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INFORME SOBRE “EL ABRAZO DE LA SERPIENTE”

Para muchos considerada una joya colombiana y para otros catalogada como un ensayo
audiovisual sobre la historia y la cultura indígena. El abrazo de la serpiente mezcla el estilo
documental con el argumental, en un ritmo que transita como los ríos, apacibles, torrentosos,
devoradores, refrescantes. Pocos personajes, pero mucha sabiduría. La disyuntiva del yo vacío del
hombre y la pérdida de la memoria nos proporciona varias enseñanzas, en tiempos existenciales o
de guerra. Nos confronta con la cáscara de nuestra historia que necesita ser proveída por
contenidos verdaderos. Más allá de cualquier apreciación, esta película definitivamente es un
monumento a la relación ambiente, naturaleza, religión y seres vivos, una fórmula que ha
determinado el destino de muchos países suramericanos.

Esta historia se da básicamente en las Amazonas, en los tiempos en donde se evidencian todas las
atrocidades cometidas por parte de los explotadores del caucho, los cuales suprimen por encima
de todos los derechos y libertades de los indígenas. Este comportamiento se debió al auge de la
industria automotriz y la fabricación de productos en caucho, específicamente los neumáticos para
los carros. De igual forma, se muestra otra forma de atrocidad tal como la latinización de nuestros
indígenas y la más agresivas de todas: el aniquilamiento de las lenguas aborígenes de toda la
amazonia.

Durante toda la historia, se confecciona una narrativa dual que recrea los viajes de dos
exploradores disímiles, obsesionados con la planta Yakruna por sus codiciadas propiedades
curativas. El primer viaje se desarrolla en 1909 y presenta a Karamakate, un hombre de mirada
feroz, el cual, muy a su pesar, guía al etnólogo Theodor Koch-Grünberg y a su acompañante
Manduca hacia el árbol de Yakruna para curar a Theo de una enfermedad que amenaza con
quitarle la vida.

Años más tarde, Karamakate se encuentra de nuevo a sí mismo como guía, pero esta vez de
Richard Evan, Shultes, un etnobotánico que cultiva alucinógenos. El viaje es el mismo, pero las
intenciones de Shultes parecen ser menos honorables. Sin embargo, ambos personajes presionan
a Karamakate para que los lleve río adentro, tal y como hizo éste 20 años atrás. Mientras que el
territorio resulta familiar, el río curveado devela nuevos retos y, en algunos casos, estas
alteraciones del pasado son mutaciones de influencias coloniales que fueron implantadas dos
décadas atrás.

La película se basa en los diarios de Schultes y Grünberg y combina las dos historias de forma
hipnótica logrando que el contenido sea toda una experiencia estética. Ambas crónicas presentan
hombres blancos en papeles estelares pero el personaje principal es Karamakate. El personaje es
firme y desconoce el arrepentimiento porque ha sido definido por su cultura. Después de lo
aprendido con Theo y después de lo vivido con Evan, Karamakate solo puede hacer un acto de fe.
La confesión de Evan es la clave de que este científico se ha dejado tocar por la relación de
Karamakate. Así, la planta Yakruna es el elemento que consagra finalmente en la película la
relación entre estos dos extraños, estas dos "otredades" que nunca se habían reconocido ni
aceptado mutuamente.

Pero el punto de importancia consiste en que desde “El abrazo de la Serpiente” se construye en la
ficción de todo un pasado histórico vivo, el cual contiene parte de la narrativa de los trabajos de
Evans que son una cuota a la histórica invisibilización que se tiene en temas de índole
antropológicos, sociológicos que han vivido las comunidades mal llamadas “indígenas” y en
particular regiones como son la Amazonia, el Pacifico Colombiano, el Sur del Tolima y otras
espacios que no han sido sujetos de estudio y que en su interior reposa historias que narrar.

El abrazo de la serpiente logra un cometido ambicioso, contar una historia local que refleja una
preocupación universal: el hombre como principal amenaza de los recursos naturales. De esta
manera lo expresa el director de la película con estas palabras, “Lo más significativo es que esta es
una película hablada en lenguas indígenas, idiomas que para los colombianos son también una
lengua extranjera. Ojalá sea esta una oportunidad para que nuestra sociedad empiece a valorar y
apreciar el conocimiento milenario de nuestros pueblos amazónico, que son los verdaderos
protagonistas de esta historia”.

Por supuesto el punto de importancia de la misma, consiste en como desde su condición de


ficción, realiza un ejercicio de resignificación histórica, política y cultural entre el hombre blanco
“civilizado” y el Indígena “ no- humano”, pero que a través del tiempo, el antropólogo Richard
Evans Schultes refleja la mentalidad de los investigadores tradicionales, desde su condición como
un investigador de orden instrumental al servicio del Estado, el poder político del momento y la
lógica burguesa en este caso de Estados Unidos.

Así para concluir, la película transmite un mensaje audible a la sociedad de un mundo


superpoblado actual, en lo que según en las propias palabras del realizador de la película, “si uno
no cuida a su ambiente uno puede terminar como un ser vacío”.

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