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Nombre: Daniel Rivas A.

Profesor: Ángelo Constantine


Materia: Arqueología Andinoamericana
Escuela Superior Politécnica Del Litoral
Facultad De Ciencias Sociales Y Humanísticas
Departamento De Arqueología
Compendio de historia económica del Perú I: Economía prehispánica
Luis Guillermo Lumbreras, Peter Kaulicke, Julián I. Santillana
y Waldemar Espinoza Soriano
Economía Política y Doméstica del Tahuantinsuyo
Waldemar Espinoza Soriano

Las antiguas civilizaciones, no solo han sido objeto de estudio de historiadores, arqueólogos o

antropólogos; otras ciencias como la economía y la sociología han puesto un gran interés en

estudiar a estos pueblos con el objetivo de conocer cómo estas sociedades fueron los

cimientos para que la civilización, a la cual pertenecemos, pudiera llegar a ser tal y como la

conocemos.

El imperio inca es una de las civilizaciones que han llamado especial atención de estos

expertos debido manejo de los recursos humanos como los naturales de una forma sostenida y

sustentable en relación a los medios (tecnología) y los fines incas. Esta relación social-

económica fue de vital importancia para la sociedad inca ya que todo se regia por esta

correlación desde la sociedad misma hasta los rituales religiosos que estos efectuaban.

Un estudio detallado sobre la economía del Tahuantinsuyo1 se encuentra en el 1er tomo del

compendio de la historia economía del Perú en la sección “Economía Política y Doméstica del

Tahuantinsuyo” la cual será la base primordial para este ensayo. Este capítulo2 propone

estudiar la organización económica del Tahuantinsuyo dese cuatro perspectivas: La estructura

1
La palabra Tahuantinsuyo, de origen quechua, es el nombre originario del imperio inca, viniendo a significar
“cuatro Regiones” [CITATION Equ17 \l 12298 ].
2
El objetivo principal de este capítulo a analizar es el de conocer cómo era la economía en la vida andina antes
de la conquista, aunque actualmente existen vestigios de estas prácticas mercantiles en la sierra peruana,
boliviana y ecuatoriana.
de la propiedad; el trabajo; la producción, distribución, intercambio y consumo; y, las cuentas

y medidas de valor; los cuales serán resumidos y explicados a lo largo de este artículo.

Cabe destacar que la economía de la cual se hablara en este texto como de sus términos no

eran conocidos en tiempos pre-conquista. Sin embargo, se puede aplicar determinados

términos capitalistas a la forma en cómo se llevaba la economía en tiempos incaicos debido a

que comparten cierta similitud con acciones mercantiles modernas.

El primer subtema trata sobre la propiedad, su estructura y la posesión del suelo. Dentro de la

sociedad inca la pertenencia estaba divida en: pertenencia sobre los bienes muebles

(herramientas de trabajo) e inmuebles (casas, terrenos, pozos, silos), animales, derecho sobre

las personas como de su trabajo y, propiedad intelectual sobre canciones, danzas3, rituales

mágicos-religiosos y artesanías.

Para la economía andina e imperial la propiedad sobre la tierra y bienes con alguna

importancia especial eran lo más importante. Respecto a la importancia sobre el suelo se

puede ver reflejada en la participación que tenía cada estrato social inca sobre la tierra, desde

los bienes inmuebles estatales, los cuales incluían los puentes, caminos, tambos, minas, etc.;

hasta las tierras comunales conformados por pozos edificios, árboles o mejoras hechas en la

tierra.

Para los pobladores de los altos andes como los de la costa, los objetos relacionados al

entorno laboral como domestico poseían un gran valor social. En el caso de los útiles

laborales, estos permitían tener una distinción social y étnica ya que el manejo de estos

utensilios los capacitaba para realizar artesanías o actividades diferentes al resto de los otros

pueblos que conformaban el imperio inca. Cabe recalcar que estos utensilios como otros
3
Los yaros o yarovilcas de la sierra central podían ejecutar el baile del huacón, por considerarse dueños de él.
Los pastores collas y lupacas eran los únicos que ejecutaban la danza de la choquela —o chuquilla [CITATION
Esp08 \l 12298 ].
bienes eran usados en relación al sexo, edad o rango y eran heredados de generación en

generación4.

Los objetos personales y rituales también jugaron un papel importante en las relaciones

sociales de la cultura andina. Los objetos personales que eran generalmente vestidos y

adornos, implicaban un indicador social con solo poseerlo y, en el caso de los señores o

curacas quienes recibían regalos5 por parte del Sapa inca, representaban reconocimiento y

gran responsabilidad.

Finalmente, tenemos como máxima muestra de pertenencia el derecho que se ejercía sobre el

ser humano y su trabajo por parte de la nobleza inca6 y curacas. El trabajo se podía dividir en

la labor que ejercían los mitayos, los acllas, los hombres y mujeres que prestaban su servicio

al ejército, los siervos o yanaconas quienes trabajaban para la familia real o curacas y, por

último, el de los esclavos o piñas.

Estos tipos de pertenecías estaban relacionadas entre sí, un claro ejemplo es la relación que

existía entre los manaderos de llamas o alpacas las cuales y el sacrificio de estos animales en

las ceremonias o ritos religiosos.

Estos tipos de propiedades derivaban en derechos que podían ser de índole económico,

religioso o políticos. Estos derechos podían ser:

1. Derecho de uso
2. Derecho a controlar el uso o la disposición de las propiedades de otros.
4
Dentro de la unidad doméstica la herencia de los artefactos de uso familiar estaba regida por el sexo, los bienes
del padre pasaban a ser heredados por los hijos varones, mientras que los de la madre correspondían a las hijas
mujeres [CITATION Esp08 \l 12298 ].
5
Túpac Inca obsequió a Guarache, mallco o señor de Quillaca-Asanaque al sur del lago Poopó (Bolivia), un
manto de plumería. Cuando el Sapa inca obsequiaba una prenda u objeto de valor a un curaca este no podía
desprenderse de esta, salvo al pasar a su sucesor después de muerto su antiguo propietario (Archivo General de
Indias, Escribanía de Cámara 868).
6
La casta social que tenía control sobre todo ser humano dentro del territorio Inca era la alta nobleza inca. Los
curacas o señores provinciales también se atribuían el derecho sobre el trabajo de las personas pero este se
limitaba a los yanaconas y determinado servicio de mitayos.
3. Derecho a disponer de propiedades ajenas.
4. Derecho a percibir un ingreso u otros beneficios por el uso de las propiedades ajenas.
5. Derecho a ser el propietario titular sin otros beneficios.

Como sucede hoy en día, las propiedades o bienes se heredaban cuando el propietario de estas

se encontraba vivo o muerto, dentro de estas herencias se incluían los dotes que entregaba el

novio por su futura esposa ya que esta acción afectaba directamente la herencia de los

involucrados 7.

El mundo andino al estar predominado por las relaciones comunales, la herencia no solía estar

destinada a un solo miembro del ayllu (grupos de parentesco) sino al grupo doméstico en

conjunto, por lo que se puede notar una notable racionalización del sistema de herencias en

tiempos precolombinos.

Una muestra de este comportamiento se reflejaba al morir el Sapa inca, todas sus pertenecías

sean estas sobre tierras, rebaños o sobre personas pasaban a su panaca. Cabe nuevamente

destacar que en las reglas de herencia se tomaba en cuenta el tipo de bien a ser heredado como

el sexo del heredero8. Además, los nuevos herederos también heredaban las obligaciones de

sus padres cuando estos estaban aún vivos.

Hasta este punto se puede inferir lo importante que era el uso o la tenencia de suelo ya que

permitía a diferentes instituciones (estado, Sapa inca, panacas, curacas regionales, sacerdotes,

ayllus, yanaconas y piñas)9 tener participación de los recursos de este o al menos tener una

pequeña porción para su subsistencia y mantenimiento. La sociedad inca podía transferir las
7
En relación a la dote, si se daba la disolución del matrimonio la mujer podía recoger lo que aportó dentro o para
la relación.
8
No se tiene información sobre la partición de bienes en el caso de existir herederos múltiples pero teniendo en
cuenta que la descendencia era paralela, seria coherente que parte de los bienes pasaran tanto a hombres como a
mujeres.
9
Los artesanos orfebres, plateros, mercaderes y de otras ocupaciones de la costa norte y central no tenían
participación del usufructo de las parcelas de tierra por estar ocupados en sus actividades lo que no les daba el
tiempo suficiente para realizar las tareas relacionadas al campo (González de Cuenca 1566; AGI, Justicia 458;
Anónimo de Chincha 1577: 170-171).
propiedades mediante la figura de trueque y/o regalo, incluyendo además la concesión para el

uso del suelo.

Investigadores han podido determinar que todas las parcelas de tierra fueron delimitados

usando el relieve geográfico natural (quebradas, cerros, senderos, colinas) o construyendo

indicadores para separar un terreno de otro (cercas, hitos de pirca10 o mojones). Indicios que

arrojan documentos e inscripciones muestran que estas delimitaciones eran grabadas en

quipus, planos y maquetas para su fidelidad, o eran confiados a los ancianos de las

comunidades.

Tal como pasa y debería pasar en tiempos modernos, el imperio Inca designaba agentes

reguladores de tierras cuyas funciones consistían en inspeccionar y medir las parcelas de tierra

de las comunidades y etnias conquistadas o anexadas para dedicarlos de forma casi inmediata

a la producción agropecuaria con el fin de aumentar las arcas del estado y los haberes de los

sacerdotes del sol.

Los dos estratos sociales que se erigían sobre el derecho de poseer las tierras eran los Sapa

incas (Estado) y los Curacas. El primero basaba su potestad sobre las tierras por derecho

ganado al haber conquistado, pacificado e incorporado a todas las nacionalidades bajo un

mismo territorio. Mientras que los curacas y demás nobles defendían su derecho a poseer las

tierras por la herencia, repartos y donaciones obtenidas de distintas formas llegando a tener

tierras dentro de su territorio o en pisos ecológicos externos a su dominio.

Cuando los aristócratas y otros personajes con distinción especial recibían donaciones de

tierra, estas eran regidas por dos principios básicos: terreno con mayor rendimiento - menor

extensión; menor rendimiento - mayor extensión. Aunque estos principios eran para todos el

10
Según la R.A.E., el termino Pirca hace referencia a una pared de piedra sin tallar.
rango posición social que tenia el benefactor afectaba en gran medida la porción de tierra

concesionada11.

En lo que respecta a la tenencia colectiva, tanto los ayllus como las etnias costeñas

reclamaban la tierra (en el caso de las etnias de las costas las islas de guano), recursos y

costumbres por ser este un derecho ancestral por lo cual elaboraron un complejo sistema de

leyendas y mitos, los cuales explicaban, en su mayoría, que los primeros ancestros o

fundadores fueron convertidos en monolitos de piedras para que sus descendientes puedan

reclamar esas tierras12.

Las tierras usadas para pastar, ubicadas en las punas principalmente, seguían el mismo

modelo de las tierras para fines agrícolas. Por lo que tanto los ayllus y el Sapa inca poseían

pastos como ganados por lo que da a entender que estas propiedades podían ser particulares o

individuales.

En la sierra, las tierras usadas para fines agrícolas no funcionaban del mismo modo que los

pastizales ya que las primeras era distribuidas por familias es por ello que cuando un

individuo del ayllu fallecía las tierras que le fueron asignadas vuelven al fondo común para

dársela a algún miembro que esté necesitado.

Aparte de los pastizales y tierra agropecuarias, los cocales y salares tenían su propia forma de

manejo. Los cocales pertenecían al estado y este, por medio del Sapa inca, podía donarlos a

curacas13; sin embargo, estos también podían pertenecer a ayllus y señoríos para su

administración. El caso de los salares14 ubicados en la sierra es particular debido a que no

11
Huayna Cápac donó grandes extensiones de tierra a apo Hacho, señor de Latacunga.
12
Dentro de toda esta cosmovisión tenemos a las pacarinas, lugares que los pueblos creían haber nacido. Un
ejemplo de esto es Lago Titicaca como lugar de origen de los incas, según Inca Garcilaso de la vega.
13
Cuando los cocales eran administrados por los curacas, estos eran trabajados por los yanas que el señor
contrataba, pero en el caso de que estas tierras estaban bajo el control directo del Estado y del Sapa inca estos
eran atendidos y explotados por los piñas (esclavos).
14
Los yacimientos de sal se convirtieron en el lugar de concentración multiétnica dentro del imperio Inca. Las
canteras más conocidas eran: Yanacachi (Yaros / Pasco), Cochac (Chinchaycocha), Cachi (Cajas / Tarma) y
estaba bajo una entidad para su explotación privada, mas bien era de libre acceso tanto para

los indígenas que habitaban la regiones donde se ubicaban las canteras salinas como de ayllus

extranjeros. Solo los yacimientos de sal era de libre tránsito de ahí todo otro yacimiento de

minerales era administrado exclusivamente por el Estado.

El manejo de pisos ecológicos15 fue muy importa para el mundo andino, aunque esta practica

venia antes de la llegada de los incas fueron estos quienes promovieron el crecimiento

territorial de los archipiélagos, especialización de las colonias ubicadas en estas islas

aprovechando al máximo los recursos obtenidos de los pisos ecológicos [CITATION Mur75 \l

12298 ].

Aprovechar el sistema de nichos ecológicos tenia sus objetivos y metas: producir y abastecer

de productos que no se daban en las altiplanicies (punas) de los andes por razones meramente

ecológicas pero que permitían acceder a alimentos que les ofrecían tener una dieta balanceada

como el poder tener acceso a la planta de coca para realizar sus ceremonias y ritos religiosos.

Estas islas ecológicas al estar ubicadas en territorios ajenos a los del ayllu que las controla

hace que surja la pregunta: ¿cómo lograron tener acceso a tierras ubicadas en pisos

ambientales diferentes pertenecientes a reinos o señoríos? Surgen tres posibles respuestas a

esta incógnita, la primera hace referencia a tratos o pactos entre caciques de las etnias

involucradas. La segunda hace referencia a la toma de estos territorios mediante incursiones

militares y, la tercera, a leyes estatales que permitían el uso de estas tierras16.

El usufructo de las tierras y la posesión de la cosecha eran asignadas por un tiempo

determinado o de por vida, esto según el tipo de uso. Para el caso del uso de tierras con fines

Cachicachi (Huanca) [ CITATION Gon7a \l 12298 ].


15
A la llegada de los españoles el manejo por parte de reinos y otras etnias de terrenos enclavados en territorio
ajenos a los suyos atrajo la atención de los extranjeros, sin embargo esto no era nada nuevo para los españoles ya
que el uso de enclaves ecológicos era parte de la estructura territorial y geopolítica de España.
16
Mientras que las dos primeras opciones estuvieron presentes durante época preinca o están corroboradas
mediante escritos, la tercera fue posible solo durante el dominio del imperio Inca.
agrícolas si la chacra era constantemente abonada y regada, por ende un no consumo de

nutrientes, eran asignadas de por vida hasta que falleciera el beneficiario, pero si estos

terrenos se debilitaban la asignación se daba en relación al tiempo que este necesitaba para

recuperarse llegando al punto de asignar tierras en otros lugares hasta que pase el tiempo de

barbecho.

Los terrenos asignados para construir casas y corrales para animales eran de por vida, es decir,

heredados por los ancestros y ocupados por sus descendientes.

La economía dentro del Imperio se dividía según la técnica de producción o modo de

producción: recolectores, cazadores y pescadores, agricultores y pastores avanzados y, los

artesanos y mercaderes. Dentro de una misma etnia existían una diversificación de tareas que

permitían obtener recursos de forma eficiente. Un ejemplo de esto es la aplicación de técnicas

agrícolas tomando en consideración el tipo de suelo como de la estación presente.

Con esto buscaban tener una autosuficiencia productiva para su subsistencia, cumplir con

obligaciones sociales y culturales, ritos y cultos, excedentes para cualquier situación ajena a

su control y el intercambio de productos con otras etnias.

El almacenamiento del excedente agrícola estaba calculado en base al tiempo que tomaba el

próximo ciclo de cosecha, la cantidad necesaria para ofrecer ofrendas a los divinidades y, el

trueque de los productos obtenidos de la cosecha como de las semillas con otros bienes o

alimentos aunque estos grupos hayan tenido acceso a enclaves en otros pisos ecológicos.

En la mayoría de los ayllus, la producción estaba regulada de tal manera que fuera posible

afrontar fenómenos climáticos como sequias e inundaciones lo que permite proponer el

excedente o sobreproducción que poseían para darse este “lujo”.


Los alimentos cosechados eran almacenadas en trojes o silos, los cuales si estaban ubicados

dentro de las viviendas se denominaban pirguas, en el cual se guardaban granos secos, como

el maíz o el chuño. En lo que respecta a las carnes, estas eran deshidratadas y colgadas sobre

cuerdas ubicadas dentro de las habitaciones de la estructura habitacional17.

Hasta esta parte hemos analizado las formas de propiedad y posesión de la tierra, el usufructo

de los mismos y el manejo de pisos ecológicos para la obtención de mayores réditos, pero es

necesario también analizar acerca de las propiedades que poseían los curacas y sobre todo la

cabeza visible del estado inca: el Sapa inca.

Desde que Pachacútec convirtió al curacazgo de cuzco en un imperio se tiene constancia de

propiedades rurales separadas del estado para el usufructo de estas en beneficio del Sapa inca

y su panaca. Al momento de fallecer, estas propiedades pasaban inmediatamente a su

descendencia lo que permitía que estas propiedades vayan incrementándose tanto en

territorios como de yanas (servidores hereditarios que gozaban de beneficios). Todo esto se

realizaba con el fin de asegurar el culto y conservación de las momias, dotándoles de bienes

suficientes.

Las tierras propiedad del Sapa inca eran usadas con fines agropecuarios como para sembrar

coca. En el caso de las tierras con fines de cultivo se sembraba principalmente el maíz;

mientras que la papa s sembraba muy escasamente. Los cocales eran trabajados por yanas

provenientes de cada rincón del Tahuantinsuyo.

Los curacas poseían propiedades que consistían principalmente en chacras donadas por el

Estado, los cuales podían estar ubicados en la cercanía de su lugar habitacional como

enclavados en tierras de otras etnias recordando que estas eran concesionadas. El Estado

17
El latente peligro de que plagas (gorgojo, insectos, roedores; estos últimos intensificados a la llegada de los
colonizadores) puedan afectar el almacenamiento de los alimentos hizo que la sociedad andina colocara hojas y
yerbas de olores fuertes como eran la coa, muña y la siaya [ CITATION Cob53 \l 12298 ].
además de tierras, entregaba cabezas de ganado, coca, ropa y yanas con el objetivo de crear y

afianzar alianzas con estos jefes regionales o locales.

Aunque el Sapa inca poseía tierras para explotarlas y usar ese usufructo para enriquecer su

patrimonio personal – familiar, estas estaban separadas de las tierras estatales. Sin embargo,

en la práctica, al considerarse al Sapa inca como hijo de los dioses y el supremo mandatario,

todo lo que conllevaba las tierras y lo que estaba sobre ella le pertenecían 18.

En el apartado de trabajo19 dentro del imperio Inca, este se dividía según la participación que

tenían tanto los campesinos como los artesanos especialistas. Esta partición de actividades y

funciones fue la base para la economía del imperio Inca.

Los factores tales como el sexo, edad y rango social, hacían que el trabajo se segmentara y se

vuelva exclusiva para ciertos segmentos de la sociedad; aunque esto no quitaba el que hayan

tareas que podían compartían tanto hombres como mujeres. En cuanto a la clase social, como

esta se heredaba con la descendencia, hacia que ciertos trabajos se vuelvan exclusivos como

sucedía con los acllahuasis, donde el cargo de directora recaía en la persona emparentada más

cercana con el Sapa inca mientras que el trabajo dirigido a la cocina o en el servicio se los

dejaba a las muchachas de los grupos pertenecientes a las yanas o campesinos.

El trabajo dentro del imperio era realizado por tres tipos de personas las cuales se encontraban

en esta posición de acuerdo a su posición social (en su mayoría) y, por rebelión contra el

imperio: yanas, piñas y acllas.

Los primeros, los yanas, eran pertenecientes a la clases sociales bajas como de la nobleza

inferior. Los yanas cuando trabajaban directamente para el Sapa inca recibían el título de
18
Dentro de la sociedad andina, la propiedad privada sobre el suelo no existía, es por ello que los pobladores no
entendían ni distinguían la diferencia que había entre las tierra perteneciente al Sapa inca de las estatales.
19
La sociedad andina modificó el ambiente en función a sus necesidades y requerimientos, desarrollando
herramientas que permitieron este objetivo las cuales fueron elaboradas en materiales durables como piedras o
metales, y en materiales poco duraderos como la madera o huesos.
yanayacos. Los yanas y yanayacos gozaban de acceso a los productos que producían chacras

ubicada dentro de la propiedad del amo y, si estos tenían una buena conducta se les asignaba

el puesto de jefe sobre determinados grupos de yanas o encargarse de puestos de curacas en

comunidades dentro del territorio [ CITATION San60 \l 12298 ][ CITATION Qui63 \l 12298 ]

[ CITATION Gon08 \l 12298 ].

Los piñas, por su parte eran los prisioneros de guerra quienes se negaban a reconocer que

habían sido conquistados, por lo que eran castigados con trabajar en los cocales de por vida.

Ellos eran los esclavos del imperio quienes vivían en condiciones precarias y expuestos a

peligros tanto de animales salvajes y enfermedades como la uta20, al estar ubicados, los

cocales, en la selva amazónica.

El tercer tipo de personas que prestaban sus servicios al Estado eran las acllas21, mujeres

escogidas de los ayllus ubicados dentro Imperio cuya principal función era el hilado y tejido

de textiles para los diversos fines que a estos productos se les daban.

Los Acllahuasis eran talleres textiles a cargo de mujeres mayores y jóvenes, cuyo usufructo

era tomado por el estado pero a su vez, este, les proveía de alimentos, joyas, espectáculos y

vestidos. Estas mujeres, en especial las mujeres jóvenes, eran regaladas a curacas o guerreros

destacados como muestra de gratitud por sus servicios de fidelidad, en otras palabras

constituían un almacén de mujeres para fines políticos como religiosos.

Las acllas cumplían, básicamente, tres funciones: servicio en los templos dedicados al culto

solar, tejar e hilar cientos de vestidos y trajes con el algodón y lana de las propiedades del

Sapa inca y los dirigidos al culto solar. Además, el Sapa inca necesitaba de estos trajes para
20
La uta o Leishmaniosis es una enfermedad transmitida por la mosca del género Lutzomyia la cual produce
ulceras en la zona de la picadura destruyendo las membranas mucosas de la boca, nariz y la garganta [ CITATION
Wei43 \l 12298 ].
21
El imperio promovía la idea de que estas mujeres eran escogidas por su belleza sin igual cuando en la realidad
eran seleccionadas por su vocación artesanal en la confección de tejidos. Por su especialización en esta actividad
artesanal eran puestas al mismo nivel que los kamayoq, su equivalente en el sexo masculino.
poder usarlos en la retribución por los favores y servicios recibidos por partes de jefes

militares o curacas, como para el uso en los ritos (quema) dedicados al dios Sol y otras

divinidades. Y, finalmente, ser obsequiadas a los servidores del Estado lo cual significaba el

agrado del Sapa inca por los servicios prestados.

Aunque eran apartadas de sus comunidades, no se las considera como esclavas ya que

gozaban de bastantes beneficios como lujos y comodidades. Dentro de los beneficios que

tenían las acllas estaban el domino sobre chacras de cultivos y pastizales, los cuales eran

trabajados por los yanas o acllas de rango inferior 22.

La acllas podían ser elegidas para ser las esposas secundarias del Sapa inca como para ser

regaladas a curacas o jefes militares, sin embargo, existían acllas a quienes se les respetaba su

virginidad y estas, por lo general, pertenecían a la alta nobleza por lo que vivían en una estrato

social muy alto y, que al pasar la edad de los treinta años se convertían en las mamaconas.

En cuanto al tema de producción, las acllas tenían una red de cooperación que incluían a las

lavanderas de lana, las tintoreras, y entre ellas mismas de acuerdo a su nivel de

especialización. Usaban como materia prima los pelos de vicuñas, llama, alpacas y vicuñas,

como el algodón obtenido de las plantaciones estatales ubicados en la región costera.

Dentro del Imperio Inca existían varias formas de trabajo (13 formas) de las cuales podemos

resaltar el Ayni o reciprocidad; la Minca o colectivismo; la mita; mercaderes del litoral y

extremo norte del Chinchaysuyo; y, el de los servicios especiales (danzantes, músicos,

curacas, etc.).

El Ayni es una de las formas más antiguas que se conoce de trabajo en el planeta, la cual se

veía en acción al momento de sembrar y cosechar, así como al momento de la construcción de

22
El Acllahuasi del Cuzco recibía rentas directamente del Estado estas en proporciones de mitas la cual incluía
cerámica y objetos de metales preciosos hasta telas.
viviendas. El Ayni se encontraba dentro del sistema de reciprocidad que regía al mundo

andino antes de la creación del imperio incaico, este vínculo laboral no estaba limitado o

condicionado por las reglas de intercambio o la circulación de bienes, más bien eran los

patrones culturales mediante tradiciones los cuales determinaban el alcance de efecto.

Debido a que el Ayni está condicionada por la cultura, se lo puede comparar con la Voluntad

o Waje-Waje explicada en el libro “The Rules of the Game in Andean Reciprocity” donde

Mayer lo define como la obligación que tenia una persona con algún pariente en ayudarlo a

realizar alguna actividad, limpiar un terreno como ejemplo, cuando este se lo pedía donde el

beneficiario lo hacía sabiendo que en un futuro este tendría que devolverlo de forma

equivalente al trabajo prestado definido al momento de realizar la solicitud.

Dentro de los ayllus funcionaba el ayni simétrico, es decir, el realizado entre personas con

parentesco dentro del pueblo. La formalidad no era necesaria en este tipo de relaciones debido

a que el trasfondo de esto era el beneficio de ambas partes por lo que el Ayni funcionaba entre

sociedades con recursos intercambiables cuando se presentaba la necesidad.

Otro tipo de trabajo tradicional presente durante el Imperio Inca era la Minca o colectivismo.

La Minca o Minga eran faenas “obligatorias “que se realizaban en un contexto comunitario

con el fin de lograr el bien de todo el ayllu. Las únicas formas de no realizar las mingas era el

estar impedido por enfermedad, invalidación o por estar ausente al estar realizando alguna

misión justificada (incursiones militares). Durante las faenas de trabajo no existía la

diferenciación de sexo, rango o edad; todos tenían el deber de participar de esta forma de

integración comunitaria.

Es notable destacar que durante la ejecución del Ayni o de la Minga, el estado no intervenía

ya que estas faenas permitían resolver problemas comunales como la necesidad de mantener

caminos, puentes o campos para el cultivo, además de que estas formas de interacción existían
antes del Tahuantinsuyo. La creación y mantenimiento de varias estructuras hacia que quienes

participaran en la Minca fueron beneficiarios de estas obras ya que se solucionaban problemas

que afectaban el desarrollo normal del ayllu.

Al final, las mingas permitían crear lazos de solidaridad lo que permitía que existiera un buen

vivir dentro de la comunidad solucionando problemas socio-económicos.

La Mita23, otra forma de trabajo, la cual tal como indica su significado eran faenas por turnos

que realizaban hombres entre las edades de 18 a 50 años sacados de los ayllus para la

realización de obras que requería el Estado para su funcionamiento (productos agrícolas,

minas, puentes, caminos, edificaciones, etc.). el trabajo realizado por los mitimaes era

retribuido con comida, bebidas, hojas de coca u otras cosas que producían satisfacción al

trabajador.

Los Incas usaron el sistema de recompensas por logros en las Mitas para que la producción

aumentara y así poder tener excedentes de forma más rápida, esto hizo que entre los mitimaes

exista una competencia por alcanzar las metas para gozar de los beneficios extras que estas

implicaban como era el recibir mas hojas de coca, ropa y otros objetos de valor para ellos.

Dentro de las Mitas existía una división de trabajo por sexo, edad y por su capacidad en hacer

artesanías (especialización). Para un mejor control de las Mitas, el Estado coloco

administradores quienes vigilaban el funcionamiento de las mismas proporcionando

trabajadores como los beneficios que estos recibían, llegando a ser una burocracia ágil,

efectiva y competente para los intereses del Estado. El éxito de las Mitas dependían de la

dirección que ejercía el Totricoc provincial colocado directamente por el Sapa inca.

Así como sucedía con las Minca, existían personas que se liberaban de trabajar en las Mitas,

estos eran los incas con linaje puro, curacas, militares en servicio, los quipucamayos y los

23
La palabra quechua “Mita” vertida al español quiere decir alternancia, obligación periódica, remudarse, etc.
mercaderes de la costa y norte del Chinchaysuyo. Todos ellos, a excepción de los últimos,

eran mantenidos directamente de las arcas del estado.

Las Mitas se dividían en dos: rentas estatales generadas por los mitayos y, las rentas

extraordinarias realizadas por los artesanos que entregaban artículos típicos de su región

[ CITATION Esp08 \l 12298 ]. Como ya se definió anteriormente, la edad para participar en las

Mitas era de 18 – 50, esto debido a que cuando el hombre contraía matrimonio recibía su

parcela de tierra para que pueda trabajarla pero si esto no sucedía no podía producir estas

rentas que el Estado necesitaba. De ahí, la necesidad del Estado en promover que los jóvenes

contraigan nupcias.

Se debe tomar en cuenta que los mitayos no eran personas en condición de esclavitud por tres

razones: la primera, no realizaban el trabajo a costa de su salud sino por turnos; segundo, los

niños, mujeres y ancianos no participaban en este tipo de trabajo al estar condicionado solo a

los hombres que poseyeran una edad de entre 18 a 50 años y tengan buena salud; y, por

último, el Estado les proporcionaba comidas, bebidas, y hasta ropa siempre que estos se

destacaran.

Llegando a este punto se ha visto como el trueque o intercambio de productos primó dentro

de la economía del Tahuantinsuyo. Sin embargo, existe la interrogante de como funcionaba

este intercambio de productos como la existencia de otras formas de obtener productos.

Como se conoce, el intercambio o trueque nace de la necesidad de obtener productos o bienes

que dentro de la localidad no se puede obtener o producir ya sea esta sembrando o con el

ganado. Esta forma de hacer economía primitiva vino acompañada con monedas-mercancías

las cuales consistían en cambiar productos si estos cumplían con una regla de equivalencia.

El trueque podía ser sencillo o complejo, mientras el primero era canje simple de productos

acompañado de regateos o yapa, el segundo consistía en un sistema complejo de


equivalencias definidas sin que existan regateos o yapas. Ambas formas de trueque se

realizaban con los objeto en forma presencial, con un acuerdo entre las dos partes.

El mecanismo de equivalencias debió empezar cuando los intercambios de volvieron mas

comunes por lo que ciertos productos quedaron con sus valores fijados al momento del

intercambio. Ya que ambas partes daban un valor igual a los productos a intercambiar era

necesario que estos se mantuvieran en buena condición lo que facilitaba el intercambio 24.

Ya que las equivalencias eran medidas estables , en este modelo de intercambio no existían

alzas de precios ni estaba condicionado la equivalencia a los fenómenos de oferta y demanda

de los productos. Tampoco se tomaba en cuenta el valor que llevó conseguir el producto a ser

intercambiado, ya que lo que hacia que ganara valor el producto era el uso que se le podía dar.

El intercambio practicado en los Andes se lo puede clasificar en dos: interior y exterior.

El primero hace referencia al intercambio o trueque dentro del ayllu mediante productos,

regalos y monedas. El segundo se refiere a todo el movimiento del mercado fuera del área

local, intercambio con los forasteros y expediciones para encontrar nuevas rutas de

comercio25.

En lo concerniente al uso de monedas dentro de las comunidades andinas, estas no

representaban un medida de valor para la totalidad de los productos a intercambiar. El valor

de los productos estaba sujeta varios factores sociales, la abundancia o escasez, el trabajo

requerido para conseguir los productos ofrecidos o necesitados, como del valor ritual-mágico

que esta tenía.

24
Fuentes etnohistóricas dan tres ejemplos, uno de ellos es el intercambio de maíz por una olla de barro. El
volumen de maíz a ser entregado dependía del tamaño de la olla ya que previamente se llenaba la olla con el
maíz hasta el ras.
25
Con la información obtenida sobre estos mercados, la Isla de la Plata (Ecuador) era un lugar de intercambio de
caracolas procedentes de las costas ecuatorianas por cerámicas, metales y telas de origen peruano. Estas
caracolas eran de gran importancia ritual y social dentro del mundo andino [ CITATION Mar80 \l 12298 ].
Las monedas-mercancías eran productos que tenían valor de dinero para comprar o vender

productos. Los tres productos considerados de aceptación universal eran el ají, el mullu y la

coca. Esto debido a que para la mayoría de ayllus les era imposible producir en su propio

territorio como en sus enclaves ecológicos.

Los creadores o implementadores de esta idea comercial fueron posiblemente las etnias

ubicadas en la costa central y norte del Perú, logrando de esta forma, que el comercio se

dinamizara y desarrollando el comercio a larga distancia. Debido a su alto poder comercial,

las tres monedas podían ser usadas para conseguir sin mayor dificultad cualquier producto,

además se tener gran aceptación al momento de intercambiar o adquirir una cosa pro otra

(rescate).

El alcance económico de estas tres monedas llego a ser, muchas veces, mayor a lo que se

podía obtener mediante el Ayni, Minca o Mita ya que no satisfacían totalmente los

requerimientos de los ayllus mientras que con las monedas-mercancías se podía obtener

obsidiana, hachas, ropa, medicina, sal y todo lo que limitaba la ecología donde se ubicaban los

ayllus.

Dentro de todo este sistema de intercambio por monedas-mercancías existieron, quizás como

proto-monedas, las hachuelas-monedas de cobre arsenical 26. Los habitantes del litoral norte

peruano y del Ecuador27 fueron los que en su mayoría manipularon estas monedas con forma

de hacha miniaturas. La introducción de esta forma de pago no causo mayor alboroto dentro

del sistema económico andino debido a que las otras formas de intercambio seguían vigentes

para las etnias que las seguían prefiriendo.

26
Para las etnias ubicadas en los andes peruanos o en la costa sur de Perú el usar hachuelas-monedas no les
llamó mucho la atención por lo que siguieron con sus trueques sencillos, equivalencias y monedas-mercancías.
27
Se han encontrado hachuelas-monedas en gran concentración en la isla Puná, Chono, Huancavilca y
Lambayeque (Salomón, 1963).
Se usaba esta moneda para comprar y vender productos de primera necesidad para lo cual se

había desarrollado una escala de precios con la cual sabían el precio de las cosas. Poseían

balanzas y pesas para corroborar el precio de estos productos como sucedía con el oro y la

plata. Aunque no se las puede comparar con el sistema actual monetario (ya que no tienen un

respaldo en metales preciosos) las hachuelas monedas podían usarse para validar

transacciones de intercambio [CITATION deC77 \l 12298 ].

Fue tal la revolución que causó esta forma de compra-pago que facilito en gran medida la

circulación de mercaderías que hizo que las etnias del litoral controlaran sin mayor oposición

las operaciones transaccionales y mantuvieron la supremacía del artesanado. Es posible que la

confección de estas monedas haya estado a cargo de jefes y mercaderes quienes controlaban

su emisión y circulación.

El uso de monedas-mercancías o hachuelas-monedas dentro de la comunidad de agricultores y

ganaderos andinos no era muy popular debido al acceso de productos de distintos niveles

ecológicos que les permitían auto proveerse de casi todo, por ende, limitar la necesidad de

intercambio. La reciprocidad y el colectivismo reducían el campo de acción para el comercio

como para el uso de monedas. Sin embargo, la sierra era el lugar donde el sistema de trueque

se evidenciaba de una mayor manera.

El consumo de los bienes poseídos por una comunidad tenía diferentes usos en conformidad

de las necesidades de cada miembro del grupo o ayllu. Así mismo, la posición social incidía

bastante en el acceso a los producido. Por ello las clases sociales altas consumían una gran

cantidad de productos y servicios como el gasto que tenían al regalar objetos considerados de

gran valor a curacas, trabajadores, jefes militares con el mero fin de obtener su admiración y

fidelidad 28.
28
Los nobles cusqueños pasaban los atardeceres y noches de todos los días comiendo, pero medularmente
bebiendo en grandes cantidades, con lo que atraían la atención de otros y —a su vez— lograban resaltar su alta
capacidad de consumidores, inherente a su elevado rango y clase social [ CITATION Piz71 \l 12298 ].
El sistema dinámico que reflejó la economía andina permitía tener recompensas según el

trabajo realizado por la gente como de los recursos almacenados, este ultimo junto a la

redistribución actuaban bajo una presión estatal debido a las diferencias en la distribución de

riquezas (desigualdad) en relación a los servicios prestados.

En conclusión, la economía o hablando de forma correcta la subsistencia del Imperio Inca se

baso en cuatro pilares los cuales tuvieron un papel importante en la forma en como se

desarrollo la sociedad inca antes de la llegada de los españoles. El manejo de pisos

ecológicos, la mantención de la reciprocidad, las formas de trabajo como las Mitas;

permitieron la reproducción de todas las bases necesarias para la creación de un estado

empezando con la reproducción de la familia, luego la reproducción de la comunidad o ayllu

lo que da como resultado el Estado.

Aunque es verdad que no se puede aplicar términos actuales o tratar de comparar la sociedad

Inca con otras, es interesante ver que esta civilización tenia similitudes con la forma en como

se comporta la sociedad feudal lo que permite el atrevimiento de proponer un patrón que

aunque este mal concebido por ciertos arqueólogos se repiten en la mayoría de civilizaciones

que precedieron a la actual lo que nos puede dar pistas sobre que rumbo tomar, a donde

vamos o ,mas intrigante, como terminaremos.


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