Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Según el esoterismo, el verdadero arte proviene de nuestro Yo Superior, transportándonos a los mundos
espirituales, mientras que aquello que exalta las bajas pasiones proviene de nuestro Cuaternario Inferior.
Los grandes artistas -conscientes o no de su digna tarea- han sido verdaderos "canalizadores" del mundo
divino y plasmado en sus obras los símbolos eternos de la Tradición.
Joselyn Godwin afirmaba que "Para quien contempla o recibe la obra de arte, la contemplación de
objetos bellos debería despertar (parafraseando a Platón) la memoria y, finalmente, la percepción de la
Belleza Inteligible que es su fuente. Esta es la finalidad ulterior del arte y de la artesanía por igual. En
las artesanías tradicionales eso se logra por medio de símbolos, como los dibujos geométricos o los
emblemas animales en telas o alfarería, o los elementos masónicos, cuyo significado se revela en
iniciaciones artesanales. En las artes tradicionales los símbolos son patentes, aunque no todos por igual
apreciarán lo que aquellos significan".
Uno de los grandes artistas que entendió esta idea fue Sandro Botticelli, quien plasmó en sus telas algunas
alegorías de la Sabiduría Perenne. La obra que podemos observar más arriba es una de sus principales
obras y se titula "El nacimiento de Venus" (1485), inspirada en la mitología grecorromana.
En dicha obra encontramos cuatro personajes utilizados para recalcar los conceptos de amor, vida y sexo.
En el centro del cuadro aparece Venus (Afrodita) diosa del amor que nace de las espumas del mar,
constituidas por el semen y la sangre del dios Urano, que había sido castrado por su hijo Cronos
(Saturno). Venus aparece en una concha, que alude a las cualidades creadoras de las "aguas de vida".
A la izquierda de la diosa está el viento Céfiro (1), que sopla a Venus dándole la vida. Esta idea de la vida
relacionada al "soplo" o al aire no es nueva ya que aparece incluso en el Antiguo Testamento cuando
Jehová da vida a Adán: "Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz
aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente" (Génesis 2:7).
Céfiro tenía como esposa a la ninfa Cloris (Flora en Roma) a quien secuestró de las Islas Afortunadas,
llevándola a Grecia por los aires. Cloris es quien aparece en los brazos del viento (2) y juntos muestran
una cara del amor: el amor sensual.
Según Homero, Céfiro sopla a Venus hasta Chipre luego de su nacimiento y en ese lugar es recibida por
una de las Horas, que la viste para llevarla al Olimpo.
De acuerdo con esta pintura, el origen de la vida está dado en la combinación de la materia (semen y
sangre) y el espíritu (el hálito de vida dado por Céfiro).
Notas