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ADOLESCENCIA

ADOLESCENCIA:
UN ENFOQUE BIOLÓGICO, PSICOLÓGICO Y CULTURAL

María Paula Galindo Perilla


Nathaly Alexandra Molina Aguilar

Diana P. Castañeda
Docente, Psicología Evolutiva

Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano


Psicología
Bogotá D.C, Mayo 4 de 2020
ADOLESCENCIA

ADOLESCENCIA:
UN ENFOQUE BIOLÓGICO, PSICOLÓGICO Y CULTURAL
Galindo, M., Molina N.
Institución Universitaria Politécnico Grancolombiano

La adolescencia es el período de la vida de los seres humanos que transcurre entre los 10 y 19
años y por ende tiene una gran importancia en el desarrollo humano, ya que
cronológicamente se inicia por los cambios biológicos, psicológicos y sociales, que varían
según el contexto cultural y socioeconómico en el que se desarrolla el individuo; de esa
manera la OMS definió la adolescencia como: ‘‘El periodo de crecimiento y desarrollo
humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y los 19
años. Se trata de una de las etapas de transición más importantes en la vida del ser humano,
que se caracteriza por un ritmo acelerado de crecimiento y de cambios’’. Por consiguiente, es
importante esclarecer que existen tres fases madurativas, adolescencia temprana (10 a 13
años), adolescencia media (14 a 17 años) y adolescencia tardía (18 a 21 años).

Durante esta época de la vida, se logra un importante crecimiento y desarrollo físico y


se alcanzan los objetivos psicosociales necesarios en la evolución del joven a la edad adulta
como son: lograr la independencia, aceptar su imagen corporal, establecer relaciones con los
amigos y lograr su identidad.

Para comenzar se empezara a hablar sobre la adolescencia en la antigüedad Según


Souto, (2007): La idea de la adolescencia como etapa de vida se vio reflejada en la antigua
Grecia en el siglo IV y V a.C, y las ideas que eran planteadas en ese tiempo, eran gracias a
Platón y Aristóteles ya que veían la adolescencia como la tercera fase que se diferenciaba
después de la infancia (del nacimiento a los 7 años) y la niñez (de los 7 a los 14 años), en sus
doctrinas la adolescencia se extendía desde los 14 a 21 años y creían que era la etapa de la
vida en la que se desarrolla la capacidad para razonar.

Por otro lado, en la antigua Roma hasta el siglo II a.C, la vida estaba dividida en tres
fases: la infancia, la edad adulta y la vejez. Es una división que se encuentra en muchas
culturas y se puede pensar que era la regla general en el comienzo de las sociedades humanas.
El problema apareció cuando se retrasó hasta la edad de 25 años la entrada total a la vida
adulta, dejando a la adolescencia como un período donde, al no ser adultos aún, carecían
derechos y eran marginados. Sin embargo, las mujeres romanas de la época, cuando se
casaban, cumplían su rito iniciatorio. La adolescencia quedaba indefinida ya que las niñas,
una vez casadas, eran consideradas adultas. Dicho lo anterior a la edad de los 12 años, los
adolescentes varones de familias acomodadas continuaban estudiando y estos proseguían su
educación con profesores de gramática y literatura para ser preparados para la vida. Por el
otro lado, las jovencitas a esas edades, ya podían ser dadas en casamiento y el marido si
quería podía seguir educándola. Souto, (2007).

Debido a lo anterior es importante hacer énfasis en los aspectos históricos que han
surgido en el tiempo, debido a que la historia es importante porque reconoce aquellos sucesos
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que han dado forma al mundo actual, los valores e ideas que se han forjado al calor del
desarrollo de la humanidad. Por consiguiente, se hablará de los respectivos cambios tanto
biológicos, psicológicos y sociales del adolescente.

1. Bases Biológicas

Fisiología de la Pubertad: Jaden (2008) afirma: El sistema endocrino está formado


por glándulas que se localizan en diversas partes del cuerpo. Esas glándulas liberan en el
torrente sanguíneo sustancias químicas llamadas hormonas, que afectan el desarrollo y
funcionamiento del cuerpo. (p.34) Sin embargo Hidalgo, M., González, M., Vicario, M
afirman: El inicio de la pubertad está marcado por el inicio de la secreción pulsátil de las
gonadotropinas (LH y FSH) y de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), siendo el
resultado de la interacción de variables genéticas (70-80%) y de factores reguladores (20-
30%): alimentación, disruptores endocrinos, ciclos luz-oscuridad, lugar geográfico, estímulos
psíquicos y sociales… Los cambios hormonales son debidos a la interacción entre SNC,
hipotálamo, hipófisis, gónadas y también suprarrenales.

Dicho lo anterior existe una función muy importante en la revolución biológica de la


pubertad la cual es el ciclo de retroalimentación en el sistema endocrino, ya que desde la
infancia se produce un ciclo de retroalimentación entre el hipotálamo, la hipófisis, las
gónadas y las glándulas suprarrenales que controla y ajusta los niveles de las hormonas
sexuales.

1.2 Eje hipotálamo-hipofisario-gonadal

En la infancia, la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) y las gonadotropinas


hipofisarias (FSH y LH) están inhibidas por acción de una supresión activa de la secreción de
GnRH, y por ende existen dos factores para explicar este eje, genética y epigenética.

Principalmente se hablará de la genética la cual se encarga según Hidalgo, M., González, M.,
Vicario, M. (2017): en estar regulado por una red nodal de genes, que regula los cambios en
los circuitos neuronales del núcleo arcuato del hipotálamo. Estos cambios son:

● Cambios transinápticos:
A: Aumento de los estímulos excitatorios de las neuronas secretoras de GnRH: vía
glutamato y vía kisspeptina
B: Disminución de los estímulos inhibitorios: por neuronas gabaérgicas, neuronas
productoras de sustancias opioides y neuronas productoras de péptido relacionado con
RF.
● Cambios en las células gliales: las células gliales contribuyen a la activación de la
secreción de GnRH por dos mecanismos:
A. A través de la liberación de factores de crecimiento que actúan sobre
receptores de las neuronas productoras de GnRH [factor de crecimiento
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transformador tipo b (TGFb), factor de crecimiento epidérmico (EGF) y factor


de crecimiento similar a la insulina tipo 1 (IGF-1)].
B. A través de cambios en la adhesividad de las células gliales sobre las neuronas
productoras de GnRH.

En segundo lugar, la epigenética según Hidalgos, M., González, C., Hidalgo, M.


(2017): ‘‘Existen factores externos que influyen en el momento de inicio puberal, como son:
nutrición, ejercicio, estrés, factores sociales y psicológicos, ritmo circadiano y horas de luz o
disruptores endocrinos ambientales, fundamentalmente pesticidas.

La GnRH induce, en las células gonadotropas hipofisarias, la síntesis y liberación


pulsátil de las gonadotropinas hipofisarias, LH y FSH, que actúan en la gónada para inducir
la maduración de las células germinales (óvulos o espermatozoides) y la producción de
esteroides sexuales, así como de otros péptidos gonadales (inhibinas, activinas, folistatina ).,
y otras hormonas circulantes (leptina), que ejercen a través de mecanismos de retrocontrol,
acciones estimulantes e inhibidoras, a diferentes niveles del eje hipotálamo-hipófiso-gonadal.
La testosterona en el varón y el estradiol en la mujer, son los responsables del desarrollo de
los caracteres sexuales secundarios y ejercen un retrocontrol negativo en hipotálamo e
hipófisis, reduciendo la secreción de GnRH y gonadotrofinas. Al inicio de la pubertad, LH y
FSH son liberadas de forma pulsátil, durante la noche y posteriormente según avanza la
pubertad durante todo el día.’’

1.3 Suprarrenales: Entre los 6-8 años de edad ósea se produce la adrenarquia o
maduración de las suprarrenales, manifestándose con la aparición de vello púbico y/o axilar.
Se inicia unos 2 años antes que el aumento de los esteroides gonadales, y es independiente
del eje hipotálamo-hipófiso-gonadal.

1.4 Eje hipotálamo-hipófiso-somatomedínico: En la pubertad se produce la


activación de este eje, dando lugar a un aumento en la producción en el hipotálamo de
GHRH, en la hipófisis de GH que a su vez aumenta los niveles de IGF-I, IGFBP-3. Este
incremento se produce antes en las mujeres que en los hombres.

Finalizando en las bases biológicas es importante hacer énfasis en las tres etapas
madurativas del adolescente, las cuales Casas, J., Ceñal, M., (2005) afirman que son:

● Adolescencia temprana: La adolescencia temprana es aquella que va de 10-13 años, la


característica fundamental de esta fase es el rápido crecimiento somático, con la
aparición de los caracteres sexuales secundarios. Durante esta etapa, los niños suelen
comenzar a crecer más rápido, igualmente estos cambios corporales pueden generar
curiosidad y ansiedad en algunos, en especial si no saben qué esperar o qué es normal,
los adolescentes más jóvenes tienen ideas concretas y extremistas y por último los pre
adolescentes sienten una mayor necesidad de privacidad.
● Adolescencia media: La adolescencia media es aquella que va desde los 14 a los 16
años y es donde se puede ver el crecimiento y la maduración sexual prácticamente
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finalizado adquiriendo alrededor del 95% de la talla adulta y siendo los cambios
mucho más lentos, lo que permite restablecer la imagen corporal. De la misma manera
los cambios físicos que comenzaron en la pubertad continúan durante la adolescencia
media y a esta edad, a muchos adolescentes les surge el interés en las relaciones
románticas y sexuales, por otro lado muchos jóvenes en su adolescencia media
discuten más con sus padres porque luchan por tener más independencia y finalmente
El cerebro sigue cambiando y madurando en esta etapa, pero aún hay muchas
diferencias entre la forma de pensar de un joven en su adolescencia media y de un
adulto.
● Adolescencia Tardía: La adolescencia tardía es aquella que va desde los 17 a los 19
años y es donde ha terminado y ya son físicamente maduros. El pensamiento abstracto
está plenamente establecido, aunque no necesariamente todo el mundo lo consigue.
Están orientados al futuro y son capaces de percibir y actuar según las implicaciones
futuras de sus actos. Los adolescentes que se convierten en adultos jóvenes tienen
ahora un sentido más firme de su propia individualidad y pueden identificar sus
propios valores. Se centran más en el futuro y basan sus decisiones en sus ilusiones e
ideales. Las amistades y las relaciones románticas se tornan más estables. Se separan
más de su familia, tanto física como emocionalmente. No obstante, muchos
restablecen una relación "adulta" con sus padres, considerándolos personas de su
mismo nivel a quienes pedir consejos y con quienes hablar de temas serios, en vez de
una figura de autoridad.

2. Bases Psicológicas:

Ningún esquema del desarrollo puede describir adecuadamente a cada uno de los
adolescentes, ya que estos no forman un grupo homogéneo. Existe una amplia variabilidad en
cuanto al desarrollo biológico y psicosocial. Además, los aspectos biológicos pueden influir
en el desarrollo psicológico, durante esta época de la vida ya que se logra un importante
crecimiento y desarrollo físico y alcanzan los objetivos psicosociales necesarios en la
evolución del joven a la edad adulta como son: lograr la independencia, aceptar su imagen
corporal, establecer relaciones con los amigos y lograr su identidad

Durante la fase temprana de la adolescencia, existe un menor interés en las


actividades paternas y un mayor recelo a la hora de aceptar sus consejos o críticas. Se
produce un vacío emocional que puede crear problemas de comportamiento, en ocasiones,
manifestado por una disminución del rendimiento escolar, también existe una búsqueda de
otras personas a quienes amar. El comportamiento y el humor son inestables. En la
adolescencia media, aumentan los conflictos con los padres y se dedica más tiempo a los
amigos. Al final de la adolescencia, el joven se integra de nuevo en la familia y es capaz de
apreciar mejor los consejos y los valores de sus padres. Algunos adolescentes dudan a la hora
de aceptar las responsabilidades de la madurez, tienen dificultades para conseguir la
independencia económica y continúan dependiendo de su familia y amigos.

2.1 Desarrollo cognitivo de Piaget


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Según Piaget (1972), el estadio de las operaciones formales empieza alrededor de los
11 años y finaliza en algún momento entre los 15 y los 20 años, por lo que es el estadio más
relevante para el desarrollo cognoscitivo en la adolescencia. No todas las personas
desarrollan el pensamiento formal, aunque todas las personas llegan a la etapa de la
adolescencia, comprendida según Piaget entre los 11 y 20 años de edad, no todas alcanzan el
desarrollo del pensamiento formal; es decir, la edad no determina la madurez cognitiva. El
pensamiento formal implica una lógica deductiva: la capacidad de imaginar una variedad de
posibilidades, considerar diversos aspectos de una situación, plantear y resolver problemas
intelectuales y, en fin, pensar no sólo en función de lo que se observa en forma concreta.

Según Piaget, el desarrollo del pensamiento formal ocurre en todos los individuos sin
tener en cuenta las experiencias educacionales o ambientales de cada uno. Pero los datos de
las investigaciones posteriores no están de acuerdo con esta teoría y demuestran que la
capacidad de los adolescentes, y de todos los seres racionales en general, para resolver
problemas complejos está en función del aprendizaje acumulado y de la educación recibida.

El pensamiento formal tiene unas características funcionales las cuales nombra el


autor Adrián J. Principalmente se basaba en que lo real es concebido como un subconjunto de
lo posible esto quiere decir que los adolescentes pasan a ser capaces de razonar sobre las
distintas posibilidades de una situación, aunque no tengan una existencia real y concreta. Por
otro lado está el razonamiento hipotético-deductivo que son las conjeturas que el adolescente
realiza a partir de imaginar realidades alternativas, son estructuradas en forma de hipótesis
que hay que verificar, siguiendo una lógica deductiva y controlando las distintas variables en
juego a través de una lógica combinatoria y finalizando se encuentra el pensamiento
proposicional que es el encargado de que los adolescentes son capaces de abordar las
relaciones lógicas que se establecen entre enunciados o proposiciones, manifestadas bien a
través de un lenguaje verbal, lógico o matemático.

En la tarea sobre proposiciones lógicas basado en Osherson y Markman, (1975) se


puede observar cómo los sujetos más jóvenes realizan las evaluaciones de los enunciados en
función de los datos empíricos de que disponen (poder ver o no la ficha y su color) obviando
los principios lógicos de los enunciados (la primera proposición es siempre verdadera y la
segunda siempre falsa independientemente de si podemos ver o no la ficha y su color). En
este sentido, el curso del desarrollo intelectual puede entenderse como un proceso progresivo
de independencia respecto a la realidad inmediata, y paralelamente, de progresiva
dependencia hacia principios lógicos (Delval, 1996), y es en la adolescencia donde se
produce este desarrollo de forma más drástica. Así, el conjunto de transformaciones en el
ámbito del desarrollo cognitivo que se producen en la adolescencia capacita al sujeto para
acceder de forma más completa a la representación y análisis del mundo ofrecidos por el
conocimiento científico. Su pensamiento cada vez es más parecido al de los adultos, con
mayor capacidad de abstracción y de generalización.
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3. Bases culturales:

3.1El Desarrollo Social del Adolescente

Son los cambios radicales y dinámicos tanto a nivel físico y psicológico producido
dentro de la sociedad por el adolescente las responsabilidades, las experiencias de una forma
individualizada de la libre conciencia, la sensibilidad sobre el medio ambiente y una mayor
preocupación sobre la propia imagen corporal.

3.2 Sociabilidad del adolescente

La sociabilidad se manifiesta en la búsqueda de un socius, de un compañero; o


también por la integración en un grupo.

3.3 La sociabilidad

Es la capacidad, la aptitud que permite al individuo vivir con los otros y en grupo, y
es fruto de comprensión hacia el otro, de posibilidad de simpatía y empatía.

En la sensibilidad social se distingue entre: sensibilidad ante la persona, y la sensibilidad a


las normas del grupo. Son estos dos aspectos los que se manifiestan en las relaciones con los
otros, como más característicos en la adolescencia.

3.4 Conciencia y aceptación de su cuerpo

Durante la fase temprana, debido a los cambios físicos puberales, el adolescente


experimenta una gran inseguridad sobre sí mismo (se siente extraño dentro del nuevo
cuerpo), lo que le genera preocupación respecto a su apariencia y atractivo y hace que se
pregunta continuamente si es normal. Se compara a menudo con otros jóvenes y experimenta
un creciente interés sobre la anatomía y fisiología sexual. Durante la fase media, se va
produciendo la aceptación de su cuerpo, con intentos de hacerlo más atractivo. Debido a la
influencia social, en esta etapa pueden aparecer trastornos alimentarios

3.2 Relación entre amigos y parejas

En la fase temprana de la adolescencia, existe un gran interés por los amigos del
propio sexo, cuyas opiniones adquieren gran relevancia, en detrimento de las de los padres.
Esto puede suponer un estímulo positivo (interés por el deporte, lectura...) o negativo
(alcohol, drogas...). Sienten ternura hacia sus iguales, lo que puede llevarles a tener
sentimientos, miedos o relaciones homosexuales. En la adolescencia media, es muy poderoso
el papel de los amigos. Se produce una intensa integración del adolescente en la subcultura de
los amigos, de conformidad con sus valores, reglas y forma de vestir, en un intento de
separarse más de la familia. También, se produce una integración creciente en relaciones
heterosexuales y en clubes (deporte, pandillas...). En la fase tardía de la adolescencia, el
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grupo va perdiendo interés. Hay menos exploración y experimentación, y se emplea más


tiempo en establecer relaciones íntimas; se forman las parejas.

3.4 Relaciones entre padres e hijos

Los adolescentes se encuentran con dos grandes fuentes de influencia social en su


desarrollo: Los amigos que adquieren un papel fundamental en este periodo; y la familia
(especialmente los padres).

En el periodo adolescente el joven al igual que en la infancia, necesita cariño, afecto y


apoyo por parte de sus padres; así como también de mayor comprensión y paciencia, ya que,
está sufriendo una serie de cambios en su forma de pensar y en su aspecto físico, que, en un
primer momento, no sabe cómo afrontar y por lo tanto necesita de la ayuda de los adultos.

Los adolescentes tienen más dificultad para comunicarse con los adultos (en especial
con la figura paterna) que, con los iguales, ya que estos ofrecen mayor capacidad de
comprensión y escucha; aunque esto no significa que no necesiten y deseen establecer
diálogos y comunicaciones con los padres.

3.5 Establecimiento de una identidad sexual, vocacional, moral y del yo

En la fase precoz, al mismo tiempo que se producen cambios físicos rápidos, empieza
a mejorar la capacidad cognitiva del adolescente, que evoluciona desde el pensamiento
concreto al pensamiento abstracto flexible, lo que da lugar a un creciente autointerés y
fantasías. Se establecen objetivos vocacionales irreales o ideales (por ejemplo, convertirse en
estrella del rock, modelo, piloto...). Tiene una mayor necesidad de intimidad (escribir su
diario), emergen los sentimientos sexuales, existe una falta de control de impulsos que puede
derivar en desafío a la autoridad y un comportamiento arriesgado. En la adolescencia media,
van aumentando la capacidad intelectual y la creatividad, y amplían el ámbito de los
sentimientos, con una nueva capacidad para examinar los sentimientos de los demás. Tienen
menos aspiraciones idealistas (notan sus limitaciones y pueden sentir baja autoestima y
depresión). También aparecen los sentimientos de omnipotencia e inmortalidad, que pueden
llevar al adolescente a conductas arriesgadas (accidentes, drogadicción, embarazos,
infecciones de transmisión sexual, suicidios...).

4. Sociocultural

El adolescente es reflejo de la sociedad en que está inmerso y es evidente que el


entorno y la familia han cambiado de forma radical en las sociedades actuales del bienestar.
Los jóvenes son consumidores de moda y tecnología (ropa, cirugía, móviles, vehículos) con
nuevas formas de ocio y entretenimiento (botellón, internet, drogas, explotación de su
cuerpo). La cultura del ocio, el hedonismo y el egocentrismo han sustituido al esfuerzo
personal. Su comportamiento en casa ha cambiado (aislamiento, redes sociales). El tamaño y
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la estructura de los hogares se ha modificado: las personas viven más, tienen menos hijos y
más tardíos, se ha reducido el tamaño de las familias, se ha incorporado la madre al trabajo,
los padres son más permisivos, han aumentado las separaciones y aparecen nuevas formas
familiares (monoparentales, unipersonales, parejas sin hijos, homosexuales, etc.). La familia,
que es el principal apoyo del joven, es una estructura social y cultural en crisis. Todo ello
conlleva importantes repercusiones para el desarrollo y la salud integral del adolescente.

Los problemas y enfermedades de los adolescentes son consecuencia de: su desarrollo


psicológico y social (trastornos mentales y conductas de riesgo: accidentes, violencia, drogas,
sexo irresponsable, trastornos alimenticios, tecnologías de la información y comunicación
[TICs]…); de su desarrollo biológico (escoliosis, acné, dismenorrea, Osgood Schlatter…);
enfermedades infecciosas, como en otras épocas de la vida; patologías del adulto, que pueden
ser detectadas de forma asintomática durante esta etapa (hipertensión, hiperlipidemia,
obesidad, diabetes); y enfermedades crónicas, de las cuales en el pasado se fallecían antes de
llegar a la adolescencia (cánceres, cardiopatías congénitas o enfermedades crónicas como,
por ejemplo, la fibrosis quística del páncreas). Por todo lo anterior, es necesario prevenir los
factores de riesgo y potenciar los factores de protección o resiliencia. Jessor, en 1977, definió
factores de riesgo como: las características detectables en un individuo, familia, grupo o
comunidad que señalan una mayor probabilidad de comprometer la salud, calidad de vida y la
vida misma, mientras que los factores protectores son los opuestos, ya que promueven un
desarrollo exitoso.

REFERENCIAS

Adrián, J. El desarrollo cognitivo del adolescente. Aprendizaje y desarrollo de la


personalidad. Recuperado de: https://www3.uji.es/~betoret/Instruccion/Aprendizaje%20y
%20DPersonalidad/Curso%2012-13/Apuntes%20Tema%202%20El%20desarrollo
%20cognitivo%20del%20adolescente.pdf

Casas, J., Ceñal, M., (2005). Desarrollo del adolescente. Aspectos físicos,
psicológicos y sociales. Pediatr Integral. IX (1). p. 20-24

Hidalgos, M., González, C., Hidalgo, M. (2017). Desarrollo sobre la adolescencia.


Aspectos físicos, psicológicos, sociales. Revista Adolescere. XXI (1). p. 233-244
ADOLESCENCIA

Inhelder, B., & Piaget, J. (1985). De la lógica del niño a la lógica del adolescente.
Barcelona: Paidós

Limón, m. & Carretero, M. (1995). Aspectos evolutivos y cognitivos. Monográfico


sobre la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Cuadernos de Pedagogía, 238, pp. 39-41.

Organización Mundial de la Salud. Desarrollo en la adolescencia. Recuperado de:


https://www.who.int/maternal_child_adolescent/topics/adolescence/dev/es/

Souto, S. (2007). Juventud, Teoría e Historia: La formación de un sujeto social y un


objeto de análisis. Haol. 13. p. 171-192.

Artículos científicos:

https://www.adolescenciasema.org/ficheros/PEDIATRIA%20INTEGRAL/Desarrollo
%20durante%20la%20Adolescencia.pdf

file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Jesen,%20Adolescencia%20Y%20Adultez
%20Emergente%20Un%20Enfoque%20Cultural%20(1).pdf

https://www3.uji.es/~betoret/Instruccion/Aprendizaje%20y%20DPersonalidad/Curso%2012-
13/Apuntes%20Tema%202%20El%20desarrollo%20cognitivo%20del%20adolescente.pdf

http://www.injuve.es/sites/default/files/revista73completa.pdf
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