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UNIVERSIDAD DEL VALLE

DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA
CURSO DE LÓGICA Y LENGUAJE II
SEMESTRE: FEBRERO – JUNIO 2018
PROFESOR: CHRISTIAN ANDRÉS ROMERO RODRÍGUEZ
ESTUDIANTE: VALERIA RAMÍREZ LICONA.

NECESIDAD ONTOLÓGICA DESDE DE TARSKI

A simple vista, es posible afirmar que toda semántica podría requerir necesariamente una
ontología que la respalde, tal como lo hace la de mundos posibles, o por otro lado la teoría de
conjuntos que a veces es empleada por la semántica Veritativo Funcional. Sin embargo, personajes
como Alfred Tarski, fueron más allá de decir que su semántica no requería de una ontología, sino que
también, ésta misma no existía. Y en vista que, defender tal postura es conflictivo, el propósito de
este escrito será determinar, si Tarski en su texto “La concepción semántica de la verdad y los
fundamentos de la semántica”, posee los argumentos para afirmar que existen semánticas que no
implican una necesidad ontológica, y en ese mismo orden de ideas, concluir que es falso que todas
las semánticas que existen necesitan de una ontología.
Para hacer esto, inicialmente se dará una corta explicación sobre lo que es una ontología y cuál es
su papel en una semántica. Luego, se empezará la exposición de la concepción semántica de la verdad
de Tarski. Y posteriormente, a partir de esta exposición, se tratará de generar una conclusión que
satisfaga a la hipótesis, de que es falso que todas las semánticas posean una necesidad ontológica,
además de algunas observaciones finales.
En primer lugar, lo que se puede asumir por Ontología, son muchas cosas; basta decir con que, se
darían diferentes problemas y compromisos si se adopta alguna concepción de lo que es ontología.
Empero, como una primera aproximación, se dirá que es el estudio de lo que hay. Pese a esto, según
Thomas Hofweber, la disciplina más grande que se deriva de ésta, puede catalogarse en cuatro clases
según sus tareas: (O1) Los compromisos ontológicos (como los números o los mundos posibles);
(O2) el estudio de lo que hay; (O3) el estudio de las características de lo que existe, y como éstas se
relacionan entre sí de la manera más metafísicamente general; (O4) y finalmente, el estudio de las
meta-ontologías, que consiste en cuáles son las tareas de una ontología, las preguntas que deben
abarcar y de qué forma (2017). A partir de esto, enfocándose en los estudios de la lógica y los
lenguajes formales, el mismo autor resalta que son el (O1) y el (O4) los que más les conciernen a
estos estudios, por esta razón, ésas serán las definiciones que se tomarán como ontología a lo largo
del escrito.
Partiendo de esto, se podría generar la siguiente duda, ¿usualmente cómo se relacionan las
semánticas con la ontología? Por lo menos, podríamos ver que cuando se adopta la teoría de conjuntos
se acepta un costo ontológico. De la misma manera, cuando alguna semántica se compromete con los
números, como lógicas con una semántica algebraica, o incluso, en menor medida aquellas que
emplean cuantificadores, se sigue comprometiendo con los números, los cuales, al no poder ser
comprobados de forma empírica, y, por lo tanto, se consideran dentro de una ontología. Por otra parte,
está la semántica de mundos posibles, que en sí misma podría considerársela como una ontología,
dado que presupone un gran costo ontológico al usarla, lo cual ha generado gran recelo en la
comunidad Analítica, dado que se podría considerar como una “Nueva Metafísica”.
Ahora bien, habiendo aclarado esto, se seguirá con la exposición de la concepción semántica de
la verdad. Tarski empieza diciendo, que la palabra “verdad” no es un término unívoco, por el
contrario, considera que hay múltiples interpretaciones y explicaciones que se acotan a ese concepto.
Incluso, las que él mismo considera pertinentes, tales como la concepción aristotélica o por
correspondencia, no las toma como suyas, ya que, concluye que, al hacerlo, se generarían
malentendidos, que empezarían por la poca claridad que existe en sus definiciones. Es por ello que,
propone la concepción satisfactoria de la verdad, que fuese materialmente adecuada, y formalmente
correcta. De tal forma que, a ver que el autor no creía en un concepto de verdad universal, y los
estudios semánticos le brindaron las herramientas para fundamentar su concepción de verdad.
Según Tarski, para al predicar que algo es verdadero, se deben cumplir ciertas condiciones, porque
decir que algo es blanco o bueno, no es lo mismo a decir que algo es verdadero o falso ya que tienen
una naturaleza lógica diferente. Por tal razón, no es posible predicar de una oración que sea verdadera,
sino que el nombre de ésta lo sea, por ejemplo:
La oración “la nieve es blanca” será verdadera, si y sólo si, la nieve es blanca.
Mientras que la frase dentro de las comillas es el nombre de la oración, la oración en sí, sería la
nieve es blanca. La cual se cumpliría por medio de la correspondencia con lo que sucede en el mundo.
De todas formas, las comillas no son los únicos medios para confirmar que la frase es un nombre,
también podría sustituirse por una letra o alguna otra descripción que contenga a la oración inicial.
Asimismo, esta equivalencia, que se llamaría “equivalencia en la forma (T)”, consistirá en una
oración, llámese (p), y el nombre de la oración, sea X, de tal manera que se lea, X es verdadero, si, y
sólo si, p. En este mismo orden de ideas, se diría que una definición de la verdad sería adecuada
cuando, puedan enunciarse todas las equivalencias de la forma (T), si de esta verdad, se siguen
realmente todas estas equivalencias.
Éstas, sin embargo, no son las únicas condiciones que se deben cumplir, una de las más
importantes, es que el lenguaje que se maneje bajo esta concepción semántica de la verdad, es que
sea perfectamente especificado y que sea abierto; en otras palabras, que no sea el lenguaje cotidiano,
ni naturales hablados, puesto que estos tienden a ser cerrados y, por lo tanto, inútiles para la teoría.
Adicionalmente, hay otros requisitos a cumplir, los cuales podrían decirse que son el compendio de
un lenguaje formal (términos primitivos previamente definidos, axiomas u oraciones primitivas,
reglas de inferencia, reglas de definición y teoremas). Mas, según Tarski, podría darse el caso de un
lenguaje exactamente especificado que no fuese propiamente formal y además, contara con factores
no lingüísticos.
Empero, la frase anterior podría verse afectada por problemas como la antonimia del mentiroso,
en la cual, se llega a una contradicción a través de una oración simple, de tal forma, que el Lógico,
formuló la idea de los metalenguajes; haciendo énfasis entre, el lenguaje del que se habla (lenguaje
objeto) y con el que hablamos (metalenguaje). También, puede considerarse a los lenguajes
semánticamente cerrados como responsables de las antonimias y problemas semejantes. De hecho,
Tarski define a estos lenguajes de la siguiente forma (1944; 8,9):
Si analizamos los presupuestos que conducen a la antinomia del mentiroso, tenemos que
señalar que:
I. Hemos asumido de forma implícita que el lenguaje en el que se construye la antinomia contiene,
además de sus expresiones, los nombres de dichas expresiones, así́ como los términos semánticos
como el término "verdadero" para referirse a las oraciones de este lenguaje; hemos asumido
igualmente que todas las oraciones que determinan el uso adecuado de este término se pueden
enunciar en este lenguaje. Un lenguaje que tenga todas estas características es un lenguaje
"semánticamente cerrado".
II. Hemos supuesto que en este lenguaje rijan las leyes habituales de la lógica.

Y en vista de que, cualquier lenguaje que cumpla con estas dos condiciones se volverá
inconsistente, es decir, que caerá en la antonimia del mentiroso – entre otros–, se tiene que cancelar
uno de ellos. Por eso, Tarski cancela el primero, puesto que rechazar el segundo presuponía grandes
compromisos tales como cambiar de lógica, cosa que podría ir en contra de lo que Tarski consideraba.
En otro orden de ideas, al ya confirmar que el lenguaje con el que se puede llegar a la verdad es
por medio de un lenguaje exactamente especificado y definido, que terminarían siendo, el lenguaje
objeto y el metalenguaje. No obstante, estos dos últimos se diferencian entre sí, no sólo por su
función, sino por la riqueza esencial de cada uno posee. Debería darse el caso, en que el metalenguaje
posea una riqueza esencial superior a la del lenguaje objeto, en otras palabras que, “contenga variables
de un tipo lógico más elevado que las del lenguaje objeto” (TARSKI: 1999;11).
Finalmente, dado que, el texto está compuesto por dos partes; una explicativa, y otra resolvía las
preguntas que habían surgido a partir de alguna exposición de este mismo trabajo; entre algunas
dudas, destaca aquella que lo cuestiona acerca la posición de su concepción semántica respecto a la
metafísica y la ontología. Éste de manera apresurada, empieza a especificar que lo que se entiende
por metafísica no es lo mismo en todos los casos, y que, desde su punto de vista, al igual que el
Carnap, rechazaba el carácter ontológico de una semántica, e incluso, negaba su existencia. Empero,
se podría pensar que al hablar de riqueza esencial se estaría comprometiendo con esto, lo que sería
una mala interpretación desde su perspectiva, ya que estos enunciados hacen parte de las oraciones
especificadas y no hay un proceso de traducción a un lenguaje cuantificacional.
En síntesis, vale la pena resaltar que, si bien Tarski propuso una teoría de la verdad, todavía no se
acerca a una teoría del significado, de lo contrario, ahí sí estaría implicando una ontología. Sin
embargo, al ver que los lenguajes que se emplean son lenguajes a los cuales se les han especificado
sus componentes, no debería tener tal problema. A pesar de ello, en los lenguajes naturales y cerrados,
no sería el caso, estos se verían implicados en una ontología, mas Tarski, en este ensayo no lo
especifica. De cualquier forma, se confirma la hipótesis que se planteó inicialmente, la cual decía
que, puede haber semánticas que carezcan de una necesidad ontológica, y por ende, se rechaza aquella
que dice que para ser una semántica se requiere una ontología.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
HOFWEBER, T. (2017). Logic and Ontology. Recuperado de:
https://plato.stanford.edu/entries/logic-ontology/
MARTÍNES-FREIRE, P. (2000) La teoría de la verdad de Alfred Tarski. Universidad de
Málaga.
TARSKI, A. (1999) La concepción semántica de la verdad y los fundamentos de la
semántica. A Parte Rei. Recuperado de: http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/tarski.pdf

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