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CAPÍTULO QUINTO
Si el Derecho existió en las culturas antiguas, con mayor razón existió entre los Incas.
En el Perú la vida cultural no comenzó con la cultura que los españoles encontraron. Se han hallado
restos culturales mucho más avanzadas (cuyos comienzos ubica Max Uhle más o menos alrededor de
1500 A.C) como Chavín, Paracas, Chicama, Lambayeque, Nazca, Recuay y otros.
Tello distingue un horizonte inferior, medio y superior. La antigüedad del hombre en el Perú, según
Tello, es mucho más grande de la que ha supuesto Uhle. En los 3 horizontes, las culturas que florecen
son muy abundante, destacándose en el inferior los centros de Huaylas, Chavín y Tiahuanaco; en el
medio, Chimú, muchic y Nazca; y en el superior, las culturas incas y sus contemporáneas.
En los siglos XI o XII d.C. apareció la cultura Inca. Los primeros jefes fueron los “sinchis” esa época
dura a los más 300 o 400 años.
Mediante la constatación del predominio de una u otras características en los aspectos variables o
conservadores de la vida social y jurídica, se ha intentado una ordenación cronológica y geográfica de
influencias culturales.
Fue W. Schmidt quien ha realizado una tentativa de esta clase con los pueblos aborígenes de América
del Sur; y para ello ha utilizado datos sobre la vida, costumbre y creencias de las tribus. Dentro de esta
teoría, aparecen influyendo en alguna forma sobre la cultura que los españoles encontraron en el Perú,
que, por cierto, no son iguales a los de otros lugares de América del Sur:
Aparece el totemismo, la creencia en el parentesco de cada tribu con una animal u objeto. Dado
este carácter de consanguinidad entre todos los miembros del grupo totémico, la unión sexual
estrictamente endogámica está prohibida, solo hay endogamia de clan. La propiedad de la tierra es
común. El área de dicho ciclo comprende América del Sur, el territorio de los pueblos Arawak-
Tupi-Caribe y la región andina.
Existe la exogamia, basada en la división de la tribu en dos clases matrimoniales: el miembro de una
clase o mitad no puede unirse con miembros de la misma y debe buscar su cónyuge en la otra clase. La
sucesión hereditaria sigue la línea patriarcal. El matrimonio se hace por compra. Tiende a diferenciarse
la propiedad individual de la Tierra. En la zona andina forma una de las capas antiguas que sirven de
pedestal al ciclo protohistórico. Su mezcla con la cultura patriarcal totémica se realizó primero en
América del Norte. A la región andina llegará por una invasión de Norte a Sur.
Los portadores de este ciclo cultural matriarcal libre, fueron los arawaques y caribes y quizá también
los guaraní-tupi. Como cultura influida por este matriarcado se perfila la de los chibchas, en contraste
con la de los aztecas y con la de los Incas.
c) La capa cultural más reciente para el Océano Pacífico, el llamado ciclo del patriarcado libre o
ciclo señorial, aparece en el Perú antiguo. Es la mezcla de los ciclos totémico-patriarcal y exógamo-
matriarcal, de cazadores y agricultores, se desarrollan la industria y el comercio y queda organizado
el Estado con grandes pacíficas bajo su amparo. El ciclo del patriarcado libre o ciclo señorial,
pudieron injertarse en las Zonas andinas antes de la aparición de los Incas, durante la llamada cultura
del Tiahuanaco o épocas anteriores a ella. La cultura señorial domina los aspectos más dinámicos
o permeables de la vida jurídica.
Sobre la posibilidad misma de reglas universales, en lo que respecta a la aparición de las formas o
instituciones jurídicas y sociales, ambicioso ideal al que aspiraron Post y Kohler, las críticas de
Vinogradoff y otros han sido muy serias. Cabe recordar que, otorga un carácter matriarcal a las culturas
agrícolas, a consecuencia del creciente desarrollo de la cerámica, el uso del tabaco, la costumbre de
mascar hojas, los mercados, los puentes, la propiedad individual de la nobleza y otros aspectos fáciles
de hallar en la cultura inca.
En conjunto, pues, las altas culturas sudamericanas han debido desarrollarse en forma autónoma,
aunque haya habido en sus fundamentos influencias de Asia o de Oceanía.
3. ¿Es posible estudiar las culturas preincas desde el punto de vista jurídico?
Resulta muy aventurado ocuparse en detalle de las instituciones en general y específicamente de las de
carácter jurídico, anteriores a los incas. Las clasificaciones tipológicas son insuficientes. Pero la verdad
es que aún no se les conoce bien.
En todo caso, es tan solo de los incas de quienes quedan por razón de su mayor aproximación histórica,
testimonios escritos.
No hay tampoco acerca de los Incas, fuentes inmediatas desde el punto de vista jurídico, carecen textos
que permitan conocer sus leyes. Cabe hablar únicamente de fuentes indirectas, de la literatura histórica-
jurídica española y extranjera, de registros o documentos coloniales que aluden a las costumbres
anteriores.
La fuente principal, viene a ser de los cronistas e historiadores. Limitando este estudio primero a los
cronistas, puede distinguirse: a) los juristas, b) los militares, c) eclesiásticos, d) cronistas profesionales.
Precisa examinar, con cuidado los datos suministrados por estos cronistas ya que incurrieron en errores
diversos, se dejaron llevar por las ideas dentro de las que se movían, ignoraron la existencia del
matriarcado, sólo concibieron la familia patriarcal y agnática, y clasificaciones jurídicas emanadas del
Derecho Romano.
Los juristas fueron oidores de las audiencias o altos empleados del Virreinato. Su testimonio viene a ser
el más valioso para una historia jurídica.
Entre los cronistas más destacados encontramos, Bernabé Cobo, Cristóbal de Castro, Pedro Cieza de
León, Garcilaso de la Vega y Guamán Poma de Ayala. Entre los cronistas que vieron el Imperio en su
etapa postrera, predominan los soldados, como Pedro Pizarro, Diego de Astete, Juan de Betanzos, etc.
En la época inmediatamente posterior hay testimonios más cultos como de Cieza, Garcilaso de la Vega,
Pedro Sarmiento de Gamboa, Guamán Poma de Ayala, entre otros.
Por otra parte, oficialmente se apeló el testimonio de los indios para llevar a cabo las llamadas
informaciones de los “Quipucamayos” a Vaca de Castro y para las famosas Informaciones acerca del
señorío y gobierno de los Incas hechas por mandato del virrey Toledo. A base de las informaciones
hechas en el tiempo de Toledo y con la intención de presentar al gobierno inca como tirano, escribió P.
Sarmiento de Gamboa su Historia del gobierno de los Incas.
Los estudios modernos dedicados a las instituciones jurídicas de los Incas han sido iniciados por
Hermann Trimborn quien ha aplicado, el método de la escuela llamada de la “etnología jurídica” con el
método “histórico-cultural”. Son monografías las que publicó Trimborn sobre El colectivismo de los
Incas, Delitos y castigos en el antiguo Perú, La organización del poder público entre los incas, Derecho
de Familia y herencia en el antiguo Perú, El derecho Penal en las altas culturas americanas.
Otras clases de fuentes son las fuentes documentales propiamente dichas, entre ellas están: 1° los títulos
de propiedades rústicas y escrituras particulares que aluden a la situación de la propiedad y de la tierra
antes de la llegada de los españoles, 2° “composiciones de tierra de indígenas” o dación de título legal
a los que ocuparon las tierras de las comunidades, 3° los expedientes de pleitos en la primera época
colonial, los expedientes de pleitos y reclamaciones de las comunidades indígenas, 4° los documentos
referentes a encomiendas, tributos, mitas, etc. Que permiten conocer la organización del trabajo y la
política fiscal de los Incas. 5° las informaciones de los visitadores proponiendo la creación de pueblos,
6° las actas de los Cabildos donde haya referencias a aspectos de la vida jurídica anterior a la llegada
de los españoles.
Es necesario ahora estudiar la individualidad del Derecho inca al lado de la costumbre, la moral y la
religión; y ver cuáles fueron los medios de expresión y de divulgación de la ley, en esa época.
La norma jurídica aparece en el Estado de los Incas nítidamente, se mezcla, con elementos de tipo
consuetudinario, religioso, moral y económico. Con la simple costumbre tendió a confundirse a veces.
Llegaron a presentarse entre los Incas casos en que el Derecho se irguió contra la costumbre, por
ejemplo, regiones recientemente conquistadas, a propósito del trabajo en las tierras del Sol o del Inca,
del tributo humano o en especies, del matrimonio endogámico o monogámico, etc.
Empezó a producirse, la separación o distinción entre sociedad y Estado, el Estado de los Incas dio a
buena parte de sus normas un contenido ético y elevó a la categoría de deberes públicos como de no ser
ocioso, no ser afeminado, etc. En dichas normas, valores más tarde considerados como individuales,
resultaron mirados como sociales y jurídicos. Y aún hubo algunas leyes contrarias a la moral de
determinadas regiones del Imperio, como el empleo de las “acllas” como concubinas.
También es posible afirmar que aquí el fenómeno religioso no siempre se identifica con el jurídico.
Puesto entre los Incas la religión al servicio del Estado, el soberano apareció con un poder mágico,
recibiendo los máximos homenajes de acatamiento y disponiendo de un amplísimo poder legislador o
judicial. Del mismo modo, se constata que toda infracción apareció como una blasfemia o herejía contra
el hijo del Sol: y que los delitos religiosos tuvieron una penalidad aún más severa que la normal. En
otros casos pudieron existir normas jurídicas sin contenido religioso, de las relaciones diarias entre
individuos. Y aun en casos de simultaneidad de delitos o pecados, a éstos correspondían los sortílegos,
la confesión ante los “ychuris” un fenómeno tan alejado del Derecho como es la enfermedad, y
correspondía también la penitencia, tras la cual venia la ceremonia de la “opacuna” (tonto) o
purificación.
Corresponden a la esfera jurídica, a la reciprocidad de relaciones entre los individuos o a los vínculos
de los individuos con el poder público, la intervención, no del “ychuri” sino de jueces o funcionarios; y
la penalidad orientándose en el sentido del talión, o sanción simbólica o compensadora del delito.
Dentro de la totalidad del ambiente cultural americano prehispánico y aun dentro del proceso histórico
de una cultura hispánica, cabe distinguir la existencia de diversas etapas o estadios histórico-jurídicos
correspondientes a épocas o procesos distintos que se suceden o se yuxtaponen, al emerger los Estados
señoriales.
El colectivismo que ese régimen mantuvo, fue tan singular que asombró a los españoles más cultos y
lúcidos, y aun en el siglo XVII, algunos economistas españoles, como Murcia de Llana, lo presentaron
como modelo a aplicarse en su patria.
Y el Derecho español aplicado en América, procuró copiar a las instituciones propias de los indios,
como lo evidencias las leyes sobre tributos, mita, comunidades, etc.
Los incas debieron emplear los refranes como vehículos para la transmisión de normas y como
instrumentos para divulgar su autoridad. El más divulgado hasta nuestro tiempo queda la famosa
salutación: “Ama llulla, ama sua, ama ccella, ama sipix(no matar), ama mapa(no pervertido) o
maclla(no afeminado)”.
Los Incas no conocieron la escritura. Conocieron tan solo los quipus, relación con las instituciones
jurídicas, los “quipucamayos” llevaron la cuenta de las leyes en una forma u otra. Al llevar las
estadísticas de nacimientos, matrimonios y defunciones; también al llevar estadísticas especiales de las
infracciones cometidas.
No fueron los “quipus” los únicos instrumentos utilizados en la vida jurídica, como cuando Huayna
Cápac sintiéndose morir, hizo un testamento que consistía en tomar un bastón o cayado y dibujar con
él rayas de diversos colores, por las que se tenía conocimiento de sus últimas disposiciones; se le confió
en seguida al quipucamayoc o notario.
La ley inca teóricamente tenía su origen en el inca mismo. En realidad, el inca estaba asesorado por
consejeros e informadores, los orejones o nobleza de sangre, recibían comandos militares, posiciones
administrativas, propiedad privada, ricos bagajes mortuorios.
Una supervivencia del antiguo control democrático parece haber sido el llamado “consejo de los 4”
formado por los apus de los 4 suyos. Este consejo compartía con el inca las funciones no solo jurídicas
sino también legislativas.
Los amautas además de enseñar, interpretaban leyes y el inca los consultaba con frecuencia sobre
asuntos de nueva legislación.
Elaborada y promulgada la ley, llegaba el momento de aplicarla, pero el territorio era inmenso. Tenían
esos núcleos de población sus costumbres establecidas, conjunto de normas que puede ser llamado un
derecho local y disperso, es posible pues habla de normas no originarias, porque la cultura es una
realidad muy vieja en el territorio peruano.
Las influencias culturales se realizan generalmente por diversos medios: Por la migración, y en este
caso resulta la destrucción o la mezcla. Distinto es el resultado si lo que ocurre es una superposición de
una cultura de señores. Dicha superposición de un grupo determinado de señores de carácter guerrero
domina o maneja a la población autóctona.
Los incas mantuvieron en lo que no dañó a sus objetivos estatales, el Derecho preexistente. Dice
Garcilaso: “ordenó el inca pachacuti muchas leyes y fueron particulares, arrimándose a las costumbres
antiguas de aquellas provincias donde se habían de guardar. Y es que la expansión inca constituyó un
proceso de aglutinación creciente que dio lugar a una doble recepción: a la recepción del idioma, el
culto, las costumbres de los pueblos sometidos, y la recepción de las normas provenientes de los incas,
que fueron puestas dentro de los pueblos sometidos.
Estas últimas normas de origen centralista, que constituyeron un derecho imperial, surgieron solo en la
medida en que actuó una política unificadora de localidades o regiones dispersas y variadas.
CAPÍTULO SEXTO
Otros casos donde parecen haberse instalado varios ayllus en un mismo lugar, se presentan en la costa.
1.- Recibir una porción de tierra suficiente para ellos y sus familias;
2.- Disponer de una casa construida mediante la ayuda de todos los miembros del ayllu
3.- Cortar la leña de los bosques, cazar y pescar, participar en los rendimientos de la ganadería, utilizar
las aguas y caminos, etc.
4.- Ser mantenidos en caso de invalidez o enfermedad.
La falta de esclavitud en gran escala. Los yanacuna fueron, como ha de verse después. servidores de los
Incas y de los curacas
A_ lado de los miembros comunes del ayllu, se destaca la figura del jefe. Su función variaba según la
condición del ayllu. En algunos casos, no era sino el conductor de la guerra o sinchi. Otras veces, en
conglomerados sociales más complejos, era el curaca con atributos de reyezuelos y aun de monarca
propiamente dicho. El realizaba la distribución periódica de las tierras o las supervigilar. Si su poder
era fuerte, acaparaba, además, algunas tierras para sí. Aquí aparece, pues, ya, en cierto sentido, la
propiedad privada.
2.- Zonas cuyas características de pesquería, caza o ganadería impidieron la existencia del ayllu.
3.- Zonas donde, a pesar de existir la agricultura propiamente dicha, sea por necesidades de cultivo, sea
por una tradición que los Incas no llegaron a destruir, existió de alg6n modo, la propieda individual,
como ha de verse más adelante.
CAPÍTULO SÉPTIMO
Los Ayllus y El Estado Inca
Cuando se dominaban nuevas zonas, se repartieron esas tierras entre los ayllus locales y los jefes;
retuvieron una parte para sí. Cortaron la exogamia. Apenas dejaron algunas manifestaciones litúrgicas
de carácter regional, la tarea de vigilancia administrativa
Atomizaron así, el territorio del Imperio para hacerlo más homogéneo posible y favorecer el desarrollo
de su cultura señorial.
A cada padre de familia dentro de la comunidad fue adjudicado un tupu, uno por cada hijo varón y
medio por cada hija. Con ello quiere comprobarse que se separó lo necesario para cada miembro del
Ayllu.
El tupu varía según la localidad (tupu es vocablo quechua que significa medida). Tal vez su extensión
estuvo relacionada con el trabajo media o normal de la chunca.
Las tierras entregadas a los miembros de la colectividad no podían ser vendidas, donadas. arrendadas o
transferidas. Sus cultivadores poseían, como ya se ha dicho. un mero derecho de por lo demás, salvo
casos de muerte, ausencia, descanso de tierras y, tal vez, castigo, el reparto debía tender al respeto de
las tierras ya adjudicadas anteriormente.
Los viejos y personas inhábiles para trabajar, como cojos, mancos o contrahechos, no eran abandonados.
Estaba el pueblo obligado a hacer "chacara particular para que estos se mantuvieran". Pero no viven
ociosos, los ancianos hacían sogas o frazadas, criaban conejos o patos, la casa y los niños. Las mujeres
eran hechiceras, parteras, sobadoras, algebristas, médicos, herbolarios
En cuanto al régimen de cultivo de las tierras del Inca y las tierras del Sol, era distinto del de las tierras
de comunidad. El beneficio al sembrar como al cosechar. todo el pueblo salía excepto los viejos y
enfermos, "vestidos cada uno con lo mejor que tenían y cantando cantares apropiados a la materia sin
permitirse otra cosa
Las tierras del Inca, no quedaban al cuidado exclusivo de la comunidad. "Siempre tenían de asiento
algunos indios para regadores y guardas cuyas viviendas eran en aquellos sitios y aunque moraban en
tierra ajena eran sujetos a sus propios caciques y no a los señores de las tierras donde residen".
Los productos de las tierras del Inca debieron servir para atender a su manutención. a la de la corte, a la
de los yanacunas, a la de los que labraban dichas tierras y a la del ejercito; y una parte quedo almacenada
como reserva.
Dentro del régimen de la tierra y del trabajo, quedaron disminuidas las posibilidades de diferenciación
social. Se ha llegado a decir que "la igualdad en la pobreza hizo al indio rico".
,¿Quiénes eran los pobres? Los tributarios con pocos hijos, con malas tierras, con escaso ganado o con
escasa aptitud; y, en sentido más amplio, los que no reciban donaciones del Inca, las víctimas de heladas,
inundaciones y sequías, los viejos y los enfermos que necesitaban ser atendidos por la comunidad o por
el Estado.
CAPÍTULO OCTAVO
Las Personas Y El Régimen De Sus Bienes.
1.Divisiones entre las personas.
Entendidas como personas naturales, la ley dependía de las zonas territoriales, clases sociales,
profesionales, grupos sociales, lugar de origen o la edad.
La jerarquía de derechos y obligaciones se daba así:
✓ Monarca, familia imperial, nobleza.
✓ Administradores, sacerdotes, jefes militares, sabios.
✓ Agricultores, soldados, servidores.
✓ Tributarios comunes, yacunas, mitimaes, acllas.
✓ Hanan y hurin
✓ Tribus o ayllus
✓ Edades de mujeres y hombres.
✓ Mitimaes:
Trasplantados de una región a otra para evitar su rebeldía o construir un grupo leal.
✓ Yacunas:
Servidores arrancados de la vida en la comunidad y entregados al inca y su trabajo era
o bien rudo o algo de confianza.
✓ Artesanos:
Servidores del inca y su corte algunos se identificaban con el grupo de mitimaes o
yanacunas.
✓ Acllas:
Doncellas escogidas para sacerdotisas o concubinas.
6. Las personas en el derecho inca, desde el punto de vista de la división por edades.
SANTILLÁN
✓ Mosic Caparic: recién nacido
✓ Soya huamrac: un año o más
✓ Mactapuric: 1 a 6 años
✓ Tanta ragurizc: 6 a 8 años
✓ Puccllac Huamrac: 8 a 12o 16
✓ Cuca pallac: 16 a 20 o 12 a 20
✓ Ima huayna: 20 a 25
✓ Puric: 25 a 50
✓ Chapi rucu: medio viejo
✓ Puñuc rucu: más de 60
✓ SEÑORES INDIOS:
✓ Maxoparic: recién nacido
✓ Guamara: 1 año
✓ Guamra: inicia a hablar
✓ Llocllaguamra: aún le regalan
✓ Machapori: aún no conoce
✓ Tataricci: tiene conocimiento
✓ Pullac guamra: 8 a 12 años
✓ Coca pallac
✓ Coca michunguaina
✓ Puric
✓ Chaupiroco
✓ Punuc roco
7. La niñez y la iniciación
Según las leyes incaicas si tuvieras un hijo se te da un tupu y si es hija se te otorga medio tupu. Inca
topa Yupanqui: si tiene un hijo es yupay chasca, a los dos hijos fue merced, a los tres hijos dieran
sementeras, a los cuatro fueran reservados, a los cinco fuesen mandocillos de los hijos, a los diez fuese
señor de la merced, a los treinta que se poblacen y fuese señor de ellos.
Los mellizos eran una vergüenza en la mayoría de casos terminaban siendo sacerdotes.
Ceremonia de iniciación:
Dar nombre, cortar cabello, así como en el Collao pintándose las caras con sangre de vicuñas.
Niños: ascetismo y obediencia
Quienes realizan ceremonias eran: la nobleza imperial y los mozos de sangre inca.
Los curacas, funcionarios, nobleza: tejidos finos cerámica, armas, adornos y tierras.
Se les daban conforme a las mujeres, hijos y concubinas.
Nobleza real además de su palacio real tenían propiedad privada.
Jefes de pachacas, huarangas y hunus tenían porciones de tierras.
Si los yanacunas llegaban a ser curacas de marca y de provincia recibían tierras como chacras para sus
labores estas eran individuales ya que estos estaban desligados de la comunidad.
Algunos tenían esclavos.
Los tributarios comunes tenían tierras en común, los hatunrunas que realizan cosechas en los tupus eran
de su propiedad.
El excedente productos naturales o de industria familiar fueron objeto de mercado de catu. Esto da a
entender la propiedad privada ya que no se puede vender algo que no es suyo.
En el mercado predominaba el trueque. El comercio se daba entre la costa y sierra.
Las joyas de lujo se obtenían a través de los recaudadores de tributos y chasquis oficiales.
19. Pongaje.
Los puric macho cargaban leña y paja y limpian la casa del inca y servían por camareros, porteros,
escuderos, despenseros tomando el nombre de apucuna.
Rocto macho solía guardar casas de los pobres y ser portero de señoras y vírgenes.
Los enfermos lisiados podían ser mayordomos si su estado físico lo permitía.
No es dable saber si recibian remuneración especial, además de alimento y vestido a veces obsequios.
Este es el pongaje pero sin el contenido inhumano que se dio en la colonización.
El ganado se dexó al pueblo en parte, algunas a los principales, luego a las personas que le sirvieron en
poca cantidad.
El reparto de lana a los miembros de la comunidad lo que cada menester tasadamente para sí.
Concepto religioso del cadáver viviente con la idea que penetra en la otra vida y necesita sus cosas
personales.
FAMILIA Y HERENCIA
El estado inca dio una gran importancia decisiva a la familia dentro del, las aldeas se fundaron
ayllu según el número de familias en un rango mínimo o máximo, en ciertos casos los ayllus
eran organizados nuevamente debido a la disminución de su gente ya sea para ser designadas
para la función de “acllas”, “mitimaes” o “yanacunas”. El sistema de tributos en especie o en
trabajo y demás personas de alto rango tomaron como núcleo los grupos de 10,100, 1000 y más
familias. Cien familias forman el núcleo más importante (el ayllu modificado) llamándose la
“Pachaca”. La clasificación por edades, la edad matrimonial, iniciación de mancebos fueron
hechos que interesaron al estado y a la familia para una buena organización de la gente para
diferentes casos.
El juez suizo Bachofen tiene una obra titulada “El Matriarcado” donde afirma que la humanidad
vivió un comercio sexual irregular mezclándose entre mujeres y varones según el capricho y la
ocasión. Luego la maternidad evidenciaba el parto en contraste con la paternidad desconocida,
dando lugar a la familia matriarcal, correspondió a esta época la aparición de mitos, la
adoración de espíritus y demonios, el simbolismo ritual y lo más importante el culto a la madre
tierra. Tras largas luchas venció la razón sobre el instinto, se pasó del mito a la historia, del
culto de la tierra al culto del sol y la luna y en suma del matriarcado al patriarcado.
Algunos cronistas han mencionado sobre la influencia de las capullanas o esposas de caciques
tenían en diversos lugares de la costa hasta gobernar ellas algunas regiones. Garcilazo
menciona un pueblo de mujeres guerreras en ese lado del territorio del imperio, hay aquí
también una prueba de remanente matriarcal, exagerados por la leyenda.
El gobierno de las capullanas en la costa del Perú no es un hecho absoluto o exclusivo, sino
que coinciden con algunas fábulas o historias que hablan sobre una población de mujeres
guerreras, estas historias o noticias son contadas repetidamente de terceras o cuartas personas.
Probablemente se trate de pueblos con hábitos matriarcales exagerados por la fama que
impresionaron a pueblos ya organizados patriarcalmente.
4.- La “Cobada”
Es un acto de reconocimiento de la paternidad, donde el hijo es cedido al padre para reafirmar
la legitimidad del padre.
El padre es quien domina en el hogar, lo que ocurría era que la familia actuaba como una
empresa de trabajo y en esa empresa la colaboración de la mujer, aunque subordinada tenía
fundamental importancia en los oficios caseros, en los campos, etc. En la sociedad incaica
predominaba mas el patriarcado donde la mujer estaba al servicio de su marido y a la voluntad
de este.
Cuando en la tribu se podía escoger la pareja dentro del propio grupo se llamaba endogamia y
si se escogía fuera de la tribu o grupo se llama exogamia. Los incas evolucionaron hacia la
endogamia local obligatoria. La familia imperial practico la poligamia, pero la esposa principal
fue escogida endogámicamente. El inca llego hasta el incesto que se practicó solo desde
Pachacútec, si lo practicaba cualquier otra persona era castigado con la muerte.
La familia del novio entregaba objetos valiosos o productos de su chacra hacia la familia de la
novia para que se casen y unan sus vidas.
Una de las ceremonias matrimoniales es cuando la familia del novio acudía a la casa de la
novia y se le ponía una ojota de lana a la esposa cuando era una doncella y cuando no lo era
una de hicho y la tomaba por la mano y así juntos se los llevaban a casa de su esposo, al llegar
la novia sacaba por debajo de su chumpi una camiseta de lana y una patena y se lo entregaba a
su esposo para que se vista, se quedaban hasta la noche con la novia las más ancianas
enseñándole como se debe servir al esposo y los ancianos instruían al novio de cómo se debe
tratar a su mujer , los unos a los otros se entregaban obsequios aunque en poca cantidad y
duraba la fiesta y la borrachera de acuerdo a la posibilidad de los novios.
La edad que se consideraba buena para casarse era entre los 15 y los 20 años. Guaman poma
insiste en que estas edades podían variar de acuerdo a los sexos, las mujeres variaron de los 30
a los 40,50 años y los varones de los 25 a los 50 años.
11.- Matrimonios ante funcionarios y Matrimonios ante la familia
Se decía que todos los solteros tanto varones y mujeres se ponían en la plaza pública, hilera de
los solteros en caso de tributarios no casados según las normas locales, soldados e individuos
premiados y otra hilera de las solteras menos las que ya eran escogidas como acllas o las que
estaban reservadas para el culto. Algunos funcionarios en las ceremonias realizadas en las
plazas públicas no llegaban a distribuir a las parejas, sino que se limitaban a legalizar uniones
espontáneas.
El servinacuy era el compromiso del pretendiente con el padre de la novia de que, si la unión
no se daba o no llegaba a tener un carácter duradero, el padre de la novia tenía que devolver al
pretendiente todos los obsequios recibidos o su equivalente en dinero o en trabajo, esta práctica
aún se practica en muchos puntos de la sierra y la costa del Perú.
Las uniones sexuales en grandes fiestas religiosas (como la akathaymita en el interior del
departamento de Lima) tal vez fueron costumbres sin relación con la vida matrimonial,
practicas anteriores a los incas perseguidos sin éxito por estos, pero es más probable de que se
trate de hechos extrajurídicos, como en nuestra vida actual que contradicen a la ley.
(CONCUBINATO)
El ser humano se decía que podía ser considerado no solo como persona sino también como
cosas y dentro de este concepto el inca podía donar mujeres a loque el presentía que se lo
merecía, por ejemplo: los soldados de guerra debían tener tantas mujeres lo requieran sus
servicios, los indios pobres o mitimaes debían contentarse con solo dos, el pichca camachicoc
con tres, etc. Tener muchas mujeres no fue un delito, sino que se consideró que la persona era
muy rica y de hecho si lo era.
Garcilazo cuenta que al llegar Cápac Yupanqui a la costa mando a quemar vivos a los sodomitas
y todo lo que venga con ellos (casas, chacras, etc). También se decía que la sodomía era
practicada por los sacerdotes y nobles en ciertos templos y en relación con ciertas festividades,
no hay datos que indiquen que los incas castigaran el homosexualismo femenino.
Ha de distinguir la herencia del pueblo, la nobleza y el inca. Entre la gente común de la costa
si el padre tenía muchos hijos le daba las tierras de su hacienda a quien el consideraba que era
más hombre y este estaba al cargo de los demás.
La herencia existió entre los nobles incas. La familia no moría al fallecer el padre, sino que era
proseguida por el heredero, este debía proveer con todo lo necesario a los hijos del difunto, la
idea del linaje se desarrolló d acuerdo a cuan más salta era la clase social, el culto de los
antepasados fue uno de los fundamentos de la vida inca.
Si moría el jefe de cien familias, mil familias, entre otros los favorecidos no eran los hijos ni
hermanos del difunto, sino que tomaba el cargo uno de los jefes de la familia de los nueve
curacas por igual elección, en caso de los bienes se les entregaba a los hijos mayores d e edad
o sino a los que lo cuidaban hasta cumplir la mayoría de edad.
La sucesión era en favor solo del hijo primogénito varón legítimo, hubo muchos casos de
desheredación por creerlo inepto para el puesto y si no había más se ponía al hijo de alguna
concubina que consideraban que se merecía le puesto.
Se puede considerar que en la gente del pueblo hubo relativa libertad de testar entre los
diferentes hijos sin pensar en su edad o también podían heredar otros parientes. La elección de
los curacas fue en división en herencia de los bienes y sucesión en el poder, en algunos casos
lo sucedían en el cargo el que estaba más apto para el cargo. El inca aun después de muerto era
el dueño de la hacienda en cuanto al orden sucesorio funcionaba por la elección del mismo inca
o por los oráculos sagrados, sujetos al consentimiento de la nobleza.
Los hijos legítimos eran considerados los que nacían de la esposa principal y los hijos
ilegítimos se consideraban a los que nacían de alguna concubina, los dos gozaban de
privilegios, aunque en mayor medida la familia principal.
Los menores no podían ser desamparados en ningún caso y menos los huérfanos, Guman Poma
hablaba de viejas que los cuidaban y daban de comer a estos niños.
La mujer debió heredar donde aquellas regiones donde la influencia matriarcal era vigorosa, y
si en caso moría el marido esta se devolvía a su lugar de origen con sus hijos o también se podía
casar con un curaca de la misma zona del marido y permanecer ahí.
El modo de testar más común fue que los tutores llegaban a ser el pariente más cercano o al
curaca disponer verbalmente sobre los bienes, costumbre que se usó después de llegados los
españoles y que estos mayormente se aprovecharon de esta situación lo cual generó muchos
pleitos. En caso del heredero era aún menor debía ser asesorado por un regente, como también
se dijo los huérfanos que eran criados por viejas ejercieron alguna especie de tutela en ellos.
CAPÍTULO 11
2. En épocas anteriores, el agraviado castigaba al delincuente directamente, pero con la aparición del
Estado incaico quedaron separados los jueces y agraviados, esto ayudó en que las sanciones ya no
tengan una motivación no jurídica como la venganza. La pena fue así un monopolio estatal. El Estado
no tomaba en cuenta la voluntad de la parte agraviada, es decir, que la justicia actuaba de oficio aún
cuando el ofendido se apartara de la querella. Por ejemplo, la desfloración (quitar la virginidad) de una
doncella era condenada, aunque hubiese habido el consentimiento.
3. En los pueblos de incipiente desarrollo como los de cazadores o recolectores se castigaba a los locos,
menores hasta a los animales, en estas aún no se concebía la búsqueda de los orígenes o motivos que
creaban un acto rebelde contra lo que estaba establecido como ley en esos tiempos. Después, de la
aparición del Estado es cuando se trata de penetrar en la individualidad del delincuente y buscar la culpa
subjetiva(psicológica).
4. Una cosa resaltante del reino incaico era la desigualdad ante la ley según la categoría del agraviado u
ofensor que daba lugar a un incremento o disminución del castigo. Las penas más importantes eran: la
pena de muerte (la más digna era la decapitación y la más vil era la hoguera), las corporales (tormento,
flagelación y paliza), privación de libertad, económicas y honor.
5. La clasificación de los delitos se da de la siguiente manera, aunque está no es la que concibieron las
legislaciones y jueces inca.
1. Infracciones del orden público. Dentro de esta se puede distinguir entre ellas las
infracciones contra el derecho constitucional (rebelión, traición, deserción, desacato al
soberano, profanación y blasfemias) y derecho administrativo (no cultiva las tierras
cuyos productos servirán como tributos, tributar menos de lo señalado, defraudar
tratándose de objetos tributados, no cumplir con el pago de aportes especiales).
2. Infracciones del orden social privado. Dentro de este grupo de delitos puede ser
clasificado en violaciones de la vida (castigaban los abortos y prohibición de la
brujería), violaciones del orden familiar (desfloración de las vírgenes, violencia sexual,
incumpliendo de la costumbre de comprar a la novia) y delitos contra la propiedad
(incendios, robo, hurto, caza).
6. En el Estado Incaico se eliminó el proceso popular o al menos se redujo su aplicación a casos que se
trataba de delitos que no interesaban al Estado. Además, de que en un principio se solía confundir la
entre el legislación y jurisdicción, si bien el Inca delega este último aspecto de su autoridad, el
predominio del enjuiciamiento por asuntos conexos con el régimen político y social vigente, con
exclusión o escasa importancia de los asuntos de contratación y propiedad, y el procedimiento oral y
pruebas mágicas.
7. En este reino no había los conceptos de apelación o revisión del proceso salvo los casos de intervención
del Inca (juez supremo). El juzgamiento debía ser público y con pruebas testimoniales y religiosas,
asimismo, se aplicaba el juramento, el tormento de los acusados y la interrogación a los huacas y
oráculos. No había abogados y para la aplicación de penas de muertes y corporales se designaba indios.
En el Estado Incaico, los curacas mantuvieron de cierta manera el poder de su jurisdicción que tenían,
pero apareció un nuevo orden de funcionarios, los funcionarios imperiales.
✓ Los funcionarios imperiales solucionan las controversias entre las tribus que
antes provocaba la guerra.
✓ Si se trataba de delitos muy graves, los funcionarios se encargaban de su
juzgamiento y no los curacas.
✓ Se creó la responsabilidad de los curacas por las infracciones de sus
subordinados en especial si eran deficiencias en los aportes tributarios.
Había fueros especiales en derecho penal para los miembros del clero, nobleza imperial o
regional. Se llevaba una estadística de las infracciones legales que las instituciones transmitían a sus
superiores y así sucesivamente. Está estadística era conservada por y utilizada por el Consejo Real. El
inca y consejo real nombraban a personas para que juzguen a los funcionarios imperiales.
OTRAS CULTURAS
Moche
Una sociedad que ha llegado al nivel de desarrollo como el de la cultura Moche
necesariamente debió estructurar la convivencia social sobre una base de ordenamiento
jurídico muy rígido, donde el respeto y la obediencia eran impuestos como necesidad para la
estabilidad del Estado más que como una costumbre. A pesar de ello, gran parte de su
estatuto legal recoge legítimos derechos de los ciudadanos mochicas, en distintos campos,
como el acceso a la tierra, el trabajo público para el crecimiento del Estado y otros asuntos.
La extraordinaria iconografía que caracteriza a Moche, expresión de sus actividades oficiales
y rutinarias, nos muestra un "extraordinario celo para premiar los actos buenos así como
dureza excesiva que llegaba, a veces, hasta el más cruel refinamiento para castigar las faltas"
(LARCO H., R. 1939:153).
-Por traición a la patria se castigaba con muerte por decapitación.
- Código consuetudinario de sanciones.
- Los castigos debían servir de escarmiento, por lo que se obligaba a los castigados a recorrer
las calles.
- Los castigos debían infundir terror en quienes observaban estos actos.
- Todos tenían derecho automático a la tierra (grupos).
- Práctica de la monogamia.
- El adulterio era castigado con la muerte.
- Los estratos superiores o quienes tenían poder podían practicar la poligamia.
- El remate, hasta morir, para los adúlteros era el apedreamiento.
- Fuerte práctica de la humillación al vencido como mecanismo para concretar la pérdida de
la dignidad.
- El castigo no reconocía jerarquías.
En este orden, los pobladores moche eran una sociedad organizada bajo el mando de un
Gran Señor, que suponían que tenía un origen divino. Así, el líder ordenaba a la población y
a sus diferentes estamentos, a fin de asegurar los recursos para la supervivencia de la
sociedad, contar con una fuerza militar organizada en caso de conflicto con otras
culturas y organizar la adoración de sus dioses, siendo el principal Ai Apaec.
Consideramos que esta es la muestra incipiente de la presencia de lo que
actualmente denominamos Derecho administrativo y Derecho tributario; este último se
devela a través del tributo a la autoridad político–religiosa a modo de ofrenda, en un sentido
comunitario de la propiedad. Además, a través de sus cerámicos y
pinturas es posible apreciar escenificaciones de guerras, rituales y
ceremonias después de la victoria en la batalla, y el destino de los vencidos,
hechos prisioneros. . Al ocurrir el quebrantamiento de una norma jurídica escrita o no
(supuesto de hecho) emitida por una persona considerada autoridad (el Gran Señor) y, al
prever un castigo (que no es otra cosa que la consecuencia jurídica de la norma), se puede
apreciar en puridad la presencia de lo que actualmente
conocemos como Derecho penal en la sociedad moche con las precisiones ya
realizadas en líneas anteriores. Conforme hemos analizado, qué duda cabe respecto a la
presencia de elementos configuradores del Derecho en la cultura más
representativa del Intermedio Temprano; los mismos que, aunque no
pueden ser conocidos directamente, son revelados por los vestigios de esta sociedad,
convertidos en fuente histórico–jurídicos. En las sociedades preincaicas, la costumbre se
erige como principal fuente del Derecho y ayudó a que los pobladores conciban la idea de ser
parte de un grupo social determinado dentro del pueblo moche y que, a su vez, dicha
sociedad es una cultura distinta a los demás pueblos que los rodeaban, desarrollando el
sentido de pertenencia y de lazos comunes con los miembros de su misma comunidad. En
definitiva, la costumbre, como fuente de Derecho, sirvió como un elemento unificador
dentro de la cultura Moche.
Wari
· Fue un Estado con características imperiales.
· Fue un Estado desarrollado con un poder centralizado y burocratizado.
· Tuvieron centros urbanos planificados, bajo la dirección del Estado.
· Tuvieron fuerzas militares institucionalizadas; es decir estables.
· Tuvieron agentes especializados para la administración pública y el ejercicio del poder,
tanto en el interior de las ciudades importantes (Piquillacta en Cuzco, Huari, Viracochapampa
en Huamachuco, etc.) como en sus áreas de influencia.
· Fueron expertos en el diseño y ejecución de estrategias guerreras, lo que condujo –
según W. Espinoza Soriano– a «nuevas formas de organización y política».
Como en el caso de los Moche, la organización centralizada y ordenada sugiere una
formalización en el sistema de administración de justicia, así como en el control de las
actividades económico-sociales, tal como se puede deducir de la conformación y ubicación
de las instituciones que tienen que ver con la conducción de la vida pública de aquella
sociedad.