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LOS INCAS ORGANIZACIÓN SOCIAL

1- Organización social

El ayllu fue la célula social básica de la organización inca. En él se unían los individuos que tenían
parentesco común por línea paterna.

En la cima de la organización social y política estaba el Inca, gobernante por derecho divino, junto a su
familia, ocupaba el lugar más alto en la Sociedad, podían tener muchas esposas, pero para mantener la
pureza de sangre, debía casarse con su hermana.
Ella era la esposa principal o Coya y entre sus hijos se elegía el heredero (El Auqui ) el que era entrenado en
las labores de gobierno acompañando al soberano en las diferentes jornadas de administración pública y
algunas veces tomaba determinaciones en el co-reinado, de esta manera era preparado para asumir el
gobierno de su padre.
El Inca era asistido en su gobierno por selectos integrantes de la aristocracia llamados “orejones”, y por
funcionarios y sacerdotes pertenecientes a la nobleza.

Los “orejones” eran llamados de esta forma debido a los grandes adornos que les deformaban las orejas.

Los Incas tenían una sociedad muy jerarquizada. Existían los siguientes grupos sociales:
a) El Sapa Inca o Inca
Gobernante con derecho divino junto con la nobleza constituían el grupo privilegiado, el resto de la
población integraba el grupo no privilegiado.
Era el hijo del Inca el heredero.
Era la esposa de Inca
b) La nobleza
Se componía de los familiares del emperador y poseían las mejores tierras. .
Nobleza • Nobleza de Sangre: Restantes miembros de las Panacas (parientes del anterior inca). • Nobleza de
Privilegio: Personas que destacaron por sus servicios; Sacerdotes, Acllas y Altos jefes
c) Los curacas
Eran nobles de carácter local, jefe político y administrativo del ayllu, quién organizaba las tareas agrícolas, hacía de
juez y consejero, administraba los bienes, la mita, los rituales y ceremonias.
Originariamente debió ser el más anciano, sabio y gobernaba de manera paternalista; pero como su autoridad la
podía heredar a un hijo que denotaba especial capacidad, es obvio que el criterio de la edad no fue siempre seguido.
Los incas, a su vez, nombraron curacas para reemplazar a los que hubiesen demostrado resistencia tenaz contra su
dominación. Entre sus funciones se hallaban:

Reparto de topos o lotes de tierras agrícolas.


Protección de los pobres o huacchas.
Labores de mantenimiento de la red hidráulica (limpieza y reparación de canales de riego).
Resguardo de los linderos de la comunidad.
Organización de la minka o trabajo comunal.

Los Curacas eran los dirigentes étnico incaicos que


regulaban las funciones dentro del ayllu, base de
organización andina, mediante el establecimiento de
vínculos solidarios y la regulación de las funciones
del grupo étnico o parental como la organización de
las tareas agrícolas, la redistribución de recursos,
d) El Wilaq o Uma
Cabeza sagrada, sacerdote principal. Reemplazaba al Sapa Inca en su ausencia como gobernante interino, teniendo a su la
supervisión de la política y la religión del Imperio Inca. Además, era la única persona en todo el Imperio con la potestad de
coronar al Auqui (príncipe heredero) , como nuevo Inca al fallecer el antecesor. Supervisaba la organización religiosa del
Imperio incaico, nombrando a sus inmediatos subordinados, diez villcas o sacerdotes que residían en los principales centros de
culto que existía en el Imperio, quienes a la vez ejercían mandato sobre los sacerdotes locales, Su fallecimiento daba origen a
un día de duelo
e) Las Aqllasqa (Aclla)
Eran llamadas también escogidas, eran mujeres de singular belleza, fueron escogidas en varios lugares del Imperio para
servir al Inca o al dios del Sol o Inti.

Existían tres tipos de acllas:

1- Aclla del Sol


2- Aclla del Estado
3- Taquiaclla

Su preparación se llevaba a cabo en el acllahuasi (edificios residenciales de las acllas) donde vivían las mujeres bajo la
vigilancia de las Mamaconas aisladas en un servicio de alto honor.

Entre sus funciones, ejercían un rol importante en el culto, podían llegar a ser mujeres del inca o ser entregadas a la élite
y a los curacas que el inca quisiera privilegiar.
i) Mamacona
Suma sacerdotisa que recluía y vigilaba a las acllas, las vírgenes del Sur durante el Imperio Inca, para que se
dedicaran a su deber religioso.

Su centro de acción fue la casa de las escogidas, dedicada a la preparación femenina para el hogar, las tareas
domésticas o el sacerdocio.
Hatun runas
Dentro de la organización social del Tahuantinsuyo, la clase
que estaba a cargo de ejercer la fuerza de trabajo en
beneficio del Estado era el pueblo, y el individuo, especifico,
de dicha fuerza de trabajo era el Hatun Runa: hombre de
campo, pieza primordial en el avance y consolidación del
Estado Inca,

Su trabajo en beneficio del Estado estaba basado,


principalmente, en la producción de las tierras, tierras que
se hacían producir para lograr excedentes que eran
destinados para el sostenimiento de la comunidad incaica.
Asimismo las obras realizadas para el Estado (puentes,
caminos, fortalezas, templos, etc.) no estaban ajenas a la
fuerza de trabajo por parte de los Hatun Runa.

Se podía decir que el Hatun Runa poseía un cuidado muy


especial por parte del Estado Inca, el cual le ofrecía una
vida sin necesidades, pues las vitales eran satisfechas para
este.
Hatunrunas
En el imperio Inca cuando un hatunruna era convertido en yanacona perdía sus vínculos con su ayllu original, por ello no
realizaban faenas colectivas, ni eran considerados" tributarios"; los yanaconas pasaban a depender de su amo, con ellos no
funcionaba la reciprocidad, pues ya no pertenecían a un ayllu controlado por un curaca.

El Hatun Runa, en este sentido, fue el principal agente en conceder su fuerza de trabajo para la generación de obras,
productos y riquezas en beneficio del desarrollo y mantenimiento del Tahuantinsuyo.

El reparto y destinación de la tierra se realizaba cada año, cada hombre recibía un topo y cada mujer medio topo, y estas
estaban designadas para la siembra de productos en particular.
Sin embargo la medida del topo otorgado no era igual para todos. Así lo sustenta Silva Santisteban (1980; 34) Con respecto a
la tierra, no se puede hablar de una medida determinada en cuanto extensión, puesto que las condiciones tan diversas de
los andes y la variedad de cultivos que se realizaban hacían imposible que el tamaño de las unidades agrícolas hayan sido
uniformes.

Según María Rostorowsky los trabajos realizados en estas tierras se encontraban animados de un son festivo, con música y
comidas, lo que aligeraba las faenas que se estaban realizando.
Estos campos eran trabajados por la gente del común y en forma colectiva y realizando faenas festivas, en las cuales se
agasajaba a los labradores con música y comida otorgada por el gobierno. (Rostorowsky; 2004; 94)
HATUN RUNA, EL INDIVIDUO EN LA ECONOMÍA INCAICA

La producción de la tierra ha sido desde mucho tiempo atrás la base de toda organización económica. En el Tahuantinsuyo
este aspecto no fue ajeno y es uno de los principales y fundamentales aspectos económicos para la consolidación del
estado.

Pero no se debe ignorar que toda producción de la tierra necesita de una gran fuerza de trabajo, siendo esta necesaria y
primordial, tal como lo señala Luis G. Lumbreras (1987; 34) La tierra era, a no dudarlo, la fuente principal de la riqueza, pero
la riqueza no dependía de la posesión, sino de la capacidad de hacerla productiva. Con respecto a esto la existencia de miles
de hectáreas de tierra no era sinónimo de riqueza, sino que esa riqueza solo existía gracias al trabajo en estas

Estaban dedicados a servir, labraban las tierras y las hacían producir para el sustento propio y del estado. A cada Hatun
Runa, a causa de poseer esposa y estar físicamente apto, se le otorgaba tierras para producirla y alimentarse él y los
miembros de su familia. Asimismo los parientes del ayllu le edificaban la casa, ya aledaña, o ya lejana a las de sus padres.
Vivía en realidad feliz, no se sentía desgraciado porque satisfacía todas sus necesidades vitales, inclusive durante las
sequias, heladas y terremotos, gracias a las donaciones que, en tales oportunidades, le hacia el sapainca de sus inagotables
almacenes, siempre repletos merced a la labor de los mitayos. (Espinoza; 1997; 284-285).

Acorde con este entendimiento, el padre Pedro Clemente (1965; 148) nos menciona de un gobierno realmente paternal,
que mantiene con mano firme las sabias riendas sobre las cerviz de los subordinados, pero que admite también que el rigor
a de ser templado por una razonable indulgencia. Se entiende por qué los indios s sentían felices bajo la dominación de su
soberano
Los Mitimaes
El término mitimaes proviene de la palabra
quechua mitmac, idioma en el que significa
esparcir. Son conocidos también como
mitmakuna o mitmaqkuna.
Fueron grupos de familias separadas de sus
comunidades por el Imperio Inca y
trasladadas de pueblos leales a conquistados
o viceversa para cumplir funciones
económicas, sociales, culturales, políticas y
militares.
Ninguna otra política afecto tanto la
demografía y conjuntos étnicos andinos como
ésta de los mitimaes. Se llega a afirmar que
hasta una cuarta parte de la población del
imperio fue reasentada.
Vínculos de los mitimaes o mitmacunas
A pesar de alejarse de sus pueblos de procedencia mantenían sus vínculos de reciprocidad y de parentesco que los unía a
sus centros nativos, por lo que mantenían sus propias costumbres, bienes y semillas.

No cambiaban de vestidos:

Eran prohibidos de cambiar sus vestidos, que los distinguían de otros pueblos, con los cuales debían ser fácilmente
identificados por los funcionarios incas para su control.

Una vez reasentados, los participantes de las mitmaes recibían tierras para plantar cultivos, criar ganado y construir casas;
lo cual les permitía reproducir su estructura social y de producción original.3​Otra forma en que mantenían a la población
bajo control era infingiendo castigos estrictos para los infractores de la ley. Si una persona reasentada intentaba regresar a
su hogar natal, era torturada. Si intentaba hacerlo por segunda vez, el infractor era ejecutado.5​Además, los incas
mantuvieron a las élites reasentadas bajo control promoviéndolas a posiciones burocráticas con el fin de mantenerlas
dependientes de los sistemas e ideologías imperiales para su propio prestigio y estatus.

En conclusión, esta clase de mitimaes son frecuentemente calificados de "colonos incaicos", encargados de promover la
"incaización" de los territorios que se les eran asignados. No obstante, esto solo resultaba ventajoso para la parte fiel al
Incanato. La otra parte, las poblaciones conflictivas reacias a aceptar el poder ejercido desde Cuzco, eran deportadas
forzosamente para ser reubicadas en zonas muy apegadas y sumisas al gobierno incaico. Se buscaba que al estar rodeados
de tanta influencia inca de forma constante, esta fuera capaz de disipar y absorber su ímpetu rebelde.
Dentro de la sociedad incaica los yanaconas (yanas)
eran una clase hereditaria de sirvientes, cuyo origen
era anterior al Tahuantinsuyo; sin embargo
debemos de recordar que los incas consideraban
que los yanaconas habían sido instituidos por Túpac
Yupanqui cuando éste convirtió en sirvientes
perpetuos a los rebeldes tanquiguas,
posteriormente en el gobierno de Huayna Cápac el
número de yanaconas aumentó.

Los Yanacona
Era el nombre que recibían los esclavos de los Incas.
Eran siervos, hombres y mujeres respectivamente.
Ellos vendían su trabajo y no tenían vínculo con
ninguna comunidad. Tenían a su cargo el cuidado
del ganado de los nobles, la pesca y estaban
dedicados a la alfarería y la construcción. Esta
condición de servidumbre era heredada por sus
hijos.

"auxiliar" o "ayudante" especialista en artes


diversos y que apoyaba al Inca según sus
cualidades).
Los yanaconas adquirían tal condición por sus acciones rebeldes, decisión personal del Inca y por herencia, ésto último
debido a que los hijos de yanaconas eran considerados como tales (debido a su origen familiar). Durante el
Tahuantinsuyo la entrega de yanaconas a un particular (noble) era potestad exclusiva del Sapa Inca.

Dentro del grupo yanacona habían dos rangos claramente definidos, el primero de ellos estaba conformado por los
yanayacos quienes eran yanas al servicio directo del Inca o el estado, esto yanas podían ser curacas (en reemplazo de un
rebelde) y se les permitía organizarse en "ayllus" controlados por un pongo(dichos "ayllus" no se relacionaban con su
ayllu original);

En un segundo rango estaban los yanacunas quienes realizaban diversas actividades serviles para los miembros de las
familias nobles. Los yanayacos eran mantenidos por el aparato estatal incaico, mientrás que los yanacunas recibían
tierras de sus amos para que las usufructuen (incluso el amo podía regalarles cabezas de ganado).

Finalmente, aunque los cronistas llamaban de una forma muy ligera a los yanaconas esclavos, debemos de aclarar que
eso no es cierto pues los yanas tenían parcelas y ganados para su mantenimiento, además los yanayacos tenían
privilegios importantes (dados por el estado). La figura que más se ajusta a los yanaconas es la de siervo, pues ellos
vivían en las tierras de su amos, sus problemas judiciales eran resueltos por su señor, no podían ser vendidos ni
alquilados, además los yanas debían de casarse entre si.
Los piñas, eran una clase social integrada por los prisioneros de guerras, algunos terminaban siendo sacrificados;
otros convertidos en yanaconas; y otros en Hipijcunas

Los esclavos (pinacunas) incas no eran utilizados en la guerra, no se les permitía portar armas, ni viajar. Tampoco
conformaban comunidades con tierras colectivas ni privadas, aunque vivían en chozas conformando aldeas. Tenían
sus jefes supeditados a los gobernadores incaicos. Se casaban entre ellos mismos. Exhibían insignias peculiares de su
clase para ser reconocidos como tales.
.

El inca Huayna Cápac destino a muchos de ellos a sembrar


coca en la ceja selva de por vida en zonas insalubres y en
condiciones muy duras, ya que eran castigados por haberse
revelado al poder del Inca.

Sólo el sapainca tenía derecho de la vida y muerte de los


pinacunas; pese a ello éstos tenían el usufructo de las tierras
estatales que ocupaban y podían ahorrar productos y
trocarlos; practicaban la endogamia y no se sabe si el
sapainca concediera la libertad a alguno de ellos.
La esclavitud en la época inka

En el imperio Inca si existió la esclavitud, pero fue a partir del reinado de Huayna Cápac (Guayna Qhapaq), en quechua
o runa simi a los esclavos se les decía pinas o pinacunas. Estos pinacunas por lo general eran prisioneros de guerra que
no admitían la derrota, como es el caso de centenares de pastos, carangues, cayambes, quitos, cañares, chachas. Se les
reubicaba en la Selva Alta o ceja de Selva para que se dediquen a la producción de coca de por vida. El número de
esclavos en el imperio nunca fue superior en comparación con la población total.

Los esclavos en el incanato no estaban bajo el dominio de personas particulares ni instituciones sino al sapainca o
Estado imperial. No se les forzaba a trabajar en las minas, canteras ni otras obras estatales, ya que esta labor le
pertenecía a los mitayos proporcionados por los ayllus. Tampoco el Inca los regalaba a sus favoritos, ni a sus esposas, ni
siquiera a sus guerreros que expandían las fronteras imperiales, no eran objeto de comercio, arrendamiento ni
préstamo.

La vida del pinacuna era muy triste en las plantaciones de coca de las Selva Alta, pese a recibir tierras de cultivo
debido a las aguas contaminadas, el clima caluroso y húmedo, enjambre de insectos y sobre todo la terrible e incurable
uta que desgarraba sus rostros. La esclavitud en el imperio de los incas eran propiedad del Estado y del sapainca
solamente. No hubo en el incanato tráfico de esclavos, pero si existieron familias y ayllus enteros sometidos a la
esclavitud.
En el imperio de los incas solo se podía ser esclavo en dos formas:

Prisioneros por delito de rebelión contra el sapainca y el imperio.


Por nacimiento o sucesión familiar.
2.- Organización política
El Imperio de los incas fue desde el punto de vista político, una monarquía absoluta y teocrática. El poder estaba
centralizado en el Inca a quién se le considera de origen divino. El derecho de gobernar se tenía por herencia.

La base del gobierno del Tawantinsuyu, la formaban el ayllu o clan, que eran dirigidos por un curaka, eran los jefes
locales de territorios anexados al imperio y también ejercían el poder militar .Estos funcionarios eran nombrados por el
Inca a quién juraban fidelidad y cada cierto tiempo iban al Cuzco a rendirle cuentas de sus acciones y a intercambiar
obsequios, debían aportar con 10 hombres de su ayllu para trabajar las tierras del emperador, laborar en minas y obras
públicas y actuar en la guerra.

Para poder administrar mejor su territorio tan extenso, los incas lo dividieron en cuatro regiones o “suyus”, Chichuyo,
Antisuyo, Contisuyo y Collasuyo, las que eran gobernadas por un apo, proveniente de la nobleza. Las regiones, a su vez,
reunían varias provincias, las cuales estaban formadas por distritos. Estos, estaban creados por la unión de los ayllu.
4.1- El Inca
Era el soberano de Tahuantinsuyo, era llamado Sapa Inca, considerado hijo del sol (Inti). Su poder era absoluto y lo ejerció en
el ámbito militar, civil, religioso, económico y social. El emperador, además de una mujer oficial tenía muchas concubinas.
Entre sus hijos escogía a los administradores más importantes y solo sus familiares y colaboradores más cercanos podían
mirarlo a la cara, no se dejaba ver por el pueblo, ya que se paseaba en una litera rodeado de velos.

El Sapa Inca, además de ejercer su poder absoluto, se preocupaba de organizar la ejecución de obras públicas y del
abastecimiento de los habitantes de las diferentes regiones.

El inca era asesorado en su gobierno por selectos integrantes de la aristocracia llamados los “orejones”, debido a los grandes
adornos que les deformaban las orejas.
El Auqui
Era el príncipe heredero, elegido entre todos los hijos del Inca, que eran numerosos. El Auqui era elegido por sus dotes:
valentía, coraje, astucia Las dotes guerreras y religiosas fueron muy importantes. El auqui era preparado para gobernar
ejerciendo el correinado con su padre el inca.
El consejo imperial
Fue un organismo asesor integrado por los jefes de cada uno de los “suyos”. Se encontraba gobernado por el Apo Suyo
que lo hacía en nombre del Emperador (Sapa Inca). Los suyus se dividían en huamanis dirigidos por Tocricots
(Apunchicks).

Se reunían bajo la dirección del Inca a quién daban cuenta de su labor desarrollada en sus respectivas regiones,
asesoraban y aconsejaban al monarca sobre asuntos de mayor trascendencia para agilizar y perfeccionar el proceso
administrativo- político del Imperio.
Según Antonio Del Busto el Tahuantinsuyo Camachic o Consejo Imperial, para efectos de gobierno, estaba después del Inca
y el príncipe heredero. El autor de la ley era el Inca, quien también tenía la suprema función de perdonar; la promulgaba de
acuerdo con su Consejo Imperial, no sin antes hacerse asesorar por los amautas, quienes no solo interpretaban las leyes
sino que el mismo Inca los consultaba con frecuencia sobre asuntos de estado.

Guamán Poma de Ayala en su libro Nueva Crónica y buen Gobierno, menciona; “Consejo Real de este reino que asistía en la
gran ciudad y cabecera, corte del Cusco, el medio de todo el reino que se dice en general Tahuantinsuyo. Estos señores
principales virreyes y príncipes y Capac Apo, Apo, curaca, allicac y otros caballeros estaban y residían en la gran ciudad del
Cusco. Éstos eran consejos reales, Tahuantisuyo camachicoc, Capac apocona, y para el buen gobierno y castigo de justicia
de los malos y de los buenos para darle y hacerle merced. Gobernó dos Incas Hanancusco los más principales y otros dos
Hurincusco, y cuatro señores grandes de la parte de Chinchaysuyo y dos señores de Antisuyo, cuatro señores de Collasuyo y
dos señores de Contisuyo. Éstos fueron los señores del consejo real de este reino y cuando cesaba uno de éstos mudaba el
cargo a sus hijos o hermanos”.
Según Bernabé Cobo estos cargos no se heredaban.
4.4- Apunchic o Capac Apo
Fueron gobernadores regionales sujetos a su vez a la vigilancia y fiscalización de los Tucuyricuy (“los que todo lo ven y lo
oyen”), que cuidaban por el orden y el cumplimiento de las normas de conducta social más deseables para una convivencia
ideal a base de reciprocidad en miras siempre a obtener una buena producción para redistribuir.

Los Apunchic eran nombrados entre los guerreros más valientes y distinguidos ya que tenían tantas atribuciones políticas
como militares. Habitaban, generalmente, en una fortaleza y viajaban al Cuzco para las festividades del inti raymi y rendían
culto y cuenta por su labor solo al Inca y al Consejo Imperial.
El Apunchic, también conocido como Capác Apo, era el
gobernador de una provincia en el Imperio inca.
En vista de la importancia del cargo, el Apunchic
reportaba directamente al Consejo Imperial y al Sapa
Inca.

Esta expresión, traducida del quechua al español, sería


equivalente al título de “Señor soberano” o “Gran Jefe”.
Su casta era noble y estaban al mando de los huamanis;
esto es, de las provincias que conformaban el imperio.
Según los preceptos del derecho indígena precolombino, la condición principal para acceder al poder era la habilidad y
capacidad para desempeñar el cargo. Por ende, el Apunchic era seleccionado entre los guerreros más valerosos del
Imperio inca, dado la naturaleza de su cargo.

Cargo y funciones del Apunchic


El Apunchic residía en un palacio labrado en piedra y cumplía funciones políticas, militares, administrativas y judiciales.

Política
En el ámbito político, era el líder de la provincia, por lo cual llevaba las riendas de la vida pública directamente se
responsabilizaba del desarrollo comunitario y de garantizar el cumplimiento de las asignaciones pautadas por sus
superiores.

Funciones militares
En lo que respecta al tema militar, el Apunchic era el comandante de las tropas y podía dirigirlas a placer. Tenía la
autoridad para aumentar el número de soldados y de entrenarlos adecuadamente para preservar el orden público de la
provincia y la seguridad del Estado.

Así mismo, era el encargado de dirigir el ámbito tributario, recaudando los impuestos que iban destinados a las obras de
mantenimiento estatales, por parte de la población a su cargo. También tenía bajo su responsabilidad la realización de
los censos poblacionales.
El Apunchic supervisaba directamente la gestión del superintendente de canales (Yucucamayoc), el superintendente de
caminos (Hatun Ñan Camayoc) y del superintendente de puentes (Chaca Camayoc).

En consecuencia, tomaba decisiones sobre las obras de infraestructura de su provincia para el mantenimiento de las vías,
puentes y canales de riego para la agricultura.

Cumplimiento de leyes
El Apunchic también tenía bajo su responsabilidad directa velar por el cumplimiento de las leyes Incas en su jurisdicción,
por lo que se le atribuían funciones judiciales.

En él residía la responsabilidad de liderar la resolución de conflictos en general, y velar por el bien común, la calidad de vida
y la satisfacción de su pueblo.

Compromisos
El Apunchic, en su cualidad de gobernador, tenía el compromiso de asistir anualmente a la festividad andina del Inti Raymi
(fiesta del Sol), en la ciudad del Cuzco, capital del Imperio inca.

Esta celebración incaica se llevaba a cabo durante el solsticio de invierno, a mediados de año, y tenía como finalidad rendir
tributo al dios Inti, representado por el sol.

Allí, debía presentar la memoria y cuenta de su gestión ante el Consejo Imperial, e igualmente defender la exposición de
motivos directamente frente al Sapa Inca.
4.5- El Tucuy Ricuy “El que todo lo ve”
Eran funcionarios estatales que viajaban de incógnito por las diferentes regiones del Imperio, observando la forma como
se aplicaban las leyes y disposiciones del Inca, visitaban los lugares de su responsabilidad para recoger el tributo y
remitirlo al Cuzco. El Inca era la única autoridad del Tucuy Ricuy.
Curaca “El señor de los pueblos”
La mayoría eran antiguos jefes de tribus sometidas al vasallaje y sumisión al Inca. Desempeñaban las funciones de jefes de
Ayllu, encargados de recoger los tributos y entregarlos al Tucuy Ricuy para ser trasladados al Cuzco. Estaban en contacto
directo con la comunidad y era su obligación velar por el orden, el trabajo y la producción.
Sinchis: Eran los asistentes del
curaca en las faenas agrícolas y
militares, respectivamente, según
turno. Los sinchis eran guerreros
jóvenes que asumían la
administración de su comunidad
cuando era necesario como, por
ejemplo, en momentos de guerra.

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