Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Mecanismos de Transporte
Difusión
Para entrar en el organismo y llegar al lugar en el que producen el daño, las sustancias
extrañas han de atravesar varias barreras, entre ellas las células y sus membranas. La
mayoría de las sustancias tóxicas atraviesa las membranas pasivamente, por difusión. Por
este proceso, las moléculas hidrosolubles pequeñas pasan por los canales acuosos, y las
moléculas liposolubles se disuelven en la parte lipídica de la membrana y después la
atraviesan por difusión.
Difusión facilitada
El paso de una sustancia puede verse facilitado por transportadores presentes en la
membrana. La difusión facilitada se asemeja a los procesos enzimáticos en que se produce
con la mediación de una proteína y en que es muy selectiva y saturable. Hay otras
sustancias que pueden inhibir el transporte facilitado de los xenobióticos.
Transporte activo
Algunas sustancias atraviesan las membranas celulares mediante un transporte activo. El
transporte activo es similar a la difusión facilitada, pero puede producirse en contra de un
gradiente de concentración. Necesita un aporte de energía, y un inhibidor metabólico puede
bloquear el proceso. Los contaminantes ambientales casi nunca se transportan activamente.
Una excepción es la secreción y reabsorción activas de metabolitos ácidos en los túbulos
renales.
DISTRIBUCIÓN
Una vez que el tóxico ha llegado al torrente sanguíneo, se puede transportar a distintos
destinos:
El flujo sanguíneo
Velocidad de difusión en las interfaces sangre-tejido
Permeabilidad de la membrana
Afinidad del tejido por el compuesto.
Unión a proteínas
Los xenobióticos se pueden ligar reversiblemente a las proteínas plasmáticas, por medio de
distintos tipos de uniones: interacciones hidrófobas, puentes de hidrógeno y fuerzas de van
der Waals. La molécula de proteína tiene un número limitado de sitios donde se pueden
ligar, tanto los xenobióticos, como los compuestos endógenos. Así que, un agente
determinado tiene que competir con los demás compuestos (xenobióticos y/o endógenos)
por los sitios de unión disponibles. La unión reversible del compuesto a las proteínas
impide la difusión simple pero no limita su transporte activo.
El hígado y los riñones cuentan con mecanismos de transporte activo, por lo que pueden
captar muy diversas substancias para almacenarlas, biotransformarlas y/o excretarlas.
Los lípidos pasan fácilmente las membranas y se almacenan por disolución simple en las
grasas neutras, pudiendo dar lugar a grandes acumulaciones, ya que las grasas representan
entre el 20 y el 50% de la masa corporal. Esta forma de acumulación puede parecer
benigna, sin embargo el compuesto depositado está siempre en equilibrio con su forma libre
en la sangre, haciendo que se incremente la permanencia del compuesto en este fluido.
También existe el peligro de que se produzca una elevación súbita de la concentración de la
substancia en la sangre cuando se tiene una rápida movilización de grasa por inanición, o
por esfuerzos extenuantes y prolongados, etc.
Ciertos iones, como los floruros, el plomo y el estroncio, se intercambian en las interfaces
entre los huesos y el fluido extracelular. El hueso es almacén de depósito para el plomo y es
el sitio de acción del floruro, donde produce fluorosis ósea.
Barreras de exclusión
Los compuestos, como ya vimos, se pueden acumular en un sitio pero también pueden ser
excluidos de otros. La barrera sangre-cerebro, aunque no es absoluta, protege al Sistema
Nervioso Central (SNC) de la exposición a muchas substancias químicas. Lo mismo sucede
con la barrera placentaria que protege al feto y en la barrera testicular que protege a los
testículos.
Las células epiteliales de los vasos capilares del SNC están íntimamente unidas no
dejando poros acuosos entre las células. Esto impide la difusión de substancias
polares de bajo peso molecular
Los capilares del SNC están rodeados de células gliales (astrocitos) imponiendo una
película adicional que cruzar
La concentración de proteínas en el líquido intersticial del SNC es la más baja de
todo el organismo, haciendo que los lípidos no cuentan con transportadores
intercelulares.
La protección que proporciona la barrera varía, de una región del cerebro a otra, debido a
las diferencias en el suministro de sangre y en la permeabilidad de la barrera.
Los dos factores que más influencian la distribución son, el flujo sanguíneo y la afinidad de
los distintos órganos o tejidos por el agente.
La distribución puede cambiar con el tiempo. Por ejemplo los bifenilos policlorados (BPC),
primero se distribuyen al hígado y los músculos, con el paso del tiempo se redistribuyen a
la piel y al tejido adiposo. Los compuestos se redistribuyen cuando su concentración en los
distintos órganos cambia, debido a que los procesos de acumulación, salida,
biotransformación y excreción tienen velocidades diferentes en los distintos órganos en los
que se distribuye.
EXCRECIÓN
Orina
Los riñones son los órganos más importantes en la excreción ya que directamente remueven
las substancias tóxicas de la sangre. Para que una substancia sea eliminada por la orina es
necesario que sea soluble en agua. Los compuestos liposolubles se tienen que
biotransformar en hidrosolubles para poder ser excretados por esta vía.
Heces
Las heces son otra ruta importante de excreción. Consisten de la ingesta no absorbida,
secreciones biliares, secreciones intestinales y microflora. Cualquier dosis oral que no se
absorbe se elimina con las heces y no existe la absorción 100%. La flora microbiana puede
bioacumular compuestos y como parte de ella es eliminada en las heces, esto contribuye a
la excreción de tóxicos. Hay también una pequeña contribución de la difusión pasiva de
algunos compuestos de la sangre al intestino.
Bilis
Aire exhalado
Así como los compuestos pueden ser inhalados también pueden ser exhalados. Para que
esto ocurra el compuesto debe de ser un gas a temperatura corporal. Los líquidos volátiles
están en equilibrio con su fase vapor en los alvéolos. La transferencia de la sangre a los
pulmones tiene lugar por difusión pasiva y es inversamente proporcional a su velocidad de
absorción.
Higiene Industrial II
Prof. Marcela Briones D.
La baja solubilidad en sangre permite una excreción rápida y está limitada por la perfusión
(flujo de sangre), mientras que para los compuestos con una alta solubilidad en sangre su
excreción está limitada por la ventilación.
Otros mecanismos
Las secreciones corporales, como la leche, el sudor y la saliva constituyen vías menores de
excreción de tóxicos.