Está en la página 1de 6

LA ÉTICA Y SU INFLUENCIA EN LA

LABOR DOCENTE

Realizado por:

José Alejandro De La Puente Sierra

Licenciatura en Inglés

Asignatura: Ética y Educación

Docente: Vladimir Alberto Pinzón García

Corporación Universitaria del Caribe – CECAR

Mayo de 2020
LA ÉTICA Y SU INFLUENCIA EN LA LABOR DOCENTE

En la actualidad cada individuo es responsable de sí mismo cuando ya asume su rol de

adulto independiente, pero ¿en manos de quién subyace la responsabilidad de formarlo para la

vida y las exigencias de la sociedad? He aquí la cuestión más relevante de la que se podría

hablar por mucho tiempo, aunque en realidad esa labor se suscribe a la familia y a la escuela. La

familia como pilar primario de bases sólidas y perdurables, y la escuela como garante de

consolidación de saberes específicos.

Se creería ideal el proceso educativo si lo anterior fuese verdaderamente cierto y

aplicable en todas partes del mundo, pero en muchos casos no es así. Entonces ¿Se le dará valor

alguna vez a lo fundamental del ser humano? ¿Se podrá pensar que existirían personas con

creencias de lo bueno, malo, correcto e incorrecto? ¿En dónde queda eso de ser independientes si

no se es capaz de dejar de ser egoístas y halar para el beneficio propio? Éstas y otro sin número

de interrogantes aquejan a muchos.

Desde hace un tiempo muchos gobiernos, entidades sociales y escuelas se han ido

preparando para afrontar los desafíos éticos y morales de las nuevas sociedades, estableciendo

como punto de partida la implementación de documentos que dan bases para la formación

esperada de sus individuos, pues en últimas, son éstos quienes deben crear consciencia de lo que

son y pueden llegar a ser.

Entonces, se debería hablar de lo que se concibe como base de esa conciencia, la ética.

La Real academia de la Lengua Española (RAE) la define así:

ÉTICA:

4. f. Conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier

ámbito de la vida.
Entiéndase que deberían ser pautas en la manera en cómo se comporta cada quien en

prácticamente todos los contextos. Ahora bien, si son la familia y la escuela quienes se encargan

de guiar, cimentar y formar a las personas, ¿por qué, por lo general, recae dicha responsabilidad

solamente en los profesionales de la educación? ¿Son éstos instruidos en la formación para la

buena conducta de los estudiantes? Vale la pena mencionar que a pesar de los grandes esfuerzos

de las universidades en formar profesionales capaces, falta aún mucho por lograr.

Muchos de los profesionales en la actualidad son personas que valoran primero su

bienestar personal y luego el colectivo. No es el caso de todos los profesionales, pues hay

muchas actividades laborales que están al servicio de los demás antes que el propio.

Profesionales de la salud, oficiales, militares y personal de seguridad, agricultores, etc. No se

puede dejar olvidado el papel del docente y su compromiso por y para el bienestar de todos.

En el caso de Colombia, el gobierno y sus instituciones como el Ministerio del trabajo, el

Ministerio de Educación, entre otras, han establecido pautas para la buena conducta de los

trabajadores, no solo para la exitosa ejecución de su labor, sino también para velar por la

tranquilidad, satisfacción y bienestar del empleado. Por ejemplo, el Código de ética del

Ministerio del Trabajo dice:

El Código de Ética del Ministerio se dirige a todo individuo que contribuye en las

decisiones y acciones de la institución, en razón del desarrollo cotidiano de sus tareas, sin

distinción de la forma de vinculación y “sin ninguna discriminación por razones de sexo,

raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica” (2013,

p.8).

Asumiendo el hecho de que todo colombiano debe estar regido por dichos lineamientos

garantizando su eficaz y eficiente labor.


Asimismo, el Ministerio de Educación hace referencia a lo siguiente en su Código de Ética y

Buen Gobierno:

Código de Ética y Buen Gobierno: Disposiciones voluntarias de autorregulación de

quienes ejercen el gobierno de las entidades, que a manera de compromiso ético buscan

garantizar una gestión eficiente, íntegra y transparente en la administración pública

(MEN, 2011, p.32).

Principios Éticos: Creencias básicas sobre la forma correcta como debemos

relacionarnos con los otros y con el mundo (MEN, 2011, p.33).

Valores Éticos: Formas de ser y de actuar de las personas que son altamente deseables

como atributos o cualidades propias y de los demás, por cuanto posibilitan la

construcción de una convivencia gratificante en el marco de la dignidad humana. Los

valores éticos se refieren a formas de ser o de actuar para llevar a la práctica los

principios éticos (MEN, 2011, p.34).

En contraste con lo anterior, se debe tener en cuenta a la ética y su influencia en la labor

docente, en cómo ésta repercute en la práctica de la formación de personas íntegras; en aspectos

que resultan de gran importancia cuando la labor se hace con pasión, pesando en la trascendencia

y aplicabilidad de los saberes generales y específicos.

Los educadores son los actores que asumen el rol protagónico en el proceso de

enseñanza-aprendizaje, buscando que los educandos sean cada vez más ágiles en el desarrollo de

sus destrezas, habilidades y capacidades. Pero ¿qué hace a un docente idóneo para ejercer su

labor? Algunos de los valores y características que éste debe poseer: respeto, honestidad,

justicia, responsabilidad, colaboración activa, compromiso, prudencia y permanecer en constante


preparación. Aspectos que aseguran que dicho proceso se dé de mejor manera, siempre dando

ejemplo de buena conducta

Cabe, entonces, hacer una relación entre el papel del educador con sus valores éticos.

Varios autores han mencionado la importancia de un buen docente y las consecuencias

trascendentales de su labor.

(…) la finalidad de la educación (…) no es la de una salvación ultraterrenal. Se trata de

una finalidad inmanente e histórica: formar el hombre para él mismo y para la sociedad

(…) la pedagogía como ciencia y actividad autónoma, cuya finalidad es rigurosamente

humanista, puesto que según ella el hombre debe ser educado para sí mismo, para su

naturaleza y para los valores universales de su conciencia (Bernardini y Soto, 1998, p.32).

Reflexiones como esta dan cuenta que el verdadero valor del docente es tener la

responsabilidad compartida de formar personas que sean útiles para la sociedad, capaces de

brindarle atención y cuidados a todos los detalles que hacen parte de su entorno, las personas, las

cosas y la naturaleza misma.

Rojas Artavia (2011) afirma: “[…] se ha establecido que por naturaleza el ser humano es

social, histórico y dinámico, por esa misma condición ineludible, necesita del otro, no sólo para

sobrevivir, sino para convivir” (p.19). El ser humano, no solo como individuo independiente,

hace parte de un todo al cual le debe todo y por esa razón tiene el deber de cumplir los propósitos

que la sociedad le imponga.


Referencias

Ministerio de Educación Nacional. (2011). Código de ética y buen gobierno. Bogotá, Colombia:

Ministerio de Educación Nacional.

Ministerio del Trabajo. (2013). Código de ética. Bogotá, Colombia: Ministerio del Trabajo.

Real Academia Española. (2020). El Diccionario de la lengua española. Obtenido de

https://dle.rae.es/ético#H3y8Ijj

Rojas Artavia, C. E. (2011). Ética Profesional Docente: Un Compromiso Pedagógico

Humanistico. Revista Humanidades, 1, 16.

También podría gustarte