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Integrantes:
Leidy Maldonado
Mariaclara Nava
Santiago Nieto
Julio 2017
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Introducción
El humano desde sus orígenes, siempre se interesó por adaptarse ante las
necesidades que se le presentaban día a día, y es asi como evoluciono a través
del tiempo obteniendo conocimiento y una increíble capacidad por mejorar cada
herramienta o idea que encontraba; Tal cual sucedió con la medicina y las
innumerables ramas que fueron surgiendo, donde existen un sinfín de soluciones y
curas a los males y enfermedades que este padece.
Por ello La ginecología del griego γυναίκα gynaika "mujer") que significa
literalmente ciencia de la mujer y en medicina hace referencia a la especialidad
médica y quirúrgica que trata las enfermedades del sistema
reproductor femenino (útero, vagina y ovarios), se encarga de dar respuesta y fin a
todas las preocupaciones de las mujeres.
Dentro de las patologías que aquejan con mayor frecuencia a las mujeres
se encuentran, hemorragias no relacionadas con el ciclo menstrual, trastornos del
ciclo menstrual, dolor abdominal, ETS, alteraciones estructurales o anatómicas
como el prolapso genital y relacionadas con aparato urinario como la
incontinencia..
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ambas anomalias arrojando como consecuencia una clínica bastante incomoda
para la mujer.
Es por ello que este apartado hará énfasis sobre la definición de estas
condiciones, su clínica, como clasificarlas, diagnosticarlas y tratarlas.
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PROLAPSO GENITAL
1. DEFINICIÓN
2. CONSIDERACIONES ANATÓMICAS
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Sistema de suspensión: ligamentos cardinales, uterosacros y paracolpos.
Sistema de sustentación o soporte:
Diafragma Pélvico: constituido por los músculos elevadores del ano, y
por los coccígeos. La inervación del diafragma pélvico depende de las
fibras del plexo pélvico de los segmentos sacros 4 y 5. En condiciones
basales se encuentra en contracción tónica.
Fascia endopélvica: Formada por una matriz laxa de elastina, colágeno
y fibras musculares lisas, que sustenta el útero con 6 engrosamientos
fasciales (ligamentos pubovesicovaginales, ligamentos uterosacros y
ligamentos cardinales o de Mackenrodt). Por delante de la pared
anterior de la vagina se denomina fascia pubocervical y por detrás de la
pared vaginal posterior, fascia rectovaginal.
Diafragma urogenital: formado por el músculo transverso del periné.
Piso perineal: une en la línea media los musculos bulbocavernosos y los
transversos superficiales, formando el rafe medio rectovaginal que
apoya en la cuña perineal.
Vagina: La pared anterior de la vagina presta soporte a la uretra, vejiga
y cuello uterino. Como la pared vaginal anterior descansa sobre la
posterior, en su soporte participan también esta última y el cuerpo
perineal. La pared vaginal posterior baja de la vagina impide el
desplazamiento anterior del recto y la pared posterior alta impide el
descenso del intestino delgado.
Niveles DeLancey
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compartimento apical: prolapso uterino, prolapso de cúpula vaginal post
histerectomía o enterocele.
Nivel II: Compuesto por el tercio medio de la vagina, específicamente el
tabique rectovaginal y fascia pubocervical. Daño a éste nivel producirá
prolapsos en el compartimento anterior (cistocele) o del compartimento
posterior (rectocele).
Nivel III: Compuesto por el cuerpo del periné y las estructuras que lo
conforman: Esfínter anal externo, músculos superficiales del periné y la
membrana perineal. Daños a éste nivel se manifiestan como desgarros
perineales o cuerpos perineales deficientes.
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del ano. Éste además se contrae, disminuyendo el área del hiato urogenital. De
esta manera la presión se ejerce sobre el músculo y no hacia el hiato urogenital,
evitando la lesión de las estructuras pasivas de soporte y por ende la producción
del prolapso genital.
En general el punto de inicio es una lesión del músculo elevador del ano. El
daño de estos músculos durante el parto debilita el suelo de la pelvis
determinando un descenso permanente del rafe medio anococcigeo, lo que
permitirá un aumento del área del hiato genital, sobre todo durante el esfuerzo.
Secundariamente, se produce un aumento de la tensión sobre la fascia
endopélvica, causando separación, elongación, adelgazamiento y ruptura de sus
fibras. Esto cambia el eje horizontal normal del tercio superior de la vagina y lo
transforma en un eje más vertical similar a la dirección del eje uterino, situación
que favorece el prolapso útero-vaginal al transmitir las fuerzas de presión
intraabdominales siguiendo la dirección de este eje. Dependiendo de cuál es la
estructura que se rompe, será la manera en que se manifestará el prolapso.
4. ETIOLOGIA
Congénito: frecuencia es baja, casos en pacientes jóvenes o nulíparas,
generalmente asociado a patologías como el Síndrome de Marfan. También
asociado a malformaciones del SNC (meningocele, espina bífida y extrofia
vesical). Existen diferencias raciales en la incidencia del prolapso genital,
siendo más frecuente en mujeres caucásicas que en negras o asiáticas.
Traumático: El embarazo y el parto, existiendo grandes variaciones
individuales en lo que respecta a la resistencia y recuperación de los tejidos
pélvicos. Traumatismos directos (accidentes, agresiones, o el coito) y
traumatismos indirectos (fracturas pélvicas) son causas menos frecuentes.
Hormonal. Afecta sobre todo en climaterio y senectud, mujeres con
sobrepeso, cuando cesa el estímulo estrogénico.
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Otros. Incrementos de la presión intraabdominal (obesidad, ejercicios
físicos intensos, levantar objetos pesados, tos crónica, estreñimiento
crónico, existencia de tumores pélvicos o de ascitis, iatrogénica el prolapso
de cúpula vaginal restante tras histerectomía abdominal o vaginal).
Factores de riesgo:
5. PRESENTACIONES CLINICAS
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Posterior: descenso de la pared vaginal posterior sola (colpocele
posterior) o asociada con mayor frecuencia a rectocele, enterocele, o
ambos.
- Rectocele: En el cual la pared vaginal protruida incluye el recto; es
debido a alteración del tabique recto-vaginal.
Enterocele, Douglascele o elitrocele: prolapso de la porción superior de la
pared vaginal, incluyendo la herniación del fondo de saco de Douglas
(intestino delgado o epiplón), por lesión de los ligamentos uterosacros.
Prolapso de la cúpula vaginal restante: Se trata del descenso de la cúpula
vaginal o cérvix en pacientes con histerectomía abdominal o vaginal previa.
6. Clínica
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Síntomas gastrointestinales: Con mayor frecuencia se asocia a
estreñimiento, así mismo se asocia a incontinencia anal de flatos o heces,
urgencia para defecar, sensación de vaciamiento incompleto, sensación de
bloqueo y obstrucción durante la defecación y estimulación digital para
lograr la defecación completa.
Síntomas sexuales: Dispaneuria, disminución de la lubricación, sensibilidad
y excitación.
Dolor en hemiabdomen inferior, pélvico y/o lumbosacro.
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Puntos anteriores
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Matriz empleada para graficar el prolapso de órgano
pélvico POP-Q
Aa Ba C
Etapa I: No se cumplen los criterios de la etapa 0, pero la porción más distal del
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prolapso es >1 cm por arriba del nivel del himen (es decir, su valor de
cuantificación es <−1 cm)
Etapa II: La parte más distal del prolapso es ≤1 cm proximal o distal al plano del
himen (es decir, su valor de cuantificación es ≥−1 cm, pero ≤+1 cm)
Etapa III: La parte más distal del prolapso es >1 cm por debajo del plano del
himen, pero no sobresale más de 2 cm menos de la longitud vaginal total en
centímetros (es decir, su valor de cuantificación es >+1 cm, pero <+[TVL-2] cm).
8. Diagnostico
8.1. Anamnesis:
Antecedentes familiares y personales: Actividad física, estilo de vida,
presencia de enfermedades intercurrentes o fármacos que puedan interferir
con la cirugía o recuperación posterior.
Valorar la edad y el deseo de preservar la función reproductiva y sexual.
Antecedentes ginecológicos: menopausia, cirugías previas o intentos
previos de corrección del prolapso.
Historia actual: interrogar a la paciente respecto al inicio de los síntomas, su
intensidad y la evolución de los mismos. Además, el impacto que produce el
problema en su calidad de vida.
Historia obstétrica: número y tipo de partos, peso de los recién nacidos,
desgarros perineales o episiotomía, etc.
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9.2. Exploración física: Realizar inicialmente una exploración integral y
posteriormente una dirigida a órganos pélvicos:
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introduce un especulo bivalvo hasta el vértice vaginal para poder desplazar
las paredes vaginales anterior y posterior, y poder medir los puntos C y D.
El especulo es retirado lentamente valorar el descenso del vértice.
Luego se utiliza un especulo dividido (especulo bivalvo al que se le retiró la
hoja superior) para desplazar la pared vaginal posterior y permitir la
visualización de la pared vaginal anterior, así como la medición de los
puntos Aa y Ba.
La presencia de surcos vaginales laterales con pliegues vaginales sugiere
un defecto paravaginal, es decir, pérdida de soporte lateral. El abultamiento
central con pérdida de arrugas vaginales se conoce como defecto medial o
central. Si parece que la pérdida del soporte es resultado del
desprendimiento entre el segmento apical de la pared vaginal anterior y el
vértice, se denomina defecto transversal.
Posteriormente, el especulo dividido se gira 180° para desplazar la pared
anterior y permitir el examen de la pared posterior. Se miden los puntos Ap
y Bp. Si la pared vaginal posterior desciende, debe buscarse rectocele o
enterocele; siendo que este último solo puede diagnosticarse en forma
definitiva si se observa la peristalsis del intestino delgado detrás de la pared
vaginal.
Puede hacerse una diferenciación adicional durante el examen rectovaginal
con la paciente de pie; el médico coloca el dedo índice en el recto y el
pulgar en la pared posterior de la vagina, puede palparse el intestino
delgado entre el recto y la vagina, lo que confirma el enterocele.
Tacto bimanual: Debe realizarse para identificar otras alteraciones pélvicas.
Valoración del piso pélvico: Para realizarse se debe colocar el dedo índice 2
a 3 cm por dentro del himen, en la posición de las 4:00 y luego de las 8:00
según las manecillas del reloj. Se valora el tono en reposo y la fuerza
muscular con la escala de graduación de Oxford de 0 a 5 (El 5 representa
un tono fuerte y fuerza adecuada). Esta exploración es indispensable si se
considera la rehabilitación del piso pélvico como tratamiento.
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9.4. Pruebas complementarias: Habitualmente la anamnesis y la exploración
física dan la suficiente cantidad de datos para establecer un diagnostico
apropiado. En algunos casos pruebas adicionales ayudan a enfocar el tratamiento
y valorar posibles patologías asociadas.
Citoscopia
Fotografía, por su valor documental
Ecografía ginecológica.
Radiografía de contaste
Uro análisis en mujeres con síntomas urinarios.
Colpocistouretrografia
Valoración del residuo posmiccional por ecografía o cateterismo: Si
presenta clínica de disfunción de vaciado o dificultad miccional.
Estudio urodinámico: Reservado para mujeres con síntomas urinarios,
candidatas a cirugía de incontinencia urinaria de esfuerzo asociada a
prolapso.
Tomografía y resonancia magnética.
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Al diagnosticar un prolapso se puede optar por medidas conservadoras
cuando:
El proceso no afecte a la calidad de vida.
No produzca clínica.
Este contraindicada la cirugía.
Cuando sea deseo de la paciente.
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9.2.1 Elección del procedimiento quirúrgico. Pueden ser:
9.2.2 Obliterantes: aquellos procesos que persiguen el cierre del hiato
genital para contener el prolapso.
9.2.3 Reconstructivos: tienen la misión de conseguir el mejor resultado
anatómico y funcional:
- Con o sin histerectomía concomitante.
- Con cirugía asociada de incontinencia urinaria y fecal.
- Con eventual empleo de mallas.
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- Histerectomía vaginal (Extirpación del útero): Exéresis del
útero y fijación de la cúpula vaginal a los ligamentos
uterosacros y parametrios, para prevenir recidivas. Correccion
de enterocele y del saco herniario, si lo hay. No se recmienda
uso de mallas.
- Histeropexia (Conservación del útero): si la paciente desea
conservar su utero o como medida de preservación de
fertilidad. Se realiza con material protésico por cualquier via
(Vaginal o abdominal).
- Prolapso cervical. Extirpación del cérvix: indicada en casos de
elongación cervical con dificultad para extirpar el útero y eventualmente
para conservar la fertilidad.
- Prolapso de cúpula vaginal: fijación de la vagina por diferentes vías
de abordaje abdominal (abierta o laparoscópica) o vaginal.
- Abordaje abdominal: Sacrocolpopexia o promontofijación,
en la cual se usan mallas para fijación de la vagina al
promontorio sacro.
- Abordaje vaginal: Técnica de Richter, la cual consiste en
una fijación uní o bilateral de la cúpula vaginal al ligamento
sacroespinoso con puntos no absorbibles, o inserción de
malla en los casos de recurrencia.
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con importantes prolapsos o recidivas en las que se prevea un riesgo
quirúrgico para cirugía reconstructiva.
9. Estudio Preoperatorio
Incontinencia Urinaria
1. Incontinencia urinaria
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por impulsos de la corteza cerebral, y tiene efecto inhibidor sobre el músculo
detrusor durante la fase de llenado de la vejiga.
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relajación del esfínter interno, y al aumentar la estimulación parasimpática que
contrae el detrusor la presión intravesical supera la presión de cierre uretral y se
produce el inicio voluntario de la micción. El papel del esfínter externo es reforzar
la continencia voluntaria.
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Antecedentes familiares: La evidencia indica que el riesgo de padecer
incontinencia urinaria aumenta en las hijas y hermanas de mujeres con
incontinencia.
Tabaquismo y neumopatía crónica: En las mujeres mayores de 60 años de
edad con neumopatía obstructiva crónica se observa un riesgo considerable de
sufrir incontinencia urinaria. Tanto las fumadoras activas como las pasivas
tienen un riesgo 2 a 3 veces mayor.
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incompleto debido al deterioro en la contractilidad vesical o a obstrucción en
el tracto urinario de salida.
d. Incontinencia Extrauretral: Se refiere al escape de orina por un sitio
diferente a la uretra. Puede deberse a uréter ectópico o a fístulas urinarias.
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de la quinta década de la vida.
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Se produce en presencia de retención y residuo permanentes por
hipoactividad del detrusor. La vejiga está sobredistendida y se producen escapes
inadvertidos de escasa cantidad pero casi constantes. En las mujeres, la causa
más habitual es la neuropatía diabética
Mecanismo Fármaco
Disminuyen la presión uretral Antihipertensivos: Prazosín, Terazosina,
α-metildopa, Reserpina
Neurolépticos: Tioridazina,
Clorpromazina, Haloperidol, Clozapina
Benzodiacepinas: Diazepam
Aumentan la producción de orina Diuréticos: Furosemida, Hidroclorotiacida
Inestabilidad del detrusor Betanecol: Cisaprida
Vaciado incompleto de la vejiga Anticolinérgicos: Hiosciamina, Oxibutinina
Antiparkinsonianos: Trihexiphenidil,
Benzotropina
β-Bloqueadores: Pindolol
Diospiramida
Efectos adversos: tos IECA: Enalapril
Estreñimiento Hierro, Narcóticos
Sedación Alcohol, Ansiolíticos
Llenado Vesical:
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- Incontinencia urinaria de esfuerzo: pérdida urinaria involuntaria asociada a
esfuerzo físico (toser, estornudar, andar, etc.).
- Incontinencia urinaria de urgencia: pérdida urinaria involuntaria asociada a
un fuerte deseo de orinar (urgencia).
- Urgencia: deseo repentino de orinar, difícil de controlar.
- Polaquiuria. Aumento en la frecuencia de las micciones realizadas al día.
- Nicturia: el deseo miccional despierta a la paciente durante sus horas de
sueño.
- Enuresis: pérdida urinaria involuntaria durante las horas de sueño.
- Incontinencia continua: pérdida continua de orina.
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- Identificar síntomas asociados que corresponden al resto de las
disfunciones del suelo pélvico, como son el prolapso, la incontinencia fecal,
el dolor pélvico y la disfunción sexual.
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- Flujometría: valora la relación volumen/tiempo de la micción espontánea.
Detecta disfunciones de vaciado y tiene poco valor para el diagnóstico de la
incontinencia.
Tratamiento
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Dado que el objetivo fundamental del tratamiento de la IU es mejorar la
calidad de vida de las pacientes, es importante saber el tipo de incontinencia, las
preferencias, el tipo de vida que realiza y circunstancias personales de cada una.
A la hora de elegir el tratamiento, el profesional debe tener en cuenta la situación
personal de la mujer, sus circunstancias actuales y futuras, la especial
vulnerabilidad de las mujeres de más edad para los fármacos y para la cirugía. El
médico analizará conjuntamente con la mujer las ventajas e inconvenientes de los
distintos tratamientos.
Tratamiento conservador
El tratamiento conservador para la IU incluye las siguientes opciones en
mujeres con IUE, IUU o IU mixta, la terapia inicial consiste en asesoramiento
adecuado sobre los hábitos de vida, fisioterapia, una pauta miccional programada,
terapia conductual y medicación.
Recomendaciones
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– Ejercicios de potenciación del suelo pélvico de Kegel: constituyen el tratamiento
de primera línea en el abordaje de la incontinencia de esfuerzo leve-moderada, de
urgencia o mixta, pero también pueden ser útiles en el tratamiento de la vejiga
hiperactiva y en el tratamiento de la IU después de una prostatectomía radical o
una resección prostática trasuretral (RPTU). Consiste en contraer vigorosamente
los músculos pubococcígeos sin utilizarlos músculos del abdomen o glúteos. Es
importante enseñar al paciente cómo hacerlo durante una inspección digital. Se
considera que lo más eficaz es realizar de 40 a 80 contracciones por día con 5 s
de descanso después de cada contracción para permitir la reoxigenación del
músculo. También se debe enseñar al paciente cómo tensar su suelo pélvico
antes de toser o levantar pesos. La duración mínima requerida para conseguir
beneficios es de 15-20 semanas.
-Se debe proporcionar el programa de EMSP más intensivo posible (es decir,
cantidad de ejercicio y de supervisión por profesionales sanitarios) dentro de los
límites del servicio, ya que los programas supervisados por profesionales
sanitarios son más eficaces que los programas autodirigidos; asimismo, un mayor
contacto con profesionales sanitarios es mejor que uno menor
- Terapia física-biofeedback: Técnicas desarrolladas para que, conociendo el
paciente la función del suelo de la pelvis, pueda posteriormente regular su función
y monitorizar sus progresos. A fin de facilitar la información al paciente se usan el
perineómetro (dispositivo vaginal con un manómetro que refleja los cambios en la
presión intravesical cuando la mujer realiza los ejercicios de Kegel), y el EMG
biofeedback, que utiliza electrodos de superficie (sondas vaginales o anales). La
terapia de biofeedback requiere personal fisioterapeuta con experiencia, y es sólo
un tratamiento complementario a los ejercicios del suelo pélvico
-La adición de biofeedback al programa de EMSP no parece beneficiosa.
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Conos vaginales de distintos pesos (20 a 100 g). La contracción sostenida
de los músculos de la pelvis para mantener el cono en el interior de la vagina
fortalece la musculatura del suelo pélvico.
-Los CV pueden ofrecerse a las mujeres con IUE o IUM
-Los CV pueden ofrecerse como tratamiento conservador de primera línea a
quienes puedan y estén preparadas para usarlos
-Es posible que los CV no resulten útiles por sus efectos secundarios y molestias
-Los CV y la EE parecen igualmente eficaces en la IUE e IUM, si bien la utilidad de
ambos se encuentra limitada por sus efectos secundarios y molestias.
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-La EE puede tener una utilidad limitada, ya que algunas mujeres no pueden
utilizarla (debido a contraindicaciones), tienen dificultades para usarla o no les
gusta
Tratamiento farmacológico
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que consisten en disminución de la secreción salival, bloqueo del esfínter pupilar y
del músculo ciliar del cristalino, taquicardia, somnolencia e inhibición de la
motilidad intestinal. Están contraindicados en pacientes con glaucoma de ángulo
estrecho
Antidepresivos:
– Imipramina. Es un antidepresivo que tiene varios efectos farmacológicos,
entre ellos acciones anticolinérgicas, pero su modo de acción en la hiperactividad
del detrusor no está bien establecido.
Antidiuréticos:
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– La desmopresina es un análogo sintético de la vasopresina con un
pronunciado efecto antidiurético (disminuye la producción nocturna de orina), pero
sin la acción vasopresora sobre el músculo liso que tiene la vasopresina. La
hiponatremia es uno de los principales efectos secundarios, clínicamente
importantes, de la administración.
Tratamiento quirúrgico
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previa fallida y/o pacientes con síntomas asociados como dolor, hematuria, IVU
recurrente, síntomas de vaciado deficiente y/o historial de radioterapia pélvica, de
cirugía pélvica radical o sospecha de fístula El propósito de las técnicas
quirúrgicas es colocar el cuello vesical y la uretra proximal en una posición
intraabdominal y lograr una compresión adecuada de la unidad esfinteriana. Las
técnicas más utilizadas son la colposuspensión de Burch o la técnica de Marshall-
Marchetti-Krantz, con unas tasas de curación del 90%.
Procedimiento quirúrgico
Colporrafia anterior NR
SCV transvaginal (con agujas)
Intervención de Burch: abierta
Intervención de Burch: laparoscópica (sólo por un cirujano laparoscópico con
experiencia)
Reparación paravaginal
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Uretroplastia de MMK
Suspensión del CV: fascia autóloga
Suspensiones suburetrales (BVST)
Sustancias de relleno uretral
BVST: banda vaginal sin tensión; CV: cuello de la vejiga; GR: grado de
recomendación; MMK: Marshall-Marchetti-Krantz; NR: ninguna recomendación
posible; SCV: suspensión del cuello de la vejiga.
Conclusión
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Al igual que la incontinencia urinaria este problema esta frecuentemente
condicionado por daños producidos durante el embarazo y parto, aunque también
se observa como consecuencia de climaterio y senectud y en más raras ocasiones
por deficiencias congénitas o fracturas pélvicas. En la generación del prolapso
participan un gran número de factores, que en muchos de los casos dificultan el
diagnóstico etiológico y la elección del tratamiento más adecuado para su
corrección
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Para el diagnostico es importante la anamnesis, exploración física,
exploración perineal detallada, y valoración de la musculatura del piso pélvico.
Para el tratamiento del prolapso es fundamental en las mujeres asintomáticas o
con síntomas leves el tratamiento expectante. Sin embargo, para aquellas con
prolapso significativo o con síntomas molestos puede elegirse un tratamiento
quirúrgico o no quirúrgico. La decisión con respecto al tratamiento depende del
tipo y gravedad de los síntomas, la edad y enfermedades concomitantes, el deseo
de actividad sexual o embarazo a futuro y los riesgos de recurrencia. El
tratamiento debe buscar el alivio sintomático, pero los beneficios terapéuticos
siempre deben rebasar los riesgos.
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nervio pudendo, que a través de la acetilcolina causan contracción del esfínter
estriado uretral y la musculatura del suelo pelviano
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La cirugía es el tratamiento de elección para la IU de esfuerzo grave, para
aquella que no ha respondido al tratamiento conservador o para la incontinencia
complicada, El propósito de las técnicas quirúrgicas es colocar el cuello vesical y
la uretra proximal en una posición intraabdominal y lograr una compresión
adecuada de la unidad esfinteriana. Las técnicas más utilizadas son la
colposuspensión de Burch o la técnica de Marshall-Marchetti-Krantz, con unas
tasas de curación del 90%.
BIBLIOGRAFIA
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