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U.D.

ÉTICA

LA INCLUSIÓN SOCIAL EN LA PRÁCTICA DE PRINCIPIOS DEMOCRÁTICO

1.- La Democracia Inclusiva


1.1.- Definición. - La DI es una nueva concepción de la democracia, que, usando como punto de
partida la definición clásica de esta, expresa la democracia en términos de democracia política
directa, democracia económica (más allá de los límites de la economía de mercado y la
planificación estatal), así como también una democracia en el espacio social y una
democracia ecológica. Resumiendo, la democracia inclusiva es una forma de organización
social que reintegra a la sociedad con la economía. El concepto de la democracia inclusiva se
deriva de una síntesis de dos grandes tradiciones históricas, la clásica democrática y
la socialista, aunque también incluye a la verde radical, la feminista, y la de movimientos de
liberación del Sur
El punto de partida del proyecto de la Democracia Inclusiva es uno en el cual el mundo, en el
comienzo del nuevo milenio, enfrenta una crisis multidimensional (económica, ecológica,
social, cultural y política), la cual se ha visto que ha sido causada por la concentración del
poder en las manos de varias élites.
La desigualdad continúa siendo uno de los principales retos de los países de las Américas, y el
debate sobre sus raíces y consecuencias ha permeado todos los ámbitos de la política pública,
incluyendo el ámbito de la política. Puede argumentarse incluso que es un debate
esencialmente político ilustrado por la tendencia reciente de introducir el tema social en el
centro de la agenda política en las Américas, región democratizada que se ubica
comparativamente en posiciones ejemplares en los índices que miden el nivel democrático
(Wehr 2006) pero que aún registra niveles preocupantes de pobreza y desigualdad. Lo cierto
es que los avances en materia de derechos civiles y políticos no se han correspondido con
avances en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Esta relación, por mucha
descuidada, recobra fuerza recientemente en la discusión política y se perfila como el centro
de la agenda de trabajo para la región en los próximos años principalmente debido a la
interdependencia que existe entre todas las esferas de los derechos. En efecto, en un contexto
de desigualdad y exclusión social es claro que las contradicciones entre desigualdades en la
esfera política y la existencia de inequidad socioeconómica tienen un impacto perjudicial para
la estabilidad de las democracias y en los niveles de desconfianza que los ciudadanos tienen en
las instituciones políticas, generando la imposibilidad de que los ciudadanos puedan ejercer
sus derechos plenamente.

1.2.- ¿En qué se fundamenta la democracia inclusiva?


El fundamento del proyecto de la Democracia Inclusiva es la elección responsable por la
autonomía y su expresión en la democracia, una elección que no es trivial ni arbitraria, ya que
escogemos la autonomía (individual y social) en primer lugar porque la identificamos con la
libertad y consideramos esta el objetivo humano supremo y, en segundo lugar, porque hoy
podemos mostrar claramente como la humanidad pasa por una crisis generalizada sin
precedentes en la historia y cómo esta crisis tiene sus raíces precisamente en la falta de
autonomía, es decir, en la inmensa y creciente concentración de poder en pocas manos que se
reproduce gracias a las dinámicas de las actuales instituciones económicas y políticas. Por lo
tanto, tenemos muchas razones para escoger la autonomía de forma consciente y responsable
y justificar en base a esta elección el proyecto de una democracia inclusiva.
1.3.- ¿En qué consiste la Democracia inclusiva?

Dra. Norma Luci Ramos Vásquez


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La Democracia Inclusiva consiste en la creación de nuevas instituciones y cultura en todos los


ámbitos de la sociedad: político, económico, social y ecológico. Así, la democracia
política consiste en la creación de instituciones de democracia directa en el ámbito político, de
tal modo que todas las decisiones importantes sean tomadas por asambleas municipales de
ciudadanos, confederadas en ámbito regional, nacional y finalmente en el ámbito continental y
global mediante delegados que coordinan y implementan las decisiones tomadas por las
asambleas municipales y pueden ser inmediatamente revocados por estas. La democracia
económica consiste en la creación de instituciones de propiedad colectiva de los recursos
productivos (es decir, las fuentes de la riqueza social) y un control colectivo de estos por parte
de las asambleas de ciudadanos, con el objetivo de satisfacer las necesidades básicas de toda
la población, así como de asegurar la plena libertad de elección individual por lo que hace al
trabajo y al consumo, mediante un sistema de planificación democrática y de vales personales
que sustituye la economía de mercado/monetaria. La democracia en el ámbito social consiste
en la creación de instituciones de autogestión en los lugares de trabajo, así como en las
instituciones educativas y culturales (medios de comunicación, universidades, arte, etc.) que
dirigen su propia actividad acorde con los objetivos generales establecidos por las asambleas
de ciudadanos y tomando en consideración las preferencias de los ciudadanos como
productores y consumidores. Finalmente, la democracia ecológica implica la creación de unas
instituciones y una cultura que aseguren la reintegración de la sociedad con la naturaleza, lo
que requiere que el objetivo de la actividad económica ya no sea el crecimiento económico
constante, que resulta ecocatastrófico, sino la satisfacción de las necesidades de toda la
población de modo que se consiga una verdadera calidad de vida que sólo una relación
armoniosa entre la sociedad y la naturaleza puede garantizar.
1.4.- ¿A quién se dirige la democracia inclusiva?
Se dirige prácticamente a todos los sectores de la sociedad: a las víctimas del sistema de la
economía de mercado en su actual forma internacionalizada, es decir, los desempleados, los
que reciben salarios bajos, los trabajadores ocasionales, los agricultores en vías de extinción,
etc.; a los ciudadanos que están alienados por el actual arte de gobernar que se hace pasar por
“política” y que ya reivindican el derecho a la autodeterminación mediante diversos grupos
locales y comunitarios; a los trabajadores y subordinados que están explotados y alienados por
las estructuras jerárquicas en el lugar de trabajo; a las mujeres que están alienadas por las
estructuras jerárquicas tanto en el hogar como en el lugar de trabajo y que anhelan una familia
democratizada basada en la igualdad, el respeto mutuo, la autonomía, la responsabilidad y la
toma de decisiones compartida; a las minorías étnicas o raciales que están alienadas por una
“democracia” estatista discriminatoria que divide la población en ciudadanos de primera y de
segunda clase; y finalmente, a todas las personas que se preocupan por la destrucción del
medio ambiente, la pérdida de biodiversidad y el deterioro acelerado de la calidad de vida .
2.- La inclusión social en Educación
2.1.- ¿Por qué hablamos de inclusión en educación?
América Latina se caracteriza por tener sociedades muy desintegradas y fragmentadas debido
a la persistencia de la pobreza y a la gran desigualdad en la distribución de los ingresos, lo cual
genera altos índices de exclusión. Como señala Tedesco, una de las tendencias más fuertes de
la nueva economía, es el aumento de las desigualdades, la segmentación espacial y la
fragmentación cultural de la población.
Durante la década de los noventa los países de América Latina iniciaron una serie de reformas
educativas orientadas a lograr el acceso universal a la educación básica y al mejoramiento de
su calidad y equidad, sin embargo, todavía persisten importantes desigualdades educativas. Es
urgente el desarrollo de políticas decididas de equidad para que la educación cumpla con una
de sus funciones fundamentales; contribuir a superar las desigualdades de origen de los
alumnos para avanzar hacia sociedades más justas, equitativas y democráticas. La mayoría de
los países adoptan en sus políticas y leyes los principios de la Declaración de Educación para
Todos, pero en la práctica existen distintos factores que excluyen y discriminan a numerosos

Dra. Norma Luci Ramos Vásquez


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alumnos del sistema educativo. A pesar del gran avance alcanzado en el acceso a la educación
aún no se ha logrado la universalización de la educación primaria, y persisten problemas de
equidad en la distribución y calidad de la oferta educativa y en el acceso al conocimiento. En
aquellos países en los que se cuenta con datos desagregados, los colectivos más excluidos son
precisamente los que más necesitan la educación para superar su situación de desventaja o de
vulnerabilidad; niños de zonas rurales aisladas o de extrema pobreza, niños indígenas y
desplazados, y niños y niñas con discapacidad. Las bases de una mayor igualdad se sientan en
la primera infancia. Hay suficientes evidencias respecto de los beneficios que tiene la
educación en los primeros años de vida para el desarrollo humano, y sus efectos preventivos y
de equiparación de oportunidades. En América Latina existe una mayor conciencia sobre la
importancia de la educación de la primera infancia que se refleja en un mayor desarrollo de
políticas y en el aumento de la cobertura, aunque hay problemas de desigualdad en el acceso
que afecta a los niños y niñas de medios socioeconómicos más desfavorecidos, del sector rural,
de pueblos originarios o con discapacidad. En muchos países se ha incluido el tramo de 5 años,
incluso el de 4 años en algunos casos, dentro de educación básica obligatoria y se ha
incrementado la oferta educativa para los niños de 3 a 5 años. En el año 2000, la tasa neta
promedio en la región de matrícula de niños y niñas entre 3 y 5 años.
3.- ¿Es lo mismo integración que inclusión? el movimiento de la inclusión, un paso más allá de
la integración escolar El movimiento de la inclusión ha surgido con fuerza en los últimos años
para hacer frente a los altos índices de exclusión y discriminación y a las desigualdades
educativas presentes en la mayoría de los sistemas educativos del mundo. Tal como se ha visto
en el anterior apartado la educación no está siendo capaz de contribuir a superar las
desigualdades ni de reducir la brecha social, por lo que es preciso realizar mayores esfuerzos
para que realmente se convierta en un motor de mayor equidad social.
Una relatora de Naciones Unidas para el derecho a la educación, Katarina Tomasevsky, señala
que normalmente los países pasan por tres etapas fundamentales para avanzar hacia el pleno
ejercicio del derecho a la educación:
 La primera consiste en conceder el derecho a la educación a todos aquellos que, por
diferentes causas, están excluidos (pueblos indígenas, personas con discapacidad,
comunidades nómadas, etc), pero con opciones segregadas en escuelas especiales, o,
programas diferenciados para dichos colectivos que se incorporan a la educación.
 La segunda etapa enfrenta el problema de la segregación educativa promoviendo la
integración en las escuelas para todos. En los procesos de integración los colectivos
que se incorporan se tienen que adaptar a la escolarización disponible,
independientemente de su lengua materna, su cultura o sus capacidades. El sistema
educativo mantiene el “status quo” y son los alumnos quienes se tienen que adaptar a
la escuela y no ésta a los alumnos.
 La tercera etapa exige la adaptación de la enseñanza a la diversidad de necesidades
educativas del alumnado, que son fruto de su procedencia social y cultural y de sus
características individuales en cuanto a motivaciones, capacidades e intereses. Desde
esta perspectiva, ya no son los grupos admitidos quienes se tienen que adaptar a la
escolarización y enseñanza disponible, sino que éstas se adaptan a sus necesidades
para facilitar su plena participación y aprendizaje. Esta es la aspiración del movimiento
de la inclusión.
En muchos países existe cierta confusión con el concepto de inclusión o educación
inclusiva, ya que se está utilizando como sinónimo de integración de niños y niñas con
discapacidad, u otros con necesidades educativas especiales, a la escuela común. Es decir,
se está asimilando el movimiento de inclusión con el de integración cuando se trata de dos
enfoques con una visión y foco distintos. Esta confusión tiene como consecuencia que las
políticas de inclusión se consideren como una responsabilidad de la educación especial,
limitándose el análisis de la totalidad de exclusiones y discriminaciones que se dan al

Dra. Norma Luci Ramos Vásquez


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interior de los sistemas educativos, e impidiendo el desarrollo de políticas inclusivas


integrales.
En primer lugar, es importante señalar que el foco de la inclusión es más amplio que el de
la integración. Esta última, en los países de América Latina y en otras partes del mundo,
está ligada al colectivo de los alumnos con necesidades educativas especiales, y aspira a
hacer efectivo el derecho de estas personas a educarse en las escuelas comunes, como
cualquier ciudadano, recibiendo las ayudas necesarias para facilitar su proceso educativo y
su autonomía. El movimiento de la inclusión, representa un impulso fundamental para
avanzar hacia la educación para todos, porque aspira a hacer efectivo para toda la
población el derecho a una educación de calidad, ya que como hemos podido observar hay
muchos niños y niñas, además de aquellos con discapacidad, que tienen negado este
derecho. La inclusión está relacionada con el acceso, la participación y logros de todos los
alumnos, con especial énfasis en aquellos que están en riesgo de ser excluidos o
marginados11, por diferentes razones. Desde esta perspectiva, la inclusión es una política
del ministerio de educación en su conjunto y no de las divisiones de educación especial.
En segundo lugar, el foco de atención es de naturaleza distinta. La preocupación de la
integración ha estado más en transformar la educación especial, para apoyar los proceso
de integración, que cambiar la cultura y práctica de las escuelas comunes para que sean
capaces de atender la diversidad del alumnado, y eliminar los diferentes tipos de
discriminación que tienen lugar al interior de ellas. Se da la paradoja de que muchas
escuelas integran niños y niñas con discapacidad y simultáneamente están expulsando o
discriminando a otro tipo de alumnos, por lo que se podría afirmar que estas escuelas no
son verdaderamente inclusivas.
4.- La inclusión en las relaciones interpersonales
Es posible pensar en la inclusión social en las relaciones interpersonales, cuando se observa
con frecuencia las diversas formas de discriminación que sufren las personas por su forma de
pensar, actuar, su color de piel, lugar de procedencia, etc. Veamos los más comunes:
a. La discriminación social podría definirse como la exclusión de grupos de personas de los
beneficios de la convivencia social. De esta forma se las relega a roles considerados
secundarios e indignos y se distribuye inequitativamente o se niega el reconocimiento, la
dignidad y la protección que disfrutan los demás integrantes de un grupo de la sociedad.
b. La discriminación económica hace referencia a la exclusión de una parte de la población del
disfrute de las riquezas económicas generadas por la sociedad en general, manteniéndosela en
estado de pobreza y miseria en beneficio de los privilegiados.
c. La discriminación política tiene que ver con la exclusión de determinados grupos sociales de
la participación en los procesos de toma de decisión imperantes en un conglomerado social.
Esta forma de discriminación tiene lugar para mantener, defender y expandir formas
determinadas de organización y relación social que pretenden perpetuarse en el poder.
d. La discriminación cultural se fundamenta en el hecho de considerar las tradiciones
culturales de algunos grupos sociales como formas inferiores de expresión respecto de formas
consideradas como paradigmáticas del desarrollo de la humanidad.
e. La discriminación religiosa hace referencia al hecho de que un grupo social se considera a sí
mismo como depositario de la verdadera y única fe o defensor del verdadero rito, excluyendo
a las personas que no comparten el mismo credo religioso o no viven de acuerdo a los
postulados y mandatos de una divinidad determinada (extra ecclesia nulla salus). A pesar de
que en los Estado democráticos actuales el modelo dominante es la tolerancia hacia creyentes
individuales, existe el problema de que algunos grupos religiosos reclaman derechos para el
colectivo religioso, rechazando los derechos de los individuos que los componen. Otra
dificultad tiene que ver con la pretensión, por parte de ciertos grupos, de que sean
reconocidas por el Estado algunas prácticas sociales diferentes que van en contravía de la
universalidad de los derechos fundamentales.

Dra. Norma Luci Ramos Vásquez


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f. La discriminación étnica se basa en la exclusión de ciertas personas al tenérseles por


expresiones de vida inferiores. En los países occidentales, esta forma de discriminación se
fundamenta en consideraciones biológicas que señalan, a partir de cálculos cuantitativos, la no
pertenencia de un individuo al género humano. De esta manera, lo que en el lenguaje
filosófico era accidental (en cuanto determinación de la sustancia) se convierte en esencial y lo
que era propio de la materia se considera propio de la forma. Así, las consideraciones
biológicas se convierten en verdades metafísicas. Por ejemplo, el color de la piel, el lugar de
nacimiento, el género, la forma del cráneo, la medida del cuerpo, que son accidentales (pues
sólo son en cuanto determinaciones de algo común, que es la sustancia) se constituyen en
elementos que imposibilitan la racionalidad (posesión del logos y la psyche ) y con ello la
humanidad de estos seres.
g. La discriminación de grupos nacionales hace referencia a comunidades que se consideran a
sí mismas como grupos homogéneos ética y lingüísticamente y se definen desde la perspectiva
de un destino histórico común, a las que se les niega la posibilidad de asegurar su identidad
tanto en la forma de comunidades de origen como de un Estado nacional capaz de establecer
sus propios fines y actuar políticamente en el ámbito endógeno y en la esfera internacional.
h. La discriminación de género consiste en estimar a la mujer como no igual al hombre, debido
a su supuesta debilidad física o moral o incapacidad racional. De esta manera, la mujer es
mantenida dentro de límites sociales definidos y establecidos por los hombres. Es por ello que,
en palabras de Habermas, el feminismo se dirige “(…) contra una cultura dominante que
interpreta la relación entre los sexos de un modo asimétrico que excluye la igualdad de
derechos.
i. La discriminación sexual, por su parte, hace referencia al rechazo de formas consideradas
perversas, degeneradas y “no naturales” de relación e interacción sexual. Tanto la práctica
“gay” como lesbiana.
5.- Inclusión social en el sector salud. - Permite que todas las personas tengan acceso a

Políticas y programas de salud adecuados. En el sector salud, suele escucharse múltiples


quejas de parte de los familiares de niños, adolescentes o adultos con discapacidad; quienes se
sienten inconformes sobre la atención brindada por los establecimientos de salud privados
como públicos.
6.- Desigualdad e Inclusión Social: Un aporte desde la OEA
No está de más repetirlo: el continente americano no es el continente más pobre, pero sin
duda es el más desigual. A fin de diseñar políticas públicas que reviertan esa desigualdad, es
vital definir cómo conceptualizarla y cómo medirla. Los esfuerzos por definirla y medirla se han
movido desde un enfoque estrictamente relacionado con el ingreso (específicamente el
coeficiente gini) hacia una visión más amplia y multifacética de la desigualdad. Aun así, el reto
sigue siendo ampliar la definición de desigualdad tradicionalmente asociada al ingreso para
incluir otros tipos de barreras que pueden derivar en la negación de derechos. Desde los 90’s,
el enfoque sobre la necesidad de crecimiento económico y la pobreza como definición de la
cuestión social que había orientado las políticas públicas ha ido incorporando cada vez con
mayor vigor el de “desigualdad” priorizándose también un enfoque en cohesión social. En
efecto, la igualdad como término suele usarse como sustituto de cohesión social, a pesar de
tratarse de conceptos relacionados pero diferentes. En este marco, la cohesión social se refiere
a las percepciones de solidaridad y confiabilidad. Una “sociedad cohesiva” procura el bienestar
de sus miembros, combate la exclusión y la marginación, crea un sentido de pertenencia y
promueve la confianza ofreciendo oportunidades de movilidad social.
El Banco Mundial (2011) define la desigualdad como el estado en el cual existe una “dispersión
de una distribución en el ingreso, consumo, o en algún otro indicador relacionado con el
bienestar”. Por su parte, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se
refiere a la equidad como “un principio ético y de justicia” (Banco 3 Mundial, 2011). Según la
CEPAL, la equidad “defiende las mismas condiciones y oportunidades para todas las personas

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sin distinción, solo adaptándose en casos particulares, a los que plantean objetivos para
avanzar hacia una sociedad más justa” La misma fuente6 define a la igualdad como la situación
social según la cual las personas tienen las mismas oportunidades y derechos en una sociedad.
Es decir, la igualdad social se refiere a los mismos derechos y obligaciones para todos los
sectores sociales.
La inclusión social es un concepto estrechamente ligado a la equidad. El Banco Mundial (2014)
define la inclusión social como el “proceso de empoderamiento de personas y grupos para que
participen en la sociedad y aprovechen sus oportunidades. Da voz a las personas en las
decisiones que influyen en su vida a fin de que puedan gozar de igual acceso a los mercados,
los servicios y los espacios políticos, sociales y físicos”. Por su parte, la CEPAL define a la
inclusión social como el “proceso por el cual se alcanza la igualdad, y como un proceso para
cerrar las brechas en cuanto a la productividad, a las capacidades (educación) y el empleo, la
segmentación laboral, y la informalidad, que resultan ser las principales causas de la
inequidad” (CEPAL, 2014).

Además de las definiciones propuestas por organismos internacionales, existe un consenso


respaldado por autores como Else Øyen (1997) que analiza la inclusión social como un
concepto más político que analítico. Esta interpretación apuntala a una dimensión central de la
inclusión social: su amplio carácter. En efecto, la inclusión social ha sido definida desde
diversos ángulos que transcienden una efectiva reducción de la pobreza y abarcan factores de
exclusión más sutiles que derivan de carencias tanto económicas como sociales (Silver, 1995).
Por ello es necesario partir de un entendimiento sólido de los factores de exclusión social para
diseñar y promover medidas efectivas que promuevan la inclusión social. En este sentido,
Behrman, Gaviria y Szekely (2003) conciben a la exclusión social como “la negación del acceso
igualitario a las oportunidades que determinados grupos de la sociedad imponen a otros.”
Nótese que esta definición transciende el acceso a las oportunidades del individuo y se enfoca
en la característica grupal como unidad de análisis. Toda medida que busque promover la
inclusión social debe por ende partir de un entendimiento de las condiciones que impiden el
acceso a las oportunidades de cada ciudadana y ciudadano.
La inclusión social ofrece una perspectiva multidimensional de la falta de representación social,
la cual plantea un entendimiento más completo de la exclusión y puede por lo tanto informar
la implementación de políticas públicas de amplio carácter. En este sentido, la inclusión social
se distingue de, y complementa el concepto de igualdad, debido a que ésta explica la
existencia y durabilidad de determinadas desigualdades (Tylly, 1999). Como es sugerido por
Warschauer (2003), individuos en el extremo superior de la escala de distribución de los
ingresos también pueden estar sujetos a la exclusión social, de incurrir persecuciones políticas
o ser sujetos de discriminación por causa de edad, género, orientación sexual o discapacidad.7
Por ende, la inclusión social no es igualdad de recursos. De ahí que indicadores tales como la
medida de la “producción real” concebida por John Kenneth Galbraith y Amartya Sen nos
pueden acercar hacia un entendimiento completo de la exclusión y el desarrollo (Galbraith,
1998 y Sen, 2000).

Actividad
1.- Investiga sobre los objetivos de una democracia inclusiva
2.- Consideras que la Institución donde estudias promueve una educación inclusiva
¿Por qué?
3.- Elabora un comentario sobre la importancia de la inclusión social en las relaciones
interpersonales.
4.- ¿ Investiga cuáles son los programas de inclusión social en el Perú y qué función cumplen?
http://www.democraciainclusiva.org/eobje.htm recuperado el 25/09/22

Dra. Norma Luci Ramos Vásquez


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Dra. Norma Luci Ramos Vásquez

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