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La preocupación por los ambientes de aprendizaje tiene algún tiempo de haberse insertado en el ámbito de
la investigación educativa, ya que el ambiente interactúa con el sujeto y lo transforma; así, los aprendizajes
surgen de la observación del entorno y de los comportamientos y acciones de los demás, con quienes
convivimos, bien directa o indirectamente. Estos ambientes educativos han adquirido por ello mucha
importancia al ser el escenario donde se pueden favorecer condiciones de aprendizaje y se desarrollen
capacidades, competencias, habilidades y valores.
Se define al ambiente de aprendizaje como el espacio donde se desarrolla la comunicación y las interacciones
que posibilitan el aprendizaje. Se asume entonces que en la generación de los ambientes de aprendizaje
media la actuación del docente para construirlos y emplearlos como tales; es decir, los docentes deben ser
capaces de despertar la curiosidad intelectual de los niños, fomentando en ellos el gusto y el hábito por el
conocimiento y el aprendizaje continuo, permanente y autónomo. Deben poner en práctica recursos y
técnicas didácticas innovadoras, cercanas a los enfoques pedagógicos contemporáneos, que sean
motivadoras, utilizando en medida de las posibilidades las tecnologías de la información y la comunicación
(TIC), ya que éstas son la parte visible de un iceberg que constituye conjuntamente con otros factores el
contexto social en que nos desenvolvemos todos, y muy en particular las nuevas generaciones.
Para los estudiantes un ambiente de aprendizaje debe generar desafíos significativos que fortalezcan la
autonomía y propicien el desarrollo de valores; es decir, desafíos sustentables, retos, provocaciones que
generen iniciativas propias para argumentar y razonar al analizar situaciones, identificar problemas, formular
preguntas, emitir juicios, proponer soluciones, aplicar estrategias y tomar decisiones, conscientes de sus
acciones y sus efectos, responsabilizándose por cada una de ellas; así mismo, debe crear identidades pues la
gestión de ellas propicia la creación de relaciones de solidaridad, comprensión y apoyo mutuo e interacción
social.
Un ambiente de aprendizaje se constituye a partir de las dinámicas que se establecen en los procesos
educativos y que involucran actitudes, acciones, experiencias y vivencias entre alumnos y alumnos con el
docente, para desarrollar la comunicación y las interacciones que posibilitan el aprendizaje; aunado al
aprovechamiento y adecuación de los materiales y recursos didácticos, y de la acomodamiento de la
geografía áulica, como aspectos necesarios para la concreción de los propósitos culturales que se hacen
explícitos en toda propuesta educativa.