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Tema 2.

(In)sustentabilidad
Frente a la crisis ambiental y la fuerte presión de las actividades socioeconómicas
sobre importantes procesos biofísicos fundamentales para el equilibrio del planeta,
en el contexto de Naciones Unidas en 1987, apareció el concepto de desarrollo
sostenible. El concepto ha sido ampliamente difundido a nivel mundial y ha buscado
orientar el desarrollo socio-económico hacia formas menos impactantes con la
naturaleza.

El concepto fue presentado en el informe “Nuestro Futuro Común”, también


conocido como “informe Brutland” a la Asamblea General de Naciones Unidas en
1987. Respecto al desarrollo sostenible este informe estableció que:

Está en manos de la humanidad hacer que el desarrollo sea sostenible,


es decir, asegurar que satisfaga las necesidades del presente sin
comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer
las propias. El concepto de desarrollo sostenible implica límites, no
límites absolutos, sino limitaciones que imponen a los recursos del
medio ambiente
el estado actual de la tecnología y de la organización social y la
capacidad de la biósfera de absorber los efectos de las actividades
humanas, pero tanto la tecnología como la organización social pueden
ser ordenadas y mejoradas de manera que abran el camino a una
nueva era de crecimiento económico (United Nations General
Assembly, 1987: 43).

¿Qué le parece el concepto?

Parece adecuado, ¿verdad?, pero revisemos la primera parte: “Está en manos


de la humanidad hacer que el desarrollo sea sostenible, es decir, asegurar
que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de
las futuras generaciones para satisfacer las propias”.

¿Qué criticas podría hacer a esta parte de la definición? ¿Qué se le ocurre?


Bien es probable que ya tenga alguna idea, pero tómese unos minutos para
revisar las fotografías de Peter Menzel and Faith D'Aluisio en el libro Hungry
Planet. Estas fotos muestras familias alrededor del mundo junto a todos los
alimentos que consumen en una semana y el costo estimado.

Ver link http://www.reduambiental.edu.uy/wp-


content/uploads/2009/10/Comida_por_semana.pdf

Después de haber visto las fotografías revisemos las críticas al concepto. Pese a
que los lineamientos del informe Brutland sobre desarrollo sostenible han sido
ampliamente difundidos y aceptados por los gobiernos, y que virtualmente cada
país los ha incorporado en los criterios de toma de decisiones y en el vocabulario
para la planeación en términos de sostenibilidad o desarrollo sostenible (Franceschi
y Kahn 2003), esta definición ha sido objeto de debate en los últimos años porque
no define claramente lo que entiende por “necesidades” y porque se basa en el
optimismo tecnológico para mantener el crecimiento económico. En las fotografías
de Hungry Planet se hace evidente la imprecisión de la definición, ya que cual sería
el criterio correcto para definir las necesidades de alimentación humana. Seguimos
el ejemplo alemán con más de 600 dólares a la semana o el de la República de
Chad en África con 1,23 dólares a la semana.

De acuerdo Munda (1997), la sostenibilidad y el desarrollo sostenible son conceptos


complejos objeto de diferentes debates. No obstante, a nivel de Naciones Unidas,
en 1992, se realizó la Cumbre de la Tierra de Río donde la comunidad internacional
discutió alternativas para la puesta en práctica el desarrollo sostenible y se adoptó
el Programa 21, con planes de acción específicos para incorporar el concepto de
desarrollo sostenible en las naciones y a nivel internacional. Posteriormente se
realizaron dos cumbres adicionales en 2002 la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo
Sostenible, de Johannesburgo conocida también como Rio + 10, y la cumbre de
Cumbre de la Tierra de Rio + 20, donde se renovaron los compromisos políticos
para el desarrollo sostenible y se evaluó el progreso de su implementación (ver
más detalles en el siguiente link
http://www.un.org/spanish/conferences/wssd/unced.html).

Posteriormente, en 2016 en el contexto de Naciones Unidas entraron en vigencia


los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), también conocidos como Objetivos
Mundiales, que corresponden a un llamado universal a la adopción de medidas para
poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas
gocen de paz y prosperidad (PNUD 2016).

En el siguiente link puede revisar en detalle los 17 objetivos de desarrollo


sostenible. http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-
desarrollo-sostenible/

Paralelo, a la evolución del desarrollo sostenible en el contexto de Naciones Unidas,


en la academia el concepto ha evolucionado hacia dos variantes de la
sostenibilidad: la débil y la fuerte, que de acuerdo con Neumayer (2003) se
sustentan en dos paradigmas económicos, la sostenibilidad débil que se basa en
los trabajos de economistas neoclásicos: Robert Slow y John Harteick, mientras
que la sostenibilidad fuerte se aleja de las teorías de la economía neoclásica y se
reconoce como el paradigma de la no sustitubilidad.
Para Munda (1997), la sostenibilidad débil justifica el uso y deterioro de la
naturaleza para alcanzar el crecimiento económico, mientras la fuerte resalta la
importancia de conservarla en armonía con el crecimiento económico. A partir del
trabajo de Costanza y Daly (1992) y pese a su carácter lineal, la siguiente expresión
matemática de Guhl (2004) ayuda a entender tanto el concepto de sostenibilidad
débil como fuerte:
Kt= Kn + Km + Kh …+ Kni, donde,
Kt (capital total) activos, servicios y productos de una comunidad en un tiempo
t;
Kn (capital natural) recursos naturales y servicios ambientales;
Km (capital manufacturado) capital creado por la sociedad en su actividad;
Kh (capital humano) conjunto de normas, reglas y costumbres de la sociedad.
Kni otras formas de capital

Según la sostenibilidad débil, para que un proceso sea sostenible debe


incrementarse o mantenerse constante el Kt de la sociedad en un tiempo dado, lo
que implica que en Kn puede ser reemplazo por Km. Mientras que en la
sostenibilidad fuerte debe mantenerse o aumentarse Kn.

Por tanto, la sostenibilidad débil para Costanza y Daly (1992) busca mantener
intacto el capital total, sin tener en cuenta su división entre los otros cuatro tipos,
lo que implicaría que los diversos tipos de capital son más o menos sustituibles, al
menos dentro de los límites de los niveles actuales de actividad económica y de
dotación de recursos.

Vagamente hablando, de acuerdo a la sostenibilidad débil, no importa si la


generación actual emplea recursos no renovables o descarga CO2 en la atmósfera,
siempre y cuando se construyan suficientes maquinas, carreteras y puertos. Dado
que el capital natural se considera esencialmente sustituible en la producción de
bienes de consumo y como proveedor directo de utilidad (Neumayer, 2003).

En contra posición de acuerdo con Pérez y Rojas (2010), la sostenibilidad fuerte se


sustenta en el escepticismo tecnológico y el principio de precaución, dado que
considera la imposibilidad de sustituir muchas de las funciones y servicios
ecosistémicos, por elementos construidos por el ser humano, lo que supone que se
debe sostener “la capacidad del ambiente para soportar los patrones de desarrollo
que se quieren alcanzar; es decir la base ecosistémica que soporta el desarrollo
socioeconómico” (Pérez y Rojas, 2010: 31).

Para estos autores, la sostenibilidad fuerte reconoce la existencia de unos límites y


leyes naturales que se deben respetar. Al respecto mencionan los límites que la
visión de la sostenibilidad fuerte impone al aprovechamiento de los recursos
naturales y servicios ambientales, están definidos por la capacidad de la naturaleza
para reproducirse y para autodepurarse y absorber o eliminar la contaminación.
Bajo este enfoque, la Naturaleza no sólo provee recursos (madera, agua, tierra),
que pueden tener valor económico, sino que también, y más importante aún,
proveen una gran cantidad de servicios ecosistémicos (los bosques son más que
madera; los ríos más que agua; el territorio más que tierra) que son los que
soportan la vida, y su gestión debe considerar ambos aspectos esenciales. Por lo
tanto, el crecimiento económico debe hacerse compatible con la dinámica de
crecimiento de los recursos naturales renovables y el desarrollo de recursos y
fuentes energéticas alternativas que posibiliten la sostenibilidad de los recursos no
renovables (Pérez y Rojas 2010).
Si bien algunos autores favorecen uno u otro paradigma de la sostenibilidad o
inclusive ambos (Hediger 1999), es evidente la presión sobre la naturaleza para
satisfacer las necesidades y deseos humanos (Ver síntesis de los dos paradigmas
según varios autores en la tabla 1). Por lo tanto, es necesario actuar desde los
principios de precaución (Riechmann y Tickner, 2002) y de responsabilidad (De
Sequeira, 2009), que suponen una postura ética para enfrentar la civilización
tecnológica, lo cual es más cercano a los principios de la sostenibilidad fuerte.
Tabla 1. Enfoques de sostenibilidad fuerte y débil (Fuente: Peña-Montoya,
2016).

Enfoque
Referencia
Fuerte Débil
Se basa en el supuesto de que
ciertas clases de capitales
Se basa en el supuesto de la
(Munda naturales son críticos y no son
perfecta sustitución de los
1997) sustituibles por capitales
diferentes tipos de capital
construidos por los seres
humanos.
Integra los diferentes
(Hediger Mantener el capital ecológico beneficios derivados del
1999) intacto a través del tiempo ambiente con los del desarrollo
económico
Se sustenta en el escepticismo
tecnológico y el principio de la
Concibe la naturaleza como
precaución. La capacidad
recurso económico necesario
tecnológica no evitará la
(Pérez y para sostener el desarrollo
restricción de recursos naturales
Rojas representado en consumo,
para alcanzar el crecimiento
2010) bienestar o ingreso per cápita,
económico, por lo tanto este
desconociendo los límites
crecimiento debe ser armónico
naturales y la complejidad
con la capacidad del ambiente
para soportarlo
Posibilidad de sustituir
La economía y la naturaleza se economía y naturaleza para
(Nilsen
consideran complementarias y alcanzar el objetivo de la
2010)
ambas se deben sostener utilidad más alta posible para
los seres humanos

Las huellas y los patrones visibles de interacción biofísica del metabolismo social,
así como el reconocimiento del concepto de sustentabilidad fuerte, han conducido
al desarrollo de múltiples indicadores o índices físicos de (in)sustentabilidad. De
acuerdo con Giljum (2003), estos indicadores biofísicos permitan identificar el
grado de agotamiento y uso de los recursos naturales, dado que en la práctica, la
sustentabilidad dependerá del tamaño que la economía ocupe dentro del conjunto
de la biosfera. Así mismo, Pérez (2006) aduce que una buena forma de medir el
tamaño o “escala” en términos físicos que ocupan las actividades económicas en la
biosfera, es cuantificar la cantidad de recursos naturales que requiere una actividad
económica, lo que permite tener indicadores que ayuden a interrelacionar el
subsistema económico con la biosfera.

Algunos de los indicadores biofísicos de sostenibilidad son la Huella ecológica y la


Huella Hídrica. La Huella Ecológica analiza las demandas humanas sobre la biosfera
comparando el consumo de la humanidad con la capacidad regenerativa del planeta
o biocapacidad. Se establece calculando el área requerida (hectáreas) para producir
los recursos que consume la gente, el área ocupada por infraestructuras y el área
de bosque que se necesita para secuestrar el CO2 que no es absorbido por los
océanos. Por su parte la Huella Hídrica ofrece un indicador global, directo e
indirecto, del uso de agua dulce, esta representa el volumen de agua dulce utilizado
directa o indirectamente para producir bienes y servicios (en metros cúbicos por
año, m3/a) (WWW, 2012).

Según Pérez (2006), mientras la huella ecológica representa el área necesaria para
sostener la vida de las personas, la huella hídrica indica el volumen de agua anual
requerido para sostener la población bajo ese estándar de vida; la huella hídrica
representa la suma del volumen de agua usada por una economía en los sectores
agrícola, manufacturero y doméstico.

En los siguientes links puede calcular la Huella Ecológica y la Huella Hídrica asociada
a sus actividades.

http://www.ecopetrol.com.co/especiales/calculadoraAmbiental/co2.html

https://agua.org.mx/ninos/hidrospekes/

http://fandelagua.com/huella_hidrica.php

Finalmente, es importante que reflexiones sobre las acciones que podrías


emprender para reducir la huella hídrica y ecológica; en la Unidad 3, presentamos
algunos instrumentos de gestión ambiental que serán útiles en este propósito.

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