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Frege

Todas las problemáticas contenidas en el programa, se estudiarán a través de la lectura de


las fuentes fundamentales. La primera de esas fuentes que estudiamos es el texto "​El
pensamiento​" de Gottlob Frege (1848-1925), autor cuya obra es el comienzo de la llamada
filosofía analítica o tradición semántica. "​El pensamiento​" es un texto de madurez en el que
retoma sus ideas semánticas fundamentales.
Para la preparación de este trabajo, además del estudio pormenorizado del texto de
referencia, se recomienda leer del mismo autor "Sobre sentido y referencia". Como
bibliografía secundaria se recomienda consultar algunos de los siguientes estudios incluidos
en la bibliografía del programa:
Coffa, ​La tradición semántica de Kant a Carnap
Kenny, ​Introducción a Frege
Simpson, Thomas Moro, ​Formas lógicas, realidad y significado
Soames, ​El surgimiento de la filosofía analítica

Desarrollo

Parte 1

Más allá de sus fragmentaciones, dispersiones y relativizaciones contextuales, la historia de


la filosofía se puede estudiar a través de sus continuidades, las más amplias de las cuales
nos permiten considerar a todos los filósofos como mutuamente contemporáneos, y al
mismo tiempo como parte de una carrera de postas en la que un subconjunto de ellos en un
tiempo dado, el pasa cuestiones fundamentales y propuestas de resolución a otros
subgrupos que los siguen en el tiempo histórico. En este pasaje intervienen diversas
lenguas, jergas específicas, principios, conceptos sustantivos, estrategias argumentales,
fuentes e intereses diversos e incluso prejuicios y condiciones históricas y culturales que
presionan a la filosofía que siempre se encuentra dentro de la corriente del río, no en una
isla o en la orilla.
Para aproximarnos a nuestro tema principal, debemos elegir la punta de un hilo para
desenrollar la madeja sin hacer nuevos nudos, sino desanudando los que ya se encuentran
en ella. Dado que estamos introduciéndonos en el estudio de la filosofía contemporánea,
comencemos por su periodización y por el vínculo con la filosofía moderna. Uno de los
consensos que podemos asumir - nunca libre de toda polémica - es que una gran sombra se
proyecta desde la filosofía moderna hacia la contemporánea, con su correspondiente fuente
de luz: el legado kantiano. Del mismo, para aproximarnos rápidamente a nuestra primera
fuente de referencia, cual es el pensamiento de Frege, debemos acentuar la cuestión del
estado del conocimiento ​a priori​, o de la verdad necesaria. Sabemos que Kant argumentó
en favor de lo que hay juicios sintéticos a priori, para fundar y legitimar el conocimiento
científico y el filosófico. Tanto la matemática como la filosofía, según su enfoque, alcanzan
el conocimiento fundado de las verdades necesarias, en tanto estas no son meramente
analíticas pero tampoco se reducen a la experiencia dada, fugaz y contingente como se
presenta, sino que a través del entendimiento, nos proporciona el conocimiento de las
condiciones universales y necesaria de todo el conocimiento posible.
En esta tarea, Kant no otorga ningún papel estratégico al estudio del lenguaje y, una
consecuencia de ello, queda muy expuesto a las superposiciones constantes entre la
dimensión psicológica y la conceptual, en todas las instancias en la que lo ​a priori se
constituye, articula y conoce. Precisamente, uno de los objetivos fundamentales de toda la
obra de Frege, desde sus primeros trabajos a sus últimos trabajos, es distinguir
sistemáticamente el plano lógico del pensamiento, del plano psicológico del mismo.
Consecuente con ello, Frege adopta un método que permite hacer esta distinción, lo
que lo lleva a buscar un procedimiento que oriente la investigación hacia esos elementos
lógicos. Pero además, no se trata solo de un método sino también de ciertas pruebas
sustantivas acerca del estado mismo de eso sobre lo que se investiga. Podemos remitir el
marco de referencia de esta investigación a las relaciones sistemáticas entre el pensamiento,
la expresión del pensamiento y su valor cognoscitivo respecto de la realidad. Veamos cómo
se desenvolvió concretamente la indagación fregeana dentro de este marco general.
En 1879 publicó Frege un pequeño libro titulado ​Begriffsschrift ,​ traducido al
castellano como ​Conceptografía​ . Este libro marcó época en la historia de la lógica, pues en
el espacio de su breve extensión - poco más de 100 páginas - establece un nuevo cálculo
que ocupa un lugar permanente en el corazón de la lógica moderna. En este libro, entre
otras innovaciones, reemplaza las nociones de sujeto y predicado gramaticales, por los
conceptos lógicos de argumento y función.
Sea la proposición "Independiente derrotó a Racing" y en el lugar de "Racing"
pongamos "Boca". Es claro que esto altera el contenido de la proposición y que,
posiblemente, podría asociarse una proposición con el valor verdad y otra con otro el valor
falso. Podemos concebir al enunciado en cuestión, como formado por un componente
constante "Independiente derrotó a ..." y un símbolo reemplazable "Racing". Este último
nombre es reemplazable por otros símbolos similares, por nombres que designan a otros
equipos del mismo modo que "Racing" nombran a Racing. Concebido el enunciado de este
modo, Frege llamará función al primer componente fijo, y argumento de la función al
segundo componente. El enunciado "Independiente derrotó a Racing" es el resultado de
completar la expresión "Independiente derrotó a ​x"​ , es el valor de la función" Independiente
derrotó a ​x​" para el argumento " Racing ", e " Independiente derrotó a Boca " es el valor de
la misma función para el argumento " Boca".
En la ​Conceptografía​ resulta claro que funciones, argumentos y sus valores son
todos ellos trozos del lenguaje: nombres, simples o compuestos, y enunciados, con o sin
lagunas. La definición especificada por Frege se refiere explícitamente a las expresiones, no
a las cosas fuera del lenguaje que dan claro contenido o significado a las expresiones. Sus
ejemplos de argumentos y funciones son introducidas en general rodeadas de comillas, lo
que naturalmente indica que es de elementos lingüísticos de lo que está hablando.
Sin embargo, al utilizar "función" y "argumento", Frege está haciendo de ellos un
uso matemático; y el análisis del uso que hacen los matemáticos muestra que las funciones
y los argumentos no son para ellos elementos lingüísticos, sino algo diferente. En la
ecuación y = x ( x - 4 ) , el valor de la función en cuestión es 32 para el argumento 8.
Pero aquí argumento y valor no son símbolos: son números, no numerales. En sus obras
posteriores Frege estará mucho más interesado en aplicar las nociones de función y
argumento no tanto a los elementos lingüísticos en sí, como a los elementos que llevan el
lenguaje a "las cosas mismas".
Esta distinción entre función y argumento se vuelve especialmente relevante cuando
nos ocupamos de enunciados en los que, en lugar de nombres propios como
"Independiente" y "Racing", tenemos expresiones que contienen palabras como "todo" o
"algunos": expresiones como "todos los equipos de fútbol "o" algún equipo de fútbol ".
Frege tuvo una nueva notación para estas palabras en tanto cuantificadores, indicados por el
uso de variables. Con estos instrumentos de análisis y formalización, y otros más en los que
ahora no cabe detenernos, alcanza las bases para un lenguaje lógico aplicable tanto al
lenguaje natural como a las ecuaciones de la aritmética.
Otro concepto importante básico para Frege en la ​Conceptografía​, es la noción de
identidad de contenido. Frege introduce el signo de ≡ que es definido así: cuando
afirmamos " X≡Y" estamos afirmando que el símbolo " X " y el símbolo " Y " tienen el
mismo contenido conceptual, de suerte que siempre podemos reemplazar " X " por " Y "y
viceversa. Esta herramienta fundamental será retomada y revisada en su aplicación por
Frege en su trabajo "Sobre Sentido y referencia", casi 15 años después, trabajo al que
volveremos más adelante.
Finalmente, mencionamos que ya en esta obra, Frege ilustró, con su tratamiento
lógico de la serie, cómo su escritura conceptual podría funcionar para aplicar al análisis de
la aritmética. Con los elementos elaborados en la ​Conceptografía​, Frege encararía su
enorme trabajo de fundamentación de la aritmética, comenzándolo y alcanzándolo en lo
esencial, en su libro ​Los fundamentos de la aritmética​ , uno de los más notables de la
tradición analítica y, en verdad, de toda la historia de la filosofía. Acerquémonos a esa obra
para retener de ella los instrumentos que necesitamos comprender en nuestro estudio de su
obra en el presente contexto.
En esta obra de 1884, podemos distinguir tres objetivos: 1) la crítica de diversas
concepciones de la naturaleza del número y de lo que es verdadero de los números, 2) el
desarrollo de las bases para concebir la aritmética como "un lenguaje" de elementos que
son enteramente lógicos y 3) la definición sistemática de cada número en términos
puramente lógicos. En resumen, se trata en este libro de la reducción de la aritmética a la
lógica. Si bien es cierto que este último objetivo no fue confirmado sin dejar abierto
muchos problemas que otros lógicos y filósofos se dedicaron a intentar resolver con variada
suerte, podemos acordar con la siguiente reflexión de Scott Soames: "Es parte de la
naturaleza de la filosofía que nuestro alcance imaginativo supere nuestra comprensión
demostrativa. Nuestros más grandes pensadores se guían por poderosas e irresistibles
visiones que incluyen elementos que van más allá de lo que pueden demostrar, o incluso en
algunos casos, defender racionalmente. (...) La visión de Frege en el ámbito de la lógica, el
lenguaje y las matemáticas, es una de las más convincentes y originales que jamás hayamos
conocido y también una de las más fructíferas". ​Op. Cit​ ., Página 68 )
Volviendo a ​Fundamentos ...​ , Frege es explícito en sus referencias a la herencia de
la filosofía moderna, retomando el proyecto leibniziano y coincidiendo con Kant acerca del
estado de la geometría. En cambio, el principal blanco de sus críticas es la concepción que
Mill expusiera en su ​Sistema de lógica​. Como se recuerda, Mill fue uno de las principales
referencias del inductivismo empirista, al que extiende a todo el conocimiento, el
matemático incluido. A partir de su amplia y profunda crítica, en especial por encontrar en
la base de la visión milliana de la matemática una concepción psicologista, Frege cimenta
su sistemática concepción de la aritmética como una ciencia, leyes y verdades relacionadas
con lo necesario que se conoce puramente ​a priori,​ sin dependencia alguna de los hechos
físicos o psíquicos, pero también sin dependencia alguna de ningún elemento intuitivo - que
sí reconoce presente en la geometría - (por ello la juzga sintética).
Frege acaba la introducción de ​Los fundamentos ... estableciendo los tres principios
fundamentales que gobiernan esta obra:

(1) Hay que separar tajantemente lo que es psicológico de lo que es lógico, lo subjetivo de
lo objetivo.
(2) No se debe preguntar por el significado de una palabra aislada, sino en el contexto de
una proposición.
(3) Hay que tener siempre presente la distinción entre concepto y objeto.

Son principios estos que no solo organizan esa obra sino el conjunto del pensamiento de
Frege. Volveremos a ellos en diversos momentos de nuestras clases.
Mientras que en la ​Conceptografía​ Frege utiliza la distinción entre las expresiones
de función y argumento, en ​Los fundamentos de la aritmética​ la distinción operativa se
establece en términos de la diferenciación y la articulación entre conceptos y objetos. En
1891 Frege publica "Función y concepto", donde las dos distinciones se vinculan y
ordenan. Básicamente, conviene tener presente que el concepto es un tipo de función,
específicamente aquella que toma como valores lo verdadero o lo falso. Por su parte, el
objeto es lo referido por las expresiones que fungen como nombres propios, y lo que toma
por ello el lugar del argumento en las proposiciones. (Los conceptos son para Frege
siempre predicativos, es decir, son lo referido por los predicados). La expresión típica de
Frege para vincular concepto y objeto a partir de "Los fundamentos" es ​un objeto cae bajo
un concepto​. El concepto es entendido por Frege como un elemento insaturado y el objeto
es lo que satura al concepto. Cuando esto ocurre, tenemos la unidad de una proposición, es
decir, la expresión de un pensamiento que, al ser aseverado, se vincula con la verdad o la
falsedad como sus posibles valores.
Este artículo de 1891 es fundamental, no solo por las aclaraciones terminológicas
sino porque en él se introducen dos tesis estratégicas dentro de la semántica de Frege: la
distinción entre el sentido y la referencia como las dos dimensiones del significado, y la
idea de que la verdad y la falsedad son dos objetos a los que pueden referirse las
proposiciones, ecuaciones de la matemática incluidas. (Volveremos sobre esto en la
próxima clase, cuando tratemos del artículo de 1892 "Sobre sentido y referencia").
En 1893 comenzó a editarse ​Leyes fundamentales de la aritmética​. En este libro se
realiza en concreto la deducción de las leyes básicas de los números con medios puramente
lógicos. Al emprender esta tarea, Frege modificó en algunos puntos el sistema formal
expuesto en la ​Conceptografía ​ y redujo los axiomas a siete. El primer volumen incluye en
su primer parte la exposición de los signos primitivos de las restricciones, la tabla de los
axiomas y las reglas y luego deducciones de algunas leyes fundamentales. El segundo
volumen, publicado recientemente en 1903, sigue adelante con estas deducciones e inicia la
parte relativa a los números reales con una larga discusión de las diferentes doctrinas sobre
los irracionales. El tercer volumen, en el que se esperaba la definición del número real, no
llegó a ser escrito.
Un tercer núcleo de escritos importantes se componenen de tres artículos que iban a
integrar un volumen bajo el título ​Investigaciones lógicas​, a saber: "​El pensamiento​"
(1918-1919), "La negación" (1918-1919) y "Pensamientos compuestos" (1923). En estas
investigaciones, Frege se proponía desarrollar lo que hoy llamaríamos una "lógica
filosófica", y entre sus papeles póstumos se han conservado diversos esbozos que muestran
que Frege había trabajado en varias oportunidades en este proyecto.
A diferencia de los textos comprendidos en la mayor parte de su producción
posterior a la ​Conceptografía,​ Frege no referie a esa primera obra ni intenta una defensa de
su proyecto original. (Ni siquiera utiliza aquí los símbolos de aquel lenguaje lógico).
Nosotros leeremos "​El pensamiento​", que incluye novedades en algunas de las tesis
fregeanas y de sus argumentos.
Para finalizar ya esta primera clase, tengamos presente algunas conclusiones: 1)
como programa científico, Frege produjo una fundamentación lógica de la aritmética; 2) en
ese sentido, concibió el contenido de la aritmética como parte del pensamiento objetivo,
que se conoce objetivamente ​a priori,​ con necesidad; 3) dicho contenido pertenece a lo que
se identifica con la semántica; 4) la semántica fregeana se aplica uniformemente al estudio
de cualquier pensamiento; 5) el pensamiento es accesible en su expresión en proposiciones,
por lo que el método implicará analizar las ecuaciones de la aritmética y las oraciones del
lenguaje natural, con los instrumentos de la lógica simbólica, proposicional y de
términos; 5) dos ideas centrales de la semántica fregeana son: a) la distinción y articulación
entre concepto y objeto y la distinción y articulación entre sentido y referencia; 6) otra idea
fundamental de la semántica de Frege es su concepción de la verdad: como objeto en los
trabajos de la década del noventa y como peculiar propiedad en sus últimos años.
Los criterios de Frege para distinguir entre conceptos y objetos son criterios
gramaticales para distinguir las expresiones-concepto de las palabras-objeto. A la objeción
de que las reglas lógicas no pueden estar basadas en distinciones lingüísticas, Frege replica
que las reglas lógicas no pueden ser establecidas sin recurrir a la comprensión del lenguaje
natural, y lo que ofrece en su teoría no son solo las formas formales, sino en gran medida
claves que ayuden a clarificar la comprensión. Ningún lenguaje formal podría cambiar el
lenguaje ordinario en la comunicación de ese entendimiento; pues solo la persona que
pudiera distinguir en el lenguaje ordinario entre nombres y predicados podría ser capaz de
trasladar correctamente tal distinción a un lenguaje formal.

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