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CAPÍTULO V

La capacidad
Autora: Yudelka Padilla
Objetivos

1. Identificar la capacidad de goce y de ejercicio.


2. Verificar la existencia de las incapacidades.
3. Conocer los aspectos más relevantes acerca de la emancipación.
4. Identificar los tipos de interdicción.
5. Aplicar el procedimiento para declarar la interdicción judicial.

Esquema del contenido del capítulo V

5.1 La capacidad.
5.2 La capacidad de la parte contratante.
5.3 La interdicción.
5.3.1 La interdicción judicial.
5.3.2 La interdicción correccional
5.3.3 La Interdicción legal
5.4 La emancipación del menor de edad.

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Orientaciones para el estudio del capítulo V

El contenido del presente capítulo comprende la capacidad; tipos de capa-


cidad y de incapacidad; la capacidad de la parte contratante; la interdicción;
la interdicción judicial; la interdicción correccional; la interdicción legal;
además, la emancipación del menor de edad. A partir de estos subtemas se
ha definido algunos objetivos que se pueden lograr a través del estudio de
los contenidos.
Al final del capítulo el lector cuenta con un resumen en el que se tratan los
aspectos más relevantes del tema; así como la bibliografía específica relacio-
nada con el contenido tratado, textos éstos recomendados para que el lector
profundice más su estudio.
Luego están las actividades y ejercicios de autoevaluación diseñados y ela-
borados en base a los objetivos perseguidos, los cuales deben ser desarrollados
de manera autónoma, y posteriormente cotejar con las respuestas a los ejerci-
cios del capítulo que se encuentran al final de esta obra, para fines de realizar
una autoevaluación y de esta forma medir los resultados alcanzados; además
retroalimentar los conocimientos.

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5.1 La capacidad
La capacidad, uno de los atributos de la personalidad, es definida por Capi-
tant, H. (1930, p. 98) como la “aptitud para gozar de un derecho (capacidad de goce)
o para ejercerlo (capacidad de ejercicio). Es decir, consiste en la facultad que posee
una persona que le permite ser titular de derechos y obligaciones.
Existe un principio jurídico según el cual “la capacidad es la regla y la inca-
pacidad la excepción.” Es decir, que todas las personas, naturales y jurídicas,
tienen, en principio, plena capacidad civil desde el momento en que adquieren
la personalidad jurídica.
“Toda persona puede contratar, si no ha sido declarada incapaz por la ley”; es lo que
establece el artículo 1123 del Código Civil de la República Dominicana.
Más adelante, el artículo 1124 del mismo código indica cuáles son las personas
que tienen incapacidad de ejercicio o de obrar: “Los incapaces de contratar son: Los
menores de edad; Los sujetos a interdicción, en los casos expresados por la ley; y, general-
mente, todos aquellos a quienes la ley ha prohibido ciertos contratos.”
El artículo 388 del Código Civil establece que: “Se entiende menor de edad el in-
dividuo de uno u otro sexo que no tenga dieciocho años cumplidos.”
Es decir, se considera menor de edad toda persona que no haya cumplido los
dieciocho años de edad. Lo indicado se deduce de lo establecido en el artículo
488 del Código Civil de la República Dominicana: “Se fija la mayor edad en diecio-
cho años cumplidos, y por ella se adquiere la capacidad para todos los actos de la vida
civil.”
Con la Ley 390 de 1940 se concedió capacidad civil a la mujer dominicana, ya
que antes de entrar en vigencia la indicada ley la mujer era considerada una in-
capaz, por lo tanto no podía realizar actos jurídicos ni ejercer el voto electoral, ni
ser tutora o protutora, tampoco figurar como testigo en ningún acto, ni otorgar
testamento, ni ejercer el comercio, ni abrir cuentas corrientes o de ahorros etc.
El artículo 1 de dicha Ley, establece: “Se declara que la mujer mayor de edad, sea
soltera o casada, tiene plena capacidad para el ejercicio de todos los derechos y funciones
civiles, en iguales condiciones que el hombre…”
Es decir, que fue en el año 1940, durante el régimen dictatorial de Rafael Leo-
nidas Trujillo que se le reconoció capacidad jurídica a la mujer dominicana.
En el año 1978, con la Ley 855 se modificó el artículo 213 del Código Civil para
que estableciera que: “Los esposos aseguran juntos la dirección moral y material de la
familia, proporcionan la educación de los hijos y preparan su porvenir.

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La mujer casada tiene la misma capacidad civil que la mujer soltera. El régimen ma-
trimonial que adopten los esposos no puede contener ninguna restricción a la capacidad
civil de la esposa que no se halla expresamente consignada en la Ley.”
En el año 1942 fue permitido por primera vez que la mujer pudiera ejercer
derecho al voto en las elecciones, y fue con la Ley 391 del indicado año que se
creó un registro para cédulas para mujeres.

v Tipos de capacidad y de incapacidad


La capacidad puede ser de goce y de obrar, y como consecuencia también
existen ambos tipos de incapacidad.
La capacidad de goce es la aptitud que posee una persona para disfrutar de
sus derechos; mientras que la capacidad de obrar es la facultad de que dispone
una persona para reclamar por sí misma sus derechos y contraer obligaciones.
La capacidad de goce se obtiene desde la concepción, bajo la condición de que
la criatura nazca viva y viable.
La capacidad de ejercicio se obtiene con la mayoría de edad, es decir al cum-
plir los dieciocho años. Antes de dicha edad los menores son representados por
sus padres, y en caso de que éstos hayan fallecido, por un tutor nombrado por
el Consejo de Familia.
La incapacidad de obrar de una persona física depende de la edad, de las
facultades mentales, o de las condenas impuestas a un individuo.
La incapacidad de goce es excepcional; por ejemplo, en cuanto a los dere-
chos políticos, los menores de edad y los interdictos tienen incapacidad de
goce, ya que no pueden elegir ni ser elegidos.
Los menores de dieciocho años tienen incapacidad de obrar, por lo tanto
deben ser representados por sus padres o por sus tutores, para poder celebrar
ciertos actos jurídicos; en caso de ser menores emancipados deben ser repre-
sentados por curadores, si los padres no están vivos.
El Código Civil establece que el menor de edad de dieciséis años puede
adquirir su capacidad de obrar cuando contrae matrimonio con el consenti-
miento de sus padres o, puede ser emancipado por sus padres, sin contraer ma-
trimonio, cuando haya cumplido los quince años, cuando ambos padres hayan
prestado declaración ante el Juez de Paz, acompañado de su secretario. Si el
menor de edad de dieciséis años es huérfano de padre y madre puede ser eman-

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cipado por el Consejo de Familia mediante una declaración ante el Juez de Paz,
que es el que preside el Consejo de Familia.
Aunque el Código Civil hace referencia al Juez de Paz como juez compe-
tente para la constitución de consejo de familia, cuando se trata de menores,
es diferente: la Ley 136-03, en su artículo 200 establece, en cuanto a la compe-
tencia: “El Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes tiene competencia exclusiva para
celebrar Consejo de Familia en todos los casos en que fuere necesario el cumplimiento
de esta formalidad, debiendo observar para tales fines las formalidades previstas en el
Código Civil y sus reglamentaciones.”
En tal sentido, a partir de la Ley 136-03 el Juez de Paz carece de competen-
cia para todo lo concerniente al consejo de familia relacionado con menores de
edad; aunque las demás reglas del Código Civil en cuanto a la forma de crea-
ción de dicha asamblea, continúan vigentes.
Es decir, la constitución del consejo de familia a los fines de la protección
de personas menores de edad es competencia del Tribunal de Niños, Niñas
y Adolescentes; en cambio el Juzgado de Paz es el tribunal competente para
conocer la constitución del consejo de familia cuando se refiere a mayores de
edad, como en el caso de los interdictos.

5.2 La capacidad de la parte contratante


La capacidad de las partes contratantes es uno de los requisitos para que un
contrato sea válido; de conformidad con lo establecido en el artículo 1108 del
Código Civil de la República Dominicana, se exigen cuatro condiciones esen-
ciales para la validez de una convención; éstas son:
a) El consentimiento de la parte que se obliga;
b) Su capacidad para contratar;
c) Un objeto cierto que forme la materia del compromiso;
d) Una causa lícita en la obligación.

Como se puede notar, el inciso b) del referido artículo indica como requisito,
refiriéndose a la parte que se obliga, “su capacidad para contratar”. Es decir, que
no basta que las partes expresen su consentimiento, si no son considerados
capaces la manifestación del consentimiento no es válida, por lo tanto no pro-
duce efectos jurídicos.

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Es importante conocer quiénes son capaces, y por vía de consecuencia quié-
nes tienen incapacidad. Al respecto, el artículo 1123 del Código Civil establece
“Cualquiera puede contratar, si no está declarado incapaz por la ley.”
De lo anterior se infiere el principio “la capacidad es la regla, la incapacidad,
la excepción.”
Todas las personas gozan de capacidad para contratar; de manera excepcio-
nal, la ley considera incapaces a algunos individuos que se encuentran afecta-
dos de ciertas deficiencias mentales: es la situación de los menores de edad y
los interdictos.
Respecto a lo referido en el párrafo que precede, el artículo 1124 del Código
Civil establece: “Los incapaces de contratar son: Los menores de edad; Los sujetos a
interdicción, en los casos expresados por la ley; y, generalmente, todos aquellos a quienes
la ley ha prohibido ciertos contratos.”
Como se aprecia en la parte in fine del referido artículo 1124, además de los
menores de edad y los interdictos, son consideradas incapaces las personas a
las que la ley ha prohíbe la celebración ciertos contratos. En cuanto a éstas (en
el ámbito de los contratos de compraventa), el artículo 1594 del Código Civil
expresa: “Pueden comprar o vender todos aquellos a quienes la ley no se lo prohíbe.”
Es decir, que hay personas que aunque gozan de capacidad, ya que nos son
menores de edad ni interdictos; son incapaces para celebrar ciertos contratos
que la ley le ha prohibido.
Estas restricciones legales a la libertad de comprar y de vender, que de ma-
nera excepcional, establece el Código Civil, en los artículos 1595 y siguientes
del Código Civil se establecen como consecuencia del estado de cónyuges, cali-
dad de tutores, mandatarios, las funciones públicas desempeñadas, etc.
Al respecto el artículo 1595 del indicado código establece: “No puede haber
contrato de venta entre los esposos, sino en los tres casos siguientes: 1o. aquel en que uno
de los esposos cede bienes al otro, estando separado de él judicialmente, como pago de
sus derechos; 2o. aquel en que la cesión hecha por el marido a la mujer, aunque no esté
separado, reconoce una causa legítima, tal como la reinversión de sus inmuebles enaje-
nados o la del metálico que a ella pertenecían, si estos inmuebles o dinero no entran en
la comunidad; 3o. aquel en que la mujer cede bienes a su marido para pagarle la suma
que ella le prometiere en dote, y cuando hay exclusión de comunidad; salvándose, en
estos tres casos, los derechos de los herederos de las partes contratantes, si en ello hay
ventaja indirecta.”

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El artículo 1596 del Código Civil dispone: “No pueden hacerse adjudicatarios,
ni por ellos mismos, ni por terceras personas, bajo pena de nulidad: los tutores de los
bienes de aquellos cuya tutela ejercen; los mandatarios, de los bienes que se han encar-
gado de vender; los administradores de los de los municipios, o de los establecimientos
públicos confiados a su cargo; los oficiales públicos, de los bienes nacionales, cuya venta
se hace por su ministerio.”
Establece el artículo 1597 del indicado código: “Los jueces o sus suplentes, los
magistrados en funciones del ministerio público, secretarios de tribunales o juzgados,
abogados, alguaciles, defensores oficiosos y notarios, no pueden hacerse cesionarios de
los derechos y acciones litigiosas, que son de la competencia del tribunal, en el límite
de cuya jurisdicción ejercen sus funciones, bajo pena de nulidad, y de las costas, daños
y perjuicios.”

5.3 La Interdicción
De acuerdo a lo expresado por Capitant, H. (1930, p. 327), la interdicción con-
siste en la “prohibición de hacer alguna cosa o de cumplir un acto.”
En el campo del derecho, la ley considera incapaces a determinadas personas,
y para su protección les prohíbe la celebración directa de actos jurídicos, a otras
las considera interdictas en virtud de la sanción correccional o criminal a la que
hayan sido condenadas.
Algunas personas son consideradas incapaces a causa de su estado mental.
Dicha incapacidad es una forma de protección ante la posibilidad de que sean
víctimas de engaño o fraude. Esta incapacidad es llamada interdicción judicial.
La interdicción, en el ámbito jurídico es la situación de un individuo al cual
se le ha privado de todos o parte de sus derechos, así como de la facultad de
disponer y administrar sus bienes y realizar actos peculiares a su persona.
Dicha interdicción puede ser judicial, correccional o legal, y los sujetos
afectados por dicha situación son denominados interdictos.

5.3.1 La interdicción judicial


El artículo 489 del Código Civil dispone: “el mayor de edad que se encuentre en
un estado habitual de imbecilidad, enajenación mental o locura, debe estar sujeto a la
interdicción, aunque aquel estado presente intervalos de lucidez.”

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Es decir, que la interdicción judicial procede cuando alguien se encuentra
en un estado frecuente de imbecilidad, enajenación mental o locura. De ahí que
no basta que dicho estado se presente de manera transitoria, para declarar a
alguien interdicto judicial
El procedimiento de interdicción se realiza ante la Cámara Civil y Comer-
cial del Juzgado de Primera Instancia a través de una solicitud o instancia
motivada.
El tribunal declara la interdicción, a través de una decisión judicial, esto
luego de comprobar que existen las condiciones para dicha declaración.
La interdicción puede ser solicitada por cualquier persona que sea pariente,
por el cónyuge o por el fiscal, en caso de que éstos no lo soliciten. En todos
los casos es obligatorio hacer oír al fiscal, antes de pronunciar la sentencia que
ordena la interdicción.
Establece el artículo 490 del Código Civil: “Cualquier pariente puede soli-
citar la interdicción de su pariente. Lo mismo puede hacer cualquiera de los
cónyuges respecto al otro.
En el mismo sentido, el artículo 491 del indicado código expresa: “En el caso
de locura, si no se ha solicitado la interdicción por el cónyuge o los parientes, debe pe-
dirse por el fiscal, el cual, en los casos de imbecilidad o de enajenación, puede también
solicitarla contra una persona que no esté casada o no tenga parientes conocidos.”
Las relaciones personales y la administración de los bienes de los interdic-
tos se rigen conforme a las reglas que regulan lo concerniente a los menores
de edad; al respecto, el artículo 509 del Código Civil dispone que: “El individuo
interdicto será considerado como menor en lo relativo a su persona y bienes, aplicán-
dose a estos casos las leyes dictadas sobre la tutela de los menores.”
La incapacidad que afecta a los enfermos mentales y a los menores de edad no
emancipados es una incapacidad total, debido a esto el tutor que se designe para
la representarlos está facultado para actuar por ellos en los actos conservatorios
de pura y simple administración. Sin embargo, para disponer de los bienes de
manera definitiva, el tutor necesita de autorización previa del Consejo de Familia.

5.3.2 La interdicción correccional


Capitant, H. (1930, p. 327), denomina la interdicción correccional como “inter-
dicción de los derechos cívicos, civiles y de familia” y la define como la “pena correccional
complementaria y en principio temporal, prevista y reglamentada por el art. 42 del Código

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Penal; importa la privación de todos o parte de los derechos enumerados por esa disposi-
ción, principalmente el derecho de votar y elegir, el de ser elegido, el de ser jurado o testigo,
el de ser nombrado para una función pública, etc.”
El Código Penal de la República Dominicana establece en el referido artículo
42 lo siguiente: “Los tribunales que conozcan de los negocios en materia correccional
podrán, en ciertos casos, privar al condenado de una parte o de la totalidad del ejercicio
de sus derechos cívicos, civiles y de familia siguientes: 1o., del de votación y elección; 2o.,
del de elegibilidad; 3o., del de ser jurado o nombrado para ejercer otras funciones públicas,
o para los empleos de la administración; 4o., del de porte de armas; 5o., del de votación o
sufragio en las deliberaciones de familia; 6o., del de ser tutor o curador de otras personas
que no sean sus propios hijos, y con el asentimiento de la familia; 7o., del de ser experto o
servir de testigo en los actos públicos; 8o., del de prestar declaración en juicio, a no ser que
se reciba como simple noticia.”
Este tipo de interdicción correccional es de aplicación limitada, de confor-
midad con el artículo 43 del indicado Código que establece: “Los tribunales no
pronunciarán la interdicción a que se refiere el artículo anterior, sino cuando la ley
expresamente la autorice u ordene.”

5.3.3 La Interdicción legal


Otro tipo de interdicción es la legal. El interdicto legal es el individuo que
ha perdido su capacidad de obrar o de ejercer sus derechos como consecuencia
de haber sufrido alguna condena criminal, aflictiva o infamante.
“La mayor pena aflictiva temporal lleva consigo la degradación cívica y la inter-
dicción legal, establecidas por los artículos 28, 29 y 31 del Código Penal” es lo dis-
puesto por el artículo 22 del Código Civil de la República Dominicana.
La degradación cívica, según Capitant, H. (1930, p. 193) consiste en la “pena
criminal, infamante y accesoria a todas las penas criminales principales, que actúa en
ciertos casos (sobre todo en materia política) como pena principal, importa la priva-
ción, a perpetuidad, y en bloque, de los derechos cívicos y políticos y de algunos derechos
públicos, civiles y familiares enumerados en la ley.”

Algunas consecuencias de la interdicción legal son:


a) Que el interdicto no puede disponer de sus bienes en todo ni en parte,
b) Le está prohibido recibir por donación o por testamento, excepto por
causa de alimentos.

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c) La declaración de interdicción tiene efecto retroactivo, de ahí que es
nulo cualquier testamento realizado por el interdicto, con anterioridad
a la sentencia en que se le impuso la pena.

Los citados efectos de la interdicción legal se infieren de lo dispuesto en el


artículo 23 del Código Civil, que expresa: “El sentenciado a la mayor pena aflic-
tiva temporal, no puede disponer de sus bienes en todo o en parte, ya sea por donación
entre vivos o por testamento, ni recibir nada en estos conceptos, a no ser por causa de
alimentos. Todo testamento hecho por él con anterioridad a la sentencia en que se le
impuso la pena, es nulo. El presente artículo no es aplicable al sentenciado en rebeldía,
sino una vez pasados cinco años desde la publicación, en estrados de la sentencia.”

5.4 La emancipación del menor de edad


La emancipación es considerada por Capitant, H. (1930, p. 243) como el
“acto jurídico solemne, o beneficio legal resultante del matrimonio, por efecto del cual
un menor de edad es liberado de la patria potestad o la tutela, o de ambas, y adquiere
el gobierno de su persona, así como el goce y administración de sus bienes, dentro de los
límites fijados por la ley.”
La emancipación, es la acción mediante la cual una persona adquiere un
estado de autonomía debido al cese de la sujeción a algún tipo de autoridad o
potestad.
La emancipación del menor de edad se rige por las disposiciones del artícu-
lo 476 y siguientes del Código Civil y por la Ley 136-03.
El referido artículo 476 establece que: “El matrimonio del menor produce de
pleno derecho su emancipación.”
Es importante resaltar que dicha matrimonio se celebra con el consenti-
miento de los padres, de conformidad con las reglas relativas a la celebración
del matrimonio.
También el menor de edad que no está casado puede ser emancipado, en
virtud del artículo 477 del Código Civil que indica “El menor, aunque no esté ca-
sado, puede ser emancipado por su padre, y a falta de éste, por su madre, cuando haya
cumplido los quince años. Bastará para realizar esta emancipación, que el padre o la
madre presten declaración ante el Juez de Paz, acompañado de su secretario.” (En
virtud de la Ley 136-03 el Juez del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes.)

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El tribunal competente para la emancipación de adolescentes es la sala de
lo civil del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes, según lo dispuesto en el
artículo 211, letra f) de la Ley 136-03.
Es decir, que a partir de los quince años de edad el menor puede ser eman-
cipado; sin embargo, aunque el artículo 477 del Código Civil establece que el
éste “puede ser emancipado por su padre, y a falta de éste, por su madre”, no se debe
olvidar que en la actualidad la autoridad parental es compartida por el padre
y la madre: por lo tanto, para la emancipación es necesario el consentimiento
de ambos padres.
Ahora bien, el menor de edad huérfano de padre y madre puede ser emanci-
pado, mediante una disposición del Juez del Tribunal de Niños, Niñas y Ado-
lescentes (antes era el Juez de Paz) como Presidente del Consejo de Familias,
al cumplir los dieciséis años de edad, según las disposiciones del artículo 478
del Código Civil (Modificado por la Ley 4999 del 19 de septiembre de 1958;
G.O. 8287), según el cual “el menor, huérfano de padre y madre, podrá también, pero
únicamente después de haber cumplido los dieciséis años, ser emancipado, si lo juzga
capaz el consejo de familia.
En este caso, la emancipación nacerá del acuerdo que la haya autorizado, y de la
declaración que el Juez de Paz, como presidente del consejo de familia, haga en el
mismo acto diciendo: El menor queda emancipado.” (En virtud de la Ley 136-03, el
Juez del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes.)
Asimismo, los parientes o afines del menor, así como los primos hermanos
o en grado más próximo, pueden solicitar al Juez del Tribunal de Niños, Ni-
ñas y Adolescentes, la emancipación de éste, cuando lo consideren capaz de ser
emancipado. El Juez deberá convocar al Consejo de Familia para que se decida
al respecto.
Los reportes acerca de la administración de los bienes del menor se deben
entregar a éste en presencia de su curador, en virtud de lo dispuesto en el
artículo 480 del Código Civil que expresa: “Las cuentas de la tutela se darán
al menor emancipado, acompañado al efecto de un curador nombrado por el consejo
de familia.”
El menor emancipado adquiere la capacidad para el ejercicio de ciertos de-
rechos, sin necesidad de representación, por ejemplo, podrá otorgar arren-
damientos cuya duración no exceda de nueve años; recibir sus rentas; dar re-
cibos y ejecutar todos los actos de pura administración, sin que pueda pedir
restitución por esos actos en todos los casos en que no pueda pedirla el que

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haya cumplido la mayor de edad. Esto de conformidad con el artículo 481 del
Código Civil.
El menor emancipado podrá ejercer el comercio, siempre que cumpla con
los requisitos establecidos en el artículo 2 del Código de Comercio (modificado
por el artículo 2 de la Ley 4999 del 19 de septiembre de 1958), que dispone:
“Todo menor emancipado, del uno o del otro sexo, de 17 años de edad cumplidos,
que quiera usar la facultad que le concede el artículo 487 del Código Civil de ejercer
el comercio, no podrá comenzar las operaciones comerciales, ni ser reputado mayor en
cuanto a las obligaciones que haya contraído por acto de comercio:
1) Si no ha sido previamente autorizado por su padre, o por su madre en caso de
muerte, interdicción o ausencia del padre, o a falta de padre y madre, por acuerdo del
consejo de familia homologado por el Juzgado de Primera Instancia en sus atribucio-
nes civiles;
2) Si además el documento de autorización no ha sido registrado y fijado pre-
viamente en el Tribunal de Comercio del lugar en que el menor quiera establecer su
domicilio.”
El artículo 487 del Código Civil establece que “el menor emancipado que se
dedique al comercio, está reputado como mayor de edad a los efectos de los hechos re-
lativos al comercio mismo.”

Sin embargo, a pesar de dicha emancipación se mantienen ciertas restric-


ciones, que se encuentran establecidas en artículo 482 y siguientes del Código
Civil. Algunas de estas prohibiciones se citan a continuación:
a) No podrá intentar acciones inmobiliarias, ni contestar a las que en este
punto se entablen contra él, ni recibir y dar comprobantes de pago de
un capital mueble sin la asistencia de su curador;
b) No podrá tomar dinero prestado sin un acuerdo previo del consejo de
familia, aprobado por el tribunal de primera instancia, después de oír
éste el dictamen fiscal;
c) No podrá vender ni enajenar sus bienes inmuebles, ni ejecutar más ac-
tos que los de pura administración, sin observar las formas prescritas al
menor emancipado.

La emancipación puede ser revocada, en este caso quedaría el menor nueva


vez sujeto a la tutela hasta que cumpla la mayoría de edad, según lo estableci-
do en el artículo 486 del Código Civil.

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Resumen del capítulo V
La capacidad consiste en la aptitud o facultad que posee una persona que le
permite ser titular de derechos y obligaciones.
Todas las personas, naturales y jurídicas, tienen, en principio, plena capacidad
civil desde el momento en que adquieren la personalidad jurídica.
La ley indica que las personas incapaces para contratar son: a) los menores de
edad; b) los sujetos a interdicción, c) las personas a quienes la ley ha prohibido cier-
tos contratos.
La capacidad puede ser de goce, que es la aptitud que posee una persona para
disfrutar de sus derechos; y de ejercicio o de obrar, que es la facultad de que dispo-
ne una persona para reclamar por sí misma sus derechos y contraer obligaciones.
La capacidad de goce se obtiene desde la concepción, bajo la condición de que
la criatura nazca viva y viable; en cambio, la capacidad de ejercicio se obtiene con la
mayoría de edad, es decir al cumplir los dieciocho años.
La incapacidad de obrar de una persona física depende de la edad, de las facul-
tades mentales, o de las condenas impuestas a un individuo.
La incapacidad de goce es excepcional; por ejemplo, en cuanto a los derechos
políticos, los menores de edad y los interdictos tienen incapacidad de goce, ya
que no pueden elegir ni ser elegidos.
A ciertas personas, aunque, en principio, gozan de capacidad, la ley ha prohibido
celebrar ciertos contratos como consecuencia del estado de cónyuges, calidad de
tutores, mandatarios, las funciones públicas desempeñadas, etc.
La interdicción, en el ámbito jurídico es la situación de un individuo al cual se
le ha privado de todos o parte de sus derechos, así como de la facultad de dispo-
ner y administrar sus bienes y realizar actos peculiares a su persona.
Dicha interdicción puede ser: a) judicial (procede cuando alguien se encuen-
tra en un estado frecuente de imbecilidad, enajenación mental o locura); b) co-
rreccional (que es una pena correccional complementaria, generalmente tem-
poral, que priva del todo o parte de ciertos derechos, principalmente el derecho
de votar y elegir, el de ser elegido, el de ser jurado o testigo, el de ser nombrado
para una función pública); y c) legal (que es la que afecta a una persona que ha
perdido su capacidad de obrar o de ejercer sus derechos como consecuencia de
haber sufrido alguna condena criminal, aflictiva o infamante).
El procedimiento de interdicción judicial se realiza ante la Cámara Civil y Co-
mercial del Juzgado de Primera Instancia.
Algunos menores de edad pueden adquirir capacidad de obrar, mediante la
emancipación.

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Actividades

1. Diga en qué consiste la emancipación y cuáles son sus efectos en cuanto


a la capacidad del menor emancipado.
2. Realice un cuadro comparativo en que se identifiquen los tipos de inter-
dicción.
3. Explique el procedimiento para declarar la interdicción judicial.

Ejercicios de autoevaluación

I. Coloque una V si el enunciado es verdadero y una F si es falso


1. La capacidad es la aptitud para ser titular de derechos y de obligaciones.

2. La capacidad de goce es la facultad para ejercer por sí mismo los dere-


chos y obligaciones.
3. La capacidad de ejercicio o de obrar es la aptitud para gozar de ciertos
derechos.
4. La incapacidad es la regla, la capacidad la excepción.
5. Toda persona puede contratar, si no ha sido declarada incapaz por la ley.

6. Los incapaces de contratar son los menores de edad; los interdictos y


las personas a quienes la ley ha prohibido ciertos contratos.
7. La capacidad de ejercicio se obtiene antes de cumplir la mayoría de edad.

8. La incapacidad de obrar de una persona física depende de la edad, de las


facultades mentales, o de las condenas impuestas a un individuo.
9. La incapacidad de goce es excepcional.
10. Los menores de dieciocho años tienen capacidad de obrar.

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II. Completa de manera correcta los siguientes enunciados:
1. deben ser representados por sus padres o por sus
tutores para hacer valer sus derechos.
2. Los menores emancipados, para poder celebrar ciertos actos jurídicos,
deben ser representados por si los padres no están
vivos.
3. Es el tribunal competente para la constitución del consejo de familia:

4. consiste en la prohibición de hacer alguna cosa o de


cumplir un acto.
5. son personas a las que la ley ha prohibido la celebra-
ción directa de actos jurídicos.
6. es una sanción correccional o criminal mediante la
cual se prohíbe el goce de ciertos derechos.
7. La interdicción puede ser , o
.
8. La persona que se encuentre en un estado habitual de imbecilidad, ena-
jenación mental o locura, debe estar sujeto a la .
9. El procedimiento de interdicción es competencia de
10. La mayor pena aflictiva temporal lleva consigo la y
la

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Bibliografía

Capitant, H. (1930) Vocabulario Jurídico. Buenos Aires: Ediciones Palma.


Código Civil de la República Dominicana
Ley 390 del 18 de diciembre de 1940, de la República Dominicana.
Ley 391 de 1942 que Crea un Registro de Cédulas para Mujeres, de la República
Dominicana.
Ley 855 del 1978 sobre Autoridad Parental Compartida, de la República Domi-
nicana.
Ley 136-03 (Código para la protección de Niños, Niñas y Adolescentes), de la
República Dominicana.
Código Penal de la República Dominicana
Código de Comercio de la República Dominicana

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