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CRUCIGRAMAS
“Anoche a la medianoche
Chillaba el garrapatero
Porque no querían bailar
Las hijas del carpintero”
“Desde mi juventud tuve mucho placer con el estudio de las plantas, y otras
partes de la naturaleza, y he visto la mayoría de esa clase de curiosidades, que
se encuentran en los campos, o en los jardines o en los gabinetes de
curiosidades de esas cosas” (Sloane, 1707).
Hans Sloane perdió a su padre siendo muy niño, pero gracias a que
aquél trabajaba para James Hamilton, conde de Clanbrassil, tuvo acceso a
una temprana educación en la escuela fundada por éste y a la frondosa
biblioteca del castillo de Killyleagh. Su permanente interés por las ciencias
naturales lo llevó a Londres adonde estudió materia médica (botánica
aplicada a la medicina), farmacia y cirugía. Cuatro años después viajó a
París y a Montpellier para seguir estudiando, y finalmente a la Universidad
de Orange, donde se recibió de médico en 1683. De vuelta en Londres, Hans,
hábil para conectarse con gente influyente, consiguió ser elegido miembro de
la Royal Society, con la ayuda de John Ray y Robert Boyle, a quienes les
proveía de especímenes. Por estas influencias y a pesar de su poca
experiencia, fue designado en 1687 médico de Christopher Monck, primer
gobernador inglés de la isla de Jamaica. A bordo de la fragata “Assistance” y
tras un viaje donde fue castigado por “un muy largo y tedioso malestar
marino”, Hans arribó a la paradisíaca isla cuya naturaleza lo encandiló. “En
cuanto a los colores, es seguro que son muy difíciles de describir: hay tantas
variedades de ellos que requieren nuevos nombres para expresarlos.” Estuvo
en Jamaica tan sólo 15 meses, ya que tuvo que regresar tras la prematura
muerte de Monck, pero con la ayuda de esclavos africanos, el tiempo le
alcanzó para coleccionar unas 800 especies de plantas y hacer interesantes
observaciones sobre la naturaleza de la isla, las que plasmó en su libro A
Voyage to the Islands Madera, Barbados, Nieves, S. Christophers and Jamaica,
provisto de numerosas ilustraciones atribuidas al reverendo jamaiquino
Garret Moore, “uno de los mejores dibujantes que pude encontrar allí”. Sus
bocetos fueron luego perfeccionados por el pintor holandés Edvard Kikcius
para la publicación.
Estando en la isla y deseoso de conocer la parte norte de la misma, se
proveyó de un buen caballo y un croquis de los caminos que atravesaba el
centro montañoso del país. Siguiendo el curso del río Cobre, se internó en la
isla y al salir del bosque hacia la sabana central sin duda debe haber
observado al ave que nos ocupa.
EL ANÓ
Ya hemos visto que las cualidades vocales del anó no son precisamente
destacadas. Al respecto d’Orbigny (1839) señalaba: “El Crotophaga ani tiene
dos tipos de cantos: uno agrio, fuertemente pronunciado, que podemos
expresar como ou-i-o, de donde le viene el nombre de judío que le dan en
Cuba; el otro, que no es más que un gorjeo desagradable, al que los criollos
de Cayena han comparado con el ruido del agua hirviendo en una marmita
de barro; de allí la denominación de Bouillier de canaris [hervidor de
marmita] (de canari, el nombre de las marmitas de barro)”.
Y con respecto a las relaciones del anó con otras especies, tenemos la
observación de que “en Río de Janeiro, en el área de Cabo Frio, pero aún más
en las llanuras de los Goaytacases en Parahiba, estas aves son
extremadamente comunes, puedes verlas en grandes cantidades en las
fazendas, entre el ganado que pasta en el suelo, en los árboles vecinos,
incluso en el lomo del ganado en compañía del caracara blanco ( Falco
degener [= Milvago chimachima])… En el suelo se asocian con el virabosta
violeta y el negro (Icterus violaceus y unicolor [= Molothrus bonariensis y
Curaeus curaeus, respectivamente)” (Neuwied, 1832). “Comparte, como se
mencionó anteriormente, con Tinnunculus sparverius [Falco sparverius, el
halconcito colorado] y Butorides virescens [la garcita verde], el privilegio de
ser el objeto favorito de los ataques de Chicheree (Tyrannus dominicensis,
Bp.); y es difícil decir si este pájaro o el último mencionado ofrece la mayor
diversión. Si hay una brisa fresca, un vuelo tras un Crotophaga es quizás lo
mejor; porque, con su cola larga y alas cortas, se deja llevar sin poder hacer
nada. Pierde su entereza e intenta, tal vez, volar contra el viento, cuando
«dejarse llevar» sería por mucho la mejor elección; allí baja entonces el
tiránico, y, tras uno o dos amagues, lo golpea de tal manera que lo envía
como sea a cualquier refugio que encuentre, ya sea un seto espinoso de
aspecto desagradable o un lecho más suave de pasto de Guinea. Como
consecuencia de estos encuentros, el plumaje del Ani, y especialmente su
cola, sufre mucho; de hecho, apenas se puede encontrar un espécimen que
tenga su apéndice final en buen estado” (Newton, 1859).
“Hay una noción absurda que prevalece en la sila [Saint Corix, Islas
Vírgenes], de que estas aves son diferentes del resto de la creación, y que el
nombre "Black Witch" [bruja negra] tiene algo que ver con su supuesta
inmortalidad; pero es más probable que originalmente tuviera la intención
de expresar la nota de llamada ordinaria del pájaro, que, como dice
acertadamente el Sr. Hill (Gosse, B. Jam. p. 289), suena como la palabra que-
yuch" (Newton, 1859).
......
Se cree que el anó deposita sus huevos en el nido del pirincho pìririta
(Guira guira) y por eso aparece asociado a este otro cucúlido en los
compuestos o cantos populares paraguayos, como en la
Comenzaron a bailar
las señoras y señoritas,
Aka'e era el guitarrero,
Picamaderos, violinista.
Aka'e le dijo:
"Estoy debiendo una cuadrilla:
cumplida mi promesa
enseguida tocaré lo que pide”.
Le dijo Alonsito:
"Harás lo que a mí me guste:
tocarás un chopi,
valga lo que valiere".
Se levanta ya Aka'e,
la guitarra en la mano:
"Te he dicho ya, amigo,
que no vamos a tocar chopi".
Alonsito le dijo:
"Te mostraré si soy hombre".
Le pegó un balazo a Aka'e
y ya terminó el baile.
Ya viene la autoridad
para descubrir el ruido;
Alonsito desafiante
con revólver y cuchillo.
Ya ordena el sargento:
"Sujétate, Alonsito;
con tu compañero Chochi
entregadme vuestras armas.
Alonsito le repuso: .
"Mis armas no las entrego
y además, a ese sinvergüenza
de violinista lo voy a matar".
Alonso: el hornero: Acaé: la urraca azul. Chochi: el crespín. Chopi: el tordo y nombre
de una antigua danza paraguaya.
“Matinta Pereira:
El Anó ya se murió,
¡Quién te gobierna soy yo!”
Al fin acepté. Los cuatro garrapateros son mi porción. Esos pájaros negros
que no cantan y vuelan sin gracia. Y por eso, jamás conseguí escribir ese
poema memorable, redondo. Porque es imposible hacer poemas que
valgan nada, un maravedí, un escrúpulo, cuando se está rodeado de
garrapateros. No de aves del paraíso. O de querubines imprevistos en la
copa de un pino.
Me queda una duda. Y si el pino estuvo orgulloso de sus oscuros
huéspedes, y los guarda en la memoria de las ramas que aún tiemblan en
mi recuerdo. Y a mí me falta la humildad necesaria para descubrir el
milagro de la belleza del mundo, lo maravilloso cotidiano, en unos pájaros
de apariencia deleznable, que comen garrapatas, y graznan sin gracia, y
van por las copas de los pinos vestidos de párrocos antiguos de vuelo
corto.
Alex Mouchard
“El paisaje del sertón vive de las voces de la seriema, el llanto de los anuns,
la alegría del papa-sebos, el pico de los gavilanes, la clarinada de los
tetéus y de las casaca-de-couro” (Zenaide, 1953)
TOPONIMIAS
Zanjón y Garrapatero: pueblo en Oaxaca, México
Garrapatero: localidad en Pasto, Nariño, Colombia
Laguna Garrapatero: lago en La Guajira, Colombia
Cerro Garrapatero: cerro en Cauca, Colombia
Playa El Garrapatero: a 7 km del pueblito El Cascajo, Santa Cruz, isla Santa
Cruz, Galápagos
Tijuil: localidad en Quiché, Guatemala
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Imágenes