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Unidad 8 – Estado de Libertad, Ciudadanía & Familia1

1º) “Status libertatis”: ocupaba el primer rango entre los derechos que formaban la personalidad, y su
degradación provocaba la máxima disminución de cabeza que extinguía la personalidad, ya que la persona que
perdía la libertad carecía de ciudadanía y de derechos de familia. Equivalía a una muerte civil, que al igual que
la muerte natural, pone fin a la existencia de la persona. De acuerdo con este status libertatis, las personas se
dividían entre libres y esclavos.

2º) La esclavitud, sus causas: las fuentes definen la esclavitud diciendo que es una “institución del derecho de
gentes por la que alguien es sometido, contra naturaleza, al dominio de otro”. Contra los dictados del derecho
natural, para el que los hombres nacen libres e iguales, el derecho de gentes reguló la institución de la esclavitud
que fue siempre admitida en el derecho romano y considerada plenamente legítima según su derecho positivo.
Causa de esclavitud era el nacimiento, pues el hijo de la mujer esclava nacía esclavo, ya que los hijos habidos
fuera de matrimonio legítimo (impedido a los esclavos) seguían la condición de la madre en el momento del
parto. En el Derecho Clásico para favorecer la libertad, se llegó a admitir que el hijo de mujer esclava nacía libre
si la madre había gozado de libertad en algún momento de la gestación.
La principal causa de esclavitud consagrada por el ius gentium fue la cautividad de guerra. El derecho atenuó el
rigor de la regla respecto de los ciudadanos que caían en cautividad por guerra con la creación del ius
postliminum y la Ley Cornelia. En virtud del primero, el ciudadano que retornaba a Roma porque hubiera sido
liberado o hubiera logrado evadirse, se reintegraba a su situación jurídica anterior, como si nunca hubiese sido
esclavo. La ley Cornelia operaba en el caso de que el ciudadano muriese en cautividad, estableciendo que la
muerte se presumía cuando todavía era libre. Valiéndose de tal ficción, el derecho romano posibilitó la validez
del testamento que el ciudadano hubiera otorgaba y que se tornaba inválido si moría esclavo.

3º) Condición jurídica del esclavo: para el derecho romano, el esclavo era únicamente una cosa. Como cosa,
estaba sometido a la potestad, o al dominio de su amo, que tenía los poderes de un dueño: podía disponer de su
vida, abandonarlo, castigarlo, y enajenarlo como cualquier cosa transmisible. La legislación romana no pudo
desconocer que el esclavo era una cosa con naturaleza humana y paulatinamente fue atenuando tanto doctrinaria
como prácticamente el rigor del principio, sin romper el precepto legal de la absoluta incapacidad jurídica del
siervo. Así se reconoció el matrimonio especial entre esclavos. Los esclavos tenían personalidad en el orden
religioso y por tanto su voto era válido y eficaz. En cuanto a la amplitud de los poderes del amo, también se
suavizó el rigor de los primeros tiempos.
3a) Peculio à no siendo el esclavo sujeto de derecho, sino cosa objeto de él, carecía de capacidad jurídica tanto
personal como patrimonial. Para mitigar esta última incapacidad, el amo solía entregar al esclavo un peculio,
una masa de bienes para que los administrara y obtuviera los beneficios que de ellos derivasen. Jurídicamente el
dominus era siempre propietario del peculio y podía revocar en cualquier momento su concesión.
3b) Relaciones patrimoniales à a partir del otorgamiento del peculio, podía el esclavo actuar jurídicamente
dentro de un ámbito siempre reducido y sujeto a su dueño. Se admitió que realizara negocios de adquisición,
pero todo lo que adquiriera sería propiedad de su amo.
3c) “Actiones adiecticiæ qualitatis” à el ejercicio de estas acciones por los acreedores del esclavo hacía que el
amo respondiera por la deuda, al menos, por aquello en que se hubiera enriquecido a consecuencia del negocio
realizado por su esclavo. Diversas acciones entran en la categoría de las adiecticiæ qualitatis, que eran de
aplicación para los contratos realizados por el esclavo y por los concertados por los hijos de familia sometidos a
la potestad paterna.
3d) “Actio noxalis” à por lo que concierne a la responsabilidad del esclavo por los delitos que hubiere
cometido, se condecía a la víctima una actio noxalis para demandar al amo la entrega del culpable. Los hijos de
familia estaban sometidos al mismo régimen que los esclavos en cuanto a su responsabilidad Delictual. Efectos
similares presentaba la actio de pauperie que se daba contra el dueño de un animal doméstico que provocaba un
daño, y se pagaba con el mismo animal.

4º) Extinción de la esclavitud: la condición servil podía extinguirse por un acto voluntario del dominus llamado
“manumisión”, que podía ser solemne o no solemne, y por decisión de la ley.
4a) Manumisión solemne à el derecho civil creó tres formas solemnes: · la vindicta (un proceso ficticio de
reivindicación de la libertad del esclavo, celebrado en forma ritual: el amo tocaba al esclavo con una varilla
afirmando que era hombre libre, y el magistrado lo confirmaba); · la manumissio censu se hacía mediante la
inscripción del esclavo en las listas del censo de ciudadanos por sus dominus. A fines de la República, cuando el
censo fue decayendo, dejó de tener aplicación esta forma de manumitir; · la manumissio testamento fue la

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Argüello, Luis Rodolfo; Manual de Derecho Romano (Edición Astrea 1997). Pág. 148 a 162.
libertad del esclavo hecha por el amo en un testamento, ya de modo directo, o por el heredero que se quedaría
con él.
4b) Manumisión no solemne à se podía liberar al esclavo con la sola declaración del amo ante la presencia de
amigos, mediante una carta dirigida al servís y también admitiéndolo como si fuera hombre libre en la propia
mesa del señor. Estas manumisiones no formales carecieron al principio de validez legal, por lo que el esclavo
era libre de hecho pero no de iure. El pretor, por razones de equidad, comenzó a dispensar una cierta protección
a los que se hallaban en esa situación, y estableció que los manutenidos por tales procedimientos no adquirían la
condición de ciudadanos sino de latinos. Estos latinos tuvieron capacidad patrimonial para disponer por actos
entre vivos, pero carecían de ella si se trataba de actos de disposición por testamento. En tiempo de Justiniano se
admitió que la voluntad expresada por cualquiera de los medios no formales de manumitir daba al esclavo la
calidad de libre y ciudadano romano, siempre que se hiciera en presencia de cinco testigos. En tiempos de
Constantino se creó la manumissio in ecclesia. Consistía en la declaración del amo efectuada en una iglesia, ante
las autoridades eclesiásticas.
4c) Extinción por ley à el ordenamiento legal romano consagró diversas causas que, aparte de las
manumisiones, hacían del siervo un hombre libre. Así, si el dominus lo hubiera abandonado muy enfermo,
cuando lo hubiera vendido bajo condición de que el comprador lo manumitiese y la condición no se cumpliere;
si se encontrara de buena fe en posesión de la voluntad durante veinte años, y si hubiese alcanzado una dignidad
o recibido las órdenes eclesiásticas.
4d) Los libertos y el derecho de patronato à los esclavos manumitidos, llamados libertos, eran ciudadanos
jurídicamente capaces, aunque no gozaban de la misma condición que los que habían nacido libres. A estos
ciudadanos se los denominaba ingenuos. Ellos no podían ser magistrados romanos ni ingresar al senado.
También tuvieron restricciones en los derechos privados, como la prohibición del matrimonio con ingenuos,
abolida por Justiniano, y la relación que mantenía al liberto ligado a su antiguo amo. Este vínculo constituyó el
derecho de patronato. Este especial derecho hacía que el liberto debiera al patrono los deberes de reverencia que
se manifiestan en la prohibición de demandarlo sin autorización del magistrado, ni entablar contra él una acción
criminal que pudiese infamarlo. Patrono y liberto tenían la recíproca obligación de prestarse alimentos en caso
de necesidad, y aquel también quedaba obligado a asistir al liberto en juicio, defenderlo, y no intentar una
acusación por delito capital. Pero podía, en todos los casos, renunciar a los derechos inherentes al patronato. El
liberto pudo adquirir la ingenuidad por concesión imperial. Primero, por el derecho de usar el anillo de los
caballeros, que lo convertía en ingenuo si bien perduraba la relación de patronato. Y luego por la restitulio
natalium que lo equiparaba en absoluto al hombre libre, si el patrono aceptaba renunciar a los derechos del
patronato.

5º) Restricciones a la facultad de manumitir: por razones de orden político, social y moral, Augusto hizo dictar
por el comicio dos leyes tendientes a restringir la facultad de los amos para manumitir a sus esclavos que se
había venido usando exageradamente. · La Furia Caninia del 2 AC tuvo por objeto restringir las manumisiones
testamentarias, estableciendo que ellas sólo podían hacerse identificando al esclavo por su nombre, y prescribió
límites en cuanto al número de esclavo a manumitir. · La lex Aelia Sentia del 4 DC también consagró
disposiciones restrictivas a la facultad de manumitir. Dispuso que para que la manumisión fuera válida, el
manumisor debía tener menos de veinte años y el esclavo treinta, a no ser que mediase una justa causa
comprobada ante un consejo especial. Declaró nulas las manumisiones que se solían hacer para defraudar a los
acreedores. Prescribió que los esclavos manumitidos que hubieran observado mala conducta durante su estado
servil no obtenían ciudadanía romana, sino la condición de peregrinos dediticios. Justiniano conservo la nulidad
de manumisión hecha en fraude a los acreedores, y redujo la edad del manumisor a diecisiete años.

6º) Relaciones afines a la esclavitud: el derecho conoció ciertas relaciones afines a la esclavitud dentro de las
cuales quienes las experimentaban ocupaban una situación muy semejante a la de los esclavos. El colonato fue
una situación afín a la esclavitud, donde los colonos que eran arrendatarios de tierra sin situación de
dependencia debían pagar un canon por el fundo que ocupaban y no podían abandonar bajo pena de esclavitud.
El propietario tampoco podía separar al colono de la tierra ni vender el predio sin el colono, ni a éste sin el
fundo. Esta relación de dependencia podía cesar si el colono adquiría el inmueble al que estaba adscrito.

7º) “Status Civitatis”: las personas se dividían en dos clases bien diferenciadas: ciudadanos y extranjeros o
peregrinos. Entre ambos grupos se encontraba una clase intermedia, la de los latinos. Durante mucho tiempo, los
peregrinos carecieron de personalidad jurídica. En el 212 DC Caracalla extendió la ciudadanía a los súbditos
libres del Imperio, y terminó así el Status Civitatis.

8º) Ciudadanos, peregrinos y latinos: en Roma se era ciudadano por nacimiento, por liberación de la esclavitud o
por concesión de la autoridad. Cualquier forma de manumitir hacía del esclavo un hombre libre y ciudadano. La
ciudadanía por concesión de la autoridad podía beneficiar a una persona determinada, o a un grupo de personas
y también a todos lo s habitantes de una ciudad o región. Como clase opuesta a la de los ciudadanos, se
encontraban los extranjeros o peregrinos, que eran libres de otras ciudades. Los peregrinos no contaban en
Roma con el amparo del ius civile rigiéndose sus relaciones por el derecho de gentes y para juzgar los casos de
controversias jurídicas con los ciudadanos romanos se creó la pretura peregrina. Los dediticios no pertenecían a
ninguna civitas. No podían vivir en Roma, y tenían que pagar un impuesto especial. Una posición intermedia
ocupaban los latinos, distinguidos en tres clases: · latini veteres (antiguos habitantes del Lacio), · latini
coloniarii (ciudadanos de las colonias romanas con latinidad), y · latini iuniani (manumitidos). De las tres
clases, los veteres se encontraban en una situación jurídica más favorable. Los latinos de las colonias sólo
gozaban del ius commercii y podían testar, celebrar contratos y gozar de la propiedad romana. Los latini iuniani
tenían sólo comercio con los romanos.

9º) Status familia: era la situación en que se encontraba un hombre libre y ciudadano con relación a una
determinada familia. La distinta posición que en ella se podía ocupar influía sobre la personalidad sobre la
personalidad o capacidad jurídica en el sentido de acrecentarla o disminuirla. Las personas, de acuerdo con el
status familia, se distinguían entre sui iuris y alieni iuris.

10º) “Sui iuris” y “alieni iuris”: era el sui iuris el sujeto autónomo respecto de cualquier potestad familiar. El
hombre sui iuris era usualmente paterfamilias, independientemente de que tuviera o no hijos, y que fuera o no
mayor de edad. Esta condición sólo se daba en el varón no sometido a potestad familiar, pero no en la mujer.
“La mujer es cabeza y fin de su propia familia”. La persona sometida al poder familiar, cualquiera que fuera su
edad o sexo, era alieni iuris. Distinta es la condición entre unos y otros: los primeros gozaban de plena
capacidad jurídica, y eran la persona óptimo iure. El ciudadano sui iuris podía ser titular de las cuatro
potestades: la patriapotestas, que era el poder del padre de familia, la dominica potestas (poder o dominio sobre
los esclavos), la manus maritalis (poder sobre la esposa), y el mancipum (potestad sobre un hombre libre
entregado en noxa, por los delitos que hubiera cometido o para garantizar el pago de las obligaciones)

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