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UNIDAD TEMÁTICA 6. EDUCACIÓN EN DERECHOS HUMANOS.

INTRODUCCION.

Uno de los fines actuales del Sistema Educativo es el construir ciudadanía. La


misma, como cualquier otro concepto, se construye en esa síntesis entre la teoría y la
práctica. Por ello, se hace imprescindible plantear en las propuestas pedagógico
didácticas, el abordaje de la educación en derechos humanos, como un eje transversal
que vaya más allá de los espacios privilegiados para su abordaje, entendiendo que el
alumno/ estudiante es una unidad y que es ciudadano desde su nacimiento. Este
posicionamiento lleva a trabajar no desde la incopletud de un futuro ciudadano, sino
desde lo que verdaderamente es en la actualidad, asumiendo que esa construcción es
en sí misma completa en cuanto a dignidad, derechos y posicionamientos éticos.

1. La educación en derechos humanos

El objetivo final formular el diseño de proyectos donde la educación en


derechos humanos es un elemento esencial para lograr construir un Estado,
caracterizado por el ejercicio de una ciudadanía activa, donde la participación real
sea su rasgo distintivo. El logro en la adquisición del mismo, le posibilitará al Estado
garantizar la democracia como filosofía política de vida. Esto conduce, de manera
directa al rol que en todo Estado democrático tiene en la garantía y defensa de los
Derechos Humanos, tanto a nivel nacional como internacional. Para ello, resulta
imprescindible una inversión en “capital humano”.

Toda política de Estado que no asuma un tratamiento integral de los Derechos


Humanos, se convierte en la principal destructora de su propia existencia, además de
una amenaza latente para el desarrollo de cualquier intento y sostenimiento de
democratización posible.

1
La dilación en la implementación de políticas de defensa de los Derechos
Humanos, con el pleno ejercicio de las garantías constitucionales correspondientes,
derivará, indefectiblemente, en un peligroso retraso de los indicadores mundiales que
miden los procesos de desarrollo, tales como: nivel socio cultural, acceso a
infraestructura de servicios mínima, tasas de alfabetismo, tasas de mortalidad
infantil, desnutrición, expectativa de vida al nacer, niveles de empleo, subempleo
y desempleo.

Los objetivos básicos propuestos por la UNESCO para la


educación y la enseñanza de los Derechos Humanos son:

 “Motivar las actitudes de Tolerancia, de respeto, de solidaridad inherente a los


derechos humanos.
 Entregar los conocimientos sobre los Derechos del Hombre en sus
dimensiones tanto nacional como internacional y sobre las instituciones
establecidas para su puesta en marcha.
 Desarrollar en cada individuo la conciencia acerca de los medios por los cuales
los Derechos del Hombre pueden ser concretados en realidad social y política
en el nivel tanto nacional como internacional.” ( ver donde se coloca)

Esta realidad, presenta a nivel mundial, una escalada sostenida que se visibiliza
en la generación de circuitos sociales diferenciados, donde la desigualdad en la
distribución de ingresos y posibilidades parece ser la garantía más segura para el
sostenimiento de un “status quo” que dificulte, cuando no imposibilite, la construcción
de verdaderos Estados democráticos. América Latina no escapa a esta lógica
capitalista sumando, además, elementos de su propia historia, que lejos de disminuir
los efectos negativos sobre las condiciones de vida del pueblo los agigantan. En este
sentido resulta oportuno mencionar el expresado por Colomer Viadel:

”El mundo iberoamericano vive en este momento una dramática disyuntiva:


algunos consideran que la necesidad de un salto hacia delante que permita un
desarrollo eficaz y una superación de la crisis, exige un motor fuerte y
concentrado en un ejecutivo eficiente, pero al mismo tiempo, la conciencia de la
incapacidad de la mayoría de los Estados de la región para cumplir con el
mínimo de las funciones y servicios sociales, el grado de descomposición de
éstos, la corrupción de la burocracia, el endeudamiento gigante, la enorme
inflación, el ahondamiento de la brecha social y económica entre sectores
dominantes y mayorías populares se ha producido bajo regímenes políticos de
poderosos presidencialismos, en cualquiera de sus modalidades. Esta
desconfianza histórica hacia los abusos de las presidencias y sus camarillas

2
convierte la limitación y el debilitamiento del Ejecutivo en una de las tendencias
recientes del constitucionalismo latinoamericano”.1

Un análisis detenido sobre la situación que atraviesa América latina,


muestra que se encuentra atravesando un período de crisis, donde las condiciones
de gobernabilidad estarían deteriorándose progresivamente, producto de la
implementación políticas endebles que sólo aportan confusión y desequilibrios en lo
cotidiano, y que traen como consecuencia la vulneración de los derechos humanos,
que se evidencian principalmente en las crisis económicas siempre presentes en la
historia de América Latina, y se manifiestan en los siguientes indicadores:
:
 La escasez de alimentos de primera necesidad.
 Condiciones sanitarias deficitarias que conlleva a altas tasas de mortalidad y
una expectativa de vida muy alejada de la que tienen los habitantes de los
países desarrollados,
 Altos índices de desempleo limitando la subsistencia de gran parte de la
población a las ayudas que adquieren el formato de en planes sociales que no
superan el mero asistencialismo y que sosteniéndose en el tiempo terminan
impactando de manera contraria a aquello a los que les dio origen.,
 Un alto nivel de analfabetismo.

América Latina, históricamente, desde sus orígenes en cuanto a la


conformación del mapa económico, ha ocupa el lugar de proveedor de materias
primas, esto la coloca en desventaja en relación con los países productores de
bienes manufacturados. Además, cabe señalar que durante el S XX, poco
colaboró la regularidad en la inestabilidad constitucional y las políticas persecutorias
negadoras de la diversidad. Esto sentó la bases para instalar un escenario en donde
los actores protagonistas son gobiernos caracterizados por democracias débiles
(debido a los procesos de transición en los que se encuentran inmersos desde hace
más o menos años) y con modelos económicos más preocupado en desarrollar
políticas que impulsen únicamente determinadas áreas de mercado, contribuyendo,
con ello, al aumento del desempleo, la delincuencia, inseguridad ciudadana y
disminución del poder adquisitivo de la población.

Algunos rasgos que asiduamente se hacen presentes en los diferentes


países que conforman América Latina son: violencia, la impunidad, la corrupción y la
falta de ética en la acción pública y privada, el llamado “clientelismo”, y la pobreza.
Como ya se ha planteado esta problemática trasciende los límites, ya de por si
flexibles, de los estados actuales y se instala como denominador común de la
cotidianeidad de la “aldea global”.

Ante este estado de situación es que la educación en derechos humanos,


adquiere un rol destacado e imprescindible, para que las democracias, en su camino

1
Colomer Viadel, Antonio “Constitución, Estado y Democracia en el siglo XXI”, Ed. Nomos,
Valencia, 2003, pp. 116-117.

3
hacia el fortalecimiento y perfeccionamiento, sienten sus bases en un conocimiento
profundo e integral de los mismos, lo que incluye la atención a la diversidad, el
respeto, la protección y defensa de los derechos humanos como única manera de
garantizar el pleno desarrollo personal, social y político de las minorías que , aún hoy,
siguen viendo limitado en su ejercicio pleno. Es oportuno señalar, que la educación en
derechos humanos, se enmarca en un contexto global que incluye las esferas
políticas, económicas, sociales y culturales, que la condicionan y la proyectan, pero no
la determinan. De lo expresado, se deduce que la educación en los Derechos
Humanos deberá llevarse a cabo de manera integral en esta multiplicidad de frentes
para que se produzca el resultado esperado. Tales frentes incluyen, desde instancias
gubernamentales, propias de las distintas formas de organización política del Estado,
hasta la labor desarrollada por numerosísimas ONG´s y movimientos sociales
pasando por las unidades que integran el sistema educativo y el campo educativo en
su conjunto más amplio y abarcativo.

Lo expresado en las líneas precedentes, se reafirma en lo expresado por


Carbonell, al plantear: “En la educación, muchas naciones se juegan su futuro. Para el
tema de derechos humanos, la educación, además de ser en sí misma un derecho, es
un arma muy potente y muy necesaria, indispensable por muchos y variados
motivos”.2 Esto, se constituye en un fundamento por demás sólido, para que se
promuevan desde todos los actores e instituciones involucradas, de una manera u otra
en el tema políticas de desarrollo de la incipiente “Cultura de los Derechos
Humanos”, como pilar esencial para todas las sociedades, que se encuentren en el
camino hacia una verdadera democracia, que supere las meras participaciones
simbólicas instalando un ejercicio sostenido de instancias participativas reales.

Si a partir de las diferentes acciones que se llevan a cabo en la educación en


los Derechos Humanos se logra que los sujetos, respeten y entiendan las

2
Carbonell, Miguel. La Constitución en serio, Ed. Porrúa y UNAM, México,2002 p.250

4
diferencias entre las distintas comunidades y sus culturas, entonces se podrá
lograr la convivencia pacífica, producto del respeto por diversidad. De esta manera,
se sientan las bases para el desarrollo de una sociedad intercultural que caracteriza
el escenario posmoderno. Su análisis requiere tomar en consideración las siguientes
variables:

La educación en
La interrelación entre Derechos Humanos en
Educación –derechos Latinoamérica
Humanos

La CNDH como ejemplo


latinoamericano en la
tarea de difusión y
enseñanza en los
Derechos humanos.

La protección de los Derechos Humanos y la educación de la sociedad en la


“Cultura de los Derechos Humanos”, son una combinación esencial para que la
democracia plena encuentre su espacio de acción. Solo si, los gobiernos actuales
atienden al problema de la educación y el desarrollo social, que involucra también, el
fortalecimiento y la promoción de los valores éticos, que tienen que ser el fundamento
de la expresión democrática, entonces América Latina podrá tener un desarrollo pleno
y auténtico de sus potencialidades.

Para ampliar la concepción de diálogo intercultural para la construcción


democracia, se le sugiere la visualización del siguiente video.
https://www.youtube.com/watch?v=qJZNgFiE1c8

5
Para conocer más sobre el proceso de la enseñanza de los derechos
humanos en la escuela se le sugiere remitirse a la sección citas textuales, que se
encuentra final de la unidad temática.

2. La interrelación entre educación y derechos humanos

El análisis de la relación entre Educación y Derechos Humanos, implica


detenerse en la definición de algunos conceptos: derecho a la educación, los
derecho humanos, y la educación en derechos humanos, que en primera instancia
las personas parecería que comparten su significación. Sin embargo, existen
diversas cosmovisiones. A modo de ajustada síntesis se presentaran definiciones que
dan cuenta de las mismas:

Stedh (1982) sostiene que: “El derecho a recibir instrucción, entendido como
el desarrollo del principio básico de educabilidad inherente a la dignidad de la persona
humana diferenciándose del derecho a la libertad de enseñanza, que es el derecho a
elegir aquélla en función de un ideario”3. Mientras que, el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos define: “[…] la enseñanza como instrucción, y la educación como
inculcación de creencias, de hábitos y de valores”4.

En términos de Derechos Humanos en el devenir histórico se ha ampliado el


universo constituyente de los mismos, comenzando por aquellos que se encuentran
recogidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos, hasta los así
reconocidos como tales por cada Estado, en su ordenamiento jurídico y en los
tratados internacionales ratificados por los Estados partes. Dicho de otra forma, son
“[…] aquel conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento histórico,
concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humanas, las cuales
deben ser reconocidas positivamente por los ordenamientos jurídicos a nivel nacional
e internacional”5. En esta definición, como puede advertirse se pretende conjugar las
dos grandes dimensiones que integran la noción general de los Derechos Humanos,
que son, por un lado, la exigencia iusnaturalista con respecto a su fundamentación, y
el posicionamiento positivo que garantiza su protección dando la medida de su
ejercicio.

Cuando se refiere a la educación en derechos humanos no se realiza desde


un abordaje aislado de tópicos referentes a valores universales, sino a una práctica
educativa integral y sostenida en el tiempo, cuyo objeto principal es favorecer el

3
. STEDH de 25 de febrero de 1982. Caso Campbell y Cosans.
4
Pérez Luño, Antonio Enrique. “Derechos Humanos, Estado de Derechos y Constitución”,
5
Pérez Luño, Antonio Enrique. “Derechos Humanos, Estado de Derechos y Constitución”,

6
reconocimiento, la defensa y la promoción de los derechos inherentes a la dignidad de
toda persona, considerando al ser humano como sujeto de derechos desde el
momento de su concepción. En tal sentido, Ramirez , G. ( 2000) expresa: “Es toda
formación fundada en el respeto y vigencia de valores, principios y mecanismos
relativos a los derechos humanos en su integridad e interdisciplinariedad, su
vinculación con la democracia, el desarrollo y la paz6.

De lo antes expuesto, se desprende que la educación en Derechos Humanos


se puede enfocar de tres modos distintos, que se presentan en el siguiente
esquema.

1. A través de las prácticas que se basan en una educación en valores, es


decir, en la transmisión de ciertos valores universales que el individuo
debe plasmar en su vida cotidiana

2. A través de las prácticas que privilegian la formación eminentemente


jurídica.

3. A través de las prácticas que parten de una realidad social y política,


inscribiendo el conocimiento de los derechos humanos como la
construcción de un saber, en el marco de la lucha por la democracia y la
reapropiación de la ciudadanía.

Ideológicamente se acuerda que el enfoque más apropiado para diseñar una


educación en derechos humanos es el tercero, ya que los destinatarios de la
propuesta no son entelequias abstractas sino actores sociales que, como tales, viven
atravesados por la conflictiva social, que se modifica según coordenadas tempo
espaciales determinadas donde se suceden circunstancias histórico sociales
concretas, que influyen e inscriben cosmovisiones que determinan la forma de
entender sus derechos. La elección de este enfoque no excluye a los otros dos, es
más, lo ideal es que se integren y complementen ya que, los valores y las
prescripciones jurídicas, por ser construcciones culturales, también guardan estrecha
relación con los paradigmas interpretativos que definen a cada sociedad e impactan en
las formas de relación que se establecen entre sus miembros y la comprensión global
que sobre los derechos humanos se realiza.

6
Ramírez, Gloria. La educación en derechos humanos en México, Experiencias de educación en derechos humanos
en América Latina, Ed. Instituto Interamericano Costa Rica, de Derechos Humanos (IIDH) y Fundación Ford, San José,
C2000, p. 164.

7
Origen de la relación derechos humanos y educación.

En líneas generales, existe una fantasía ampliamente difundida que la relación


entre la educación y los derechos humanos se ha construido en los últimos años. Sin
embargo, y en rigor de verdad, es preciso remostarse a tiempos de post guerra con el
fin de encontrar su origen, pues la primera referencia al tema data de 1948 y se
encuentra en la Declaración Universal de los Derechos Humanos donde se expresa:

“La presente Declaración Universal de los Derechos Humanos como ideal


común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que
tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en
ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a esos
derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter
nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universal y efectivos,
tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los
territorios colocados bajo su jurisdicción”7.

Ante el escenario de la posguerra y el temor generalizado de otro eventual


conflicto bélico, los países comienzan a trabajar sobre el tema de preservación de la
paz, que incluye varios ámbitos y se instala en las políticas de Estado de manera
permanente. Es decir, hay una toma de conciencia que la vía jurisdiccional es
condición necesaria pero no suficiente para que se reconociesen y protegieran los
Derechos Humanos y que la concientización y práctica reflexiva debía implementarse
por medio de la educación y la enseñanza en los propios Derechos Humanos, ya que
el ámbito educativo se considera el medio más idóneo existente para crear en cada
individuo, una conciencia de respeto a los mismos, como presupuesto indispensable
para el desarrollo de una sociedad justa y democrática.

Es interesante destacar la estrecha relación existente entre los términos


democracia, educación, desarrollo sustentable, valores éticos y Derechos
Humanos. Tan sólida es esta relación, que son conceptos que impactan de manera
dinámica y permanente entre sí. Es muy simple comprobar su correlatividad, a tal
punto, que si uno de ellos falla, el resto se ve resentido en su estructura de manera
sustancial. Es por eso, que la educación en Derechos Humanos debe de ser un
propósito a alcanzar por cualquier sociedad en su proceso de evolución a un Estado
Democrático, ya que el ejercicio y respeto integral de los Derechos Humanos, sin
distingo de clases sociales, grupos étnicos ni niveles culturales es una condición sine
qua non para que la democracia deje de ser un término simplemente enunciativo y se
constituya en un valor presente en la vida cotidiana. Sólo de esta forma los Estados

7
Baigorri Goñi, José Antonio ( y otros). Los Derechos Humanos. Un Proyecto Inacabado, Ed. Del Laberinto, Madrid,
2000, p. 47. Fundación Popular Iberoamericana. “La Agenda Iberoamericana del S.XXI: Ética y Democracia”, Ed.
Gráficas Novosur, Madrid, 1999, pp. 5 y 27.

8
podrán alcanzar un desarrollo sostenido y sustentable cuyos resultados lleguen a
todos y cada uno de sus habitantes.

Cabe destacar que en los últimos años, en América Latina se implementan,


incluso desde los currículos oficiales propuestas en este sentido, las mismas tienen su
basamento en un paradigma humanista que sostiene que lo más importante, por
encima del Estado y del Mercado, es la persona humana.

Actualmente no se visualiza, en el panorama más inmediato, otro enfoque


paradigmático adecuado para la resolución de fondo de los problemas propios de
nuestro tiempo y, por ende, de nuestras sociedades. Por esto, es que el abordaje de
la problemática desde la educación debe convertirse en un punto neurálgico, central y
permanente de toda propuesta superadora y transformador en el sentido más
generalizado del término. Sólo si, se focalizan todos los esfuerzos, más allá del mero
voluntarismo, en la dirección de la preparación, respeto, promoción del potencial
intelectual y humano de cada una de las personas, entonces, podrán diseñarse
proyectos de futuro que permitan un desarrollo pleno de las condiciones de vida
necesarias para garantizar el goce pleno de la dignidad humana.

Más allá de los distintos posicionamientos ideológicos presentes en el sistema


educativo, parece haber una coincidencia generalizada que la educación es el único
camino para el desarrollo integral de las personas y, por ende, la base necesaria para
instalar cualquier proceso de democratización en una sociedad compleja. Por lo tanto,
no debiera ser menos aceptado el pensar que la Educación en Derechos Humanos
tiene una importancia igual o mayor a la que tiene la educación científica que se
sostiene con peso, casi sacralizado, en las aulas a través de los siglos. Esto se logra,
si se la considera una herramienta incuestionable, para la prevención de las
violaciones de estos derechos, construyendo, desde el inicio de las trayectorias
educativas, conductas y actitudes basadas en la tolerancia, solidaridad y respeto.
Sólo se respeta y se defiende aquello que es conocido por nosotros mismos. Es por
esto que si construimos sociedades atravesadas por una cultura de los Derechos
Humanos, entendiendo que estos son inherentes a la persona más allá de diferencias
sociales, desigualdades económicas o diversidades culturales, la defensa de los
mismos será responsabilidad de todos. Para lograr este anhelo, la educación en los
Derechos Humanos puede desempeñar, a largo plazo, un papel importante en la
prevención y protección de los mismos.

A partir de lo expresado precedentemente, se puede decir que, “[…] la


educación en y para los Derechos Humanos no es una acción que termine en sí
misma, sino que está proyectada para generar otras acciones, múltiples y en ámbitos
también múltiples, que hagan realidad la existencia viva del Estado de Derecho”8.

La UNESCO afirma que lo específico de la educación en Derechos Humanos es


educar la conciencia de una convivencia social a nivel personal, nacional e
internacional que dignifique a la persona. Es una educación cuyo centro es el conflicto

8
Fundación Popular Iberoamericana. “La Agenda Iberoamericana del S.XXI: Ética y Democracia”, Ed. Gráficas
Novosur, Madrid, 1999, pp. 5 y 27.

9
permanente de las relaciones humanas, pero cuya esperanza siempre estará dada en
el respeto al otro, la cooperación y el entendimiento. Esto lleva necesariamente a
que una educación en Derechos Humanos sea una educación democrática9.

Toda propuesta pedagógica – didáctica, en relación con la educación en


Derechos humanos debiera tomar en cuenta lo aconsejado por la UNESCO, cuyos
objetivos básicos10se presentan el siguiente esquema:

Educación en Derechos
Humanos

UNESCO

OBJETIVOS

Motivar las actitudes de Entregar los conocimientos sobre Desarrollar en cada individuo la
tolerancia, de respeto, de los Derechos del Hombre en sus conciencia acerca de los medios
solidaridad inherente a los dimensiones tanto nacional como por los cuales los Derechos del
Derechos Humanos. internacional y sobre las Hombre pueden ser concretados
instituciones establecidas para su en realidad social y política en el
puesta en marcha. nivel tanto nacional como
internacional.

Es oportuno señalar que el aprendizaje significativo requiere de la asunción


de un papel activo por parte de los protagonistas en la construcción de las
concepciones. Por ende, el aprendizaje de los Es Derechos Humanos no es la
excepción a esta regla general, entonces resulta interesante y necesario el planteo
acerca de quiénes y que es lo que se construye en una educación de este tipo.
La respuesta aunque pueda parecer obvia debe estar presente y guiar toda la
propuesta. Se construye desde la individualidad pero también en la interacción entre
actores que es la sociedad. Es decir, que se conjugan las dimensiones individuales y
colectivas de la persona y así emerge una nueva cultura, la “Cultura de los
Derechos Humanos”, que como tal tiene características propias e idéntitarias, su
carácter preventivo, en la medida que permite la utilización de estrategias de
intervención con las se intenta erradicar todo tipo de violaciones y abusos, como
refiere la UNESCO: “[…] aprenderemos cuáles son nuestros Derechos Humanos,

9
Congreso Internacional sobre la Enseñanza de los Derechos Humanos, UNESCO, Viena, 1978. Manual de
Capacitación para Educadores. La incorporación de los Derechos Humanos al aula”, Corporación Nacional de
Reparación y Reconciliación, México, 1994,
10
Bonifacio Barba, José. Educación para los Derechos Humanos, Fondo de Cultura Económica, México, 1997, p. 122.

10
actuar en su favor, y por supuesto, aprenderemos a disfrutarlos, siempre en el marco
de la democracia”11.

La construcción de la “Cultura de los Derechos Humanos” implica la educación


ciudadana de la sociedad, que por un lado, genera acciones que evidencian
resistencias y por el otro, promueve la participación real - que posibilita la asunción
de un rol protagónico-, en contraposición con la participación simbólica.

Indudablemente este resultado no se materializa de un día para otro, sino que


necesita del trabajo sostenido y en red de las diferentes instituciones. El poder llegar a
un nivel óptimo, o al menos aceptable, de educación participativa y democrática
requiere de decisiones políticas de los gobiernos que actúen como facilitadores para
el afianzamiento de la cultura de los Derechos Humanos.

La decisión política mínima e indispensable, pero no por ello menor, de parte


de los gobiernos es que reflejen en las normas jurídicas que regulan la vida social la
importancia que tiene la educación dentro del proceso de desarrollo del país, y
realicen una inversión en la obtención de medios suficientes para que se cumplan
unos fines educativos mínimos.

El derecho a la educación y las Constituciones de los países


latinoamericanos.

Del análisis de las Constituciones de la mayoría de los países que conforman


Latinoamérica, se revela una regularidad, que en las mismas, existen artículos que
mencionan el derecho a la educación, y cuentan con singularidades, que van desde
una vinculación del hecho educativo con los principios democráticos que deben ser
base del mismo, hasta la consideración de la educación como un derecho humano,
con la consiguiente obligación de garantizarla desde las acciones de gobierno.

Se le sugiere la lectura de los artículos que abordan la temática de la


creación de ciudadanos activos en el campo de los derechos humanos y el lugar que
ocupa la educación.
http://www.amnistiacatalunya.org/edu/pdf/articles/kate-moriarte.pdf (1)
http://catedraunescodh.unam.mx/catedra/mujeres/menu_superior/Doc_basicos/5_bibli
oteca_virtual/1_d_h/19.pdf (2)

11
Congreso Internacional sobre la Enseñanza de los Derechos Humanos, UNESCO, Viena, 1978. Manual de
Capacitación para Educadores. La incorporación de los Derechos Humanos al aula”, Corporación Nacional de
Reparación y Reconciliación, México, 1994,

11
3. La educación en derechos humanos en los países latinoamericanos.

A partir de mediados de los años ochenta, en el contexto latinoamericano se


produce un cambio sustancial, el debilitamiento de la Doctrina de la Seguridad
Nacional y el resurgimiento de las democracias, luego de gobiernos dictatoriales que
se diferenciaron de todas las experiencias anteriores, fundamentalmente, por la
destrucción de los aparatos productivos nacionales, el debilitamiento de la conciencia
política, la destrucción de los lazos solidarios y la violación sistemática de los derechos
humanos.

Este punto de inflexión se evidencia, entre otras variables, en la preocupación de


los gobiernos democráticos de instalar en la base de sus sistemas educativos la idea
de una educación en derechos como un pilar fundamental en los procesos de (re)
democratización de las sociedades, que debieron transitar caminos plagado de
altibajos para dejar atrás un primer momento de democracias débiles e inestables y
comenzar a transitar el camino de las democracias plenas.

Los derechos humanos son el fundamento ético de un nuevo paradigma


educacional, que posibilita la reconstrucción pública de la educación, a que la
postula como la estrategia fundamental para el sostenimiento de la paz y posibilita
la construcción de la conciencia ciudadana, que favorece la convivencia social y la
participación consciente, que se opondrá a cualquier intento de autoritarismo estatal.

Las Organizaciones No Gubernamentales, son algunas de las que más se han


preocupado por la educación en derechos humanos, en consonancia la labor
realizada por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH). Ambas
acciones pueden considerarse como el inicio de instalar la idea de campo educativo
como complementario y subsidiario del sistema formal.

En los inicios, la capacitación de los docentes, ,adquiere un rol fundamental ,


dado que la educación en derechos humanos, no corresponde a una materia en
particular, sino por el contrario, es un tema trasversal y debe ser abordado en todas
materias. La capacitación debe abarcar los contenidos: los cuerpos normativos
nacionales e internacionales, y las estrategias de intervención específicas que
potencien la educación en derechos humanos y que impacte en el accionar de los
ciudadanos.

La educación se conforma en función de dos coordenadas tiempo y espacio,


la modificación de una de éstas variables impacta, en mayor o menor medida, en la
realidad social. En los años noventa, en América Latina, comienzan a perfilar la
permanencia de los gobiernos democráticos como forma de conducción de los
Estados. Este cambio situacional determina un viraje durante la década de los
noventa, donde los gobiernos democráticos comienzan a adquirir una fuerza sostenida
en la continuidad y el ejercicio de las prácticas participativas (aunque sea a nivel
formal o simbólico), lo cual permite visualizar una profundización del interés por parte
del Estado en este tipo de educación, que se plasma a nivel formal, legal y
sistemático con la incorporación de problemáticas y contenidos específicos sobre

12
Derechos Humano, al currículo de educación formal, incluyéndose en todos los niveles
del sistema educativo. Esta incorporación al currículum oficial no fue una acción menor
ya que permitió que los derechos humanos ganaran terreno en el campo de la
educación formal, junto con propuestas pedagógicas que incorporaban miradas , que
resultaron cuasi revolucionarias, basadas en un abordaje atravesado por cuestiones
tales como: medio ambiente, multi, pluri e interculturalidad, orientación sexual, salud,
educación para el consumo, entre otros , vinculándolos con los valores fundamentales
de respeto a la vida, la libertad, la justicia, la solidaridad, convivencia pacífica y
responsabilidad ciudadana.

En relación con el camino iniciado una década antes con respectos a


contenidos y estrategias, -como se refirió en el párrafo precedente-, se comenzaron a
elaborar, desde los distintos Ministerios de Educación, materiales educativos, que
facilitarían la formación en servicio y el accionar de los docentes que debían adquirir
conocimientos integrales en los campos ético, jurídico, político, así como pedagógico
y metodológico que superara la formación inicial y se adecuaran a los nuevos
contextos sociales donde desarrollaban su quehacer profesional.

Esta propuesta de formación generalizada sobre la temática se vio reforzada


con una oferta universitaria, materializada en ofertas de licenciaturas y maestrías, que
permitían un grado de especialización mayor sobre Derechos Humanos.
Tal fue la importancia asignada a esta nueva propuesta educativa que la temática
trascendió, incluso, al mundo universitario, de tal modo, que se crearon institutos
especializados en la materia en casi todos los países de América Latina.

En un plano más profundo de análisis se evidencia que el sentido último que se


le asigna a la educación en derechos humanos, como resultado del esfuerzo realizado
hasta el momento, es la de formación de un sujeto de derechos, que se proponen la
toma de conciencia de su rol protagónico en la construcción de sociedades que
puedan contribuir a la transformación de las estructuras de injusticia que aún hoy se
encuentran instaladas en Latinoamérica y cuyo indicador más dramático y , a la vez,
incontrastable, es la desigual distribución de riquezas, con todos los efectos
colaterales que ello trae aparejado.

El camino hacia una educación en derechos humanos, como elemento


primordial, para la construcción de sociedades que sean capaces de delinear su futuro
de acuerdo con presupuestos democráticos, permite inferir la posibilidad de que este
tipo de educación se refleje en el actuar cotidiano de los ciudadanos a niveles inter y
extra institucionales.

El análisis de la educación en Derechos Humanos en Latinoamérica sería una


tarea titánica y que excedería las posibilidades reales de concreción, por lo que, de
manera deliberara, se escoge uno de ellos como prototipo a ser estudiado, por su
valor referencial en materia educativa: México.

13
México, al igual que el resto de países latinoamericanos, inicia su camino hacia
la educación en derechos humanos en los años ochenta, a continuación se intenta
hacer una ajustada reseña de su desarrollo.

El primer programa sostenido y deliberado en materia de educación en


Derechos Humanos, se llevó a cabo entre 1989 y 1994, y se lo denomino
“Modernización Educativa”. Su basamento jurídico, se encuentra en la misma
Constitución Nacional y en la Ley de Educación vigente que recogía, ampliamente, los
postulados esenciales de los derechos humanos e integraba diversas propuestas de
conferencias internacionales, declaraciones y pactos universales.

En 1993, con el cambio de Ley de Educación se refuerza esta idea ya que el


nuevo cuerpo legal de manera explícita señala la idea de promoción de los derechos,
la plena vigencia del Estado, con su consiguiente correlato en la defensa y promoción
de valores intrínsecos a la democracia, tales como: justicia, predominio de la ley e
igualdad para todos los ciudadanos. Esta ley significa un avance sustancial en el tema
ya que en ella se reconoce explícitamente la enseñanza de derechos humanos como
parte de la política educativa nacional.

En el trascurso de toda la década, en el ámbito universitario, se introduce


paulatinamente la educación de los derechos humanos entre sus ofertas académicas,
enfrentándose al reto de formación de sus docentes en el área por considerarla de
capital importancia para la formación básica profesional.

Una propuesta que no puede dejar de mencionarse por su carácter


innovador y por la relevancia que le dio al tópico es la llevada a cabo en la
Universidad Autónoma de Puebla, al introducir desde 1995 un Tronco Común
Universitario, que contiene asignaturas obligatorias para todos los alumnos en todas
las carreras: derechos humanos, medio ambiente, globalización, lenguas extranjeras y
computación aplicada.

En México, se puede afirmar que la educación en derechos humanos


adquiere el ribete de disciplina jurídica autónoma con semipleno status, ya que
cuenta con la autonomía legislativa, en consideración con dos factores: por un lado,
una ley y por el otro, un reglamento interno del órgano, al cual se le encomendó la
tarea relacionada con la protección, divulgación y enseñanza de los derechos
humanos en el país: la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Este mismo
organismo da cuenta de una autonomía científica, que se e videncia en el aumento
de las investigaciones y trabajos centrados en el tema. Sin embargo, al menos
discutible el valor que adquiere la autonomía jurisdiccional, ya que en sentido
estricto no la tiene, por la sencilla razón que la Comisión no es un órgano
jurisdiccional. Sin embargo, no se puede desconocer que la Comisión contiene en
su normativa específica procedimientos de protección de los derechos humanos,
consiguiendo con su accionar, en muchos casos, que las autoridades enmienden su
actitud y repongan en sus derechos a quienes sienten han sufrido algún tipo de
vulneración.

14
En referencia a la autonomía didáctica, no se corre con la misma suerte, ya
que actualmente no hay indicadores serios que permitan aseverar que los derechos
humanos en México cuentan con una didáctica autónoma, o cuanto menos específica.
En ello la didáctica sigue los parámetros generales de la didáctica de las ciencias
sociales. Es por ello, que situar a los derechos humanos como punto de atención en
centros de educación superior, se convierte en un desafío del quehacer académico,
que no se puede eludir de ningún modo. Ofrecer nuevos enfoques, conceptos, modos
de integrar la materia en los proyectos educativos de forma masiva y fortalecer su
enseñanza, son los desafíos que quedan pendientes para el siglo XXI.

Nelson Mandela asegura que: “La educación


es el arma más poderosa que puedes usar
para cambiar el mundo”.

Se le sugiere la visualización de la conferencia en educación y derechos


humanos.
https://www.youtube.com/watch?v=2a0nRj45dNM

Para ampliar la información sobre la educación en derechos humanos en


Latinoamérica se le sugiere la lectura del artículo La evaluación educativa como
derecho humano de Javier Murillo y Marcela Román.
https://revistas.uam.es/index.php/riee/article/viewFile/4676/5113 (3)

Se le sugiere remitirse a la sección citas textuales al final de la unidad


temática, donde encontrara el artículo: La educación: el arma más poderosa para
cambiar el mundo.

15
4. La Comisión Nacional de Derechos Humanos CNDH de México como ejemplo
latinoamericano en la tarea de difusión y enseñanza de los derechos humanos

Como se ha mencionado en el punto anterior, la Comisión Nacional de


Derechos Humanos constituye un ejemplo activo y dinámico de difusión estudio y
promulgación de los derechos humanos en el contexto latinoamericano,
constituyéndose en un pilar esencial en la construcción de una “cultura de los
derechos humanos”, que lleva los mexicanos, a convertirse en un pueblo en donde
cada ciudadano es un sujeto conocedor de sus derechos con posibilidad de
ejercitarlos, siendo el Estado quién tiene el deber de respetarlos y protegerlos, como
obligación primera del Estado de Derecho.

La labor de ésta Comisión resulta paradigmática por poder ser considerada


como un caso testigo de las acciones gubernamentales que pueden encararse cuando
la educación en Derechos Humanos se toma como una verdadera política de Estado
que supera las meras declamaciones demagógicas o acciones aisladas por parte de
un gobierno que no llegan, por esa falta de sistematicidad, a impactar en la sustitución
de una participación simbólica por una participación real, donde los ciudadanos
participan en todas las instancias de proyectos que modifiquen situaciones de base de
la vida social.

Antecedentes de la Comisión Nacional de Derecho Humanos

”Desde el punto de vista de la defensa de los derechos de los ciudadanos, podríamos


decir que los antecedentes más lejanos de la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos (CNDH) se encuentran en el siglo XIX, con la promulgación de la Ley de
Procuraduría de Pobres de 1847 que promovió don Ponciano Arriaga en el estado de
San Luis Potosí. Pero es hasta la segunda mitad del siglo XX, y como consecuencia
de una enfática demanda social en el ámbito nacional y de las transformaciones en la
esfera internacional, que comienzan a surgir diversos órganos públicos que tienen
como finalidad proteger los derechos de los gobernados frente al poder público.

Así, en 1975 se creó la Procuraduría Federal del Consumidor, teniendo como finalidad
la defensa de los derechos de los individuos, pero no necesariamente frente al poder
público. Asimismo, el 3 de enero de 1979 se instituyó la Dirección para la Defensa de
los Derechos Humanos en el estado de Nuevo León, por instrucciones de su entonces
Gobernador, doctor Pedro G. Zorrilla. Posteriormente, en 1983, el ayuntamiento de la
ciudad de Colima fundó la Procuraduría de Vecinos, que dio pauta al establecimiento
de dicha figura en la Ley Orgánica Municipal de Colima del 8 de diciembre de 1984,
siendo optativa su creación para los municipios de dicha entidad.

Por su parte, el 29 de mayo de 1985 la Universidad Nacional Autónoma de México


estableció la Defensoría de los Derechos Universitarios, y en 1986 y 1987 se fundaron

16
la Procuraduría para la Defensa del Indígena en el estado de Oaxaca y la
Procuraduría Social de la Montaña en el estado de Guerrero, respectivamente. Más
adelante, el 14 de agosto de 1988, se creó la Procuraduría de Protección Ciudadana
del estado de Aguascalientes, figura prevista dentro de la Ley de Responsabilidades
para Servidores Públicos. Meses después, el 22 de diciembre, se configuró la
Defensoría de los Derechos de los Vecinos en el Municipio de Querétaro. Además, en
la capital de la República el entonces Departamento del Distrito Federal estableció la
Procuraduría Social el 25 de enero de 1989.

Respecto de los antecedentes directos de la CNDH, el 13 de febrero de 1989, dentro


de la Secretaría de Gobernación, se creó la Dirección General de Derechos Humanos.
Un año más tarde, el 6 de junio de 1990 nació por decreto presidencial una institución
denominada Comisión Nacional de Derechos Humanos, constituyéndose como un
Organismo desconcentrado de dicha Secretaría. Posteriormente, mediante una
reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación el 28 de enero de 1992, se
adicionó el apartado B del artículo 102, elevando a la CNDH a rango constitucional y
bajo la naturaleza jurídica de un Organismo descentralizado, con personalidad jurídica
y patrimonio propios, dándose de esta forma el surgimiento del llamado Sistema
Nacional No Jurisdiccional de Protección de los Derechos Humanos.

Finalmente, por medio de una reforma constitucional, publicada en el Diario Oficial de


la Federación el 13 de septiembre de 1999, dicho Organismo Nacional se constituyó
como una Institución con plena autonomía de gestión y presupuestaria, modificándose
la denominación de Comisión Nacional de Derechos Humanos por la de Comisión
Nacional de los Derechos Humanos. Esta reforma constituye un gran avance en la
función del Ombudsman en México, ya que le permite cumplir con su función de
proteger y defender los Derechos Humanos de todos los mexicanos. Su actual titular
es el Lic. Luis Raúl González Pérez.”
http://www.cndh.org.mx/Antecedentes

La CNDH, a través de su programa de publicaciones, ha editado muchísimo y


variado material que abarca desde la forma en la que surge la figura del Ombudsman
en México, hasta las competencias que tiene y los procedimientos vigentes para lograr
su participación en casos concretos. Estas publicaciones resultan de vital importancia
al permitir de manera simple, sencilla y clara que el pueblo cuente con la información
necesaria para eventuales usos de esta instancia ante casos de violaciones de
derechos humanos.

La Comisión, a los efectos organizativos, cuenta con dos grandes áreas:


promoción y difusión para lograr que la educación en derechos humanos tenga una
llegada masiva a los ciudadanos, con el convencimiento que contar con una
información adecuada es condición absolutamente necesaria para que los Derechos
Humanos sean percibidos como una variable cotidiana en el desarrollo de la sociedad.

El área de Promoción se encarga del desarrollo de programas específicos, que


tienen por objeto principal el estudio de la problemática concreta de determinadas
minorías sociales. De ella dependen todas las acciones y cursos de capacitación que
tienen como destinatarios tanto a especialistas interesados en el tema - abogados,
sociólogos, antropólogos, docentes, etc- hasta ciudadanos comunes que se

17
constituyen en verdaderos actores sociales. Esta amplia audiencia es un indicador
claro de lo anteriormente dicho en cuanto a la importancia de capacitar y dar
formación a las personas ya que el tema en cuestión involucra a todos y a cada uno de
los ciudadanos en toda la complejidad de su abordaje.

El área de difusión, tiene a su cargo todo el sistema dedicado a la circulación


del conocimiento. El cual comprende un trabajo directo con los medios de
comunicación masivos que permiten dar a conocer la existencia de programas
especiales para minorías étnicas, sexuales, sociales, etc. cuyo objetivo es la
disminución de las situaciones de vulnerabilidad basadas en estereotipos
discriminatorios.

4.1 La labor de la Comisión de derechos humanos en la educación formal.

En el ámbito correspondiente a la educación formal, la labor de la


Comisión, tiene un impacto mayoritario en la esfera de la educación universitaria
mediante la firma de convenios que permitan la ampliación de la oferta
académica en base a doctorados, maestrías y diplomaturas en Derechos
Humanos. En referencia a los niveles de educación obligatoria del sistema
educativo la Comisión implementa acciones de capacitación con los docentes y
focaliza su atención especialmente en asuntos de la mujer, la niñez y la familia.

La Comisión ha dado una gran importancia a los temas relacionados con la


infancia, por entender que su situación de vulnerabilidad debe ser atendida de
una forma específica, es preciso, focalizar la mirada en su educación y
formación, pues es en esa etapa que se comienzan a interiorizar los valores que
serán el eje de su vida. Es por ello, que la Comisión determinó, de manera
reciente, hacer estudios sobre tres problemáticas muy concretas:

 Los niños de la calle.


 Los menores infractores.
 La situación de las mujeres en prisión en compañía de sus hijos.

El abordaje de estas problemáticas, se llevó a cabo, con él con el propósito


de diseñar proyectos de intervención directa que modifiquen la situación inicial,
en función de los resultados obtenidos.

El interés creciente en toda la problemática de Derechos Humanos es una


muy buena señal para continuar trabajando en la educación por y en los
derechos humanos, que debe procurar que todos los esfuerzos que se hagan
en este campo, reviertan en una mejor visión del hombre y del mundo, en su
conjunto y por ende en la construcción de una sociedad profundamente
democrática.

18
Para reflexionar e integrar los contenidos abordados en este unidad
temática proponemos la lectura del siguiente artículo periodístico publicado el 31 de
mayo de 2017 en “La diaria”

Para la CIDH, en la región hay “movimientos conservadores” que buscan


“invisibilizar” temas de género y diversidad

“[…] La CIDH le pidió de oficio al gobierno de Michel Temer explicaciones por


excluir de la Base Nacional Curricular Común, en abril de este año, los
contenidos educativos que abordaban temas de género y diversidad sexual.
También le reclamó que explicitara qué pensaba del programa Escuela sin
Partido, que tiene cada vez mayor incidencia a nivel federal, estadual y
municipal. Movimientos por los derechos humanos y defensores públicos de
Brasil, como representantes de la sociedad civil, se alinearon con la CIDH en el
pedido de cuentas.

El programa Escuela sin Partido, incentivado por movimientos religiosos en


Brasil, ha motivado un debate intenso en la sociedad brasileña sobre la libertad
de cátedra y el derecho a la enseñanza. El programa plantea colocar carteles en
las aulas que señalen los deberes de los profesores, entre ellos la prohibición al
docente de “promover sus propios intereses, opiniones, concepciones o
preferencias ideológicas, religiosas, morales, políticas y partidarias”. También
se le reclama que respete “el derecho de los padres a que sus hijos reciban la
educación moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.

Estos postulados se traducen en una serie de proyectos de ley a nivel federal y


estadual, que reiteran estos principios pero además habilitan mecanismos de
denuncias anónimas contra los docentes, para responsabilizarlos ante la
Justicia por violar estos postulados. Según se denunció en la audiencia, también
se proyecta criminalizar la circulación de material didáctico que contenga
referencias a términos como “identidad de género”.

[…]Fernanda Lapa, directora ejecutiva del Instituto de Desarrollo y Derechos


Humanos y representante de la sociedad civil en la audiencia, manifestó que con
este tipo de proyectos “nuestra democracia está a prueba”, y en particular está

19
en juego el derecho de niños y adolescentes a una educación “libre y sin
censura”. Remarcó que la educación en derechos humanos sirve para prevenir
las violaciones a los derechos humanos, y afirmó: “Precisamos ciudadanos
capaces de reflexionar críticamente y entender el mundo en el que viven”.

Alertó que se llegó a la situación de retirar los temas de género y diversidad


sexual como contenidos educativos, y aseguró que existe “fiscalización y
censura” sobre los docentes. “Este programa viola los derechos humanos, el
propio Estado lo manifestó”, aseguró Lapa, en referencia a los
pronunciamientos contrarios al programa realizados por la Secretaría de
Derechos Humanos, el Ministerio de la Educación y el Supremo Tribunal Federal
de Brasil. Recordó que los relatores especiales de Naciones Unidas también
alertaron sobre la retirada de los contenidos de género y diversidad sexual de
los programas escolares. “Necesitamos que el Estado sea más enérgico para
combatir este movimiento”, porque “los efectos negativos del programa son
concretos”, concluyó Lapa, y pidió a la CIDH que dé una opinión consultiva
sobre el alcance del derecho humano a la educación.

Camila Vieira, defensora pública del estado de Paraná, alertó de que el


movimiento está creciendo y ha tenido repercusiones en los planes municipales
de educación. Consideró que viola “el derecho a una educación plural”, la
libertad de expresión de los profesores y la libertad de cátedra.

Además, aseguró que el movimiento “fomenta un discurso de odio a los


profesores en las redes sociales, intimidándolos”. Los representantes de la
sociedad civil contaron que incluso un grupo de docentes tuvo que dar
explicaciones ante la Justicia de Paraná por haber implementado un programa
de formación en diversidad sexual.

La respuesta del Estado brasileño fue una larga lectura de los contenidos de la
base nacional curricular común, deteniéndose en todas las ocasiones en que se
mencionaba las palabras “género”, “derechos humanos” y “diversidad” –esta
última palabra se incluyó 80 veces, detalló el director del Departamento de
Derechos Humanos y Temas Sociales de la cancillería de Brasil, Alexandre
Peña–. “No hay fundamento para decir que la base nacional es omisa en temas
de diversidad y género”, evaluó el jerarca. Afirmó, por otra parte, que la base es
un proyecto que debe ser aprobado por el Consejo Nacional de Educación y que
puede tener cambios. “A pesar de que se cita la palabra ‘género’, esos
conceptos no son trabajados”, inquirió a su turno el comisionado de la CIDH,
José de Jesús Orozco.

Sobre el proyecto Escuela sin Partido, Peña dijo que el Ministerio de Educación
de Brasil se manifestó oficialmente contra el programa porque no respeta el
pluralismo en las concepciones pedagógicas ni la libertad de los docentes, y por
tanto sería “incompatible” con las directrices nacionales de educación.

El presidente de la CIDH, Francisco Eguiguren, aseguró que en muchos países,


al igual que en Brasil, hay “movimientos conservadores que quieren

20
invisibilizar” los temas de género y diversidad sexual con frases como “con mis
hijos no te metas”. Agregó que “quienes no quieren que se converse de esto en
la escuela quieren retroceder”, y afirmó que “no se trata de adoctrinar”, sino de
“enseñar a respetar la diversidad”.

Protesta “deteriorada”

La audiencia de la CIDH para este caso se celebró un día después de la


represión de una manifestación contra el gobierno en Brasil, que dejó como
saldo más de 50 personas heridas, muchas de ellas de bala. La sociedad civil
aprovechó la instancia para reclamarle a la comisión que se manifestara
públicamente sobre este episodio, y a su turno la CIDH pidió explicaciones al
gobierno de Brasil. El director de Derechos Humanos de la cancillería dijo que
“un grupo de esos manifestantes echó fuego a tres ministerios, generó pánico”,
y esto motivó la “intervención de la Policía con armas de fuego para combatir” a
esas personas “que destruyeron los ministerios”. El jerarca aseguró que no hay
legislación antiprotesta en Brasil y que la represión se dio a raíz del “deterioro
de la protesta”.

SINTESIS

En esta unidad se hace referencias la importancia que adquiere le Sistema


educativo en la construcción de la ciudadanía. En el ámbito educativo la finalidad
de la educación en Derechos humanos es formar para el ejercicio de la ciudadanía
activa, en donde la participación real garantice la democracia y el respecto de los
derechos humanos, para ello es imprescindible la inversión en capital humano.

La protección de los Derechos Humanos y la educación de la sociedad en la


“Cultura de los Derechos Humanos”, son una combinación esencial para que la
democracia plena encuentre su espacio de acción. Es indispensable pensar, que
toda política de Estado que no asuma un tratamiento integral de los Derechos
Humanos, se convierta en la principal destructora de su propia existencia, además de
una amenaza latente para el desarrollo de cualquier intento y sostenimiento de
democratización posible.

El desarrollo de una sociedad intercultural que caracteriza el escenario


posmoderno requiere para su análisis tomar en consideración las siguientes
variables: la relación entre Educación y derechos humanos; la Educación en
Derechos Humanos en Latinoamérica y la CNDH como ejemplo latinoamericano en la
tarea de difusión y enseñanza de los derechos humanos.

La educación en Derechos humanos se puede enfocar de tres modos a


través de las prácticas que:

1. Se basan en una educación en valores, es decir, en la transmisión de ciertos


valores universales que el individuo debe plasmar en su vida cotidiana
2. Privilegian la formación eminentemente jurídica.

21
3. Parten de una realidad social y política, inscribiendo el conocimiento de los
derechos humanos como la construcción de un saber, en el marco de la lucha
por la democracia y la reapropiación de la ciudadanía.

La UNESCO en referencia a los objetivos que plantea para la Educación en


derechos Humanos señala los siguientes:

 Motivar las actitudes de tolerancia, de respeto, de solidaridad inherente a los


Derechos Humanos.
 Entregar los conocimientos sobre los Derechos del Hombre en sus
dimensiones tanto nacional como internacional y sobre las instituciones
establecidas para su puesta en marcha.
 Desarrollar en cada individuo la conciencia acerca de los medios por los cuales
los Derechos del Hombre pueden ser concretados en realidad social y política
en el nivel tanto nacional como internacional.

La construcción de la “Cultura de los Derechos Humanos” implica la


educación ciudadana de la sociedad, que por un lado, genera acciones que
evidencian resistencias y por el otro, promueve la participación real - que posibilita la
asunción de un rol protagónico-, en contraposición con la participación simbólica.

Indudablemente este resultado no se materializa de un día para otro, sino que


necesita del trabajo sostenido y en red de las diferentes instituciones. El poder llegar a
un nivel óptimo, o al menos aceptable, de educación participativa y democrática
requiere de decisiones políticas de los gobiernos que actúen como facilitadores para
el afianzamiento de la cultura de los Derechos Humanos.

Las Organizaciones No Gubernamentales, son algunas de las que más se


han preocupado por la educación en derechos humanos, en consonancia la labor
realizada por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH). Ambas
acciones pueden considerarse como el inicio de instalar la idea de campo educativo
como complementario y subsidiario del sistema formal.

Ofrecer nuevos enfoques, conceptos, modos de integrar la materia en los


proyectos educativos de forma masiva y fortalecer su enseñanza, son los desafíos
que quedan pendientes para el siglo XXI.

AUTOEVALUACIÓN

1. ¿Cuáles son los fundamentos que regulan la educación en Derechos Humanos?


2. ¿Qué argumentos sostienen que la Educación en los derechos humanos tiene
que ser una política de Estado?
3. ¿Por qué adquiere relevancia la participación real en la educación en Derechos
Humanos?
4. ¿Por qué resulta fundamental la inclusión de la educación en Derechos Humanos
dentro de la formación inicial docente?
5. ¿Cuáles les la relación que se puede establecer entre educación en Derechos
Humanos y consolidación de estados democráticos?

22
6. ¿Cuáles son objetivos propuestos por la UNESCO en la Educación en Derechos
Humanos?
7. ¿Qué características presenta la cultura de los Derechos Humanos?
8. ¿Cuáles son los modos en que se puede encarar la Educación en Derechos
Humanos?
9. ¿Por qué la educación en Derechos Humanos se sostiene el paradigma
humanista?
10. ¿Cuáles son las características sobresalientes de la educación en Derechos
Humanos en Latinoamérica?
11. ¿Qué aspectos sobresalientes puede destacar de la educación en Derechos
Humanos en México?

ACTIVIDADES REFLEXIÓN Y APLICACIÓN

1. Observe la siguiente viñeta de Mafalda y construya una justificación al


mensaje de la misma utilizando los conceptos trabajados en la unidad
temática.

2. Elabore una síntesis donde relacione los siguientes conceptos


democracia, educación, desarrollo sustentable, valores éticos y Derechos
Humanos.

CITAS TEXTUALES

El proceso de la enseñanza de los derechos humanos en las


escuelas

“El proceso de la enseñanza de los derechos humanos en las escuelas Hay diversos
métodos para lograr que las estrategias nacionales para introducir la educación de los
derechos humanos en los sistemas educacionales sean sostenibles (a largo plazo),
completas y eficaces tales como:

23
• La incorporación de la enseñanza de los derechos humanos en las leyes
nacionales en las que se regula la educación que se imparte en las escuelas;
• La modificación de los programas de estudio y los libros de texto;
• La inclusión de la capacitación sobre los derechos humanos y las metodologías
didácticas correspondientes en la formación de los profesores antes y después
de su entrada en funciones;
• La organización de actividades extracurriculares tanto en las escuelas como en
el seno de la familia y en la comunidad;
• La preparación de material didáctico;
• El establecimiento de redes de apoyo de profesores y otros profesionales (tales
como grupos de derechos humanos, sindicatos de docentes, organizaciones no
gubernamentales o asociaciones profesionales), etc.

La forma concreta de aplicar este proceso en cada país dependerá de los sistemas
educacionales, que difieren considerablemente en el grado de libertad de los
profesores para establecer y alcanzar sus propios objetivos de enseñanza. Los
profesores serán siempre las personas clave para la puesta en práctica de las nuevas
iniciativas y, por consiguiente, para la difusión del mensaje de los derechos humanos.
Los temas de los derechos humanos pueden incorporarse a las asignaturas habituales
de los programas de estudios, tales como la historia, la educación cívica, la literatura,
el arte, la geografía, los idiomas y las ciencias, o bien puede crearse la asignatura de
derechos humanos; la enseñanza de esta materia también puede llevarse a cabo en
ámbitos menos formales tanto dentro como fuera de las escuelas, por ejemplo en
actividades extraescolares, clubes y asociaciones de jóvenes. Lo ideal sería que la
cultura de los derechos humanos se incorporara a todo el programa de estudios (sin
embargo, en la práctica y especialmente en la enseñanza secundaria, el tema se trata
esporádicamente, como parte del programa de estudios establecido dentro de las
ciencias sociales y económicas y las humanidades). En el aula, la educación de los
derechos humanos debe impartirse prestando la debida atención a la etapa de
desarrollo de los niños y sus contextos sociales y culturales para que los principios de
derechos humanos tengan sentido para ellos. Por ejemplo, la educación en derechos
humanos para los niños más jóvenes puede centrarse en el desarrollo de la
autoestima y en la empatía o sensibilización respecto de los problemas de los demás,
así como en el fomento del respeto de los derechos humanos dentro de la escuela.
Aunque los más jóvenes pueden comprender los principios fundamentales de los
instrumentos básicos de derechos humanos, conviene reservar los documentos de
derechos humanos con un contenido más complejo para los alumnos mayores, que
tendrán más capacidad para desarrollar los conceptos y para el razonamiento
analítico. En el cuadro que sigue se presenta un plan para la introducción progresiva
de los conceptos de derechos humanos en las escuelas según la edad de los
alumnos. No se trata de un plan rígido, sino más bien de una propuesta que fue
preparada y analizada por diversos especialistas en la educación de los derechos
humanos en una reunión celebrada en Ginebra en 1997.”
http://www.ohchr.org/Documents/Publications/ABCChapter1sp.pdf

24
La educación: el arma más poderosa para cambiar el
mundo
La consejera delegada de Adams reflexiona sobre la cultura
de la sostenibilidad
La consejera delegada de Adams, María Jesús P. Ruiz de Valbuena, carga las tintas de humanismo y
reflexiona sobre la educación como herramienta imprescindible para impulsar la equidad social.

"Se acabó el mundo o mejor dicho se acabará el mundo de las empresas que
solo tratan de exprimir la economía y a todas las personas. La nueva etapa ya
ha comenzado"

"Las generaciones jóvenes, nuestro futuro, deben ser conocedores de los


grandes avances que pueden conseguirse haciendo las cosas de otra manera"

Por Por María Jesús Pérez Ruiz de Valbuena, consejera delegada de Admas

“La educación es el arma más poderosa que existe para cambiar el mundo”. No lo digo yo
sino Mandela. Las personas tenemos un inmenso potencial de aprendizaje que
durante toda la vida vamos llenando. Unas más que otras. Aquellas que dejan de aprender
están muertas en vida. Las conocemos todos y suelen ser personas a las que nada les
sorprende y bastante infelices.
Aprender es educarse y conocer más. Es conseguir entender mejor la vida y las personas.
Su entorno y su relación con sus semejantes. La información y formación en valores
consigue que la humanidad avance y las personas seamos más completas.
Los valores que comprende la Responsabilidad Social deben ser conocidos y difundidos
porque implican una visión más completa del mundo en el que vivimos y, por lo que a la
empresa se refiere, es una concepción moderna y avanzada de la manera de relacionarse
con el mundo y con los que rodean a esa empresa.

Se acabó el mundo o mejor dicho se acabará el mundo de las empresas que solo tratan de
exprimir la economía y a todas las personas (clientes y trabajadores). La nueva etapa ya
ha comenzado. Las empresas del futuro y con futuro serán aquellas en las que desde las
más altas instancias de dirección comprenda y ponga en práctica que el mundo de los
negocios funciona cuando TODOS GANAN.

Las generaciones jóvenes, nuestro futuro, deben ser conocedores de los grandes avances
que pueden conseguirse haciendo las cosas de otra manera. Una empresa como la que
dirijo, que además se dedica a formación, comprende esto muy bien y sabe que para
enseñar hay que aprender. Y para enseñar o formar en Responsabilidad Social hay que
hacer. No se trata solo de enseñar conocimientos, se trata de enseñar valores: por qué,
para qué y cómo.

25
Es importante hacer algo pero tan importante como eso es CÓMO SE HACE. Es sencillo y
parece lógico. Pero desgraciadamente no se hace así siempre.

Las empresas y los empresarios y empresarias debemos tener sensibilidad social,


respeto a los derechos humanos y las leyes. Actuar con iniciativa e imaginación al
servicio de una idea más o menos innovadora pero de alguna utilidad a la sociedad y las
personas. Hacer posible la igualdad de oportunidades para las personas que trabajan
con nosotros, con independencia de su sexo, raza o religión. Pensar y actuar con
generosidad para poder compartir los éxitos con los equipos de personas que las hacen
posibles. Responder con entusiasmo para liderar la actividad y los proyectos. Generar
ilusión por lo que se hace y por hacerlo bien. Mostrar gratitud hacia sus clientes y
proveedores y cumplir con ellos. Actuar con exigencia para hacerlo todavía mejor que
ayer. Ser sensibles y consecuentes con alguno de los innumerables grupos de personas
más desfavorecidas que nosotros que hay en el mundo y a nuestro alrededor. Y que todo
esto sea real y no quede en una bonita declaración de intenciones en las memorias o
presentaciones de nuestras empresas. Liderar esto no es sencillo, pero es posible con los
apoyos de personas que estén dispuestas y comprometidas con esta forma de trabajar.
Esto no es simple pero es más interesante. Además atrae a personas con más talento y
sin duda más responsabilidad a nuestras empresas.

Enseñaremos y formaremos como resulta más provechoso y eficaz: HACIENDO y no


diciendo. Seguro que así aprendemos todos.
http://ethic.es/2011/02/la-educacion-es-el-arma-mas-poderosa-que-existe-para-
cambiar-el-mundo/

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Carbonell, M. (2002) La Constitución en serio. México: Ed. Porrúa y UNAM,

26
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Comunicación presentada en el Diplomado “Victimología y Derechos Humanos”,
impartido por la CNDH, Octubre 2002-Febrero 2003, México D.F

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