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Los 5 Elementos
En este intercambio de la india con Grecia y Egipto, destaca la similitud de la descripción de los
cinco elementos, pero con una extensión y profundidad de mensaje iniciático, que
afortunadamente ha sido conservado durante siglos. En la extensa nomenclatura de la
catalogación de la realidad de los textos védicos y escuelas iniciáticas, en las manifestaciones
que corresponden a nuestro plano material, se habla de los Tattvas, del sanscrito Principios,
Deberes, Realidad o Verdad. Dependiendo la tiempo y la escuela, se enumeran de 25 a 36
Tattvas, los cuales forman la manifestación de la realidad. Su sentido es complejo, ya que
contienen una correlación con el Karma “Acción” del universo, dictando sus leyes, las cuales se
alejan de nuestros limitados conceptos del bien y el mal. De los Tattvas se desprenden los
Pancha Maja Bhuta, o cinco grandes elementos, en donde el quinto se llama Akasha, y coincide
con la concepción antigua del éter. Esta quinta escancia o sonido sagrado trasciende a todas las
formas de realidad, y su etimología más cercana significa Brillo, resplandeciente y Cielo, la
energía primordial que alimenta a los cuatro elementos, Tierra, Agua, Aire y Fuego sus
manifestaciones más toscas. Dígase Akasha es el mar, y los elementos sus olas. Akasha se
vincula a la realidad, Materia o Mateia o Espíritu y verdadera conciencia. Y como veíamos en las
dos columnas de plata, aquí se encuentra el germen de la dualidad, y la perfección de la
proporción dorada.
Hoy en día con nuestra cultura “occidental” euro céntrica, hablamos del progreso como algo
bueno, vinculando las acciones a nuestra conveniencia, y no de la verdad trascendental que
rebasa la concepción de tiempo y espacio. El valor de los elementos o como sean llamados,
radica en entender sus correlaciones para llegar a la quinta esencia, esa manifestación del
absoluto, que corresponde al centro de cada uno, simbolizado por el corazón, en donde con
nuestro signo lo tocamos, para reconocer por medio de ese mensaje iniciático que nos da la
verdadera hermandad. En este sentido me gustaría remitirme a mi experiencia personal, en
donde al carecer de hermanos carnales algunas experiencias me son ajenas, pero he aprendido
que el verdadero hermano o familiar, no necesariamente viene de un lazo sanguíneo, si no
espiritual, en donde el reconocimiento y estrechamiento de lazos por acciones y entendimiento
muto genera ese amor, que es a veces puesto de una manera tan superflua, como un
sentimiento que raya en lo cursi. Pero la verdadera hermandad de esta quinta esencia, se
demuestra por el hecho de la empatía y sencillamente del equilibrio de hacer lo correcto, lo
cual muy al fondo de nosotros lo sabemos, y en muchas ocasiones no lo hacemos fluir. Este
poder lo podemos ver en la representación de nuestras dos fiestas solsticiales, Janus ve al
pasado y al futuro, pero la anterior son cuestiones formativas, la que sigue son cosas que puede
pasar, pero el presente la cara oculta que no se ve. Es ese instante atemporal eterno, donde en
cualquier momento podemos decidir nuestro camino, el cual hemos elegido trabajar
conjuntamente en grupo, y no solo iniciáticamente en solitario como innumerables escuelas. Si
no como constructores hermanos.
Es Cuanto:.