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“Más allá del bosque”

Una mañana de primavera cuando los gatos aún usaban sombreros y las tortugas eran
amables al saludar, se encontraba Elizabeth en el bosque una joven pelirroja con una
sonrisa que parecía tan radiante como el sol estaba distraída tarareando una melodía
mientras que recolectaba flores de distintos colores y tamaños le encantaba salir a las
afueras del castillo siempre que podía tanto que hasta el momento no se había percatado
del tiempo en el que estaba allí.
Uno de esos tantos días en los que estaba disfrutando y contemplando la belleza del
bosque recibió un llamado.
-Elizabeth Ven pronto, tus padres se enojaran deberías estar lista hace media hora!! Dijo la
sirvienta de su hogar
-oh cielos, voy enseguida!!
Elizabeth se puso de pie y corrió lo más rápido que le permitieron sus piernas hacía la
entrada.
Se permitió dar un suspiro antes de entrar
sigilosamente por la puerta trasera.
Aunque al abrir la puerta toda la adrenalina que había sentido unos momentos atrás
cambiaron drásticamente, Matilde no era la que estaba ahí esperándola en vez de ella se
hallaban sus padres mirándola fijamente, los músculos de su mandíbula se tensaron y
trago saliva con fuerza
-¿Te parece que estás son horas de llegar Elizabeth?, te permitimos salir con la condición
de que llegues a las 10 del mediodía-vocifero su Padre en un tono serio con ambas manos
entrelazadas
-lo siento.. Supongo que mí reloj estaba algo atrasado
-con que atrasado..-murmuro la señora Helen
su madre por otro lado parecía estar más calmada, quizás ya se había acostumbrado a esta
situación
- que está sea la última vez en la que se repite esto Elizabeth.
-Está bien, lo prometo
-Me dirigía hasta mí habitación, estaba a solo unos pasos de entrar, pero la voz de mí
madre hizo que me detuviera
-Elizabeth queríamos comunicarte que hoy iremos al baile del rey Nicolás, es un honor que
hayamos sido invitados así que por favor comportarte como tal, quiero que te quedes en
casa y no vayas hacia afuera lo único que harás es llenarte de tierra y estar entre los
inmundos insectos, se me revuelve el estómago de tan solo pensarlo.
Elizabeth se desilusiono al oír esto, odiaba ir a los bailes los minutos le parecían ser horas
allí dentro, se limito a apretar los puños y asentir con la cabeza
Transcurrieron unas horas desde el anuncio de la señora Helen Elizabeth estaba dando
vueltas por su habitación no encontraba nada que pueda dejar su mente ocupada
* Dejo caer su cuerpo sobre la cama, cuando un ruido hizo que levantará la vista, se trataba
de una mariposa golpeando sus alas de un tono violeta contra su ventana
Se acercó hacía esta aunque sospechaba que se iría al momento que la abriera pero no fue
así en cambio la mariposa se trasladó por las paredes de la habitación recorriendo las
escaleras, Elizabeth decidió seguirla así que bajaba escaleras de dos en dos velozmente
hasta llegar a la sala
La mariposa se escabullo hacia afuera por un espacio entre la puerta que no había sido
bien cerrada
-debería.. Salir?-Elizabeth dudo sobre su decisión pero se convenció a ella misma que solo
le tomaría un momento y enseguida volvería a entrar después de considerarlo abandono la
sala en pequeños pasos procurando que estos no se escuchen sobre la madera
Cuando salió sintió la brisa sobre su rostro, busco con la mirada a la mariposa hasta que
dio con ella , al tiempo que Elizabeth la seguía se estaba cada vez adentrando mas en el
bosque sin darse cuenta que nunca había estado tan lejos del castillo, la mariposa se perdió
de su vista esto le hizo parecer a Elizabeth que ya era tiempo de marcharse sin embargo al
darse la vuelta no podía reconocer el lugar en el que estaba
Se quedó sorprendida por dónde se había metido en lo que pareció ser solo un instante.
Estuvo un tiempo intentando Hallar el camino de regreso pero siempre volvía al mismo
lugar, el atardecer empezó a hacerse presente dejando al cielo de un color rojizo con toques
dorados era hermoso de ver Elizabeth se podría haber quedado a contemplarlo si no
hubiese sido porque le preocupaba que el atardecer da indicio
a la noche y en cuanto eso pase su madre iría a su habitación a buscarla y se llevaría la
sorpresa de que a este paso no estaría allí.
-esto es imposible nunca llegaré a mí hogar- su expresión estaba apagada y lágrimas
amenazaban con salir de sus ojos cuando de repente algo golpeó su cabeza, dejando en el
césped lo que parecía ser un libro
-se acerco un poco más para asegurarse que sus ojos no la estaban engañando, ¿de
dónde podría caer un libro en pleno bosque?
-wow es precioso- la tapa era de un color rubí con cristales incrustados, no pudo evitar
abrirlo para ver su interior.
Las páginas parecían algo viejas tenidas de un color ceniza, en la primer hoja se podía
observar lo que parecía ser el gran salón de su majestad Nicolás con tres gigantescos
banquetes ,la segunda página mujeres con elegantes vestidos y sus parejas con trajes
negros acompañados con un pañuelo de color, todos disfrutaban comiendo las exquisitas
comidas de la mesa, aprovechando el tiempo perdido en conversar con amigos lejanos
mientras sonaba la música de fondo y sobre todo esperando la medianoche cuando el rey
se haría presente en el gran baile. Elizabeth se sentía muy confundida, las fotos pegadas en
las hojas parecían algo así como tomar vida podía ver ciertos movimientos en las
expresiones de las personas e incluso escuchaba violines sonar pero eso no era lo más raro
de todo, lo más extraño es que parecía que esto todavía no había ocurrido , dio vuelta la
tercer página,
Al instante frunció el ceño
La primer cosa que vio fue a ella misma en el baile parecía estar hablando con señores que
no conocía que le recalcaban lo tanto que había crecido, por otro lado estaban sus padres
hablando sobre algo que no podía llegar a escuchar. todo parecía normal lo que siempre
ocurría cuando asistía a una fiesta con sus padres, deslizó la siguiente página está vez ya
no había sonrisas ,todos estaban corriendo de un lado a otro atemorizados gritando y
pidiendo ayuda, el rey había aparecido ordenando a sus guardias que ataquen. Elizabeth
empezó a temblar. Paso otra página , en esta ya no quedaban guardias todos parecían
haber sido derrotados, invitados estaban sobre el suelo, busco a sus padres pero no
aparecían en ninguna parte de la imagen pero lo que si encontró fue a ella , estaba de pie
enfrente de una bestia peluda con una pose que insinuaba que atacaría en cualquier
momento ,paso otra página, y no había nada estaba totalmente en blanco, paso otra nada,
otra nada y así hasta llegar a la ante ultima había sido arrancada, el enojo nublo sus
facciones , quería imaginar que despertaría en su habitación y todo solo hubiese sido un
mal sueño, lo deseo con todas sus fuerzas, cerró los ojos y tiro el libro sobre el suelo. A
continuación en sus ojos aparecieron unas chispas de Esperanza, el poco sol que se estaba
ocultando se posicionó sobre el libro trazando un camino, algo dentro de ella quiso pensar
que daba hacía el castillo, ya no le quedaba nada por perder además que cada segundo
más que se quedaba sobre el suelo el camino desaparecía al quedarse sin suficiente sol.
Elizabeth corrió y corrió chocándose en vez en cuando con ramas que se atravesaban en el
camino pero nada de eso hizo que frenara. Finalmente pudo entrar por una ventana , quito
hojas de su cabello y espero que una carroza los llevará al baile.
Sus padres no sospecharon en ningún momento sobre donde había estado en toda la tarde
quizás estaban lo suficientemente ocupados ensayando lo que iban a decir ante el rey.
Al pisar el salón todo parecía coincidir con la primer pagina que vio Elizabeth, entonces
aunque la idea la atemorizaba pensó que lo que había visto podría cumplirse y si esto era
cierto de alguna manera tendría que derrotar a esa bestia, estaba muy nerviosa mirando a
su alrededor desde el momento que entro y sus palmas no paraban de sudar.
Estaba cerca de ser medianoche las personas se habían ubicado en frente de las puertas
contando los segundos para la presencia del rey, todos empezaron a hacer cuenta
regresiva
-tres!!
-dos!!!
-uno!!!
Se abrieron las puertas, las personas que parecían abalanzarse a las puertas de pronto se
alejaron, la felicidad de sus rostros se transformo en algo así como si hubieran visto un
fantasma, a lo mejor el rey se había hecho un cambio de apariencia no muy favorable , pero
al ver más de cerca era algo mucho peor que haber visto un fantasma, era una autentica
bestia parada en cuatro patas con un semblante feroz y manchas esparcidas por todo el
cuerpo, todos empezaron a correr, a Elizabeth se le vino a la cabeza la tercer pagina
-está sucediendo..
Intento no ser tirada por los empujones de los invitados desesperados por salir. El rey
apareció en el balcón dándole órdenes a sus súbditos tal como habían mostrado las
paginas y después de minutos pocos eran los que quedaban de pie, Escuchaba a sus
padres llamándola, Elizabeth se preguntaba si al ir con
Ellos cambiaria su destino pero no lo intento, aprovecho el momento en que la bestia estaba
entretenida lanzándose sobre los banquetes, para tomar una espada filosa que creyó que
en algún momento le perteneció a un súbdito que ahora yacía en el suelo pero en cambio la
que sostenía en sus manos tenia un aspecto similar al libro con una hermosa piedra
encajada perfectamente en el centro del mango. La bestia clavo sus ojos esmeralda en la
espada incluso pareció sobresaltarse al verla, Elizabeth estaba parada enfrente de la bestia
Tal como el libro, pero no sabia que ocurriría ahora en adelante.
La bestia tenia la boca abierta y Elizabeth alcanzaba a ver las hileras de sus dientes a lo
largo de gigantecas mandíbulas tenia colmillos tan grandes que no estaba segura de que
pudiera cerrar la boca incluso si quería-se le hizo un nudo en la garganta y empezó a
tambalearse pero sin soltar la espada en ningún momento, lo había decidido iba a atravesar
la espada pero antes levanto la cabeza para asegurarse en que lugar tendría que hacerlo
pero al observar los ojos de la gigantesca criatura parecían triste como queriendo
comunicar algo que sus rugidos claramente no llegaban a trasmitir, Elizabeth se acerco
despacio sin bajar la guardia y lo primero que pensó fue en acariciarlo sin saber si al
hacerlo acabaría sin una mano. La bestia aunque a Elizabeth le había parecido imposible
cerro su boca y se recostó sobre el suelo. El rey bajo las escaleras con pasos lentos parecía
muy sorprendido
-co-co-como lo hiciste?-esas fueron las palabras que salieron de su boca antes que
después de un acuerdo nombrara a Elizabeth como guardiana de las fascinantes y
misteriosas criaturas que habitaban en el bosque, resulta que el rey Nicolás había estado
enviando sus guerreros mas fuertes para que capturaran a las rufianes bestias ya que sabia
de la existencia del libro pero lo había mantenido en secreto porque las paginas no
indicaban su victoria y no quería intranquilizar el pueblo y mucho menos que vieran que no
lo tenia bajo control, dejándolo caer en un pozo con el anhelo que nadie lo volviera a
encontrar . Elizabeth pudo demostrar su increíble don y conexión con el bosque,
Encaminándose cada mañana a descubrir cosas nuevas con la compañía de ahora su
nuevo compañero Afang.

-¿Listo para una nueva increíble aventura Afang?-lo dijo con un tono de energía y emoción
que se podía percibir de tan solo oírla
oyó un pequeño rugido atrás de ella
-tomare eso como un si-al mismo tiempo que soltó una risita

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