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Pensamientos tóxicos.

Los niños están alborotados más de la cuenta y Martín -su padre- Está cada vez más
irritable. Entonces se dirige a su esposa Melanie con un agresivo:

- Querida ¿no crees que los niños deberían estarse quietos?

(Pero lo que en realidad está pasando es: Melanie es demasiado permisiva con los niños.)

Ante el irritante comentario de su marido, Melanie se enoja. Entonces, su rostro se tensa,


frunce el ceño y replica:

- Sólo están jugando un rato. No tardaron mucho en acostarse.

(Pero su auténtico pensamiento es: ya está Martín quejándose otra vez.)

Ahora es Martín quien se halla ostensiblemente enfadado e, inclinándose


amenazadoramente hacia delante con los niños apretados, exclama:

- ¿No podrías acostarlos ahora mismo, querida?

(Su verdadero pensamiento, no obstante, es: me lleva la contraria en todo lo que digo.
Tendré que hacerlo yo mismo).

Melanie asustada por la súbita muestra de cólera de Martín responde, en un tono más
sosegado:

- No. Ya iré yo y los acostaré.

(Pero lo que realmente piensa es: está perdiendo el control y podría llegar a pegarlos.
Será mejor que le sigue la corriente).

Este tipo de conversaciones paralelas ha sido puesto de manifiesto por Aarón Beck el
creador de la terapia cognitiva, como ejemplo de los pensamientos que pueden
emponzoñar una relación matrimonial. El auténtico intercambio emocional que tuvo
lugar entre Melanie Martín estaba prefigurado por sus pensamientos y estos a su vez,
estaban predeterminados por un estrato mental más profundo al que Beck denomina
“pensamientos automáticos”

El desbordamiento: el naufragio del matrimonio.


Éstas actitudes suelen originar un estado de crisis constante que sirve de detonante a
frecuentes secuestros emocionales que dificultan la cicatrización de las heridas estás por
la ira.

Gottman utiliza el término desbordamiento para referirse a esta sobrecarga desazón


emocional que resulte imposible de control y que arrastra consigo A quienes se ven
superados por la negatividad de su pareja y por su propia respuesta ante ella. El
desbordamiento impide oír sin distorsiones el mensaje recibido, responde Con la cabeza
despejada, organizar los pensamientos y termina desatando las más primitivas de las
respuestas. Lo único que sean quienes se ven arrastrados por las emociones es que la
tempestad amaine, escapar de la situación o a veces incluso vengarse. De este modo, el
desbordamiento constituye un tipo de secuestro emocional que se auto perpetua.

Los hombres. El sexo vulnerable.

Volvamos a las diferencias genéricas en la vida emocional que constituyen la espoleta


oculta de las desavenencias matrimoniales. La investigación ha descubierto la existencia
de una diferencia básica en el valor que asignan los hombres y las mujeres a la
comunicación emocional. Por término medio, las mujeres afrontan con más facilidad que
los hombres las molestias que conlleva una disputa matrimonial. Esta es, al menos, la
conclusión a la que ha llegado Robert Levenson, psicólogo de la Universidad de California,
en Berkeley, tras un estudio basado en el testimonio de 151 parejas que llevaban mucho
tiempo casado.

Según Gottman, la razón de qué los hombres estén tan predispuestos a atrincherarse en sí
mismos hay que buscarla en la protección que esta situación les procura contra el
desbordamiento emocional. La investigación ha revelado que cuando se produce este
encerramiento en uno mismo, el ritmo cardiaco desciende una media de 10 latidos por
minuto, proporcionando una sensación subjetiva de consuelo.

Consejos para el matrimonio.

Las investigaciones realizadas sobre las parejas que perduran a lo largo de los años han
llevado a los consejeros matrimoniales a esbozar un conjunto de recomendaciones
específicas para hombres y para mujeres, y una serie de consejos de carácter más global
aplicables tanto a unos como a otros.
Hablando en términos generales, los hombres Las mujeres necesitan remedios
emocionales diferentes. En este sentido, nuestra recomendación sería que los hombres no
trataran de eludir los conflictos sino que, en cambio, intentaron comprender que las
llamadas de atención de una esposa o sus muestras de disgusto, pueden estar motivadas
por el amor y por el intento de mantener la fluidez y la salud de la relación.

Las buenas peleas.

Las parejas que acaban divorciando se suelen mostrarse incapaces de encontrar


argumentos que detengan la escalada de la tensión. La diferencia existente entre las
parejas que mantienen una relación saludable y aquellas otras que terminan divorciando
se radica en la presencia o ausencia Debías que ayudan a disolver Las desavenencias
conyugales. Las válvulas de seguridad que impiden que una discusión desemboque en una
explosión de consecuencias irreversibles dependen de acciones tan sencillas como atajar
la discusión a tiempo antes de que se desproporcione, la empatía y el control de la
tensión. Estas acciones constituyen una especie de termostato emocional que impide que
la expresión de los sentimientos rebase el punto de ebullición y nuble la capacidad de los
miembros de la pareja para centrarse en el tema que estén discutiendo.

Existe un abanico de competencias emocionales las cuales son:

a. Tranquilizarse a uno mismo.


b. Desintoxicarse de la charla interna con uno mismo.
c. Escuchar y hablar de un modo no defensivo.
d. La práctica.

Ejecutivos con corazón.

Melbur McBroom Era piloto de avión un día de 1978, se estaba aproximando al


aeropuerto de Portland, Oregón, cuando de pronto se dio cuenta de que tenía problemas
con el tren de aterrizaje. Ante aquella situación, comenzó a dar vueltas en torno a la pista
de aterrizaje, perdiendo un tiempo precioso mientras trataba de solucionar el problema.
Tanto se obsesionó que consumió toda la gasolina del depósito mientras los copilotos,
temerosos de su vida, permanecían en silencio hasta el último momento. Finalmente el
avión terminó estrellando se y en el accidente parecieron 10 personas.

Un estudio realizado sobre 250 ejecutivos descubrió que la mayoría de ellos sentía que su
trabajo exigía la participación de su cabeza. Muchos de estos ejecutivos manifestaron su
temor a que la empatía y la compasión por sus compañeros de trabajo interfiriera con los
objetivos de la empresa uno de ellos llegó incluso a decir que consideraba absurda la idea
misma de tener en cuenta los sentimientos de sus subordinados porque a su juicio es
imposible relacionarse con la gente.

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