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El Fideicomiso en Latinoamérica

Especialmente en América Latina, a partir de la introducción de la figura


del fideicomiso en el plexo normativo privado, se ha producido la
evolución continua del instituto. Andrés Bello, apartándose de la tradición
francesa que había desterrado la fiducia de ese derecho y con profundo
conocimiento del derecho romano y del derecho inglés, introdujo en el
Código Civil Chileno la institución de la propiedad fiduciaria, como una
forma de limitación del dominio, y de allí la figura llegó a Colombia
comenzando su camino de introducción en los distintos países de América
Latina. Algunos autores hablan, en este caso, de fideicomisos de segunda
generación que se apartan de la figura del negocio fiduciario y del
mandato asemejándose al trust. […]
El fideicomiso latinoamericano tiene una estructura legal diferente al trust
anglosajón o al fideicomiso romano, pero contiene algunos elementos de
ambos introduciendo novedades que lo hacen viable en el marco legal de
estos países. Su origen se puede establecer en el Proyecto de
reglamentación del jurista panameño Ricardo ALFARO del año 1920
[LENARDON, Fernando Roberto, “Fideicomiso gubernamental”, Osmar D.
Buyatti Librería Editorial, Buenos Aires, Argentina, 2008, pág. 30], quien
sobre el concepto del mandato diseñó un instituto que denominó
“fideicomiso” y que fuera debatido en la Conferencia Científica
Panamericana, desarrollada en Lima, Perú, en el año 1924. Este autor ha
sido criticado en razón de haber concebido al fideicomiso como un
mandato irrevocable transmisor de bienes, pero la realidad es que fue el
inspirador de todo el movimiento posterior con relación a la figura en
América Latina [ FACCO, Javier Humberto, “El fideicomiso y su modalidad
contractual de garantía”, Revista Jurídica La Ley, Buenos Aires, Argentina,
Tomo 2008-A, pág. 609-639].
Así, Colombia (1923), México (1924), Panamá (1925), Chile (1925), Bolivia
(1928 pero en suspenso hasta 1955285), Puerto Rico (1928), Perú (1931),
Costa Rica (1936), Ecuador (1948), Venezuela (1940), Nicaragua (1940),
Guatemala (1946), Honduras (1950), Argentina (1995) y Uruguay (2003),
cuentan con la figura del fideicomiso en su legislación nacional desde los
años indicados en cada caso. Las primeras legislaciones de los años 20
estaban más próximas a la figura del mandato o al depósito que al trust
angloamericano pero las legislaciones venezolanas del año 1956,
colombiana del año 1971, boliviana del año 1977, panameña del año
1984, ecuatoriana del año 1998, peruana del año 1993 y las citadas de
Uruguay y Argentina abandonaron los perjuicios de las anteriores y
acercaron más la figura al trust adaptándolo a sus propios sistemas
legales. Sólo en Ecuador el fideicomiso goza de personalidad jurídica. Los
Códigos civiles de Chile, Argentina y Brasil comparten una peculiaridad
dogmática ausente en las legislaciones europeas cual es, la expresa
regulación de la propiedad fiduciaria como dominio fiduciario o propiedad
resoluble.
Argentina es el tercer país de Latinoamérica, detrás de México y Brasil, en
cantidad de fideicomisos constituidos.
Nota: Dice el artículo 733 del Código Civil de Chile: “Se llama propiedad
fiduciaria la que está
sujeta al gravamen de pasar a otra persona, por el hecho de verificarse
una condición. La
constitución de la propiedad fiduciaria se llama fideicomiso. Este nombre
se da también a la
cosa constituida en propiedad fiduciaria. La traslación de la propiedad a la
persona en cuyo
favor se ha constituido el fideicomiso se llama restitución”. Recordamos
aquí que el Código civil chileno es obra personal del gran romanista
venezolano afincado en Chile, Andrés Bello y que se adscribe a la tradición
jurídica castellana de la cual ha sido considerado en ocasiones como el
mejor fruto junto con las Partidas, según CUENA BOY, Francisco, “El
fideicomiso de residuo en el Derecho Romano y en la tradición
romanística hasta los códigos civiles”, Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Cantabria, Santander, 2004, pág. 196.
La Ley de fideicomiso de Venezuela en su artículo 1° dice: “El fideicomiso
es una relación jurídica por la cual una persona llamada fideicomitente
transfiere uno o más bienes a otra
persona llamada fiduciario, quien se obliga a utilizarlo a favor de aquél o
de un tercero llamada
beneficiario”.

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