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Docencia en tiempos de Pandemia, una oportunidad de demostrar

adaptabilidad a los cambios y de reformular nuestras prácticas..


(Profesor Mg. Claudio Olave Miranda)

En diversas situaciones de la vida todos de una u otra forma hemos debido enfrentar tiempos de
adversidad, situaciones que nos obligan a desarrollar mecanismos de adaptabilidad, en lo personal
siempre ha sido un tema desafiante en las diferentes funciones que he desarrollado. Trabajar esta
habilidad es necesaria para quienes participamos de situaciones de liderazgo, como es el rol
docente, liderazgo en el aula, liderazgo en la gestión, etc.

Esta situación de pandemia en los tiempos que vivimos, podría decir que es el examen de grado en
lo que se refiere al tema de adecuarse a situaciones adversas, adaptarse a los cambios. Como
docente en el plano escolar y nuevo en una institución educativa, vaya que si experimenté cambios
al llegar a otro lugar, colegas nuevos, estudiantes nuevos y nueva modalidad “on line”, todos
tratando de responder a las exigencias, la educación no tenía un plan de trabajo remoto en caso de
catástrofe, la comunidad esperando señales en qué dirección ir, como comportarnos a través de
una pantalla, en fin, tener la templanza de ir poco a poco encontrando salidas y colaborando desde
cada rol en un proceso lleno de incertidumbres, tal vez esto sea lo más complejo, no saber qué
pasará en el corto plazo, como planificas, que planificas si no hay certezas de lo que ocurrirá.

Paso a paso y dándose espacios de reflexión personal y también colectiva con los equipos de
trabajo, nos ayuda a confirmar lo que el sentido común nos dice, lo primero es ayudar en la
contención emocional de las personas que trabajan contigo, principalmente de los estudiantes, es
aquí donde se puede observar que muchos colegas quieren seguir todo como se venía realizando
y no poseen la flexibilidad de adaptarse al momento de pandemia, de cuarentena, de entender que
las cosas son diferentes, se debe entender el contexto y dar a los estudiantes las posibilidades de
adaptarse a esta nueva condición, no todos tienen las herramientas emociónales, las capacidades
de manejo con la tecnología y muchos no tienen los medios y/o recursos para comunicarse vía on
line.

Como docente creo profundamente en la humanización de la educación no solo debemos pensar


en los productos académicos sino en los procesos, y en esta situación de pandemia los procesos
educativos deben estar acompañados de un trabajo afectivo, reflexivo, de respetar las
individualidades, de conocer más que nunca con quien estamos trabajando, nuestros estudiantes,
ayudarles y enseñarles a discernir otra habilidad para la vida, pensar antes de actuar, de sentir
para saber si eres asertivo, donde todo está sensible, donde las emociones están presentes en
todo y cada uno de nuestros actos se debe ser consecuente con una mirada humanizadora de la
educación, es esta experiencia la que en tiempos de pandemia debe prevalecer en nuestra práctica
docente. Sabemos ¿cuántas pandemias o catástrofes quedan en nuestra vida enfrentar?, como
docentes tenemos que saber responder adecuadamente a situaciones extremas donde la sociedad
pide nuestra participación activa, propositiva.

Tenemos la oportunidad de cambiar la escuela que conocemos, de pensar nuevamente en


nuestras prácticas docentes. Este tiempo de cuarentena, es un muy buen momento para ello, para
reformular lo establecido.

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