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LA EXTRAÑA LENGUA DEL TUCÁN GRANDE (Ramphastos toco)

“Es una copia burda, exagerada, de su propia y feliz caricatura” Juan Burghi

Ramphastos toco – Dibujo de Edward Lear (Gould, 1834)

A fines de 1720 Claude Guillouet, señor de


Orvilliers, gobernador de la Guyana o Francia
Equinoccial (actual Guayana Francesa), se dirigió
desde esta colonia a la capital, París, para solicitar que
le enviaran un botánico ya que había registrado una
cantidad de plantas útiles para la medicina de esa
época en que no existía prácticamente otra fuente de
remedios. El duque de Orleans, regente de la corona,
acudió al famoso botánico y médico Antoine de
Jussieu, director del Jardin des Plantes, quien
recomendó a un desconocido médico de Perpignan,
Pierre Barrère.  El joven doctor recibió el título de
“médico-botánico del rey en Cayena”, la capital de
Guyana, y además un interesante sueldo de 2000
libras por año.
Una vez llegado a la colonia comenzó a recorrer
las zonas costeras y el interior del país colectando no
sólo plantas, sino también animales y toda otra cosa
rara y curiosa.  A pesar de que su cargo incluía la
atención de enfermos de la marina y del hospital,
Barrère se rehusaba hacerlo a menos que sus
pacientes le pagaran la consulta. Este hecho quizás
provocó su rápido regreso a Francia, tras dos años de
estadía. Su labor como naturalista, sus observaciones
y los materiales que obtuvo, fueron en cambio, bien
valoradas por personajes como de Jussieu y Buffon
que autorizaron la publicación de su tardía obra “Essai
sur l'histoire naturelle de la France équinoxiale, ou
Dénombrement des plantes, des animaux & des
minéraux qui se trouvent dans l'isle de Cayenne, les
isles de Remire, sur les côtes de la mer et dans le
continent de la Guyane” (1741).  Además de otras
obras sobre Guyana, Barrère publicó trabajos sobre
ornitología de la provincia francesa de Roussillon 
(“Ornithologiae Specimen Novum”, 1745), sobre
anatomía humana y sobre fósiles. Poco antes de morir
en 1755 fue designado decano de la facultad de
Perpignan.
Entre las numerosas aves que mencionaba en su
trabajo sobre Guyana (las descripciones son muy
breves) se encuentra la Pica Brasilica o TouKan, que
merece este comentario “La lengua del TouKan es de
una forma bastante singular; es una pluma bien
delicada, que mide aproximadamente medio pie [unos
16 cm] de largo”. Es decir que este rasgo anatómico
fue lo que más le llamó la atención de la extravagante
ave.
Toucan de Cayenne o Toco 
Dibujo de François Nicolas Martinet (Daubenton, 1765-1783) 
A través de los comentarios de viajeros como
Barrère y otros, Buffon (1770-1785) elaboró un retrato
de los tucanes donde, como era su costumbre, les
atribuía algunos rasgos morales opinando que, a
diferencia de las aves más “normales” que tienen una
“fisionomía fina y agradable y casi espiritual”, las hay,
como los tucanes, que “tienen un pico tan grande
como una cabeza, se presentan con un aire estúpido,
rara vez contradicho por sus hábitos naturales”.  Algo
con lo cual no estaba de acuerdo Humboldt, como ya
veremos. Para Buffon ese monstruoso pico, que le
recordaba una máscara para asustar niños, “delgado y
débil, lejos de ser útil, solo hace daño al pájaro que, de
hecho, no puede agarrar nada, desgarrar nada, trozar
nada; y que para comer está obligado a tragar su
comida entera sin triturarla ni incluso desmenuzarla.
Además, este pico lejos de ser un instrumento útil, un
arma o incluso un contrapeso, por el contrario, es sólo
una masa como palanca, que dificulta el vuelo del
pájaro y le da un aspecto como medio caedizo, que
parece arrastrarlo al suelo, incluso cuando quiere
elevarse”.
The Toco – (Latham, 1781-1802)

Obsérvese como a partir de su aspecto y sus


prejuicios Buffon construyó un erróneo concepto de un
ave que es producto de millones de años de evolución,
los que pudo atravesar gracias a las ventajas
adaptativas que, entre otras cosas, le brinda su pico.
Pero la teoría de Darwin aún estaba lejos y Buffon
seguía enumerando los “errores o caprichos” de la
Naturaleza: “el pico excesivo e inútil del tucán contiene
una lengua aún más inútil, cuya estructura es muy
extraordinaria; no es un órgano carnoso o cartilaginoso
como la lengua de todos los animales u otras aves, es
una verdadera pluma, mal ubicada, como podemos
ver, y encerrada dentro del pico como en un
estuche”.  Pico que el viajero Lery (1578) consideró
monstruoso y denominó “pico de picos”, y a cuyo
portador otro viajero, Guillaume Dampier (1723), llamó
“todo-pico”. Y no se privaba el sabio francés de
ahondar en la psicología de estas aves: “la vivacidad
de sus movimientos no resta valor a su grave aire,
porque este pico grande les da una fisionomía triste y
seria que sus grandes ojos suaves y sin fuego aún
aumentan más; de modo que, aunque son muy
animados y muy inquietos, solo parecen más torpes y
poco alegres”.
Pica brasillica - Los dedos están mal dibujados: tres hacia delante y uno hacia atrás, en
vez de dos y dos  (Gessner, 1560)

A partir de la descripción del toco, nombre que le


dio Buffon “para distinguirla de las demás”, Philipp
Statius Müller en 1776  creó el nombre científico que
conserva hasta la actualidad: Ramphastos toco.
Gessner (1560) había descripto al tucán para el que
propuso el nombre latino Ramphestes, que, alterado
por Aldrovandi, dio Ramphastos, adoptado por Linné
para designar al género. Esta palabra significa “que
tiene pico (grande)”, y viene del griego ramphos: pico
ganchudo de ave de rapiña, pico en general, y astes:
poseedor.

Pica bressilica - Obviamente copiado de Gessner como se puede ver por los dedos
dibujados erróneamente (Aldrovandi, 1560) 

El tucán ya era conocido en Europa muchos años


antes de los trabajos de Buffon. Quizás las primeras
noticias las aportó Fernández de Oviedo (1526): “La
ave que ay en tierra firme que los cristianos
llaman picudo, y tiene un pico muy grande, según la
pequeñez del cuerpo, el qual pico pesa mucho más
que todo el cuerpo. Este pájaro no es mayor que una
Codorniz, o poco más, pero el bulto es muy mayor,
porque tiene mucha más pluma que carne. Su plumaje
es muy lindo y de muchos colores, y el pico es tan
grande como un xeme [unos 15 cm], o más, rebuelto
para abaxo, y al principio a par de la cabeça tan ancho
como tres dedos o quasi; y la lengua que tiene, es una
pluma, y da grandes silvos, y haze agujeros con el pico
en los arvoles, por donde se mete y cría allí dentro; y
cierto es ave muy estraña, y para ver, porque es muy
diferente de todas quantas aves yo he visto, assí por la
lengua, que como es dicho, es una pluma, como por
su vista y desproporción del gran pico respeto del
cuerpo. Ninguna ave ay que quando cría este más
segura y sin temor de los gatos, assí porque ellos no
pueden entrar a tomarles los huevos o los hijos por la
manera del nido; como porque en sintiendo que ay
gatos se meten en su nido y tienen el pico hazia fuera,
y dan tales picadas que el gato ha por bien de no curar
dellos”. Aclaremos que los españoles de esa época
llamaban gatos a los monos.
Pico de un ave traída de las tierras nuevas (Belon, 1555)

“Los primeros naturalistas, habiendo visto sólo el


pico del tucán, que los virtuosos de los siglos XVI y
XVI estimaron como una producción maravillosa,
concluyeron que el ave debe haber pertenecido al
orden acuático y de patas palmeadas, ya que éste
contiene muchas especies con desarrollo notable del
pico, adaptado para capturar peces. Algunos viajeros
también relataron historias fabulosas de tucanes que
recurrían a las orillas de los ríos para alimentarse de
peces” (Bates, 1910). Será por eso que los españoles
le daban el nombre de alcatraz, asimilándolo al
pelícano, y creyendo que se alimentaba de pescado.
Aunque ya Thevet (1558) señalaba “Algunos podrían
pensar que era acuático, lo que no es muy probable,
como lo he visto por experiencia”.

Pica brasilica (Jonston, 1657)

Si bien en cautiverio aceptaba cualquier alimento,


en libertad era considerado como un frugívoro casi
absoluto. Así  Thevet (1575) señalaba: “Además, esta
ave no vive de otra cosa en los bosques donde tiene
su residencia, y come también cierto pimiento largo y
rojo …  además vive de un fruto llamado ierauna, que
crece en cierto árbol, a manera de una ciruela verde,
fruta que es toda redonda”. La dieta del tucán provocó
no poca controversia entre los naturalistas. Los
autores que lo conocieron en las Guayanas, como
Waterton (1879) afirmaban que se alimentaban
enteramente de frutas de la selva y que nunca
mataban los pichones de otras aves ni tocaban la
carroña. 

Tucán con un ratoncito en el pico mostrando que no sólo se alimenta de frutas (Rennie,
1835)

Schomburgk (1922-1923) informaba además que su dieta


consistía principalmente de los frutos de diversas especies de
pimientos (Capsicum) y de allí su nombre alemán
de Pfefferfresser (comedor de pimienta).  En Brasil, Wied
(1832) observaba: “Todas las mañanas y las tardes estos
tucanes andaban por el bosque y volaban hacia los árboles de
guayaba, de cuyos frutos eran ávidos. Cuando las naranjas
maduran, se dice que se acercan mucho a las viviendas”. 

Toucan (Paré, 1585)


En cambio, Azara (1992), señalaba a los tucanes
como temidos depredadores de huevos y pichones,
porque son “páxaros avicidas y perjudiciales, no
obstante que la naturaleza parece se propuso juntar en
ellos todas las apariencias y formas opuestas al
exercicio cruel y carnicero … Los tucanos, a pesar de
todo destruyen a muchos páxaros; porque con su
voluminoso y estravagante pico imponen respeto y
miedo a todas las aves, y las embisten y ahuyentan de
sus nidos, y a su misma vista tragan enteros los
huevos y los pollos, que sacan aún de los agujeros con
el pico o desbaratan los nidos si es menester … Aún el
nido fuerte del Hornero, contra quien no puede el
tiempo ni otros enemigos, no es resguardo suficiente
contra los tucanos, porque esperan que la lluvia
humedezca el barro, y le desbaratan a picotazos para
comer los huevos y los pollos”.  Y estas observaciones
las corrobora Juan Pedro Larraburu (1944) con un
tucán grande que tenía su familia en semicautiverio:
“algunas veces, mientras estaba filosofando posado en
su percha, después de haber engullido alguna naranja,
pasaba en vuelo en ese momento, cerca de él, un
pilincho [Guira guira] de mi colección, y en el preciso
instante que lo enfrentaba, el Tucano, con veloz y
certero movimiento, alargaba el cuello y lo apresaba
con el pico por el medio del cuerpo como a una
mariposa”.
Resulta muy interesante la observación ecológica
que da el jesuita Dobrizhoffer (1822) sobre el tucán
grande: “Se alimenta con las semillas maduras del
árbol caà [la yerba mate, Ilex paraguariensis], pero
como esas semillas son muy glutinosas para ser
digeridas, las vomita enteras, y ellas producen nuevos
árboles, para gran beneficio de los pobladores”. Por
eso se lamentaba Paucke (2010) ante sus infructuosos
intentos de cultivar la yerba mate: “¡Oh! cuántas veces
pensé entre mí: el ave Tucán hace en un solo silbido lo
que yo no puedo conseguir durante meses”.

Tunca (Paucke, 2010)

Es notable la destreza que tiene el tucán para comer aún


objetos tan pequeños como una semilla de cáñamo que,
según Brehm (1965),  toma con verdadera delicadeza con las
puntas del pico, lo levanta verticalmente y lo deja caer en
las  fauces. Según Humboldt (1907): “El tucán se asemeja al
cuervo en conducta e inteligencia. Es un animal valiente,
pero fácilmente domesticable. Su pico largo y robusto sirve
para defenderlo a distancia. Se hace dueño de la casa, roba
todo lo que puede encontrar y le encanta bañarse a menudo y
pescar a orillas del río. El tucán que habíamos comprado era
muy joven; sin embargo, durante todo el viaje, se deleitó en
burlarse de los cusicusis, o monos nocturnos, que son
melancólicos e irritables. No observé lo que se ha
relacionado en algunas obras de historia natural, que el tucán
se ve obligado, debido a la estructura de su pico, a tragar su
comida tras arrojarla al aire. De hecho, la levanta con cierta
dificultad del suelo, pero, una vez que la ha agarrado con la
punta de su enorme pico, solo tiene que levantarla tirando la
cabeza hacia atrás y manteniéndola vertical mientras está
tragando. Esta ave hace gestos extraordinarios cuando se
prepara para beber. Los monjes dicen que hace la señal de la
cruz sobre el agua; y esta creencia popular le ha conseguido
al tucán, de parte de los criollos, el nombre singular de
diostedé”. Sin embargo, el tucán no parece beber en forma
distinta al resto de las aves: “En una ocasión, uno descendió
a posarse en la raíz de un árbol a unos 40 cm sobre la oscura
agua de un arroyo de tierras bajas para beber. Se inclinó con
cautela, dudando varias veces antes de sumergir la punta del
pico en el agua, una precaución debida a la presencia de
peces feroces y yacarés (caimanes). Cuando aseguró unas
gotas de agua, echó la cabeza hacia atrás y se tragó el
líquido” (Wetmore, 1926).

Dibujos anatómicos del pico, lengua y pies del tucán (Gould, 1834)
Cabeza y lengua de tucan (Rennie, 1835)

Volviendo al tema de la lengua el anatomista


Blumenbach (1827) opinaba:  “La lengua del tucán
(Ramphastos) tiene a veces varias pulgadas de largo,
pero apenas dos líneas de ancho en su raíz. Tiene el
aspecto, toda ella de una ballena de cetáceo; y sus
márgenes son fibrosos”.  Feuillé (1714) decía al
respecto: “Su lengua, casi tan larga como el pico, está
compuesta por una membrana blanca muy tenue,
escotada profundamente a cada lado, y tan delicada,
que parece una pluma”. Una descripción más detallada
la proporciona John Gould (1834): “El filo posterior o
proceso proyectado hacia atrás, es ancho y con una
estrecha muesca; estaba ubicado a 4 líneas [8,5 mm]
de la glotis. Por delante de este proceso la lengua es
suave y con diminutas papilas por una extensión de 4
líneas [8,5 mm], y aquí es donde más probablemente
reside el sentido del gusto; el resto del órgano consiste
en una lámina córnea trasparente, aplanada
horizontalmente y soportada por el proceso anterior del
hueso hioides, que forma un filo a lo largo de la línea
media de su superficie inferior. A casi 4 pulgadas [10
cm] del extremo de la lámina córnea los márgenes
muestran escotaduras oblicuas, y estas escotaduras,
haciéndose más profundas y apretadas hacia la
extremidad, producen el aspecto de barbillas a cada
lado de la lengua. Estas barbillas, observa el Sr.
Vigors, eran aplicadas generalmente, antes de ser
tragados, a los trozos de alimento sostenidos entre las
mandíbulas”.
Tucano (Sanchez Labrador, 1968)

Siendo una mascota apreciada por los nativos y


los colonos, muchos naturalistas tuvieron oportunidad
de observar y comunicar el comportamiento de los
tucanes en cautiverio, aunque tal práctica no dejaba de
tener sus inconvenientes como lo sufría el padre
Sánchez Labrador (1968):  “Es pájaro, por ventura, el
más singular de los que pueblan el aire del Paraguay
… En su hermoso pico une el tunca la belleza que los
picaflores, y el restante vulgo de las aves, ostenta en
sus matizadas plumas … Se compone el pico de una
sustancia delicada, de hueso muy esponjoso por
dentro; y por fuera de una como escama o cortecita
muy sutil … Mantuve en mi aposento tal cual unos
días, pero le eché afuera, porque no es un ave para
quien gusta del aseo. Por todas partes excreta y lo
ensucia todo”. Refiere además que “mientras otras
aves duermen en las ramas bajas él desde una rama
alerta vigila y produce un murmullo con su lengua
como de palabras mal pronunciadas. Esparce hacia
todos lados este rumor con el fin de que duerman sin
zozobra de ser sorprendidas”. Buffon, quizás
refiriéndose a otra especie, dice que emite un extraño
silbido durante bastante tiempo por lo que recibe el
nombre de ave predicadora.

                                Pica brasiliensis – (Ray & Willughby, 1678)

Como vemos, Sánchez Labrador, también


describía la estructura del extraño pico y en Ray &
Willughby (1678) leemos sobre el desmesurado pico lo
siguiente: “Es de una sustancia muy delgada como el
pergamino, pero huesuda, brillante, muy ligera, hueca
e internamente capaz de almacenar una gran cantidad
de aire: por lo que creo que, a diferencia de otras aves,
no necesita narinas: siendo tan delgado el pico que el
aire puede penetrarlo fácilmente. Y si la Naturaleza
hubiera hecho alguna abertura en él, lo habría hecho
propenso a la fractura. Por lo tanto, también es posible
que lo haya provisto con algunos dientes, para que el
pico no pueda cerrarse herméticamente, para admitir
fácilmente la entrada de aire”. Como hace notar Smith
(2007), si analizamos las figuras de Thevet que aquí
se reproducen veremos que en la primera le coloca
malamente las narinas a mitad del pico y en la
segunda, prudentemente, las elimina del todo, ya que
en realidad son pequeñas y están ocultas bajo las
plumas de la base del pico. Esta delicadeza del pico
hacía dudar a Faber sobre las cualidades de carpintero
que le atribuía Oviedo.
TouKan – Obsérvese la posición de las narinas en la mitad del pico (Thevet, 1558)

TouKan – Las narinas ya no aparecen (Thevet, 1575)

“Ningún ser humano, aun el de la nariz más


grande puede aparecer tan disforme y contrahecho
que esta ave con su pico colosal” (Paucke, 2010). La
función de semejante pico no acababa de
comprenderse, aún en pleno siglo XIX.  “No podrás
conjeturar con qué fines la naturaleza ha sobrecargado
la cabeza de esta ave con un pico tan enorme. No
puede ser para la ofensiva, ya que no tiene necesidad
de hacer la guerra con ninguna de las tribus de la
naturaleza animal; porque su alimento son frutas y
semillas, y están en superabundancia durante todo el
año en las regiones donde se encuentra el tucán.
Difícilmente puede ser para la defensiva, ya que el
tucán no es cazado por ningún ave en América del
Sur, y si estuviera obligado a estar en guerra, la
textura del pico no está bien adaptada para dar o
recibir golpes” (Waterton, 1926). Para Bates (1910) el
pico sirve “para permitirle al Tucán alcanzar y devorar
la fruta estando posado y, por lo tanto, contrarrestará
la desventaja que su cuerpo pesado y su apetito glotón
le darían en la competencia con grupos similares de
aves”. Darwin (1871) supuso que "los tucanes pueden
deber el enorme tamaño de sus picos a la selección
sexual, por mostrar las rayas diversificadas y vívidas
de color con el que se adornan estos órganos". Los
investigadores modernos (Tattersall, 2009) parecen
inclinarse más bien por una función termorreguladora,
aunque ello no explica el notable colorido.
La voz del tucán grande dista de ser melodiosa.
Azara dice que se limita a un rac. Y sin embargo
Eurico Santos (1938) nos relata sus conciertos que
“tienen lugar entre las sombras del amanecer o el
crepúsculo de la tarde. En el día señalado, no falta
nadie. El centro de la reunión siempre está bien
elegido, con un árbol gigantesco y ramoso, al borde
del bosque, con vistas a la vegetación circundante.
Después de que todos se posan, se escuchan los
primeros compases. La corriente principal de la
armonía enciende el fusible y todo canta; a veces
puedes ver al solista y al coro, luego hay verdaderos
duetos y, finalmente, una falta de armonía
generalizada. Mientras cantan, parece que se
entusiasman, y es una alegría verlos acompañar sus
discordancias con la cola, con la cabeza y, cautivados
por el encanto de sus propias voces, lanzar por ahí la
partitura. Parece que aprecian realmente estos
conciertos, hasta el punto de que, cuando están
ejecutándolos, se desentienden de todo lo que los
rodea. Los campesinos, los cazadores y las personas
que a menudo van al bosque, dicen que cuando los
tucanes y los arasarís castañetean el pico y hacen
barullo en el bosque, el tiempo va a cambiar. Aquí en
el estado de Río corre el dicho; "Tucán en las sierras,
lluvia en el suelo"”.

Le toco
Dibujo de Jacques Barraband (Levaillant, 1801-1806) 

VESTIDOS, ADORNOS, MEDICINAS, COMIDA


La belleza del plumaje de los tucanes fue
apreciada en mucho por los nativos, y no sólo por
ellos. Sus plumas adornaban también los vestidos de
las damas de la realeza europea del siglo XVI. Como
se puede ver en la pintura de Jean Baptiste Debret, el
emperador Pedro I de Brasil vistió para la ceremonia
de su coronación una capa con plumas de pecho de
tucán. 

The coronation of Emperor Pedro I of Brazil in 1822. Jean Baptiste


Debret. Fuente: História Viva 59. https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Coroa
%C3%A7ao_pedro_I_001.jpg

Cuenta Thevet (1575): “Los salvajes tienen una


buena técnica para desollar estas aves, y de la misma
forma donde está este plumaje amarillo, lo acomodan
para hacer adornos para la suerte según su moda, y
algunos vestidos y sombreros, y muchas otras cosas
para su placer. Traje a Francia un sombrero rico y muy
bello, hecho de ese plumaje, el cual obsequié al rey
llamado Enrique Segundo, como cosa rara y singular,
digna de admiración, por la calidad de la obra, donde
estos salvajes hicieron un entretejido de plumas muy
bello con hilos de corteza de árbol”.
Lery (1578) dice que el pecho del tucán “una vez
despellejado por los salvajes, les sirve además tanto
para cubrir y adornar las mejillas, como otras partes
más de sus cuerpos,  lo que suelen usar cuando bailan
llamándolo Toucan-tabouracé, es decir pluma para
bailar, lo cual estiman mucho: toda vez que
poseyéndolas en gran cantidad muchos de ellos no
tienen ninguna dificultad para regalarlas o cambiarlas
por las mercancías que les llevan los franceses y
portugueses que comercian por allá … Se adhieren a
cada una de sus mejillas, con una cera que llaman
Yrayetic, una pechuga de pájaro cubierta con
pequeñas y sutiles plumas amarillas. Este adorno es
largo y ancho de unos tres dedos, es llamado por ellos
Toucan, del nombre del ave que lo lleva, que como
describí en su lugar, no solo tiene todo el resto del
cuerpo tan negro como un cuervo, sino que también
tiene el pico excesivamente grueso y monstruoso”.
Gorro con pico de tucán – Indios mocovíes 
(Paucke, https://pueblosoriginarios.com/recursos/colecciones/
paucke/content/large/indumentaria_mocovi.jpg)

En la provincia de Goyaz, Castelnau (1850) pudo


ver entre los indios xambioá, varios tocados de plumas
que provocaron su admiración. Eran guardados en una
cabaña sagrada, y si por desgracia una mujer hubiera
tratado de admirarlos o simplemente verlos, le
esperaba una muerte inmediata por tal sacrilegio”.
Bates compró a un jefe de los mundurucú “dos
hermosos cetros de plumas, con sus estuches de
bambú. Son de forma cilíndrica, de aproximadamente
tres pies de largo y tres pulgadas de diámetro, y están
hechas pegando con cera finas plumas blancas y
amarillas del pecho del tucán en varillas gruesas, y la
parte superior está adornada con largas plumas de las
colas de loros, trogones y otras aves. Los Mundurucus
son considerados los más expertos trabajadores en
plumas de todas las tribus sudamericanas. Sin
embargo, es muy difícil lograr que se separen de esos
artículos, ya que parecen tener una especie de respeto
supersticioso por ellos. Fabrican tocados, fajas y
túnicas, además de cetros; las plumas las eligen con
un buen ojo para dar un contraste adecuado de
colores, y los cañones se insertan en fuertes redes de
algodón, tejidas con palitos de tejer, en la forma
requerida. Los vestidos se usan solo durante sus
festivales”.
Cabezal qom con pico de tucán  (Catálogo Toba-Qom, Museo Etnográfico Juan B.
Ambrosetti. FFyL - UBA) http://raicestobaslp.blogspot.com/2012/04/presentacion-de-nuestras-qom-
loonatac.html

Los guaraníes también confeccionaban capas,


coronas, tocados y pulseras con plumas de diversas
aves, entre ellas los tucanes. Los mantos de plumas
eran usados por los hechiceros y caciques.

Indígena toba-pilagá con tocado con pico de tucán (Arnott, 1934)

Schomburgk (1922-1923) comenta que los macuxi


usan grandes pompones de plumas de tucán y en un
encuentro con los maiongkong aprende el uso que le
daban a esas plumas, que denominaban tshaoko en
su lengua. “Las elegantes decoraciones de plumas de
los hombres consistían en la mayor parte de gruesos
filetes de cabeza de las plumas rojas y amarillas que
los Rhamphastos
erythrorhynchus [Ramphastos tucanus] y R.
vitellinus crecen inmediatamente por encima de la raíz
de la cola. Como los Guinaus, Uaupes y Pauixanas,
así como los Maiongkongs fabrican sus tocados y
mantos comunes con estas plumas, ambas especies
de Rhamphastidae pronto serían exterminadas si no
se tomara una precaución extremadamente astuta
para evitar esta destrucción de estos proveedores de
vestuario. Con este fin, solo emplean una flecha muy
pequeña untada con veneno extremadamente débil,
con el resultado de que la herida infligida por tal arma
es demasiado insignificante para ser mortal, mientras
que la poca potencia del urari sólo hace que el pájaro
pierda los sentidos: se cae, las plumas requeridas se
le sacan y, después de un corto tiempo, se recupera
para que tal vez le disparen y le roben en otra
oportunidad”.

                 

Para estas vestimentas y adornos se prefería


generalmente las plumas pectorales de vibrante color
amarillo del tucán ariel (Ramphastos ariel) y del tucán
pico verde (Ramphastos dicolorus), porque como
aclara Descourtilz (1854-1856) el tucán grande es
“mucho menos buscado que los dos anteriores, contra
los que se libraba una guerra cruel, dado que los
adornos confeccionados con el parche colorido de sus
gargantas estaban de moda y constituían un objeto de
comercio: el tucán grande escapó de la destrucción,
sin embargo, los cazadores nativos a veces lo
sacrifican, porque hacen recipientes para pólvora con
su pico superior, sin agregarle más que un tapón en el
extremo pequeño, que cortan, y reservando, para
formar la parte inferior, la placa ósea de donde surge”.

                          Ramphastos megarhynchus – Dibujo de Adrien Taunay       


(https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Adrien_Taunay_Ramphastos_1826.jpg)

También comenta Schomburgk que, entre los


warrau, la entrada de los niños en el mundo de los
hombres no es tan simple: tienen que someterse a
varias pruebas para demostrar su fuerza y valor. Éstas
consisten en su mayor parte en heridas dolorosas que
se cortan en el pecho y los brazos con los colmillos del
jabalí o la punta del pico del tucán”. Antiguamente los
caciques qom usaban un pico de tucán, al que
denominaban doqo’to ‘poleo o ‘mayo le’ta#, para
adornar la diadema que llevaban en tiempos de guerra
(Arenas & Porini, 2009). ‘poleo y le’ta# dan idea de
grande o monstruoso quizás en referencia al pico del
ave o al tamaño de ésta. Dobrizhoffer (1822) conoció
un indígena “yaaucaniga abipón quien, al ir a combatir,
siempre se ataba un gigantesco pico de tunca en su
nariz, para hacerse más terrible al enemigo”.
Otro uso del pico del tucán entre los indígenas del
río Napo (Ecuador) era a manera de cuchara para
inhalar por la nariz una infusión de tabaco (Orton,
1870). Ya en el terreno medicinal en Paraguay y
Argentina se usaba el pico de tucán en polvo en una
taza de mate cocido para detener hemorragias, y para
tratar el mal caduco o epilepsia. En este caso debía
estar acompañado de la lengua para surtir efecto. “Los
salvajes también atribuyen grandes virtudes a esta
lengua de plumas, y la usan como remedio en varias
enfermedades” (Buffon). Su pico con la lengua incluida
se utilizaba en la colonia para tratar el mal caduco o
epilepsia (Sánchez Labrador, 1968).
La carne del tucán es despreciada por algunas
etnias pero otras como los mbyá-guaraníes y
cainguáes de Misiones lo consumían en guisos. Bates
observaba que en los meses de junio y julio los
indígenas de la zona de Ega (Amazonas) cazaban en
gran cantidad los tucanes que se concentraban en los
bosques secos, alejándose del igapó inundado por el
río. Lo consumían estofado o asado y era un ítem
importante en su dieta en esos meses. La mayoría de
los naturalistas europeos consideraban al tucán muy
difícil de cazar por ser ave muy desconfiada y sigilosa.
Los nativos usaban flechas de punta roma para evitar
perforar la piel y ensuciar las preciadas plumas con
sangre.

Ramphastos toco - Tucano de papo branco  (Descourtilz, 1854-1856)

EL TUCAN EN MITOS, LEYENDAS, CUENTOS Y


POESIAS
Pese a ser ave tan llamativa el tucán está
pobremente representado en los mitos y leyendas
nativas. En cambió es un habitué de los cuentos,
canciones y poesías infantiles modernos. Quizás
porque como decía d’Orbigny (1835-1847): “El tucán,
con un pico tan grande como él mismo, parece ser el
bufón de los anfitriones del bosque, por su aire
almidonado, por la ridiculez de sus gestos, cuando
hace oír su voz desagradable”. Y corrobora Paucke
(2010): “Ningún ser humano, aún el de la nariz más
grande puede aparecer tan disforme y contrahecho
que esta ave con su pico colosal”. Es esa mezcla entre
la seriedad de su traje, la alegría de sus colores y el
aire pasayesco que le da su gran “nariz” la que atrae la
atención de los más chicos, en cuyos dibujos es
frecuente que aparezca. Aunque también aparece en
la poesía y las canciones de los adultos como
veremos.
Para los awajaun de la Amazonía peruana los
tucanes eran antiguamente hombres que Etsa, el Sol,
creador del mundo, transformó en aves (Mayor
Aparicio & Bodmer, 2009). En la región xingú los
mellizos Keri, el sol y Kame, la luna estaban cubiertos
de plumas: el sol, de tucán y arará rojo; la luna, de
yapú, y la aurora, de plumas de tucán.
Un relato guaraní explica el origen del gran pico
del tucán. El Tatú Tunpa (el dios Tatú) se encontraba
enemistado con el joven Tukan, y cuando llega la
fiesta de su casamiento no lo invita. Tukan se cuela y
cuando Tatú Tunpa lo descubre le pide a la novia que
lo convide  con chicha servida en una calabaza
alargada. Cuando Tukan comenzaba a beber, Tatú
Tunpa le envió un conjuro y el recipiente se le pegó en
la cara sin que se lo pudiera sacar, por lo cual se alejó
volando convertido en tucán. Para los chiriguanos el
protagonista era el zorro, el Aguará Tunpa, aunque el
resto del cuento es similar.

Artesanía qom - Obra de Eduardo


Custodio. http://raicestobaslp.blogspot.com/2012/04/presentacion-de-nuestras-qom-loonatac.html
En la mitología wichi, el héroe Tokjuaj,
transformado en vampiro es perseguido por un tucán.
Tokjuaj se esconde en el hueco de un árbol y el tucán
picotea el tronco hasta que parte la cabeza del héroe
que queda muerto en el piso con figura de murciélago
(Carlos Ortiz, en Terán, 1998)
Más allá de las cosmologías de los pueblos
originarios la modernidad homenajeó al Tucán con una
constelación. Según el padre jesuita José Guevara
(1836) es “el tunca, más afortunado que los demás,
pues ha subido a ser una de las constelaciones del
mar del sur”. En efecto hacia 1595 los navegantes
holandeses Pieter Keyser y Frederick de
Houtman designaron con el nombre de Tucana a una
constelación del hemisferio sur.

Constelación del Tucán - Johann Bayer's Uranometria (1661 edition)

Luego hay una serie de creencias que lo sindican


como anunciador, sobre todo de lluvias. Dicen los qom
que si pasan volando dos tucanes, seguro llueve. Lo
mismo pasa si se cambian de una isla de monte a otra.
Entre los Qom de Formosa el tucán grande o coto’
lta’a  “cuando aparece en una comunidad, vuela o
cruza o queda en algunos árboles anuncia algo, peste
grande, como que abarca toda la gente, viene peste de
toda la comunidad” (relato de Félix Suárez, en
Medrano (2017)).  Pero, en cambio en Perú, si se toma
agua del bebedero donde lo hizo el diostedé, estará
uno a salvo de enfermedades.
Tunca o Cotaá 
Dibujo de Florian Paucke - (Calvo & Benzi, s/f)

La siguiente poesía está dedicada por el poeta


paraguayo Carlos Villagra Marsal al tukâ hovy o
arasarí chico (Selenidera maculirostris) y la
consignamos porque tiene algunas observaciones
sobre su comportamiento:
La ambiciosa jornada del tukâ hovy
De bucanero y artista exorbitante
te vamos a calificar:
lúcido saltimbanqui,
voluptuoso rapaz,
entre volantines empinas la garganta
y sobrevienes y saqueas y te vas
del goce purpúreo
de un guayabal
a los riesgosos pichones
de karakará,
del huevo sagrado
de la perdiz tataupá
al cauteloso pimpollo
de la canela montaraz,
y se malicia
que hasta sabes volar
sin alas, mascando la semilla soltadora
del kurupa'y itá.
Un breve espejo recamado
es para ti la aurora enhiesta del palmar;
en ella te contemplas,
cónyuge de la luz ungido ya,
desde tu grácil bañadera:
la corola intensa del ñandypá.
Pero el resplandor embiste
y es menester aparejar
-pirata de párpado pelado,
polícromo capitán tu
navegación
de bandera negra y azafrán,
de verde espolón
descomunal.
Así empieza y ocurre el abordaje
de las presas que aliña tu afán;
sin embargo, apenas anochece
por la oscilante ramazón, estribas el gran
pico en la espalda
y además
le cobijas con tu cola;
ahora bien, arduo tucán:
ese cumbreño anclaje en el silencio
tampoco te saciará.

 
                                            Ramphastos toco  
                               Dibujo de Jean Gabriel Prêtre (Lesson, 1831)

Y un par de ejemplos más de la lírica tucanesca:


Tucán lunero
Te vi con tus negras plumas
Pájaro Tucán, tucán lunero
subido en las ramas de la luna
una noche, comiendo luceros.
Te he visto, tucán
con tu ojos rendondos
alegre y triunfal
con el cielo de fondo.
Tucán lunero, tucán lunerito
nunca pensé que volaras tanto,
he descubierto  que tu inmenso pico
es tan liviano, como el algodón blanco.

Alejandro J. Díaz Valero


(https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-
poema-156351)

A un Tucán
Qué me intentas decir con tu graznido,
del gorjeo primitivo de tu celo,
parloteo ruidoso de un modelo
que empieza y que termina sin sentido.
De vuestro alfange curvo y colorido,
largo como ninguno, hay en tu vuelo
un torpe salto que te lleva al suelo,
grávido de la guerra y del herido.
Monógama ave tierna y cariñosa,
de patas cortas, fuertes, y saltona;
detallista, romántica y galante.
A dónde vas de fiesta, y elegante,
con ese smoking y esa blanca rosa
que en tu bolsillo y traje... no me entona.?
Andi Del Alba
(http://www.mundopoesia.com/foros/temas/a-un-
tucan.630780/)

LOS TANTOS NOMBRES DEL TUCAN

Parece que el primero en registrar el nombre fue Thevet (1558): “En la costa
marina, la mercancía más frecuente es el plumaje de un pájaro que llaman en su
idioma toucan".  Buffon, basándose en Lery, dice que “el mismo nombre de tucán
significa pluma en el idioma brasileño”. Almeida Nogueira (1879) supone con dudas ti:
pico, y cang: óseo, y propone túb-cáb: quiebra huevos. Otras fuentes lo consideran
onompatopéyico, como proveniente de su grito toucaraca. Bates señala que sus gritos
“tienen una vaga semejanza a las sílabas Tocano, Tocano, de allí el nombre indígena de
este género de aves”. “Tucano, tucano, viene ruidosamente de un árbol cubierto de
frutas, donde los grandes tucanes alborotan” (Edwards, 1861). Richard Schomburgk, por
su parte,  dice que “su peculiar nota, que imita el tintineo de las sílabas pia-po-o-co, por
lo que los venezolanos llaman al pájaro Piapoco, resuena en el bosque todo el día”.
¿Habrá salido de allí el toco buffoniano?
Y acá va parte de la prolífica ornitonimia del tucán:

Guyana: Gros bec (= pico grueso), witstuit


Surinam: banane beck (=pico de banana) o koejakee (o kouïakey)  gramman, es decir,
gobernador o jefe de los tucanes.
Caribe: toukousia o touko
Macuxi (Guyana, Brasil): bouradi o curauwui, que significa nariz.
Warrau (delta del Orinoco): harietia o haritya
Chamacoco (Chaco boreal) = ho
Mbya=  (c)atodi
Mbya-guaraní: tukanguachu
Guaraní: tunca
Brasil = Tucan uçú, Tucano assú
Misiones (Argentina): Tucano
Corrientes, Chaco (Argentina): Tucá
Wichi: tuk
Qom: Qoýo lta`a (ave grande, padre de las aves)
Mocoví: Cotaá
Jíbaro (Perú): tsukanga o tsukagká

Ecuador, Perú: lo llaman predicador, porque mueve la cabeza como un sacerdote y


parece decir: "Dios te dé", apelativo que también le dan. También en el nordeste
argentino le decían predicador por su vestimenta negra y porque con su barullo parece
sermonear a las otras aves.

Perú: tulcan, pisiti, tuca, cuaja, pinsha. Durante la época colonial los españoles los
llamaban carpenteros (carpinteros) o taca-tacas en el idioma peruano, creyendo que
también golpean los árboles. También alcatraz (creyéndolo ave marina) lo que persistió
también en Tucumán y Salta (Argentina)
Bolivia: tucu-tucu.

Alex Mouchard

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