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Agentes de Riesgos Químicos

ABSORCIÓN DE TÓXICOS

Las personas se hallan expuestas a numerosos tóxicos que están presentes en el medio
ambiente profesional o general, y que pueden penetrar en el organismo humano por tres
vías de entrada principales:

 A través del tracto respiratorio, por inhalación de aire contaminado.


 A través del tracto gastrointestinal, por ingestión de comida y bebida
contaminadas.
 A través de la piel, por penetración dérmica, también llamada percutánea.

En el caso de la exposición en la industria, la principal vía de entrada de tóxicos es la


inhalación, seguida por la penetración percutánea. En la agricultura, los casos de
exposición a plaguicidas por absorción a través de la piel equivalen prácticamente a los
casos en que se combinan la inhalación y la penetración percutánea. En la población
general, la exposición se produce sobre todo por ingestión de comida y bebida
contaminadas, seguida de la inhalación y, con menos frecuencia, de la penetración
percutánea.

Absorción por el tracto respiratorio

La absorción en los pulmones es la principal vía de entrada de numerosos tóxicos que


están en suspensión en el aire (gases, vapores, humos, nieblas, polvos, aerosoles, etc.).
El tracto respiratorio (TR) es un sistema ideal para el intercambio de gases, pues posee
una membrana cuya superficie es de 30 m 2 (exhalación) a 100 m 2 (inspiración
profunda), tras la cual hay una red de unos 2 km de capilares. Este sistema, que se ha
ido desarrollando a lo largo de la evolución, está contenido en un espacio relativamente
pequeño (la cavidad torácica) y cuenta con la protección de las costillas.

Desde el punto de vista anatómico y fisiológico, el TR puede dividirse en tres


compartimientos:

 La parte superior o compartimiento nasofaríngeo (NF), que se inicia en los


orificios de la nariz y se extiende hasta la faringe y la laringe; funciona como un
sistema de acondicionamiento del aire.
 El árbol traqueobronquial (TB), integrado por numerosos tubos de diversos
tamaños que llevan el aire a los pulmones.
 El compartimiento pulmonar (P), que consta de millones de alvéolos (sacos de
aire) dispuestos en formas de racimos

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Fig. 1

El epitelio de la región nasofaríngea absorbe fácilmente los tóxicos hidrosolubles. Todo


el epitelio de las regiones NF y TB está recubierto por una película de agua. Los tóxicos
liposolubles se absorben parcialmente en las regiones NF y TB, pero sobre todo en los
alvéolos mediante su difusión por las membranas celulares de los alveolos. La velocidad
de absorción depende de la ventilación pulmonar, el gasto cardíaco (flujo sanguíneo por
los pulmones), la solubilidad del tóxico en la sangre y su velocidad de metabolización.

El intercambio de gases se realiza en los alvéolos. La difusión de los tóxicos es muy


rápida por estas capas, que tienen alrededor de 0,8 m de grosor. En los alvéolos, el
tóxico pasa de la fase área a la fase líquida (sangre).

En la sangre, el tóxico puede disolverse en la fase líquida por simples procesos físicos o
puede unirse a las células sanguíneas y/o los componentes del plasma en función de su
afinidad química o por adsorción. La sangre contiene un 75 % de agua, y por eso los
gases y vapores hidrosolubles son muy solubles en el plasma (por ejemplo los
alcoholes). Los tóxicos lipófilos (como el benceno) suelen unirse a células o
macromoléculas como la albúmina.

El depósito de partículas y aerosoles en el TR depende de factores físicos y fisiológicos,


así como del tamaño de las partículas.

Absorción por el tracto gastrointestinal

Se pueden ingerir tóxicos mediante deglución accidental, consumo de alimentos y


bebidas contaminadas o deglución de partículas procedentes del TR.

Todo el canal digestivo, desde el esófago hasta el ano, está construido básicamente de la
misma manera: una capa mucosa (epitelio) bajo la cual hay tejido conectivo y después
una red de capilares y músculo liso. El epitelio externo del estómago es muy rugoso

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para incrementar la superficie de absorción/secreción. El intestino contiene gran


cantidad de pequeños salientes (vellosidades), que absorben los materiales por
“bombeo”. La superficie activa de absorción en el intestino es de unos 100 m 2 .

Fig. 2

Son muchos los factores que influyen en la velocidad de absorción de tóxicos en las
diversas partes del TGI:

 La cantidad de alimentos presente en el TGI (efecto de dilución).

 El tiempo de permanencia en cada parte del TGI (desde unos minutos en la boca
hasta una hora en el estómago y muchas horas en el intestino).

 La superficie de absorción y la capacidad de absorción del epitelio.

 El pH local, que rige la absorción de tóxicos disociados; en el pH ácido del


estómago se absorben con más rapidez los compuestos ácidos no disociados.

 El peristaltismo (movimiento intestinal por acción de los músculos) y el flujo


sanguíneo local.

 Las secreciones gástricas e intestinales, que transforman los tóxicos en


productos más o menos solubles; la bilis es un agente emulsionante que produce
complejos más solubles.

 La exposición combinada a otros tóxicos, que puede producir efectos de sinergia


o de antagonismo en los procesos de absorción.

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 La acción de la microflora del TGI, unas 60 especies distintas de bacterias que


pueden biotransformar los tóxicos.

Es necesario mencionar también la circulación enterohepática. Los tóxicos y/o


metabolitos polares se excretan con la bilis al duodeno. Allí las enzimas y la microflora
los hidrolizan, y los productos liberados pueden reabsorberse y llegar al hígado por la
vena porta.

En el caso de los tóxicos que se biotransforman en el hígado en metabolitos menos


tóxicos o no tóxicos, la ingestión puede ser una vía de entrada menos peligrosa. Tras ser
absorbidas en el TGI, las sustancias son transportadas por la vena porta hasta el hígado,
donde pueden desactivarse parcialmente por biotransformación.

Absorción por la piel (dérmica o percutánea)

La piel (con una superficie de 1,8 m 2 en una persona adulta) recubre la superficie del
cuerpo junto con las membranas mucosas de los orificios corporales. Es una barrera
contra los agentes físicos, químicos y biológicos, manteniendo la integridad y
homeostasis del cuerpo y realizando muchas otras funciones fisiológicas.

Fig. 3

La piel consta básicamente de tres capas: la epidermis, la piel propiamente dicha


(dermis) y el tejido subcutáneo (hipodermis). Desde el punto de vista toxicológico la
que más nos interesa aquí es la epidermis. Está constituida por muchas capas de células.
La capa superior es una superficie irregular de células muertas aplanadas (estrato
córneo), bajo la cual hay una capa continua de células vivas (estrato córneo compacto)
seguida de una típica membrana lipídica y después por los estratos lúcido, granuloso y
mucoso. La membrana lipídica es una barrera protectora, pero en las partes velludas de
la piel penetran por ella tanto los folículos pilosos como los canales de las glándulas

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sudoríparas. Así pues, la absorción por la piel puede producirse por cualquiera de los
mecanismos siguientes:

 Absorción transepidérmica por difusión a través de la membrana (barrera)


lipídica, sobre todo de sustancias lipófilas (disolventes orgánicos, plaguicidas,
etc.) y en pequeña medida de algunas sustancias hidrófilas a través de los poros.

 Absorción transfolicular alrededor del tallo del pelo hasta penetrar en el folículo
piloso, evitando así la barrera de la membrana; esta absorción se produce
únicamente en las zonas de la piel que tienen vello.

 Absorción a través de los conductos de las glándulas sudoríparas, que tienen una
sección transversal de entre el 0,1 y el 1 % aproximadamente de la superficie
total de piel (la absorción relativa presenta esa misma proporción).

 Absorción a través de la piel cuando ésta sufre lesiones mecánicas, térmicas o


químicas o por enfermedades cutáneas; en esos casos se produce una horadación
de las capas de la piel, incluida la barrera lipídica, lo que abre la puerta a la
entrada de agentes tóxicos y nocivos.

La velocidad de absorción dérmica depende de muchos factores:

 La concentración del tóxico, el tipo de vehículo (medio) y la presencia de otras


sustancias.

 El contenido hídrico de la piel, su pH y su temperatura, el flujo sanguíneo local,


la transpiración, la superficie de piel contaminada y el grosor de la piel.

 Características anatómicas y fisiológicas de la piel debidas al sexo y la edad, a


variaciones individuales, a diferencias entre diversos grupos étnicos y razas, etc.

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