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Benjamín J Porto López.

Pensamiento del s. XIX II: Schopenhauer y Nietzsche


3º Filosofía.

Resumen Genealogía de la moral, Tratado Tercero §15-21

15: El sano no puede ser el médico del enfermo. Eso no significa que no haya médicos, claro que los
hay… médicos enfermos: el sacerdote ascético. Es “el salvador, pastor y defensor del rebaño enfermo”.
Tiene que estar enfermos para comprenderlos pero también tiene que ser más fuerte que ellos para tener la
confianza y miedo que necesita para poder ser el salvador de aquéllos. Defender a los enfermos contra los
sanos. Esa es su misión además de hacerse dueño de los que sufren e introducir todo tipo de
autocontradicción. Él cura al enfermo pero para ello lo que hace es envenenar al mismo tiempo que cura.
Y lo primero que hace es introducirle al enfermo la idea de “alguien tiene que ser culpable de que yo me
encuentre mal” y en vez de buscar la causa del malestar en la fisiología el sacerdote no tiene otra cosa que
decirle que la culpa es del enfermo mismo. Con eso “la dirección del resentimiento cambia”.

16: El objetivo era hacer inocuo al enfermo a través de los conceptos “culpa”, “pecado”, etc. Así se creó
un abismo entre el ámbito de lo sano y de lo enfermo. El pecado es una interpretación de una realidad de
hecho (malestar fisiológico) y no una realidad de hecho. Incluso el mismo dolor anímico es para
Nietzsche una interpretación de una realidad de hecho.

17: El cristianismo en concreto posee muchos medios para mitigar al enfermo. En verdad, “todas las
grandes religiones han consistido, en lo esencial, en la lucha contra un cierto cansancio y pesadez
convertidos en epidemia”. Todo surge por algún sentimiento de obstrucción que se expande en las
personas y lo único que se hace es combatir ese sentimiento de desplacer. El resultado en términos
psicológico-morales: “negación de sí”; en términos fisiológicos: hipnosis, sentimiento de letargo. Y la
redención como la hipnotización total. Y el sueño profundo que se alcanza después de la muerte eso si
que no se puede tomar en serio. No es más que la ausencia de sufrimiento y hay que valorarlo
positivamente.

18: En primer lugar, el sacerdote ascético sólo ha necesitado cambiar los nombres (“bendición del
trabajo” por ejemplo en vez de actividad maquinal) para aliviar el sufrimientos de las personas. Esa
actividad maquinal lleva consigo el descuido de sí, olvidarse de sí, querer llevar el mismo tipo de vida
para siempre… El sacerdote “ha sabido utilizar estas cosas en la lucha contra el dolor”. Y poder aliviar el
sufrimiento. Una prescripción para aliviar el dolor es causar-alegría. Amor al prójimo sigue siendo otra
prescripción, de hecho se quiere estimular una pulsión fuerte de la vida (aumentar la voluntad de poder)
pero en dosis pequeñas. El origen del cristianismo hacer una comunidad (organización gregaria) y formar
rebaño porque esto “es una victoria esenciales en la lucha contra la depresión”. Agruparse es propio del
débil. Porque los fuertes casi siempre se separan.

19: Desenfreno de los sentimientos como medio para amortiguar el dolor. El buen gusto del psicólogo se
encuentra en el hecho de oponerse al vocabulario vergonzosamente moralizado de que está impregnado
todo enjuiciamiento moderno del hombre y de las cosas. A los doctos modernos les va la mentira
deshonesta (mentira como alivio), todo el que se cree bueno se enfrenta a las cosas con deshonesta
mendacidad pero a su vez inocente. Ningún docto habla sobre sí de manera prudente.

20: Quizá el psicólogo tenga que distanciarse también de sí mismo porque puede que estudien las cosas
de manera demasiado “buena”. El desenfreno sentimental pone más enfermo al enfermo. La especie
“culpable” la creó el sacerdote ascético con buena conciencia creyendo en la utilidad de la misma. “Ésta
no tendía a curar enfermedades sino a combatir el desplacer de la depresión, aliviarlo, adormecerlo”. Y el
sacerdote se aprovechó siempre del sentimiento de culpa. Y gracias a él la culpabilidad llegó a cobrar
forma: el pecado que ha sido, además el acontecimiento más grande del alma enferma. En el pecado el
hombre sufre de sí mismo. Y al estar encerrado lo único que le queda no es más que pedir consejo a otro
que le diga porqué es así su situación. Y ahí está el sacerdote ascético para “ayudarlo”. El sacerdote busca
la causa del sufrimiento primero en la culpa, en el pasado. Y luego reinterpretar el sufrimiento como
sentimientos de culpa, de temor, de castigo… el pecador que se impone sufrimiento a sí mismo

21: Este desenfreno del sentimiento jamás ha sido útil. Ha puesto al enfermo más enfermo aún. Detrás del
entrenamiento de expiación y redención sólo encontramos enfermedades (fisiológicas). “La neurosis
religiosa aparece como una forma del ser malvado: de ello no hay duda”. Ideal ascético ha sistematizado
todos los medios del desenfreno del sentimiento bajo la protección de propósitos santos inscribiéndose en
la historia del hombre.

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