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American Factory

American Factory es un intenso relato sobre cómo la globalización precariza a la clase


media y trabajadora, y lo ejemplifica con el caso de una factoría de Ohio, en los EE.UU.
sinopsis es bien sencilla: una planta de General Motors cierra en Ohio y por ende, toda la
plantilla se va a la calle, hasta que un grupo chino fabricante de cristales para coches
decide hacerse con las instalaciones y reabrirlas. Así desembarca Fuyao, una
multinacional del país asiático, en los Estados Unidos, y así también lo hace el CEO y
fundador de la misma, Cao Dewang, quien ya desde los primeros minutos de metraje
protagoniza absurdas escenas con sus trabajadores, en una, por ejemplo, exige mover de
la pared un interruptor para emergencias contra incendios, un empleado tiene que
explicarle a la intérprete de Dewang que el dispositivo está donde está por seguridad y
por cumplir la normativa un argumento que no convence a Dewang. Durante los 110
minutos que dura la cinta, el filme ilustra con mucha agudeza algunos de los fenómenos
que marcan los tiempos recientes: la grave crisis económica de 2008, la globalización, la
precarización de los puestos de trabajo, el choque cultural entre los EE.UU y China.
Obama pretende con el documental "elevar" a la gente y que empecemos a sentir
"solidaridad los unos con los otros”. El estreno del documental de Netflix viene
acompañado de una pequeña entrevista de unos diez minutos de duración en los que, en
una cafetería, Michelle y Barack Obama se sientan a conversar con los directores de la
película, Steven Bognar y Julia Reichert. Durante la charla, la ex primera dama insiste en
que se sintió reflejada al ver a muchos obreros trabajar sin descanso para la fábrica de
Fuyao: vio en ellos, dice, al ejemplo de su padre. El expresidente, por su parte, insiste en
la necesidad de que todo el mundo sienta "solidaridad los unos con los otros".
Aunque la película da alas a argumentos de proteccionismo económico que es el origen
de la guerra comercial actual. Estados Unidos mantiene una guerra comercial en varios
frentes, pero sin lugar a dudas el más importante es la tensión y el conflicto que desde
marzo vive contra China. Ambos países se han amenazado y subido ya varios aranceles
a bienes del otro. La idea de una fábrica china con un consejero delegado y un plantel de
directivos que ríe en reuniones advirtiendo que "los estadounidenses son unos vagos",
"tienen los dedos gordos" o "son improductivos" indigna al público. Más aun cuando en el
último tercio del documental la situación se agrava cuando la plantilla empieza a exigir
contar con un sindicato en la fábrica, Revela la peor cara de la globalización y las
consecuencias de la última crisis económica, El cierre de una planta de General Motors
es, sin duda, uno de los síntomas que dejó la gran recesión. Cientos de puestos de
trabajo se perdieron, y precisamente en ese marco comienza el documental. Habría que
esperar hasta 2014 para que Fuyao anunciara la reapertura de la planta, esta vez
convertida en una factoría de cristales para vehículos que proveerían a firmas como la
propia General Motors o Chrysler.
Entre los testimonios que recoge el documental se encuentra el de una trabajadora que ya
estuvo empleada en la planta de GM. Jill Forklift cuenta, visiblemente emocionada, que
cuando cerró la fábrica le embargaron su casa y tuvo que irse a vivir al sótano de su
hermana, sin embargo, esto no queda ahí: cuando reabre la planta bajo la dirección de
Fuyao, muchos empleados lamentan que con General Motors cobraban 29 dólares la
hora, y con Fuyao solo cobran 12,84 dólares la hora. "Antes podía comprarle zapatillas a
mis hijos cuando me las pedían. Ya no". En un momento del documental, varios miembros
de la plantilla de Fuyao América se embarcan en un viaje de trabajo hasta la sede central
de la compañía en Fuqing, provincia de Fujian. Allí, la plantilla está preparándose para
una fiesta, Mientras tanto, en plena jornada laboral, los estadounidenses comprueban
atónitos la disciplina casi militar con la que la plantilla trabaja va más allá de líneas de
producción con una coordinación perfecta: antes de empezar a trabajar, los empleados se
organizan en brigadas que rinden cuentas ante un trabajador de más rango. Los
estadounidenses intentan emular eso mismo de vuelta a Ohio, sin visible éxito, además,
muchos trabajadores chinos cuentan satisfechos como descansan tan solo un par de días
al mes, no pueden viajar a sus casas en sus pueblos natales a ver a sus familiares, o
asumen jornadas laborales de 12 horas, de hecho, el documental retrata cómo la propia
empresa tiene un himno propio que la plantilla canta la cultura del trabajo en China es
muy distinta a la que hay en occidente y probablemente no sea mejor, sin embargo,
también hay tiempo para la emotividad, en esa misma fiesta, se celebran las bodas
recientes de varios empleados, lo que lleva a uno de los estadounidenses a emocionarse
hasta llegar a soltar algunas lágrimas.
Las escenas en los que varios empleados empiezan a hacer campaña por un sindicato se
tornan emotivas, al tiempo que las consideraciones de los directivos chinos acerca de la
idea son indignantes, mientras varios trabajadores tienen que operar varias horas al día
junto a un horno a 600 grados y ellos lo hacen en una sala que inevitablemente está a 90
grados centígrados se puede ver cómo el CEO de la firma rechaza la idea de que la
plantilla se sindicalice porque afectaría a "su" producción. Cuando se reinauguró la
fábrica, la firma apostó por crear una gran fiesta a la que acudió, entre otros empresarios
de la zona, un político, se trataba del senador que sigue en el cargo Sherrod Brown, es el
representante de Ohio en la Cámara de los Representantes y pertenece al Partido
Demócrata. En el acto de reinauguración, y delante del consejero delegado de la empresa
china, Brown tuvo la pertinente ocurrencia de decir delante de todo el mundo en su turno
de palabra lo siguiente: "Sé que muchos trabajadores intentan crear un sindicato en
Fuyao para reforzar su voz en la empresa Ohio tiene una gran historia de sindicatos y
empresarios trabajando juntos, apoyo a los que en esta comunidad, en esta planta, o
entre el público, quieran entrar en el sindicato, también a los que no espero que Fuyao lo
vea igual". La reacción del por entonces presidente estadounidense de Fuyao América
que acabaría siendo fulminado muestra su malestar en repetidas ocasiones a cámara, e
incluso advierte que Brown no acudirá a más actos de la compañía. "Están vetados".
Es el debut de la productora de los Obama, y ahora queda saber si seguirán apostando
por este tipo de contenidos, en la entrevista de diez minutos entre los directores y los
Obama, el expresidente de los Estados Unidos explicaba cómo el nombre de la
productora Higher Ground, viene a responder a su deseo de "elevar" al público para que
empaticen más con los demás y vean cómo es la vida de los demás.

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