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Sistemas Psicológicos Contemporáneos 1

Comisión 1: Prof. Gonzá lez Alumna: Antonela Coene.

Guía 2: La Escuela socio-histórica de Moscú: El Constructivismo Social en Lev Vygotsky.

1- ¿En qué sentido plantea Vygotsky que el signo lingüístico podría ser entendido como una actividad
mediadora?

La creació n y utilizació n de signos como método auxiliar para resolver un problema psicoló gico
determinado (recordar, comparar algo, relatar cosas, elegir, etc.) es un proceso aná logo a la creació n y
utilizació n de instrumentos en lo que al aspecto psicoló gico se refiere. El signo actú a como un instrumento
de actividad psicoló gica (al igual que una herramienta lo hace en el trabajo).
Muchos psicó logos han utilizado la palabra “herramienta” para referirse a la funció n indirecta de un objeto,
como medio para realizar una actividad. Expresiones tales como “la lengua es la herramienta del
pensamiento” son simples metá foras, pero por otra parte, han sido intentos de investir tales expresiones
con un significado literal, para igualar el signo con la herramienta. Al borrar la distinció n fundamental entre
ambos términos, se pierden las características específicas de cada tipo de actividad, dejá ndonos con una
forma psicoló gica general.
Dewey, uno de los principales representantes del pragmatismo, define la lengua como: la herramienta de
las herramientas.
La tarea del investigador es la de descubrir la verdadera relació n que existe entre la conducta y sus medios
auxiliares. Hay conceptos que, aunque tengan aspecto psicoló gico, no pertenecen a la psicología, sino que
han sido adoptados sin fundamentos. Solo podemos igualar los fenó menos psicoló gicos y no psicoló gicos, si
ignoramos la escencia de cada tipo de actividad.
Las distinciones de herramientas como medios para el trabajo, o para dominar a la naturaleza, y lenguaje
como medio para el intercambio social, quedan anuladas en el concepto general de adaptaciones
artificiales.

2- ¿Qué similitudes y diferencias establece Vygotsky en su analogía entre el signo y la herramienta?

La analogía bá sica entre signo y herramienta descansa en la funció n mediadora que caracteriza a ambas.
Por ello, pueden ser incluidas, desde la perspectiva psicoló gica, bajo una misma categoría.
Podemos expresar la relació n ló gica entre el uso de signos y herramientas, utilizando el esquema que
muestra cada concepto incluido bajo otro concepto má s general de la actividad indirecta (mediata).

ACTIVIDAD MEDIATA

SIGNO HERRAMIENTA

Dicho concepto fue investido por Hegel, pues vio en él un rasgo característico de la razó n humana:

“La razón”, escribió , “es tan astuta como poderosa. Su astucia cosiste principalmente en su actividad
Mediadora, que, haciendo actuar a los objetos y reaccionar los unos con los otros de acuerdo con su
naturaleza, sin ninguna interferencia directa en el proceso, lleva a cabo las intenciones de la razón”
Marx, cita una definició n cuando habla de las herramientas de trabajo, para demostrar que el hombre
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“utiliza las propiedades mecánicas, físicas, químicas de las cosas para hacerlas actuar sobre otras cosas como
medios de poder y de acuerdo con sus fines”

Este aná lisis proporciona una base firme para asignar el uso de signos a la categoría de actividad mediata;
la funció n indirecta aparece en primer plano.
En el plano ló gico de la relació n entre ambos conceptos, nuestro esquema representa los dos medios de
adaptació n como líneas divergentes de actividad mediata.
Una diferencia esencial entre signo y herramienta, y la base para la divergencia real de ambas líneas, son
los distintos modos en que orientan la actividad humana.
La funció n de las herramientas no es otras que la de servir de conductor de la influencia humana en el
objeto de la actividad; se halla externamente orientada y debe acarrear cambios en los objetos. Es un medio
a través del cual la actividad humana externa aspira a dominar y triunfar sobre la naturaleza. Por otro lado,
el signo no cambia absolutamente nada en el objeto de una operació n psicoló gica. Así pues, se trata de un
medio de actividad interna que aspira a dominarse a sí mismo; el signo, por consiguiente, esta
internamente orientado.
Dichas actividades difieren tanto una de la otra que la naturaleza de los medios que utilizan no puede ser
nunca la misma en ambos casos.

3- Describa el tipo de relación que se establece entre la ontogénesis y la filogénesis.

Se hace referencia al vínculo real entre las actividades (externas e internas) y, al lazo de su desarrollo en
ontogénesis y filogénesis. El dominio de la naturaleza y el de la conducta está n sumamente relacionados,
puesto que la alteració n de la naturaleza por parte del hombre altera, a su vez, la propia naturaleza del
hombre. En filogénesis, podemos reconstruir dicho vínculo mediante evidencias documentales
fragmentarias, mientras que en ontogénesis podemos trazar el citado vínculo, experimentalmente.

4- ¿Qué posición adopta el autor respecto a las explicaciones que enfatizan la predeterminación
orgánica de las funciones psicológicas superiores?

La primera utilizació n de las herramientas, rechaza la noció n de que el desarrollo representa el simple
despliegue del sistema de actividad orgá nicamente predeterminado del niñ o, la primera utilizació n de los
signos demuestra que no puede haber un ú nico sistema de actividad interno orgá nicamente
predeterminado para cada funció n psicoló gica.
El uso de medios artificiales cambia todas las funciones psicoló gicas, al tiempo que el uso de herramientas
ensancha la serie de actividades dentro de las que operan las nuevas funciones psicoló gicas. En este
contexto, podemos emplear el término de función psicológica superior o conducta superior, al referirnos a la
combinació n de herramienta y signo en la actividad psicoló gica.
El desarrollo, avanza, no en círculo, sino en espiral, atravesando siempre el mismo punto en cada nueva
revolució n, mientras avanza hacia un estadio superior.

5- Defina el concepto de internalización. Describa la serie de transformaciones que incluye.

Llamamos internalizació n a la reconstrucció n interna de una operació n externa, Un buen ejemplo de este
proceso, podríamos hallarlo en el desarrollo del gesto de señ alar. Al principio, este ademan no es má s que
un intento fallido de alcanzar algo, un movimiento dirigido hacia cierto objeto que designa la actividad
futura. El niñ o, intenta alcanzar un objeto situado fuera de su alcance; sus manos tendidas hacia ese objeto,
permanecen suspendidas en el aire. Sus dedos se mueven como si quisieran agarrar algo. En este estadio
inicial, el acto de señ alar está representado por los movimientos del pequeñ o, y nada má s.
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Cuando acude la madre en ayuda del pequeñ o y se da cuenta de que su movimiento está indicando algo, la
situació n cambia. El hecho de señ alar se convierte en un gesto para los demá s. El fracasado intento del
niñ o, engendra una reacció n, no del objeto que desea, sino, de otra persona.
El significado primario de este fracasado movimiento de apoderarse de algo queda establecido por los
demá s. Má s tarde, cuando el niñ o es capaz de relacionar su fallido movimiento de agarrar, con la situació n
objetiva de un todo, comienza a interpretar dicho movimiento como acto de señ alar. En esta coyuntura, se
produce un cambio: un movimiento orientado hacia un objeto, se convierte en un movimiento dirigido a
otra persona, en un medio de establecer relaciones.
Como consecuencia de este cambio, el movimiento mismo queda físicamente simplificado, y lo que del
resulta es la forma de señ alar que denominamos “gesto”. Se convierte en un gesto, solo después de
manifestar objetivamente todas las funciones de señ alar para otros y de ser comprendido por los demá s
como tal. Su dignificado y funciones se crean, al principio, por una situació n objetiva, y luego por la gente
que rodea al niñ o.
El proceso de internalizació n consiste en una serie de transformaciones:

- Una operación que inicialmente representa una actividad externa, se reconstruye y comienza a
suceder internamente: es de especial importancia para el desarrollo de los procesos mentales
superiores, la transformació n de la actividad que se sirve de signos, cuya historia y característica
quedan ilustradas por el desarrollo de la inteligencia práctica, de la atenció n voluntaria y de la
memoria.
- Un proceso interpersonal queda transformado en otro intrapersonal: en el desarrollo cultural del
niñ o, toda funció n aparece dos veces: primero, a nivel social, y má s tarde, a nivel individual; primero
entre personas (interpsicoló gica), y después en el interior del propio niñ o (intrapsicoló gica). Todas las
funciones superiores se originan como relaciones entre seres humanos.
- La transformación de un proceso interpersonal en un proceso intrapersonal es el resultado de una
prolongada serie de sucesos evolutivos: el proceso, aun siendo transformado, continú a existiendo y
cambia como una forma externa de actividad durante cierto tiempo antes de internalizarse
definitivamente. Para muchas funciones, el estadio de signos externos dura indefinidamente, es decir,
es su estadio final de desarrollo. En cambio, otras funciones se desarrollan mucho má s y se convierten
gradualmente en funciones internas. No obstante, solo adquieren el carácter de procesos internos como
resultado final de un desarrollo prolongado.

6- Relacione con el concepto de internalización, el ejemplo que utiliza el autor del acto de señalar.

En el ejemplo del niñ o, su desarrollo en cuanto al gesto en cuestió n está fuertemente relacionado con un
proceso de internalizació n. Al comienzo, solo fue un movimiento sin sentido, pero luego, desde que la
madre comienza a darle un significado se comienzan a construir funciones en relació n a ese acto de señ alar.
En un primer momento son causas externas las que le dan significado, ya que el niñ o no sabía lo que hacía,
por lo tanto, el valor del gesto se lo daban las demá s personas, pero con el tiempo, el niñ o adquiere el
aprendizaje no solo del movimiento convertido en gesto que significa, sino, de la conducta que implica el
gesto de señ alar algo y su funció n comunicativa.

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