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EL PODER DE LA INFLUENCIA

La esencia del periodista es bien conocida por ser la comunicación, pero


esta esencia, en muchas ocasiones es confundida con la labor práctica del
lobbying y la acción realizada por los lobbistas, entre ambos existen diferencias
puntuales, en donde el periodista o el comunicador busca informar, a diferencia del
lobbista, quien persigue un objetivo específico que es favorable a su cliente.

Según la Real Academia Española, el lobby es un grupo de presión, sin


embargo, se podría decir que este concepto es ambiguo, puede considerarse
popular y mediático, ya que el lobby puede contener dentro de sí, un mayor
significado para quienes lo practican y quienes son beneficiados por esta tarea.

Una de las palabras que puede ser fundamental para intentar definir este
proceso de lobby es influencia, ya que si es analizado, con esta práctica se busca
influir en las decisiones del otro para obtener beneficios, y otra palabra que se
encuentra tácitamente para una gran mayoría dentro de este concepto, es la de
intereses, sin la existencia de estos, el proceso sería inexistente.

Dejando a un lado la definición anterior del lobby, en ocasiones no es solo


considerado como un grupo de presión, sino que es visto como un gabinete o una
consultora externa la cual se encuentra especializada en los servicios del lobbying,
integrados por profesionales de esta materia, los lobbistas.

Estableciendo ya estas dos percepciones que se tienen actualmente sobre


el lobby, es necesario aclarar que la segunda definición, en donde se conoce al
mismo como una oficina técnica dedicada al ejercicio del lobbying para clientes a
cambio de una remuneración económica representa en sí, la más adecuada para
el lobby.

El proceso de comunicación persuasiva, basado en la influencia sobre los


poderes públicos es conocido como lobbying, y es importante destacar que este
proceso es planificado, no es espontaneo, el mismo responde a una planificación
estratégica realizada previo a su ejercicio, la eficacia de este proceso y de su
aplicación dependerán en gran medida de lo planificado, ya que si bien son
muchas estrategias las cuales pueden ser implementadas por el lobbista para
obtener lo deseado, con este esquema es más seguro contar con un resultado
favorable.

Si bien estas son palabras que para muchos pueden parecer mayores, o
ajenas, el lobbying no es realizado exclusivamente solo por grandes empresas
corporativas o grupos financieros como podría ser imaginado, es necesario saber
que por la importancia de los intereses que fueron mencionados anteriormente, el
lobbying puede abarcarlo todo, desde procesos sindicales, problemas de Estado,
futuras aprobaciones de leyes hasta esfuerzos realizados en pro de la ecología.

Para poder realizar un lobbying adecuado, el mantenimiento de relaciones


permanentes con miembros de los poderes públicos ayuda a que los mensajes del
lobbista sean mayoritariamente informativos, en la información radica la respuesta
que se puede obtener de este proceso, ya que con las mismas se crea una base
sólida que permite la futura toma de decisiones.

El lobbying complementa las lagunas de conocimientos que se pueden


tener con respecto al tema sobre el cual se debe tomar una decisión o legislar y es
por esta razón que puede considerarse como una herramienta de transmisión de
conocimiento en sectores públicos.

Una de las funciones del lobbying es la de intervenir en el proceso de toma


de decisiones públicas como fue mencionado anteriormente, ya sea de una norma
jurídica, de un acto jurídico, pero en muchos casos no es entendible cual es el
logro del lobbista después de aplicar diversas estrategias, y antes de conocer el fin
de esta labor, es necesario definir también la labor del lobbista.

El lobbista no cuenta con un perfil profesional específico en algunos


Estados, por esta razón puede ser un abogado o un empleado público, un político,
un militar en retiro, o cualquier individuo que puede manejar las estrategias y que
conoce que al existir cualquier necesidad, es necesario encontrar una solución,
que va a ser llevada a cabo por el mismo.

A pesar de que la palabra lobbista surgió en Estados Unidos alrededor de


1832 y fue utilizada de forma peyorativa y estuvo vinculada a prácticas delictivas
por diversos políticos, es innegable la evolución que ha tenido hasta la actualidad,
en donde se designa cualquier tipo de acción de influencia dirigida a los poderes
públicos.

Retomando los resultados del lobbista, tenemos que una vez alcanzados
los objetivos, los poderes públicos podrán suscribir los argumentos del programa
que ha dejado el lobbying y puedan orientar su toma de decisiones a favor de los
intereses de la estructura social promotora, intentando a su vez no vulnerar el
interés público. Con esta orientación favorable se beneficiaran los intereses
representados o por otro lado, no serán lesionados.

Ya siendo conocida la historia del lobbying, y como cada concepto pudo


evolucionar de ese primero nacido en 1830 en la Cámara de los Comunes en
Inglaterra hasta como es conocido en la actualidad, podemos conocer la
importancia y relevancia que ha tomado con el pasar de los años y como cada día
sigue creciendo esta práctica, la cual afecta directamente a los ciudadanos, aun si
ellos conozcan qué es un lobbista o no.

Sin embargo, si es positivo el cambio y la percepción que se tiene en la


actualidad sobre el lobbying, también es preocupante como esta profesión o esta
práctica puede influir de manera negativa, ya que todo dependerá no solo de los
intereses de cada parte, sino de la capacidad de influencia y recursos con la que
puede contar un lobbista y por quien ha sido contratado.

De esta manera, podemos concluir con que el lobby es la oficina técnica en


donde se practica el ejercicio del lobbying, siendo esta la acción de influencia y el
proceso de comunicación o estrategias que tienen que ser realizadas por el
lobbista para poder obtener así un objetivo clave.

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