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CICLO : VII
ESTUDIANTES :
OCUPA ARBILDO BRANDON MARQUIÑ O
CAMPOS JIMENEZ JHON CARLOS
CHILCON BARAHONA MARCO ANTONIO
Jaén – Perú
2018
Liderazgo
Introducción:
El hecho es que en una empresa se entremezclan, más como grupo que como
agregado, distintas personas, con distintas vivencias y experiencias. Así, no es
lo mismo tener una empresa en la cual el 100% de los empleados son menores
de 22 años y otra en la cual la gran mayoría de los trabajadores son hombres
maduros, hechos y derechos.
Definiciones:
Este tipo de liderazgo nos va a ayudar a comprender todos los ámbitos que se
deben conocer para llegar a ser buenos lideres dentro de un grupo de personas
y así podamos conducir hacia un bien común o una meta.
EL LIDERAZGO EMPRESARIAL
El l liderazgo empresarial consiste en la habilidad o proceso por medio del cual el líder
de la empresa es capaz de influir en los demás para poder conseguir los objetivos y
satisfacer las necesidades de la empresa. Busca desarrollar el máximo potencial en
empresa y trabajadores. Por eso, las empresas ya no solo necesitan jefes sino
también líderes.
Carisma
Entusiasmo
Capacidad de resolución
Visión de futuro
Capacidad de negociación
Creatividad
Disciplina
Escucha activa
Honestidad
Estrategia
a) El líder ordena
b) El líder persuade
c) El líder participa
d) El líder delega
Los que están en los puestos más altos y quieren dirigir competentemente
empleados necesitan atributos de liderazgo. Algunas de estas habilidades se
pueden aprender, mientras que otras son rasgos del carácter de cada uno.
1) Comunicación:
Los líderes también funcionan como modelos a seguir, como jefes siempre
están siendo observados. Los jefes que necesitan algo de sus empleados que
ellos mismos no hacen pierden rápidamente su credibilidad.
4) Motivación:
8) Auto reflexión:
Todo el mundo tiene fortalezas y debilidades, incluso los jefes. Cuanto más
consciente sea de sus propias capacidades y más abierto esté a ellas, más
éxito tendrá como líder.
9) Autenticidad:
Incluso cuando se es el jefe se debe ser uno mismo y encontrar un propio estilo
de liderazgo. Aquellos que pretenden ser algo que no son o se esconden bajo
su papel de jefes, resultan falsos, y con el tiempo no van a ser líderes de éxito.
Para poder llegar a ser un buen líder de una empresa o grupo de personas
tenemos que tener muy en cuenta los valores en los cuales vamos a sentar las
bases de un buen manejo de la empresa en sí y también a las personas que
trabajan en ella.
Son aquellos perfiles a los que no queremos parecernos nunca. Nadie quiere
ser un mal líder, tanto para efectos de la empresa que guía como para sí
mismo.
Delegar está bien, ya lo hemos dicho otras veces, pero hacerlo simplemente
con el objetivo de sacarte de encima tus responsabilidades es
contraproducente. Es típico de los líderes que no quieren involucrarse en las
acciones que dirigen o que, peor aún, les importa poco todo aquello. Por lo
general, son personas que miran el panorama desde lo alto y que por tanto se
muestran inaccesibles a sus colaboradores y al conjunto de la organización.
Se trata de aquellos líderes que son demasiado permisivos, pasivos o a los que
simplemente les cuesta tomar decisiones. Muchas de esas decisiones tienen
que ver con los cambios: aplicación de soluciones, corrección de fallos, entre
otras. Cuando ocurre tal cosa, los problemas tienden a engordar hasta
convertirse en bolas de nieve imparables y con efectos insospechados.
Hay otros líderes que pese a tener las mejores intenciones y proyectos, poseen
enormes dificultades para comunicarse con su entorno. No miden ni el tono ni
la efectividad de sus mensajes. Tampoco encuentran los canales adecuados
para cada información. En últimas, son líderes que viven aislados.
La flexibilidad es una habilidad indispensable para los líderes del siglo XXI. Sin
embargo, en el campo empresarial aún sobreviven algunos a los que les cuesta
optar por la apertura, la fluidez, la empatía y la adaptación de sus métodos de
trabajo a las necesidades de los entornos. Suelen ser testarudos y se niegan a
oír lo que tienen que decir quienes les rodean. Además, no contemplan la
opción de que las cosas puedan hacerse de otras maneras que no sean las
suyas. Adolecen de empatía, solidaridad y tienden a ser autoritarios.