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UNIDAD 3

3-La Sociedad como Sujeto de derecho.

3.1. La sociedad como persona distinta de los socios.

Por expresa disposición del art. 2 de la ley 19.550, “la sociedad es un sujeto de derecho, con el alcance fijado
en esta ley”.
Mediante esta definición (en concordancia con lo dispuesto en el art. 141 C.C.yC.), el legislador ha otorgado a
las sociedades el carácter de sujeto de derecho, como lo ha hecho con todas las personas jurídicas, las
cuales tienen una personalidad distinta de la de sus miembros.

Ahora vemos a la sociedad como sujeto de derecho, en las anteriores la veíamos como acto.

ARTÍCULO 141 CCC.-Definición. Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento
jurídico les confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y
los fines de su creación.

A su vez, el ARTÍCULO 143 del CCC sostiene: “Personalidad diferenciada. La persona jurídica tiene una
personalidad distinta de la de sus miembros.” De tal modo, los miembros de la persona jurídica no responden
por las obligaciones contraídas por ella, excepto en los casos previstos por el art 54, 3er párrafo, de la LGS y
el 144 del CCYC.

Dolo o culpa del socio o del controlante. ARTICULO 54 (…)

Inoponibilidad de la personalidad jurídica. La actuación de la sociedad que encubra la consecución


de fines extrasocietarios constituya un mero recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o
para frustrar derechos de terceros, se imputará directamente a los socios o a los controlantes que la
hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados.

ARTÍCULO 144.- Inoponibilidad de la personalidad jurídica. La actuación que esté destinada a la


consecución de fines ajenos a la persona jurídica, constituya un recurso para violar la ley, el orden
público o la buena fe o para frustrar derechos de cualquier persona, se imputa a quienes a título de
socios, asociados, miembros o controlantes directos o indirectos, la hicieron posible, quienes
responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados. Lo dispuesto se aplica sin afectar
los derechos de los terceros de buena fe y sin perjuicio de las responsabilidades personales de que
puedan ser pasibles los participantes en los hechos por los perjuicios causados.

La atribución del carácter de “sujetos de derecho o personas jurídicas” a las sociedades comerciales
constituye el efecto más característico del contrato de sociedad, pues al reconocerles la ley el carácter de
sujeto de derecho, ha considerado a la sociedad como una persona diferente a la de sus integrantes, de
manera tal que los derechos y obligaciones que aquélla adquiera son imputados a la propia sociedad y no a
cada uno de los integrantes ni a todos ellos.
Del mismo modo, el reconocimiento de la personalidad jurídica, implica atribuirles ciertas cualidades o
propiedades de que gozan tanto las personas físicas como jurídicas, que se denominan atributos de la
personalidad, siendo estos únicos e indispensables, de manera que no pueden modificarse, salvo razón
fundada, ni enajenarse.

→ El nombre de la sociedad, es un atributo que sirve para identificarla y diferenciarla del conjunto de socios
que la integran.
Se puede definir también como la designación exclusiva que la individualiza, y que permite que los efectos de
los actos celebrados por determinados sujetos que lo emplean se imputen directamente al patrimonio de la
sociedad. Existen dos clases de nombres societarios:

-Razón social: es aquel nombre societario que incorpora el nombre de uno o más socios. Ej: “Quintana e
hijos”.
-Denominación social: puede ser objetiva (nombre de fantasía) o subjetiva (llevar el nombre de una
persona), también se le deben agregar las siglas correspondientes. Por ejemplo: “El Rodillo S.A”. La
utilización de uno u otro va a depender del tipo de sociedad de que se trate:
-Las SA y las SRL deben utilizar denominación social. Si lo desean, también pueden incluir en ella el nombre
de uno o personas físicas (denominación subjetiva).
-Las Soc. Colectivas, en comandita simple, de capital e industria (Soc. de interés) y en comandita por
acciones, pueden elegir uno u otro. Si eligen denominación social solo puede tratarse de un nombre de
fantasía. El motivo por el cual solo estas últimas pueden utilizar razón social, es que ésta sirve para identificar
a los socios en aquellas sociedades donde estos tienen (o pueden tener) responsabilidad ilimitada y solidaria.
Por ello que el empleo de razón social en las SA o SRL no tiene sentido.
-En el caso de la sociedad unipersonal (la cual debe constituirse siempre como sociedad anónima), deberá
contener la expresión “sociedad anónima unipersonal”.

→ El patrimonio, que es el conjunto de bienes de la sociedad


→ La capacidad, es decir, la aptitud para adquirir derechos y obligaciones.
→ El domicilio: en materia de sociedades, es la ciudad, pueblo o jurisdicción donde se encuentra la sede
social de la empresa. En cambio, la sede social es la dirección exacta donde se encuentra la sociedad
constituida.

El fundamento del reconocimiento de la personalidad jurídica a las sociedades no es el mismo que el de las
personas físicas, pues la personalidad jurídica de éstas proviene de la naturaleza misma del ser humano.

Por el contrario, en las sociedades tiene otro fundamento, se basa en fines eminentemente prácticos, pues
satisface múltiples necesidades del mundo de los negocios pues:
-Satisface los intereses de los terceros vinculados de una manera u otra con la sociedad, a quienes se les
ofrece un patrimonio especial (el de la sociedad) destinado a satisfacer las deudas contraídas por los
representantes de la entidad.
-Permite a los socios obtener en mejores condiciones las ventajas de los capitales aportados y de los
esfuerzos asociados, independizándose el patrimonio formado para el desarrollo de la actividad social del
patrimonio de sus integrantes, que en principio permanece indiferente al riesgo empresario.
Es definitiva, el carácter de la personalidad jurídica de las sociedades es meramente instrumental, es vista
como un medio técnico que el derecho da para que un grupo de individuos pueda realizar el fin lícito que se
proponga.

3.2 Sociedad, patrimonio social y responsabilidad de los socios por las deudas sociales.

Al ser una persona jurídica, la sociedad cuenta con un patrimonio propio, diferente al de los socios que la
integran
Se define al patrimonio social como el conjunto de bienes y deudas de la sociedad, distinto del capital social,
que es una cifra abstracta representativa del valor inicial de los aportes.
Es importante aclarar que, al momento de constituirse la sociedad, su patrimonio estará conformado por los
aportes de los socios (capital social). Luego, debido a los negocios que efectúe la sociedad, su patrimonio
variará.
Diferencias:

PATRIMONIO
• Pertenece a la sociedad- no a sus socios. Toda persona tiene uno
• Tiene su activo y su pasivo. La diferencia entre ambos es el patrimonio neto. Esencialmente dinámico-
automáticamente, ya que cada operación realizada, lo varía.
• Capital y patrimonio pueden coincidir inicialmente al momento de constituirse la sociedad.
• Mientras la sociedad cumple sus obligaciones, este tiene importancia relativa. Pero cuando no lo hace, los
acreedores comienzan a fijarse en este.
• Noción económica con efectos jurídicos.

CAPITAL
• Suma de aportes iniciales
• Fijo, estático, invariable e intangible mientras NO se modifique el contrato
• Se puede aumentar o disminuir pero no automáticamente.
• Como integridad no es propiedad ni de la sociedad ni de los socios. No es un bien, el carácter de bien
corresponde a cada una de las partes en que se divide el capital (interés, cuotas o acciones).
• En el momento inicial va a coincidir con el patrimonio.
• Noción jurídica con efectos económicos.

En cuanto a la responsabilidad de los socios por las deudas sociales: en principio, las sociedades
responden por sus propias deudas con todo su patrimonio, y los socios no están obligados a pagar con sus
bienes, aquellas. Solo deberán responder con su patrimonio personal, en caso de que tengan responsabilidad
ilimitada y esto dependerá, por ejemplo, según el tipo que adopten.

La limitación de responsabilidad permite a los socios y según el grado con que éste beneficio es otorgado por
el legislador, oponer al acreedor social, los bienes que componen el patrimonio de ella con carácter previo a la
agresión de sus bienes particulares (beneficio de excusión) o liberándolos definitivamente por las
consecuencias de tales obligaciones. El fundamento del beneficio de poder limitar la responsabilidad que se
concede a través de la personalidad jurídica, reside en el interés del Estado en el desarrollo de ciertas y
determinadas actividades de altísimo riesgo.

3-3 Capacidad de la sociedad. La voluntad social. Teoría del Órgano. La capacidad: es la aptitud que
tiene la sociedad para adquirir derechos y contraer obligaciones.

Las sociedades solo tienen capacidad de derecho, es decir, aptitud para ser titular de derechos y
obligaciones, no así de ejercicio (aptitud para ejercerlos por sí misma) ya que actúan a través de sus
representantes. Sin embargo no es ilimitada, ya que entra en juego, el llamado “principio de especialidad”, que
es un factor limitativo de aquella, regulado en el art 141 del CCYC, destinado a todas las personas jurídicas.
En aplicación de este, debe actuarse prudencialmente admitiendo la capacidad de la persona para todos los
actos que tengan relación directa o indirecta con el cumplimiento de los fines de las personas
jurídicas.

La especialidad impone una limitación intrínseca a la capacidad; es decir, tornara prohibido de realización,
todo aquel acto que se considere una operaciones extraña y desvinculada con el objeto para el cual dichas
sociedades fueron creadas. Se ve mucho en la práctica cuando una sociedad afianza (mediante un contrato
de fianza), una obligación de uno de los socios; en este caso, el actuar de la misma excede su objeto.
Pregunta de examen ¿Cuál el elemento del contrato que limita la capacidad de derecho de la sociedad? El objeto
social

ART 58. LGS “El administrador o el representante que de acuerdo con el contrato o por disposición de
la ley tenga la representación de la sociedad, obliga a ésta por todos los actos que no sean
notoriamente extraños al objeto social (...)”

Entonces...

1-Si los actos son notoriamente extraños al objeto social, la sociedad no queda obligada, ya que esos actos le
son inoponibles.

2-Si los actos NO son notoriamente extraños al objeto social, la sociedad queda obligada.

3-En caso de duda, la sociedad debe responder frente a terceros, aunque luego puede ejercer acciones
contra aquel que realizó el acto en nombre de la sociedad.

Quien decide si los actos son “notoriamente extraños” es una cuestión de hecho y por tanto, le compete al
juez. Dichos actos, son denominados actos ultravires. Por lo tanto, un acto es tal, cuando la sociedad carece
de facultades para realizarlo bajo cualquier circunstancia o con cualquier propósito.

La voluntad social.

Podemos definirla como aquellas personas, que integran los diversos órganos creados por la ley o por el
estatuto, autorizadas a manifestar la voluntad del ente y a desarrollar toda actividad jurídica necesaria para la
consecución de sus fines (gobierno y administración).
Procuran que las personas jurídicas alcancen satisfactoriamente sus objetivos.

En síntesis: la sociedad se vale de personas físicas que expresan la voluntad de la misma.

La teoría del órgano.


La problemática de la formación y exteriorización de la voluntad de la persona jurídica ha sido históricamente
una cuestión de debate en la doctrina, en orden a la concepción dogmática que se adopte:

-Quienes entienden, siguiendo a Savigny, que la persona jurídica es una mera "ficción legal", estiman que no
tiene la voluntad psicológica de la persona humana y, por lo tanto, debe ser considerada como incapaz de
hecho absoluta y sometida a una representación necesaria por parte de las personas físicas, manifestando
estas últimas, su voluntad e imputando sus efectos al ente social; es decir, aplican la teoría de la
representación o mandato. En cuanto a la capacidad de derecho, consideran que se le concede
artificialmente, al solo efecto de la consecución de sus fines.

-Por otro lado, el criterio que adopta la LGS, es la teoría del órgano que predica la inexistencia de una
relación de mandato entre los administradores y la sociedad, sostiene la negativa de todo tipo de
diferenciación de sujetos jurídicos en la relación entre el órgano de administración y la sociedad.
Los administradores no son mandatarios de la sociedad, sino sus funcionarios, por lo que es la sociedad
misma la que actúa frente a terceros, mediante la actuación de una persona física.
La jurisprudencia ha adherido sin reservas a esta doctrina, que proviene del derecho extranjero y que monta
una ficción (la de considerar que una persona jurídica puede tener órganos, como los seres humanos), sobre
otra ficción (el carácter de sujeto de derecho de la persona jurídica), llegando a sostener que quien contrata a
nombre de la misma sociedad no es una persona física, con voluntad diferente, sino la misma sociedad.
Sostiene Nissen que más allá de ser la aceptada por doctrina, jurisprudencia y la misma ley, es insuficiente
para explicar otras cuestiones relacionadas con la gestión de la sociedad, y por ello se recurre
subsidiariamente a las normas del mandato para interpretar la relación que existe entre el o los
administradores con la sociedad, y así lo dispone el art 68 de la ley de Sociedades Cooperativas.

Síntesis:

TEORÍA DEL MANDATO: (antes se utilizaba) aplicaba a la administración y representación, las reglas del
mandato, o sea los socios eran mandatarios y por lo tanto no pertenecían a la sociedad. Esta figura es
insuficiente ya que es la propia voluntad jurídica la que se manifiesta a través de un órgano societario y además
no permite imputar las actuaciones ilícitas al mandato

TEORÍA DEL ÓRGANO: (adoptada por la 19.550) sostiene que tanto la administración como la representación
son órganos de la sociedad. No son mandatarios, sino funcionarios de la sociedad, por lo tanto, ella misma
actúa frente a terceros, mediante la persona física. No hay relación contractual, sino orgánica. Cuando la
persona física realiza un acto funcional, no estaría manifestando su voluntad propia sino la de la persona
jurídica. Acá se le puede aplicar a los actos ilícitos.

3.4. Nacionalidad de las sociedades: antecedentes históricos y estado actual de la cuestión; las
sociedades o las empresas multinacionales. Sociedades constituidas en el extranjero: principio de
extraterritorialidad, régimen aplicable al contrato y a su relación con terceros. Fraude. Tipicidad.
Representación y Sucursales. Deberes registrales.

La nacionalidad de las sociedades. Antecedentes históricos y estado actual de la cuestión

¿Las sociedades tienen nacionalidad? Ante este interrogante surgen 2 posturas bien diferenciadas:

A. Teorías que admiten la nacionalidad: buscan, por lo general, que las a las sociedades se les aplique la
ley de su nacionalidad. Estas teorías son defendidas por los países inversores.

Existen diferentes sub-teorías para asignarle nacionalidad a las sociedades:

- Nacionalidad de los socios: quienes sostienen esta teoría aseguran que la sociedad es una “ficción”, y que
los verdaderos interesados son los hombres que la manejan y se mueven detrás de ella. Por lo tanto, la
sociedad adquiere la nacionalidad de los socios.

- Lugar de autorización: según esta teoría, la sociedad adopta la nacionalidad del Estado que le dio
autorización para funcionar.

- Lugar de constitución: la sociedad adquiere la nacionalidad del país en el cual fue constituida.

- Lugar de la sede social: según esta teoría, la sociedad adopta la nacionalidad del país donde tiene su sede
social.

- Centro principal de explotación: quienes siguen esta teoría, sostienen que a la sociedad se le asigna la
nacionalidad de aquel lugar donde desarrolla la mayor parte de su actividad económica.
B. Teorías que niegan la nacionalidad: buscan, por lo general, que a las sociedades se les aplique la ley del
lugar de actuación, o del lugar donde constituyo domicilio. Son defendidas por los países receptores de
capital.

Esta última teoría, se basa en la “Doctrina de Irigoyen”: en el año 1876, la Legislatura de Santa Fe dicto una
ley, a través de la cual establecía que todos los billetes emitidos por los bancos debían tener su respaldo en
oro. En ese entonces, operaba en Rosario, una sucursal del Banco de Londres, la cual se negó a acatar dicha
ley en virtud de su carácter de “sociedad inglesa”. Por lo tanto, las autoridades argentinas ordenaron el cierre,
la liquidación de dicha sucursal y el procesamiento de su gerente.

Ante eso, el representante diplomático inglés presentó una protesta y envió una nave de guerra, amenazando
con “proteger los intereses británico”.

Fue Bernardo de Irigoyen (Ministro de Relaciones Exteriores) quien respondió a dicha protesta, expresando lo
siguiente: “El Banco de Londres es una persona jurídica que existe con un fin determinado. Las personas
jurídicas deben su existencia al país que las autoriza, y por lo tanto, ellas no son ni nacionales ni
extranjeras...”.

“... La sociedad anónima es una persona jurídica distinta de los individuos que la forman, y aunque esté
formada por ciudadanos extranjeros, no tiene derecho a la protección diplomática...”.

“... No son las personas quienes se asocian, sino los capitales bajo forma anónima, como la palabra lo
indica...”.

De lo anteriormente expuesto, se deduce que las sociedades no tienen nacionalidad, pues la actuación de
ellas no presupone vinculación política alguna entre un ciudadano y el Estado, habida cuenta de que el
contrato de sociedad sólo crea entre sus integrantes un vínculo jurídico de base económica.

Sin embargo, este criterio no es uniforme, y en otros países, fundamentalmente en Europa, se entiende que si
la sociedad es una persona jurídica, no hay razón para negar toda relación entre ésta y el Estado, criterio que,
entiende Nissen, es equivocado, pues ello implicaría dar al concepto de personalidad jurídica un matiz que
excede el fin práctico tenido en cuenta por el legislador al otorgarle a las sociedades el carácter de sujeto de
derecho.

Sin embargo, a pesar del consenso en negar la nacionalidad a las sociedades, existe consenso sobre la
necesidad, para proteger la industria nacional o por razones de interés público, de conocer el origen de los
capitales de una sociedad constituida en el extranjero que tiene actuación en nuestro país. Es la llamada
“teoría del control económico”, que tuvo su formulación en la Segunda Guerra Mundial, ante la necesidad
de adoptar medidas que evitaran infiltraciones patrimoniales o personales de otros Estados con los cuales se
mantenía beligerancia y se proyectó luego, en tiempos de paz, ante la necesidad de custodiar intereses
económicos, como por ejemplo la Ley de Preferencia para la Producción local, la de Inversiones Extranjeras,
etc.

Esta doctrina no significa atribuirle nacionalidad a las sociedades, sino conocer el origen de sus integrantes o
sus capitales para ciertos y determinados fines.

Las sociedades o empresas multinacionales:

Son empresas multinacionales aquellas que bajo una unidad mundial de gestión, tienen intereses y actúan en
la pluralidad de países, acomodándose a las condiciones económicas, sociales y legales de cada uno de ellos
con el fin de conseguir la maximización de sus beneficios.

Por ejemplo The Coca-Cola Company es una empresa de Estados Unidos (nacional estadounidense) que
está presente en todo el mundo (es una empresa multinacional a nivel global).
Debido a la posibilidad de caer en un error, algunos autores prefieren referirse a este tipo de corporaciones
que operan en varios países como empresas transnacionales, ya que mal esta llamarla multinacional, en
tanto, no es una empresa de varias naciones.

Expanden la economía por el planeta porque trasladan sus actividades (económicas) a otros países, de forma
que la inversión, los beneficios o las pérdidas afectan no sólo al país de origen de la empresa, sino
también a los nuevos países en los que la empresa se ha instalado. Toyota (multinacional japonesa),
cuando se instala en Tailandia, afecta a la economía de Japón pero también a la de Tailandia.
No sólo venden en países extranjeros como ocurre con las empresas exportadoras, sino que realizan una
actividad productiva en ellos

Poseen un centro de la responsabilidad, diseñador de la estrategia común del conjunto de unidades que
componen el grupo multinacional, el cual, suele ubicarse en la casa matriz.

Pretenden alcanzar el máximo beneficio mediante la internacionalización del proceso productivo; para esto, es
importante que la valoración de los resultados obtenidos en cada ejercicio económico por la empresa
multinacional se realice tomando en consideración la totalidad de resultados parciales alcanzados por las
diversas unidades productivas existentes en los diversos países.

Finalmente, son ellas quienes ayudan a que cualquier aspecto de la vida cotidiana (política, cultura,
economía) adquiera dimensiones globales. Están siendo el principal conducto por el cual la globalización se
está desarrollando y, a su vez, está promoviendo el rápido desarrollo de las empresas multinacionales (el
hecho que se transnacionalicen o que las que ya han acometido ese proceso crezcan aún más, fusionándose
con otras o ampliando sus mercados). Así pues, globalización y multinacionales van de la mano y se
autoalimentan, reforzándose mutuamente.

Sociedades constituidas en el extranjero: principio de extraterritorialidad.

Nuestra Ley 19.550 no atribuye nacionalidad a las sociedades. Solo distingue entre sociedades constituidas
en nuestro país y “sociedades constituidas en el extranjero”.

En el caso de que una sociedad constituida en el extranjero actúe en nuestro país (principio de
extraterritorialidad) ¿qué ley se le aplica? El art. 118 de la ley 19.550 nos dice:

“La sociedad constituida en el extranjero se rige en cuanto a su existencia y formas por las leyes del lugar de
constitución”.

Esto significa que, en todas las cuestiones relacionadas a su existencia y forma (personalidad jurídica,
capacidad, formalidades de constitución, tipicidad, órganos) no se le aplicaran las leyes argentinas, sino las
leyes del país en el cual fue constituida.

Formas de actuar: las sociedades constituidas en el extranjero pueden actuar en nuestro país de 4 formas
distintas:
A. Realizar actos aislados y estar en juicio (art. 118, segundo párr.): sin necesidad de cumplir con ningún
trámite, la sociedad constituida en el extranjero está habilitada para:

- Realizar actos aislados en nuestro país: los “actos aislados” son aquellos actos esporádicos, accidentales y
desprovistos de permanencia, que no forman parte de la actividad habitual de la sociedad.

- Estar en juicio en nuestro país: si fuera citada a juicio en nuestro país (ya sea por algún “acto aislado” que
realizo o para defender sus derechos), podrá intervenir en dicho proceso sin necesidad de satisfacer ningún
tipo de trámite o inscripción.

B. Realizar, en forma habitual, su actividad (art. 118, tercer párr.): es decir, todos aquellos actos
comprendidos en su objeto social, así como también establecer una sucursal, un asiento o cualquier otra
especie de representación permanente.

Pero para ello deberá cumplir con una serie de requisitos:

- Acreditar su existencia con arreglo a las leyes de su país: deberá, por ejemplo, adjuntar un documento del
órgano registral de su país (similar al RPC), del cual surja la existencia de la sociedad (inc. 1).

- Fijar un domicilio en nuestro país: deberá indicar calle, número y piso de donde establezca la representación
o sucursal (inc. 2).

- Cumplir con la publicación del art. 10 e inscripción: deberá publicar edictos con todos los datos
requeridos por el art. 10 (inc. 2.)

- Justificar la decisión de crear la representación o sucursal: deberá presentar una copia del acta de aquella
reunión en la que se haya decidió instalar la representación o sucursal (inc. 3).

- Designar la persona a cuyo cargo estará ella: por lo general, el representante es designado durante la misma
reunión en la que se decide instalar la representación o sucursal (inc. 3).
- Determinar el capital asignado: solo en caso de que establezca una sucursal (inc. 3). Cuando corresponde
por leyes especiales (bancos, seguros), la sociedad extranjera debe asignarle a la sucursal el capital exigido
por las normas locales.

La sociedad deberá acreditar el cumplimiento de todos los requisitos ante el RPC. De esta forma, la sucursal o
representación permanente quedara inscripta, a los fines de poder ejercer en forma habitual los actos
comprendidos en el objeto de la sociedad.

¿Qué sucede si la sociedad no inscribe a la sucursal o representación permanente en el RPC? En ese caso,
la sanción será la “invocabilidad de la actuación”. Es decir que, los actos realizados por el representante no
podrán ser atribuidos a la sociedad constituida en el extranjero.

C. Constituir o “participar” en una sociedad local (art. 123): la sociedad constituida en el extranjero podrá,
a su vez, constituir o participar de una sociedad en nuestro país.

Al respecto, vale aclarar que la ley 19.550 solo menciona la posibilidad de “constituir” una sociedad, pero tanto
la jurisprudencia como la doctrina han entendido que este artículo se aplica también para los casos de
“participación”.
Debemos diferenciar:

Constituir una sociedad: fundar una nueva en nuestro país.

Participar de una sociedad: adquirir partes de interés, cuotas o acciones de una sociedad ya existentes en
nuestro país. En otras palabras, se podrá incorporar a una sociedad ya constituida. Tanto para “constituir”
como para “participar”, la sociedad constituida en el extranjero deberá inscribirse en el RP. Para ello
previamente tendrá que cumplir con los siguientes requisitos:

Acreditar, ante el juez del Registro, que fue creada de acuerdo con las leyes de su país.

 Inscribir en el RP su contrato social, las reformas de este y demás documentación habilitante.

 Inscribir en el RP toda la documentación relativa a sus representantes para inscribirse en el RP, y así poder
constituir o participar de una sociedad en nuestro país.

D. Tener su domicilio o principal objeto en nuestro país (art. 124): contempla la situación de aquellas
sociedades que tienen su sede en nuestro país, o que su principal objeto este destinado a cumplirse en el.
Con respecto a ellas, dispone que serán tratadas como sociedades locales “a los efectos del cumplimiento de
las formalidades de constitución o de reforma y contralor de funcionamiento”.

Por lo tanto, debemos distinguir 2 situaciones distintas:

- Sociedad con sede en nuestro país: se trata de aquella sociedad que fue constituida en el extranjero, pero
que fijo su domicilio (o sede social) en Argentina.

- Sociedad con principal objeto en nuestro país: se trata de aquella sociedad que, si bien fue constituida en el
extranjero, su principal objeto está destinado a cumplirse exclusivamente en nuestro país.

Esto último es fundamental, ya que si su principal objeto se cumpliera también en otros países, entonces no
se aplicaría el art. 124, sino que la situación quedaría regida por el art. 118, 3o párr. (“ejercicio habitual de su
actividad”).

En cualquiera de las dos situaciones descriptas, la sociedad será tratada como una sociedad local (es decir
que se le aplicara la ley argentina), en relación a las siguientes cuestiones:
- Formalidades para su constitución.
- Formalidades para la reforma de su contrato social.
- Control de su funcionamiento.

Por lo tanto, queda claro que la solución contemplada en el art. 124 es una excepción al principio establecido
por el art. 118 (1o párr.), según el cual la existencia y forma de las sociedades constituidas en el extranjero se
rigen por la ley del lugar de su constitución. El fundamento del art. 124 es evitar que se constituyan
sociedades en fraude a la ley argentina.

Régimen aplicable al contrato y a su relación con terceros.


En cuanto al contrato, se aplica el régimen de su país de origen, esto surge del 118 cuando dispone que “se
rige en cuanto a su existencia y formas por las leyes del lugar de constitución”, es decir que la ley extranjera
determina: el carácter de persona jurídica del entre, la capacidad, las formalidades del contrato social o
estatuto, el régimen interno de funcionamiento de la sociedad, los elementos o requisitos del contrato social, lo
referido a tipicidad, etc.
Respecto de su relación con terceros, ya sea por actos aislados realización en el territorio de la Nación, o por
su actuar permanente cumpliendo los requisitos dispuestos por ley, se le aplica la legislación nacional.

Fraude.
La sociedad constituida en el extranjero que tenga su sede en la República o que su principal objeto esté
destinado a cumplirse en la misma, será considerada como sociedad local a los efectos del cumplimiento de
las formalidades de constitución o de su reforma y contralor de funcionamiento (art 124). Es decir, se la
considera como sociedad local, aplicándose íntegramente las reglas legales argentinas.

¿Por qué esto es así? Porque se busca evitar que las de sociedades extranjeras se constituyan en fraude a la
ley argentina, es decir, para ejercer un control sobre estas.

En cuanto al fraude NISSEN entiende que la ley NO ha tenido un buen tratamiento; pues no parece razonable
considerar a las sociedades como locales solo a los fines de cumplimiento de formalidades de constitución y
reforma, solo deben considerarse locales a los fines de evitar que las mismas invoquen el derecho de su país
de origen cuando les resulte conveniente. (Solución de CC).

Tipicidad.

Lo referido al tipo social adoptado está determinado por la ley del país de origen de la sociedad, ya que regula
lo referido a la constitución de ésta, pero puede darse que se constituya bajo un tipo que no esté previsto por
nuestra legislación.

El art 119 contempla “El artículo 118 se aplicará a la sociedad constituida en otro Estado bajo un tipo
desconocido por las leyes de la República. Corresponde al Juez de la inscripción determinar las formalidades
a cumplirse en cada caso, con sujeción al criterio del máximo rigor previsto en la presente ley.”

El criterio mayoritario entiende que la determinación de las formalidades a cumplir, con sujeción al criterio
de máximo rigor, son las relativas a las exigencias que la ley y la autoridad establecen respecto de las
sociedades anónimas.

Una postura minoritaria entiende que son las de sociedades colectivas.

El criterio de rigor, se utiliza con fines de control, no con fundamento de inmiscuirse en el régimen interno de
responsabilidad, pues si fuera utilizado de esta manera, en realidad no se estaría respetando la aplicabilidad
de la norma extranjera en relación a la constitución y funcionamiento del ente.

Entonces aquella sociedad constituida en el extranjero que pretende establecer en nuestro país una sucursal
o representación permanente, pero que adopto un tipo social no previsto por nuestra ley 19.550, se le
aplicara el siguiente régimen:

- Deberá cumplir con todos los requisitos enumerados en el art. 118 3rer párrafo.; y

- El juez del registro determinara las formalidades que deba cumplir, aplicando el “criterio de máximo rigor”
previsto en la ley 19.550.
En nuestra ley, las formalidades más rigurosas son las de las Sociedades por Acciones (anónimas), por lo que
la sociedad deberá cumplir con todas las formalidades previstas para la constitución de este tipo de
sociedades. Por ejemplo: celebrar un contrato por instrumento público, publicación en el BO, etc. Es
obligatorio para dicha sociedad llevar contabilidad separada y someterse al contralor que corresponda al tipo
de sociedad (art 120). Esto se exige en el supuesto del art 119 pero no para actos aislados.

Representación y sucursales

“El representante de la sociedad constituida en el extranjero contrae las mismas responsabilidades que prevé
la LGS para los administradores (art 59), y en los supuestos de tipos no reglamentados (sociedad de tipo
desconocido), las de los directores de las sociedades anónimas (art 59 y 274)”. ART 121

Dicha norma debió referirse además a las atribuciones del representante en el sentido de obligar a la sociedad
extranjera por los actos celebrados por aquél, sin embargo, tal interpretación surge del art. 58 inc 1.

ARTICULO 58. — El administrador o el representante que de acuerdo con el contrato o por disposición de la
ley tenga la representación de la sociedad, obliga a ésta por todos los actos que no sean notoriamente
extraños al objeto social. Este régimen se aplica aun en infracción de la organización plural, si se tratare de
obligaciones contraídas mediante títulos valores, por contratos entre ausentes, de adhesión o concluidos
mediante formularios, salvo cuando el tercero tuviere conocimiento efectivo de que el acto se celebra en
infracción de la representación plural.

A su vez, tal como lo dispone el artículo 279 “Los accionistas y los terceros conservan siempre sus acciones
individuales contra los directores.”

Emplazamiento en juicio:

El articulo 122 determina a que persona (relacionada con la sociedades constituida en el extranjero) se puede
notificar sobre en el emplazamiento o citación a juicio de la sociedad. Este artículo distingue:

A) Si el litigio se originó en un “acto aislado”, el emplazamiento podrá hacerse en el domicilio que tenga o
denuncie en el país, el representante o apoderado de la sociedad que intervino en el acto o contrato que
motivo el conflicto.
Si el apoderado no ha denunciado domicilio en el país y no es posible localizarlo, se lo citará dentro de la
república
B) Si la sociedad hubiera establecido una sucursal, asiento o cualquier otra especie de representación más o
menos permanente, el emplazamiento puede efectuarse en el domicilio del representante.

Definiciones:

Las sucursales, representan una forma intermedia entre la formación de empresas independientes y las
simples divisiones de una empresa; no es posible establecer un concepto estricto.
Las agencias, son establecimientos dependientes de otro principal, pero que no tienen personalidad jurídica
propia, ni capacidad para contraer obligaciones o adquirir derechos, contrario a lo que ocurre con la sucursal.
La filial, se trata de una sociedad jurídicamente independiente de otra “sociedad madre”, pero es
económicamente dependiente de ésta. La sociedad madre posee un número de acciones suficiente para
imponer sus decisiones en la asamblea de la filial, o bien tiene mayoría en el directorio, o la sociedad madre
ejercita la gerencia de la filial.

La representación surge cuando un individuo (representante) ejecuta un negocio jurídico en nombre de otro
(representado); de modo que el negocio se considera como celebrado directamente por este último, y los
derechos y obligaciones emergentes del acto celebrado por el representante pasan directamente al
representado. En los casos en los cuales esta forma de actuación adquiere un carácter territorial con visos de
permanencia y estabilidad, la ley exige (para que la sociedad constituida en el extranjero quede habilitada
para actuar en el país) inscripción.

Deberes registrales.

Las sociedades extranjeras deben inscribirse en los registros locales, esto se fundamenta en:
- Principios de soberanía y control de entidades mercantiles que, constituidas con arreglo a las leyes de sus
respectivos países, pretender incorporarse a la vida económica de la Nación.
- El régimen de publicidad que inspira toda registración mercantil, y que constituye un sistema instituido en
beneficio de todos los terceros, dando además certidumbre a las relaciones comerciales y de responsabilidad,
concepto éste íntimamente vinculado a la moralidad comercial.
La falta de inscripción de sociedades extranjeras no implica considerarla como sociedad irregular, pues su
regularidad se gobierna por las leyes de su país de origen. La sanción correspondiente será, la inoponibilidad
o ininvocabilidad de la actuación de la sociedad, hasta tanto no cumpla con el trámite registral.

Contabilidad separada y control: aquellas sociedades que actúen en nuestro país en la forma prevista por el
art. 118 3er párrafo (“ejercicio habitual, sucursal o representación permanente”), deberán ajustarse a lo
establecido por el art. 120:
- Llevar la contabilidad de su actuación en nuestro país, en forma separada de la contabilidad principal que la
lleva la sociedad. Esta tarea estará a cargo del representante.
-Someterse al control que corresponda al tipo de sociedad. Por ejemplo: si se trata de una sociedad por
acciones, quedar sujeta al control previsto en los artículos 299 y 300.
La mayoría de los autores opina que lo que se somete a control es la sucursal (o representante permanente) y
no la totalidad de la sociedad.

3.5. Abuso e inoponibilidad de la personalidad jurídica.

Fue una figura necesaria ya que a fines del S. XIX y principios del S. XX se utilizaban a las sociedades
comerciales para defraudar a 3ros, por ejemplo: vaciar activo.

Teoría del velo Societario (o de la “penetración”).


Teniendo en cuenta la finalidad “instrumental” de las personas jurídicas, es decir, que son un medio para
llegar a determinador fines, el reconocimiento de la personalidad jurídica a las sociedades no es ilimitado, ni
absoluto.

En aquellos casos en que ha sido utilizada (como una pantalla o como un velo) para violar la ley o la buena
fe, frustrar derechos de terceros u obtener fines ajenos a la sociedad, el juez puede “romper aquel velo”, dejar
de lado la personalidad y “penetrar” en la realidad, aplicando a los hombres que actúan detrás de esta, la
normativa correspondiente que pretendieron eludir y atribuyéndoles la responsabilidad solidaria por los actos
antijurídicos,

En la práctica societaria se manifiesta el “enmascaramiento” de personas físicas (algunos hablan de una,


otros de más de dos) detrás de la sociedad.
Es decir, se trata de supuestos en los que solo formalmente (en papeles) encontramos una sociedad, pero
bajo esta imagen o pantalla no hay actuación societaria verdadera, porque nunca lo hubo, o porque en el
devenir dejo de haber.
Generalmente estas maniobras abusivas se realizan mediante las sociedades anónimas, pues en estas los
socios tienen responsabilidad estrictamente limitada, manteniendo indemne su propio patrimonio.
Por ejemplo: se usan a las sociedades como pantallas para no pagar las deudas, en efecto, las sociedades no
tienen suficiente capital para afrontar sus obligaciones y generan sociedades quebradas y acreedores sin
posibilidad de cobrar sus créditos.

NO HAY QUE CONFUNDIR la actuación abusiva de la sociedad con otras figuras, como es el caso del objeto
ilícito de la sociedad o el actuar ilícito de la misma.
Se trata de una figura de:
-Aplicación restrictiva
-Interpretación restrictiva-
Aplicación excepcional.
Muchas veces en la práctica, ante un objeto ilícito o actuar ilícito, se alega un abuso de la personalidad, pero
no es así.

Antes de que se sancione la ley 22.903 (1983), la aplicación de esta teoría surgía del art. 2 de la ley 19.550:
“La sociedad es un sujeto de derecho con el alcance fijado en esta Ley”.
En efecto, en aquellos casos en que la sociedad no fuera utilizada para los fines permitidos, se restringía el
alcance de su personalidad jurídica y se aplicaban figuras tales como la simulación de actos jurídicos y el
abuso de Derecho.
Con la sanción de la ley 22.903, se reformo la ley 19.550 y se incorporó el actual art. 54 (in fine), que le dio
una solución precisa a este tipo de instituciones.

Art. 54 (in fine).- “Inoponibilidad de la personalidad jurídica. La actuación de la sociedad que encubra la
consecución de fines extra societarios constituya un mero recurso para violar la ley, el orden público o la
buena fe o para frustrar derechos de terceros, se imputará directamente a los socios o a los controlantes que
la hicieron posible, quienes responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados”.

Como vemos, el art. 54 prevé la inoponibilidad (o desestimación) de la personalidad de la sociedad en los


siguientes casos:

a. Cuando los actos de la sociedad encubran la obtención de fines extra societarios:

La expresión “actuación” debe entenderse como comprensiva de cualquier acto emanado de los órganos de
la sociedad, en donde los derechos de los integrantes o terceros se pueden ser vulnerados por el ilegítimo
empleo de las formas societarias.

Al hablar de “fines extra societarios”, se puede dan dos situaciones:


-Cuando hay ilegitimidad o dolosa frustración de derechos de terceros,
-O simplemente provecho de los beneficios que la ley otorga a las sociedades o a sus integrantes,
desviándose del fin societario, que es la producción o intercambio de bienes o servicios.

b. Cuando la actuación de la sociedad sea un recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe: esto
comprende cualquier acto de la sociedad que tenga como objetivo transgredir una ley (sea o no de orden
público), o burlar la lealtad u honradez (buena fe) de terceros o de algún integrante de la sociedad.
c. Cuando la actuación de la sociedad sea un medio para frustrar derechos de terceros: este es el supuesto
más común. Suele darse cuando una persona sustrae algún bien de su patrimonio personal para incorporarlo
al patrimonio de una sociedad, y así defraudar a un acreedor propio. En todos estos casos, el juez podrá dejar
de lado la personalidad de la sociedad, y atribuir estos actos a los integrantes que lo hicieron posibles.

Vale aclarar que cuando la “actuación” a la que se refiere el art. 54 sea la constitución de una sociedad, la
declaración de inoponibilidad provocara la disolución de la sociedad, la que deberá liquidarse, sería el caso de
una sociedad que se constituye exclusivamente para obtener fines extra societarios, o para violar la ley, el
orden público, la buena fe, o para frustrar derechos de terceros.

Otras veces el resultado de la acción intentada es la inoponibilidad de la actuación de la Sociedad, frente a un


acto o actos determinados, en estos, la calidad de sujeto de derecho se mantiene vigente en todos sus
aspectos, pero no ampara a los actos realizados en contra o abuso de la Ley.

Efectos.

En caso de que la actuación de la sociedad se ajuste a alguna de las 3 situaciones analizadas anteriormente,
las consecuencias serán las siguientes:

- Se le imputaran dichos actos ilegítimos o extrasocietarios del ente a los socios o controlantes, esto es la
aplicación concreta para ellos de las normas que quisieron ser evitadas tras la máscara de la sociedad.
Por ejemplo, cuando se trata de esconder un condominio bajo la forma de sociedad.

- Los socios controlantes de la sociedad deberán responder de manera solidaria e ilimitada por los daños y
perjuicios que hayan ocasionado con la realización de dichos actos.
Vale aclarar que se considera “controlante” a todo aquel que ejerce sobre la sociedad cierto control, ya que
posee las acciones (o cuotas) necesarias para orientar la voluntad de la sociedad.

¿Es aplicable la doctrina de la inoponiblidad de la persona jurídica a otras personas de existencia ideal?
El CCyC incorporo en su art. 144 y para todas las personas jurídicas, una solución casi idéntica a la prevista
por el art. 54 último párrafo de la ley 19.550 para las sociedades.

Art. 144.- “Inoponibilidad de la personalidad jurídica. La actuación que esté destinada a la


consecución de fines ajenos a la persona jurídica, constituya un recurso para violar la ley, el orden
público o la buena fe o para frustrar derechos de cualquier persona, se imputa a quienes a título de
socios, asociados, miembros o controlantes directos o indirectos, la hicieron posible, quienes
responderán solidaria e ilimitadamente por los perjuicios causados. Lo dispuesto se aplica sin afectar
los derechos de los terceros de buena fe y sin perjuicio de las responsabilidades personales de que
puedan ser pasibles los participantes en los hechos por los perjuicios causados”.

Cuestiones procesales en el procedimiento de inoponibilidad de la personalidad jurídica.

a. Toda acción que pretende el allanamiento de la personalidad de una sociedad constituida exige que el ente
sea constitucionalmente oído en juicio.

b. Es de competencia exclusiva y excluyente de la justicia comercial todas las pretensiones cuyos elementos
objetivos comprendan los actos que pueden afectar el funcionamiento de una sociedad comercial, sin que
obste a dicha conclusión el título que esgrimen los pretendientes.

c. La acción tendiente a desestimar la personalidad jurídica societaria debe ser instaurada por juicio sumario,
tal como lo prevé el art. 15 ley 19.550.

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