Está en la página 1de 10

UNIDAD 3: INTOXICACIONES

DEFINICION DE TOXICO

Tóxico es todo aquel elemento o compuesto químico que, absorbido e introdu-


cido en el medio interno y metabolizado, es capaz de producir lesiones en los aparatos
y sistemas orgánicos de la economía e incluso provocar la muerte del individuo.
Esta definición, incompleta como todas, establece una clara diferenciación en-
tre elementos o compuestos químicos tóxicos sistémicos y los que carecen de esta ac-
ción, como, por ejemplo, todas las bases y los ácidos con gran poder de ionización
que producen causticaciones hísticas, pero no ejercen acción tóxica en el medio in-
terno, y al propio tiempo establece unas condiciones fundamentales que deben cumplir
los elementos y compuestos químicos para ser tóxicos.
En primer lugar, para que una sustancia ejerza su acción ha de ser absorbida y
así poder penetrar en el medio interno; para ello ha de ser soluble, ya sea en el agua,
o en las grasas o sus disolventes. La reactividad de una sustancia está condicionada
por su estructura química, y su poder de agresión tóxica está en razón directa de esta
actividad. De esta forma, cabe observar que una sustancia muy estable químicamente
tiene una baja toxicidad; por el contrario, la que posee gran reactividad, y por tanto
gran facilidad para combinarse con otras, tiene toxicidad alta. Al propio tiempo, la ten-
sión de vapor y la constante de ionización de un compuesto determinado también son
factores condicionantes de su toxicidad.
Además de los factores condicionantes de toxicidad de índole fisicoquímica,
existen factores biológicos que también la condicionan, tales como la especie, la edad,
el sexo, las diferencias genéticas, el peso, las condiciones metabólicas de reposo o
esfuerzo y también las alteraciones previas de salud a la intoxicación.

ESTADO FISICO DE LOS TOXICOS

Los tóxicos pueden presentarse en todas las formas físicas de la materia: sóli-
dos, líquidos, gases y plasma atómico.
Las formas sólidas toscas pueden actuar por contacto cutáneo, pero, desde el
punto de vista toxicológico, han de ser consideradas las formas finamente divididas de
esta solidez, es decir, los polvos, que cuando sus partículas tienen un determinado ta-
maño por debajo de las 5 µ, son fácilmente absorbidas por vía pulmonar.
De los líquidos hemos de decir lo mismo que para los sólidos, pero no para los
aerosoles, que son fácilmente inhalables y, por tanto, absorbibles.
Ni que decir tiene que los gases, humos, vapores y nieblas son formas físicas
en las que se presentan los tóxicos y en las que ejercen de manera más activa su ac-
ción.
En estos estados clásicos de la materia, los átomos de la corteza electrónica
poseen una distancia mínima entre los núcleos, que es de 10-8 cm. Pero existe un
cuarto estado de la materia cuando se eleva la temperatura de un modo creciente, y a
partir de cierto nivel térmico, distinto para los diversos elementos químicos; los átomos
empiezan a disociarse, disociación que es casi total a elevadísimas temperaturas, del
orden de 108 y de 109 °K. Como consecuencia de esta disociación, el conjunto de
electrones y núcleos constituye otro estado de la materia, llamado "plasma nuclear". Si

74
se comprime esta masa a elevadísima presión, estos núcleos y electrones se convier-
ten en una mezcla de gran densidad, que en algunos aspectos tiene las propiedades
de un gas muy denso.
En la industria, se obtienen plasmas por distintos procedimientos de inducción
electromagnética empleada como fuente térmica, y sometiendo la masa a grandes
presiones en reactores de confinamiento. Estos plasmas así obtenidos se emplean
como antorchas térmicas en la industria metalúrgica. También los plasmas de hidró-
geno, especialmente los de deuterio, tienen aplicaciones en la producción de reaccio-
nes termonucleares controladas, orientadas a la producción de energía.

Vías de entrada de los tóxicos en el organismo

VIA ORAL

Las principales vías de entrada de los tóxicos son la vía oral, la pulmonar, la
cutánea y la mucosa.
A pesar del poder de absorción de la mucosa bucal, lingual y faríngea, no es
valorable la absorción de los tóxicos por esta vía debido a su tránsito rápido. La absor-
ción gástrica es importante, pero hay que tener en cuenta su poca permeabilidad para
las sustancias solubles en el agua, y por el contrario, su gran poder de absorción para
las sustancias liposolubles. Es de advertir que los cloruros que rápidamente se forman
en el estómago, por reacción de las sustancias ingeridas con el ácido clorhídrico gás-
trico, son muy liposolubles, y por tanto, de absorción rápida. Existen sustancias que
también favorecen esta acción penetrante, y así, todas las que son ricas en lipoides o
con estructura química afín, como ácidos biliares. bilis, saponinas y las que contengan
CO2 en disolución. La absorción intestinal es máxima a nivel de las primeras asas del
intestino delgado y del recto, y mínima a nivel cólico. En la vía oral está considerable-
mente disminuida la eficacia de penetración por la interposición del hígado, principal
órgano antitóxico de nuestra economía.
Como se indica a continuación, la vía respiratoria y la cutánea son las que con
mayor frecuencia constituyen las puertas de entrada de los tóxicos industriales; sin
embargo, una sustancia química inhalada puede ser secundariamente absorbida en
pequeña proporción por vía digestiva, debido a que los mecanismos de depuración
pulmonar pueden transportarla a través del movimiento ciliar y del moco del epitelio
bronquial, y también por macrófagos a nivel de la laringe, y así, secundariamente, ser
deglutida. No obstante, a pesar de ello, la vía digestiva desempeña un papel muy se-
cundario en la producción de las intoxicaciones profesionales.

VIA RESPIRATORIA

La vía respiratoria es la vía princeps en la absorción de los tóxicos industriales,


cuando se presentan en forma de gases, vapores, humos, nieblas y polvos finamente
divididos que están en suspensión en la atmósfera de los locales de trabajo.
La extensa superficie pulmonar (aprox. 100 m2), el contacto alveolocapilar a
través de una fina membrana epitelial de gran capacidad de difusión y el eludir la ba-
rrera hepática, hacen de esta vía la más importante en la absorción de los tóxicos in-
dustriales. Como extensión a lo expuesto, no sólo existe esta gran acción absorbente
al nivel de los alveolos pulmonares, sino también a través de la pituitaria, que además

75
de los linfáticos de la red principal posee todo un sistema de conductos linfáticos que
se comunican pasando por la lámina cribosa, con la cavidad aracnoidea y Ios espacios
subaracnoideos, formando una red apretada de linfáticos que se ramifican en el corion
y disponiendo de una rica red vascular en forma de un verdadero cuerpo cavernoso
que va a abrirse en la superficie libre de la mucosa, y al propio tiempo, los millares de
conductillos que derraman en la pituitaria el líquido cefalorraquídeo ponen en comuni-
cación directa las vías aéreas superiores con el sistema nervioso central.

VIA CUTANEA

Tiene importancia en toxicología industrial en cuanto a la absorción de tóxicos,


por cuanto existen numerosas sustancias que son capaces de ser absorbidas a través
de la piel intacta. Algunas poseen esta característica por sus propiedades fisicoquími-
cas, y otras, por estar disueltas en disolventes de los lípidos que facilitan su penetra-
ción cutánea. Así, por ejemplo, el fenol y derivados, anilinas, nitro y aminoderivados hi-
drocarburados, hidrocarburos cíclicos, ácido cianhídrico, plomo tetraetilo, etc., tienen
esta capacidad.

VIA MUCOSA

Tiene poca importancia como vía de absorción de tóxicos industriales, y la con-


juntiva ocular, en algunos casos, puede ser de cierta importancia.

MECANISMO DE LA ABSORCION DE LOS TOXICOS

Todas las vías citadas son capaces de permitir el ingreso de los tóxicos, a tra-
vés de sus diversas membranas, por distintos mecanismos:
1. Por simple difusión directamente proporcional a la concentración del com-
puesto o elemento químico. Su capacidad de penetración dependerá, de
una parte, de condiciones intrínsecas de la vía de absorción. Esto es, de la
superficie absorbente y del espesor de la membrana. De otra, de las carac-
terísticas fisicoquímicas de la sustancia absorbida, y en especial de su peso
molecular, de su hidro o liposolubilidad y de su grado de ionización.
2. Por filtración a través de los poros de la membrana. Este es el principal me-
canismo de absorción de las pequeñas moléculas hidrófilas.
3. Por picnositosis, resultante de la invaginación de la membrana celular que
engloba gotitas de la sustancia absorbida.
4. Por transporte activo. Este mecanismo de absorción de sustancias tóxicas
se realiza a través de las sustancias carrier o transportadoras.

DISTRIBUCION DE LOS TOXICOS EN EL ORGANISMO

Una vez introducidos los tóxicos en el medio interno, esto es, en la circulación
sanguínea, han de atravesar diversas membranas antes de alcanzar los tejidos. La
membrana capilar no ofrece, en general, gran resistencia, y es lo suficiente permeable

76
para dejar pasar casi todas las sustancias. Algunas de ellas, como los compuestos del
manganeso, lo hacen por simple difusión pasiva. Las membranas celulares tienen las
características de todas las membranas que contienen lipoides, y en consecuencia, las
sustancias liposolubles las atraviesan rápidamente. Finalmente. hemos de considerar
la barrera hematoencefálica, que se comporta como una membrana lipoídica a través
de la cual las sustancias se difunden con una velocidad proporcional a su grado de di-
sociación y a la solubilidad a los lípidos en las no ionizadas; por el contrario, las sus-
tancias muy ionizadas atraviesan con gran dificultad la barrera hematoencefálica.
La distribución de los tóxicos es regida por su tropismo, aunque esta localiza-
ción preferencial no está ligada indefectiblemente a su lugar de acción. Así, por ejem-
plo, el plomo y los metales radiactivos tienden a acumularse en el esqueleto y no es
allí donde ejercen su principal acción tóxica. También los tóxicos pueden ligarse a las
proteínas plasmáticas, y esta fijación impide su difusión, como ocurre en el caso del
manganeso, que no se fija a aquéllas, y por ello tiene una velocidad de difusión hística
extraordinaria. Muchas veces, Ios tóxicos desplazan a los compuestos bioquímicos fi-
siológicos y ocupan su lugar. resultando de ello una mayor concentración libre de es-
tas sustancias en el medio interno. Ello ocurre principalmente con los ácidos biliares,
bilirrubina y algunas hormonas. y en general estas reacciones son reversibles.

Metabolismo de los toxicos industriales

Una de las condiciones esenciales para que una sustancia ejerza su acción
tóxica, es la de ser metabolizada en el medio interno, por cuanto en muchísimas oca-
siones son sus sustancias de transformación o metabolitos intermedios los que verda-
deramente ejercen la acción tóxica.
Todas estas transformaciones son catalizadas por enzimas existentes en el re-
tículo plasmático del hígado y de otros tejidos. No obstante, existen compuestos quími-
cos en los que los catalizadores de sus transformaciones metabólicas no son enzimas
microsómicas, e incluso, en algunos casos, ciertos tóxicos son metabolizados por las
bacterias de la flora intestinal.
Estas transformaciones metabólicas las entendemos como un mecanismo de
desintoxicación intraorgánica, en el intento de transformar el tóxico primario y poste-
riormente sus metabolitos, en sustancias de menor toxicidad y fácilmente excretables.
Diversas son las reacciones de transformación: En primer lugar, reacciones de
síntesis, como las de sulfuro y glucurono-conjugación, con las que se transforman los
compuestos aromáticos cíclicos y sus derivados nitrados y halogenados. La acetilación
con la que se transforman los radicales NH. La metilación en el metabolismo de los ra-
dicales sulfhidrilos y la formación de tiocianatos.
Asimismo se producen reacciones de oxidación por enzimas microsómicas,
con las cuales se hidroxilizan los compuestos hidrocarburados aromáticos y alifáticos.
Esta oxidación puede adoptar la forma de epoxidación y la de N-oxidación para
las aminas. La oxidación por enzimas no microsómicas transforma los alcoholes y los
aldehídos por intermedio de las aminooxidasas.
Por último, las reacciones de reducción transforman las cetonas, los alcoholes
de doble enlace, los azoderivados y los ácidos hidroxiamínicos.
No obstante ser el principal fin de las transformaciones metabólicas el convertir
todas las sustancias extrañas al organismo en otras más fácilmente asimilables y eli-
minables, puede ocurrir, y de hecho ocurre, que dichos metabolitos sean los que ejer-
cen la verdadera acción tóxica y no la sustancia absorbida primitivamente. Así, por

77
ejemplo, el plomo tetraetilo se transforma en el hígado, perdiendo un radical etilo, y el
compuesto resultante, el plomo trietilo, es el que se fija en el sistema nervioso central
lo mismo ocurre con la bencidina, siendo su metabolito la B-naftilamina la responsable
de las neoplasias vesicales. En otras ocasiones, la orientación metabólica del organis-
mo en este sentido de desintoxicación desvía los principios inmediatos de sus verda-
deras funciones, que entran en déficit por carencia de ellos produciéndose un fallo de
función, tal como ocurre con uno de los mecanismos de la producción de las anemias
aplásicas, por la acción tóxica de los hidrocarburos aromáticos cíclicos y sus deriva-
dos.

CONCEPTO DE BTL (biologic treshold limit)

Las reacciones de biotransformación se producen principalmente en la célula


hepática, y en menor entidad, en otros órganos. A nivel subcelular, los procesos meta-
bólicos se producen en los microsomas, aunque también existen acciones químicas
fuera de ellos, en compuestos que poseen gran similitud estructural con los substratos
naturales.
Entre las reacciones no microsómicas de biotransformación, destacan las que
tienen lugar en las mitocondrias, plasma sanguíneo, espacios extra e intracelulares y
tracto intestinal.
El conocimiento de estas transformaciones metabólicas es de gran interés toxi-
cológico industrial para poder realizar determinaciones diagnósticas de elementos o
compuestos químicos en los medios biológicos y de todos sus metabolitos resultantes,
muchos de ellos específicos de determinados elementos o compuestos tóxicos.
Desde nuestro punto de vista clínico-toxicológico, interesa conocer el paráme-
tro biológico denominado BTL.
De forma muy concreta, podemos decir que el BTL es la expresión numérica
de un parámetro biológico en relación con la acción de un tóxico sobre el organismo.
Podemos diferenciar dos tipos de BTL: el químico y el bioquímico.
El BTL químico expresa el valor de la cantidad de tóxico inicialmente absorbi-
do.
También proporciona datos sobre la existencia y cuantía de sus metabolitos en
los medios biológicos, y orienta, de forma aproximada, sobre la cuantía de su absor-
ción, pero no de la intensidad de su acción.
Los BTL bioquímicos, por el contrario, son parámetros indirectos y representati-
vos de las alteraciones metabólicas-fisiológicas producidas por la acción del tóxico, y
casi siempre se centran en la determinación del grado de actividad alterada de una en-
zima específica. Esto permite conocer la acción del tóxico a nivel bioquímico y ofrece
una idea muy real del deterioro de salud y de las diferencias individuales de susceptibi-
lidad.
La fiabilidad del BTL es mayor que la del TLV (treshold limit value), debido a
que su menor variabilidad se produce cuando la vida media biológica del tóxico es su-
perior a 5 horas.
Las muestras de productos biológicos más comúnmente analizadas son san-
gre, orina y aire espirado.
En el momento actual no existen valores de BTL para todos los tóxicos más
empleados en la industria, y para los conocidos también existen discrepancias entre
distintos autores sobre el valor de aquéllos. Hay que considerar también la importancia

78
de la influencia del momento en que sé realiza la toma de muestra del producto bioló-
gico que hay que examinar, la estabilidad de los metabolitos o enzimas que hay que
analizar en la muestra y la vida media biológica suficientemente prolongada del tóxico.

ELIMINACION DE LOS TOXICOS INDUSTRIALES

Se realiza principalmente por los emuntorios naturales. La vía más frecuente


de eliminación es la renal, y a sus mecanismos fisiológicos y a su integridad de función
se condicionan las posibilidades de eliminación. Ello implica que el riñón sea un ór-
gano muy expuesto a la agresividad tóxica.
La vía digestiva tiene su importancia a nivel de la mucosa intestinal principal-
mente en el colon y también debe considerarse como vía excretora la enterobiliar,
siendo el hígado el principal órgano metabolizador de tóxicos exógenos y endógenos.
En consecuencia. por las excretas se expulsan todas estas sustancias.
El conocimiento de todos estos detalles fisiopatológicos particulares de cada
tóxico en lo que respecta a su eliminación, ya sea por las vías antes mencionadas,
como principales excretoras, o considerando también que los tóxicos industriales se
pueden eliminar por el sudor, la saliva, la leche y el aire espirado, pueden ser útiles en
la investigación diagnóstica en estos medios biológicos de las sustancias incriminadas.

MODO DE ACCION DE LOS TOXICOS INDUSTRIALES

No es meramente una curiosidad especulativa este conocimiento, sino que, al


conocer cómo actúan en el organismo las sustancias tóxicas, pueden interpretar los
hechos clínicos y deducir conclusiones terapéuticas de la intoxicación. Al propio tiem-
po, en no pocas ocasiones, el estudio del modo de acción de un tóxico ha sido instru-
mento de investigación bioquímica y fisiopatológica de otras funciones orgánicas. No
obstante la investigación continuada, existen muchas lagunas en esta materia, y pode-
mos afirmar, sin temor a equivocarnos, que son pocos los elementos o compuestos
químicos cuyo modo de acción se conoce completamente. Ello ocurre no sólo con los
tóxicos tradicionales en la industria, sino también, y con mayor frecuencia, en los innu-
merables compuestos químicos que cada año se incorporan a los procesos tecnológi-
cos industriales.
Los mecanismos principales de acción toxicológica son los siguientes:
Acción hística directa del tóxico.

Bloqueo enzimático:

Por inhibición.

Por estimulación.

Acción por hipersensibilidad.

79
ACCION HISTICA DIRECTA

La acción tóxica directa sobre los tejidos se ejerce por fijación del tóxico sobre
los elementos celulares impidiendo sus funciones bioquímicas específicas o alterando
profundamente su estructura. En general, son tóxicos que bloquean el transfer del oxí-
geno hemohístico, como, por ejemplo, ocurre en la intoxicación por hidrógeno sulfura-
do, ácido cianhídrico y monóxido de carbono.

ACCION POR BLOQUEO ENZIMATICO

El bloqueo o interferencia enzimático es, quizás, el principal mecanismo de ac-


ción de los tóxicos industriales, y puede realizarse por inhibición o por estimulación.

INHIBICION ENZIMATICA

La inhibición enzimática consiste, valga la expresión, en la parálisis bioquímica


de la enzima ejercida por el tóxico en cuestión. Puede ser competitiva y reversible
cuando la acción inhibitoria se ejerce por el inhibidor desplazando el substrato propio
de la enzima por otro substrato inhábil para su normal comportamiento bioquímico.
Esta acción inhibitoria no es competitiva e irreversible cuando se ejerce por enlace co-
valente del tóxico con la enzima, y aunque este nuevo compuesto no es de gran esta-
bilidad química, comporta casi siempre la irreversibilidad del proceso.
En algunos casos, esta acción de bloqueo enzimático también puede realizarse
por desplazamiento de un activador o cofactor, necesario para la síntesis o acción de
una determinada enzima. Así ocurre con el desplazamiento o captación de algunos oli-
goelementos metálicos, indispensables para que se completen algunas reacciones en-
zimáticas, como ocurre con los grupos sulfihidrilos, por los metales pesados y el arsé-
nico.

INDUCCION ENZIMATICA O ESTIMULACION

Es un mecanismo de acción toxicológica de bloqueo enzimático por estimula-


ción, y consiste en la alteración de la regulación de la velocidad de síntesis de una en-
zima clave, en un ciclo metabólico por un compuesto químico. La acumulación celular
del compuesto final del ciclo inhibe, a su vez, directamente a la enzima clave (inhibi-
ción de retroacción) y la síntesis de nuevas moléculas de enzimas (represión del pro-
ducto final). Mientras la inhibición por retroacción es un mecanismo de acción rápida,
la inhibición por represión es de acción lenta, porque la enzima que queda es poten-
cialmente activa hasta su extinción.

ACCION POR HIPERSENSIBILIDAD

Existen cierto número de individuos que presentan alteraciones metabólicas


genéticas con hipersensibilidad a diversos compuestos químicos. En estos casos, la
toxicidad de un compuesto químico es consecuencia de la poca actividad o ausencia
de una determinada enzima, como consecuencia de la alteración genética. Quizás el

80
caso más demostrativo sea el del mecanismo de acción tóxica de los nitro y aminoderi-
vados de los hidrocarburos cíclicos, siendo causa de su acción metahemoglobinizante
una disminución de origen genético de la gluco-6-fosfatasa.

Factores que condicionan la acción de los toxicos industriales

Pueden ser de diversa índole, y pueden ser agrupados en tres apartados:

1. FACTORES FISICOQUIMICOS DE LAS SUSTANCIAS TOXICAS

La solubilidad de una sustancia es condición indispensable para su absorción


orgánica y, por ende, para que ejerza su acción tóxica.
La reactividad condicionada por la estructura química de determinada sustan-
cia es factor importante en su grado de agresividad.
Es posible, en el medio industrial, que se produzca una exposición tóxica a
más de un agente químico agresivo. De aquí que puedan producirse fenómenos de in-
terreacción entre ellos, comportando un aumento (sinergia con potenciación) o una re-
ducción (antagonismo) de los fenómenos tóxicos. Mas, para que se produzcan estos
fenómenos, no es necesario que la absorción de diversos tóxicos sea simultánea, sino
que pueden existir exposiciones sucesivas que pueden exacerbar o disminuir la toxici-
dad de diversos compuestos subsiguientemente absorbidos.
Los fenómenos de interferencia pueden producirse sobre la acción primaria de
un tóxico cuando el antagónico o sinérgico ejerza idéntica función.
No pocas veces, estas acciones de interferencia que estamos tratando se pro-
ducen por bloqueo de la eliminación de un tóxico o bien por interferencia metabólica
en los mecanismos bioquímicos de desintoxicación.

2. FACTORES INDIVIDUALES

Genética. Existen, en primer lugar, los factores genéticos. Entre los principales
está el racial. También las malformaciones congénitas bioquímicas por carencia de de-
terminadas enzimas o por poseer determinados individuos formas atípicas de enzimas,
incapaces de actuar en el ciclo metabólico en el que están implicadas, son causa de
mayor receptividad a la acción de los tóxicos industriales.

Edad. Es un factor importante, pues es bien conocida la mayor labilidad de los


jóvenes y de los viejos a la acción de los tóxicos. Bien recoge esta circunstancia el le-
gislador, prohibiendo determinados trabajos peligrosos a los adolescentes en edad la-
boral.

Sexo. Es factor diferencial cualificado en la acción tóxica, pues las mujeres son
mucho más receptivas que los hombres, y en particular la mujer en determinados mo-
mentos fisiológicos de su vida, dependientes de su actividad genital, como son la
menstruación y la gestación, cuando se produce una reducción del metabolismo de las
sustancias extrañas, y en especial de la glucurono-conjugación, inhibida por grandes

81
cantidades de progesterona y de pregnandiol, que son inhibidores de la glucurono-
transferasa, indispensable para que se realicen estos procesos metabólicos.

Estado de nutrición deficiente. Especialmente los déficit proteicos son causa


que favorecen la agresividad tóxica. Por el contrario, las obesidades manifiestas con
grandes depósitos de tejido adiposo, pueden ser sitio de acumulación de tóxicos, por
ejemplo, de todos los hidrocarburos y en especial de los organoclorados, que pueden
ser liberados en períodos de ayuno al movilizarse las grasas hísticas y entonces ejer-
cer su acción nociva.

Enfermedades intercurrentes. Por ejemplo, la hepatitis de diversa índole, las


nefropatías, la diabetes, son procesos patológicos que disminuyen la resistencia orgá-
nica frente a la acción tóxica. Nuestra personal experiencia nos hace incluir también,
como factor preponderante, las intervenciones quirúrgicas con resección gástrica co-
múnmente realizada por ulcus ventriculi.

3. FACTORES AMBIENTALES

No son de desdeñar la temperatura, la presión atmosférica, la humedad, el mo-


mento de la jornada de trabajo y, finalmente, la fatiga, como factores que pueden inci-
dir sobre la actividad tóxica.
No queremos pasar por alto un importantísimo factor, que es la ingestión de
fármacos de diversa índole, administrados terapéuticamente, y que son capaces de
ejercer intensas acciones de estimulación o inhibición de enzimas microsómicas y, por
ende, influir por este mecanismo en la acción de los tóxicos industriales. Así, por ejem-
plo, la acción sinérgica de los anticonceptivos orales con el tricloroetileno, inhibiendo
su acción farmacológica.
Todo lo expuesto con anterioridad explica las peculiaridades de las intoxicacio-
nes profesionales, que no se denominan así por el mero hecho de producirse en los lu-
gares de trabajo, sino por tener entidad nosológica propia, conferida por todas las ca-
racterísticas y particularidades dependientes de la vía de absorción, metabolismo, ca-
racterísticas químicas de los tóxicos industriales y de las circunstancias predisponen-
tes, de tipo individual y ambiental.

Diagnostico de las intoxicaciones profesionales

La conducta diagnóstica en toxicología industrial no difiere esencialmente de la


seguida en diagnosis clínica general. No obstante, posee ciertas peculiaridades que, a
nuestro juicio, son más difíciles de valorar, y se refieren a la que ha de hacerse del
riesgo o exposición a la acción tóxica de una determinada sustancia, a fin de estable-
cer una correcta etiología de la intoxicación. Ello implica poseer una serie de conoci-
mientos extramédicos, referentes a la forma y desarrollo de los más diversos procedi-
mientos industriales en los que se empleen sustancias nocivas, ya sea como produc-
tos primarios, intermedios o finales del proceso. Para esto, deberá realizarse una deta-
llada historia laboral del supuesto enfermo, recogiendo todos los datos anamnésicos
que sean orientadores. Siendo éste uno de los elementos fundamentales de dicha
conducta diagnóstica, se seguirá con un examen clínico detallado y, finalmente, las

82
pruebas biológicas y quimicotoxicológicas serán datos valiosos que complementarán
el criterio diagnóstico.
A primera vista, parece sencilla la recogida de datos en una historia laboral,
pero queremos poner en guardia al médico que la realice, porque, en la práctica, la
sencillez no es la regla. Las dificultades derivan, en el orden lingüístico, de las diversas
expresiones típicas que se utilizan en las distintas regiones de nuestra geografía, con
las que se refieren los más variados trastornos y síntomas que experimenta o dice ex-
perimentar el examinado. Al propio tiempo, la variada terminología argótica con que se
califican los distintos puestos de trabajo, y que en muchas ocasiones son modismos
propios de determinadas industrias u oficios, son inconvenientes no despreciables. En
muchas ocasiones, el obstáculo lo constituye el absoluto desconocimiento del trabaja-
dor respecto de las sustancias que maneja; desconocimiento que alcanza con frecuen-
cia a los medios técnicos por causa de que, muchos productos que se emplean en los
procedimientos industriales, con licencia extranjera, son suministrados por la firma
concesionaria, bajo siglas convencionales, por temor a desvelar secretos industriales.
Por último, dificultades derivadas de la errónea aplicación del precepto Post
hoc ergo propter hoc, pues no indefectiblemente, todo trabajador que maneja una sus-
tancia tóxica se intoxica.
Hemos de hacer referencia a los exámenes quimicotoxicológicos empleados
para determinar en los medios biológicos los elementos o compuestos químicos y sus
metabolitos incriminados como tóxicos. Estos exámenes, de gran utilidad como com-
plemento diagnóstico, han de merecer absoluta garantía, y sus resultados han de ser
expresados siempre en forma cuantitativa respecto a la sustancia problema, pues hay
que tener en cuenta que algunos elementos tóxicos, en especial metales, existen en el
organismo como oligoelementos fisiológicos o bien están siempre presentes como
consecuencia de su absorción en una cantidad admitida como no nociva, derivada de
la contaminación ambiental.
La interpretación del resultado de estos análisis ha de estar presidida por un
criterio clínico, cuyos márgenes de normalidad están establecidos estadísticamente.
El diagnóstico final se establecerá conjuntando todos los datos, pues no existe
ninguno que aisladamente sea patognomónico.
En algunas ocasiones, no bastará todo lo enunciado para podernos hacer idea
de la presunta dolencia laboral que pueda sufrir un trabajador, y es necesario, para
complementar el criterio diagnóstico, realizar personalmente una visita a la planta in-
dustrial para poderse hacer cargo de todas las características del trabajo incriminado
como posible productor de enfermedad. Vemos, pues, que existe cierta complejidad en
la práctica de la toxicología industrial, que no es una disciplina estática de gabinete,
sino que tiene su vertiente dinámica al tener necesariamente que entrar en contacto
con los medios de trabajo.
En consecuencia, la prudencia debe presidir la emisión de dictámenes diagnós-
ticos, que tendrán, sin duda, gran repercusión en la situación laboral del enfermo y
trascendencia medicolegal. Estos dictámenes deberán ser redactados con claridad ex-
positiva de todas las exploraciones realizadas razonando de modo probatorio los argu-
mentos que se empleen, de los cuales derivarán las conclusiones diagnósticas finales.
Si así se realizan, serán bien admitidos como pruebas en todos los litigios administrati-
vos o contenciosos que se deriven de estas cuestiones.

83

También podría gustarte