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Universidad de León

Facultad de Derecho

“ANÁLISIS Y PERSPECTIVA DEL DERECHO Y LA JUSTICIA SOCIAL


LABORAL EN EL CONSTITUCIONALISMO MEXICANO”

Trabajo Cuatrimestral de la Materia


de
DERECHO CONSTITUCIONAL II

Nombre del Alumno:


Michel Augusto López Magdaleno.
Araujo Venegas Esbeidy Judith.

Grupo:
502-9

Nombre del Catedrático:


Lic. Oscar Iván Zavala Vera.

Fecha de entrega:
16-04-2020.
CAPÍTULO 1

E L D E R E C H O Y LA J U S T I C I A S O C I A L

La justicia social es un valor que promueve el respeto igualitario de los


derechos y las obligaciones de cada ser humano en determinada sociedad.

La justicia social, se enfoca generalmente, a la repartición justa y equitativa


de los bienes y servicios básicos necesarios para el desarrollo y el
desenvolvimiento de una persona en la sociedad como, por ejemplo, el bienestar
socio afectivo, la educación, la salud y los Derechos Humanos.

1.1. DERECHO SOCIAL


Los derechos sociales consisten en un grupo de derechos que son
garantizados por la legislación ordinaria, los derechos sociales son fundamentales
y son afirmados por la Constitución nacional y por los tratados internacionales de
derechos humanos. Están inspirados en la justicia y son los encargados de
regular el comportamiento de las personas dentro de la sociedad permitiendo de
esta manera resolver los conflictos sociales que puedan presentarse en un lugar
determinado. Busca la manera de controlar y establecer igualdades entre los
individuos de una nación para de esta manera resguardar la seguridad social.

El derecho social es la rama del derecho que se fundamenta en los


principios y diferentes normas que tienen como objetivo principal proteger, velar y
establecer el comportamiento y las actitudes del hombre velando por la igualdad
dentro de las clases sociales.

Consisten en un grupo de principios y de reglas o normativas que buscan


como único fin el de proteger, integrar y vigilar por el adecuado comportamiento
de los individuos que habitan dentro de una sociedad, ya sea en medio de ella o
en los lugares de trabajo. El derecho social es el equivalente de los derechos
humanos y también buscan la manera de flexibilizar e incrementar los derechos y
las garantías de los sectores que son más afectados por parte de la sociedad. Es
la forma que tiene la ley de promover el orden y de reparar las diferencias que se
pueden dar entre los grupos sociales para dar protección.

Características

Las principales características del derecho social son las siguientes:

 Es un producto cultural y humano


 Tiene múltiples funciones instrumentales
 Es un objeto dinámico
 Se le conocer como un proceso y no como un acto único
 Tiene una presencia sistemática y sus normas se encuentran jerarquizadas
 Se fundamenta en la realidad social
 Busca proveer de equilibrio a los intereses humanos
 Busca establecer los valores sociales para promover el orden

El derecho social se divide en cuatro diferentes ramas, todas ellas de igual


importancia para la sociedad.

El derecho social, a su vez, comprende otras ramas, como el derecho


laboral, el derecho a la seguridad social, el derecho migratorio y el derecho
agrario. Es importante tener en cuenta que la división del derecho en diversas
ramas facilita el estudio, pero no tiene demasiada relevancia en la aplicación
concreta de las normas jurídicas. Todas las ramas del derecho se encuentran
relacionadas entre sí e interactúan en cualquier proceso legal.

La noción de derecho social se encuentra menos difundida que las de


derecho público o derecho privado. Esto ocurre ya que la propia definición de
derecho supone la existencia de un hecho social (es decir, donde entra en juego
la relación entre seres humanos en el marco de una sociedad). Por lo tanto, hay
especialistas que consideran que el concepto de derecho social no tiene mayor
relevancia.

1.2. JUSTICIA SOCIAL


El concepto de justicia social surgió a mediados del siglo XIX para referirse
a la necesidad de lograr un reparto equitativo de los bienes sociales. En una
sociedad con justicia social, los derechos humanos son respetados y las clases
sociales más desfavorecidas cuentan con oportunidades de desarrollo.

Aunque no hay certeza del primer uso de la expresión "justicia social",


fuentes tempranas pueden ser encontradas en Europa en el siglo XVIII. Algunas
referencias del uso de esta expresión son artículos de revistas inspiradas por el
espíritu de la Ilustración, en los cuales la justicia social es descrita como una
obligación del monarca; también el término está presente en libros de teólogos
italianos católicos, especialmente miembros de la Compañía de Jesús. De
acuerdo a estas fuentes y su contexto, la justicia social era otro término para decir
"la justicia de la sociedad", la justicia que gobierna las relaciones entre los
individuos de la sociedad, sin referencia alguna a la equidad socio-económica o la
dignidad humana. El uso del término empezó a volverse más frecuente por
pensadores católicos desde mediados del siglo XIX, incluyendo el Jesuita Luigi
Taparelli en el libro Saggio teoretico di dritto naturale, appoggiato sul fatto
publicado en 1843, en Livorno, Italia.
La defensa de los principios de justicia se realiza normalmente por la vía de
la argumentación racional, con base a cuatro tipos de argumento: práctico, por
analogía, ético y de identidad.

El tratamiento del término justicia social por las Ciencias Sociales se


encuentra en R. L. Cohen, tomado de justice, social en el 'Dictionary of Sociology'
de Oxford. En Internet puede ubicarse como Social justice. En cuanto a la
Filosofía y la Teología el término es relativamente reciente, pero contiene ya una
gran cantidad de trabajos que conforman una idea post-moderna o
contemporánea de la justicia social que merece un estudio completo.

Otra fuente es el pensamiento de Joaquín Ruiz-Giménez en español. Es


especial y profusamente tratado en la Doctrina Social Católica (Encíclicas
sociales) con el referente de la Dignidad humana y en la tradición cristiana por
estar vinculado a su concepto del amor al prójimo. Otras fuentes son: el
movimiento sindical, los partidos socialistas democráticos y los movimientos de
Derechos Humanos.

La idea de justicia social late en el 'equilibrio reflexivo' de los principios de


justicia de Rawls: libertades básicas, principio de diferencia y la acción afirmativa
como discriminación positiva, basada en la justicia entendida como equidad,
cuestión que ha sido discutida y parcialmente resuelta por el principio de igualdad
de oportunidades, pero no ha sido desarrollada hasta las acciones y
consecuentes legislaciones de los movimientos humanistas en torno a la
discriminación, la libertad y las Encíclicas Sociales: la distribución de los frutos del
desarrollo y la dignidad humana.

La lucha contra la distribución desigual de bienes que son de todos, la


solicitud o preocupación por el bien común, la idea de que justicia equivale a paz y
la conciencia de ello en los individuos son todos componentes de un sistema
social justo. El balance de las desigualdades sociales en beneficio de los menos
favorecidos, dando a la justicia la categoría de equidad, como preocupación social
para el desarrollo humano y de la sociedad, ya define la nueva situación de estas
cuestiones en la humanidad. Este tipo de problemas favorece la tentación del uso
de la violencia para combatir situaciones consideradas socialmente injustas; los
problemas principales señalados como ejemplos son vivienda, desempleo y
cuestiones internacionales de calado, que posee un carácter progresista
(acumulativo) y una fundamentación empírica y racional, desarrollando una
doctrina social basada en estos puntos: desarrollo, solidaridad, dignidad humana
e identidad de cada comunidad.

Como teología moral, su definición llega más allá del contrato social: 'los
bienes de este mundo están originalmente destinados a todos', que forma un
conjunto de principios, criterios de juicio y directrices de acción, 'un compromiso
para la justicia según la función, vocación y circunstancias de cada uno',
(Sollicitudo rei socialis, Juan Pablo II PP.). Se ha construido ya un modelo de
filosofía moral para la sociedad civil y se ha incorporado a la estructura social a
través de las Ciencias Sociales, es decir, con aportaciones y puntos de vista de
técnicas multidisciplinarias, variadas.

1.3. LA CONSTITUCIÓN Y SUS ARTÍCULOS EN MATERIA DE DERECHO Y


JUSTICIA SOCIAL
En relación con los derechos de la justicia social, uno de los asuntos
que más se discute es su exigibilidad procesal, incluso se ha negado su
naturaleza jurídica, porque se ha sostenido la imposibilidad o la gran
dificultad de hacerlos valer ante los tribunales,1 debido a que muchos de
esos derechos dependerán de la capacidad económica y financiera del
Estado. Hay que tener en cuenta que el hecho de que un derecho no se
encuentre protegido por una "garantía" no altera su naturaleza, sino
muestra la urgencia de que aquella sea creada normativamente.
La tendencia moderna es establecer diversos mecanismos jurídicos
para que los derechos de la justicia social sean exigibles, aunque no todos
revistan carácter jurisdiccional.

Al respecto, resulta pertinente recordar a Luigi Ferrajoli, quien


sostiene que el paradigma garantista de la "democracia constitucional" es
actualmente un paradigma embrionario, que debe y puede extenderse en
una dirección triple: a) para garantizar tanto los derechos de libertad como
los sociales; b) frente a todos los poderes, tanto los públicos como los
privados, y c) tanto en el nivel de derecho interno como en el internacional.
Esta es la tendencia en nuestros días.

Ahora bien, la tendencia a garantizar los derechos sociales se ha


fortalecido en las últimas dos o tres décadas en dos vertientes nodales: a)
el papel activo de los tribunales y cortes constitucionales en este sentido, y
b) el derecho internacional de los derechos humanos, en su vertiente
social.

Los derechos de la justicia social son exigibles a través de


mecanismos de índole diversa, que se pueden clasificar en: a)
administrativos y jurisdiccionales; en distintos casos, ante la resolución de
órganos o autoridades administrativas, la ley prevé la existencia de
recursos de esta naturaleza; b) jurisdiccionales, judiciales y cuasi-judiciales;
en esta última categoría se encuentran las recomendaciones y acciones de
órganos como los ombudsman o, a nivel internacional, de los organismos
especializados de la ONU; c) de exigibilidad directa, o indirecta o por
conexidad; o sea, en estos últimos, se alcanza la protección a través de la
defensa de otros derechos humanos con los cuales se encuentran
estrechamente relacionados, y la violación de uno implica la del otro; d) de
exigencia inmediata o progresiva; en esta última se incluye el principio de
no regresividad; una vez reconocido y hecho valer un derecho no hay
marcha atrás, no es admisible ningún retroceso; e) de carácter nacional o
internacional, y f) de naturaleza jurídica o social; en este último aspecto se
halla tanto el activismo individual como las acciones de la sociedad
organizada, en especial las de las ONG, tanto las de carácter nacional
como las internacionales.

La existencia de jurisdicciones especializadas para la defensa de los


derechos sociales. Muchos de los derechos establecidos en los artículos
2o. y 27 c (tierra, agua y bosque) se garantizan ante los tribunales agrarios;
muchos de los derechos establecidos en el artículo 123 c (laborales),
apartado A, ante las Juntas de Conciliación y Arbitraje —verdaderos
tribunales—; y los del apartado B, en el Tribunal Federal de Conciliación y
Arbitraje, las comisiones sustanciadoras de la SCJN y el Trife, y sus
equivalentes en las entidades federativas. Hay que tener en cuenta la
existencia del amparo agrario que implica singularidades propias, como la
suplencia de la queja, derechos imprescriptibles, la búsqueda de oficio de
pruebas que puedan beneficiar a las comunidades, ejidatarios o
comuneros, la improcedencia del sobreseimiento por inactividad procesal y
de la caducidad de la instancia; algunos de estos aspectos también se
encuentran en la materia laboral en relación con los trabajadores.

A través del principio de conexidad con otros derechos humanos, en


virtud de que si se viola el derecho social, también se violan otros derechos
como los:

 De igualdad y no discriminación
 Del debido proceso legal, y
 El derecho a la vida digna.
CAPITULO 2

APLICACIÓN DE LA JUSTICIA Y EL DERECHO SOCIAL


EN MATERIA LABORAL

Este es el tipo de derecho que protege a los trabajadores y que implica


también a las empresas, empleadores, sindicatos y gobierno. Dentro del
encontramos la legislación laboral colectiva y la individual. La colectiva se refiere a
la relación que se da entre el empleado, el jefe y el sindicato. La individual se
refiere a los derechos que tiene cada trabajador.

2.2. DERECHO LABORAL


El derecho, como producto social, se desarrolla precisamente en los
medios humanos más numerosos de intenso dinamismo, siendo así los individuos
actores reales en la vida del derecho, bien para crear las normas, para acatarlas o
para contribuir a su transformación o al nacimiento de otras nuevas según lo van
reclamando las exigencias de la misma. Con este sentido se entraba al concepto
y objeto del derecho individual de trabajo. Por derecho individual de trabajo se
entiende al conjunto de normas que regulan la relación individual de trabajo entre
un sujeto llamado trabajador y otro denominado patrón. En un sentido histórico se
habla entre el dueño de la fuerza de trabajo y el dueño de los medios de
producción. El objeto del derecho individual del trabajo es regular las condiciones
individuales del contrato de trabajo, éste que puede según la ley reglamentaria ser
verbal, escrito o tácito. Todo para lograr la finalidad última del derecho individual
del trabajo “el equilibrio de las fuerzas”, tanto de trabajo como de producción.
El contrato individual de trabajo es un convenio mediante el cual una
persona física se compromete a prestar sus servicios a otra persona (física o
jurídica), bajo el mando de esta a cambio de una remuneración. Para que exista
este contrato, se hace necesaria la presencia de tres elementos:

 Prestación personal de servicios.


 Remuneración.
 Subordinación jurídica. La subordinación jurídica es la relación de poder
dar órdenes que el trabajador debe acatar.

El empleador tiene poder de dirección de la empresa, poder de mando,


disciplinario y sancionatorio, además del ius variandi. El salario o remuneración,
es el pago que recibe en forma periódica un trabajador de su empleador a cambio
del trabajo para el que fue contratado. El empleado recibe un salario a cambio de
poner su trabajo a disposición del empleador, con independencia de que se le
asignen o no labores concretas. Es ésta la obligación principal de su relación
contractual. Cuando los pagos son efectuados en forma diaria, reciben el nombre
de jornal.

En algunos países existe la figura del aguinaldo o paga extraordinaria. El


aguinaldo es un ingreso extra que percibe el trabajador, adicional a su
remuneración habitual. Algunos ordenamientos lo estipulan de desembolso
obligatorio para una fecha única, mientras que otros lo hacen en dos o más
fechas distribuidas en el año.

Jornada de trabajo

Artículo principal: Jornada de trabajo

La jornada es el número máximo de horas que un empleador puede exigir de


un trabajador. Por ejemplo, 8 horas diarias y 45 horas por semana. Es importante
distinguir entre la jornada laboral y el horario. La jornada, como se dijo
anteriormente, es el número de horas que el trabajador debe trabajar por día.

Comúnmente, las jornadas extraordinarias deben pagarse adicional y con un


valor monetario superior a la jornada usual. Además, cada ordenamiento jurídico
impone un límite de duración a la jornada, establece las excepciones a la regla
general y dispone cuáles son las consecuencias en el supuesto de sobrepasarse
los límites. Así que si los trabajadores siguen siendo explotados por los patrones
se necesita una verdadera reforma laboral en el mundo.

Vacaciones y feriados

Las vacaciones corresponden a una determinada cantidad de tiempo que el


trabajador puede ausentarse de su trabajo, sin dejar de percibir su remuneración,
por un acumulado de horas laboradas. Por ejemplo, en el ordenamiento
costarricense, el trabajador puede disfrutar de dos semanas de vacaciones por
cada 50 semanas de trabajo.

Los feriados son días que por ley se deben conceder como libres al trabajador.
El empleador tiene la facultad de exigirle al trabajador que los trabaje, pero debe
recompensarle monetariamente bajo un régimen distinto.
Seguridad laboral

Lo relacionado con la salud ocupacional es de interés público. La salud


ocupacional tiene como objetivo la seguridad física y mental del trabajador, así
como protegerlo contra riesgos.
Los empleadores tienen las siguientes obligaciones:
Asegurar contra riesgos del trabajo.
Investigar los accidentes y enfermedades profesionales que ocurran y eliminar o
controlar sus causas.
Denunciar los accidentes y enfermedades ante la autoridad administrativa
designada.

Las legislaciones disponen en general que el trabajador que sufra un accidente


tiene derecho a:

 Asistencia médica, farmacéutica y a rehabilitación.


 Prótesis y aparatos médicos.
 Reeducación laboral
 Prestaciones económicas tales como indemnización por incapacidad
temporal, pensión de invalidez, pensiones de viudez y orfandad.

2.2. DERECHO LABORAL INDIVIDUAL

De conformidad con lo dispuesto en el Art. culo 20 de la Ley Federal de


Trabajo, la relación individual de trabajo se constituye independientemente del
acto que le de origen en el momento en que exista la prestación del trabajo
personal subordinado y el pago del salario. Sin embargo, el elemento principal de
la relación de trabajo lo es la subordinación jurídica, es decir, el poder de mando
que ejerce el patrón frente al deber de obediencia del trabajador. En efecto, en
nuestro concepto, al existir el hecho de la subordinación jurídica esto es suficiente
para configurar la relación de trabajo, con todas sus consecuencias jurídico
laborales en beneficio del trabajador, pues puede darse el caso de simulación de
una auténtica relación de trabajo con una relación jurídica de tipo civil por medio
del llamado contrato de prestación de servicios profesionales, regulado por el
Código Civil.

2.3. DERECHO LABORAL COLECTIVO


La simple observación en la realidad social, en los hechos, de la forma en
que normalmente se anudan las relaciones en el campo del trabajo prestado por
cuenta ajena, en forma subordinada o dependiente, de inmediato nos revela que
ellas reconocen origen entre dos sujetos (O partes) que por su propia naturaleza
podemos denominar “individuales” ya, en cambio, entre dos sujetos (o partes) que
también por su naturaleza asumen un carácter “colectivo”. Así sucede, en efecto,
si un trabajador concierta un contrato de trabajo en general o, a través de las
denominadas “reglamentaciones profesionales”, distintas formas o modalidades.

Para De La Cueva ° “El Derecho colectivo del trabajo es la norma que


reglamenta la formación y funciones de las asociaciones profesionales de
trabajadores y patronos, sus relaciones, su posición frente al Estado y los
conflictos colectivos de trabajo". También Krotoscbin, quien prefiere hablar de
derecho colectivo de trabajo y no de derecho sindical, nos da un concepto del
mismo. "Tras señalar que hay grandes ramas de nuestra materia cuyo centro es
el trabajador individual, recuerda que. . . “Todas esas disciplinas no regulan las
relaciones del trabajador con sus compañeros, o con la profesión o con la
empresa (industria) en su conjunto, ni las relaciones de los trabajadores como
grupo de los patronos y los poderes públicos (las “relaciones de trabajo” en el
sentido del derecho estadounidense).” “Estamos, pues en presencia del derecho
colectivo del cuando no se tienen en cuenta, directamente, al trabajador "sino a la
agrupación, a la unión, organizada o no (pero de todos modos actuando como
una unidad), a sus convenciones, sus conflictos, etc. Sólo de] lado del patrono es
posible que también un solo patrono sea sujeto del derecho colectivo porque para
el carácter colectivo es decisivo siempre el lado obrero. Como ocurre con todo el
derecho del trabajo, también el derecho colectivo toma su nombre y su esencia
únicamente del lado de los trabajadores en cuyo interés ese derecho existe,
principalmente".

También Kaskel-Derseb lo denominan derecho colectivo y se ocupan de él


antes de tratar la relación individual de trabajo siguiendo así un método distinto al
que inspira al programa de nuestra asignatura “El derecho colectivo, o también
llamado derecho sindical, surge por la incipiente necesidad de protección de las
masas proletarias. Que históricamente se han encontrado en desigualdad con el
dueño de los medios de producción.” El derecho colectivo de trabajo es un
derecho que concierne a los grupos sociales. Está inspirado en la idea social
comunitaria que reconoce el derecho a la existencia de grupos sociales y, es en
consecuencia de un principio existencial de garantías en defensa de grupos
obreros. Se convierte en un correctivo de la situación de inferioridad del trabajador
frente al patrón y busca conseguir el equilibrio al colocar a los trabajadores ante el
patrón o patrones en igualdad para el acuerdo de las condiciones. Considera lícito
el empleo de medios de acción directa como el contrato colectivo de trabajo, el
contrato de ley y el sindicato propiamente dicho. Además propicia la solución de
los conflictos de intereses colectivos de manera pacífica para la obtención de un
estado de armonía laboral. Igualmente, acepta la presencia de una nueva fuente
del derecho: los convenios colectivos del trabajo, consagrándose una garantía de
la libertad, razón por la que en México existe una regulación específica para la
conformación de sindicatos, y la formalización de los contratos colectivos y los
contratos de ley plasmada en la Ley Federal del Trabajo.
CAPÍTULO 3

ANÁLISIS DEL DERECHO LABORAL INDIVIDUAL Y


COLECTIVO

El Derecho Laboral individual se encarga de los contratos laborales de los


particulares, derechos mínimos y vitales de los particulares. Derechos como el
salario, auxilio de transportes, horas extras diurnas, horas extras nocturnas,
recargos nocturnos, dominicales y festivos, cesantías y primas. Por el contrario, el
Derecho Laboral Colectivo se encarga de las disposiciones sobre sindicato con
fundamento con fundamento en los artículos 38 y 39 de la Constitución Política, la
protección, la clasificación de los sindicatos, la representación sindical, la
fundación del Sindicato, la Personería Jurídica, Los Estatutos del Sindicato, la
Terminación del Sindicato, el Fuero sindical, la Huelga.

3.2 La Justicia Laboral


Tradicionalmente se ha definido la actividad del estado en su función
jurisdiccional, afirmando que le corresponde la solución de conflictos jurídicos
que surgen entre los particulares, sin embargo, este principio aplicado en el
ámbito laboral sufre interpretaciones diferentes y se afirma que, a través de las
autoridades laborales, se pretende la aplicación de la justicia social. Esta
expresión “justicia social”, ha provocado una serie de polémicas, que por el
equilibrio antagónico de sus defensores y críticos no ha permitido hasta el
momento una conclusión definitiva. Podríamos señalar como antecedente del
concepto, las calificaciones aristotélicas sobre justicia.
A partir del siglo XIX, se empezó a mencionar el derecho social como un
sistema aplicable a personas de condiciones económicas diferentes marginada
y la justicia social como su objetivo; no obstante que para muchos constituía
una redundancia la calificación de “social” aplicado a la ciencia jurídica y la
propia justicia, puesto que el derecho se destina a regir la conducta de los
hombres integrados en sociedad y la justicia como un concepto esencialmente
filosófico resulta su objetivo ideal; no obstante estas críticas ambas expresiones
han adquirido una aceptación general en el medio, y ya se consideran partes
integrantes del vocabulario ordinario.

La justicia social constituye sin duda alguna el fin del derecho social, y
podemos considerar que esta persigue la protección, total y reivindicación de
estratos sociales marginados, los cales a través del derecho positivo, nivelan su
situación adversa frente al resto de la sociedad.

3.2.1 Tribunales sociales


Atendiendo precisamente a estos principios, se justifica la existencia de
los tribunales de trabajo, cuya misión indiscutible no se concreta a resolver
controversias, sino además a buscar la aplicación de la justicia social, mediante
el equilibrio del capital y trabajo, buscando una armonía entre ambos factores,
que impida la hegemonía de uno sobre otro; dicho en otras palabras, aplicar la
justicia, evitando a toda costa impedir, el abuso del poderoso, sobre el débil;
situación que históricamente se había desarrollado, hasta llegar a suponer que
la explotación del hombre por el hombre se apoyaba por la situación económica
y social imperante, justificando las lapidarias palabras iniciales de Carlos Marx
cuando decía:

“…Amos y esclavos; señores y siervos; maestros y compañeros;


patrones y trabajadores, han luchado permanentemente en situación
antagónica, como consecuencia del abuso que se comete en la explotación del
trabajo del hombre…”
Esta doctrina provoca una reacción de los afectados quienes
inicialmente en forma individual y posteriormente en forma colectiva suman sus
esfuerzos para luchar y obtener el cambio de su situación, buscando mejorías
en sus condiciones económicas y humanitarias mediante el enfrentamiento
físico e ideológico, con su patrón y el propio estado.

Al primero le exigían transformación de las condiciones laborales,


respetando su calidad de persona humana y al segundo, revisión de las leyes
vigentes por otras más justas y equitativas que considerarán al sujeto que
trabaja como el mismo individuo que en su calidad de ciudadano libre debe
gozar de similares derechos a cualquier otro y no ser visto como un simple
objeto que integra la categoría patrimonial de bienes de la empresa.

El Código Napoleón que elevó la voluntad individual como la máxima


expresión de igualdad entre las partes, pasó por alto que estos conceptos
filosóficos de hermosura indiscutible, pero inaplicabilidad real, provocaban que
la ley del más fuerte imperara en las relaciones laborales; pero no el más
poderoso físicamente, sino el más fuerte económicamente; este principio
justificó toda clase de abusos en detrimento del trabajador que se empleaba en
condiciones infrahumanas, por la necesidad vital de subsistir, aceptando en
consecuencia excesos patronales ante la disyuntiva de vivir miserablemente o
carecer de un empleo que ni siquiera le ofrecía la posibilidad de existencia
digna.

Las luchas se agudizan a partir de la revolución industrial, pero mucho


tiempo habría que transcurrir; mucha sangre derramar y muchas lágrimas
verter, antes de lograr un cambio de actitud de los pueblos. Si la justicia era
igual para todos, no se explicaba la petición obrera de constituir tribunales que
la aplicaran en su beneficio; la razón era sencilla, la clase trabajadora no exigía
protección especial, sino el análisis claro y sereno de la situación laboral
alejada de la economía para resolver sus problemas reales atendiendo a sus
necesidades y no a los factores externos que por su naturaleza formal y fría
impedían al estado y a las empresas una reflexión más social y ética, que se
alejara de los simples objetivos especulativos de la producción. Legislación
especializada; tribunales profesionales; reconocimiento a derechos individuales
y colectivos; jornadas más cortas; salarios superiores; condiciones de
salubridad; prohibición del trabajo de menores, etc., constituían la piedra
angular que podría ofrecer la solución al conflicto laboral.

3.2.2 Justicia social mexicana

El Estado Mexicano, se enorgullece de haber sido el primero en el


mundo, que formalizó en una Constitución los derechos fundamentales de los
trabajadores, en su artículo 123 de la Carta Magna; con anterioridad sin
embargo, se habían dictado leyes locales de previsión social y formalizado
órganos laborales, encargados de resolver conflictos de trabajo, pero fue hasta
el 28 de Diciembre de 1916, cuando se decidió la creación de un precepto
especifico, que estableciera los derechos más importantes de la clase obrera
escribiendo con letras de molde en la historia de la humanidad, los deseos de
una asamblea legislativa constitucional, de incluir estos privilegios laborales en
la Carta Máxima, derechos sociales, consagrados, según las ideas de
Radbruch, pero con una originalidad nacionalista que con ese paso, dio al
mundo ejemplo de justicia social, legislada. Jornada máxima, nocturna, labores
peligrosas e insalubres, mujeres y menores, descanso semanal, descanso
maternal, salario mínimo, escuelas y enfermerías a la comunidad, riesgos
laborales, higiene y seguridad, huelga, tribunales laborales, previsión social,
etc., constituyeron los rubros principales de las normas constitucionales citados
en el artículo mencionado, cuya vigencia inició el 05 de febrero de 1917. Las
fracciones XX y XXI del precepto jurídico mencionado, crearon oficialmente a la
justicia laboral, en los siguientes términos:
“…las diferencias o los conflictos entre el capital y el trabajo se sujetarán
a la decisión de una Junta de Conciliación y Arbitraje, formada por igual
número de representantes de los obreros y de los patronos, y uno del
gobierno”.

“…si el patrón se negare a someter sus diferencias al arbitraje o a


aceptar el aludo pronunciado por la junta, se dará por terminado el contrato de
trabajo y quedará obligado a indemnizar al obrero con el importe de tres meses
de salario, además de la responsabilidad que le resulte del conflicto. Si la
negativa fuere de los trabajadores, se dará por terminado el contrato de
trabajo”.

3.3. Constitucionalismo en materia Laboral

Es un lugar común que Latinoamérica fue adelantada en materia de


constitucionalismo social. La Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos del 5 de febrero de 1917, conocida como Constitución de Querétaro,
fue durante un siglo, referencia mundial en materia de elevación de los derechos
laborales al máximo nivel de los Estados. Los famosos artículos 5o. y 123, con
sus treinta apartados, son una auténtica declaración de principios y un código
constitucional del trabajo individual y colectivo con alta intensidad y claridad
protectoria.

El artículo 5o. irrumpe en el mundo de derechos fundamentales


consagrando como garantía constitucional individual que “nadie podrá ser
obligado a prestar servicios personales sin justa retribución y sin su pleno
consentimiento”, y el “contrato de trabajo solo obligará a presar el servicio
convenido por el tiempo que fije la ley”. Luego, el título sexto, dedicado
especialmente al trabajo y a la seguridad social, establece la duración de la
jornada máxima de ocho horas y siete la nocturna; prohibición de trabajo insalubre
y peligroso para mujeres y niños; prohibición del trabajo infantil a menores de
doce años; descanso semanal, protección de la maternidad, salario mínimo;
trabajo igual; “Para trabajo igual debe corresponder salario igual, sin tener en
cuenta sexo ni nacionalidad”; las horas extras se retribuirán al 100%; higiene y
seguridad en el trabajo; responsabilidad patronal por enfermedades y accidentes
de trabajo; “Las huelgas serán lícitas cuando tengan como objeto conseguir el
equilibrio entre los diversos factores de la producción armonizando los derechos
del trabajo con los del capital”, libertad asociacional para patronos y obreros; “Las
leyes reconocerán como un derecho de los obreros y de los patronos las huelgas
y los paros”; protección contra la discriminación sindical; “Serán condiciones nulas
y no obligarán a los contrayentes aunque figuren en el contrato”, detallando una
serie de derechos, y “todas las estipulaciones que impliquen algún derecho
consagrado a favor del obrero en las leyes de protección y auxilio a los
trabajadores”, etcétera.

Es oportuno recordar lo que decía uno de los más influyentes entre los
constituyentes mexicanos, Pastor Rouaix, respecto de aquellos artículos: Tal fue
la obra que realizamos. Como se ve, quedaron condensados todos los temas que
habían sido expuestos en las discusiones anteriores y todos los demás preceptos
que consideramos indispensables para que quedaran definitivamente
establecidas las bases que debían normar la legislación del futuro, en materia tan
importante, con lo cual tuvo nuestra Patria la honra de haber sido la primera en el
mundo que colocara en su Constitución Política las garantías y los derechos del
proletariado trabajador, que por siglos había pugnado por afianzarse en un plano
de igualdad ante el capitalismo imperialista, predominante en los gobiernos de
todos los países.

Reinterpretado por Mario de la Cueva, el acto liminar de Querétaro significó


una retribución de justicia en la vida social y en las relaciones de trabajo para los
revolucionarios mexicanos en su dignidad humana: En el curso de la historia
nuestra se fue perfeccionando una idea: primeramente, la exigencia de la

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