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Pli60670.
¿QUIÉNES SOMOS?
CUESTIONES EN TORNO AL SER HUMANO
EUNSA
EDICIONES UNIVERSIDAD DE NAVARRA, S.A.
PAMPLONA
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JAVIER BERNÁCER MARÍA'
el impulso nervio
través de las Cuales las neuronas transmiten
guímicas a
J. Las sustancias
glándulas o músculos.
SO a otras neuronas, es conocida como
optogenética.
introducida en 2006,
+ Estatécnica, CLARITY.
técnica se denomina
D. De hecho, esta
Javier Bernácer María
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también cambios en la actividad psicológica. La conclusión es que solo existe una cosa
nuestro cerebro.
lo fisico, ylo mentales un subproducto. Por lo tanto, somos
Sin embargo, el neurocientifico tiene qucser críticocon su propa d1sCiplina y con e!
alcance de sus experimentos. Tiene que ser, ante todo, científico. Si sus experimentos no
denuestran con total certeza una relación causal entre la mente y el cerebro -es deci.
que la actividad cerebral es la causa de la mente-, no debería dejarse llevar por el entt.
siasmo y afirmar tal cosa, o pronosticar que burlaremos a la muerte al poder descargar
nuestra conciencia en un dispositivo externo y eternizar nuestro yo. La primera reacción
crítica ante esta actitud es sencilla, pues se basa en los párrafos leídos anteriormente
no existe una manera adecuada de medir directamente la actividad cerebral humana
en circunstancias normales. Hoy por hoy solo podemos hablar de correlatos neurales, es
decir, de la actividad cerebral que se asocia o correlaciona con cierta actividad psicológi
ca: podemos decir, por ejemplo, que un aumento en la actividad del núcleo acumbens
aparece asociado a la sensación positiva al predecir una recompensa, pero no que dicho
núcleo hagaque nos sintamos felices. Estas son las reglas del lenguaje científico, basado
en las evidencias.
Pero hay, además, una segunda crítica algo más profunda y todavía biológica que
invita a responder negativamente a la pregunta de si somos nuestro cerebro: nuestro
sistema nervioso va más allá de nuestro cerebro. Para empezar, el cerebro estárecibiendo
la información que procede de los sentidos, y que no envían el estímulo -la imagen, el
sonido, la textura, etcétera- tal cual estáen el exterior, sino que la están codificando al
lenguaje común de las neuronas: el impulso nervioso. Los receptores, por lo tanto, em
piezan a dar forma a una información procedente del exterior que terminarápor alcan
zar elcerebro, yque se asociará con una percepción consciente. Es fundamental tener en
cuentaalgo: la continuidad entreel cerebro y el restode nuestro cuerpo. Nuestro orga
nismo tiene un desarrollo común, orquestado, sincrónico y único desde el momento de
la concepción hasta que se detiene por completo. No tiene sentido asignar al cerebro el
papel de único portador del yo, pues sin su relación con el resto del cuerpo sería un trozo
de materia orgánica desorientado y aislado incluso de sí mismo. Somos
nuestro cerebro;
al igual que somoS nuestras manos, nuestro hígado y las yemas de
nuestros dedos. ;Y que
sucedeanteun trasplante o unaextirpación? lanto nuestro
que son inseparables, se adaptarán a la nueva situación para
cuerpocomo nuestra
intentar seguir siendo fu
cionales. Pero se puede ir todavía más lejos en esta interpretación holística: hay autores
de renombre, tanto filósofos como
científicos, que defienden la extended
nuestra mente no se asocia únicamnente a nuestra mind mev
objetos con los que interactuamos. El ejemplo queactividad corporal,magistral:
sino tambie.
si resulta
suele ponerse es
convincente asumir que nuestros ojos o nuestras manos
de nuestra actividad mental, al participan en la conrigue
relacionarnos con el medio, por asignarel mis
mo papel al bastón del ciego? El qué no
que le transmite su bastón invidente conoce su entorno por medio dela vibración
sobre la superficie; por lo tanto, no es eXtravagancia
afirmar que la mente del ciego se extiende una
hasta el bastón.
Somos nuestro cerebro?
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Demos un último paso antes de concluir: si nuestro cerebro nunca está, ha estado
ni estará aislado del resto de nuestro cuerpo en ningún momento, cabe decir lo
mismo
de nosotros mismos con respecto al medio que nos rodea. Tanto nuestros cuerpos como
nuestras mentes -que, ins1sto, son inseparables y tienen una interrelación includible- se
encuentran embebidas en un entono deobjetos, estímulos y, sobre todo, personas. A
la hora de responder a la pregunta de quiénes somos no podemos olvidar que somos
seres relacionales, y que nuestro cuerpo-mente tiene también una interrelación ineludi
ble con los otros. Así, el último elemento que participa en la configuración de nucstro
voes, precisamente, el otro. El constante dinamismo de nuestro sustrato orgánico y de
SU
actividad psicológica asociada no deja de alimentarse de nuestra reciprocidad con cl
entorno, y sobretodo con aquellos semejantes a nosotros: las demás personas.
En conclusión: somos nuestro cerebro, de la misma mnanera que somos el restO de
nuestro cuerpo, la actividad mental que se relaciona íntimamente con él, y que nos pone
en contacto con nuestro entorno. Por ello, las cuestiones importantes que afectan a nues
tro yo -libertad, responsabilidad, dignidad, etc.-. han de ser tratadas de modo global,
interdisciplinar y, sobre todo,con humildad, rigor y sentido común.