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- FRANCISCO DE QUEVEDO. POESÍA METAFÍSICA, RELIGIOSA Y MORAL.

LA
LÍRICA AMOROSA DE QUEVEDO.

La obra poética de Quevedo se difunde manuscritamente. Su sobrino, cuando hizo su edición


dijo que eran obras para divertir el ingenio con la palabra.

Tiene la poesía más elevada del siglo XVII. No hay poesía más elevada que la poesía moral y
metafísica que Quevedo.

En Quevedo hay dos partes: la elevada y la denigrante. Siempre hay una cosa y la contraria.
Esto lo hizo mediante las 9 musas.

La más clara identificación es la poesía moral, religiosa, amorosa y satírica. Tres campos:
metafísica-moral, amorosa y satírico-burlesca.

Soledades. Es un poema fundamental. Hay que tener unas nociones claras y concisas sobre él.
En Góngora está el trabajo esteticista, vigoroso, buscando la perfección. Quevedo puede
representar menos trabajo formal, aunque el trabajo de Quevedo es muy bueno.- Góngora es
como un gran artífice, un gran arquitecto de la literatura, como un gran escultor. Es el gran
escultor sensorial. Mientras que en Quevedo, como dijo Dámaso Alonso, hay un desgarrón
afectivo, una intensificación de los sentimientos, una intensificación patética. Intensificación
estética VS. Intensificación patética. Algún ensayo que podría dar una idea del desarrollo de
los dos poetas sería: El mármol y la llama.

Tomando como base a Góngora observamos el contraste de su rival y enemigo. Es tan


adversario de Góngora que sabe que al final de su vida, estando Góngora enfermo, lo echó a la
calle.

Quien quisiere ser culto en sólo un día,


la jeri (aprenderá) gonza siguiente: Use mucho de líquido y de errante,
fulgores, arrogar, joven, presiente, su poco de nocturno y de caverna,
candor, construye, métrica armonía; anden listos livor, adunco y poro.

poco, mucho, si no, purpuracía, Que ya toda Castilla,


neutralidad, conculca, erige, mente, con sola esta cartilla,
pulsa, ostenta, librar, adolescente, se abrasa de poetas babilones,
señas traslada, pira, frustra, arpía; escribiendo sonetos confusiones;
y en la Mancha, pastores y gañanes,
cede, impide, cisuras, petulante, atestadas de ajos las barrigas,
palestra, liba, meta, argento, alterna, hacen ya cultedades como migas.
si bien disuelve émulo canoro.

Quevedo: «como ningún otro escritor, Francisco de Quevedo es menos un hombre que una
dilatada y compleja literatura» (Luis Borges).

Quevedo no es un hombre, sino un hombre representado por su literatura. Quevedo como una
literatura en sí.
Es un personaje muy complejo. Como hombre no lo conocemos, conocemos su obra y su
complejidad, pero como hombre no lo conocemos. Pertenece a la pequeña nobleza de servidores
de palacio, que Vivian en palacio sirviendo a los reyes. Vivió de pequeño en la corte. Fue
Caballero de la orden de Santiago y Señor de La Torre de Juan Abad

Estudio en el colegio imperial de los jesuitas, con los nobles. Sus compañeros eran nobles. Él
era superior en conocimientos pero inferior en títulos. Su obra nos muestra a un hombre de unos
conocimientos e inteligencia enorme, pero por debajo de los que le rodean en títulos.

Estudio teología por cuestiones filosóficas. Ya en 1604, con 24 años, era muy conocido como
poeta. Ya estaba en las Flores de poetas ilustres. Ya era reconocido como poeta. A partir de
1611 entra dentro del grupo del duque de Osuna, cercano al duque de Lerma, que es el que
estaba entonces de valido, de privado. Quevedo es una especie de agente, se le encomiendan
algunas misiones. Es una persona que conocía los entresijos del poder.

Cuando murió el duque de Lerma, algunos como Osuna fueron a la cárcel. Quevedo le hace un
poema. Quevedo, cuando cae Lerma, se hace partidario del conde-duque. Se defiende una
sociedad libre de corruptelas. En la corte, siendo secretario real, le combino casarse con una
viuda, Esperanza de Mendoza.

Sabemos que él vivía con Ledesma, con la que tuvo varios hijos. De esto solo conocemos alguna
satírica contra Quevedo diciendo que esta le ponía los cuernos. Pero nunca sabremos los
sentimientos de Quevedo ni otra información, son misterios de su vida privada.

En diciembre del 39 es detenido cuando estaba en casa del duque de Venafeli. Pasa más de 3
años encerrado en prisión, hasta la caída de Olivares. Hasta que pasa a Villanueva de los
Infantes a morir.

En el 1972 se descubrió una carta del Conde-duque a Felipe IV. Aquí vemos que su amigo lo
traiciono (a Quevedo), pues le dijo que había sido espía de Richelieu.

Es emocionante la carta que escribió Quevedo a su amugo, don Francisco de Oviedo antes de
morir, el 21 de agosto de 1645, desde Villanueva de los infantes.

« Muy malas nuevas escriben de todas partes, y muy rematadas; y lo peor es que todos las
esperaban así. Esto... ni sé si se va acabando ni si se acabó. Dios lo sabe; que hay muchas cosas
que pareciendo que existen y tienen ser, ya no son nada sino un vocablo y una figura»

En cuanto a la poesía de Quevedo, ya sabemos que no publica envida salvo los poemas que
recoge Espinosa.

Gonzales de Salas posiblemente modificó alguna cosa, pero era el conjunto que mejor
conservaba la obra de Quevedo.
El Parnaso Español. Tiene después un gravado. Aparece en el gravado Quevedo coronado por
una ninfa. También debajo de la tierra el sátiro Fauno mantiene un retrato de Quevedo. Muestra
que hay una poesía subterránea.

Su sobrino publica sin retocar. A veces repite alguna composición. Las tres musas últimas
castellanas. Segunda cumbre del Parnaso español

Esto, más los 100 manuscritos de la obra de Quevedo, es lo que tenemos de su poesía.

Podríamos hablar de una poesía metafísica, moral después amorosa y después satírico- burlesca.

De la poesía metafísica el poema que no puede dejarse de leer y comentar es:

REPRESÉNTASE LA BREVEDAD DE LO QUE SE VIVE Y CUÉN NADA PARECE LO QUE


SE VIVIÓ.

¡Ah de la vida!»... ¿Nadie me responde?


¡Aquí de los antaños1 que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.
¡Que sin poder saber cómo ni adónde
la Salud y la Edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue; Mañana no ha llegado;
Hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.
En el Hoy y Mañana y Ayer, junto2
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.

La suerte adversa, lo que no me corresponde a mí, la Fortuna. Las Horas son las diosas
responsables del orden. Por tanto, yo he sido víctima de la fortuna y de mi insensatez, de mi
locura, que ha escondido el orden de las cosas.

El Hoy es muy rápido, se está yendo constantemente. Se habla de la rapidez con la que pasa el
tiempo. La rapidez es un sentimiento de experiencia muy claro. Esto significa que uno no puede
detenerse en el tiempo para disfrutar. No es posible un carpe diem.

Aquí hay uno de los grandes hallazgos de la literatura: soy un fue, y un será, y un es cansado.
Yo me convierto en un verbo, en el verbo ser, el verbo de la esencia. Mi esencia es un presente,
pasado y futuro, pero cansado. Cuatro veces repetido el verbo “ser” en el mismo verso.

Es tan rápido el tiempo que se juntan los pañales y la mortaja, la primera ropa que nos ponemos
a l nacer y la última al morir.
Hay una evolución, el poema conoce la diligencia con la que se acerca la muerte. Es una idea
estoica de que la vida es una preparación para la muerte porque el momento de la muerte es
cuando podemos estar orgullosos con nosotros mismos, y si es así nuestra existencia había
valido la pena.

CONOCE LA DILIGENCIA CON QUE SE ACERCA LA MUERTE, Y PRORA CONOCER


TAMBIEN LA CONVENIENCIA DE SU VENIDA, Y APROVECHARSE DE ESE
CONOCIMEINTO.

Ya formidable y espantoso suena


dentro del corazón el postrer día,
y la última hora, negra y fría,
se acerca, de temor y sombras llena.

Si agradable descanso, paz serena,


la muerte en traje de dolor envía,
señas da su desdén de cortesía:
más tiene de caricia que de pena.

¿Qué pretende el temor desacordado


de la que a rescatar, piadosa, viene
espíritu en miserias añudado?

Llegué rogada, pues mi bien previene;


hallame agradecido, no asustado;
mi vida acabe y mi vivir ordene.

Pero después cambia el sentido, la apariencia de la muerte es doloroso pero hay un agradable
descanso detrás. La muerte como acaricia en vez de pena.

SALMO XVII (hay dos versiones)

Miré los muros de la patria mía,


si un tiempo fuertes ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.

Salíme al campo: vi que el sol bebía


los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados,
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa: vi que amancillada


de anciana habitación era despojos;
mi báculo más corvo y menos fuerte;

Vencida de la edad sentí mi espada.


Y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
Se trata de un poema muy conocido, uno de los grandes sonetos de Quevedo. Este poema es el
paso del tiempo y la llegada de la muerte. Los dos primeros versos muestran la patria de
Quevedo, el lugar de nacimiento, Madrid. Habla de los muros de su ciudad, los muros de
Madrid.

Hay dos versiones, la del Heráclito cristiano y otra que publicó en el Parnaso español.

Hay unas variantes muy interesantes, los dos versos primeros son iguales, después hay un
cambio cargados/cansados.

ENSEÑA CÓMO TODAS LAS COSAS AVISAN DE LA MUERTE. Es más lógico en cuanto
a que va mostrando cómo se van desgastando las cosas, muestra una serie de elementos que se
van desgastando.

Por último,

MUESTRA EL ERROR DE LO QUE SE DESEA Y EL AVIERTO EN NO ALCANZAR


FELICIDADES

Si me hubieran los miedos sucedido


como me sucedieron los deseos,
los que son llantos hoy fueran trofeos:
¡mirad el ciego error en que he vivido!

Con mis aumentos proprios me he perdido;


las ganancias me fueron devaneos;
consulté a la Fortuna mis empleos,
y en ellos adquirí pena y gemido.

Perdí, con el desprecio y la pobreza,


la paz y el ocio; el sueño, amedrentado,
se fue en esclavitud de la riqueza.

Quedé en poder del oro y del cuidado,


sin ver cuán liberal Naturaleza
da lo que basta al seso no turbado.

Es una composición sobre una idea de Séneca en su libro Sobre La felicidad. Uno de los
fragmentos sobre la felicidad:

Todo lo que he hecho hasta ahora, preferiría que no hubiera sido hecho; cuando pienso en todo
lo que he dicho, envidio a los mudos; cuanto he deseado, lo juzgo maldición de mis enemigos;
todo lo que he temido, ¡justos dioses!, cuánto mejor fue que lo que he deseado. Me he
enemistado con muchos y del odio he vuelto a la amistad (si es que hay alguna amistad entre los
malos): aún no soy amigo de mí mismo. He hecho los mayores esfuerzos por salir de la multitud
y hacerme notar por alguna cualidad: ¿qué he hecho sino ofrecerme como un blanco y mostrar
a la malevolencia dónde podía morderme?. ¿Ves a ésos que elogian la elocuencia, que escoltan
a la riqueza, que adulan al favor, que ensalzan el poder? Todos son enemigos o, lo que es igual,
pueden serlo; tantos son los admiradores como los envidiosos. ¿Porqué no buscar más bien algo
bueno realmente, para sentirlo, no para mostrarlo?. Esas cosas que se contemplan, ante las que
se detienen las gentes, que uno señala a otro con asombro, por fuera brillan, por dentro son
deplorable» (Séneca, De vita beata. Sobre la felicidad)

Lo que deseamos para ser felices, según Séneca, son aquellas cosas que nos dicen que son
necesarias para ser felices. Él dice que eso es como una maldición de sus enemigos. Lo que nos
dicen que hay que tener para ser felices es lo que nos hace infelices.

En la composición de Quevedo vemos reflejada esa idea. Somos esclavos de la búsqueda de la


riqueza, despreciamos la pobreza cuando, almejar, ahí se es más feliz. Esto en cuanto a la poesía
moral y metafísica.

En la poesía amorosa. Quevedo es un gran autor. No sabemos si se enamoró, él compone con


el lenguaje del enamorado. Reúne ideas del neoplatonismo, del amor cortes y del petrarquismo
en una gran cantidad de composiciones. Tenemos en él una visión más intensa del amor.

AMOR QUE SIN DETENERSE EN EL AFECTO SENSITIVO PARA AL INTELECTUAL.

Mandome, ¡ay Fabio!, que la amase Flora


y que no la quisiese, y mi cuidado
obediente, y confuso, y mancillado,
sin desearla, su belleza adora.

Lo que el humano afecto siente, y llora,


goza el entendimiento amartelado
del espíritu eterno, encarcelado
en el claustro mortal que le atesora.

Amar es conocer virtud ardiente;


querer es voluntad interesada,
grosera, y descortés caducamente.

El cuerpo es tierra, y lo será, y fue nada;


de Dios procede a eternidad la mente,
eterno amante soy de eterna amada.

Se desarrolla la idea del amor cortés. Poema redondísimo. Corresponde a un pensamiento


platónico. Está muy bien planteado. La diferencia entre amar y querer.

REFIERE LA EDAD DE SU AMOR, Y QUE NO ES TROFEO DEL PODER DEL QUE


LLAMAN DIOS, SINO DE LA HERMOSURA DE LISI.

Hoy cumple amor en mis ardientes venas


veinte y dos años, Lisi, y no parece
que pasa día por él; y siempre crece
el fuego contra mí, y en mí las penas.

Veinte y dos años ha que estas cadenas


el corazón idólatra padece;
y si tal vez el pie las estremece,
oigo en sus eslabones mis sirenas.

Si Amor presume que su fuerza dura


tiene mi libertad en tal estado,
véngase a mí sin tu belleza pura;

que yo le dejaré desengañado


de que el poder asiste en tu hermosura,
y en él un nombre ocioso y usurpado.
Celebra 22 años del amor por Lisi. Aparece el dios amor y dice que esa es su fuerza. Pero se le
quita importancia al amor, amor no es nada sin ella. La culpa de estar enamorado de ella no es
del amor, sino de ella, de su belleza.

RETRATO DE LISI QUE TRAÍA EN UNA SORTIJA

En breve cárcel traigo aprisionado,


Con toda su familia de oro ardiente,
El cerco de la luz resplandeciente,
Y grande imperio del Amor cerrado.

Traigo el campo que pacen estrellado


Las Fieras altas de la piel luciente;
Y a escondidas del Cielo y del Oriente,
Día de luz y parto mejorado.

Traigo todas las Indias en mi mano,


Perlas que en un diamante por rubíes,
Pronuncian con desdén sonoro hielo,

Y razonan tal vez fuego tirano


Relámpagos de risa carmesíes,
Auroras, gala y presunción del Cielo.

Es una composición culteranista. Similitud con Góngora: «Era del año la estación florida / en
que el mentido robador de Europa / (media luna las armas de su frente, y el Sol todos los rayos
de su pelo), / luciente honor del cielo,/ en campo de zafiro pace estrellas». Hay una referencia
al cielo tal y como aparece en el inicio de la Soledad I.

Los dos últimos versos son maravillosos, pues hay una visión poética de la risa. Con esos versos
vemos ya, por si, un poema. Los diamantes muestran la dureza de la mujer, que tiene que ver
con el desdén, la frialdad de la mujer. Con lo de rubíes vemos un estilo muy gongorino.
AMANTE AGRADECIDO A LAS LISONJAS MENTIROSAS DE UN SUEÑO

¡Ay, Floralba ! Soñé que te... ¿Direlo ?


Sí, pues que sueño fue: que te gozaba.
¿Y quién, sino un amante que soñaba,
juntara tanto infierno a tanto cielo ?

Mis llamas con tu nieve y con tu yelo,


cual suele opuestas flechas de su aljaba,
mezclaba Amor, y honesto las mezclaba,
como mi adoración en su desvelo.

Y dije: "Quiera Amor, quiera mi suerte,


que nunca duerma yo, si estoy despierto,
y que si duermo, que jamás despierte".

Mas desperté del dulce desconcierto;


y vi que estuve vivo con la muerte,
y vi que con la vida estaba muerto.
La única relación amorosa que tiene con la mujer es en un sueño. Es el más erótico, y hace
referencia a un sueño.

Piedra soy en sufrir pena y cuidado,


y cera en el querer enternecido,
sabio en amar dolor tan bien nacido,
necio en ser en mi daño porfiado.

Medroso en no vencerme acobardado 5


y valiente en no ser de mí vencido,
hombre en sentir mi mal, aun sin sentido,
bestia en no despertar desengañado.

En sustentarme entre los fuegos rojos,


en tus desdenes ásperos y fríos, 10
soy salamandra, y cumplo tus antojos;

y las niñas de aquestos ojos míos


se han vuelto, con la ausencia de tus ojos
ninfas que habitan dentro de dos ríos.

Es un poema de juventud. Se nota por las antítesis que se van dando y comentando en los versos.

POESÍA SATÍRICA DE QUEVEDO

Uno se los sonetos que nos pueden servir para entender lo que vamos a ver ahora, que es
diferente.

La voz del ojo, que llamamos pedo


(ruiseñor de los putos) detenida,
da muerte a la salud más presumida,
y el propio Preste Juan le tiene miedo.Mas pronunciada con el labio acedo
y con pujo sonoro despedida,
con pullas y con risas da la vida,
y con puf y con asco, siendo quedo.
Cágome en el blasón de los monarcas
que se precian, cercados de tudescos,
de dar la vida y dispensar las Parcas.

Pues en el tribunal de sus greguescos,


con aflojar y comprimir las arcas,
cualquier culo lo hace con dos cuescos.
Se trata de un elogio del pedo, y aun así es estupendo. Le sabe sacar partido. Esto forma parte
de la poesía ingeniosa de Quevedo, divertir el ingenio con la variedad

HASTIO DE UN CASADO AL TERCER DIA

Antiyer nos casamos, hoy querría


Doña Pérez, saber ciertas verdades:
Decidme ¿cuánto número de edades
Enfunda el Matrimonio en sólo un día?

Un antiyer soltero ser solía,


Y hoy casado, un sinfín de Navidades
Han puesto dos marchitas voluntades
Y más de mil antaños en la mía.

Esto de ser marido un año arreo,


Aun a los azacanes empalaga,
Todo lo cotidiano es mucho y feo.

Mujer que dura un mes se vuelve plaga,


Aun con los diablos fue dichoso Orfeo,
Pues perdió la mujer que tuvo en paga

Es poesía satírica jocosa.

PINTA EL “AQUÍ FUE TROYA” DE LA HERMOSURA

Rostro de blanca nieve, fondo en grajo;


la tizne, presumida de ser ceja;
la piel, que está en un tris de ser pelleja;
la plata que se trueca ya en cascajo;

habla casi fregona de estropajo;


el aliño, imitado a la corneja;
tez que, con pringue y arrebol, semeja
clavel almidonado de gargajo.
En las guedejas, vuelto el oro orujo,
y ya merecedor de cola el ojo,
sin esperar más beso que el del brujo.

Dos colmillos comidos de gorgojo,


una boca con cámaras y pujo,
a la que rosa fue vuelven abrojo.

CONTRA EL MESMO

¿Qué captas, noturnal, en tus canciones,


Góngora bobo, con crepusculallas,
si cuando anhelas más garcivolallas,
las reptilizas más y subterpones?

Microcósmote Dios de inquiridiones,


y quieres te investiguen por medallas
como priscos, estigmas o antiguallas,
por desitinerar vates tirones.

Tu forasteridad es tan eximia,


que te ha de detractar el que te rumia,
pues ructas viscerable cacoquimia,

farmacofolorando como numia,


si estomacabundancia das tan nimia,
metamorfoseando el arcadumia.

Por último, en la poesía jocosa hace también algunas bromas sobre aquellos elementos de las
mujeres que suelen cantar.

PROCURA ENMENDAR EL ABUSO DE LAS ALABANZAS DE LOS POETAS.

¡Qué preciosos son los dientes, De sienes y de quijadas


y qué cuitadas las muelas, nadie que escribe se acuerda.
que nunca en ellas gastaron
los amantes una perla! Las lágrimas son aljófar,
aunque una roma las vierta,
No empobrecieran más presto y no hay un culto que saque
si labraran, los poetas, de gargajos a las flemas.
de algún nácar las narices,
de algún marfil las orejas. Para las lagañas solas
hay en las coplas pobreza,
¿En qué pecaron los codos, pues siempre se son lagañas,
que ninguno los requiebra? aunque Lucinda las tenga.
Todo cabello es de oro, esto sí se ha de cantar
en apodos, y no en tiendas, por los prados y las selvas,
y en descuidándose Judas, en sonetos y canciones,
se entran a sol las bermejas. en romances y en endechas.

Eran las mujeres antes Y lloren, de aquí adelante,


de carne y de güesos hechas; los que tuvieren vergüenza:
ya son de rosas y flores, todo rubí que demanda,
jardines y primaveras. todo marfil que desuella.

Hortelanos de faciones, Las bocas descomulgadas,


¿qué sabor queréis que tenga pues tanto dinero cuestan,
una mujer ensalada, sean ya bocas de costal,
toda de plantas y yerbas? porque las aten por ellas.

¡Cuánto mejor te sabrá De cáncer se ha de llamar


sin corales una jeta, todo diente que merienda;
que con claveles dos labios, soles con uñas los ojos
mientras no fueres abeja! que se van tras la moneda.

¡Oh, cultos de Satanás, Aunque el cabello sea tinta,


que a las faciones blasfemas es oro si te le cuesta,
con que piden, con que toman, y de vellón el dorado,
andáis vistiendo de estrellas! si con cuartos se contenta.

Un muslo, que nunca aruña Quien boca y dientes cantare


unas sabrosas caderas, a malos bocados muera;
que ni atisban aguinaldos las malas gordas le ahíten,
ni saben qué cosa es feria, las malas flacas le hieran.

REFIERE SU NACIMIENTO Y LAS PROPRIEDADAS QUE LE OCMUNICÓ

« Parióme adrede mi madre, ¡ojalá no me pariera!, aunque estaba cuando me hizo, de gorja
naturaleza. Dos maravedís de luna alumbraban a la tierra, que por ser yo el que nacía,

no quiso que un cuarto fuera. Nací tarde, porque el sol tuvo de verme vergüenza, en una noche
templada entre clara y entre yema. Un miércoles con un martes tuvieron grande revuelta, sobre
que ninguno quiso que en sus términos naciera.

Ingeniosa versión de derivación metafórica: la noche queda templada porque estaba entre clara
y entre yema.

DESDE LA TORRE

Retirado en la paz de estos desiertos, con pocos, pero doctos libros juntos, vivo en conversación
con los difuntos, y escucho con mis ojos a los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos, o enmiendan, o fecundan mis asuntos; y en músicos
callados contrapuntos al sueño de la vida hablan despiertos.

El gran poema del humanista del XVI, un humanista ya pesimista, aislado, desengañado,... pero
con una confianza en los libros. Las mejores horas son en las que mejoramos con la lectura.
Don Joseph es el destinatario. Es un canto a la imprenta. Los libros o le cambian o le hacen
saber más.

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