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2
Página
Staff
MODERADORA
Cande34
TRADUCCIÓN
Bliss
Meri
Isa’s Coldness
Cande34
CORRECCIÓN
Meri
REVISIÓN FINAL
Karen’s
DISEÑO
3
Isa’s Coldness
Página
Índice
Dedicatoria Página 5
Sinopsis Página 6
El jefe Página 7
Los emails Página 15
La asistente Página 19
La asistente Página 24
El jefe Página 29
El jefe Página 32
Los emails Página 35
La asistente Página 37
Los emails Página41
La asistente Página 42
La asistente Página 47
El jefe Página 51
La asistente Página 52
Los emails Página 58
El jefe Página 60
El jefe Página 65
La asistente Página 71
Los emails Página 78
La asistente Página 80
4
Autora Página 87
Dedicatoria
5
Página
Sinopsis
Definitivamente no se suponía que le llegara ese correo...
Asunto: Mi jefe.
¿Ya te he dicho hoy que odio a mi jefe?
Sexy como el infierno o no, este pretencioso, arrogante, ESTÚPIDO me
pidió que recogiera su ropa al segundo en que atravesé la puerta. Luego
me dijo que necesitaba llevar su Jaguar a un autolavado que estaba a
dieciséis kilómetros fuera de la ciudad, pero antes tenía que estar en
una fila sin fin para comprar una especie de reloj de edición limitada de
cientos de dólares.
Honestamente no puedo esperar a ver la mirada en su rostro dentro de
dos meses cuando le diga que renunciaré a su compañía y que puede
besar mi trasero. BESAR. MI. TRASERO.
Todas esas antiguas fantasías sobre él besándome con su "boca de
perfección" o inclinándome sobre mi escritorio y llenándome con su
polla terminaron. TERMINARON.
Tu mejor amiga,
Mya.
PD: Por favor dime que tu día va mejor que el mío...
No, no me has dicho que odias a tu "jefe" hoy, pero viendo que me has
enviado este correo directamente, lo sé ahora...
Sí, te pedí que recogieras mi ropa al segundo en que llegaste a trabajar
hoy (¿dónde está?), y te dije que llevaras mi Jaguar a un autolavado y
que recogieras mi reloj de mil dólares. (Gracias por tomarte cinco horas
para hacer algo que podía ser logrado en dos).
No tienes que esperar dos meses para ver la mirada en mi rostro
cuando me digas que renunciarás. Estoy de pie fuera de tu oficina en
este mismo instante. (Abre la puerta).
Sin comentarios sobre tus "fantasías", aunque dudo que "terminaran".
Tu jefe,
Michael.
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El Jefe
Michael
Manhattan, Nueva York
1 National Enquirer: es un tabloide estadounidense publicado por American Media
Inc. (AMI). El periódico es conocido por sus artículos relacionados con las
celebridades.
—No.
—¿Y si es algo importante?
Página
—¿Es realmente tan malo como todos los tabloides dicen? —Alzó
una ceja—. Como, ¿cuándo puede encontrar tiempo para dormir con
tantas mujeres si siempre está aquí trabajando?
Podría haber jurado que le dije que no...
Le di una mirada en blanco.
—Merezco saber con qué tipo de hombre estoy trabajando —dijo,
cruzando los brazos—. Especialmente si ese hombre quiere que
mantenga la verdad escondida sobre lo difícil que es trabajar para él.
—¿Estás amenazando con chantajearme?
—No. —Sonrió—. Sólo quiero saber si su vida sexual es tan
emocionante como la prensa lo hace parecer. De hecho, creo que es muy
caliente, y fuera del registro, estoy totalmente dispuesta a mirar más allá
de la política de no-fraternización si alguna vez quiere probarme —bajó
la voz—. Puedo ser traviesa en el dormitorio, también. Puedo dejar que
tengas mi coño, y puedes dejarme abandonada en el vestíbulo del hotel
después si eso es lo que quieres.
Jesús...
—¿Podemos por favor empezar con el trabajo? —Rodé los ojos—.
Necesito tus ideas sobre los títulos que te asignaron para que podamos
enviarlos a la comercialización mañana.
—¿Entonces, después de eso puedo irme?
No, después de eso puedo “despedirte”...
—Sí. —Me aclaré la garganta—. ¿Qué opinas de lo último de
Grisham?
—¿Su último qué?
—Su último libro. —Señalé la caja que había traído, la copia
avanzada de The Whistler—. Fue uno de los tres libros de intriga que
debías leer este mes.
—Oh, sí. —Cogió la tapa dura y volteó a través de sus páginas—.
Pensé que estaba muy bien. Muy legal, muy intrigante.
—¿Puedes ser un poco más específica que eso?
—Me gustó mucho la portada del libro. —Pasó sus dedos por la
cubierta—. Realmente me atrajo a la historia con ella, ¿sabes? Esta
imagen de los barcos atracados en un mar anaranjado de la puesta del
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Silencio.
2 ARC (Advanced Reader Copy): Es una copia final pero aún no oficial distribuida de
forma gratuita.
copia.
Página
3 Page Six: revista, fuente para noticias de celebridades, chismes, entretenimiento,
cultura musical, fotos, vídeo y más.
—Oh, pero esa no es la mejor parte de esta foto. La mejor parte son
las tres mujeres vestidas de bikini con el cabello desordenado que
literalmente se ven como si todas te hubieran jodido. ¿Al menos te
gustaría adivinar el titular?
—Todavía no has mencionado un premio. ¿Hay premio?
—Playboy CEO Se Acuesta Con Tres Rubias Pechugonas en
Belice. ¿Qué tienes que decir, Michael?
—No mucho. —Caminé hacia mi escritorio e hice clic en la foto que
me envió por correo electrónico—. Hicieron un trabajo brillante con el uso
de la aliteración en el título, sin embargo. Deben haber contratado
finalmente un editor competente.
—Dios, Michael... —Inhaló y suspiró—. ¿Tenemos motivos para
amenazarlos con la retractación y la difamación, o es esto cierto?
—Es parcialmente cierto.
—¿Qué parte?
—La parte de que estuve en Belice.
—Por favor, deja de joder conmigo.
—Bien. —Sonreí—. Sólo me 'acosté' con dos de las rubias
pechugonas. No tres.
—Oh, sólo dos. Eso es muy reconfortante. Y supongo que te deben
una disculpa. No. ¿Algo más?
—Sí. El artículo dice que estoy usando un Rolex en la foto. No he
usado un Rolex en más de cinco años.
—Ugh —gimió—. Estoy usando cien mil dólares de nuestra cuenta
de relaciones públicas para evitar que se publique esto el viernes.
También les envío de doscientos a trescientos cincuenta mil dólares
adicionales para que no mencionen tu nombre ni hagan viral tu fotografía
durante los próximos dos meses.
—Gracias.
—Por favor, no lo hagas. Voy a necesitar una lista de todo lo que
has hecho en los últimos ocho meses para que pueda limpiar con
antelación. Y ya sabes, para alguien que planea llevar su compañía al
público en los próximos dos años, creo que deberías intentar limpiar tu
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persona me impresionará.
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Página
Los Emails
Mya
Asunto: Editorial de Manhattan Busca Asistente Ejecutivo
Mya
Página
17
Página
Un Año Después
18
Página
La Asistente
Mya
Manhattan, New York
Asunto: Tiempo.
Página
23
Página
La Asistente
Mya
Manhattan, New York
quedarse.
—¿Qué novela de romance te gustaría recomendar?
lunes, llegaré tres horas pasado mi horario normal, alrededor de las once
en punto. También…
—Vas a llegar aquí a las ocho en punto —me cortó, su voz más
profunda de lo usual—. Y vas a quedarte en estas reuniones de los viernes
hasta que tengamos el trabajo hecho, porque por eso se te paga tan
generosamente.
—No, no lo haré. —No iba a retractarme—. Lo veré el lunes a las
once en punto, señor Leighton.
—Asegúrese de traer un bolígrafo para firmar sus informes porque,
antes que nada —dijo, mirándome de arriba abajo—, no es como
cualquier otra persona aquí... eres asalariada, no pagada por hora. Y por
tu contrato y la sección 89B en el manual de la compañía, las reuniones
de los viernes pueden ir tan tarde como las once en punto dependiendo
de la temporada, así que técnicamente, he estado haciéndote un favor
desde el día que empezaste a trabajar aquí. —Hizo una pausa—. De nada.
»Es más —continuó—, si quiere hablar sobre seguir reglas a la
letra, podemos fácilmente discutir cómo ha estado usando mi tarjeta de
crédito para comprar cosas para usted misma. Cosas como regalos caros
y desayunos en Dean & DeLuca, suministros innecesarios de oficina de
las tiendas más caras en la Quinta Avenida y un puñado de otras cosas
personales que no recuerdo haber autorizado. Creo que cualquier otro
jefe diría que eso, técnicamente es robar, y que es un motivo para el
despido inmediato, ¿no?
se levantó lentamente y se acercó a mí, haciendo que mi corazón
corriera a un kilómetro por minuto.
—Además, podríamos ponernos realmente técnicos y discutir cómo
usas tu auto asignado para manejar por lugares no relacionados con el
trabajo los de semana con tu mejor amiga. Su nombre es Amy, ¿correcto?
Mis mejillas nunca habían estado tan calientes, y luché por decir
una sola palabra. Antes de que pudiera salir con una refutación, él dio
un paso tan cerca que nuestros pechos estaban tocándose. Luego deslizó
su mano en el bolsillo de mi abrigo y sacó mi teléfono celular, golpeando
detener en mi aplicación de “grabar a conversación” —claramente
dándose cuenta que estaba esperando atrapar sus modales de idiota en
una grabación para uso futuro.
Sonriendo, me regresó el teléfono.
—La veo el lunes, señorita London. Ocho en punto.
***
26
—Bien, seguro. —No se veía convencida, pero sonrió—. Bien por ti.
En el peor de los casos, al menos todavía tienes un asiento cercano a uno
de los hombres más atractivos de la ciudad y puedes seguir usando su
rostro para tus fantasías hasta que renuncies. ¿Cuán grande dijiste que
era su polla?
—Enorme. —Era más que innegable. Había atestiguado su erección
en alguna reunión aquí o allá, lo había visto cruzar y descruzar las
piernas bajo la mesa de la sala de juntas—. Estaré segura de darle una
mirada más profunda antes de irme.
—Por favor, hazlo. Por el bien de ambas. —Giró hacia el televisor—
. Vale, tu jefe ya no existe más por el resto de nuestro fin de semana.
Hablemos de algo más. Lo antes posible.
28
Página
El Jefe
Michael
Manhattan, New York
Salí del ascensor el lunes siguiente por la tarde, notando que las
luces seguían encendidas en la sala de juntas. Confundido, me dirigí a
cerrarlas, pero vi a Mya sentada sola al final de la mesa. Estaba
flanqueada por varias cajas de archivos y sosteniendo una de mis mejores
plumas de diseñador entre sus dientes.
La miré mientras ojeaba a través de su cuaderno, recordando cómo
había intentado una vez encontrar muchas formas para deshacerme de
ella cuando empezó. Como realmente traté de conseguir que se fuera.
Nunca fue personal, y nunca porque ella fuera horrible. En
realidad, era la mujer más inteligente que había conocido, la mejor
asistente ejecutiva que había contratado, pero su desafortunado error era
ser sexy como el demonio. Más allá de sexy como el demonio.
Absolutamente impresionante, sus claros ojos avellana
complementaban perfectamente su largo cabello castaño y labios
hinchados y rosados. Su risa ligera y ronca era lo suficientemente sexy
para atraer la atención de cualquier hombre, y poseía un interminable
guardarropa de vestidos ajustados a sus curvas que en realidad esperaba
ver todos los días.
Durante meses, quería ver su boca de listilla envuelta firmemente
alrededor de mi polla. Quería doblar su culo sobre mi escritorio y llenar
su coño con mi pene mientras la cogía por detrás, pero sabía mejor que
nunca que no haría realidad esa fantasía.
Hubo sólo unas pocas veces en las que había sido descuidado,
cuando dejé que mis miradas se prolongaran por ella un poco demasiado,
o cuando llevaba un tono particular de vestido que dejaba poco a la
imaginación.
Tosiendo, de repente alzó la vista y me notó mirando desde la
29
El Jefe
Michael
Manhattan, New York
—Aquí está cada reporte que pidió, su lista frontal del mes que
viene, y su café. —Mya bajó una taza y un montón de carpetas frente a
mí la siguiente tarde.
Estaba usando un brillante vestido azul que se aferraba a sus
caderas y exponía el frente de sus pechos, y mi polla había estado dura
al segundo que la vi esta mañana.
Incluso durante su presentación a los internos hace horas, me
había quedado quieto en el salón de juntas y traté de enfocarme en algo
más mientras las palabras dejaban su seductora boca, pero no sirvió de
nada. Los pensamientos de doblarla sobre cada superficie de mi oficina
solo estaban poniéndose peor cada día.
—¿Le gustaría algo más, señor Leighton? —Se ajustó la correa de
su expuesto sujetador, me sacudió de mis pensamientos.
—¿Qué tal el reporte de Danbury? —pregunté.
—Lo hice.
—¿Los archivos de Porterfield?
—Lo hice hace semanas.
—¿Tienes los títulos de la lista negra de…?
—¿Faith Sarandon siendo contratada y firmada? —Me cortó y
cruzó los brazos—. Sí. Como tengo todos los catálogos restantes de la
lista negra de los otros veintidós autores que me pidió que consiguiera.
Están muy felices por su llamada generosidad. ¿Algo más?
—En realidad, sí. —Ignoré la manera que había dicho ‘generosidad’
y abrí el cajón de mi escritorio. Saqué su carpeta personal y lo puse en la
mesa—. Estaba mirando tu contrato de empleo y asegurándome que
estuviera al día. Estás actualmente afiliada por dos años más. ¿Eso
32
todavía es correcto?
—Por todo lo que sé —sonrió—, eso sería cierto.
—Entonces, ¿nada ha cambiado y eres bastante feliz trabajando
Página
aquí?
34
Página
Los Emails
Mya
Asunto: Reporte#235 Del Comportamiento De Pendejo
(¿Puedes Creer Que Todavía Estoy Manteniendo La Cuenta?)
Hoy se suponía que le diéramos vueltas a los títulos literarios de
ficción que serían introducidos en primavera. Le envié por email mis
mejores elecciones LA SEMANA PASADA, pero ya que él “no recuerda,”
me pidió que REHICIERA el reporte entero de 200 páginas en una hora.
¡Una hora!
Por supuesto, hice más de una copia de esto, por lo que realmente
no tuve que rehacerlo, pero que le den.
Que le den duro.
Tú mejor amiga,
Mya
PS: ¿Es triste que, dejando a un lado el comportamiento de
pendejo, todavía hace que mis bragas se humedezcan más de una vez a
la semana?
36
Página
La Asistente
Mya
Manhattan, New York
Dejé caer los reportes al piso, apenas teniendo una chance para
releer el mensaje para ver si mis ojos estaban jugándome bromas o no,
porque me envió otro email.
Asunto: Y También...
Olvidé recoger un reloj en particular que ordené hace semanas de
camino al trabajo esta mañana. Tendrás que hacer fila en Audemars
Piguet en la Calle 57th al mediodía para asegurarte de que lo reciba hoy.
Michael Leighton
CEO, Leighton Publishing
Asunto: Tiempo.
Me rehúso a creer que toma de tres horas a cuatro recoger una
orden de trajes y un reloj.
Incluso considerando que lleve a lavar mi carro, debería estar de
vuelta aquí ahora.
Michael Leighton
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Asunto: Mi jefe.
¿Ya te he dicho hoy que odio a mi jefe?
Sexy como el infierno o no, este pretencioso y arrogante ESTÚPIDO
me pidió que recoja su ropa al segundo que atravesé la puerta. Luego me
dijo que necesitaba llevar su Jaguar a un lavado de autos que estaba
dieciséis kilómetros fuera de la ciudad, pero solo después de que
necesitara estar en una fila sin fin para comprar una especie de reloj
limitado de cientos de dólares.
Honestamente no puedo esperar a ver la mirada en su rostro dentro
de dos meses cuando le diga que renunciaré a su compañía y que puede
besar mi trasero. BESAR. MI. TRASERO.
Todas esas antiguas fantasías sobre él besándome con su “boca
perfecta” o inclinándome sobre mi escritorio y llenándome con su polla
ya terminaron. TERMINARON.
Tú mejor amiga,
Mya.
PD: Por favor dime que tu día va mejor que el mío...
40
Página
Los Emails
Mya
Asunto: Mi email.
¿Recibiste mi email de esta tarde?
Tú mejor amiga,
Mya
La Asistente
Mya
Manhattan, New York
No, no me has dicho que odias a tu "jefe" hoy, pero viendo que me
has enviado este correo directamente, lo sé ahora...
Sí, te pedí que recogieras mi ropa al segundo en que llegaste a
trabajar hoy (¿Dónde está?) Y te dije que llevaras mi Jaguar a un lavado
de autos y que recogieras mi reloj de miles de dólares. (Gracias por
tomarte cinco horas para hacer algo que podía ser logrado en dos).
No tienes que esperar dos meses para ver la mirada en mi rostro
cuando me digas que renunciarás. Estoy de pie fuera de tu oficina en este
mismo instante. (Abre la puerta).
Sin comentarios sobre tus "fantasías", aunque dudo que
"terminen".
Tu jefe,
Michael.
PD: Sí. Definitivamente mi día va mucho mejor que el tuyo...
todo lo que tenía que decir, o podía salir por la puerta de salida de mi
oficina.
Fue una obviedad.
Página
esto fuera algún tipo de mal sueño. Y por un momento, parecía que
realmente lo era, hasta que revisé mi teléfono y vi que el señor Leighton
me había enviado un mensaje minutos antes de la medianoche.
Página
Asunto: Mañana.
46
Página
La Asistente
Mya
Manhattan, Nueva York
Hoy su traje era uno que no había visto antes, uno gris oscuro que
complementaba perfectamente el nuevo reloj de plata en su muñeca. El
creo que entienda completamente por qué fue tan ofensivo lo que hizo.
—Lo entiendo... —Mi voz era un susurro.
Amy.
¿Eso es todo?
Página
50
Página
El Jefe
Michael
Manhattan, New York
La Asistente
Mya
Manhattan, New York
Tú mejor amiga,
Mya
Página
Jadeé.
—¿Qué?
—Me escuchaste. —Tomó mis manos y me jaló hacia arriba. Luego
tomó mis caderas y me giró espalda arriba—. Dóblate sobre el puto
escritorio.
Lentamente y cuidadosamente, presioné mi pecho contra el metal.
Escuché el sonido de sus pantalones golpeando el suelo, el sonido
de él abriendo un condón.
Desde atrás, despacio empujó mi vestido hasta mi cintura.
Abofeteando mi trasero, lentamente deslizó su gran polla dentro de
mí, centímetro a centímetro.
Gimiendo, me esforcé para mantener mi equilibrio mientras me
ajustaba a su impresionante longitud.
Cuando estuvo completamente dentro, tomó un puñado de mi
cabello y jaló mi cabeza hacia atrás hasta que nuestros ojos se
encontraron, susurrando:
—¿Es así como te follaba en tus fantasías?
No tuve oportunidad para responder. Empujó dentro de mí
implacablemente, manteniendo una mano en mi cabello y abofeteando
mi trasero cada vez que gritaba.
Mordió mi hombro cuando decía su hombre, mientras cerraba los
ojos una vez más y me daba cuenta que él era diez veces mejor en la
realidad que en cualquier fantasía que alguna vez había preparado.
Soltó mi cabello y deslizó una mano hacia mis pechos, apretándolos
mientras susurraba:
—He querido sentir tu coño en mi polla desde que empezaste a
trabajar aquí...
Jadeé, incapaz de responder mientras mis piernas comenzaban a
temblar otra vez.
—Michael... Michael...
—Mya... Mya... —Me imitó, una ligera sonrisa en su voz.
—Yo... yo... —Me sujeté del borde del escritorio mientras
abofeteaba mi trasero de nuevo. Susurró mi nombre mientras los
temblores seguían construyéndose dentro de mí, y lo escuché decir:
—Espera por mí. —Pero ya estaba allí.
Mi coño latió de placer y otro orgasmo arrasó por mi cuerpo,
dejándome floja y jadeante contra el escritorio. Dejándome preguntando
cuánto tiempo me había follado.
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Asentí.
—¿Puedo dejarte ir ahora?
—No.
Soltó una risa baja y me sostuvo contra él por más tiempo,
esperando hasta que le diera el permiso para dejarme ir. Besando la parte
de atrás de mi cuello una vez más, lentamente salió de mí y lanzó el
condón en la basura. Luego envolvió sus brazos a mí alrededor y me giró
por lo que me sostuve contra el escritorio.
Como si pudiera decir que era incapaz de funcionar completamente
por mi cuenta, reajustó mi vestido y me ayudó a ponerme el abrigo. Luego
corrió sus dedos por mi cabello y me miró antes de recoger mis tacones
y ayudarme a deslizarme en ellos.
—Deberías llamar a tu chofer ahora —dijo suavemente, recogiendo
el teléfono de escritorio del piso y pasándomelo—. Te acompañaré abajo.
Asentí y llamé a mi chofer, mirando a Michael ponerse sus
pantalones y ajustando su corbata.
Sus ojos nunca dejaron los míos, y tan pronto mi chofer dijo:
—Estaré abajo en cinco. —Colgué.
Michael me pasó mi cartera y me tambaleé en mis tacones mientras
trataba de caminar, ganándome una sonrisa cómplice y sexy de él. Me
jaló contra su costado y agradecidamente me acompañó hacia los
ascensores de carga para que nadie nos viera.
Evité mirarlo mientras tomamos el ascensor. Estaba en completo y
total shock ya que realmente lo había follado, que el hombre destacado
en todas mis fantasías había sido puesto en vergüenza por el real.
Cuando salimos juntos, estuve inmediatamente confundida de por
qué el cielo se había oscurecido tan rápidamente.
Michael me acompañó justo hasta la limusina y abrió la puerta
trasera, esperando a que me metiera. Se veía como si esperara que yo
diera algo, pero por cualquier razón, solo podía pensar en una cosa.
—Gracias por ser tan comprensivo, señor Leighton —dije, sin
querer darle al chofer algún tipo de impresión sobre que demonios había
pasado entre nosotros.
—¿Por entender qué, señorita London?
—Que no iba a quedarme hasta las ocho en punto hoy. Estoy
contenta que pudiéramos llegar a ese acuerdo.
Una lenta sonrisa se extendió por su rostro y miró su reloj.
—Creo que está extremadamente mal informada ahora, señorita
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London. Son las nueve en punto. —Tomó una última mirada hacia mí y
cerró la puerta—. La veo el lunes.
Página
Los Emails
Mya
Asunto: Dormí con él.
Como que de verdad dormí con él...
Tú mejor amiga,
Mya
59
Página
El Jefe
Michael
Manhattan, Nueva York
Mya London
64
Página
El Jefe
Michael
Manhattan, New York
Asunto: Mi Jefe...
Todavía no puedo creer que follé a mi jefe la semana pasada...
¿Crees que se volvería loco si no voy por enferma por una segunda
semana?
Tu mejor amiga,
Mya
PS: ¿Es triste que desesperadamente quiera follarlo otra vez?
paciencia usada era más delgado y tendría que disculparme para buscar
más café. Sin ella aquí, estaba a minutos de romperme y decirle a esta
mujer que cerrara la jodida boca y que lo olvide.
suspenso?
—Todavía no estoy segura. Depende de cómo me sienta cuando me
Página
—No estoy para nada preocupado, pero gracias por confirmar que
irás al trabajo mañana.
Página
70
Página
La Asistente
Mya
Manhattan, Nueva York
parecen hacerte mal por alguna razón. —Me miró—. ¿Te gustaría que lo
hiciera?
Negué, anonadada.
Página
¡Qué demonios!
Me volteé de inmediato, encontrándome de frente con Michael.
—¿En verdad esperas que sea capaz de llegar al trabajo y tenga
reunión contigo a las diez hoy?
—Sí. —Me empujó hacia la cama—. Tengo algunas fantasías
propias que me gustaría que cumplamos en mi oficina…
77
Página
Los Emails
Mya
Asunto: Reporte de Sin comportamiento De Pendejo #15
(Acostúmbrate A Esta Nueva Cuenta De Gmail)
Me trajo flores hoy. Lilas blancas y frescas de mi florista favorita.
(Una florista de la que no recuerdo alguna vez haberle dicho...)
Pero entonces me pidió que firmara esa renovación otra vez.
¿Tal vez no es tan de malo después de todo? ¿O esto es el sexo
hablando?
Tú mejor amiga,
Mya
La Asistente
Mya
Manhattan, Nueva York
—Mya...
—No. —Negué—. Lamento si alguna vez pensé que había siquiera
una ligera oportunidad de que los dos pudiéramos resolver esto cuando
me fuera de tu compañía, y lamento si alguna vez pensé que eras algo
más que un cabrón pomposo y egoísta, porque claramente todavía lo eres.
—¿Sexy como el infierno o no?
—Sí. Sexy como el infierno o… —Me detuve—. Ese no es el punto
de lo que estoy tratando de decir. Puse mi aviso con Recursos Humanos
antes de venir aquí, así que altamente sugiero que lo aceptes, y altamente
te sugiero que me des un infierno de paquete de ‘despedida’ porque no
me verás otra vez.
—¿Ya has terminado de hablar?
—Sí. —Aceché hacia la puerta, pero él me atrapó por detrás y me
giró.
—Nunca te sabotearía, Mya. —Limpió una de mis lágrimas
perdidas con las puntas de sus dedos—. Por supuesto, profundamente
quise que te quedaras, pero no tenía nada sino cosas agradables para
decir sobre ti. Hasta dije que serían estúpidos si no te contrataban, pero…
—¿Pero? —Lo miré—. ¿Pero qué?
—Pero si pensaban que los salarios bajos que estaban ofreciendo
eran bastante buenos para ti, necesitaban incrementarlos
exponencialmente o avanzar con alguien más. Pensé que merecías más.
—¿Eso es todo?
—No —dijo, mirándome a los ojos—. Además, necesitaba
personalmente hacer entrevistas a cada uno de los CEOs por mí mismo.
Necesitaba asegurarme que cada uno era bien calificado para ti, y que
quien sea con quien trabajaras después ya estuviera casado.
Abrí la boca para preguntarle si iba en serio, pero me iluminó.
—Sí —dijo, sonriendo con suficiencia—. Sí, ‘de verdad’ necesitaba
hacer eso.
—¿Qué tienen que ver los CEOs casados, Michael? ¿Y si no tengo
interés en verte después de que renuncie?
—Lo tienes, así que ni siquiera vamos a entretenernos en esa línea
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—Qué egoísta de ti. —No podía creerle, pero por alguna razón no
pude evitar la sonrisa que estaba formándose en mi cara.
82
Página
Los Emails
(Bueno, El “Final”)
Mya
Un año después...
Asunto: Mi jefa
¿Te he contado que amo a mi jefa hoy?
Cien por ciento brillante y muy amable con todo el mundo, no me
hace ir a recoger su ropa limpia, hacerle café, y no me hace hacer nada
que mis anteriores jefes (sí, en plural) solían hacer.
Tengo dos reuniones hoy y puedo decir que estoy esperando por
ellas, porque las dos envuelven cosas que disfruto.
Estoy segura que puedo acostumbrarme a esto.
Tu novia,
Mya
de tres meses.)
Si una de las reuniones a las que te refieres es la que es en mi
Página
84
Página
Página
85
Próximo libro
"Reclínate y abre tus piernas
para mí..."
Ser doctor en Nueva York
nunca ha sido fácil.
Especialmente para alguien
como yo, que tiene un
consultorio privado y un
equipo incompetente que
insiste en dejarme para
reemplazarlos.
En los últimos seis meses, he
realizado un papanicolao, tres
"exámenes de mamas", y entré
al quirófano en varias cirugías
reconstructivas. (Esto sería
aceptable si todavía estuviera
interesado en medicina
general, pero no lo estoy. Se
supone que sea un
maldito psicólogo...)
Cuando mi equipo finalmente
recobró el sentido y decidió
traer a alguien más competente
al consultorio el mes pasado,
me entusiasmé.
Hasta que me di cuenta de que nuestro nuevo "doctor" era nada más y
nada menos que la mujer con la que se supone me encontraría para
cenar hace dos semanas. La misma mujer que me plantó con nada más
que un "ya no puedo encontrarme contigo, lo siento", después de que
acordáramos pasar nuestras charlas en linea a la realidad.
No he olvidado ninguna de las fantasías indecentes de las que me
habló, y nunca eliminé nuestros mensajes sucios. Y si piensa que voy a
actuar como un "profesional" y pretender que esa mierda nunca pasó, le
espera otra cosa...
86
Página
Autora
Whitney G. es una veinteañera optimista obsesionada con
viajar, con el té, y un buen café. También es una escritora
bestseller del New York Times y el USA Today de algunas
novelas contemporáneas, y la cofundadora de The Indie Tea,
un blog de inspiración para escritores de romance indie.
Cuando no está chateando con sus fans por su pagína de
facebook, puedes encontrarla en su web
http://www.whitneygbooks.com o en su instagram:
@whitneyg.author. ( Si no esta en una de esas dos,
probablemente este encerrada escribiendo otra loca historia.)
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Página
Traducido, corregido y
diseñado por…
http://miracle-of-books.foroweb.org
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Página