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R L “GENERO HUMANO”

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QQ HH TODOS EN SUS DIVERSOS GGR Y CCAL

Los 5 Elementos

Al Or de México, D. F., 18 de Octubre de 2008, E V


El ser humano desde tiempos inmemorables, ha tenido la necesidad de explicar y catalogar los
fenómenos de la realidad que percibe por sus sentidos. Estas fuerzas del mundo conocido fue
enumerada habitualmente en las antiguas culturas por cuatro fuerzas o elementos. La
determinación del nombre de la palabra “elemento” es bastante complicada. Su origen se
desprende de los filósofos griegos, los cuales teorizaban que el componente primordial de toda
la materia surgía de uno en particular, en el caso de Tales de Mileto era el agua, para
Anaxímenes el aire, y para Heráclito el fuego. Empédocles concluyo que eran todos ellos los
principios básicos y sumo el cuarto, la tierra, dándoles el nombre de rhizoma, “raíces”.
Aristoteles integro estos componentes o escancias básicas a su concepción del universo, pero
añadió un quinto, el éter, o aether en latín, del cual con la silaba “ae” da la connotación de
eternidad, y literalmente significa “aire puro”, el fluido imponderable que ocupa todo el espacio
más allá de la atmósfera. Pero Aristóteles sustituyo el nombre rhizoma por stoicheion, una
palabra indoeuropea que viene de steigh, “caminar, andar o paso” ubicada en el sentido militar
de caminar en un paso marcial. Posteriormente las lenguas germánicas, fijaron este verbo para
definir el andar hacia arriba, o ascender, derivándose en el anglosajón staeger, para llegar al
ingles stair, con significado original “cuesta arriba”. En donde podemos ver el significado
vinculado con lo iniciático, en sentido de ascender de la cueva hacia arriba, los cielos donde se
encuentra el éter. El intercambio cultural de Grecia y posteriormente Roma, se tuvo a vincular
con la palabra steigh, a stigium, literalmente paso, y vinculada con el templo de Estigia, el cual
según Heterodoto, además de ser una de las moradas de los dioses, se ubicaban dos columnas
de plata, que llegaban hasta el cielo. Muchos autores y tradiciones en el futuro se refrieren el
éter como el elemento en donde se encuentra la dualidad. En otra referencia iniciática, Iris
manda a Zeus a descender a Estigia para recoger el agua sagrada, y cuando se eleva las gotas
forman el arcoíris.

Euclides empleo la nomenclatura de Aristóteles en su tratado sobre los principios básicos de la


geometría, estas obras al traducirse al latín, se tomo como equivalente de stoicheion,
elementum, de lo cual llega a nosotros como elemento. Los cuatro elementos conocidos por
todos, con sus diferentes proporciones formaban cualquier materia en nuestro plano material,
y sus referencias y efectos eran usados en todas las ciencias. Los pitagóricos tomaron la idea del
éter como el quinto elemento, y utilizaban las iníciales de estos cinco elementos para nombrar
los ángulos del pentagrama, el cual era la marca de distinción de los iniciados. Se cuenta entre
los relatos de Heterodoto, que alguna ves un hombre enfermo pidió ayuda, y cuando fue
cuestionado como pagaría, dijo que se escribiera en la puerta el pentagrama, y en poco tiempo
otro de sus hermanos pitagóricos pagaría la cuenta pendiente, el hombre murió y al poco
tiempo, pero apareció efectivamente un pitagórico el cual pago los gastos generados y su
entierro. Muchos autores automáticamente vinculan estas costumbres con una francmasonería
muy primitiva, pero no debemos confundirnos, la masonería como tal tiene rastros hasta
mediados de la edad oscura, por lo cual es muy fantasioso pensar en una orden rígida que paso
milenios siendo de la misma manera. La lógica e historia nos indica que las sociedad iniciáticas
con conocimientos aprendidos entre ellas por la universalidad de sus conceptos, se reconocían
entre ellas por sus símbolos puros, y claro esta, por sus actos. Y estos códigos fueron tomados
muchos siglos después por la masonería, por su relación estrecha con los primeros monjes
cristianos, los cuales copiaron los textos griegos.

En este intercambio de la india con Grecia y Egipto, destaca la similitud de la descripción de los
cinco elementos, pero con una extensión y profundidad de mensaje iniciático, que
afortunadamente ha sido conservado durante siglos. En la extensa nomenclatura de la
catalogación de la realidad de los textos védicos y escuelas iniciáticas, en las manifestaciones
que corresponden a nuestro plano material, se habla de los Tattvas, del sanscrito Principios,
Deberes, Realidad o Verdad. Dependiendo la tiempo y la escuela, se enumeran de 25 a 36
Tattvas, los cuales forman la manifestación de la realidad. Su sentido es complejo, ya que
contienen una correlación con el Karma “Acción” del universo, dictando sus leyes, las cuales se
alejan de nuestros limitados conceptos del bien y el mal. De los Tattvas se desprenden los
Pancha Maja Bhuta, o cinco grandes elementos, en donde el quinto se llama Akasha, y coincide
con la concepción antigua del éter. Esta quinta escancia o sonido sagrado trasciende a todas las
formas de realidad, y su etimología más cercana significa Brillo, resplandeciente y Cielo, la
energía primordial que alimenta a los cuatro elementos, Tierra, Agua, Aire y Fuego sus
manifestaciones más toscas. Dígase Akasha es el mar, y los elementos sus olas. Akasha se
vincula a la realidad, Materia o Mateia o Espíritu y verdadera conciencia. Y como veíamos en las
dos columnas de plata, aquí se encuentra el germen de la dualidad, y la perfección de la
proporción dorada.

Se relata abundantemente, en cuando se da el paso hacia la ascensión, iluminación o nirvana y


samedhi, nos fusionamos con Akasha, y somos parte entonces de la dirección de esta causa
primigenia que dicta las leyes hacia el mundo material o maya. Por ende es común hablar de los
famosos registros akashicos, de una manera limitada se explican como la base que dicta por su
canalización las formas del tiempo y espacio como lo conocemos nosotros. Pero no los
confundamos con la concepción de Destino, de una manera absoluta e inmodificable, para
llegar al Dharma, “Ley Natural” o “Realidad”, entendido como algo establecido o firme,
figurativamente como “sustentador y apoyo”. Krishna dice en las sagradas escrituras conocidas
como Los Vedas: “La acción sin deseo, es acción con Dharma, que nos conduce a nuestra más
alta conciencia, sea lo que sea, lo que se hace que aumente mi devoción, eso es el Dharma”. Se
establece por Krishna, tres sendas para la ascensión y rencuentro del ser humano; El primero es
Jnana (Conocimiento), el segundo Bhakti (Devoción a las leyes de la naturaleza) y el tercero
Karma, el camino del trabajo o la actividad, el cual es superior a la renunciación como sendero
hacia la liberación: “No dejando las cosas sin hacer consigue el hombre la libertad… no por
medio de la sola renunciación consigue la perfección”.

Hoy en día con nuestra cultura “occidental” euro céntrica, hablamos del progreso como algo
bueno, vinculando las acciones a nuestra conveniencia, y no de la verdad trascendental que
rebasa la concepción de tiempo y espacio. El valor de los elementos o como sean llamados,
radica en entender sus correlaciones para llegar a la quinta esencia, esa manifestación del
absoluto, que corresponde al centro de cada uno, simbolizado por el corazón, en donde con
nuestro signo lo tocamos, para reconocer por medio de ese mensaje iniciático que nos da la
verdadera hermandad. En este sentido me gustaría remitirme a mi experiencia personal, en
donde al carecer de hermanos carnales algunas experiencias me son ajenas, pero he aprendido
que el verdadero hermano o familiar, no necesariamente viene de un lazo sanguíneo, si no
espiritual, en donde el reconocimiento y estrechamiento de lazos por acciones y entendimiento
muto genera ese amor, que es a veces puesto de una manera tan superflua, como un
sentimiento que raya en lo cursi. Pero la verdadera hermandad de esta quinta esencia, se
demuestra por el hecho de la empatía y sencillamente del equilibrio de hacer lo correcto, lo
cual muy al fondo de nosotros lo sabemos, y en muchas ocasiones no lo hacemos fluir. Este
poder lo podemos ver en la representación de nuestras dos fiestas solsticiales, Janus ve al
pasado y al futuro, pero la anterior son cuestiones formativas, la que sigue son cosas que puede
pasar, pero el presente la cara oculta que no se ve. Es ese instante atemporal eterno, donde en
cualquier momento podemos decidir nuestro camino, el cual hemos elegido trabajar
conjuntamente en grupo, y no solo iniciáticamente en solitario como innumerables escuelas. Si
no como constructores hermanos.
Es Cuanto:.

Trab:. Presentada por


Rodrigo Alvarez Reynal
C M

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