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Desde lo más sutil hasta lo más material, todo en nuestro organismo se sitúa en algún punto de este gradiente. En el
extremo del Shen, encontramos lo más sutil, lo espiritual podría decirse; en el extremo del Jing, las manifestaciones
más sustanciales, fundamentales, materiales, densas. ¿Y en medio? Como mensajero, conexión y sutil factor unificador,
encontramos el Qi.
Qi, aunque aquí aparece diferenciado, es en realidad la sustancia última de la que están compuestos también Jing y
Shen. En esta representación Qi muestra su carácter mediador y conector, y es tal vez por ello que el Ling Shu nos
indica:
用鍼之類,在於調氣
Lo esencial de la acupuntura es regular el qi
Fácil de decir, pero, como el mismo Ling Shu nos advierte, no tan fácil de poner en práctica
En clínica, ¿Cómo saber que estamos trabajando con el Qi? ¿Cómo ser capaces de conectar con la sensación del Qi y
mantener a lo largo del tratamiento esta percepción?
Sabemos del De Qi pero, ¿es éste el único momento en que el Qi se vuelve perceptible?
Y además, como terapeutas debemos ser capaces de adivinar las idas y venidas del qi, como también nos advierte el
Ling Shu… Si sólo lo siente el paciente, ¿cómo “adivinaremos” nosotros de antemano qué es lo que hay que regular?
Escrito suena bien, pero ¿cómo lo ponemos en práctica? ¿Cómo cultivamos las
herramientas necesarias para acceder al Qi?
La tradición nos indica que dentro de las funciones fisiológicas encontramos una que, por su relación inmediata
cumple exactamente este papel:
La respiración.
Siguiendo el Hanzi, encontramos relación en los trazos superiores que indican “vapor”
Lo cual apunta a la inmediatez del vínculo qi-respiración, a través de la experiencia de un movimiento de algo de
materialidad sutil (aire) y, sin embargo, necesario en y para la vida.
Trabajar sobre la respiración, entonces, es una vía de entrada para acceder a los aspectos más sutiles del ser, capaces
de percibir los sutiles cambios del Qi.
A la vez, nos permite actuar sobre y con el cuerpo más físico, que es al fin y al cabo la manifestacón de la vida y el
instrumento que emplearemos para llevar a cabo el tratamiento acupuntural.
Para regular el qi del paciente es necesario que escuchemos las manifestaciones de su qi. Y esto, como nos advierten
Ling Shu y Su Wen, no es fácil, Hemos de ser capaces de acallar nuestro propio “ruido”, de estar serenos y cerca de
nuestro propio eje interno, para no proyectar en nuestros pacientes nuestras desarmonías y leer en ellos lo que en
realidad es nuestra propia condición.
Postura y respiración son pues, el eje fundamental que permiten la comunicación fluida entre lo material y lo más sutil,
la acción eficaz y, en suma , el pivote espiritual, Ling Shu.
用鍼之類,在於調氣
Lo esencial de la acupuntura
es regular el qi