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REFLEXIÓN Y ANÁLISIS DEL FRAGMENTO “PONTE EN SU LUGAR”

TOMADO DE “LA ÉTICA PARA AMADOR” DE FERNANDO SAVATER

Carmen Fernández, Karla Alessandra


Karlacarmenf1399@gmail.com

Desde el título “ponte en su lugar” ya existe una idea principal que se antepone

al lector, que existe por conocimientos adquiridos previamente, y que no es

más que una definición de lo que conocemos por empatía. A medida se

desarrolla la lectura modelo, se tocan diversos puntos, pero se parte de algo

muy importante como lo es la humanidad que debería primar en cada uno de

nosotros. De esta manera el término “humanidad”, referido a la calidad de

seres humanos que somos por naturaleza y que deberíamos expresar para con

nuestro prójimo, y esa naturalidad no es más que la aplicación de valores,

virtudes o comportamientos que vayan de la mano de la ética y moral.

Pero, como en todo contexto siempre existe lo positivo y lo negativo; personas

que hablan y practican de valores, otras que solo hablan y no los practican y

otras que no los conocen y por ende no los practican (ignorancia que puede ser

vencible o invencible). Vivimos en un mundo en el que además de juzgar los

actos de algunas personas, tampoco hacemos algo para ayudarlas, decidimos

vivir en una burbuja de nuestro “mundo bueno”.

Ponernos en el lugar del otro no implica actuar de la misma manera causando

daño a los demás, por el contrario, implica ver su realidad, ser partícipe de su

perspectiva, de su punto de vista frente las actitudes que demuestra. No todos

“nacemos en cuna de oro”, y por esto no me refiero a tener solamente lo

material. Soy una persona que piensa que la felicidad plena conlleva a un
accionar correcto y por tanto, ético; y la felicidad plena desde mi punto de vista,

es el equilibrio entre el amor y el dinero, sin sumar atribuciones a cada uno,

ambos en el mismo nivel, refiriéndome por ejemplo, a que es común escuchar:

“de amor no se vive”, efectivamente, el ser humano necesita verse satisfecho

económicamente, realizado a nivel profesional logrando alcanzar sus metas,

como lo decía Maslow, (psicólogo humanista) cuando propone la pirámide de

necesidades humanas que consta de cinco niveles (fisiológicas, seguridad,

sociales, reconocimiento y autorrealización); en la que recalca que el

cumplimiento de las mismas generaría satisfacción y felicidad en el individuo.

Ahora, explicada la búsqueda de la felicidad y el logro de la misma, está el otro

extremo, el de no alcanzar esta felicidad y aquí se toma de referencia la parte

de la lectura que dice “soy malo porque soy desgraciado”. “Malo”

refiriéndose a aquella persona que no vive éticamente (aquella que roba, que

miente, que mata, que viola, que atenta contra otro de cualquier forma) y que

realiza actos negativos para sí mismo y para los demás, y “desgraciado”

haciendo referencia a que no ha tenido la oportunidad de alcanzar la felicidad

plena, de encontrar en su entorno oportunidades que lo impulsen positivamente

al logro de sus metas. Porque independientemente de lo que somos ahora,

fuimos en algún momento una pizarra en blanco que fue escrita por lo que

nuestro entorno próximo nos enseñó mediante el ejemplo. Con esto no quiere

decir que los actos negativos puedan justificarse, que, por el contrario, no es la

única razón por la que nuestros actos están destinados a ser, pero no hay

discusión en que tienen mucha relevancia, y que partiendo de aquí podríamos

intentar mejorar nuestro trato hacia los demás. No ver o priorizar sus actitudes,

que son diferentes a las nuestras, sino, ver en ellos lo que nos hace iguales,
verlos como humanos, verlos y observarlos con amor que es algo con lo que

todos nacemos y ayudarlos a reaprender este valor para lograr un desarrollo

como persona y próximamente como país.

Criticar es muy fácil, humillar también, pensar que somos correctos y que

mientras más títulos o galardones tengamos somos mejores también es fácil,

pero ¿acaso es el mundo que queremos heredar para nuestros descendientes?

¿Solo heredarles nuestra “burbuja”? La caridad, el respeto por los demás, y

sobre todo el amor debe ser compartido y el cambio se genera solo como

consecuencia. Si no lo priorizamos no estamos aportando y si no aportamos no

nos quejemos.

Esto lleva al análisis de lo siguiente “soy humano y nada de lo que es

humano puede parecerme ajeno”, que no es más que el complemento de lo

anterior. No podemos ignorar nuestra realidad, no podemos hacernos ciegos

frente a tantas situaciones. En plena crisis por la pandemia no podemos estar

felices en casa, con la familia, con alimentos suficientes o hasta de sobra y

ropa de abrigo, renegando de las personas que salen a trabajar porque no

tienen las mismas comodidades y viven del día a día; repito, no justifico, pero

hacer algo al respecto te hace sentir bien, con esto, si se tiene las

posibilidades, una decisión es optar por practicar la caridad, la solidaridad,

independientemente de si somos católicos o no, la intención de ayudar debería

primar si en nuestras posibilidades está. Tal vez la ayuda no tenga que ser

exclusivamente económica, tal vez podemos ayudar mediante la escucha,

mediante unas palabras de aliento, mediante la retroalimentación, mediante un

sinfín de acciones positivas en relación a la ética y moral.


“Nada de lo que es humano puede parecerme ajeno”; recordemos las

clasificatorias de Perú al mundial, el camino por el que pasó, y tratemos de

traer a presente la unión que se vio como país; independientemente de

nuestras diferencias lo que se destacó fue el amor dirigido hacia una única

acción, el de clasificar a un mundial, no hay mejor ejemplo de semejanza entre

humanos que el amor que compartimos cuando buscamos el logro de una

meta. Porque cuando nos unimos hacemos cosas maravillosas. Entonces,

brindar amor sería la manera de empezar a ayudar a nuestro prójimo y la meta

sería buscar comprender a los demás para la formación de un mundo mejor.

Más allá de responder con el “trato como me tratan”, debería responderse “trato

mejor de lo que me pueden tratar”, tomando de referencia que no todos

tenemos las mejores oportunidades para desarrollarnos en valores.

Particularmente, como persona tengo muy instaurado la vocación de ayuda y

servicio, pero algo que refuerza mi conducta es mi vocación inclinada a una

profesión como lo es mi carrera profesional. Estudiar psicología es una manera

de comprender al ser humano como tal, he aprendido a relacionarme con todo

tipo de gente y efectivamente la satisfacción que genera brindar apoyo es

grandiosa. El contacto con personas violentas, con personas esquizofrénicas,

con niños con problemas emocionales, con adolescentes inmersos en drogas o

conductas desadaptativas me ha hecho ver que detrás de lo que muestran está

el porqué, está la razón que explica su comportamiento y me ha enseñado a

enseñar, enseñar que todo lo que aprendemos se puede desaprender y todo lo

desaprendido puede volver a reaprenderse porque es parte de las habilidades

del ser humano. Entonces el amor y la bondad con la que nacemos pero que

perdimos en el camino puede volver a nosotros si existe una Psicoeducación.


Mientras más temprana sea la ayuda, más eficiente y próximo es el cambio o

mejora. El mundo podría cambiar si se prioriza la salud mental de cada ser

humano, si se enseña desde pequeños, mediante el ejemplo, a no juzgar a

nadie y a colaborar como entorno para un desarrollo de personalidad adecuado

de cada individuo. Ya lo decía Albert Bandura en su teoría del aprendizaje

social quien es mencionado en la investigación de [CITATION Lam18 \l 10250 ]

citando a (Cloninger, 2003) en donde se menciona; “Albert Bandura considera

que el aprendizaje vicario es aquel que se adquiere a través de la observación

de las conductas de los demás individuos”. Entonces para finalizar es ético

también educar, acto que es sumamente posible por las facultades de razón e

inteligencia que poseemos, con la finalidad de hacer el bien y evitar el mal; de

entender los actos no éticos sin juzgar y, por el contrario, ayudar mediante el

ejemplo, y de no hacer el mal para obtener un bien.


Referencias
Boeree, G. (s.f.). TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD. Obtenido de https://29ba879c-a-62cb3a1a-s-
sites.googlegroups.com/site/mariamercedesreyeducacion/my-
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vMgEt5o3LQt4YsJ6gl4sLBxwWhlS4u0uLTFsNQVLSC4xPhMRMOlOQZqCnMApu9AIizOvA
2lF1m8d9FOZbSVGvA4LlixKz

Jara, M., Olivera, M., & Yerrén, E. (27 de Agosto de 2018). Teoría de la personalidad según
Albert Bandura. Obtenido de file:///C:/Users/PC/Downloads/1710-Texto%20del%20art
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López, M., Arán, V., & Richaud, M. (2014). Empatía: desde la percepción automática hasta los
procesos controlados. Obtenido de
http://www.scielo.org.co/pdf/apl/v32n1/v32n1a04.pdf

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