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La caracterología

La caracterología es la ciencia del estudio del carácter. Fue acuñada por el


Filósofo Julios Bahnsen e implicaba la construcción de tipologías y teorías sobre el
carácter humano. Posteriormente, la palabra se utilizó por varios autores con diversos
significados. Es también reconocida como una de las ramas de la psicología que
estudia el desarrollo y formación del carácter.

1. JULIUS BAHNSEN (1830-1881) “Pesimismos de la


contradicción”

Como discípulo de Schopenhauer, Bahnsen fuciona la dialéctica de Hegel (De


manera abstracta) y el monismo de Schopenhauer. Su pensamiento considera que la
Voluntad sigue siendo la esencia total del mundo y la única cosa real, pero considera
que la Voluntad no es igual en todos los individuos, sino que se presenta de manera
diversa en cada uno de estos. La naturaleza de la irracionalidad consiste en la
contradicción ocasionada por la existencia de múltiples direcciones que puede tomar
la voluntad, por ello la realidad es una lucha de contrastes materiales (Dialéctica real)
y el interior de cada individuo es adicto al antagonismo irresoluble de las direcciones
opuesta la voluntad (Colisión). Julius Bahnsen, quien de algún modo reformula la
dialéctica hegeliana y la sustituye por una dialéctica “real” consistente en una
metafísica pesimista, en la que la cosa en sí, la voluntad, actúa en permanente
contradicción consigo misma y genera, así, el drama de la vida.

Niega también la redención de las innumerables disposiciones de la voluntad y


postula la existencia permanente de la contradicción como naturaleza básica del
mundo, la ley de este mundo se convierte en un trágico orden mundial. Julius
Bahnsen entiende que el mundo es un tormento sin tregua y niega que exista alguna
finalidad misma de él, ni aún inmanente en la naturaleza, ni que el orden de los
fenómenos manifieste enlaces lógicos. Postula Bahnsen que toda existencia es
necesariamente ilógica en tanto que manifestación de la voluntad; la existencia es
ilógica “en su contenido lo mismo que en su forma”. Así, Bahnsen sostiene que hay un
sin razón fundamental en el orden de las cosas existentes.

De esta forma, aún la esperanza misma de un aniquilamiento final, que es el


remedio supremo propuesto por Schopenhauer, según Bahnsen, es pura ilusión. La
voluntad es el principio del mundo, pero su esencia consiste en la autocontradicción,
en la auto-escisión, gracias a la cual en cada momento se quiere y no se quiere. Con
eso lo lógicamente imposible, la contradicción, llega a ser real, y lo lógicamente
necesario, la ausencia de la contradicción, resulta ser algo imposible en la realidad.
Sostiene por tanto que de este dilema horrible no hay salida; la esperanza de la
redención es una vana ilusión, una negación de la voluntad por medio de la razón es
irrealizable. La observación del universo y la representación de sus formas en el arte,
lejos de ser una fuente de alegría tranquila, sólo trae nuevos tormentos a un espíritu
filosófico. Julius Bahnsen proyecta el principio dialéctico de lo ilógico absoluto,
quedando éste plasmado en su “Filosofía de la Historia”: “¡Lo trágico como ley del
mundo!”. (Amargado, pesimista, contradictorio, irónico, humorista, misántropo)

2. La caracterología como TEORÍA GENERAL DEL CARÁCTER.


En el mundo germánico, la palabra Caracterología se utilizó para referirse a
las teorías generales sobre el carácter. El sistema más conocido fue el elaborado
por Ludwig Klages (1872-1956), teoría que fue ampliada y aplicada a la práctica de
la psicología por Hans Prinzhorn (1886-1933). También fue utilizada por autores
como Alfed Adler, Rudolf Allers y Fritz Künkel, siendo este último el creador de un
sistema tipológico.

 Ludwig Klages
Es conocido por sus estudios sobre la expresión. Fundó el Seminario para el
estudio de la expresión, adentrándose en el estudio de la psicología, iniciando la
caracteriología y la expresión en el arte, sobre todo de la expresión a través de la
escritura, la grafología.
En filosofía mantiene una concepción metafísica en la que sostiene la
"primacía del alma" sobre la Primacía del espíritu, considerando que los valores de
la vida anímica (sentimientos y afectos; mitos y expresiones religiosas y artísticas)
están por encima de los valores elaborados por el "espíritu" (conceptos, ideas, teorías
científicas y valores objetivos).
Considera que existe una oposición irreconciliable entre lo anímico (El alma) y
lo espiritual (Espíritu); existe un antagonismo entre el alma y el espíritu, Klages se
inclina por la supremacía de lo anímico. Conforme al pensamiento de Nietzsche, y la
influencia de las aportaciones antropológicas de Johann Jakob Bachofen considera
como expresión del espíritu lo racional, la lógica, lo objetivo, caracterizado como lo
"impersonal", lo "trascendente" que, en definitiva, condiciona, limita, incluso destruye
la capacidad creadora del alma.
El alma es la dimensión que se encuentra ligada directamente con la fuerza
creadora de la Vida y la Naturaleza en donde se generan los símbolos, los mitos en
donde se expresan los enigmas que el espíritu pretende deshacer y conjurar. la
expresión es el reflejo más inmediato de la vida anímica contenida en todos los seres.
El estudio de las expresiones a través de los gestos, los signos y las
manifestaciones culturales, revela el mundo anímico tanto de los individuos como de
los grupos y su evolución a lo largo de la historia.
Siguiendo el pensamiento de Nietzsche, el alma representa lo dionisíaco, lo
vital, lo dinámico. El espíritu por el contrario mediante lo racional y lo objetivo
conduce a la rigidez de lo cadavérico y mecánico. Mediante los conceptos se
destruye el mundo de los mitos y de las imágenes de la expresión que es algo fluido y
vital. “El espíritu juzga; la vida vive. El espíritu aprehende el ser; la vida vive el
acontecer. El ser es pensable, pero no puede ser vivido; el acontecer es vivible, pero
no puede ser concebido.”
El carácter.
Polaridad Alma-Mente
El alma de cualquier fenómeno tiene dos polos, un polo receptivo
(Contemplativo) y otro activo (Sensación física). Según Klages, el polo receptivo es el
más característico del alma. Las características principales del alma en estado natural
son: la pasividad, la inconsciencia, la noche, el sueño, la inmensidad, la distancia y el
ritmo.
En la función de Contemplación es la criatura pasiva y soñadora cuya función
predominante es la contemplación. Está en contacto directo con la vida del Cosmos y
los símbolos de la realidad.
En la función de las sensaciones físicas el cuerpo conoce por sensaciones
que perciben lo cercano y son siempre pasivas.
En el siguiente rango de desarrollo el alma no es más libre, sino que está
prisionera en el cuerpo que ahora asume el rol dirigente. Las funciones de las
criaturas vivas son sensaciones físicas (polo del cuerpo) y contemplación (polo
del alma).
También en este estado prehistórico la función de la Mente empezó su
destructivo trabajo de descomponer el "acto receptivo" de la "impresión" y la
"apercepción". Cuando esto se completó, fue cuando tuvo lugar la creación del
hombre histórico. Ello significa la transición de la pasividad en actividad, de la
abstracción al pensamiento, del principio femenino al masculino, de la inconsciencia a
la conciencia, de la liberación a la esclavitud, del ritmo a la medida, del sueño a la
vigilia, etc.
Esto se origina en la concepción de la mente y sus funciones. La mente tiene la
destructiva función del pensamiento lógico (Polo de la mente) y la voluntad de la
regulación (Polo del cuerpo). Las cualidades específicas de la mente se
ejemplifican mejor por su oposición a las de la vida: "La vida y la mente son dos
poderes diametralmente opuestos que están constantemente en guerra".
La vida experimenta pasivamente las cosas que ocurren: es la base de la
experiencia. La mente delimita, especifica, etiqueta y enumera los fenómenos de la
naturaleza. El pensamiento lógico, una función de la mente, es la base de toda
ciencia. Sus características son: objetividad, lógica y explicación monástica. El
pensamiento lógico interrumpe el rítmico curso de la vida; es la tendencia
destructiva de la mente.
La voluntad, la segunda función de la mente, regula e inhibe la vida; supera
obstáculos y es la causa de la acción que consigue el objetivo decidido por el
pensamiento. Cuando los sentimientos se convierten en "motivos", cambian en una
tendencia activa a través de una volición exactamente adaptada a su propósito. El
deseo pasivamente aspira a algo; la voluntad, activamente, tiene la meta en su
propósito. Potencialmente, los deseos incluyen cualquier cosa imaginable, pero el
objetivo real de la volición es únicamente aquella parte de la aspiración de posible
realización. La voluntad es también la experiencia de resistencia física; es la negación
de la realidad y, en lugar de referirse al pasado, se relaciona con el "fantasma" del
futuro.
Las funciones de la mente tienen polos receptivos y activos que se
corresponden con los del alma: el pensamiento lógico corresponde a la
contemplación; el poder de la voluntad ("el motivo central de la vida-represión")
a la sensación física. El diagrama A ilustra esta polaridad:
DIAGRAMA A: POLARIDAD DE ALMA Y CUERPO
Polaridad Alma Mente
Polo receptivo Contemplación Pensamiento Lógico
(Flemático) (Melancólico)
Polo activo Sensación Física Voluntad
(Sanguíneo) (Colérico)

El hombre histórico es el portador de la conciencia porque el desarrollo procede


de la vida y va hacía la mente, sin embargo, Klages, con una visión pesimista dirá que
la mente destruye el alma, hasta que todo deseo de vida se aniquila, lo cual significa
la muerte del ser humano y de la misma mente porque la mente es alimentada por la
vida y no es nada sin ella.
Los elementos que constituyen el carácter son los impulsos que se conforman
según determinadas estructuras: el temperamento, la afectividad y la acción mediante
la cual se exteriorizan por medio de la expresión. En estas estructuras los impulsos
se conjugan unos con otros, así como se oponen y neutralizan, lo que dan lugar a
diversos tipos de carácter que estudia la caracterología.
Los cinco elementos de la personalidad.
El único lugar del universo donde el alma y la mente se encuentran y se
fusionan es la personalidad. El principio básico sobre el que se funda la
caracterología de Klages es el que presenta la personalidad como un sistema de
relaciones dinámicas.
1. Lo material: constituye las propiedades cuantitativas del carácter, representa
los talentos en su totalidad. Lo "material" comprende todas las capacidades y
talentos de una persona, sus potencialidades, su habilidad para el sentimiento, la
voluntad y la razón. Hay diferencias cuantitativas entre los individuos. Lo material
también incluye capacidades del intelecto, como la memoria y el recuerdo, las
facultades de imaginación y la facultad de aprehensión. Estas dos últimas
facultades constituyen la base para la percepción. En las cualidades opuestas de
las facultades imaginativas (lleno y vacío, calor y frío, pesado y ligero, profundo y
superficial) y también en las de las capacidades de aprehensión (asociación y
apercepción, subjetivo y objetivo, concreto y abstracto, etc.) encontramos de nuevo
representaciones del alma y la mente.
2. Lo natural: Es un compuesto de propiedades de dirección en su totalidad
(tendencias), las fuerzas conductoras o intereses. Lo natural, una propiedad
dirigente compuesta de las fuerzas conductoras o el acomodo de los sentimientos.
Klages entiende por fuerza conductora la dirección de la voluntad de una persona
distinguiendo entre dependencia de la mente y dependencia de la vida. Las fuerzas
conductoras son, en parte, motivos de la voluntad y, en parte, órdenes de los
sentimientos. Cuando hablamos de fuerzas conductoras no nos referimos a las
emociones vitales sino más bien a los llamados sentimientos del Ego. Los
encontramos tanto (considerando el Ego como representativo de la mente) en el
lado de la autoafirmación como en el lado de la autodedicación (el lado del alma)
que juntos forman la base del sistema de las fuerzas conductoras. Las fuerzas
conductoras deben ser consideradas como competidores mutuos a causa de la
escisión entre la mente y el alma. Cada impulso hacia la autoafirmación es (con
referencia a la vitalidad) un impulso que enlaza ciertos procesos vitales. A la
inversa, cada impulso hacia la autodedicación desata o libera ciertos procesos
vitales. De este modo todas las fuerzas conductoras están fraccionadas en dos
principales grupos, a saber, las de los vínculos y las de la liberación, con las
correspondientes subdivisiones.

3. La estructura: Es una cualidad relacional e indica las diferencias de la forma


en la que se sigue el curso (Animado o perezoso). Hay tres propiedades de
estructura: la capacidad de estimular los propios sentimientos, que a menudo es
representada como "afectividad"; la capacidad de excitar la propia voluntad, que
se aproxima al término general "temperamento"; la capacidad personal de
expresión o "umbral de expresión". La capacidad de estimulación de los
sentimientos, voluntad y expresión son dependientes o bien de la fuerza de los
correspondientes impulsos o de la debilidad del poder bloqueante, la resistencia.
No es difícil re-identificar, en las formas de impulso y resistencia, los símbolos de
alma y mente. Puede ser interesante mencionar que, según Klages, el contraste
entre el temperamento sanguíneo y el flemático depende de la excitabilidad de la
voluntad.

4. Lo tectónico: Está relacionado con la armonía o disonancia entre las tres


cualidades anteriores y comprende la coherencia, la proporción, la concordancia o
la incoherencia, contradicción, discordancia. También comprende la firmeza, la
estabilidad y la madurez, así como sus contrarios la debilidad, inestabilidad e
inmadurez.

5. El aspecto: Se compone de propiedades de conducta, tales como rectitud,


honestidad, concreción, lealtad, etc. Según Klages, estas últimas no son sino las
reacciones pseudo-típicas a la vida social.

Las propiedades de lo material son de carácter cuantitativo, las de la


estructura, relativo; las de lo natural, directivo. Se puede decir que Klages
contempla la personalidad como una entidad viva tridimensional variable (material,
natural, estructural) con variaciones de coherencia (tectónico) y reacciones
variables (aspecto). Finalmente, la expresión es el reflejo más inmediato de la
vida anímica, el estudio de las expresiones a través de los gestos, los signos y las
manifestaciones culturales revelan la personalidad tanto de los individuos como de
los grupos y su evolución a lo largo de la historia.

 Rudolf Allers
Fue un psiquiatra y filósofo católico. Discípulo de Alfred Adler y maestro
de Víctor Frankl, es conocido por su crítica al psicoanálisis de Sigmund Freud, al
que acusa de tener serios defectos lógicos y filosóficos. Allers propone desarrollar
una psicología fundamentada en la antropología filosófica y que atienda a la
responsabilidad personal como característica esencial del ser humano. Detrás
del carácter neurótico se encontraría la voluntad de poder, tal como sostiene
Alfred Adler, que no sería otra cosa que una rebelión no plenamente consciente,
pero tampoco inconsciente en el sentido freudiano, contra la limitación y la finitud
propia de las criaturas.
Allers establece unas diferencias que, aunque básicas, son obviadas con
frecuencia en la psicología contemporánea. Así, la que existe entre persona,
personalidad y carácter: (1) la persona es (se es persona), (2) la personalidad es
el hecho de ser persona, y (3) el carácter se tiene. No es lo mismo ser persona
que tener un carácter. Por tanto, la persona no es reducible al carácter, lo mismo
que el ser no es reducible al tener. Y, mientras que el ser no se puede eliminar ni
transformar esencialmente (no puedo dejar de ser persona), el carácter sí es
modificable (puedo tener otro, adquirir otro carácter a través de las
decisiones que tomo, que me lo van forjando).
El carácter es el conjunto de características propias de un individuo,
tomadas como una unidad y como un todo, no como un mero agregado, y que le
distinguen como tal individuo, como el que es; no sólo como que es, sino como
quién es. Esto es, el tener un carácter determinado implica que se tiene un modo
personal de obrar, como un todo unitario, como la marca personal, podríamos
decir, que uno imprime a sus actos. El carácter es modificable y, en ocasiones, la
modificación se debe a un proceso neuropatológico, el cual, no obstante, no afecta
al núcleo de la persona. Enferma, puede enfermar, el carácter, lo que la
persona tiene o posee, no lo que la persona es, esto es, ella misma en su esencia.
El ser no enferma, sino que la persona adquiere un modo patológico de
expresarse u obrar (el carácter).
El carácter no es una parte de la persona, y sólo puede ser comprendido
mediante un análisis de sus acciones, siendo el signo común a toda acción la
relación entre yo y no-yo, persona y mundo, sujeto y objeto. Toda acción supone
una situación actual y una situación posible hacia la cual se tiende, lo cual implica
consciencia, intencionalidad y esfuerzo, además de un juicio comparativo en virtud
del cual lo que está por venir es mejor y preferible. Por tanto, toda acción es
precedida por una comparación de valor, por una comparación axiológica.
Presupuestos:  Valores Objetivos y orientación del carácter:
Parte de una concepción de la naturaleza humana que tiene como eje la
combinación de dos fuentes:
a) La línea antropológica-filosófica de raigambre católica, sobretodo en
su vertiente escolástica con Santo Tomás a la cabeza (llegó a ser un experto en
este teólogo), aunque también conecta con otros importantes filósofos como Max
Scheler y su concepción de los valores.
b) La concepción psicológica del carácter de herencia adleriana, pero
sin limitarse a la misma, realizando aportaciones creativas propias.
Hay un cosmos objetivo de valores al que sólo se puede acceder por la
intuición emocional. La razón es ciega para el valor. Scheler se opone firmemente a
la pretensión nietzscheana de crear valores. Los valores son siempre los mismos,
no cambian. Lo que cambia es nuestra percepción de ellos. Cada época, cada
cultura, descubre distintos valores e ignora otros.
Los valores se encuentran ordenados jerárquicamente. Primero están los
valores religiosos (sagrado/profano), luego los espirituales (bello/feo, justo/injusto,
verdadero/erróneo), luego los valores de la afectividad vital (bienestar/malestar,
noble/innoble) y por último los valores de la afectividad sensible
(agradable/desagradable, útil/dañino). De lo que se trata es de vivir en armonía. No
hay que optar por unos valores y renunciar a otros. Para ello hay que vivir los
valores inferiores de un modo tal que se encuentren ordenados a los superiores.
  La conducta humana está motivada principalmente no por impulsos, ni por
las condiciones hereditarias o ambientales sino sobre todo por las decisiones
finalistas de la persona, por los fines que se propone alcanzar. Lo importante para
entender el comportamiento humano son las metas que persiguen las personas
en sus vidas, que hacen que estas adopten un sentido y orientación
particular.
Concepto de carácter. Diferencia entre persona y carácter.
-Persona: Equivalente al ser en potencia aristotélico-tomista. Es imposible
conocerla totalmente mediante el pensamiento analítico-racional pues entraña la
misma esencia del ser y todas sus posibilidades potenciales (la persona no es el
yo, ni la conciencia, ni el inconsciente, ni ninguna entidad parcial, y tan solo, según
Allers aparece vislumbrada parcialmente en la relación yo-no yo; es decir entre lo
que hacemos y el camino que tomamos en la vida y los caminos u orientaciones
potenciales que podríamos tomar, por decirlo de alguna manera más comprensible
(a riesgo de error filosófico).
-Carácter: Supone el ser en acto, a través de sus acciones y conductas
intencionales y finalistas. El carácter es la postura, la elección y a la orientación del
individuo ante el valor. 
Dicho, en otros términos, en la vida de una persona aparecen
circunstancias ante las que tiene que elegir entre diversos valores (valores que
existen objetivamente, el bien y el mal, lo bueno y lo malo, etc). Algunas de esas
elecciones cuando se repiten se consolidan en el carácter. De esto derivaría
que existe una relación entre la ética y el carácter de la persona, entre los
problemas psicológicos-relacionales y las elecciones de valor de una persona, de
los valores que pone en marcha en sus acciones.                                         
La educación del carácter.

  Como católico y de manera coherente con su concepción del carácter,


Allers da una gran importancia a la educación en valores que fomenten la
convivencia, la justicia, el amor al prójimo y a Dios. Pero no se limita a exponer lo
anterior, sino como psicólogo estudia como la persona pasa a elegir  unos
determinados valores frente a otros, conformando su carácter actual (modificables
cuando existe una profunda reorientación de valores importantes a nivel vivencial).
En esta línea aparece la mayor influencia adleriana en su pensamiento; refiriendo
las condiciones que influyen (pero no determinan unilateralmente) el origen del
carácter (vivencias de minusvalía, voluntad de comunidad, etc). Destaca en esta
línea lo que llama, la “influencia del ejemplo y la fuente de los ideales”. Es decir, la
persona puede seguir en su educación no solo una mera imitación del ejemplo de
otras personas, sino también un “auténtico seguimiento” que supone la aceptación
del ejemplo de conducta-valor de la persona prototipo (educadores, padres,
terceros); en su elección del “hombre o la mujer que quiere ser”. (ideal del
carácter). En esa elección y seguimiento influyen dos factores: (1) el proceso de
compensación y supercompensación (según sea normal o desproporcionado) y (2)
el conocimiento y elección personal de los valores, que es en último término un
factor subjetivo (de la libertad de la persona si se quiere llamar así).  Ahora bien, el
sujeto elige en parte movido por sus carencias o limitaciones objetivas-subjetivas, y
en parte por su libertad para elegir entre “ideales justos y falsos”. La educación
pues debe dirigirse hacia los mejores valores.
El conocimiento de sí mismo
Las personas interesadas en reorientar el curso de sus acciones pueden
ser ayudadas si tienen un conocimiento de sí mismos. Pero el conocimiento de sí
mismo como ser radical es imposible, pero si lo es de los cursos de acción, del
obrar humano y de sus resultados. Para comprendernos a nosotros y a otros como
humanos hay que adoptar una actitud radical: no guiarnos por lo que el/ella dice
sobre su pensar, sentir o actuar, sino por el efecto de sus acciones, de su obrar.
  En esta línea es esencial conocer como es nuestro comportamiento hacia
el prójimo, hacia la comunidad. Dice Allers, que los modos de conducta que
reduzcan la cooperación en la convivencia serán aptos, en general (sin generalizar)
para suscitar dudas sobre la pureza moral de nuestros objetivos y valores.; aunque
la inversión de este principio no es válida en toda ocasión. Es decir, existen
armonías y acuerdos erróneos entre personas. A veces se debe discrepar y es lo
justo. Lo importante sería fomentar todo aquello que no realza las inclinaciones
egoístas personales. Así se puede amonestar, recriminar un acto, en discordancia
si se busca el amor al prójimo (objeto de esa acción crítica) y no el daño y el realce
personal. 

 Fritz Künkel
Fue un conocido psiquiatra alemán y psicólogo estadounidense. Buscó
integrar la psicología (especialmente la obra de Freud, Adler y Jung), la sociología
y la religión en una teoría unificada del ser humano. Consolidó estas ideas en una
teoría del desarrollo del carácter y finalmente en su "Psicología del nosotros".
Presupuestos: Concepción dialéctica del carácter.                               

  Para Kunkel la persona (que él define como carácter) tiene una "Dimensión
Dialéctica" como sujeto y objeto al mismo tiempo, sin que ambos aspectos se
puedan separar totalmente, y donde cada uno de ellos afecta y es afectado por el
otro. La persona como "Sujeto" es libre y creadora, determina su voluntad, sus
fines y objetivos, y transforma el mundo que es su objeto de acción. Como "Objeto"
es improductiva, carece de libertad y está sometida a fuerzas ajenas a su voluntad,
a relaciones causa-efecto de tipo físico-material. La persona para su desarrollo
adecuado debe buscar un equilibrio armónico entre ambos aspectos, entre lo
subjetivo y lo objetivo. Eso es posible a través del "nosotros" donde la persona
tiene la obligación de ser sujeto de su propia conducta y es objeto de todas las
consecuencias que han originado su conducta en el contexto de su vida socio-
relacional. 

  La persona,  además tiene una   "Dialéctica Vital" que consiste en su


enfrentamiento permanente con la realidad como ser viviente en dos vertientes:

A) Dialéctica interna: Enfrentamiento del individuo con su mundo  interior  de


hechos psíquicos y corporales.

B) Dialéctica externa o transitiva: Enfrentamiento del  individuo con el mundo


exterior.

Ambas dialécticas comprenden tres fases en su desarrollo: (1) Tesis


(Autodeterminacion y elección de fines y necesidades por parte del sujeto) --> (2)
Antítesis (Limitaciones y amenazas por parte del mundo a sus fines ynecesidades)
--> Síntesis (Superación activa de la antítesis). Para Kunkel esa superación está en
el "nosotros"; y su atasco no superador en el "Yoismo".
-El Yoismo: Supone una perpetuación de la antítesis, de la persona como objeto.
Conlleva la llamada "Psicosclerosis" por fuerza de hábitos rigidificados en el
carácter de la persona ("dextratos": hábitos de acción y normas o creencias
subjetivas rígidas). La persona tiene una pérdida de capacidad originaria  de
encontrar nuevas soluciones  (creatividad)  a los problemas de su vida, huyendo de
su responsabilidad, evadiéndose de los problemas, produciendo en suma una
rigidez de su funcionamiento  psíquico. Ese  Yoismo se caracteriza por un carácter
revivificado y poco flexible donde destacan 5 aspectos:
    1º-Angustia personal: La persona se siente con frecuencia amenazada, insegura
y temerosa 
        ante realidades de su mundo interno y externo. 

   2º-Irritabilidad: La persona tiene una especial hipersensibilidad ante


determinados 
         tipos de acontecimientos (más ante aquellos que amenazan sus metas
rígidas compensadoras)
    
    3º-Rigidez: La persona se aferra a una meta ideal de compensación de manera
inflexible.

    4º-"Gafas tendenciosas": La persona tiene a seleccionar de manera interesada


las vivencias, percepciones e interpretaciones de los acontecimientos de su vida
que sirven a sus metas  rígidas compensadoras (concepto similar al de esquema
aperceptivo de Adler, y que contiene las llamadas "distorsiones cognitivas" de las
terapias cognitivas).

    5º-Productividad negativa: La persona desarrolla habilidades negativas para la


convivencia, habilidades que sirven a sus fines inconscientes, habilidades como la
mentira, la adulación,  amenazar, para seducir, para fanfarronear, para excitar los
ánimos de otros, para acusar, para mendigar y estar enfermo, para presumir y
acusar, y finalmente, para ser ciego y  sordo y en darle otro sentido a las
conexiones históricas y eventos de su vida. 

  Kunkel ha desarrollado una tipología de Yoismos, advirtiendo que se trata de


"caricaturas", y que en las personas reales se dan combinaciones de los mismos, y
raramente  estos tipos puros.  Ha propuesto una clasificación de 4 tipos en relación
al ambiente familiar y temperamento que ha influido (no determinado
absolutamente) en su formación:  (1) Influencia de la educación parental o adulta :
"Blanda" o "Dura" (dependiendo del autoritarismo o mimo en la misma)y (2)
Vitalidad o temperamento del niño/a: "Activo" y "Pasivo". De la interacción de estos
factores se obtienen 4 tipos de yoismos (con la advertencia anotada):   "Nerón"
(impositivo y dominador), "Quelonio" (Busca evadirse de los problemas), "El
Vedette" (busca la admiración y aprobación) y el "Enredadera" (busca apoyarse en
otros, depender de otros para manejar dificultades).                             
                                      
-El "Nosotros"ocupa un lugar central en su obra: Corresponde en gran parte al
Sentimiento de Comunidad de Adler. Conlleva la participación activa del sujeto en
la vida relacional de los grupos (familia, asociación, estado, etc.). Es la expresión
social del sujeto, y su contribución al bienestar común. Proviene de la unión original
del niño y su madre (tesis), la ruptura posterior de esa unión armónica (antítesis o
ruptura del nosotros originario) en parte producida por el antagonismo de los
deseos del niño y las normas parentales que conllevan angustias y la necesidad
compensadora-defensiva de unas metas rígidas de autoafirmación y
aseguramiento personal egocéntrico y el desarrollo del nosotros maduro
(síntesis)  donde la persona ha superado su egocentrismo yoísta y participa
activamente en la vida en común y sus tareas, se va proponiendo progresivamente
nuevos fines (no se automatiza ni fija para siempre en ninguno
concreto: Infinalidad).  Para Kunkel el desarrollo más maduro del nosotros apunta
en última instancia hacia Dios, dando a su psicología una orientación teocéntrica y
religiosa en sus últimos desarrollos teóricos. De hecho para algunos es uno de los
psicólogos protestantes mas famosos de la historia (de modo similar a Rudolf Allers
por un tiempo también discípulo de Allers, en este caso entre los
psicólogos católicos). 

2.Psicoterapia : Integración de los presupuestos adlerianos, freudianos y


jungianos.

   Durante las tres primeras décadas del siglo XX de  la psicoterapia occidental
predominaron las teorías de Freud, Adler y Jung.  Kunkel llegó a tener un 
conocimiento amplio de estos tres autores, y aunque formado originariamente
como adleriano, integró a  los otros dos en sus planteamientos de la psicoterapia
de manera creativa.  Incluso  actualmente se le tiene como el psicólogo mas
psicodinámico en su forma de proceder desde la psicoterapia adleriana.
   Parte de entender a la psicoterapia como conjunto relacional de tres
componentes: (1) El cliente,(2)  el proceso o trabajo de tratamiento ("la cura") y (3)
el terapeuta. 
  
A) El Cliente:

 A.1-La Comprensión: Suele llegar a demandar consulta (directamente  o terceros


que la  piden para él/ella) con un cierto nivel de  "comprensión" de sus problemas.
El terapeuta escucha el relato del cliente  y de los terceros que le acompañan, y a 
partir de sus descripciones obtiene una primera visión del posicionamiento del
cliente. Afirmaciones del tipo "Hay algo en mí que me produce malestar, pero no sé
de qué se trata" suelen ser un signo favorable para la psicoterapia. Afirmaciones en
la línea : "Los otros no me comprenden, me tratan mal, y por eso él/ella/ellos tienen
que cambiar" son un signo negativo  inicial para la psicoterapia. En este  último
caso  el terapeuta  debe plantear  al cliente  que  supone  que él /ella tiene  razón
en el 90% de los casos, pero pregunta  si al menos puede haber un 10% donde su
propia actitud influya en que los otros le traten de esa manera, de si él/ella puede
contribuir en algo a la misma. La respuesta a esta cuestión indica el nivel de
resistencia inicial del cliente para la psicoterapia. ParaKunkel, la psicoterapia no
debe de cambiar solo el síntoma, sino de proporcionarle al cliente una especie de
lección que la vida ha dado a este.

 A.2-Las Normas del cliente:  El terapeuta está atento al tipo de discurso y


contenido de las narraciones del cliente de sus dificultades, especialmente a
detectar en su relato los patrones de opiniones (creencias y cogniciones en
términos más actuales) que repite y con los  se maneja en su vida relacional. Esto
se hace a través del relato del paciente de su vida pasada y actual y de los eventos
que enfrenta.
A.3-Imagen del Yo: El cliente tiene una imagen de sí mismo consciente (como se
describe a si mismo/a),no siendo consciente de otros aspectos de sí mismo/a que
contradicen esa imagen (la "contra imagen") y que están guiado por su meta
finalista inconsciente compensadora. Parte de la psicoterapia trata de señalar y
confrontar esa imagen y contra imagen. Ciertos aspectos de la contra imagen
también pueden ser olvidados o reprimidos ("imágenes sediciosas") por ser
incompatibles con la meta final compensadora; es decir el sujeto puede tener
aspectos potenciales positivos ocultados o reprimidos por aquella; aspectos que
pueden ser señalados y confrontados también. 

A.4-Yoismo (Egocentrismo y sus tipos): Se refiere a la meta compensadora (de sus


sentimiento de inferioridad ajena al nosotros o sentimiento de comunidad) por parte
del sujeto y el tipo caracterial dominante que deriva de la misma (ver apartado de
presupuestos teóricos).

A.5-Evasionismo del cliente: Son estrategias defensivas para mantener el yoismo


del cliente. Suele oscilar entre dos extremos: Culpar al ambiente y los otros de
cómo funciona o a si mismo/a (p.e creyendo que su carácter es inmodificable). Otra
forma es delegar en el terapeuta la responsabilidad del cambio a veces refiriendo lo
estupendo, lo sabio y lo que sabe este.

A.6-La lección que debe aprender todo cliente: Cada cliente debe pasar por una
crisis ( a veces el terapeuta la favorece)  que conlleva un intenso  malestar  por sus
"círculos viciosos" de funcionamiento y el efecto que tiene el mismo sobre su vida
relacional. Por ejemplo el tipo  "Estrella"  busca que le admiren usando su
grandilocuencia, los otros se percatan y retiran, y entonces se cree objeto de
envidias y recelos, aumentando en parte su esfuerzo por ser admirado o cayendo
en síntomas depresivos fuertes por no conseguir los objetivos ocultos de
admiración, etc. El terapeuta señala los elementos de esa crisis; meta oculta-->uso
de medios para conseguirla-->reacción de los otros negativa-->sobreesfuerzo de
recuperación-->crisis/malestar-->alternativas (hacia el nosotros) 

B) La Cura: Conlleva el manejo de al menos 5 aspectos que suelen ser


secuenciales o procesuales: (1) el encuentro con el/la cliente, (2) el desarrollo de la
transferencia, (3) la resistencia, (4) la experiencia del nosotros y (5) la
independencia del cliente.

B.1-El encuentro: El terapeuta, inicialmente informa y discute con el paciente


aspectos sobre el tiempo y frecuencia de las consultas, los honorarios, secreto
profesional, términos de la psicoterapia y adelanta a modo de profecía, algunas de
las dificultades que ambos encontrarán (p.e resistencia). También preguntará al
cliente que espera como resultado del tratamiento (expectativas y posicionamiento
del cliente ante la psicoterapia). En todo ello, el terapeuta debe evitar
procedimientos estereotipados y mecanizados. También es importante que esté
atento a algunas maniobras del cliente como la "adulación" (que le sitúa en un
plano superior evitando aquel su responsabilidad) o la "lucha por el poder" con el
cliente. Apuntarle al cliente, que en principio los papeles o roles para la psicoterapia
son los siguientes: El cliente debe exponer sus problemas y el del terapeuta
establecer conexiones o relaciones entre aspectos de la vida del cliente
(interpretaciones)

B.2-La transferencia: Lo que se transfiere, según Kunkel, son las normas de


conducta del cliente  (creencias, cogniciones y actitudes y las emociones-
conductas que derivan de ellas) hacia el terapeuta y terceros. El terapeuta
acompaña y clarifica estas transferencias (hacia el terapeuta y terceros). Existen
dos peligros frecuentes en el manejo de la transferencia: (1) Que no sea
reconocida o sea mal interpretada sin que funcione el tratamiento, pero sin daño
alguno para el cliente. (2) La "Contratransferencia positiva o negativa" derivada del
egocentrismo del terapeuta. Ambas deben ser trabajadas y usadas para entender
al cliente (señalamiento, interpretación como hipótesis tentativa....)

B.3-La resistencia:  Es habitual que el cliente por un lado solicite ayuda de manera
voluntaria y consciente ante la crisis vital que enfrenta y por otro (a nivel
inconsciente) no desee verse curado y sabotee el tratamiento. Incluso si no parece
esta resistencia, la cura será sospechosa, al no haber aparecido el yoismo a
superar del cliente. Suelen haber 4 motivos habituales de resistencia: (1) "Derivada
de la defensa egocéntrica del paciente" (el cliente no desea renunciar a su meta
compensadora) (2)"Aversión hacia todo proceso rápido y peligroso" (el cliente
necesita un tiempo para asimilar el cambio), (3) "Resistencia legítima del cliente"
(Por que el terapeuta no maneja bien la cura) y (4) "El miedo a la fuerza creadora o
potencial de milagro del paciente y terapeuta" (el terapeuta debe aceptar, incluso
más que el mismo cliente, cualquier proceso curativo aunque no lo comprenda o
sea ajeno a su teoría). La resistencia debe señalarse en el momento adecuado,
interpretarse y ser confrontadas, cuando el terapeuta tenga una idea hipotética del
carácter rígido o estilo de vida del cliente.

B.4) La experiencia del nosotros:  Implica perdonar o hacerse responsable de


cambiar los errores propios y ajenos a partir de la conexión del paciente con la
trayectoria de su vida. Supone cambiar la dinámica de oposición por una de
colaboración. 

B.5) La independencia: El terapeuta estimula los intereses, deseos y proyectos del


cliente de tipo no egocéntrico, tolerando que sean diferentes a los del terapeuta y
viceversa, de modo que el sujeto se sienta independiente en sus criterios.

C) El terapeuta: Habilidades y actitudes básicas.

C.1) Enfocar la psicoterapia como un arte:  Debe enfocar su trabajo  no solo como


la aplicación de unas técnicas, sino sobre todo como un arte, donde aplique
intervenciones creativas.. Es importante que él/ella mismo:
-Tenga experiencia personal de haber experimentado las crisis de la vida.
-Tenga conocimiento de sus propias motivaciones inconscientes  y que le llevó a
elegir su profesión. Necesidad de análisis personal del terapeuta. 
-Cumpla tres normas básicas: (1) Secreto profesional, (2) Sinceridad con el cliente
y (3) Estar dispuesto a no reducirlo todo a su propia teoría.

C.2) Saber escuchar:  Con clientes inundadores del relato y del tiempo de terapia
(que no dejan de hablar y dejan nulo espacio al  terapeuta)  es deseable señalar e
interpretar esta actitud. Con clientes excesivamente cautos, callados y
controladores de la interacción  es preferible usar estrategias más cercanas a la
asociación libre con pocas interpretaciones por parte del terapeuta.  

C.3)Actitud abierta:  En las fases iniciales de la psicoterapia es importante no


desechar nada y no elaborar hipótesis cerradas concretas, a pesar de la ansiedad
del consejero por hacerlo así. Explicar al cliente que se hace esto para no reprimir
el potencial del mismo con explicaciones prematuras.

C.4.Trabajo de interpretación: Solo deben interpretarse de manera inmediata las


resistencias del cliente; en sus dos formas más habituales: (1) "Resistencias
suaves" (en formas de halago al consejero) y  (2) "Las Resistencias ásperas" (en
forma de critica abierta del cliente al terapeuta y la terapia). En el caso de
resistencia suave el consejero debe aconsejar, sin hostilidad alguna al cliente, que
no se centre en halagarle, sino en expresar sus sentimientos y opiniones ante sus
dificultades. En el caso de la resistencia aspera  u hostil  el consejero debe apoyar
que el cliente  hable, suelte  y exprese  sus opiniones  y sentimientos  discrepantes,
indicándole que le gustaría conocerlas. Después cuando el cliente las ha
expresado y parece más tranquilo, pedirle que recuerde relaciones de su vida  que
evocan sentimientos parecidos a estos. 

C.5. Trabajo con las asociaciones del cliente:  La forma más complicada de tratar
con el cliente es cuando este manifiesta de alguna manera que "no tengo nada que
decir, no se me ocurre nada"; es decir expresa una ausencia de asociaciones. El
terapeuta puede manejar esto bien diciéndole al cliente: (1) Que ello quizás se
deba a una idea que le parece inadecuada o vergonzosa expresar al terapeuta o a  
algún recuerdo  desagradable  que  no desea recordar; y entonces le anima a
expresarlas; (2) Hacer algo  (p.e ojear una revista) y  observar la reacción del 
cliente  y preguntarle  por la misma o (3)  Interpretar su silencio como una maniobra
evasiva  o dirigida a  otra meta. 

C.6. Notas en la sesión: Evitar en lo posible tomar notas del relato del cliente
durante la sesión y centrarse más en la escucha y observación del lenguaje no
verbal del cliente. Tomar nota de lo más importante al final, cuando el cliente ya se
marchó. 

C.7) Actitud de silencio interior: El terapeuta debe aplicarse una especie de silencio


interior que conlleva : (1) No juzgar los actos del cliente, comprendiéndolos, más
que imponiendo reglas y (2) Usando adecuadamente la interpretación.

C.8) Herramientas básicas de la psicoterapia. La interpretación y el adiestramiento


(estímulo): El terapeuta dispone de dos grandes tipos de intervenciones: la
interpretación y el estímulo. El terapeuta más que devolver explicaciones
intelectuales al cliente sobre lo que le pasa, lo que hace son observaciones y
conexiones en vivo sobre lo que manifiesta el cliente aquí y ahora en la sesión, y
hace preguntas para que sea el propio cliente quien conteste y obtenga sus propias
interpretaciones. Con clientes más inhibidos y con grandes déficits el
entrenamiento en habilidades y el estímulo de las mismas suele ser necesario para
superar problemas, y no basta solo con la interpretación. 

Es importante señalar que la psicoterapia de Kunkel es un importante referente


para los terapeutas adlerianos orientados psicodinamicamente y probablemente es
uno de los primeros psicólogos integradores de la  historia de la psicoterapia.
Egocentrismo, el culto al yo
Considerarse el centro del mundo, sentirse más importante que los demás,
pensar constantemente en sí mismo y creer que las opiniones o intereses propios
están por encima de los pensamientos ajenos son algunos de los rasgos que
caracterizan a las personas egocéntricas.Individuos que se autoproclaman
especiales y superiores a los demás, cuya arrogancia les acarrea problemas en
sus relaciones sociales.
Un ególatra puede tener una personalidad encantadora y comportarse
como un déspota a la vez. En las relaciones familiares y de pareja son
aprovechados y manipuladores. Por otro lado, encuentran dificultad para trabajar
en grupo y suelen tener problemas para establecer amistades y mantenerlas. Al
creerse especiales, no aceptan la crítica y menosprecian a los demás.
Las personas egocéntricas se sienten infalibles. Aunque se presentan
como individuos seguros y sobrados de autoestima, estas armas las utilizan
como mecanismo de defensa porque en el fondo son personas solitarias y
llenas de inseguridades. Por eso necesitan sentirse adulados y admirados
constantemente por los demás.
El egocéntrico parece que vive por y para él. Pero mantenerse en esa
posición de superioridad, le esclaviza. Fritz Künkel hizo una clasificación en la que
reconoce los distintos tipos de egocéntricos, atendiendo a los objetivos a los
que aspiran para satisfacer su ego y que les convierten en un sujetos
sumisos de sí mismos.  Nerón: es aquel que desea, por encima de todo, dominar a
los demás y verlos sometidos a él. Nunca pide un favor. Su máxima es que “no hay
que fiarse de nadie”.

• Estrella: es el típico ególatra que, por encima de todo, busca la


admiración y el aplauso de los demás.
•Cenicienta: es aquél que busca la protección ajena. Hace del
sufrimiento y el victimismo su arma para conseguir la atención de los demás.
Se siente “digno de compasión”.
• Tortuga o Tarugo: reivindican constantemente su “soledad”.
Necesitan un mundo al que despreciar. Se muestran como individuos
desarmados y sin corazón. Protegidos con un caparazón para el amor. Sólo
quieren que “les dejen en paz”.

3. La caracterología del Siglo XX

Más tarde, durante los primeros años del siglo XX, otros autores alemanes
como William Stern, Eduard Spranger y Ernst Kretschmer revelarían sus trabajos
sobre el carácter y la personalidad basándose en el método fenomenológico.

 William Stern
 Eduard Spranger
 Ernst Kretschmer

4. La escuela de Heymans-Le Senne.

El filósofo y psicólogo Gerardus Heymans elaboró un sistema de psicología


diferencial, con base experimental y que ha recibido con posterioridad una
elaboración estadística basado en tres factores: Emotividad, Actividad y
Primariedad, a los que se oponen la No-Emotividad, la No-Actividad y la
Secundariedad.

Esta teoría fue retomada por el filósofo espiritualista francés René Le Senne,
que le da una fundamentación teórica y crea la escuela francesa de caracterología,
que existe hasta nuestros días a pesar de que ha tenido poco contacto con los
desarrollos más recientes de la psicología de la personalidad y de la psicología
diferencial. Han continuado su obra los filósofos Gaston Berger, uno de los
introductores de la fenomenología en Francia, y Louis Millet, filósofo de orientación
tomista.

El también filósofo francés Gaston Berger prosiguió a Le Senne y en su


cuestionario analítico modificó las dimensiones caracterológicas, resultando en:
emotividad, actividad, secundariedad-primariedad, campo de conciencia ancho-
estrecho, polaridad Marte-Venus, avidez-ternura e intereses sensoriales-pasión
intelectual.

Las dimensiones anteriormente mencionadas consisten en propiedades


fundamentales de los tipos caracterológicos y consisten en:

Emotividad. Clasifica a las personas en emotivas o no emotivas.


Actividad. Es el tipo de esfuerzo para satisfacer los deseos.
Resonancia. Puede ser primaria —con repercusiones conscientes—, o
secundaria —con repercusiones inconscientes—.
Amplitud de campo de conciencia. Con intereses anchos (amplios) e
indecisión, o con intereses estrechos, sectarios y minuciosos.
Polaridad Marte-Venus. Estilos basados en la conquista, la lucha y la
exigencia, o estilos persuasivos y seductores.
Avidez-ternura. Deseos mayores a las pertenencias o identificación con la
intimidad de los demás.
Intereses sensoriales-pasión intelectual. Búsqueda de sensaciones intensas
o búsqueda de comprensión mediante la razón.
Egocentrismo-alocentrismo. Orientados hacia sí mismos o hacia los demás.

La combinación de estos factores resultaría en ocho tipos básicos de carácter:


apasionados, coléricos, sentimentales, nerviosos, flemáticos, sanguíneos, apáticos, y
amorfos.

5. La caracterología de L. Hamilton Mc Cormick (Pseudociencia).

Las anteriores acepciones no deben confundirse con el método de lectura


desarrollado por L. Hamilton McCormick que intenta combinar la fisonomía, la
frenología y la patonomía con la etnología, la sociología y la antropología para valorar
el carácter de un individuo.

La caracterología intentó arreglar los errores del sistema frenológico de Franz


Joseph Gall y Johann Spurzheim. McCormick intentó distanciarse de ambos
sistemas y desarrolló las ideas necesarias para mejorarlos. Sugirió posibles
aplicaciones para la caracteriología (por ejemplo, para aconsejar a los padres y
educadores, como guía en los ascensos militares, para evaluar los patrones de
pensamiento (orientados al razonamiento u orientados a la memoria), asesorando a
negocios y competidores, orientación profesional y selección de parejas.

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