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TEMA 1.

PSICOLOGIA ANORMAL
Psicología Anormal: es el área de la psicología que se enfoca hacia la conducta
desataptiva, sus causas, consecuencias y tratamiento.
→ El estigma de la conducta anormal dependerá mucho de cómo la sociedad aborde esa
conducta.
CRITERIOS PARA LA CONDUCTA ANORMAL
 Criterios estadísticos: definen la anormalidad en términos de aquellas conductas
que ocurren con menor frecuencia en la población. La curva estadística (la media)
es lo que marca la frecuencia y aquí es en donde se observa la diferencia de
desatapción a desviación. Una persona puede estar por encima o por debajo de la
media pero la psicología anormal se enfoca más en las personas que están por
debajo de la media. Al momento de interpretar el grafico se debe tener precaución
porque una desviación identifica una diferencia; la persona que sea diferente no
necesariamente esta desadaptada, pero si está desviada.
El hecho de que una persona tenga un conflicto en su entorno con la sociedad, no
significa que la persona este desadaptada. El conflicto no siempre se debe ver
como algo negativo, muchas veces puede llegar a ser algo positivo, dependiendo
de cómo se maneje, como por ejemplo: Cristóbal Colon decía que la tierra es
redonda mientras que todos los demás pensaban que era cuadrada,
posteriormente se dieron cuenta que él tenía razón y eso permitió un avance.
 Criterios multiculturales: el punto de vista tradicional de la psicología anormal se
basa en la suposición de que existe una serie fija de trastornos mentales, cuyas
manifestaciones obvias pasan a través de las culturas. Enfatizan las influencias
culturales en el proceso y manifestación de un trastorno. La cultura debe influir
hasta cierto punto en la conducta, lo que es costumbre en un lugar pudiera ser
“anormal” en otra sociedad. Se habla de 2 aspectos:
Hay un principio de universabilidad cultural, el cual establece que un trastorno
es semejante de origen, proceso y manifestación en todo el mundo, como
resultado no es necesario hacer ninguna modificación en el diagnóstico y
tratamiento. Por ejemplo, la conducta obsesiva no es normal en ninguna parte del
mundo.
El relativismo cultural subraya la importancia de la diversidad en la manifestación
de los síntomas anormales. La conducta desviada se veía como un reflejo del
estilo de vida, valores culturales y opiniones sobre el mundo de las personas
afligidas.
Los seguidores de la universabilidad cultural se centran en el trastorno y minimizan
los factores culturales y los seguidores del relativismo cultural se centran en la
cultura y en la manera en que el trastorno se manifiesta dentro de ésta.
La parte cultural va a decir un poco lo que la sociedad espera de la conducta.
 Criterios de salud mental: caracterizan la anormalidad como una incapacidad
para alcanzar algún objetivo positivo. El criterio humanista ideal de la conducta
normal, es el estado de bienestar psicológico o de ajuste adecuado de
conformidad con las normas aceptadas por la comunidad de cómo deben
conducirse las relaciones humanas. Tiene ciertas características tales como,
capacidad para llevarse bien con otros, para relacionarse, capacidad para
disfrutar, para recrearse, capacidad para asumir responsabilidades, cooperación,
trabajar bajo presión, sentido del humor, capacidad para trabajar bajo autoridad y
reglas.
 Criterios prácticos: los criterios prácticos o clínicos a menudo son la base en la
que las personas que son denominadas anormales o enfermos llegan a la atención
del psicólogos u otros especialistas de la salud mental. Es un poco la parte clínica
que el psicólogo pone al momento de definir una conducta anormal. Los criterios
prácticos incluyen a los subjetivos:
 Rareza: La conducta rara o inusual es una desviación anormal de una
norma aceptada de comportamiento (como un acto antisocial) o una
percepción falsa de la realidad (como una alucinación). Son conductas
extrañas y bizarras y mientras más extravagante sea la conducta, más se
tiende a pensar que la persona es rara.
 Malestar: La mayoría de las personas que ven a los clínicos sufren de
malestar físico o psicológico. Muchas reacciones físicas se derivan de un
componente psicológico intenso. También puede manifestarse en
reacciones emocionales extremas o prolongadas. El malestar a veces tiene
como consecuencia enfermedad. Muchas personas se ingresan
voluntariamente en el psiquiátrico porque se sienten demasiado mal, oyen
voces porque se quieren matar o son personas que no aguantan la
angustia/ansiedad.
 Ineficiencia: En la vida cotidiana, se espera que las personas cumplan
varios papeles, y en algunos casos hay problemas que interfieren con el
desempeño de estos papeles (por ejemplo, emocionales) y la ineficiencia
del papel resultante puede ser usada como un indicador de anormalidad.
Un modo de evaluar la eficiencia (o ineficiencia) es comparar el
desempeño de un individuo con los requerimientos del papel, otro medio es
comparar el desempeño del individuo con su potencial. En los casos en
donde está claro que las personas tienen alguna deficiencia, se observa
que pierden la capacidad por la cual fueron dotados y en algunos casos
hasta la inteligencia. A veces hay ineficiencia en los niños con retardo
mental, personas discapacitadas, entre otros, son personas que necesitan
apoyo.
 Deterioro: Implica una reducción de la habilidad de la persona para
funcionar a un nivel óptimo o incluso nivel promedio tanto física como
cognitivamente; el mismo trastorno va degenerando esas capacidades.
 Daño a sí mismo y a otros: Algunas veces las personas que no están en
su sano juicio generan un riesgo para sí mismos o para los demás. En este
contexto, riesgo se refiere a peligro o a una amenaza al bienestar de una
persona. Los pensamientos o conductas de un individuo pueden amenazar
el bienestar físico o mental de otras personas, por ejemplo, la gente que
abusa de los niños o explota a otros, crea un riesgo en la sociedad, el cual
es considerado inaceptable y anormal.
Todos estos 4 criterios deben tomarse en cuenta al momento de definir o diagnosticar una
conducta desadaptada. A su vez esto nos explica que no toda conducta desviada es
desadaptada pero toda conducta desadaptada si lleva implícito la conducta desviada.
COMPORTAMIENTO NORMAL VS ANORMAL
→ Conducta Anormal: es aquella que se aparta de alguna norma y que perjudica al
individuo afectado o a los demás.
CONDUCTA ADAPTATIVA VS DESADAPTATIVA
Conducta adaptativa: el término de adaptación se refiere a la capacidad o incapacidad
que tienen las personas de modificar su conducta en respuesta de los requerimientos del
ambiente en constante cambio. Compone el equilibrio entre lo que la gente hace y desea
hacer, por un lado, y lo que el ambiente (la comunidad) requiere, por el otro.
Conducta desadaptativa: implica que existe un problema o un desequilibrio entre lo que
una persona quiere hacer y lo que la sociedad le impone. También sugiere que ya sea la
vulnerabilidad del individuo, su capacidad para el afrontamiento o el estrés excepcional en
el ambiente son los que han provocado los problemas para vivir. La conducta
desadaptativa se define mediante los criterios estadísticos, multiculturales, prácticos y de
salud mental.
Elementos que influyen:
 Estrés: se refiere a las reacciones de la gente ante situaciones que representan
exigencias, apremios u oportunidades que deben aprovecharse. La gente tiende a
experimentar estrés psicológico cuando tienen que enfrentar un cambio
inesperado o fuera de lo común (como un desastre natural). Es probable que
experimenten un estrés aún mayor si el cambio ocurre al mismo tiempo que una
crisis severa en su vida (como la muerte de un ser querido) o al principio de un
periodo crítico del desarrollo (como la adolescencia)
Tiene 3 fases: alarma, resistencia y agotamiento. En la fase de alarma, la persona
siente el estrés mediante dolores de cabeza, dolor en el cuello, torticolis, caída de
cabello, dolor de espalda, entre otros. Cuando el estrés se prolonga por mucho
tiempo, se pasa a la fase de resistencia, en la cual la persona está adaptada a
estar estresado y si eso no se resuelve, la persona puede entrar en la fase de
agotamiento, en donde son más severos los síntomas, ya no es un dolor de
cabeza, si no migraña; ya no es dolor de estómago ahora es una gastritis, ulcera,
diarrea, entre otros., porque te has mantenido mucho tiempo en eso. Lo ideal es
manejar el estrés. Hay señales del estrés que van a depender de cómo se
maneje, de los recursos que la persona tenga y que tan crítico es el evento
que lo ocasiona o genera en la persona.
Cuando el estrés es demasiado fuerte puede producir trastorno, por ejemplo,
estrés post-traumático.
 Afrontamiento: se refiere a la forma en que las personas manejan las dificultades
y tratan de superarlas. La capacidad de afrontamiento son las técnicas disponibles
para que un individuo haga esos intentos. Varias habilidades generales son útiles
en el manejo de situaciones estresantes, estas incluyen el pensamiento
constructivo, el manejo de los problemas conforme se presentan, el
comportamiento flexible y el ofrecimiento de retroalimentación para sí mismo
acerca de que tácticas funcionan en una situación determinada y cuáles no. Lo útil
que sea cualquier habilidad en particular, depende de la naturaleza de la situación
y de las vulnerabilidades y cualidades del individuo. Tener una variedad efectiva de
habilidades para el control fortalece la sensación de autocontrol e independencia
que tiene una persona. Al tener más control sobre nuestro comportamiento, tal vez
podamos cambiar las condiciones del ambiente que ejercen una influencia sobre
nosotros.
 Vulnerabilidad: Se refiere a que tan probable es que respondamos de manera
desadaptada a ciertas situaciones. Un individuo puede controlar una situación en
forma efectiva pero no otra. La vulnerabilidad puede aumentar por la herencia,
como tener un padre esquizofrénico, por ciertas características de personalidad
como la tendencia a preocuparse o sentirse ansioso, por la falta de ciertas
habilidades como tomar decisiones con tranquilidad o por la acumulación de
experiencias negativas. El grado de vulnerabilidad dependerá de los eventos
anteriores que han podido hacer que la persona quede más susceptible.
El estrés, el control y la vulnerabilidad están relacionados entre sí. Mientras mayor
sea el estrés, se requiere de menos vulnerabilidad para que una persona presente
una conducta desadaptada. Mientras menor sea el estrés, se necesita más
vulnerabilidad para que se produzca una conducta desadaptada. Mientras más
amplia sea la variedad de capacidades de afrontamiento de una persona, es
menos probable que no pueda funcionar en situaciones para las que es
vulnerable. Por lo general, es más fácil y más efectivo ayudar a las personas a
manejar el estrés, que prevenir las situaciones estresantes a las que son
vulnerables.
SALUD MENTAL VS. TRASTORNO MENTAL
→ Salud mental: Es un estado óptimo que permite el desarrollo óptimo físico, intelectual
y afectivo del sujeto en la medida que no perturbe el desarrollo de sus semejantes. Es un
concepto definible en función de o sobre la base de un solo criterio, tales como autonomía
funcional, percepción correcta de la realidad, adaptación eficaz y respuesta competente a
las demandas del entorno, relaciones interpersonales adecuadas, percepcción de auto
eficiencia, buen autoconcepto, estrategias adecuadas para afrontar el estrés, sentido del
humor, capacidad para trabajar bajo autoridad y reglas, trabajar bajo presión, capacidad
para asumir responsabilidades, capacidad para disfrutar y recrearse, entre otros.
→ Trastorno mental: De acuerdo a la OMS (Organización Mundial de la Salud) se
conceptualiza como un síndrome psicológico o conductual clínicamente significativo que
afecta una o más áreas del funcionamiento y que produce un daño/deterioro.

TEMA 2. ANTECEDENTES HISTORICOS


 Era prehistórica: no existen registros escritos sobre las ideas concernientes a los
trastornos psicológicos en la era prehistórica pero existe evidencia arqueológica
misteriosa que data del 8000 A.C., durante la Edad de Piedra: cráneos con
agujeros taladrados. A demás, existe evidencia de que el hueso cicatrizaba cerca
de los agujeros, lo que parece indicar que el procedimiento era quirúrgico y que la
gente sobrevivía a él. Los antropólogos se han preguntado si este tipo de cirugía,
llamada trepanación, era realizada como una forma de tratamiento de los
trastornos psicológicos. Teorizan que la gente de la prehistoria pensaba que los
espíritus diabólicos que estaban atrapados dentro de la cabeza causaban la
conducta anormal, y que la liberación de estos espíritus haría que la persona
regresara a la normalidad.
Otra interpretación es que la trepanación se utilizaba como tratamiento médico, el
procedimiento pudo haber sido un tratamiento eficaz para algunas perturbaciones
mentales, causadas por desequilibrios o anormalidades fisiológicas. Los cráneos
son la única evidencia que se tiene de este periodo de la historia, y solo podemos
especular sobre su significado.
La trepanación no término en la Edad de Piedra, también se practicó por todo el
mundo, desde la Antigüedad hasta el siglo XVIII, con diversos propósitos que iban
de lo mágico a lo médico.
Otra práctica que se utilizaba en la Antigüedad era el alejamiento de los espíritus
demoniacos por medio del ritual del exorcismo, a la persona poseída se le podía
dejar hambrienta, azotarla, golpearla y se le trataba de otras formas extremas, con
la intención de alejar a los espíritus diabólicos. A algunos se les obligaba a comer
o beber brebajes de sabores muy desagradables, incluyendo sangre, vino y
excremento de ovejas. Otros eran ejecutados, ya que se les consideraba una
carga y una amenaza para sus vecinos. Estas prácticas eran realizadas por un
chamán, un sacerdote o un médico brujo, una persona considerada por la
comunidad como poseedor de poderes mágicos.
Los griegos buscaban el consejo de los oráculos, ya que creían que estaban en
contacto con los dioses; los chinos practicaban la magia para protegerse de los
demonios; en India, el chamanismo floreció durante siglos y aún persiste en Asia
Central.
→ NOTA. ¿Cómo llamaban a las personas que curaban a la gente? Chamanes, en
Haití y África los llaman “médicos-brujos”; en esos lugares siguen habiendo
chamanes, hoy en día les dicen “babalao”.
 El mundo occidental antiguo: los filósofos de la antigua Grecia fueron los
primeros en escribir sobre los enfoques psicológicos y orgánicos de las
desviaciones. Los griegos se concentraron en el análisis racional del mundo
natural. Los conceptos de motivación e inteligencia se encontraban entre los que
inventaron en su esfuerzo por explicar la conducta que observaban en la vida
cotidiana.
En la Grecia antigua, el conocimiento evolucionó durante un periodo de varios
siglos: en la época de Homero escribió La Ilíada y La Odisea (alrededor del siglo
XI A.C.), la conducta desequilibrada o psicótica se interpretaba como una forma de
castigo para los que ofendían a los dioses. La terapia se llevaba a cabo en un
conjunto de templos dedicados a Esculapio, el Dios de la salud; cada templo era
una estructura con forma de laberinto en la cual las personas con padecimientos
mentales caminaban y dormían hasta que por fin llegaban al centro. Se creía que
durante el proceso, Esculapio se hacía cargo de sus sueños y los curaba.
En los siglos siguientes, la idea de que la vida de una persona estaba en manos
de los Dioses desapareció de manera gradual, al menos entre los ciudadanos
educados. Los filósofos griegos sintieron cada vez más curiosidad por los
aspectos del individuo que podían explicar tanto la conducta normal como la
anormal. Las desviaciones y los trastornos mentales extremos se llegaron a
considerar como fenómenos naturales para los cuales se podían desarrollar
tratamientos razonables.
Los antiguos egipcios, al igual que los mesopotámicos y hebreos, creían que
el lugar donde estaba la mente era el corazón. Cuando se embalsamaba a los
faraones, el corazón se veneraba pero el cerebro se sacaba y desechaba. Sin
embargo, para los griegos el cerebro era el lugar donde estaba la mente.
A pesar de la falta de conocimientos anatómicos, el médico griego Hipócrates
(460-377 A.C.), tomaba en cuenta el cerebro en su esfuerzo por explicar por qué la
gente se comportaba como lo hacía. Describió el cerebro como el intérprete de la
conciencia y el órgano más importante del cuerpo. Hipócrates describió los
ataques epilépticos y llego a la conclusión de que eran provocados por un cerebro
enfermo, también escribió sobre la depresión, los estados de delirio, los temores
irracionales (los que actualmente conocemos como fobias) y la histeria (síntomas
orgánicos en ausencia de desequilibrio orgánico). Él y sus seguidores se dieron a
conocer por su capacidad para reconocer y dar tratamiento a las enfermedades
mentales, las técnicas terapéuticas consistían en descanso, baño y dieta. El
consideraba que existían 4 fluidos corporales importantes que influían en la salud
física y mental: la bilis negra, la bilis amarilla, la flema y la sangre. El exceso de
alguno de estos fluidos podría causar cambios en la conducta y en la personalidad
del individuo, por ejemplo, un exceso de bilis negra provocaría que una persona se
sintiese deprimida (melancólica) y un exceso de bilis amarilla provocaría que una
persona se mostrase ansiosa e irritable (colérica); demasiada flema resultaría en
una tendencia a la calma que quizá rayaría en indiferencia (flemático) y la
abundancia de sangre causaría que una persona experimentara un estado de
ánimo inestable (sanguíneo). Entonces, el tratamiento de un trastorno psicológico
incluía eliminar del cuerpo el exceso de fluido por medio de métodos como la
sangría, la purga (excreción forzada), la administración de eméticos (sustancias
que provocan nauseas) y el establecimiento de un equilibrio más saludable por
medio de una nutrición adecuada.
→ NOTA. Hipócrates era un médico naturista, es decir, lo que el utilizaba como
medicina eran las plantas, como la manzanilla, moringa, eucalipto, romero, entre
otros; esos eran los medicamentos de antes de que existieran los psicofármacos.
En Grecia se caracterizó porque se llamó “la cuna de la civilización del saber”
debido a su descubrimiento con la epilepsia.
La clasificación de Hipócrates de los cuatro tipos de desequilibrio de fluidos
resurgió en las explicaciones modernas de los tipos de personalidad. La
clasificación propuesta por Hans Eysenck (1967), está basada en una prueba
psicológica que proporciona puntuaciones en diversas tendencias de personalidad.
Las dos dimensiones, neurótico-normal e introvertido-extrovertido, interactúan para
producir los cuatro tipos de personalidad (melancólico, colérico, flemático,
sanguíneo).
Sócrates (470 - 399 A.C.), se interesó por la autoexploración y consideró el
razonamiento como la piedra angular de la buena vida y la felicidad personal.
Creyó en el uso de la investigación para aumentar el conocimiento; su objetivo era
enseñar haciendo preguntas en lugar de dar respuestas. Platón (427 – 347 A.C.),
desarrolló el punto de vista orgánico. Considero la conducta como un producto de
totalidad de los procesos psicológicos. Él creía que la conducta desequilibrada
surgía de los conflictos entre la emoción y la razón. De acuerdo con Platón, el
individuo ideal se guía sobre todo por la razón. En sus leyes, expresó la creencia
de que las personas que perdieron la razón deben estar separadas de la sociedad.
Aristóteles (384 – 322 A.C.), escribió en forma muy extensa sobre la naturaleza
del razonamiento y la conciencia e intentó analizar las emociones humanas.
Describió y especuló acerca de diversos estados emocionales y de motivación,
incluyendo la ira, el miedo, la envidia, el valor, el odio y la lástima. Aristóteles daba
el valor más alto a la razón y su aplicación y pensaba que las diferentes fuerzas
del cuerpo debían estar balaceadas para que la razón prevaleciera. Cicerón (106
– 43 A.C.), habla un poco de la pasión y él la definía como una sacudida del alma
opuesta a la razón correcta y contra la naturaleza, a su vez decía que no la controlaba
el sujeto y en ese momento de la época las pasiones eran tratadas como algo que
perturbaba el juicio a las personas.
Galeno (130 – 200 A.C.), consolidó y amplió las teorías griegas de la mente y el
cuerpo. Extendió las antiguas teorías sobre el papel de los cuatro humores en el
carácter y temperamento personales; según estas teorías, el mundo material se
componía de cuatro elementos (tierra, aire, fuego y agua) que se combinaban para
formar los cuatro humores (melancólico, flemático, colérico, sanguíneo), que
estaban compuestos por fluidos del cuerpo, los cuales eran sangre, bilis negra,
bilis amarilla y flema. Al igual que Hipócrates, él pensaba que los desequilibrios
entre los fluidos del cuerpo provocaban distintos trastornos. Y también realizó una
descripción de cada uno de los humores: el melancólico, es ansioso, preocupado,
infeliz, suspicaz, serio, pensativo; el colérico es de rápida activación, egocéntrico,
exhibicionista, impulsivo, histriónico; el sanguíneo es juguetón, sencillo, sociable,
despreocupado, esperanzado, contento y el flemático es razonable, con altos
principios, controlado, persistente, calmado.
→ NOTA. Una cosa es la enfermedad mental como la bipolaridad y esquizofrenia y
otra cosa es el trastorno. Un trastorno de la conducta tiene que ver más con la
forma en la que yo me estructuro dentro de mi ambiente, y no es genético aunque
pueda tener una predisposición.
El enfoque racional de los antiguos filósofos estableció los cimientos para la
ciencia moderna. Se llevaron a cabo intentos por clasificar la conducta anormal de
acuerdo con algún esquema congruente. En forma temporal, remplazó las
explicaciones mágicas y religiosas de la conducta anormal por la búsqueda
basada en la observación y la razón de las causas naturales. A excepción una
interrupción durante la Edad Media, esa búsqueda continua hasta nuestros días.
→ NOTA. PREGUNTA DEL EXAMEN: Analiza. “El mundo occidental antiguo fue
una época que se caracterizó por reemplazar la manera temporal, las
explicaciones mágico-religiosas para explicar la conducta anormal” – Fue de
manera temporal debido a que a pesar de las explicaciones de los filósofos
(Sócrates, Hipócrates, Platón, entre otros), en la Edad Media volvieron a tomar las
explicaciones mágico-religiosas para la conducta anormal. Las explicaciones de
los filósofos fueron que ellos pensaban que la conducta anormal se daba más por
algo orgánico que por cualquier otra cosa y Sócrates decía que era por causas en
la cognición como el razonamiento, ya que él era un fiel creyente de la terapia
cognitiva.
 Edad Media: una serie de cambios acompaño la caída de la antigua cultura griega
y el surgimiento y la caída del Imperio Romano, quizás las dos causas más obvias
de estos cambios fueron las invasiones a Europa Occidental por parte de las tribus
bárbaras y la extensión de la religión cristiana. Los invasores llegaron con ideas
primitivas en comparación con la de los griegos y romanos, y estas crearon una
inquietud social.
La inquietud en la Edad Media se vio intensificada por un estado de guerra casi
constante, así como por la Peste Negra y otras epidemias que llegaron sin ninguna
advertencia y mataron a cientos de miles de personas. Durante este periodo, el
miedo y el terror se extendieron como el fuego, dando lugar a muchos brotes de
histeria colectiva, la naturaleza de estos brotes era muy variada. Algunos grupos
de personas se comportaban como manadas de lobos y otros bailaban en las
calles, haciendo movimientos parecidos a los de arañas. Durante este periodo, se
creía que la música y la danza curaban la demencia porque restauraban el
equilibrio químico del organismo.
El teólogo y filósofo San Agustín (años 354 – 430), sobresale por su ayuda para
sentar las bases teorías psicodinámicas modernas de la conducta anormal. Al
escribir con detalle sobre los sentimientos, la aflicción mental y el conflicto humano
fue quizás el precursor de los psicoanalistas actuales. San Agustín empleó la
introspección, análisis de sus propios pensamientos, sentimientos y
motivaciones, para estudiar los procesos mentales como el conflicto entre el placer
y la disciplina. Trabajó para lograr un autoanálisis completo, aunque doloroso y en
sus Confesiones, reveló sus pensamientos, tentaciones y temores más profundos.
Al demostrar que la introspección y la exploración de la vida emocional de un
individuo pueden ser fuentes valiosas de conocimiento psicológico, hizo una
importante contribución a la psicología anormal moderna, sin embargo, sus
esfuerzos no encontraron apoyo durante los últimos años de la Edad Media.
El dogma religioso se convirtió en la autoridad suprema. La iglesia negó a
controlar la práctica de la medicina, definiendo sus objetivos y prescribiendo
tratamientos para las distintas condiciones. Hasta cierto punto, este control reflejó
un sentimiento de caridad hacia las personas que sufrían penas de diferentes tipos
donde la Iglesia tuvo un papel positivo. El legado de racionalidad que la Edad
Media había heredado de los filósofos griegos se abandonó con rapidez durante el
último periodo medieval. La demonología y la superstición adquirieron una
importancia renovada en la explicación de la conducta anormal. Las autoridades
de la Iglesia sintieron la necesidad de crear un documento definitivo sobre la
aprehensión y encarcelamiento de brujos y hechiceros, a quienes consideraban
como los principales agentes del demonio.
→ NOTA. La Edad Media fue la “Época de la Inquisición” debido al poder que tenía
la iglesia.
A fines de la Edad Media, a pesar que muchas personas todavía tenían un punto
de vista benigno y natural de las enfermedades mentales, aumentó el
antiintelectualismo y la creencia en la magia y brujería. Muchas personas creían
con firmeza en el exorcismo, la expulsión de espíritus malignos del cuerpo de una
persona afligida, es difícil sacar conclusiones firmes sobre el estado mental de los
brujos, ya que no hay casi evidencia; no obstante, la investigación ha demostrado
que muchos de los “brujos” que se sometieron a juicio en Nueva Inglaterra durante
los siglos XVI y XVII eran parias de la sociedad perseguidos y no personas que
sufrían algún trastorno mental.
El Malleus Maleficarum (1484), describía el caso de un hombre joven que no podía
evitar sacar la lengua o gritar obscenidades siempre que trataba de orar, este
problema se atribuía a una posesión del demonio y este libro fue una fuente de
aprehensión para esas personas. Sin embargo, Paracelso (1493 – 1541), planteó
que las desadaptaciones se debían a fenómenos naturales; aunque, por su
creencia en la astrología, pensaba que esos fenómenos se encontraban entre las
estrellas y los planetas, no dentro del individuo. Juan Huarte (1530 – 1589),
escribió uno de los primeros tratados sobre psicología, Pobre of the Mind, en
donde hizo una distinción entre teología y psicología, y apoyó con firmeza una
explicación racional del desarrollo psicológico de los niños.
Además, de los pensadores como Paracelso y Huarte, existieron algunos
gobiernos relativamente ilustrados y varios esfuerzos serios por cuidar de los
individuos con problemas mentales. En Inglaterra, la Corona tenía el derecho y el
deber de proteger a los enfermos mentales, que se dividían en dos categorías:
tontos naturales y personas non compos mentis. Un tonto natural era una
persona con retraso mental cuya capacidad mental nunca progresó más allá de la
de un niño y las personas non compos mentis (frase en latín para describir: “no
en su sano juicio”) no mostraban una incapacidad mental al nacer, su conducta
desviada no era continua y podían mostrar largos periodos de recuperación.
→ Por razones que no son claras para el siglo XV el término “lunático” reemplazó
a la frase “non compos mentis” e “idiota” tomó el lugar de “tonto natural”.
Alberto Magno y Tomas De Aquino, hablaban del poder maléfico de los
demonios de los planetas y de la psique de la persona.
Desde el siglo XIII, se realizaban audiencias para juzgar el estado mental y la
competencia legal de una persona, esas pruebas estaban diseñadas para evaluar
la orientación, memoria e intelecto de una persona.
 Renacimiento: fue un periodo en el cual se incrementó el humanismo, la
curiosidad por la naturaleza y el interés por el saber. No obstante, la persecución
de las personas que no agradaban a la sociedad continuó. Muchas autoridades
médicas dedicaron mucho tiempo al estudio de las manchas en la piel que se creía
indicaban los puntos de contacto con Satanás. La idea de curaciones mágicas que
personificaba el chamanismo era evidente en la terapia popular de extraer las
piedras de la cabeza.
El modelo demonológico va perdiendo fuerza por la llegada de la teoría de Johann
Weyer (1515 – 1576), médico del siglo XVI y primer psiquiatra del año 1515. fue
uno de los principales contribuyentes en este desarrollo. En una época de
supersticiones desenfrenadas, Weyer enfatizó el conflicto psicológico y las
relaciones interpersonales desequilibradas como las causas de los trastornos
mentales. Su ilustrado humanismo salvó de morir en la hoguera a innumerables
enfermos mentales. Weyer tuvo el valor de insistir en que los brujos eran
individuos con desequilibrios mentales y no criaturas de Satanás. Defendió con
firmeza la necesidad de tratar a esas personas mediante la medicina y no por
medio de la teología.
Con base en el análisis psicológico minucioso de los pacientes mentales, Weyer
describió una amplia gama de conductas anormales, incluyendo los trastornos que
en la actualidad se conocen como paranoia, epilepsia, psicosis, depresión y
pesadillas recurrentes. En The Deception of Demons atacó de manera específica
los reclamos absurdos del Malleus Maleficarum. Argumentó que el tratamiento
clínico se debe orientar hacia la satisfacción de las necesidades de las personas
enfermas en lugar de limitarse a seguir las reglas de las instituciones clericales.
Pasó mucho tiempo platicando con sus pacientes y observándolos porque creía
que no podía dar tratamiento a las psicopatologías sin tener un conocimiento de
primera mano. Este descubrimiento lo llevó a la conclusión de que las experiencias
internas (como los conflictos psicológicos) y las relaciones desequilibradas con los
demás eran causas importantes de las enfermedades mentales. Los escritos de
Weyer representan un paso significativo hacia la separación de la psicología
anormal de la teología.
 La Edad de la Razón y la Ilustración: el siglo XVII, que se conoce como la Edad
de la Razón, y en el siglo XVIII, como de la Ilustración, se llaman así porque
durante estos dos siglos la razón y el método científico reemplazaron a la fe y el
dogma como formas de explicar la conducta anormal. Durante estos dos siglos, se
realizaron avances significativos en campos tan diversos como la astronomía, la
biología y la química. Los científicos y los filósofos por igual enfatizaron la
necesidad de apoyar las afirmaciones con observaciones de los fenómenos
naturales.
Se incrementó la fisiognomía, que era el estudio de la estructura del cuerpo,
específicamente del rostro, es un aspecto particular del rostro de una persona que
la caracteriza. A pesar de que las emociones y motivaciones humanas son menos
accesibles para la observación directa que el sistema circulatorio del hombre o de
las estructuras moleculares, muchos filósofos y científicos centraron su atención
en las experiencias subjetivas de los seres humanos. Baruch Spinoza (1632 –
1677), anticipó los planteamientos modernos de la psicología y la fisiología con el
argumento de que la mente y el cuerpo son inseparables. Gran parte de los
escritos actuales sobre psicología son reminiscencias de los escritos de Spinoza.
Él decía que la causalidad psicológica y el papel de las emociones, las ideas y los
deseos en la vida del hombre eran mecanismos inconscientes que ejercen una
influencia sobre la conducta. Su principal contribución a la psicología anormal fue
su argumento de que los procesos psicológicos, a pesar que no se pueden
observar de manera directa, tienen una importancia igual a la de los procesos
materiales del mundo natural. William Harvey (1578 – 1657), mejor conocido por
su trabajo sobre el sistema circulatorio humano, también escribió sobre las
relaciones entre los aspectos psicológicos y fisiológicos de la vida.
Entre los observadores perceptivos de la experiencia humana en cada época
existen dramaturgos, novelistas y poetas. Durante de la Edad de la Razón, varios
autores profundizaron en los problemas de la motivación y las emociones
humanas. Los ejemplos más claros se pueden encontrar en muchas obras de
William Shakespeare (1564 – 1616), sobretodo en Hamlet, el desea vengarse de
su tío pero, dudaba en hacerlo; los psicoanalistas han interpretado esta duda
como una reflexión de los conflictos neuróticos de Hamlet con respecto de su
madre, quien se casó con el tío después de la muerte de su padre. Otra obra
literario que trata de las emociones humanas es The Anatomy of Melancholy de
Robert Burton (1577 – 1640), en este libro se enfocó en el centro emocional de la
depresión y llamó la atención hacia una observación que los trabajadores clínicos
que han hecho con frecuencia: las personas deprimidas tienden a estar muy
enojadas, no sólo con ellas mismas, sino con todos los demás. Burton, profesor de
teología en Oxford, basó su descripción y análisis de la depresión en su propia
experiencia. Durante los siglos XVII y XVIII, ambos grupos, aquellos que
analizaban la experiencia subjetiva y quienes trataban de identificar los defectos
físicos, finalmente rechazaron la idea de que los demonios y las causas
sobrenaturales provocaban la conducta anormal. A finales del siglo XVIII, la
superstición había sido reemplazada casi en su totalidad por un compromiso con
la racionalidad, la observación científica y el trato humano de los enfermeros
mentales.
En Inglaterra, el movimiento hacia el trato humano tomó fuerza como resultado del
ataque psicótico que sufrió el rey Jorge III en 1765. Este evento precipitó una crisis
constitucional e hizo que muchas personas tomaran conciencia de que ni siquiera
los individuos sobresalientes eran inmunes al trastorno mental. Gran Bretaña
legisló en su primer acto parlamentario la autorización de esas instituciones y
reguló la admisión de paciencias en estas. A partir de fines del siglo XVII y hasta el
siglo XIX surgió el interés por la fisiognomía, el arte de juzgar el carácter, la
personalidad y los sentimientos a partir de la forma del cuerpo sobre todo del
rostro. Durante los primeros años del siglo XIX, surgió otro nuevo planteamiento
con respecto a la psicología anormal, Franz Joseph Gall (1758 – 1828), estudió el
cerebro de diferentes tipos de personas (jóvenes, ancianos y trastornados),
recopiló evidencias que sugerían que el tamaño del cerebro y el desarrollo mental
estaban relacionados. Formuló la teoría de la frenología, de acuerdo con la cual
las distintas “facultades” psicológicas se localizaban en áreas específicas del
cerebro. Gall creía que las protuberancias y hendiduras en la superficie del cráneo
eran reflejos precisos de las partes del cerebro subyacentes.
William Cullen (1712 – 1790), medico escoces de orientación orgánica, él creía
que la conducta neurótica era provocada por los defectos físicos del sistema
nervioso. Los esfuerzos terapéuticos de Cullen parecían ingenuos, pero eran
consecuencia lógica de su orientación orgánica. Trataba a sus pacientes con
baños fríos, sangrías, inducción de vómito, dietas especiales, programas de
ejercicio y fisioterapia. Cullen empleaba severas restricciones y camisas de fuerza
para controlar a los individuos violentos.
Franz Arton Mesmer (1734 – 1815), en 1774 escuchó hablar del trabajo de
algunos médicos ingleses que trataban ciertas enfermedades con imanes, dio
tratamiento a una paciente haciéndola ingerir una preparación que contenía hierro
y sujetando tres imanes a su cuerpo, uno en estómago y dos en las piernas.
Después de su espectacular recuperación, Mesmer especuló sobre los
mecanismos que provocaron la curación. El afirmó que los imanes habían
reforzado o fortalecido a la causa primeria de la curación: su magnetismo personal
o animal. En el siglo XVIII, se creía que los planetas ejercían una influencia en los
aspectos psicológicos y fisiológicos de la conducta. Mesmer sostenía que todos
los seres humanos tenían un líquido magnético especial, una clase de sexto
sentido que al liberarse podía curar y prevenir todas las enfermedades. Además,
estaba convencido de que poseía una abundancia del líquido fuera de lo común.
Él pensaba que un ademán de sus manos era suficiente para hacer que sus
pacientes sintieran la transmisión de su fuerza magnética. Los pacientes de
Mesmer entraban en una habitación con una alfombra gruesa, luz tenue, música
suave y aire perfumado, se tomaban de la mano formando un círculo alrededor de
la baquet, una tina llena de agua magnetizada y Mesmer entraba vestido con una
elegante capa llevando una espada, este ambiente dramático se creaba en forma
deliberada para lograr la crisis emocional necesaria para la curación.
Muchos testimonios aseguraban que el tratamiento de Mesmer era benéfico. El
mecanismo de su terapia tenía que ver más con el poder de la sugestión que con
los líquidos magnéticos humanos. Su magnetismo animal era precursor no de una
curación orgánica, sino más bien de un medio psicológico complejo para influir en
las actitudes y la conducta. Por tanto, Mesmer fue un personaje importante en la
historia de la hipnosis, una técnica clínica que aunque lejos de la baquet de
Mesmer, todavía se basa en la sugestión como medio de influencia en el estado
de conciencia del paciente.
→ NOTA. Existe una escala de sugestividad, no todo el mundo tiene un grado de
sugestividad.
 El Movimiento de Reforma: el aumento de una actitud científica hacia los
trastornos mentales que comenzó en el siglo XVIII contribuyó a un incremento en
la compasión por las personas que los padecían. Esta nueva compasión se
convirtió en la base para el movimiento de reforma del siglo XIX. El líder del
movimiento de reforma de Vincenzo Chiarugi (1759 – 1820), se le asignó la
responsabilidad de encabezar el Ospotdale di Bonifacio, un hospital mental recién
construido en Florencia, él instituyó un conjunto de normas revolucionarias sobre
el cuidado de los pacientes mentales, estas normas constituyeron un hito para la
creación de principios generales para la atención de los pacientes mentales,
incluyendo una historia detallada de cada paciente, altas normas de higiene,
instalaciones de recreación, terapias ocupacionales, el uso mínimo de la represión
y el respeto a la dignidad individual. Publicó un trabajo sobre las cusas y
clasificación de la “locura”, a la cual consideró como producto del daño del
cerebro, también realizó contribuciones a los modelos humanitarios y científicos
acerca de la anormalidad.
Philippe Pinel (1745 – 1826), un líder en la reforma de los hospitales mentales
franceses, expresó gran simpatía por la condición de los dementes, y planteó el
tratamiento moral de Pinel, él creía con firmeza que lo que necesitaban los
enfermos mentales era cuidado humano y tratamiento. A pesar de que, en la
actualidad, la orientación es bien aceptada tanto por los trabajadores profesionales
como por el público, en su época las ideas de Pinel estaban lejos de aceptarse. Él
tuvo que luchar contra el punto de vista de que las instituciones para los dementes
eran más necesarias para proteger a la sociedad, que para ayudar a los enfermos.
Un aspecto interesante del aumento del humanismo de Pinel fue la influencia de
Jean-Baptiste Pussin, antiguo paciente de un hospital donde trabajó Pinel,
después de que lo dieron de alta, Pussin consiguió un trabajo en el Hospice de
Bicétre, el asilo más importante para pacientes varones, donde más tarde llegó a
ser superintendente del pabellón de los pacientes incurables. La investigación
demuestra que fue Pussin, y no Pinel, quien quitó las cadenas a los pacientes de
Bicétre. El prohibió la crueldad hacia los pacientes y despidió a los asistentes que
los trataban mal. Pinel aprendió mucho de Pussin y cuando lo designaron director
del Sapetriére, el asilo para mujeres, insistió en que Pussin lo acompañara.
Un ejemplo de los métodos infrahumanos a los que se oponían eran los “barcos de
tontos” o barcos en los cuales se le pagaba al capitán para que se llevara a los
enfermos mentales lejos de la comunidad afectada. Un paso importante hacia el
trato humano de los enfermos mentales se dio el 25 de mayo de 1815, cuando la
cámara de los Comunes Británica ordenó una “Investigación Parlamentaria de los
Manicomios de Inglaterra”. Uno de estos, el Hospital of St. Mary of Bethlehem en
Londres, se había dado a conocer por el ruido y el caos que siempre había
adentro. Las actividades en este “manicomio” interesaron tanto al público, que los
visitantes iban con frecuencia a observar las extravagancias de los pacientes.
Después de que un comité de ciudadanos reveló los incidentes de abuso físico en
el hospital, se inició una investigación más profunda y se pedía el apoyo público
para lograr una legislación en beneficios de los enfermos mentales.
Las representaciones graficas de las condiciones inhumanas que soportaban los
enfermos mentales fueron un factor importante en el inicio de la reforma. Para la
mitad del siglo XIX, la aceptación cada vez mayor de las ideas humanitarias llevó a
un mayor reconocimiento de la necesidad de reformar las instituciones sociales.
Se iniciaron movimientos enérgicos para establecer asilos protectores y benignos
para los enfermos mentales. El Treatise on Insanity de Pinel, escrito a principios
del XIX pedía la aplicación de los principios científicos, en lugar de la conjetura
para lograr tratamientos para la conducta trastornada. Al clasificar a sus pacientes
de acuerdo con características que se podían observar, como la melancolía y el
delirio. Pinel buscaba la creación de tratamientos específicos para ellos. Los
enormes asilos para los dementes que se construyeron en el siglo XIX se crearon
porque se pensaba que la única forma de curar a los enfermos mentales, era
aislarlos de las influencias dañinas de la familia, los amigos y la comunidad.
Una característica importante del movimiento de reforma europeo, fue la creación
de instituciones para el tratamiento de niños con problemas psicológicos. A
principios del siglo XIX; la niñez estaba marcada con una tasa de mortalidad
infantil elevada, hasta 1850, a los niños se les internaba en las mismas
instituciones que a los adultos. Las instalaciones inadecuadas o inexistentes para
los niños se debían en parte, a la definición entonces estandarizada de demencia
como perdida de la razón. Se creía que la niñez era la época anterior a la
adquisión de la razón. Sin embargo, para mediados del siglo XIX, los libros que
trataban las anomalías psicológicas incluían secciones sobre los niños, que
utilizaban términos como “la demencia de edad temprana”. Más adelante, se
desarrollaron instituciones especiales para el cuidado y tratamiento de los niños
trastornados, y para aquellos que padecían retraso mental.
William Hunt (1827 – 1910), el legisló en Inglaterra a favor de los enfermos
mentales. Benjamin Rush (1745 – 1813), era conocido como el fundador de la
psiquiatría estadounidense y fue uno de los personajes que firmó la Declaración
de Independencia, también escribió el primer texto de psiquiatría. El creía que la
“locura” se debía a un engrosamiento de los vasos sanguíneos del cerebro. En
1783, se unió al personal del Hospital de Pennsylvania y se horrorizó por las
pobres condiciones del hospital por el hecho de que los pacientes con
perturbaciones psicológicas estuviesen ubicados en los pabellones junto con los
pacientes con enfermedades físicas. El hablo de cambios que fueron considerados
radicales, como colocar a los pacientes con perturbaciones mentales en
pabellones separados, brindarles terapia ocupacional y prohibir las visitas de
curiosos que frecuentaban el hospital. Rush apoyó el uso de las sangrías y purgas
para el tratamiento de los trastornos psicológicos, también hacia uso de la silla
“tranquilizadora” a la que se ataba al paciente, esta silla tenía el propósito de
reducir la estimulación del flujo sanguíneo hacia el cerebro, por medio de apretar
la cabeza y las extremidades del paciente, y él decía que estos métodos podían
disminuir la enfermedad mental.
Aun con los cambios recomendados por Rush, las condiciones en los asilos
empeoraron durante los siguientes 30 años por sobrepoblación. Los pacientes con
perturbaciones psicológicas eran forzados con frecuencia a vivir en albergues y
cárceles, donde las condiciones eran aún menos apropiadas al tratamiento que en
los asilos. Para 1841, Dorothea Dix (1802 – 1887), hizo su primer recorrido en
estas instituciones y se preocupó por las condiciones, ella dedicó gran parte de su
vida a las instituciones de reforma para los indigentes. Para 1847, había visitado
18 penitenciarias, 300 prisiones estatales y correccionales y 500 hospicios donde
estaban internados enfermos mentales. Gracias a sus esfuerzos personales se
construyeron 32 hospitales de salud mental y ella creía que una atención
adecuada incluía la aplicación del tratamiento moral. Sin embargo, estos nuevos
hospitales se sobrepoblaron tanto y tenían tan poco personal que las condiciones
de tratamiento se deterioraron y en vez de cumplir la terapia moral, en su lugar el
personal restauró el uso de restricciones físicas y otras medidas. En 1908, Clifford
Beers, registró sus experiencias como paciente mental en su libro A Mind that
Found Itself. Beers tomó la determinación de realizar cambios en las condiciones
de los hospitales mentales y su libro le ayudó a obtener apoyo para un grupo de
reforma de ciudadanos, el National Association for Mental Health, fundado en
1909; el grupo promovía programas sociales que se dedicaban a la prevención de
las enfermedades mentales, así como al reforzamiento del trato humano para los
pacientes.
 Siglo XIX: en este siglo se desarrollaron dos enfoques, el psicológico y el
orgánico.
o Enfoque psicológico: el psiquiatra alemán Johan Christian Heinroth
(1773 – 1843), elaboró la teoría de que las enfermedades mentales eran el
resultado de los conflictos internos entre impulsos no aceptados y la
culpabilidad que generan éstos y que el individuo con frecuencia no está
consciente de estos conflictos.
o Enfoque orgánico: el psiquiatra alemán, Wilhelm Griensinger (1817 –
1868), dirigió la búsqueda de las causas orgánicas. Argumentó que la
mayor parte de los trastornos mentales eran a causa de la influencia
directa o indirecta de las alteraciones en el funcionamiento cerebral. Y Emil
Kraepelin (1856 – 1926), también creía que la conducta anormal se debía
a los trastornos orgánicos. La principal contribución de Kraepelin fue su
intento por elaborar un sistema de clasificación que comprendiera la mayor
parte de los trastornos que requieren de tratamiento y hospitalización.
Diferenció entre dos condiciones, la demencia precoz y la psicosis
maniaco-depresiva, y creyó que eran enfermedades específicas por causas
orgánicas específicas.
o Convergencia de los enfoques: hacia fines del siglo XIX, tuvieron lugar
importantes desarrollos tanto en el aspecto físico como en el psicológico. El
neurólogo francés Jean Martin Charcot (1825 – 1893), siguió creyendo
que los trastornos orgánicos tenían una importancia crucial, pero empleó
un enfoque psicológico al estudiar y dar tratamiento a sus pacientes. Él se
interesaba más en los histéricos, personas que sufrían afecciones físicas
para las cuales no se podían encontrar causas orgánicas. Desarrolló una
técnica para hipnotizar a los pacientes histéricos, mientras se encontraban
en trance hipnótico, les sugería que sus síntomas desaparecían y en
muchos casos, los síntomas de verdad se desvanecían.
 Siglo XX: Sigmund Freud (1856 – 1939), recibió una gran influencia de Charcot y
Bernheim en sus primeros trabajos con pacientes histéricos. Freud originalmente
estudió medicina en Viena, donde se entrenó como neurólogo. Él viajó a Francia
para aprender hipnosis, un método de tratamiento que lo fascinó. En Studies in
Hysteria, escrita con su colega Josef Breuer, Freud analizó el famoso caso de
“Anna O”, y de otras mujeres que padecían histeria. Freud y Breuer describieron
como Anna O se curó de sus muchos y variados síntomas histéricos, por medio
del uso de la hipnosis. Anna O le pidió a Breuer que le permitiera realizar “la
limpieza de chimenea”, que ella también llamó la “cura del habla”, cuando se le
permitió simplemente hablar acerca de sus problemas, se sintió mejor y sus
síntomas desaparecieron. Freud y Breuer lo denominaron “método catártico”, una
limpieza de los conflictos emocionales de la mente a partir de hablar acerca de
ellos; el método catártico fue precursor de la psicoterapia, el tratamiento de la
conducta anormal mediante técnicas psicológicas, luego esto condujo a Freud a
desarrollar el psicoanálisis, una teoría y sistema practico que se basaba en gran
parte en los conceptos de la mente inconsciente, los impulsos sexuales inhibidos y
el desarrollo temprano, así como también en el uso de las técnicas de “asociación
libre” y de análisis de sueños. Freud crea la teoría psicodinámica.
Carl Jung estereotipo del introvertido, extrovertido y el inconsciente cognitivo,
denominó la introversión como una actitud típica que se caracteriza por la
concentración del interés de los procesos internos del sujeto, los introvertidos se
interesan principalmente por sus sentimientos y pensamientos, por su mundo
interior; mientras que la extroversión lo definió como una actitud típica que se
caracteriza por la concentración del interés en un objeto externo, los extrovertidos
se interesan por el mundo exterior de la gente y de las cosas, siempre tratan de
estar al tanto de lo que pasa es su entorno. Él decía que nadie es completamente
introvertido ni absolutamente extrovertido. También estableció la teoría del
inconsciente colectivo, es cual decía que la base de la teoría son los arquetipos,
y son disposiciones innatas psíquicas que nos sirven para experimentar y
representar el comportamiento y las situaciones humanas básicas, todos los
arquetipos se ven a través de los sueños y visiones, probablemente por eso Jung
tenía un gran interés en la interpretación de los sueños y símbolos como forma de
entender los cambios de la psique, él decía que el inconsciente colectivo es algo
innato de los seres humanos.
Alfred Adler: formó su propia escuela de psiquiátrica a la que llamo Psicología
Individual, y esta plantea la vida como una lucha desde el nacer hasta el morir,
una especie de viaje en el que cada ser humano se vale de su propio método, en
el que cada viajero sabe de los otros, en que cada uno está impulsado por muchas
metas comunes y en el que todos están expuestos por igual a las vicisitudes del
itinerario. Él decía que nuestro desenvolviendo psíquico dependía principalmente
del ambiente social, sugiriendo que la psique es un producto hecho por el hombre,
que no dependemos de una organización psíquica general, sino que cada
individuo es diferente de los demás en relación a sus actitudes hacia el ambiente y
la persona. Fundó una clínica de orientación de niños en Viena y también instituyó
clases experimentales para niños de corta edad, siendo el propiamente el primer
psicólogo/psiquiatra infantil.
Eugene Breuer cambió la denominación de demencia precoz por esquizofrenia.
Recalcó que la anormalidad fundamente en ella era la división o fragmentación del
proceso de pensamiento y consideró de igual importancia el resto de los síntomas
fundamentales presentes, como: aplanamiento afectivo, pensamiento peculiar y
distorsionado, abulia, trastorno atencional, indecisión conceptual, también delirios,
alucinaciones.
Hermann Roscharch, desarrolló el test de Roscharch, el cual es una técnica y
método proyectivo de psicodiagnóstico. La técnica se utiliza principalmente para
evaluar la personalidad y consiste en una serie de 10 láminas que presentan manchas
de tinta, el psicólogo le pide al sujeto que diga qué podrían ser las imágenes que ve en
las manchas y a partir de sus respuestas, el especialista puede establecer o contrastar
hipótesis acerca del funcionamiento psíquico de la persona examinada. Willhelm
Reich, rechazó el instinto de muerte y negó la universalidad del complejo de
Edipo. Fue además el primer psicoanalista que creyó en la influencia de los
problemas socioeconómicos en los trastornos psíquicos.
Lacan buscó reorientar el psicoanálisis. El sostenía que el psicoanálisis se había
distorsionado. Realizó una lectura freudiana del estructuralismo, incorporando
nociones lingüísticas, filosóficas y topológicas, lo cual lo llevó a redefinir muchos
términos del psicoanálisis. Afirma que el inconsciente está estructurado como un
lenguaje, retornando a la concepción original de Freud, el expresaba que el
inconsciente no puede representar objetos reales en el lenguaje de modo absoluto, lo
inconsciente remite a lo no-dicho por el lenguaje.

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