Está en la página 1de 12

“ANO DEL DIALOGO Y RECONCILIACION

NACIONAL”

FACULTAD DE CIENCIAS DE SALUD

Escuela Profesional De Salud

OBSTETRICIA

TEMA: Periné Pélvico Femenino

CURSO: Anatomía Funcional Obstetricia

DOCENTE: Saly Rosas

CICLO: IV

SEMESTRE ACADEMICO: 2018-2

INTEGRANTES:

 Benítez Alburqueque, Antonela.


 Infante Boyer, Erika.
 Montoya López, Rubí.
 Olivos Namuche, Sidegne.
 Rojas Guerrero, Abigail.
 Rosales Marquina, Nahally.
 Zapata Soto, Diana.
 Zapata Valdiviezo, Mariafe.

TUMBES-PERU
INTRODUCCION

La pelvis es un espacio que se continúa con la cavidad abdominal y contiene los órganos
de distintos sistemas, tanto del sistema urinario (vejiga y uretra), sistema genital o
reproductivo (útero, anexos y vagina en la mujer), y sistema digestivo en su extremo más
distal (recto y ano), estas estructuras se apoyan y se anclan en el piso pélvico, una
estructura de músculos y tejido conectivo. Su principal componente es el músculo
elevador del ano (MEA), un músculo que cubre la mayor parte de la pelvis, formado por
tres fascículos y que su forma de “U” o “V” abierta hacia anterior permite el paso de los
extremos distales de los sistemas urinario, genital y digestivo.

Además existen otras estructuras de tejido conectivo fibroso que sirven de soporte y
suspensión para estas estructuras, como ligamentos, arcos tendinosos, etc. Existe una
íntima relación entre estas estructuras determinando no sólo un soporte mecánico
estático, sino además una estructura dinámica que participa en la continencia urinaria y
fecal.
OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL:

Recopilar la información disponible sobre el periné pélvico femenino, sus tipos y síntomas,
sus factores de riesgo, además unos ejercicios para un mejoramiento pélvico y la
importancia de una respiración.

OBJETIVOS ESPECIFICOS :

 Definir el concepto de periné pélvico femenino .


 Conocer sus tipos y síntomas.
 Reconocer cuales son los factores de riesgo de un periné pélvico femenino .
 Llevar a cabo los ejercicios adecuados para un mejorar la pelvis.
 Establecer la importancia de una respiración adecuada
PERINE PELVICO FEMENINO

El suelo pélvico es una red de músculos, ligamentos y tejidos que actúan como una
hamaca para ofrecer soporte a los órganos pélvicos: el útero, la vagina, la vejiga, la uretra
y el recto. Si los músculos se debilitan o los ligamentos o tejidos se distienden o lesionan,
los órganos pélvicos o el intestino delgado pueden sufrir un descenso y protruir en la
vagina. Si el trastorno es grave, los órganos pueden sobresalir del todo por la abertura de
la vagina al exterior del cuerpo.

Por tanto, constituyen esos músculos que se encuentran entre el pubis y el coxis,
alrededor de la vulva y el ano y, además, se sitúan en dos planos:

- Uno superficial, cuya función más importante es la sexual, aunque también ayuda a
sostener los órganos pélvicos.
- Y otro más profundo, llamado periné profundo o posterior, formado por los músculos que
efectivamente sujetan dichos órganos, controlan los esfínteres y mejoran la calidad de las
relaciones sexuales.
PERINE PÉLVICO FEMENINO EN LA ACTUALIDAD

En general, el suelo pélvico es una zona del cuerpo muy expuesto a lesiones y daños que
si no lo evitamos con un mantenimiento y cuidado constante, sufrirá un deterioro
progresivo. Es importante conocer los numerosos factores de riesgo que intervienen tanto
directa como indirectamente en su degeneración, señalando el embarazo y parto vaginal
en el caso de las mujeres, como uno de estos factores con mayor envergadura en la
provocación de importantes traumatismos a nivel perineal

Los desgarros en los genitales femeninos, son lesiones obstétricas que, dependiendo de
su gravedad o nivel, provocarán una pérdida de continuidad de la piel y de los músculos
del periné. Siguiendo los criterios aceptados por el Real Colegio de Obstetras y
Ginecólogos, los podemos clasificar en cuatro grados, tal y como se representa a
continuación en la tabla1.
Factores de riesgo:

La edad materna, definida como años de la mujer gestante y por lo tanto como factor de
riesgo o protección según la edad del embarazo, no está del todo definida y varía según
autores. Las mujeres gestantes menores de 19 años, se consideran de riesgo por estar
predispuestas a ciertas patologías obstétricas como la toxemia o desproporción céfalo-
pélvica, la cual supone un aumento del predominio en desgarros espontáneos debido a la
inmadurez de los tejidos y estrechez del canal blando. Las mujeres gestantes entre 20 y
34 años, es el grupo con aparentemente menos complicaciones, y el periodo ideal para un
embarazo. Esto implicaría un factor de protección.

Por lo general, los trastornos del suelo pélvico se deben a una combinación de factores.
Los factores siguientes suelen contribuir a la aparición de estos trastornos:

 Tener un bebé, sobre todo si el bebé nace por vía vaginal

 Ser obesa

 Someterse a una histerectomía (extirpación del útero)

 Envejecimiento

 Realizar con frecuencia actividades que aumentan la presión en el abdomen,


como el esfuerzo durante la defecación o levantar objetos pesados

El embarazo y el parto vaginal pueden debilitar o distender algunas estructuras que sirven
de soporte a la pelvis. Los trastornos del suelo pélvico son más frecuentes en caso de
haber tenido varios partos vaginales, y el riesgo aumenta con cada parto. El parto en sí
puede lesionar los nervios, lo que ocasiona debilidad muscular. El riesgo de desarrollar un
trastorno del suelo pélvico puede ser menor en un parto por cesárea que en un parto
vaginal.

A medida que se envejece, las estructuras que sostienen la pelvis pueden debilitarse, lo
que aumenta la probabilidad de presentar trastornos en el suelo pélvico. Haberse
sometido a una histerectomía también debilita las estructuras en la pelvis, por lo que estos
trastornos resultan más probables.

Otros factores que pueden contribuir incluyen: acumulación de líquido en el abdomen


(ascitis, que ejerce presión sobre los órganos de la pelvis), trastornos de los nervios que
inervan el suelo pélvico, tumores y enfermedades del tejido conjuntivo. A veces hay
defectos congénitos que afectan a esta zona, o se nace con unos tejidos pélvicos muy
débiles.

TIPOS Y SÍNTOMAS

Por lo general, todos los trastornos del suelo pélvico son hernias en las que los órganos
sobresalen de manera anómala porque se ha debilitado el tejido. Los diferentes tipos de
trastornos del suelo pélvico reciben su nombre según el órgano afectado. A menudo se
presenta más de un tipo. En todos los tipos, el síntoma más frecuente es la sensación de
pesadez o presión en la zona de la vagina, como si el útero, la vejiga o el recto se
estuvieran desprendiendo.

FUNCIONES DESTACADAS

● Funciones de continencia: el suelo pélvico controla los esfínteres para una correcta
micción y defecación.

● Función sexual: unos músculos perineales tonificados mejoran la calidad de las


relaciones sexuales.

● Función reproductiva: el periné es el último obstáculo que debe salvar la cabeza del
bebé, ayuda a que su cabeza rote y produce una contracción refleja en el útero (reflejo
expulsivo) que provoca a la embarazada un deseo de empujar.

● Función de sostén: el perineo sostiene la vejiga, el útero, la vagina y el recto.

No todo el
mundo tiene la
misma capacidad
para localizar y
sentir de manera
aislada los músculos
del suelo pélvico.
Ni están en un
lugar evidente del
cuerpo, ni
hay señales
externas que te muestren cuándo los estamos ejercitando o en qué estado de fuerza
están.

Antes de empezar cualquier curso de ejercicios de suelo pélvico es necesario asegurarse


de que tenemos perfectamente localizados estos músculos y que los contraemos
correctamente y de manera aislada de otros que están muy cerca (algunos de ellos
incluso conectados, por ejemplo, glúteos o abdominales).

Cuando ejercitamos el suelo pélvico lo que se siente es una contracción que cierra y eleva
hacia adentro y hacia arriba todas las aberturas del periné, es decir, el ano, la uretra y la
vagina, en el caso de las mujeres.

Imaginemos que esas aberturas son círculos. Pues bien, con el ejercicio de suelo pélvico
vamos a sentir cómo esos círculos se van a contraer, cerrándose o reduciendo su
tamaño, y se van a elevar hacia adentro de nuestro cuerpo.

EJERCICIOS PARA MEJORAR.

Con el trabajo y ejercicios adecuados en torno al suelo pélvico, podemos conseguir


mejoras en todos estos aspectos:

● Incontinencia urinaria
● Urgencia urinaria
● Polaquiuria
● Incontinencia fecal o de gases
● Descenso de órganos (prolapso)
● Dolor perineal
● Estreñimiento terminal
● Durante el embarazo y en el posparto
● Disfunciones sexuales (dispareunia, vaginismos, disfunción eréctil)

EL CORE

El core y el músculo transverso tiene muchos beneficios sobre la estabilidad de nuestro


cuerpo y sobre el suelo pélvico por eso es importante entrenar estos músculos
eficazmente sin perjudicar el suelo pélvico.

En el tratamiento del suelo pélvico, en la prevención y rehabilitación de este conjunto de


estructuras de músculos que ocupan la parte inferior de nuestra pelvis, tiene una función
muy importante el músculo transverso del abdomen. Nuestro suelo pélvico no se trabaja
de forma aislada, sino que se relaciona con otras partes de nuestro cuerpo (pared
abdominal, diafragma, columna lumbar…) por eso es necesario tener el control de esta
zona del cuerpo.

De este grupo de músculos obtienes la mayor parte de la fuerza de tu cuerpo: los utilizas
para dar una patada a una pelota, levantar un objeto pesado o mantenerte parado.
Los ejercicios de core "entrenan los músculos de la pelvis, la baja espalda, la cadera y el
abdomen para que trabajen en armonía", "Si la situación de estos músculos es deficiente,
la estabilidad es mala y aumenta el riesgo de lesión, sobre todo en la zona lumbar",

ESTABILIDAD Y POTENCIA

Los músculos del core pueden dividirse en tres grupos:


 Los abdominales, que ayudan a la respiración, protegen los órganos internos y
dan apoyo postural
 Los músculos de la cadera, que sirven para mantenerla estable y permitir que
desempeñe adecuadamente sus movimientos básicos
 Los músculos de la espalda baja, que ayudan a mantener una postura adecuada.
Respiración
Siempre que contraemos y relajamos la musculatura del suelo pélvico hay que tener
especial atención en la respiración. Realiza una contracción de los músculos que rodean
los orificios de tu periné como si quisieras cerrarlos y elevarlos hacia tu interior. Mientras
contraes, sigue respirando de manera natural, no aguantes el aire ni cambies tu patrón
respiratorio habitual. Este punto es importante: hay que conseguir contraer la musculatura
sin alterar la respiración, para más adelante ser capaz de activar tu suelo pélvico ante
aumentos de presión puntuales como los que producen las acciones de toser o
estornudar.
Hay que tener en cuenta que tras cada contracción, hay que relajar los músculos
lentamente, dejando que regresen a su posición inicial. Es muy importante realiza un par
de respiraciones antes de contraer.

RECOMENDACIONES
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. https://www.msdmanuals.com/es-pe/hogar/salud-femenina/trastornos-del-suelo-p
%C3%A9lvico/trastornos-del-suelo-p%C3%A9lvico

2. https://repositorio.comillas.edu/xmlui/bitstream/handle/11531/27042/PFG000737.p
df?sequence=1&isAllowed=y

3. https://www.msdmanuals.com/es-pe/hogar/salud-femenina/trastornos-del-suelo-p
%C3%A9lvico/trastornos-del-suelo-p%C3%A9lvico

4. https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/01/160113_deportes_enforma_core_eje
rcicio_ac

También podría gustarte