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Emisor. Es la persona que emite el mensaje. Hay que tener claro lo que quieres transmitir.
Retroinformación. Es la información que recoge el emisor sobre los efectos que ha tenido
su mensaje en el receptor.
En muchas comunicaciones el mensaje puede que no sea recibido de la forma que pretendía el
emisor. Es importante que la persona que emite el mensaje busque la retroalimentación
(feedback) para comprobar que su mensaje se ha entendido claramente.
La escucha activa, la clarificación y la reflexión pueden ayudar. Existen muchas barreras para la
Lenguaje y capacidad lingüística. El lenguaje puede actuar como una barrera para la
comunicación. Incluso cuando se comunica en el mismo idioma, la terminología utilizada
en un mensaje puede actuar como una barrera si no es comprendida completamente por
el receptor. Las expresiones coloquiales pueden ser mal interpretadas o incluso en
algunas ocasiones consideradas ofensivas.
Ejemplo: cuando alguien está preocupado por temas personales, no estará tan
perceptivo como cuando no lo está.
La ira es otro ejemplo de barrera psicológica a la hora de comunicar. Cuando estamos enojados
es fácil decir cosas que podemos lamentar más adelante. También podemos malinterpretar lo
que otros dicen.
Las personas que tienen baja autoestima son menos asertivas y pueden no sentirse cómodas
comunicando. Pueden sentir vergüenza al expresar como se sienten o entender de forma
negativa los mensajes que reciben.
Barreras fisiológicas. Otro factor que debemos tener en cuenta cuando comunicamos
es el estado en el que se encuentra el receptor de nuestro mensaje.
Barreras físicas. La distancia geográfica que hay entre el emisor y el receptor puede ser
otra barrera. La comunicación generalmente resulta más fácil en distancias cortas.
Aunque la tecnología moderna sirve para reducir el impacto de las barreras físicas es
importante conocer cuáles son las ventajas y desventajas de cada canal de comunicación
con el fin de utilizar el canal que resulte más apropiado en cada caso para superar las
barreras físicas.
Aprender a escuchar es la clave. Escuchar no es lo mismo que oir. Escuchar no sólo consiste en
oir las palabras que son pronunciadas sino también observar la forma en la que se dicen y el
lenguaje no verbal. Hay que mantener el contacto visual, llamar a la otra persona por su nombre
y evitar un lenguaje corporal defensivo. Otros aspectos fundamentales de la comunicación
efectiva son:
Evitar temas sensibles. Cuando ofrezcamos nuestro punto de vista debemos hacerlo
con claridad y honestidad para evitar confusiones y temas que pueden ser tabú o
demasiado sensibles.
Pensar antes lo que se dice. Cuando vayamos a hablar debemos evitar decir lo primero
que nos venga a la cabeza. Es preferible tomarnos un momento para pensar antes de
hablar y prestar mucha atención a lo que decimos y cómo lo decimos. Centrarse en el
significado de lo que queremos comunicar. Prestar especial atención a las diferencias de
cultura, experiencias pasadas, actitudes y habilidades de las otras personas. Hay que
evitar el lenguaje demasiado complicado, explicar las cosas de la forma más simple
posible. Evitar también utilizar términos racistas y sexistas o cualquier expresión que
pueda ofender.
Tener sentido del humor. Reír libera endorfinas, ayuda a aliviar el estrés y la ansiedad.
A la mayoría de las personas nos gusta reír y solemos sentirnos atraídos por personas que
nos hacen reír. No hay que tener miedo a mostrarse simpáticos, siempre y cuando nuestro
humor sea apropiado según la situación en la que nos encontremos. También podemos
utilizar el humor para romper el hielo, reducir posibles barreras o ganar el afecto de los
demás. Cuando comunicamos mostrando nuestro sentido del humor somos percibidos por
los demás como personas carismáticas.
Intentar resolver los conflictos Debemos aprender a resolver los problemas y los
conflictos a medida que surgen. Aprender a ser un mediador y negociador eficaz,
utilizando nuestras habilidades para escuchar y entender las dos partes de cualquier
argumento, animando a las personas a que hablen entre sí. Debemos evitar ser parciales
e intentar facilitar el camino para la resolución de conflictos.
Mantener una actitud positiva y sonreír. Pocas personas quieren estar cerca de
personas negativas. Debemos hacer todo lo posible para ser amistosos y optimistas con
las personas que nos rodean, manteniendo una actitud positiva y alegre en la vida.
Comunicación Asertiva
La asertividad es una habilidad que se utiliza en todos los ámbitos de la vida. Está considerada
como una práctica esencial de cualquier negociación. Una persona asertiva debe reunir las
siguientes características:
Actuar y hablar basándose en hechos concretos y objetivos Tomar decisiones por voluntad
propia
Contacto visual. Mantener el contacto visual con nuestro receptor es muy importante
para transmitirle seguridad y fiabilidad.
Habilidades de Escucha
Escuchar sin interrumpir. Cuando alguien más esté hablando, escucha lo que está
diciendo, no lo interrumpas, no termines sus frases, solo escucha. Cuando la otra persona
haya terminado de hablar puede que tengas que realizar alguna aclaración para
asegurarte de que has recibido su mensaje con precisión.
Prepararse para escuchar. Céntrate en escuchar la voz que te está hablando. Deja de
lado los pensamientos que te vayan viniendo. Debemos tratar de sacar esos
pensamientos de nuestra mente y concentrarnos en los mensajes que estamos recibiendo.
Tener paciencia. Una pausa no significa necesariamente que el emisor haya terminado
de hablar. Hay que permitir que la otra persona termine de decir su mensaje completo. A
veces se necesita tiempo para formular qué decir y cómo decirlo. No interrumpir o
terminar una frase de otra persona.
Evitar los prejuicios personales. Trata de ser imparcial. No te irrites y no dejes que la
apariencia de alguien te distraiga de lo que realmente está diciendo. Todo el mundo tiene
una manera diferente de hablar. Algunas personas son más nerviosas o tímidas que otras,
algunas tienen acentos regionales o hacen movimientos excesivos de brazos, a algunas
les gusta pasear mientras hablan y a otras les gusta sentarse.
Escuchar el tono de voz. El volumen y el tono enfatizan lo que alguien está diciendo. Un
buen comunicacor sabe cómo utilizar el volumen y el tono mientras está hablando para
mantener a su público atento. El volumen y el tono nos ayudan a entender el énfasis de lo
que se está diciendo.
Algunas de las señales en las que podemos fijarnos cuando estamos hablando con una persona
para saber si nos está escuchando.
Sonrisa. Se pueden utilizar pequeñas sonrisas para demostrar al orador que estamos
prestando atención a lo que nos está diciendo como una forma de mostrar aceptación o
de estar feliz con los mensajes que se reciben. Combinada con asentimientos de cabeza la
sonrisa confirma que los mensajes están siendo escuchados y entendidos.
Contacto visual. Mirar al orador es normal y por lo general resulta alentador para el
oyente. Sin embargo el contacto visual puede ser intimidante, especialmente para las
personas más tímidas por lo que es una buena idea medir el contacto visual. Es
conveniente combinar el contacto visual con las sonrisas y otros mensajes no verbales
para alentar al emisor.
Postura. En las interacciones interpersonales la postura puede decir mucho acerca del
remitente y del receptor. Un oyente atento tiende a inclinarse ligeramente hacia delante o
hacia los lados mientras está sentado. Otros signos de escucha activa pueden incluir una
ligera inclinación de la cabeza o dejar descansar la cabeza en una mano.
Reflejo. El reflejo automático de cualquier expresión facial utilizada por el receptor puede
ser un signo de escucha atenta. Estas expresiones pueden ayudar a mostrar simpatía y
empatía al emisor en situaciones más emocionales.
Algunas señales verbales que reflejan si una persona está escuchando de forma activa o no son:
Refuerzo positivo. Decir algunas palabras positivas de estímulo al orador mientras nos
está hablando puede ser beneficioso. El oyente debe utilizarlas con moderación para no
distraer al emisor, ni desviar su mensaje. El uso frecuente de expresiones tales como:
"muy bueno…", "eso mismo pienso yo…, "'claro que si…", mientras nos están hablando
puede llegar a irritar al hablante. Por lo general es mejor esperar a que el emisor termine
de hablar y después explicarle si estamos de acuerdo o no.
Memoria. La mente humana es mala recordando detalles. Sin embargo recordar algunos
puntos clave o incluso el nombre del emisor puede ayudar a reforzar que los mensajes
enviados han sido recibidos y comprendidos. Recordar los detalles, las ideas y los
conceptos de conversaciones anteriores demuestra a la persona que está emitiendo el
mensaje que se ha mantenido la atención. Durante las conversaciones más largas puede
ser apropiado hacer anotaciones muy breves para poder preguntar más tarde a nuestro
interlocutor.
Es frecuente formular una respuesta mientras la otra persona nos está hablando. Significa
que en realidad no estamos escuchando lo que se está diciendo.
Incluso los buenos oyentes son a menudo culpables de evaluar críticamente lo que se dice antes
de comprender el mensaje que está tratando de comunicar. El resultado es que se hacen
suposiciones y se llega a conclusiones que podrían ser inexactas.
Podemos estar pensando en otras cosas como "¿Qué voy a cenar esta noche?", "¿Tendré tiempo
para terminar ese informe?" o "Espero no llegar tarde al gimnasio". Nos distraemos y no
prestamos atención a lo que se dice. Algunas de las barreras que impiden realizar una escucha
efectiva incluyen:
Tratar de escuchar más de una conversación a la vez. Esto incluye tener la radio
encendida mientras se intenta escuchar a alguien, estar hablando por teléfono con una
persona al mismo tiempo que hablamos con otra persona que está a nuestro lado o
mientras estamos distraídos por algún ruido.
Estar centrado en algún aspecto del emisor, aparte de lo que está diciendo. Estar
pensando en su acento, en su aspecto físico, en la ropa que lleva puesta, etc.
No estar interesado en el asunto que está siendo discutido y aburrirse. Algunos gestos que
denotan falta de interés o aburrimiento mientras nos están hablando son: juguetear con
un bolígrafo, mirar por la ventana, distraernos con cualquier objeto que esté a nuestro
alrededor, etc.
Las necesidades físicas pueden distraernos. Podemos sentirnos mal de repente, estar
cansados, tener hambre, sed, sueño, etc.
Enjuiciar. Podemos pensar que el orador no es muy brillante o que no está cualificado para
comentar un asunto concreto. Incluso podemos pensar que no tiene sentido escuchar lo
que tiene que decir. Es posible que estemos en lo cierto pero aún así debemos tener la
cortesía de escuchar.
Estar preocupado por otra cosa. Cuando estamos preocupados por algo no es fácil
escuchar ya que estamos demasiado ocupados concentrándonos en lo que estamos
pensando.
Influencia y Persuasión
Algunos líderes tienen excelentes habilidades persuasivas. Suelen ser grandes oradores y
pueden influir fácilmente en la opinión y el comportamiento de otros. La persuasión tiene lugar
incluso en nuestra vida cotidiana.
La influencia es la mejor opción para conseguir que los miembros de un equipo trabajen por un
objetivo común. Cuando se utilizan técnicas persuasivas el líder puede ser visto como un
Cuando intentamos influir en una persona solemos presentarle directamente nuestra propuesta
sin haber establecido antes una relación de confianza con ella. Un proceso de influencia se
compone de cinco etapas:
Establecer un terreno común con la otra persona y practicar una escucha activa.
Cuando se establece una relación de confianza, ambas partes se sienten cómodas unas con
otras y desean continuar la relación.
Comprender las necesidades. Tener una idea anticipada acerca de las áreas que
queremos comprender puede sernos de ayuda. Basta con elaborar una lista y trabajar con
ella de manera flexible :
La mayoría de las personas estamos capacitadas para formular buenas propuestas. El problema
es que solemos precipitarnos a ofrecerlas sin esperar a construir primero una buena relación de
confianza y descubrir lo que la otra persona necesita realmente.
¿dónde?
Ventana de Johari1
A través del modelo de la Ventana de Johari podemos ayudar a los miembros de nuestros
equipos a comprender el valor de la auto-revelación y alentarlos a hacer y recibir comentarios
constructivos.
La palabra "Johari" toma como referencia los nombres de Joseph Luft y Harry
Ingham, que desarrollaron el modelo en 1955.
Los cuatro cuadrantes que componen la Ventana de Johari son los siguientes:
Área Pública (Cuadrante 1). Representa las cosas que tu sabes acerca de ti mismo y las
que los demás saben de ti. Incluye tu conducta, conocimientos, habilidades, actitudes e
historia pública.
Área Ciega (Cuadrante 2). Representa cosas que tu desconoces de ti mismo pero que sin
embargo son conocidas por los demás. Puede incluir información acerca de ti que tú
desconoces o puede implicar problemas.
Área Desconocida (Cuadrante 4). Este último cuadrante representa cosas acerca de ti
que tu desconoces, y que también son desconocidas por los demás.
El objetivo de la Ventana Johari es ampliar el área pública, sin revelar información que sea
demasiado personal. El área pública es el cuadrante más importante ya que cuanto más se
conozcan los unos a los otros más productivos, cooperativos y efectivos serán cuando trabajen
juntos.
A medida que compartes información tu área pública se expande verticalmente mientras que tu
área oculta se vuelve más pequeña. A medida que las personas de tu equipo van dando
información sobre lo que sabe o ve acerca de ti tu área pública se expande horizontalmente y tu
área ciega se hace más pequeña.
El proceso de ampliación de nuestra área pública implica la auto-revelación. Cuanto más nos
comuniquemos con los demás y revelemos nuestros pensamientos, sentimientos y metas mejor
construiremos la confianza con los miembros de nuestro equipo.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta cuando ampliamos nuestra área pública, es aceptar
la retroalimentación (feedback) que nos ofrecen los demás. Nos ayudará a aprender cosas
acerca de nosotros mismos. Es una excelente herramienta de crecimiento personal.
A medida que aumenta el nivel de confianza y la autoestima de una persona se hace más fácil
invitar a otros a comentar sus puntos ciegos. Las habilidades de escucha activa y empatía son
muy útiles para realizar este proceso.