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CONSIDERACIONES PERSONALES SOBRE EL CEREBRO HUMANO

Juan Manuel Navarrete Silva

Formación continuada: Sistema de regulación del cuerpo humano: Antropología

Área de Conocimiento. Ciencias de la Salud

INTRODUCCIÓN

Las siguientes líneas, escritas por un neófito en medicina, sólo pretenden demostrar el
grado de aprovechamiento de la materia impartida por el doctor Manzanares y las
doctoras Martínez Gacio y Galvá Borrás.

No es fácil, ya lo decía en la Clausura del curso anterior, discernir sobre la complicada


materia que nos ocupa, pero algo se ha aprendido, y esto hay que plasmarlo. Es bien
sabida la perfección del funcionamiento del cuerpo humano, y también que tiene en el
cerebro su máximo exponente, y, aún cuando peque de intrepidez e insolencia, con la
ayuda de apuntes, explicaciones verbales en clase y consultas bibliotecarias, voy a
intentar diseñar el bloque central de este pequeño trabajo, tomando como base EL
CEREBRO.

Sé, porque así me lo enseñó el doctor Manzanares, que, entre las muchas funciones del
cerebro debemos destacar la integración de todo movimiento y su coordinación. Su
estudio nos lleva a considerar cuestiones sobre su evolución, su panorámica, su
estructura y su disección por áreas para el posterior análisis de las mismas. Cabe
destacar el cerebelo como especial monitor de todos los movimientos, especialmente,
automáticos

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Naturalmente que todas estas reflexiones están sólo referidas al cerebro humano. Según
una narración novelística del escritor Eduardo Mendoza, que pone en boca de un
extraterrestre la opinión que le merece el ser humano, no hay por menos que sonreír al
describirle como un ente individualizado de 1,70 mts. de estatura, 57 centímetros de
estructura craneal y dos ojos, significando la carencia de rabo y la adición de las
orejas al cráneo. Culmina el examen con la inocencia del ser humano por ser este
adefesio y la dispensa porque tuvo “mala suerte” en la evolución.

Para el ser humano, esto no deja de ser un pasaje cómico, ya que la evolución sólo ha
servido para, a través de millones de años, cincelar, por así decirlo, la zona craneana del
hombre. No en vano la humanidad considera y resalta la perfección del cuerpo humano.
Así que partiendo de esa base, de considerar el cuerpo como una perfecta maquinaria,
hemos de prestar la máxima atención a su fuerza motriz, es decir, a su cerebro.

No quiero perderme en un estudio antropológico del comienzo de la vida, hace,


aproximadamente tres mil millones de años: la aparición de los primeros primates, los
australopiteciarios, con 450 cc., aproximadamente de capacidad craneal, los homos, los
hombres de neandertal… que, por cierto, convivieron durante algún tiempo con el
homo sapiens. Resulta, cuando menos curioso, que estos últimos se impusieran a pesar
de la mayor capacidad craneal de los primeros. Estudios antropológicos revelan que el
cerebro comenzó su evolución hace 40.000 años y el hombre de Neardenthal ya cazaba
hace 100.000 años pero no fue hasta 15.000 años a/c que comenzó a realizar pinturas en
al interior de las cuevas.

Recientemente hemos conocido el aterrizaje de un meteorito en Siberia y, también


pudimos acceder a la información de que otro había pasado cerca de nuestro planeta.
Indagando en ello, supe que un cuerpo de semejantes características cayó en la zona que
ocupa la península de Yucatán hace unos 65 millones de años. Fueron destruidas
muchas especies de animales, entre ellas los dinosaurios, y sobrevivieron otras más
pequeñas, como nuestros antepasados, los primates tempranos Ya decía Darwin que la
especie que sobrevive es la que soporta mejor los cambios. Así pues, queda muy claro
que lo que somos está en el cerebro, órgano intrasplantable. Si hacerse pudiera,
habríamos “fabricado” un individuo totalmente distinto, tema éste muy tratado en la
ficción, ya que toda nuestra personalidad radica en el cerebro. Patológicamente no
puede negarse la complejidad de circunstancias que pueden afectar al normal desarrollo

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cerebral. Anomalías o enfermedades en extremidades ú órganos pueden ser
solucionables, pero los elementos que encierra un cerebro enfermo son muchos y muy
variables y con tantas connotaciones que dificultan su descubrimiento y posterior
solución. Tenemos un caso reciente y muy significativo, por la personalidad que lo
padeció. Los amnésicos almacenan rastros de memoria, pero no pueden acceder a ellos.

El estudio del cerebro, hasta hace, relativamente, pocos años, estaba relegado a
limitados campos de la ciencia. Algunos psicólogos, neurólogos y psigmaticos han
intentado entender cómo funciona el cerebro de una persona normal, y su relación con
la propia mente. El cerebro toma decisiones, anticipa el futuro, actúa en una sociedad
compleja, está capacitado para emitir un juicio ético, conocimiento de uno mismo y del
otro y controla su propia existencia.

En edades relativamente tempranas el número de neuronas que anidan en el cerebro


puede llegar a los 100.000 millones, cantidad ésta que irá menguando al paso de los
años. Decía Ramón y Cajal que las neuronas son células de formas delicadas y elegantes,
como las misteriosas mariposas del alma, cuyo batir de alas, quien sabe si desvelará
algún día el secreto de la vida mental. No se tocan, pero transmiten toda clase de
información.

“El cerebro tiene el tamaño de un coco, la forma de una nuez, el color del hígado y la
consistencia de la mantequilla fría”. Este dicho de Rita Carter, la famosa antropóloga,
me da pie para añadir que este “coco” se divide en dos mitades llamadas hemisferios;
hemisferio izquierdo y hemisferio derecho, comunicados a través de fibras.

En efecto, el cerebro humano es la unión de dos mentes y cada una de ellas se retrata en
su gemela. Si al principio de la vida se malograse uno de los dos hemisferios, el otro
podría asumir sus funciones mentales por su conexión interfibral ya que la información
que recibe uno la trasmite al otro de inmediato. No ocurriría así de separarse totalmente,
es decir, si no funcionase la banda de fibras que les ayuda a mantenerse en constante
diálogo. En este caso, si se trata de un cerebro adulto, cada uno de los hemisferios
procesa su propia información.

El texto de Rita Carter fija un porcentaje entre el 5% y el 8% los individuos que usan,
preferentemente, la mano izquierda. Yo me atrevería a elevar este porcentaje en la

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actualidad porque, aún cuando los conocimientos y estudios científicos hacen coincidir
la diestra con la dominación del hemisferio izquierdo, es bien sabido, sobre todo por los
que hemos pasado los quince lustros, que tiempo atrás era fuertemente reprimido el uso
de la mano izquierda desde la infancia. Hace ya varios años que dejó de usarse esta
práctica disciplinaria, y los individuos se manifiestan según sus órdenes cerebrales.

Los principales motivos, que, según algunos autores, inducían a los adultos a estos
comportamientos, parece que fuesen de índole religiosa o socioeducativa, y ello me
lleva a la siguiente reflexión:

¿Está la Religión reñida con la Ciencia? ¿Pueden ó no ser compatibles? Decía Pasteur
que un poco de Ciencia aleja de Dios, pero mucha le devuelve a Él. En su libro "Dios y
la Ciencia", Jean Ghitton, un escritor del siglo pasado se plantea el sentido de la vida y
la muerte, llegando a considerar este pensamiento como la única cuestión que se
enfrenta al animal pensante, desde su origen. Y para iluminar el camino de las tinieblas,
dice, este animal pensante no tiene mas que dos caminos: uno se llama Religión y el
otro Ciencia. Hay dos cortos párrafos en este libro que suenan como sendos
aldabonazos: Existimos a través de algo cuya naturaleza y asombrosas propiedades son
difíciles de captar, pero se asemeja más al espíritu que a la materia tradicional. En su
otro párrafo Guitton augura grandes cambios en siglo XX, y pronostica que, un
verdadero diálogo entre Dios y la Ciencia, puede por fin comenzar. Otro científico,
Peirce, asevera, en varios de sus libros que no existe contradicción entre Religión y
Ciencia y califica esta última como una actividad ganada por el deseo de aprender. Por
lo tanto, dice Peirce, la Religión debería estar animada por un espíritu científico y
moderar su pose de infalibilidad y así, por el contrario, cree que la Ciencia debería
considerar su mecanicismo. Concluye, con la categórica afirmación de que ambas,
Religión y Ciencia no solo no sed divergen sino que se complementan, con las
consideraciones anotadas.

Si no recuerdo mal creo que fue Santo Tomás de Aquino el primero que quiso conciliar
la fe cristiana con la filosofía. Quiso entablar una armonía entre las creencias y la
sabiduría, entre la Fe y el Saber.

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Para poner fin a esta reflexión, creo que, efectivamente, la fusión es posible siempre que
ambas se desprendan, estoy de acuerdo con Peirce, de convencionalismos que podría
hacerla inviable

Un famoso neurólogo inglés, del siglo XIX, Hugling Jakson, sitúa el lenguaje en
hemisferio izquierdo, considerándolo líder y dominante. Precisamente en esa parte
situamos el área de broca llamada así por el nombre de su descubridor, Pau Broca,
cirujano francés, hacia 1868. Es bien cierto que las consecuencias son distintas al
dañarse uno u otro lado cerebral. Y, que duda cabe, repasando los estudios de estos
científicos, se puede llegar a entender, de una manera razonable, las diferencias sexuales
y su connotación con el lenguaje, todo a través del proceso natural evolutivo.

La nomenclatura de los distintos elementos cerebrales es muy extensa y sus funciones


mucho más, pero debemos citar algunos:

La parte externa se denomina corteza cerebral, constituida por un tejido rugoso y la


unión del cerebro con la médula espinal se conoce como tallo cerebral y tiene la misión
de abastecer de energía el cerebro para su posterior distribución por éste. Luego está el
sistema límbico que lo componen estructuras varias como el tálamo, el hipotálamo, las
amígdalas y el hipocampo, entre otros, claramente identificados en el esquema que se
detalla:

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Sólo a modo de curiosidad, cito la rareza de algunas especies, tales como los moluscos,
que tienen situado el cerebro en el intestino, y, parece que le sirve de control en la
admisión de alimentos. De hecho, varias familias de genes dirigen el desarrollo de
cerebro e intestinos. En el dibujo el cerebro de un pulpo

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La distribución de los recursos necesarios de supervivencia en el tiempo y en el espacio
hace imprescindible el trabajo del cerebro. Naturalmente los organismos inmóviles no
necesitan sistema nervioso. El cerebro recibe información de los sentidos, evalúa,
almacena y genera respuestas que los músculos se encargan de ejecutar. Así que, en un
amplio sentido, el cerebro es un amortiguador de las variables ambientales, tema
estudiado en profundidad, cuando de la evolución cerebral se trata.

La actividad del cerebro es constante, incluso durante el sueño o cuando el cuerpo es


sometido a una profunda anestesia. Este comportamiento es conocido como actividad
cerebral espontánea. De hecho ¿quién no ha vivido alguna odisea que le ha parecido real
como la vida misma mientras dormía? Unas veces las divagaciones son imprecisas,
irreales o absurdas, pero no resulta difícil que por nuestra mente circulen pasajes ó
temas que, de algún modo, han podido ser para nosotros motivo de preocupación. Y no
tienen que ser, necesariamente, recientes. Por experiencia personal, sé que situaciones
vividas tiempo ha, afluyen a la mente durante el sueño. Cambian escenarios ó personas
pero no los motivos que, de alguna manera, han significado cierta inquietud en nuestras
vidas. Gran "almacén" este de la mente.

Al tratar este tema, sentí curiosidad por saber porqué cuando alguien duerme se dice que
está en los brazos de Morfeo. Para ello acudí a la Mitología y esto es lo que leí: Una
leyenda griega describe a Morfeo como hijo de Hipnos (Dios del dormir) y nieto de Nix
(Diosa de la noche). Morfeo producía el sueño con los humanos y Fantaseo é Icelo lo
hacían con animales y objetos inanimados respectivamente. Esta leyenda sitúa a la
familia en el valle de la oscuridad, donde crecían plantas que, al consumirse, producían
ganas de dormir. Pero bueno, esto no deja de ser una leyenda, y como tal debemos
tomarla.

Lo que sí es cierto es que para determinar todos los conceptos medicinales hay que
remontarse a los griegos, sobre todo en lo que se refiere al sistema nervioso. Un
científico griego de la antigüedad que también ejerció en Roma y respondía al nombre
de Galeno mantenía ciertas teorías, algunas equivocadas para los humanos ya que se
originaban debido a su práctica con animales. Alguna primitiva afirmación se mantuvo
durante mucho tiempo, y no fue hasta 1713 que Newton señaló las vibraciones

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transmitidas desde el cerebro a través de los nervios como causa de las contracciones de
los músculos.

A partir de entonces fueron varios los científicos que realizaron estudios y experimentos
mas o menos acertados: Galvani, Volta, Dubois, Reymond, Fritsch, Hitarg, Richard

Caton, Thomson, Vladimir, Pravdiah…………….. Tenía que transcurrir aún algunos


años hasta que un neuropsiquiatra alemán (Hans Berger) desarrollase en profundidad y
con acierto la encefalografía. Posteriormente, el uso de modernos instrumentos en las
hábiles manos de dos famosos fisiólogos ingleses (Achián y Mathews) permitieron
nuevas investigaciones y confirmaron los descubrimientos de Berger.

Afortunadamente, ya hay técnicas que permiten la observación del cerebro en vivo, y


pueden emplearse métodos más o menos sofisticados. Hoy día se puede tener acceso al
cerebro mediante electrodos colocados en zonas estratégicas (electroencefalograma)
Tales técnicas, en este sentido han mejorado en cuanto a resultados positivos se
obtienen. De hecho, conocemos el caso experimental llevado a cabo, recientemente, con
un confeso delincuente Se da por sentado que todas las situaciones emocionales se
desarrollan en el ámbito cerebral.

He nombrado el electroencefalograma, y bueno será recordar los orígenes de esta


técnica. Fue Ramón y Cajal quién allá por 1889 estudió, entre sus diversos trabajos, la
estructura de la formación reticular del tallo cerebral, obteniendo descubrimientos
microscópicos. Hasta ese momento nada se sabía de los procesos cerebrales cognitivos
y de conducta, pero se había progresado mucho sobre la estructura del encéfalo, que
como sabemos está situado en la cavidad del cráneo y dirige la voluntad del individuo

No obstante para determinar todos los conceptos medicinales hay que remontarse a los
griegos, sobre todo en lo que se refiere al sistema nervioso. A veces nos referimos al
médico como el galeno, y ello tiene explicación ya que un antiguo médico griego, que
también ejerció en Roma, respondía, precisamente, al nombre de Galeno.

Las múltiples funciones del cerebro incluyen dar cabida a una función tan necesaria
como es la MENTE: sentir, recordar, comprender, crear…… La mente humana es
inmensamente rica y compleja y su funcionamiento, en muchos aspectos no ha dejado
de ser un enigma para la CIENCIA.
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Steven Mithen, catedrático de arqueología de la universidad de Reading, afirma que la
mente del individuo evolucionó a través de un proceso de fluidez cognitiva creciente y
relaciona este proceso con la inteligencia humana.

He leído a Steven Pinker y sus razonamientos me parecen de una aplastante simplicidad


y, por tanto, fácilmente comprensibles. Desde los mas remotos tiempos, la humanidad
ha hecho uso de la mente para comprender todo su alrededor, incluso a ella misma. Otra
aseveración de Pinker para entender la mente es considerar su diseño por la selección
natural en el entorno evolutivo. Al contrario de Freud, Pinker no cree que la presión
psíquica se acumule en la mente y niega que funcione mediante fluidos sometidos a
presión, dejando muy claro que el funcionamiento de la mente responde sólo a la
información recibida. Antes he hecho la observación de que no quería perderme en los
comienzos de la humanidad, pero para comprender bien la mente humana es preciso
remontarse, precisamente, a esos comienzos. Sólo así, analizando la evolución de los
humanos, es como podremos estudiar la mente. Pinker se refiere a ella como un
dispositivo de exquisito diseño. Resta importancia a las mentes privilegiadas que han
conseguido altas metas en la ciencia, la música, la literatura ó la pintura, y centra su
atención en los gestos y tareas de la vida cotidiana, ó lo que es lo mismo a la práctica
de todos los sentidos. A mi modesto entender, el cerebro de Einstein era muy superior
al de la mayoría de los mortales. La conclusión del señor Pinker es que la mente es
como una computadora de estructura compleja y heterogénea con el mismo
procesamiento de información. Eso resulta admisible en la época actual, pero ¿cómo
podríamos establecer la comparación hace cien ó doscientos años? La opinión de
Pinker es que debemos hacer uso de las metáforas con la prudencia que requiere cada
caso.

Una de las misiones del cerebro humano es el almacenamiento de datos y su


recuperación en el momento oportuno, cual si de un ordenador se tratase. El cerebro
humano tiene más de 10.000 millones de neuronas y otras células nerviosas que superan
esa cantidad. No hay ninguna máquina con tanta información en tan poca cabida.

Capítulo aparte merecen los trastornos cerebrales que son de índole y comportamientos
distintos y de los que he tenido ocasión de documentarme leyendo a Frank Tallis, que,
en su libro Trastorno obsesivo compulsivo, hace un revelador análisis de los diferentes
comportamientos de un cerebro enfermo. Para continuar con el tema y finalizar este

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trabajo, resumiré algunas de las impresiones del doctor López-Ibor cuando fue
entrevistado hace unos años:

El doctor López-Ibor califica el trastorno bipolar como químico, da por sentado el


desarrollo de toda activad mental en el cerebro y cree que si un comportamiento
afectivo bipolar no tiene una total curación, la función bipolar continua su deterioro. Al
ser preguntado por la importancia de los genes, dijo que la investigación genética podrá
predecir la enfermedad, pero no sería la solución del problema. Considera algunos
trastornos bipolares resistentes a todo tipo de tratamiento ortodoxo, y, por ello, dice, se
han tomado caminos alternativos. De todas formas, desaconseja la farmacia masiva.

En los procesos de cognición de los bipolares, si se su curación, hay vuelta atrás, cosa
que no se puede hacer con otro tipo de enfermedad mental, por ejemplo, la asociada al
parkinson. Algunas lesiones cerebrales como los traumatismos craneoencefálicos
pueden desembocar en trastornos bipolares, por lo que recomienda completar el
diagnóstico con un electroencefalograma.

La enfermedad bipolar común suele ir acompañada de situaciones depresivas, pero


también, de momentos eufóricos. Se le recuerda al doctor la creencia de que Haendel
compuso el Mesías en cinco días, que Shuman encontró un buen aliado en sus
momentos más maniáticos para componer excelentes obras y Van Gogh terminó sus
más importantes cuadros. A este respecto, D. Juan José López-Ibor está de acuerdo en
conceder similitud entre el estado eufórico momentáneo y la creatividad, pero concede
cierta dosis de ésta última también al momento depresivo. Aclara que Haendel acababa
el Mesías durante un periodo de euforia, si, pero acababa de padecer una profunda
depresión, en cuanto a Van Gogh, la opinión del médico es que era un caso muy
complejo, por el consumo que hacía el artista de un alcaloide alucinógeno llamado
tujona.

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N. A. La entrevista al doctor López-Ibor es muy extensa y recoge párrafos de gran
interés, pero, como he dicho, doy aquí por finalizado este trabajo, que someto al
examen del profesor D. Carlos Martínez Manzanares, para su aprobación, rectificación
o rechazo.

Aún en este último caso, siempre habré ganado experiencia, cultura é inquietud por
saber, bagaje que se adquiere al realizar cualquier trabajo universitario.

Referencias bibliográficas

Anatomía de la mente de Luís Carreteé Aragüeña .

El cerebro en evolución de Jhon Morgan Allman.

El cerebro nos engaña de Francisco J. Rubia.-Artes Gráficas.- EDICIÓN 2000.

El universo del cerebro de Judith Hooper-Dick Teresi.-CIRCULO DE LECTORES

Cerebro izquierdo y cerebro derecho de Springer y G. Deutsch.-EDITORIAL GEDISA.

Los secretos del cerebro de Javier Duran.- EDITORIAL ALGAR.-1995

Mente de John Brockman, ED. CRÍTICA S.L. Barcelona 2012

Migraña, una pesadilla cerebral de Desclée de Bowrr.-MAYO 2010

Nuevo mapa del cerebro de Rita Carter.- RBA EDICIONES.-1998

Para qué sirve el cerebro.- de Javier Tirapu.

Potencia mental de Shari Lieberman y James Gorniley.- EDICIONES NOWTILUS


S.L .EDICIÓN 2007.

Trastorno afectivo bipolar de Ángeles López.-EDITORIAL EDAF 5ª EDICIÓN 2004

Trastornos del sueño de Arnoldo Téllez.- EDITORIAL TRILLAS.-2006 1ª edición

Viaje extraordinario al centro del cerebro de Jean Didier Vincent- EDITORIAL


ANAGRAMA

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