las ganancias de tu negocio

Clientes con grandes facturas

Son esos clientes que llenan la caja de tu empresa. Generalmente, suelen


comprar a menudo y cuando lo hacen lo hacen en grande. Esto demuestra
que están complacidos con lo que les ofreces.
Por supuesto, debes «mimar» a estos clientes, pues, seguramente siguen
comprándote porque ven algo de valor en tu oferta. No descuides -ni por un
momento- la calidad ni la atención y «consiéntelos» como se merecen.

Hazles promociones exclusivas, rebajas, descuentos, invítalos a eventos u algún


otro detalle que les haga sentir especial.

¡Recuerda!

Escucha siempre sus necesidades para que sigas brindándole soluciones


rentables a tu cliente, y así se mantenga su fidelidad. No por el hecho de ser un
asiduo cliente debes descuidarlo.

La atención que reciba debe ser en cada oportunidad mejor que la anterior, esto
fortalecerá día a día la relación que tienes con tu cliente.

No confundas a las personas que hicieron una gran compra una sola vez y nunca
más volvieron.

Clientes que no gastan ni mucho ni poco

Tomo en cuenta esta clasificación porque es necesario darle una equivalencia en


hora-esfuerzo-dinero a cada venta, pero no subestimes la cantidad de dinero que
gastan en tu empresa. Al fin y al cabo, te están comprando.

Se trata solo de mover el cliente hacia gastos más altos (si es posible) o que te
haga referencia a más clientes potenciales.

Es un error desestimarlos, aprovecha que pueden ser clientes consecuentes,


fieles, y que aunque la ganancia por su compra no refleje grandes números,
pueden ser potenciales clientes que generen importantes facturas.

Por eso, recomendamos «trabajarlos», estudiarlos, para conocer exactamente


sus necesidades y tener siempre algo que ofrecerles.

Clientes que gastan poco

A diferencia de la clasificación de los clientes por frecuencia de compra, en este


caso no hay que empujarlos a hacer pedidos más grandes porque se pueden
sentir agobiados y nunca más regresar.

El trabajo con estos tipos de clientes es determinar por qué sus facturas son
bajas. ¿Acaso es su presupuesto total? (no hay nada de malo); ¿solo necesita
esos productos? ¿No conoce otras opciones de compra o paquetes?
Aquí hay dos opciones a la vista:

 La primera, si el cliente gasta poco por falta de información, claramente


tienes que hacer un trabajo de educarle y mostrarle todo lo que tu empresa
puede hacer por él o ella. Háblale de los paquetes a gran escala, de
descuentos al mayor o de algún otro tipo de estrategia que tengas para que
compre en grande.

O, por el contrario:

 La segunda, si el cliente gasta poco porque es su presupuesto: adecua


tus ofertas a sus necesidades y a lo que pueda pagar SIN DESCUIDARLO.
Seguro tú también has comprado regularmente en montos pequeños y te
has sentido mal cuando sientes el rechazo de los vendedores porque no
gastas más que otros.

c. Tipos de clientes según lo que buscan


Debes aprender a diferenciar también lo que necesitan esas personas a las que
estás vendiendo porque te puedes encontrar frases como: ¿No me lo puedes
dejar más barato? ¿Por qué tan caro si vi que tu competencia lo ofrece más
barato?

En este punto es importante saber cuál es el valor agregado de los productos o


de los servicios que ofrece (y si sabe qué quiere el cliente después de una buena
charla, sabrá si está capacitado para adecuar su propuesta).

Aquí hay dos tipos de clientes:

1. El cliente enfocado en el precio

Es el cliente que se centra en conseguir todo al menor precio posible. Por lo


general, alegan que les importa lo “bueno, bonito y barato”, pero como vendedor
también quieres un cliente “fiel, frecuente y full de dinero”, y sabemos que eso es
un cuento de hadas �

Le escucharás decir frases como:

¿Cuánto cuesta?

¿200 euros? Pero si puedo conseguirlo en otro sitio por 20 euros

Soy pobre y no tengo nada de dinero

¿No me harás una rebaja? Ya te compré una vez / Ya te recomendé con varios
amigos
Sin embargo, está la contra parte:

2. El cliente enfocado en el valor-calidad

Muchos los confunden con los clientes concisos y breves, pero no


necesariamente es la regla. Estos tipos de clientes se enfocan más en la calidad
y el valor de lo que ofreces sin darle tanto peso a lo que cuesta.

Por lo general, saben muy bien que algo bueno y que refleje un trabajo tras
bambalina de personalización y adaptación a sus necesidades específicas tiene
un precio y prefieren pagar por eso.

¿Cómo puedes empezar a clasificar tus tipos de clientes?

Conocer el tipo de cliente es un paso hacia mejores ganancias

Muy bien, luego de mostrarte la variedad de tipos de clientes, ahora necesitas


saber cómo puedes comenzar a clasificar tus clientes según el criterio que mejor
te guste.

A veces, la explicación más breve es la más efectiva, así que te recomiendo: no


asumas que todo es obvio. Aun así, cuando sea muy obvio, nunca está demás
repetirlo.
Por ello, ofrece información relevante sobre tu oferta, por ejemplo, en tu página
web, en un correo de ayuda, con anuncios de radio y/ televisión, publicidad
exterior.

La idea es que cuando el cliente te contacte ya tenga una idea de lo que le


ofreces y te pida información más especializada, para que así se esté más cerca
de cerrar la venta.

Conversa con tus clientes…


Cuando ya los atraigas, aprovecha la oportunidad para conocerlo y así saber
cómo tratarlo, por eso reiteramos que eso solo se logra tomándote el tiempo de
conocerlo más allá de un “Buenos días” o “Gracias por su compra”.

Escuchar al cliente es la clave de una relación duradera y fiel, permite conocer


detalles de sus necesidades para que tengas claves y puedas responder ¿qué
necesitan tus clientes? y ¿cómo puedes ofrecerles lo que necesitan?

Por eso, no pierdas recursos especulando, cuando puedes tener toda la


información que requieres de parte del mismo cliente. Recuerda que siempre la
información es poder.

No puedes ajustar ninguna oferta personalizada si no conoces un poco más de lo


que les preocupa, de lo que hacen y de las ideas que tienen en mente.

Centraliza la información de tus clientes en un CRM


Tienes mucha información y necesitas condensarla para hacer una segmentación
de tus tipos de clientes, necesaria para armar las estrategias que necesites para
mantenerlo fiel a tu negocio.

Puedes visualizar mejor cómo son, con qué frecuencia compran y por cuánto lo
hacen con un simple CRM que ordena toda esa información en tiempo real con
acceso a todos los miembros de la empresa, con todos los departamentos y que
te muestra gráficos que entiendes mejor que una tabla de Excel.

Un CRM como Platzilla apoya a la gestión de las relaciones con los clientes, a las
ventas y al marketing, basado en la satisfacción del cliente. Es una herramienta
tecnológica utilizada como estrategia orientada al cliente orientada a mejorar la
atención y las relaciones con él o con potenciales clientes.
Conclusiones
Después de leer este artículo, podrás haberte dado cuenta que cada persona es
un mundo, y que cada cliente tiene su particularidad, características que te
ayudan a clasificarlos y a captar su fidelidad.

Por eso, ten presente:

1. Puedes establecer el tipo de cliente según la personalidad, su


comportamiento, según la frecuencia de compra, lo que aportan a tu
empresa y según lo que buscan.
2. Debes centrarte en lo qué necesita cada uno de tus clientes, conocerlos,
investigarlos y de esta forma podrás ofrecerle el producto/servicio que
realmente los satisfaga.
3. Según la personalidad, puedes encontrar clientes que tímidos,
desconfiados, indecisos, minuciosos y hasta groseros; conocerlos te
permitirá saber cómo tratarlos.
4. Si determinas qué tipo de clientes según su comportamiento, es primordial
que conozcas la frecuencia de compra, lo que aportan a tu empresa y lo
que buscan; o si es ocasional, frecuente y/o fiel, si te genera grandes
ganancias o si por el contrario es poco lo que consume en tu negocio.
5. La importancia de determinar qué tipo de cliente tiene tu negocio, te
permitirá establecer estrategias para trabajar en su fidelidad, lo que redunda
en el aumento de las ganancias de tu empresa.
6. Y ¡muy importante! Nada de los que aprendiste aquí te servirá si primero
no escuchas a tu cliente, esa es una de las claves para conocerlo y de allí
poder determinar qué tipo de cliente es.

Con seguridad…

Cuando tengas claro el tipo de cliente que tienes y descubras sus características,
tendrás miles de herramientas para atenderlo y mantenerlo a tu lado. Y los es
que eso redunda en ganancias: el principal propósito de un negocio.
ACTIVIDAD

1. Realizo una clasificación de todos los posibles clientes que nos podemos encontrar

2. Redacto con mis propias palabras las conclusiones ya dadas.

3. De acuerdo al texto que tipo de clientes eres tú?

4. Como le gustaría que lo atendieran?

5. Realizo un esquema del tema

Nota: el trabajo se debe realizar en el cuaderno como evidencia del aprendizaje.

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