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BLOQUE 10: LA SEGUNDA REPÚBLICA.

LA GUERRA CIVIL EN UN CONTEXTO DE


CRISIS INTERNACIONAL (1931-1939).

10.3. La Guerra Civil: la sublevación militar y el estallido de la guerra. La dimensión


internacional del conflicto.
La sublevación militar y el estallido de la guerra.
Las tensiones sociales y políticas de la República se acentuaron en la primavera del 36,
propiciando la preparación del golpe de Estado. Lo preparó el General Mola con apoyo de parte del
Ejército y grupos políticos antirrepublicanos. Franco no se decidió hasta el último momento cuando
voló a Marruecos para dirigir las tropas del Protectorado. Sanjurjo en Lisboa, sería la “cara” de la
conspiración. Debía ejecutarse con gran rapidez y violencia para evitar la resistencia del gobierno y
de las organizaciones izquierdistas; el régimen republicano sería sustituido por un directorio militar.
No se habló de la vuelta del rey aunque la mayoría de los implicados eran monárquicos. Al principio
el golpe iba contra la política del FP más que contra la República. Ante las sospechas, el gobierno
cambio de destino a Mola (Pamplona), Franco (Canarias) y Goded (Baleares), pero los preparativos
continuaron.
El golpe iba a ser el 18 de julio pero los asesinatos del teniente Castillo (guardia de asalto,
militante del PSOE, asesinado por unos falangistas) y de Calvo Sotelo (diputado monárquico y líder
de Renovación Española, asesinado por un guardaespaldas de Indalecio Prieto) llevó a los
conspiradores de Ceuta y de Melilla (Regulares y Legión) a alzarse la noche anterior (17 de julio). A
lo largo del día 18, los sublevados alzaron gran parte de la Península: Navarra, Álava, Castilla la
Vieja, León, Galicia y regiones de Aragón y Andalucía, además de Marruecos, Canarias y Baleares.
Queipo de Llano tomó Sevilla y la sublevación triunfó en casi todas las capitales castellanas y en
alguna dispersa. La acción conjunta de militares leales al gobierno y organizaciones obreras sofocó
la rebelión en las grandes ciudades fracasando el golpe de Estado. El llamado “Alzamiento Nacional”
se extendió desde Marruecos hasta la Península entre los días 17 y 21 de julio. Los sublevados no se
rindieron y organizaron una guerra relámpago para la conquista de Madrid, comenzando la Guerra
Civil.

Tras el golpe de Estado, España quedó dividida en dos bandos:


- La República: económicamente controlaba las zonas industriales y mineras y los recursos
financieros del Banco de España. Militarmente contaba con el apoyo de la Marina, Aviación y de la
Guardia de Asalto; armó a las organizaciones obreras y campesinas, formándose milicias, y las
agrupó con los militares leales: Cataluña, Levante, Meseta Sur, Zona Cantábrica (menos Oviedo),
gran parte de Andalucía y Extremadura. Madrid, Barcelona y zonas industriales.
- Los sublevados: económicamente dominaban las principales zonas agrarias. Militarmente
contaban con la Legión y los Regulares, la mayoría de los oficiales del Ejército, la Guardia Civil y las
milicias organizadas por los partidos falangista y carlista: plazas africanas, Mallorca, Canarias, Baja
Andalucía, Galicia, Meseta Norte, Zaragoza-Huesca, Navarra y Oviedo.

La dimensión internacional del conflicto.


Antes de julio del 36 España apenas era relevante para la diplomacia extranjera. La guerra fue
una guerra civil profundamente traumática para los españoles y un conflicto internacional en el que
se enfrentaron las tensiones y tendencias políticas del momento.
La ayuda extranjera a los 2 bandos sólo sirvió para prolongarla, pues una guerra de pobres no
hubiese durado más de medio año.
La “No Intervención”
Tras el golpe, la República esperaba la ayuda del FP francés. Actitud francesa fue vacilante y muy
influenciada por el gobierno conservador de GB que no apoyaría a un gobierno legítimo pero que
estaba desbordado por la revolución social. Para la opinión pública internacional, la España
republicana quedaba vinculada al comunismo y se le tachaba de “República marxista”, a lo que
contribuyó la persecución religiosa. Francia y GB. crearon un comité de No intervención, en el que
estaban Alemania, Italia y la URSS. Las democracias creían que era el mejor modo de evitar la
guerra mundial.

La Ayuda extranjera
La República recibió ayuda de la URSS (material militar y asesores pagado con las reservas en
oro del Banco de España -500 Tm-) y de las Brigadas Internacionales (cuerpo de voluntarios
procedentes de unos 70 países para luchas contra el fascismo. Su ayuda fue importante, sobre todo
en la defensa de Madrid. Se retiraron en noviembre de 1938).
Los sublevados contaron con el apoyo de Alemania (facilitó el traslado del ejército de África a la
Península, vendió armas y envió a España la Legión Cóndor, además de numerosos técnicos y
asesores militares), Italia (envió tropa y abundante munición y material de guerra. Toma de
Málaga. Sus submarinos en el Mediterráneo interceptaban los envíos desde la URSS), Portugal
(facilitó que llegaran los suministros cuando los sublevados apenas contaban con puertos propios),
Irlanda (legión de San Patricio) y el Vaticano (apoyo claro a la causa rebelde denominándola
“Cruzada contra el comunismo ateo" desde que se conoció la violenta persecución anticlerical en la
zona republicana).

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