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La adición de azúcar es una técnica de conservación de alimentos que consiste en guardar una
cantidad de frutas en un recipiente bajo la forma de mermeladas o almíbares durante varios
meses, siempre y cuando se tomen las medidas pertinentes al momento de envasarlas.
La adición de altas cantidades de azúcar evita el deterioro del alimento y desempeña un papel
antiséptico
El azúcar previene además la oxidación de los sabores de las conservas, es decir, las frutas
retienen durante mucho tiempo gran parte de su sabor original, e incluso, pueden desarrollar
un sabor más potente. Es más, debido a su alta solubilidad y viscosidad, el azúcar aporta una
textura diferente al alimento, a menudo más suave que antes de conservarlo. Tampoco se
puede olvidar el papel que ejerce la adición de azúcar sobre el mantenimiento del color de las
frutas, puesto que el aspecto de los alimentos es crucial al realizar la selección de los mismos.
Diversas entidades, como la Academia de Nutrición y Dietética, señalan a la vez que las
pérdidas de nutrientes en este tipo de conservas son mínimas y que consumir fruta, incluso en
conserva, aporta beneficios. Una de las razones es que su consumo desplaza a la ingesta de
otros alimentos procesados y ricos en nutrientes que tomamos en exceso, como grasas
saturadas o sodio. Pese a ello, los efectos sobre la salud no son los mismos si se toma fruta
fresca que si se toma conservada en azúcar, sobre todo, porque esta última tiene una alta
densidad calórica. Aumentar las calorías que ingerimos en forma de azúcar no es en absoluto
recomendable porque se asocia a un mayor riesgo de padecer exceso de peso, caries y déficits
nutricionales.
El Comité Científico Asesor de las más recientes Guías Dietéticas Americanas, que contó con la
asistencia de la Colaboración Cochrane, también recomienda a la población que reduzca su
ingesta de los llamados "azúcares añadidos" (azúcar de mesa, edulcorantes de maíz, fructosa,
jarabe de maíz alto en fructosa y otras formas de azúcares añadidos), por un probable papel
en la génesis del exceso de peso. Como la ingesta real de azúcares en Europa oscila entre el
16% y el 36%, estamos lejos de la recomendación emitida en 2003 por la OMS.
Un motivo más que se debe tener en cuenta es el papel del alto consumo de azúcar sobre la
caries dental. La OMS indica que "los azúcares son, sin duda, el factor dietético más
importante en el desarrollo de la caries dental". La caries y las enfermedades dentales no son
temas triviales. Perjudican la calidad de vida desde la infancia hasta la vejez, impactan sobre la
autoestima (la apariencia facial es uno de los determinantes de la integración del individuo en
la sociedad), sobre la capacidad de comer y, en última instancia, sobre la salud. Nuestros
dientes desempeñan un papel esencial en el habla y en la comunicación. Las enfermedades
dentales causan un dolor considerable, que a su vez generará ansiedad y, en resumen,
alteraciones en la sociabilidad de la persona.
Otro motivo para limitar nuestra elevada ingesta de azúcares es que se ha observado que las
personas que toman muchos azúcares tienen más probabilidad de ingestas bajas en
importantes nutrientes esenciales.
Los cereales, son gramíneas, herbáceas cuyos granos o semillas están en la base de la
alimentación.
Los cereales contienen almidón, que es el componente principal de los alimentos humanos. El
germen de la semilla contiene lípidos en proporción variable que permite la extracción de
aceite vegetal de ciertos cereales. La semilla está envuelta por una cáscara formada sobre
todo por la celulosa, componente fundamental de la fibra dietética. Algunos cereales
contienen una proteína, el gluten, indispensable para que se forme el pan. Las proteínas de
los cereales son escasas en aminoácidos esenciales como la lisina.
Las especies que caben dentro de esta categoría agronómica pertenecen en su mayoría a la
familia Poaceae (gramíneas), cuyo fruto es inseparable de la semilla; sin embargo también se
incluye a veces a plantas con semillas semejantes a granos que son de otras familias, como la
quinua, el alforfón, el amaranto, el huauzontle o el girasol. Algunos autores llaman a estas
últimas especies falsos cereales o pseudocereales.
Las principales especies son: arroz, maíz, trigo, avena, sorgo, centeno, cebada, mijo.
En la alimentación humana son el trigo, el arroz y luego el maíz los que principalmente se
utiliza hoy en día. La cebada se utiliza principalmente en la fabricación de la cerveza para
hacer la malta.
Algunos cereales secundarios se han convertido al gusto de hoy día con la vuelta a una
agricultura orgánica como la espelta, el centeno o la avena.
Otras plantas como quinua, que se cultiva tradicionalmente en América del Sur, tienen un
mercado en crecimiento, especialmente en el ámbito de la agricultura ecológica. Cabe aclarar
que la quinua es un pseudocereal, perteneciente a la subfamilia Chenopodioideae de las
amarantáceas.
En granos: arroz, maíz, trigo (a menudo pre cocido), escanda, cebada, avena, quinua;
Harina: trigo, centeno, espelta, para la pastelería (pan, pastas) y tortas;
Sémola: trigo duro (cuscús pasta), maíz (polenta), fonio;
Gachas: avena (gruau o gachas: alimento inglés tomada en el desayuno);
Copos: avena; maiz
Pasta: trigo duro, centeno, espelta, arroz.
Como ingredientes, las semillas han cobrado mayor importancia en el último tiempo,
aportando estilo, textura, color, sabor y muchos nutrientes importantes para el organismo.
Por eso, debemos conocer un poco más cuáles son las propiedades nutritivas de las semillas y
su efecto sobre la salud cada vez que las consumimos como parte de nuestros platos.
Si bien las variedades de semillas son muchas, en líneas generales podemos decir que las
semillas destacan por su contenido en fibra que contribuye a la salud intestinal y a prevenir
enfermedades crónicas, así como también, es destacable su contenido en grasas saludables y
en minerales que el cuerpo necesita.
Pipa de girasol: es rica en ácidos grasos mono y poliinsaturados que ayudan a reducir
el colesterol malo y elevar el colesterol bueno en sangre. También es rico en fibra y
destaca en este tipo de semillas el contenido de potasio, fósforo, magnesio y calcio, así
como su riqueza en ácido fólico. Estos micronutrientes son fundamentales para el
funcionamiento del sistema nervioso y muscular del organismo, por lo que puede ser
el tentempié ideal de los deportistas.
Semillas de lino: son muy ricas en ácidos grasos omega 3 por lo que resulta un buen
alimento para el corazón. También es rico en vitamina C y E con fuerte poder
antioxidante que ayuda a prevenir enfermedades y contiene minerales como el calcio,
hierro, potasio y magnesio. Lo más apreciable de esta semilla es su riqueza en fibra
soluble que ayuda a reducir las glucemias y el colesterol al mismo tiempo que resulta
un gran arma para revertir la constipación y cuidar la salud del intestino.
Semillas de sésamo: son ricas en grasas insaturadas y también poseen una elevada
cantidad de proteínas de origen vegetal. Aporta buena cantidad de vitamina E y
vitaminas del complejo B que ayuda al funcionamiento del sistema nervioso central.
Entre los minerales destaca por sobre las demás su gran contenido en calcio y en
menor medida, posee fósforo, hierro y magnesio.
Semillas de amapola: es otra gran fuente de calcio entre las semillas junto al sésamo y
posee también un alto contenido en vitamina A con efecto antioxidante y protector de
la piel y el cabello. Además, destaca en esta semilla su contenido en hierro junto a
otras propiedades de su consumo sobre el organismo.
Pipas de calabaza: son muy ricas en ácidos grasos omega 3 y omega 6, y posee una
gran número de vitaminas y minerales entre los que destacan el magnesio, selenio,
potasio, fósforo, vitamina A y E. Es muy rica en fibra por lo que también ayuda a
reducir el colesterol en sangre y a evitar el mal funcionamiento intestinal.
Semillas de chía: es una semilla rica en zinc, un elemento importante para el adecuado
funcionamiento del sistema inmune. Posee proteínas de buena calidad, selenio con
poder antioxidante, hierro, magnesio, calcio y fósforo entre los minerales más
abundantes
Mermelada de fresas
Los ingredientes:
Preparación:
1. se lavan las fresas y se le quitan los tallos. Se colocan una parte de las fresas,
aproximadamente 500 gramos en la licuadora con el jugo del limón y el agua, se licua y
se coloca la mezcla en una olla o cacerola con el azúcar y se mezcla bien y se pone a
cocinar a fuego lento, revolviendo constantemente con una cuchara de madera para
evitar que se pegue.
2. El resto de las fresas se cortan en cuatro y se añaden a la cacerola unos 10 minutos
después de que la mezcla se empezó a cocinar, la idea es que la mermelada al final
quede con pequeños trozos de fresas.
3. Se cocina hasta que al levantar un poco de la mezcla con la cuchara de madera las
gotas caigan lentamente y tiendan a unirse. El tiempo total de cocción es de entre 25 y
30 minutos aproximadamente.
4. Finalmente se vacía la mermelada en frascos de vidrio esterilizados, se tapan y se
colocan en el refrigerador.
Barra de galletas
Ingredientes
PROCEDIMIENTO
http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/ali
mentos_a_debate/2012/10/09/213597.php
http://es.wikipedia.org/wiki/Adici%C3%B3n_de_az%C3%BAcar
http://www.directoalpaladar.com/salud/las-semillas-sus-propiedades-
nutricionales-y-como-incorporarlas-a-los-platos
http://www.directoalpaladar.com/recetario/mermelada-de-fresa-hecha-en-
casa
http://www.mundopostres.com/barras-de-galletas/
Introducción
Pero no todos los alimentos son buenos para nuestra salud, si bien
necesitamos comer ciertas cosas, si lo hacemos muy a menudo esta en vez
de mantenernos saludables logran que tengamos ciertas enfermedades,
como el azúcar, si bien es cierto que la usamos en muchos alimentos,
consumirlas de forma excesiva puede causar enfermedades graves como la
diabetes.
Los alimentos son sustancias que sirven para nutrir el cuerpo y producir en el
organismo energía.