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UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE MEDICINA
WENDY BUITRAGO ÀNGEL COD. 5113112
DRA. MAYE BERNAL

EXAMEN CORPOLÒGICO

El examen copròlogico es un examen completo de la materia fecal el cual debe incluir análisis de
las propiedades físicas y químicas del excremento, asì como también la microscopia de los
elementos contenidos en el.

Este análisis es de gran utilidad cuando se trata de demostrar problemas de mala digestión y mala
absorción cualitativamente, debiendo ser confirmadas estas con base en las pruebas de absorción.
Este examen debe incluir por lo tanto observación macroscópica y microscópica y a estos deberán
hacerse las tinciones apropiadas.

El examen de heces tiene su máxima indicación clínica en las diferentes diarreas crónicas, y en
general interesada en aquellos procesos que cursan con insuficiencia digestiva o en los que busca
el germen o parasito de la enfermedad.

I. CARACTERES MACROSCÓPICOS

1).Cantidad: Depende fundamentalmente de los residuos alimenticios procedentes de la dieta,


según su contenido en verduras y frutas, es decir, en celulosa. Y de la existencia de estreñimiento
o diarrea en el enfermo.

Por término medio, y con una alimentación corriente, se eliminan normalmente entre 150 y 250 g
por día de heces. Con un régimen vegetariano se llega a 370 g., más, mientras que con un
régimen cárneo se excretan sólo unos 60 g. diarios. En estado patológico pueden alcanzar las
deposiciones un peso superior al kilogramo diario, y si se trata de diarreas agudas graves, pueden
eliminarse varios litros diarios.

A) Aumentos excesivos se observan:

a) Típicamente en la enfermedad de Hirchsprung o megacolon congénito. Se caracteriza por


la eliminación espaciada (cada 10 ó 15 días) de una deposición abundantisima, que suele rebasar
los 300 g. en peso (tengamos en cuenta que se da predominantemente en niños).

b) Son especialmente voluminosas las heces en los enfermos con esteatorrea de cualquier
origen: pancreática, disabsortiva, etc.

c) En la aceleración del tránsito intestinal: fístulas gastrocólicas, hiperquínesias, etc., así como
en los defectos de absorción y en los síndromes de hipersecreción, todo lo cual es a su vez causa
de diarrea, es decir, fluidificación de las heces, por lo que este apartado prácticamente se confunde
con ella.

B) La disminución se presenta en el estreñimiento y en todos los procesos que a él conducen. En


los tumores de intestino grueso y recto que cursan con estrechamiento de la luz intestinal. En
todos los procesos que conducen al íleo (mecánico o dinámico).

En realidad, no sólo se produce un todas ellas menor cantidad, sino -lo que tiene más valor clínico
-disminución del número de deposiciones (estreñimiento propiamente dicho).
2) Consistencia: Normalmente, la deposición debe ser sólida y "formada", es decir, cilíndrica y
consistente para mantener esta forma después de excretada. El régimen de prueba sin celulosa
puede dar lugar a unas heces algo más blandas, pero normales.

Los estreñidos eliminan deposiciones pequeñas, duras, y a menudo "en bolas" o "caprinas". Las
falsas diarreas de los constipados se caracterizan por la deposición mixta, compacta la primera
parte y pastosa el final.

Son fluidas, pastosas o líquidas las heces en las diarreas. En el cólera se han comparado con la
"sopa de arroz", y en la tifoidea con el "puré de guisantes", pero esta última es inconstante en su
presentación. Parece una "papilla" la deposición de los enfermos con insuficiencia gástrica
descompensada. Es cremosa y pegajosa, como "mantequilla", en las esteatorreas de origen biliar,
pancreático o entérico (esprue y diarreas esprueiformes en el adulto, celiaquía del niño). Pegajosa
y oscuras, como alquitrán, son generalmente las heces de las melenas. Pastosa y esponjada,
espumosa, es la deposición en la llamada dispepsia de fermentación. Son apreciables los restos
groseros de alimentos en la "lienteria" por tránsito rápido, especialmente en la insuficiencia
gástrica.

Deposiciones acintadas, en lápiz, aparecen en las estenosis del colon distal o recto.

3) Color: Normalmente y con dieta mixta, la deposición es de color pardo o marrón más o menos
oscuro en el adulto, oscureciéndose a medida que pasa el tiempo expuesta al aire. Con dieta
láctea y en los lactantes es amarillo canario. Con dieta cárnea se hace marrón oscuro. Una
alimentación rica en verduras (espinacas especialmente) tiñe las heces de un color verdoso,
mientras que si preponderan las patatas y el pan, las heces se aclaran hacia un marrón
amarillento. El régimen de prueba antedicho tiende a producir heces de color ocre, normales. Un
exceso de café oscurece la deposición.

En general, las heces duras de los estreñidos son más oscuras que normalmente, y las
deposiciones diarreicas suelen ser más claras, aunque en esto último hay numerosas excepciones.

Blanco-grisáceas, de color ceniza, son las heces en la acolia de las ictericias obstructivas y de la
fase aguda de las hepáticas, con lo que su aspecto se ha comparado con la masilla. La ingestión
de papilla de bario puede producir el mismo efecto.

Amarillentas, con diferentes matices, son las heces en las "diarreas de fermentación" y en las
esteatorreas del esprue, insuficiencia pancreática, etc. Los demás caracteres físicos distinguen
unas y otras. El ruibarbo, sen, santonina y otros medicamentos tiñen de amarillo las deposiciones.

Como yema de huevo son las heces procedentes de un tránsito acelerado a partir de las partes
más altas del intestino delgado.

De color verde, por la biliverdina, aparecen otras veces las deposiciones por paso rápido global en
las diarreas duodenales ("diarrea yeyunal" de Nothnagel). Ya hemos dicho que un exceso de
vegetales clorofílicos dan un tono verdoso a las heces, y los mismo sucede si el sujeto toma
calomelanos. En los lactantes son frecuentes las diarreas verdes, pero es normal que en los niños
criados al pecho las deposiciones se tornen verdes al contacto del aire.

Rojizas, irregularmente, son las deposiciones que contienen sangre no transformada, de origen
bajo (hemorroides, tumores de colon distal, etc.). La hematina puede dar un color pardo-rojizo a
las heces.

De color pardo suelen ser las diarreas gastrógenos. Pardo oscuras son las heces de putrefacción
que aparecen en distintos procesos (colitis, cáncer, uremia, etc.), o las debidas a pleiocromia por
exceso de bilis, en la ictericia hemolítica.
Negruzcas y pastosas, pegadizas, como pez o alquitrán, son típicamente las heces en las
"melenas" -de ahí su nombre-, es decir, en las hemorragias digestivas altas. De color negro son
también las deposiciones después de la ingestión de morcilla o sangre, moras, mosto de uva, vino
tinto, etc., o de tomar preparados de carbón, hierro, bismuto, sales de plata, etc.

No hace falta recurrir al laboratorio cuando la sangre inalterada es reconocible a simple vista
embadurnando la deposición (sangre de origen bajo: hemorroides, etc.), ni tampoco en los casos
de hemorragias altas abundantes con heces negras y pegajosas, como alquitrán.

La sangre en heces puede proceder de un cáncer de esófago, varices esofágicas (cirrosis


hepática), ulcus gastroduodenal, carcinoma gástrico, ulceraciones intestinales (tifoidea,
tuberculosis, colitis ulcerosa), infarto mesentérico, invaginación intestinal, cáncer de colon,
poliposis, hemorroides.

4) Olor: El olor fecal, característico, se hace fétido en todos los procesos que cursan con
petrufacción de las proteínas ingeridas o endógenas (lo cual puede ocurrir, aunque no
obligadamente, en pacientes con insuficiencia gástrica, biliar o pancreática, colitis, cáncer, etc.), y
sobre todo en las melenas, en el cáncer de colon y en el absceso abierto en el intestino grueso. En
la acolia es desagradable, pero no hediondo (SCHMIDT, EPPINGER).

De olor rancio, agrio, son las "diarreas de fermentación" con tránsito rápido a partir del ciego.
Inodoras se vuelven las deposiciones durante las curas con antibióticos intestinales. De olor
amoniacal son las diarreas urémicas y en las fístulas rectovesicales.

5) Moco: Su aparición en las deposiciones suele ser reconocible ya macroscópicamente, por lo


menos en la emulsión de heces observada sobre todo oscuro. Si está finamente dividido y
mezclado en las heces, dándoles un aspecto brillante procede del intestino delgado, a diferencia
del moco en copos visibles, que tienen un origen más bajo y sobre todo en tiras o gleras, cuyo
punto de partida está en el colon distal. Su significación clínica es muy distinta si se presenta
aisladamente como moco perlado, transparente, o si es opaco, mezclado con células epiteliales,
sangre o pus: en el primer caso se trata de un catarro alérgico, puramente funcional o mixoneurosis
("colitis mucomembranosa"), y excepcionalmente, si es muy abundante, de un tumor vellos;
mientras que en el segundo caso señala la existencia de un proceso inflamatorio, más o menos
profundo (enteritis y colitis genuinas)

II. CARACTERES QUÍMICOS

1) Reacción: Corrientemente se examina con el simple papel tornasol o con el papel indicador
Merck que señala el pH aproximado. Las heces normales son neutras o ligeramente alcalinas,
pero la reacción depende de múltiplos factores, dietéticos y endógenos, por lo que sus variaciones,
tanto en la salud como en la enfermedad, son irregulares y de escaso valor clínico (HARRISON).

Presentan reacción ácida las heces de los enfermos con "dispepsia de fermentación", mientras que
son alcalinas en las diarreas de petrufacción. También suelen ser alcalinas las deposiciones en la
insuficiencia gástrica descompensada ("diarreas gastrógenas"). En el esprue son, por lo general,
de reacción ácida.

2) Prueba de fermentación de Strasburger: Las heces normales no muestran desprendimiento


gaseoso, es decir, que la fermentación precoz y tardía resultan negativas. El desprendimiento
gaseoso precoz y marcado indica la presencia de hidratos de carbono solubles en las heces y
demuestra su falta de aprovechamiento por el enfermo. La fermentación tardía, siempre escasa,
traduce la existencia de procesos de putrefacción.

3) Albúmina disuelta: Los restos albuminoideos pueden proceder de los alimentos o de exudados
intestinales. La llamada "albúmina soluble o disuelta", precipitable en la emulsión de heces
mediante el sublimado -con lo que el líquido que sobrenada queda claro y transparente, en la
prueba de Schmidt-Triboulet-, es siempre patológica y corresponde a proteínas desintegradas y de
origen mural más o menos profundo, por lo que su hallazgo en el examen coprológico tiene un gran
valor clínico, significando la existencia de un proceso inflamatorio o destructivo en la pared
intestinal -enteritis, colitis, úlceras, neoplasias, etc.-, y la presencia de exudado, sangre o pus:
signo de "organicidad". El resultado negativo de la reacción de la albúmina disuelta no excluye la
patogenia inflamatoria del cuadro.

4) Sangre oculta: El examen químico del pigmento hemático en las deposiciones (método de
Weber, con la tintura de guayaco, de Adler, con la bendicina, o de Meyer, con la fenolftaleina),
tiene interés en todos los casos en que se sospecha la existencia de hemorragias digestivas
subclínicas, es decir, sin que se acusen visiblemente en forma de melena (1).

Las mismas causas capaces de dar lugar a melena pueden irrigar hemorragias ocultas, pero en
especial las siguientes:

a) Tumores del tracto digestivo, sobre todo cáncer gástrico o de colon. (El derecto suele dar
hemorragias aparentes).
b) Enteritis y colitis.
c) Ciertas diátesis hemorrágicas: púrpura de Henoch, hemofilia, escorbuto, etc.
d) Algunas parasitosis intestinales (anquilostoma, teniasis, etc).
e) En ocasiones, las cirrosis hepáticos.
f) Epistaxis posteriores, hemoptisis o hemorragias gingivales deglutidas.
Para practicar un examen de sangre oculta en heces es preciso previamente tener el enfermo
durante tres días a dieta libre de carne, morcilla y otros productos que puedan contener
hemoglobina, o un exceso de clorofila (vegetal verdes), así como suprimir toda medicación férrica,
con nitritos, bismuto o cobre. Conviene repetir la prueba varias veces en días distintos, tanto para
cerciorarse de la negatividad como para comprobar, en su caso, el carácter crónico, iterativo de la
hemorragia (típico del cáncer frente al ulcus).

(1) Por su simplicidad y rapidez, las técnicas de reconocimiento de sangre oculta en heces pueden
ser practicadas directamente por el clínico o un auxiliar sanitario.

Prueba de la bencidina. Sobre un papel de filtro manchado con heces se derraman unas gotas de
solución de bencidina (al 1% en ácido acético diluido al 50%, solución que se conserva durante
quince días), y en seguida se añaden unas gotas de agua oxigenada "a 10 volúmenes". Si existe
sangre se formará un halo verde-azulado en el papel mojado en torno a la mancha de heces.

Prueba del piramidón. Se procede igualmente, utilizando una solución de piramidón al 5%, en lugar
de la bencidina; luego se añade también el agua oxigenada. Cuando es positiva aparece una
coloración azul violeta, o rojiza si es escasa la sangre existente en las heces.

La prueba de la bencidina es mucho más sensible que la del piramidón. Para tener idea de la
magnitud de la hemorragia conviene practicar las dos reacciones: unas heces "bencidina-
positivas", pero "piramidón-negativas", contienen muy poca sangre.

5) PIGMENTOS BILIARES (REACCIÓN DEL SUBLIMADO).

Normalmente las heces contienen estercobilina y estercobilinógeno, que le dan su color normal.
En el examen coprológico de un sujeto sano no debe encontrarse biblirrubina ni biliverdina.

La presencia de estos productos se investiga por la reacción de Schmidt-Triboulet (sublimado-


acético). Según el color que se produce al mezclar una pequeña cantidad de deposición con el
reactivo, pueden darse los siguientes resultados:

a) Sublimado rosa: normal. Indica existencia de estercobilina.


b) Sublimado verde: Nos encontramos ante biliverdina (bilirrubina escasamente transformada);
esto quiere decir que las heces tienen carácter intestinal alto, donde normalmente existe
biliverdina. Significa tránsito acelarado.

c) Sublimado blanco: Acolia. No hay pigmentos biliares en la luz intestinal, es decir, ictericia
obstructiva (en las parenquimatosas es fácil que durante un breve periodo exista acolia, pero no es
persistente y raramente total).

Podemos investigar también la bilirrubina (reacción de Grigaut). Si se halla elevada (lo normal es
que no exista) estamos ante una ictericia hemolítica. El aumento discreto puede deberse también
a tránsito acelerado.

6) Enzimas ("prueba de la gelatina"). Prácticamente sólo interesa, en algún caso, comprobar la


presencia de tripsina. Las heces normales, así como las deposiciones de los enfermos con
celiaquia, licuan la gelatina, mientras que en las ausencias de tripsina, como en la insuficiencia
pancreática exocrina (fibrosis quistita, obstrucción canalicular, carcinoma masivo, etc.) la gelatina
queda intacta. Un proceder muy sencillo consiste en aplicar una gota de la emulsión de heces, por
espacio de media hora, sobre la gelatina de una película fotográfica o radiográfica, que queda
"digerida" en aquel lugar si existe tripsina.

Sin embargo, es excepcional la falta absoluta de éste u otros fermentos, por lo que su
determinación tiene escaso valor clínico y apenas se practica actualmente.

En la colitis ulcerosa se registra una proporción muy elevada de lisozima en las heces
(ABDERHALDEN, MEYER).

III. RESTOS ALIMENTICIOS (PRINCIPIOS INMEDIATOS)

Una digestión deficiente en algunos de los tramos del tubo gastrointestinal, se acusa en el examen
coprológico por la aparición de restos de alimentos ingeridos, siempre que el defecto no haya sido
compensado en tramos inferiores. Prácticamente sin embargo señala trastorno "anterior" al colon:
gástrico, pancreático, de intestino delgado o linfomesenterial.

Un estudio riguroso, a fines de investigación, requiere la aplicación de métodos químicos, de


balance, conociendo exactamente la proporción de principios inmediatos en la dieta y en las heces.
Pero para el uso clínico corriente basta la observación macroscópica de la emulsión de heces y el
examen microscópico de las cuatro preparaciones clásicas: sin teñir, con lugor, con Sudán y con
ácido acético.

En general, una aceleración global del tránsito gastrointestinal determina la presencia de restos
groseros de los alimentos en las heces -lienteria- y la aparición en el examen microscópico de
esteatorrea, creatorrea y amilorrea, aunque no exista un déficit enzimático primitivo.

1) Esteatorrea (grasa neutras y ácidos grasos). La presencia de un exceso de grasa -


esteatorrea- en las deposiciones obedece a uno o varios de los siguientes mecanismos: tránsito
acelerado, déficit enzimático de su digestión, déficit de absorción o hipersecreción endógena.
Unas veces predomina la grasa neutra, sin desdoblar, y en otros casos los ácidos grasos y
jabones.

La grasa se reconoce a veces ya macroscópicamente y en la emulsión de las heces por las gotas
que flotan. En la preparación microscópica, por la tinción con el Sudán III, el rojo escarlata o el
ácido ósmico. Los ácidos grasos aparecen generalmente en forma de agujas finas y alargadas.

Empleando el método de dosificación húmedo, los valores normales son los siguientes:

Grasa total ........................................ 17,5


Grasa neutra ...................................... 7,3
Ácidos grasos libres ............................. 5,6 por ciento de sustancia total seca
Ácidos grasos combinados
(Jabones) ........................................... 4,6
Empleado el método de Cammidge -seco- las cifras son superiores en un 30-50%,
aproximadamente.
Se consideran patológicas las heces que contienen una cantidad total de grasa por encima del
25%, o bien cuando sus fracciones parciales están elevadas excesivamente.

Se hallan cifras elevadas en los siguientes procesos:

a) Diarrea grave, por acelerado tránsito intestinal, con la consiguiente defectuosa absorción.
b) En la fístula gastrocólica, por igual causa.
c) En el esprue, tanto en su forma tropical como en la idiopática o esprue "nostras". Es en los
adultos, junto con la insuficiencia pancreática y biliar, la causa más frecuente de esteatorrea.
d) En la enfermedad celíaca. Esta es, en cambio, la más corriente en niños.
En estas dos últimas formas la esteatorrea es muy considerable, predominando en las heces los
ácidos grasos y jabones (grasas desdobladas).
e) En afecciones pancreáticas que cursan con una baja en la secreción de lipasa (pancreatitis
crónicas, tumores de páncreas, obstrucciones del conducto de Wirsung).
En estos casos, la esteatorrea, que también es muy copiosa, es casi exclusivamente de grasas
neutras, a diferencia con el esprue.
f) En obstrucciones del conducto biliar (colédoco, hepático o de los conductillos intrahepáticos)
existe también esteatorrea, con predominio de ácidos grasos libres y combinados, pero por
aumentada secreción endógena de grasas, predominan a veces las grasas neutras.
g) En la lipodistrofia intestinal o enfermedad de Whipple, en la tabes mesaraica (tuberculosis de
ganglios linfáticos intestinales), y en general en todos los procesos que cursan con obstrucción
linfática intestinal: linfosarcoma, Hodgkin, leucemia, etc.
h) En la esteatorrea idiopática, posiblemente ligada a una hipersecreción intestinal de grasa.

En resumen, pues, podemos decir que una "esteatorrea de grasa neutra" habla en favor, sobre
todo, de insuficiencia pancreática, mientras que la "esteatorrea de ácidos grasos" (aunque exista
también cierta proporción de grasa neutra), excluida la insuficiencia biliar (acolia), corresponde,
probablemente, a un trastorno de absorción esprueiforme. Sin embargo, en las pancreopatías
puede aparecer desdoblada la grasa gracias a las lipasas bacterianas del colon (FAHRLAENDER).

2) Creatorrea. El defecto de aprovachamiento de la carne se investiga en las heces por


microscopia. En los sujetos normales se encuentran unas pocas fibras musculares sueltas, apenas
reconocibles como tales, pues no presentan ya estriación transversal y su forma es redondeada.

Existe creatorrea, es decir, restos de carne o de fibras musculares, sin atacar, en los siguientes
casos:

a) En la insuficiencia gástrica con aquilia. En este síndrome las fibras musculares que aparecen en
las heces están todavía agrupadas en manojos y se observan típicamente abundantes restos de
tejido conectivo intacto en forma e fieltros o fibras arborescentes.

b) En la insuficiencia pancreática (pancreatitis crónica, neoplasias, etc.). Aquí, las fibras


musculares están deshilachadas, sueltas, como trozos de caoba, pues por su buen estado de
conservación presentan ángulos marcados, estriación transversal y núcleos tingibles, acusando un
déficit de digestión tríptica. No existe tejido conectivo, a no ser que se asocie una insuficiencia
gástrica, en cuyo caso las fibras aparecen todavía agrupadas en haces por el conjuntivo intersticial
inatacado. A veces no existe creatorrea apreciable en la insuficiencia pancreática por la suplencia
enzimática de los fermentos proteolíticos intestinales y bacterianos.
3) Amilorrea. Consiste en la presencia de restos de almidón sin digerir y células de patata en las
heces que en la preparación teñida con lugol, aparecen de color azul. Su examen tiene menos
interés clínico que el de los demás principios inmediatos, pero sirve principalmente para atestiguar
un defectuoso ataque de la celulosa en el ciego ligado a un tránsito acelerado a través del colon.

Aparece en los siguientes casos:

a) Ingestión excesiva de feculentos, con o sin defectos de insalivación y masticación.


b) Insuficiencia pancreática. La coexistencia de esteatorrea y creatorrea en este síndrome global
confirma el diagnóstico. La amilorrea puede faltar en pancreopatías evidentes.
c) Dispepsia cecal de fermentación con hiperperistaltismo cólico. La abundante flora iodófila y los
caracteres macroscópicos de la deposición, así como la ausencia de esteatorrea y creatorrea,
excluyen la insuficiencia pancreática. Recuérdese que la supuesta "dispepsia de fermentación" es
un síndrome de etiología múltiple.
d) En toda diarrea aguda con tránsito acelerado, desde tramos altos.

IV. EXAMEN BACTERIOLÓGICO Y PARASITOLÓGICO

1) El primero tiene por objeto comprobar la existencia de una "disbacteriosis" o desequilibrio en la


flora habitual del intestino, o bien atestiguar la presencia de un germen anormal, específico de la
enfermedad, cuyo diagnóstico clínico sospechamos. Más frecuentemente todavía el examen
bacteriológico de heces se practica a fines epidemiológicos, para despistar portadores de
gérmenes entre los convalecientes y contagiados latentes.

La flora normal constituye un tercio del peso de las heces secas. Predomina en el adulto el
colibacilo, y en menor proporción el subtilis, clostridium butyricum, proteus, etc., destacando
también la llamada "flora proteolígica", constituida sobre todo por los anaerobios putrificus y
aerogenes capsulatus (bacilo de Welchii o de Fränkel de la gangrena gaseosa); en general, la flora
dominante es "Gram negativa". En el lactante, en cambio, es preferentemente "Gram positiva",
descollando por su abundancia el Lactobacillus acidophilus y el biffidus.

En la recogida de muestras de heces debe evitarse la mezcla de orina, y una vez introducidas en
recipientes limpios y estériles, enviarlas inmediatamente al laboratorio.

El examen bacteriológico puede hacerse por microscopia directa de la extensión teñida o bien
por cultivo de heces, insustituible en general cuando se trata de aislar un germen específico. Se
utiliza ventajosamente un grumo de moco opaco por su mayor riqueza en gérmenes.

En las disbacteriosis ocurre una exagerada desproporción entre la flora "sacarolítica" iodófila -la del
lactante- y la proteolítica, a favor de una u otra. Sin embargo, hoy tiende a interpretarse este
hallazgo más como efecto que como causa del proceso, y la verdadera disbacteriosis estribaria en
la "degeneración del colíbacilo" con aparición de formas atípicas. p-colibacilos, incapaces de inhibir
los anaerobios y, en cierto grado, la flora patógena en general. Para comprabar el estado de los
colibacilos se recomienda el método del "índice coli" del NISSLE, o sea la observación de la
actividad inhibente que posean los colibacilos de las heces sobre el desarrollo de las colonias
Eberth en cultivos mixtos.

En cuanto a gérmenes específicos, puede interesar especialmente la búsqueda del bacilo de Koch
en las supuestas localizaciones intestinales de la enfermedad, pero téngase en cuenta la
posibilidad de autocontaminación por bacilos deglutidos con los esputos en los tuberculosos
pulmonares, por lo que sólo tiene valor su hallazgo si ha podido descartarse aquel origen y si
coincide con signos clínicos y locales manifiestos.

El vibrión colérico y otros gérmenes pueden reconocerse a veces directamente, pero en general, y
sobre todo en las salmonelosis, deberá recurrirse sistemáticamente al cultivo de medios
apropiados (Endo, etc.). La comprobación de un gran número de bacilos de Boas-Oppler es
frecuente en los casos de cáncer gástrico, lo que tiene un cierto interés diagnóstico.

2) Entre los protozoos destacan, por su relativa frecuencia de observación en heces humanas, las
amebas, los flagelados del tipo de las lamblias, Trichomonas y Chilomastix, y los ciliados, como el
Balantidium coli. Pueden aparecer las formas activas o sus quistes, que no deben confundirse con
las levaduras existentes normalmente en toda deposición. Es discutible la capacidad patógena de
cualquiera de los protozoos señalados, y antes de admitir la importancia etiológica de tal hallazgo
en las heces deben excluirse otras causas del cuadro, y sólo serán inculpados aquellos si además
su presencia es abundante.

La ameba patógena -Entamoeba histolytica- se distingue de las saprofitas por su gran motilidad
con seudópodos visibles, los hematíes fagocitados y los cuatro núcleos de sus quistes. Es mejor,
en los casos sospechosos de disentería amebiana, buscarla en el frotis de la mucosa rectal.

3) El diagnóstico de las helmintiasis intestinales se basa en el hallazgo del parásito o de sus


huevos en las heces. Para facilitar la búsqueda de estos últimos se recurre a los métodos de
enriquecimiento o concentración (BARTHELEMY, TELEMAN) de las heces.

Las tenias pueden reconocerse por la aparición macrosópica de sus anillos -proglotis- o mediante
el examen microscópico de sus huevos. La cabeza o escólex tiene, además de cuatro ventosas,
una corona de ganchos en la especie solium, a diferencia de la saginata, que sólo posee las
ventosas. Los huevos de ambas son redondos, de color pardo, y recubiertos por una cáscara
radiada.

Los huevos de áscaris son ovalados, también de color pardo, y están incluidos en un caparazón
rugoso como una nuez y doble membrana.

En la oxiuriasis, tan banal, no se comprueban a menudo huevos de parásitos, a no ser que se


busquen por raspado con espátula, en los márgenes del ano. Son ovalados, incoloros y muestran
un doble contorno limitante.

Las larvas de triquina rara vez son demostrables en las heces, excepto en la fase de enteritis y tras
administrar un purgante salino. Es mejor recurrir a la biopsia muscular o incluso a la comprobación
de los embriones en la sangre.

El anquilostoma presenta unos huevos ovales y transparentes que dejan ver al embrión enrollado.
En la esquistosomiasis mansoni, se observan huevos ovalados con espina lateral y embrión
apreciable en su interior; se recogen mejor por biopsia de la mucosa rectal que en las heces.

4) Excepcionalmente, en las miasis de localización digestiva pueden aparecer larvas de mosca en


las deposiciones. Naturalmente, sólo tienen valor los hallazgos en heces recién emitidas,
directamente examinadas, para evitar la contaminación externa.

5) En cuanto a los hongos, existen casos de moniliasis intestinal (Candida albicans, del muguet),
en especial en enfermos tratados largamente con antibióticos, que pueden reconocerse por la
presencia de este hongo en las deposiciones. Sin embargo, hay que ser muy exigente antes de
admitir la relación etiológica entre el cuadro clínico y el hallazgo de la monilia.

V. ESTERCOGRAMA EN LOS DISTINTOS SÍNDROMES DIGESTIVOS

1) Tránsito global ultrarrápido. Diarrea verde. Lienteria y microscópicamente grasas, fibras


musculares y almidón sin digerir. Sublimado verde.

2) Insuficiencia gástrica. Heces pastosas o líquidas ("diarrea gastrógena") si está descompensada,


de color pardo y alcalinas. Tejido conjuntivo, abundante, en fieltros y fibras arborescentes que
constituyen el dato más característico. Fibras musculares en manojos y a veces trozos groseros
de carne. Grumos de almidón y células de patata.

3) Insuficiencia biliar. Heces acólicas arcillosas, blancogrisáceas en la obstrucción total, con


sublimado blanco; hipocoloreadas si es parcial. Esteatorrea con abundantes ácidos grasos y
jabones, y escasa grasa neutra.

4) Insuficiencia pancreática. Deposición voluminosa, maloliente y de color amarillento brillante, con


reacción alcalina habitualmente. Creatorrea, en forma de fibras musculares sueltas bien
conservadas, con estriación, angulosas y nucleadas; no se observa tejido conectivo, a no ser que
coexista una insuficiencia gástrica. Esteatorrea en forma de gotas de grasa neutra. Amilorrea,
menos aparente, representada por granos de almidón.

5) Trastornos de absorción (sprue, celiaquia). Heces muy voluminosas, de aspecto cremoso y de


color ocre o como mantequilla, con superficie brillante y con burbujas. Esteatorrea a base, sobre
todo, de ácidos grasos y jabones. No existe, por lo general, creatorrea y apenas almidón.

6) Dispepsia de fermentación. Heces pastosas, en torta, amarillentas, espumosas y de olor rancio,


con reacción ácida y abundante fermentación en la prueba de Strasburger. Abundante almidón sin
digerir, flora iodófila y clostridias.

7) Heces de putrefacción (etiología diversa). Color oscuro, aspecto líquido o pastoso, olor fétido y
reacción alcalina.

8) Enteropatías alérgicas. Abundante moco transparente. Cristales de Charcot-Leyden.


Eosinófilos.

9) Enteropatías inflamatorias. Moco opaco en cantidad, con sangre o pus frecuentemente.


Albúmina disuelta. A menudo heces de putrefacción. Células epiteliales abundantes, y gérmenes.

EXAMEN COPROSCOPICO

Su valor depende de la rapidez con que se examine la Es el análisis químico, microscópico y


macroscópico de una muestra se materia fecal.

muestra, por esto es importante procesar la materia fecal recién evacuada. El coproscópico
incluye además del examen coprológico los siguientes parámetros :

 pH : Se emplea una tira de papel indicador universal, sobre el cual se aplica una pequeña
cantidad de materia fecal, se espera unos minutos y se compara con la escala de colores.
* Azúcares Reductores : Se realiza con las pastillas Clinitest, las cuales reaccionan con
una cantidad suficiente de cualquier sustancia reductora de las heces como glucosa,
lactosa, sacarosa, maltosa, etc.

 El pH y los azúcares reductores son de gran importancia en diarrea de infantes,


especialmente cuando hay intolerancia de carbohidratos o una mala absorción de los
mismos.

 Recuento de leucocitos : Se debe informar en que cantidad se encuentran por campo,


indican principalmente infección bacteriana. Si se observan más de 10 leucocitos por
campo, se hace una lámina y se colorea con wright, se hace el recuento diferencial y si hay
mayor cantidad de neutrofilos (polimorfonucleares) la infección es causada por bacterias, si
hay mayor cantidad de no segmentados la infección es de tipo viral.
Coloración para Coccidias :

 Criptosporidium pardum : Se hace cuando al fresco de materia fecal se encuentran


levaduras. Se incluyeron en el examen coproscopico por que se han visto involucradas
principalmente en diarreas de niños, y en personas con inmunodeficiencias (Sida). Se
caracterizan por ser diarreas acuosas de larga duración con moco pero sin de leucocitos ni
sangre, producen una deshidratación rápida.
Se hace una extensión de materia fecal de la parte de muestra que contenga moco, se
hace una coloración se zeelh neelsen modificada o corriente.
Las coccidias toman un color rojo.
Aunque el Criptosporidium pardum se encuentra con más frecuencia se debe diferenciar
de otras coccidias que pueden encontrarse como es la Ciclospora cayetanensis ya que el
tratamiento es muy diferente para cada una.
El tratamiento para la Ciclospora es el trimetoprim sulfa mientras que para el
criptosporidium es la azitromicina. Microscopicamente la Ciclospora es más grande que el
Criptosporidium. (se debe utilizar el micrometro ).
Isospora belli : Es difícil de diagnosticar, se supone que es la responsable de una forma de
enteritis parecida a la producida por giardia.  Mide aprox. 12-15 x 6 - 7 micras. Se
caracteriza por que con la coloración de ZN. Se observa un esporoblasto.
Blastocistis hominis : Era considerado como una especie de parásito ahora se clasifica
como otro tipo de coccidia, se caracteriza por tener una vacuola grande en el centro y los
núcleos a la periferia puede medir de 10 a 60 micras. Se observa mejor si se hacen
coloraciones con azul de metileno de loeffler. Se da tratamiento cuando No hay otra
patología y no ceden a ningún tratamiento. Se usa metronidazol (Cancerígeno ).
Se informa : Coloración para Coccidias : Positiva o Negativa, Se observan ooquistes de
Criptosporidium, ciclospora etc, escasos, moderados o abundantes.

COPROCULTIVO

Es la siembra de una muestra adecuada de heces en medios de cultivo apropiados para el


desarrollo de bacterias entéricas patógenas. La muestra adecuada es aquella que ha sido
recolectada durante el periodo agudo de la enfermedad, cuando es más fácil comprobar presencia
de pus, moco o sangre, y antes de la administración de antimicrobianos.

El examen bacteriológico de las heces sirve para identificar gérmenes patógenos normalmente
ausentes en el tubo digestivo y que pueden provocar diarreas e infecciones digestivas en el
individuo como por ejemplo:

Salmonelas.
Shigella.
Campylobacter.
Ciertos Escherichia coli.
Vibrio cholerae.

Los síntomas de estas afecciones son los siguientes:


Dolores de estómago.
Diarreas.
Vómitos.
Fiebre.
Diarreas agudas, crónicas, febriles o no. El enfermo afectado por diarreas emite heces líquidas,
viscosas o hemorrágicas.

Razones del examen bacteriológico de las heces


El coprocultivo es prescrito cuando se sospecha la presencia de un germen peligroso para la salud
de un individuo.

El objetivo principal consiste en buscar el microorganismo patógeno responsable de la diarrea.

El coprocultivo es necesario cuando el paciente presenta una diarrea crónica en un contexto


epidémico, en respuesta a un viaje a un país tropical por ejemplo.

El examen puede ser útil en varios casos:

 Búsqueda de bacterias responsables de una diarrea.


 Búsqueda de eventuales bacterias y resistentes en un paciente asintomático.
 Prueba de una intoxicación alimentaria.
 Detección eventual de indicios de una parasitosis intestinal.

Valores normales del examen bacteriológico de las heces fecales

Los resultados son normales cuando se comprueba una flora saprófita normal, es decir que no
presenta peligro del organismo.
Los resultados deben ser los siguientes:
 50 al 70 % de bacterias Gram negativas.
 30 al 50 % de bacterias Gram positivas.
 Ningún glóbulo blanco (leucocitos) o glóbulo rojo (hematíes).
 Ninguna bacteria patógena.

Forma en que se realiza el examen

Se necesita una muestra de materia fecal. Hay muchas formas de recolectar las muestras. Una
forma es recoger las heces en un envoltorio plástico que se coloca suelto sobre la taza del inodoro
y se sostiene en su lugar con el asiento. Luego, se coloca la muestra en un recipiente limpio. Un
equipo para recolección de la muestra trae una gasa especial que se usa para recogerla. Luego, se
coloca la muestra en un recipiente limpio.

Para bebés y niños pequeños en pañales, cubra el pañal con un envoltorio plástico. Trate de
colocar dicho envoltorio de tal forma que separe las heces de la orina, de manera que pueda
obtener una mejor muestra.

En el laboratorio, un técnico coloca una muestra del espécimen en un plato especial lleno de un gel
que estimula el crecimiento de cualquier microorganismo presente. Se vigila el cultivo para verificar
el crecimiento y, si éste se presenta, se identifican los microorganismos. El técnico del laboratorio
también puede realizar más exámenes para determinar el mejor tratamiento.

Razones por las que se realiza el examen

Este examen se realiza cuando el paciente tiene malestar gastrointestinal y el médico sospecha
que la causa es una infección. Asimismo, se puede llevar a cabo si paciente presenta diarrea
severa, persistente (que no desaparece) o recurrente (que sigue reapareciendo) sin una causa
conocida.

Consideraciones especiales
Además del coprocultivo, a menudo se hacen otros exámenes de las heces tales como:

 Tinción de Gram en heces


 Frotis fecal
 Examen de huevos y parásitos en las heces

MICROORGANISMOS RESPONSABLES DE INTOXICACIÒN ALMENTARIA

Una intoxicación alimentaria es la manifestación clínica de toxicidad (intoxicación) consecuente a la


exposición a sustancias tóxicas vehiculizadas por los alimentos tanto sólidos como líquidos. La
intoxicación ocurre tras la ingestión de alimentos que están contaminados con sustancias
orgánicas o inorgánicas perjudiciales para el organismo, tales como: venenos, toxinas, agentes
biológicos patógenos, metales pesados, etc. la intoxicación alimentaria puede afectar a una
persona o a un grupo de personas que hayan ingerido el mismo alimento contaminado.se presenta
mas comúnmente después de consumir alimentos en comidas al aire libre, grandes reuniones
sociales o restaurantes.

Las bacterias son una causa común de intoxicaciones alimentarias.

Los síntomas de infecciones bacterianas se demoran debido a que las bacterias necesitan tiempo
para multiplicarse, por lo que no aparecen hasta pasadas unas 12-72 horas o más desde la ingesta
de comida contaminada.

Los patógenos bacterianos comunes en intoxicaciones alimentarias son:

• Bacillus cereus
• Listeria monocytogenes.
• Brucella spp.
• Campylobacter jejuni, que puede provocar síndrome de Guillain-Barré secundario
• Corynebacterium ulcerans
• Coxiella burnetii o fiebre Q
• Escherichia coli O157:H7 enterohemorrágico (EHEC) que provoca síndrome hemolítico urémico
• Escherichia coli enteroinvasiva (EIEC)
• Escherichia coli enteropatógena (EPEC)
• Escherichia coli enterotoxigénica (ETEC)
• Escherichia coli enterohemorrágica (EHEC)
• Escherichia coli enteroagregativa (EAEC o EAgEC)
• Listeria monocytogenes
• Plesiomonas shigelloides
• Salmonella spp.
• Shigella spp.
• Streptococcus
• Vibrio cholerae, incluyendo O1 y no-O1
• Vibrio parahaemolyticus
• Vibrio vulnificus
• Yersinia enterocolitica y Yersinia pseudotuberculosis
Exotoxinas

Además de las intoxicaciones provocadas por infección bacteriana directa, algunas intoxicaciones
alimentarias se deben a exotoxinas que son excretadas por las propias bacterias en crecimiento.
Las exotoxinas pueden provocar enfermedades incluso cuando los microbios que las produjeron
han sido eliminados. Los síntomas aparecen típicamente tras 1-6 horas según la cantidad de toxina
ingerida.

• Clostridium botulinum
• Clostridium perfringens
• Staphylococcus aureus
• Bacillus cereus

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